Enviado por CCI Online el
El Encuentro de Alicante ha tenido lugar el 11 y 12 de febrero. Sacará unas conclusiones que serán publicadas. Entretanto queremos aportar un resumen de las discusiones[1].
¿Quiénes han sido los organizadores?
La Red de Encuentro y Solidaridad y el Ateneo Libertario L'Escletxa, ambos de Alicante. Agradecemos la acogida fraterna, el alojamiento excelente que nos ha hecho sentir como en nuestra casa, la atención permanente de los compañeros, todo lo cual es expresión de la actitud proletaria de hospitalidad y compañerismo.
¿Quiénes han participado?
Aparte de los dos colectivos organizadores, han venido delegados de la Asamblea de Barcelona, del Círculo Obrero de Debate de Barcelona, del Colectivo de Trabajadores de Valencia, de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras por la huelga general de Alicante, de la Asamblea Interprofesional de Toulouse (Francia). Compañeros de Ruptura y Asamblea de Trabajadores del Sur de Madrid (ambos de Madrid) así como de la Asamblea Autónoma de Granada, no han podido asistir aunque han manifestado su interés en permanecer en contacto. A título individual han asistido compañeros de Burgos, Murcia y Alicante.
¿Qué actividades se han realizado?
El viernes hubo presentación y debate en torno a la experiencia de la Asamblea de Barcelona. El sábado por la mañana presentación y debate sobre las luchas en Francia del pasado noviembre y la experiencia de la Asamblea de Toulouse. El sábado por la tarde hubo un debate general que resumimos a continuación.
Hubo actividades lúdicas el sábado noche con una picaeta en el local de una colla de fiestas. El sábado mediodía se hizo una paella en un solar urbano, deshecho de la especulación inmobiliaria, convertido en jardín, huerto y centro de reunión gracias al esfuerzo del Ateneo Libertario L'Escletxa. A la comida asistió una vecina anciana que ha encontrado compañía y calor humano en estos compañeros.
Debates y cuestiones planteadas
En la reunión intervinieron numerosos compañeros en un ambiente de escucha y respeto mutuo. En ningún momento las divergencias dieron lugar a tensiones sino que fueron asimiladas e integradas en el curso del debate desde el espíritu de que todo lo que compartíamos era más importante que lo que nos separaba. Vamos a recoger las cuestiones planteadas siguiendo un orden cronológico.
Sindicatos
Un compañero expresó que los sindicatos no defienden a los obreros y están contra ellos. Se pidió la siguiente aclaración: ¿todos los sindicatos o solamente CCOO-UGT? Aunque hubo dudas, la postura mayoritaria era que todos los sindicatos, es debido a la naturaleza misma de la organización sindical. Sin embargo, se precisó que no se estaba contra los afiliados de base con los cuales hay plena disposición a colaborar.
Las Asambleas
Frente al sindicalismo, la alternativa son las Asambleas. Se vienen dando desde hace un siglo. Frente a una idea que decía "antes de nosotros era el desierto, el oasis empieza ahora", otros compañeros dijeron que hay una continuidad de lucha y conciencia entre las diferentes generaciones obreras. No partimos de cero, asumimos y hacemos propias las experiencias de Asambleas, de luchas, durante más de un siglo, tanto en España como mundialmente.
Pero las Asambleas no son una receta infalible sino una experiencia viva. En ellas los trabajadores se equivocan, se dejan embaucar, pero pueden también aprender, corregir, cambiar el rumbo.
La Asamblea tiene varias funciones: centro de decisión, lugar de debate, lugar de encuentro y unificación, medio de convivencia social y superación del individualismo y la atomización; centro de auto-educación; medio para que cada cual se haga responsable de los asuntos colectivos y perciba la unión que existe entre su interés individual y el interés colectivo como clase.
¿Cuándo surgen las Asambleas?
Las Asambleas no se crean por decisión de una minoría, son creadas colectivamente por los trabajadores en la preparación y desarrollo de la lucha. Eso no quiere decir que colectivos como los nuestros no tengan una labor que hacer, pero su papel no es sustituir a la mayoría sino hacer propaganda, dar a conocer experiencias e intercambiarlas, hacer propuestas de marcha, participar en la lucha impulsando todas sus posibilidades, en definitiva, preparan las condiciones de unidad, de conciencia, de solidaridad, que hacen surgir la lucha y las Asambleas
Un compañero dijo que las Asambleas nacen en un proceso de ruptura con la normalidad. La normalidad cotidiana nos convierte en sujetos pasivos, expectantes, dependientes de un jefe empresarial, sindical o político, competitivos que no confían en los demás, encerrados en nosotros mismos que enfocan de manera estrecha "sus asuntos". La ruptura de la normalidad nos alienta en el sentido de ser activos, abiertos al debate y la acción común, buscar la unidad, el compañerismo, la preocupación colectiva, la responsabilidad. Las Asambleas están vinculadas a la lucha, a su preparación y a su desarrollo.
En Alicante, en AFEMA, la Asamblea se concebía como Asamblea Abierta en el sentido de buscar la solidaridad de otros trabajadores, la extensión de la lucha. En Francia, las Asambleas se conciben como INTERPROFESIONALES, es decir, reagrupando trabajadores de distintos sectores, desempleados, jubilados, estudiantes, y su objetivo es desarrollar una plataforma para hacer la lucha eficaz contra el sabotaje sindical.
En España actualmente surgen tentativas de superar el carácter pasivo y desmovilizador de concentraciones o manifestaciones que convocan los sindicatos. En estas se nos reduce a un mero número, a "hacer bulto", a gritar consignas programadas de antemano, a seguir pasivamente un concierto de pitos y músicas...
Con ello no hay ruptura de la normalidad capitalista sino una nueva reproducción de la misma. No hay ni debate, ni iniciativas de los participantes, ni toma de contactos.
Hay que pelear para que las concentraciones y manifestaciones se conviertan en un espacio asambleario donde se tomen medidas e iniciativas de lucha, se puedan establecer contactos, se pueda debatir y compartir criterios y experiencias. En Francia, como explicaron los compañeros, se organizaban para realizar una Asamblea de Calle al final de cada manifestación donde se llegaron a reunir hasta 400 personas.
Veamos la experiencia de Egipto. En la plaza Tahrir todos los días la gente se reunía para hacerse oír, para presentar diferentes reivindicaciones, para convivir, para discutir de todos los asuntos, para celebrar conciertos y recitales... Hay que luchar por que las plazas de los barrios y de las ciudades sirvan de espacio de encuentro y unificación, donde trabajadores, estudiantes, vecinos, jubilados, parados, emigrantes, presenten sus reivindicaciones y las enlacen con las del conjunto. Si hay fuerza, estas Asambleas deben convertirse en Asambleas Permanentes que no se retiran hasta que las reivindicaciones son alcanzadas.
La necesidad de una alternativa
Un compañero planteó el siguiente problema: está muy bien presentar reivindicaciones, está muy bien luchar por objetivos inmediatos. Pero ¿con qué fin global? ¿Con qué aspiraciones sociales? ¿Con qué alternativa de sociedad? ¿No puede darse el peligro de que si las cosas se encierran en un horizonte puramente local e inmediato la gente acabe cansándose y desmovilizándose?
Esto suscitó una larga discusión. Las intervenciones estaban de acuerdo en que el compañero había dado en el clavo. Se vio claro sin embargo que habría que seguir discutiendo en un futuro encuentro dándose como tema: ¿a qué sociedad aspiramos? ¿Cómo se puede alcanzar?
Algunas ideas que se apuntaron fueron las siguientes: ¿hay una alternativa al capitalismo? Las sociedades que se dicen "comunistas" como Rusia, China, Cuba nada tienen de comunistas sino que son capitalismo de Estado puro y duro. Otra intervención planteó ¿por qué fracasó la Revolución Rusa de 1917 y en su lugar surgió el capitalismo burocrático? Otra intervención señaló: ¿el fracaso de Rusia demostraría la imposibilidad del comunismo o habría que sacar lecciones para no caer en los mismos errores?
A todo esto no se dio respuesta pues superaba los objetivos del Encuentro, pero se apuntó un segundo frente de discusión: ¿hay unidad entre las luchas inmediatas actuales y la lucha final, la sociedad a la que aspiramos? Al hilo de esta pregunta una intervención apuntó que si en las luchas actuales hay creatividad e iniciativa, estamos desarrollando embrionariamente las bases de una futura sociedad cuyas pilares serán la participación activa y masiva de la mayoría; si en las luchas actuales triunfa y se extiende la solidaridad estamos cultivando otro de los pilares de la futura sociedad cuyo fundamento solo podrá ser la comunidad de todos.
La ruptura del contrato social
Se señaló que en la sociedad actual se está acumulando mucha indignación, mucha frustración profunda. Se dijo que Túnez, Egipto, habían sido una explosión de indignación y rabia social ante tanta miseria y sobre todo ante la ausencia total de futuro.
Una compañera dijo: los ricos son cada vez más ricos, los políticos y los banqueros son cada vez más arrogantes en la exhibición de sus riquezas, a la vez que crecen los desahucios, el paro, la marginación... Pero ¿por qué la gente no reacciona? ¿Por qué no estalla la indignación?
Un compañero respondió: en la sociedad que se pretende democrática hay una especie de contrato social invisible según el cual los de abajo toleran que los de arriba se enriquezcan mientras tengan un mínimo para vivir, para consumir, se les ofrezca un porvenir, pero cuando todo eso se ve cada vez más amenazado, cuando en el horizonte no hay otra cosa que desempleo, miseria y precariedad, entonces, el "contrato social" tiende a romperse, los de abajo empiezan a comprender que su miseria es la consecuencia de la riqueza de la minoría, que esta vive a costa de sus sufrimientos. A lo que añadió otro compañero: el "Estado del Bienestar" ha sido ya enterrado y ha sido sustituido por el "Estado del Malestar".
El desarrollo de la confianza
Pero la compañera siguió insistiendo: ¿por qué en España no pasa lo que en Francia o en Egipto?
En Francia el malestar y la combatividad eran muy grandes. Los sindicatos trataron de canalizarlo y controlarlo a través de convocatorias que se hicieron masivas, no por su voluntad sino por el impulso que había en la clase. En esa dinámica empezaron a proliferar Asambleas Generales Interprofesionales.
En España, CCOO-UGT han organizado "huelgas" pantomima y ahora han impuesto un Pacto Social. Tratan de que no haya ningún resquicio donde se puedan expresar las iniciativas obreras. Estas solo podrán manifestarse a partir del esfuerzo desde abajo, de la contribución de colectivos como los nuestros, de la explosión de luchas espontáneas. El camino será mucho más difícil.
Hay algo que todavía no se da y que un compañero plasmó con la siguiente frase: la gente no confía en los políticos pero confía todavía menos en sí misma.
El desarrollo de la confianza es fundamental. Es el sentido profundo del Encuentro que hemos realizado: contribuir al desarrollo de la confianza de los trabajadores en sí mismos. Es muy fácil "darles todo hecho" y es lo que hacen los sindicatos: una movilización preparada de antemano, una protesta organizada etc., pero eso lo único que hace es minar la confianza de los trabajadores en sí mismos, hacerlos aún más pasivos e irresponsables.
Bloqueo de las refinerías
Hubo una discusión final que no se pudo zanjar y sobre la que quizá sea interesante volver. Un compañero decía que los bloqueos de refinerías, aeropuertos, transportes etc., habían sido clave en la lucha de Francia. Paralizaban el capitalismo al paralizar sus medios de movilidad, el flujo de la producción. Se atacaba el corazón mismo del sistema: su reproducción.
Otro compañero discrepaba de esa idea: señalaba que en primer lugar el gobierno y los sindicatos tenían reservas más que suficientes de combustibles y dejaron que se organizara una especie de histeria con el objetivo de hacer impopular el movimiento, de volver en su contra a la mayoría de la población, incluidos muchos trabajadores.
Señalaba que lo que de verdad pone al Capital y al Estado contra las cuerdas es la masividad y unificación del movimiento, que esto es lo que les aísla política y socialmente. En todo caso, hay experiencias en las que el bloqueo de una fábrica o de una Facultad ha sido un medio para reagrupar masivamente a otros trabajadores, en tal caso puede ser un arma.
[1] Está basado sobre las notas tomadas por dos participantes pertenecientes al Colectivo de Trabajadores de Valencia. Pueden contener errores por lo que pedimos a otros compañeros que nos señalen las posibles incorrecciones.