Enviado por CCI Online el
Mientras las declaraciones de los voceros de los gobiernos no dejan de afirmar que todo va bien en la economía, cada día que pasa las condiciones de vida de la clase trabajadora se degrada más y más. Desde fines de la década de los sesenta del siglo XX se abrió la crisis capitalista que se ha extendido hasta el presente y ninguna de las políticas y planes de gobierno –en ninguna parte del planeta– ha logrado ponerle fin, por el contrario ésta se agudiza y con ello los ataques contra los explotados y oprimidos. La burguesía a través de todos los gobiernos no ha dejado de golpear la condición de los asalariados haciendo caer en sus espaldas el peso de la crisis, por todas partes del planeta, lo mismo en los países de mayor industrialización como en los de menor desarrollo, los trabajadores (lo mismo en fábricas, minas, oficinas, hospitales o escuelas) vienen siendo enfrentados a mayores ritmos de labor y a una pauperización continua.
En ese sentido la aceleración de los ataques contra los trabajadores de México, mediante los incrementos de precios, la congelación de salarios y la degradación de sus condiciones de jubilación (con la creación de las AFORES en 1997, complementada con la actual “ley del ISSSTE”) debe entenderse como una manifestación de la crisis capitalista. No es en si producto particular de un gobierno, no se trata sólo de un ataque de un “gobierno de derecha”, o de un personaje particular (como Esther Gordillo), es un ataque generalizado. Aún cuando estas políticas sean encabezadas por determinados personajes, los trabajadores deben de tener claro que el problema se encuentra en la existencia del capitalismo. Por ello la solución no es cambiar a un gobierno o atacar a un personaje o funcionario, se podrá cambiar a un funcionario o a un gobierno, pero mientras el sistema capitalista esté en pié, los trabajadores no tendrán más futuro que la miseria y la explotación. La realidad muestra que todos los gobiernos, tanto de derecha como de izquierda (aún los que se presentan más “radicales” como el de Cuba, Venezuela o Bolivia) son enemigos declarados de los trabajadores y fieles protectores de la ganancia capitalista, baste recordar que fue el gobierno de izquierda de Brasil el que a unos meses de llegar (con Lula a la cabeza) muestra su carácter antiproletario al imponer una medida similar a la “ley del ISSSTE”.
La “ley del ISSSTE” profundiza la degradación de la vida de los trabajadores
La aplicación del plan, conocido como “Ley del ISSSTE”, es el complemento a la conformación de las AFORES (impuesto en 1997), que consiste en primera instancia en individualizar el fondo de pensión y ampliar los descuentos obligatorios (pasando de una cotización del 3.75% del salario al 6.125%), lo que es un despojo directo al salario. Pero además, se amplían los años de trabajo para tener oportunidad al retiro (pasando de 50 años en hombre y 48 en mujeres a 60 y 58 años respectivamente) y se limita la cobertura médica (limitando la atención a los hijos hasta los 16 años). Este mecanismo se dice es por el crecimiento de la “esperanza de vida” de la población que hace se distraigan recursos que afectan “las finanzas internas”, pero el hecho es que los trabajadores para la burguesía no son sino una mercancía más a la que buscan abaratar. El gobierno señala que la “manutención” del ISSSTE le representa un “déficit” de 42 mil millones de pesos, por eso al aplicar esta ley, el Estado tendrá la oportunidad de apropiarse de esa masa de recursos y dirigirlos al apuntalamiento de la ganancia capitalista.
Esta ley asegura la acentuación de los niveles de explotación de los trabajadores, en tanto es un golpe directo a sus salarios. Los servicios médicos y la jubilación no son, como los sindicatos y el aparato de la izquierda del capital difunden, un “derecho” que la democracia y las bondades del capital ofrecen, es simplemente una parte del salario (en tanto son servicios sostenidos por retenciones del salario a lo largo del tiempo), por eso al afectarla lo que en realidad hacen es degradar el salario a niveles superiores.
Si mediante los incrementos a los precios de mercancías de sustento básico (como la tortilla de maíz) la burguesía aplastó de forma directa al salario, con la “ley del ISSSTE” (sumado al sistema de AFORES que rige ya en los trabajadores afiliados al IMSS) se acrecienta y generaliza el golpe, acelerando los niveles de opresión, a tal grado que podemos valorarlos como la mayor agresión a las condiciones de vida del proletariado de los últimos 10 años.
Este mecanismo de jubilación y pensión, es el mismo que hace más de 25 años el gobierno de Chile puso en práctica como una medida “anti-crisis”. Las promesas y alabanzas dadas en ese entonces por el gobierno de Pinochet eran las mismas que hoy se presentan en México para esta ley, no obstante la realidad ha revelado que al empezar a jubilarse las primeras generaciones de trabajadores chilenos regidos bajo este sistema se encontraron con el hecho de que las instituciones financieras que se hicieron cargo de sus pensiones se declaran prácticamente en quiebra, lo que hace que el Estado intervenga para su “rescate”. Esto demuestra que el capitalismo no tiene salida para su crisis y ni aún los programas más severos en contra de los trabajadores les ofrece una solución duradera, por eso el único camino que los trabajadores tienen es la destrucción del capitalismo.
Gobierno, patrones, sindicatos y partidos distribuyen sus fuerzas para atacar al proletariado
La burguesía para hacer pasar sus ataques echa mano de todas sus fuerzas, desde sus partidos de derecha (PRI-PAN), hasta sus estructuras sindicales (UNT, FSTSE, SNTE-CNTE...) y aparato de izquierda (PRD y su complemento “radical” formado por trotskistas y estalinistas)... En una estrategia burda, la burguesía mandata a sus estructuras más “quemadas e impopulares”: PRI, PAN y sus fuerzas sindicales FSTSE, SNTE, para impulsar la ley, colocando en una actitud de mártir al PRD, al que hace pasar como impotente ante la “mayoría” de la cámara de diputados, lo mismo que a las fuerzas sindicales como la UNT, STUNAM, STUAM, CNTE, que toman la oportunidad para sacar su careta radical y llamar a movilizaciones. A la par de esto el gobierno mediante sus voceros a sueldo en radio y TV no se cansan de repetir la mentira de que esta “solución” no afecta a la generación actual y sólo se aplicará para los futuros trabajadores, buscando así dividir a la clase.
Detrás de los discursos oficiales y la radicalidad de sindicatos e izquierda del capital se esconde la intención de evitar que el coraje de los asalariados se exprese. Por eso los sindicatos y el PRD se adelantan llamando a movilizarse, pero buscando siempre sabotear la combatividad. El PRD, lo mismo que la estructura sindical presentan este plan como una simple “mala acción” de Felipe Calderón, con la que paga los favores recibidos de Gordillo y otros personajes, de la misma forma buscan hacer creer que el problema reside en la defensa de las instituciones y de la economía nacional. Por eso previendo que la combatividad lleve a la claridad de que el capitalismo es el verdadero problema, buscan confundir presentando al Estado mexicano como representante neutral de los trabajadores, por lo que llaman a fortalecer su papel como “garante de los derechos sociales”, al tiempo que invocan una “Reforma del Estado” (desplegado de la UNT-STUNAM, 24-03-07).
A luchar por la defensa de las condiciones de vida, pero NO tras los sindicatos y el PRD
En este combate los trabajadores no pueden confiar en el sindicato y el aparato de izquierda, estos son instrumentos del capital infiltrados en las filas obreras para asegurar la derrota y la extensión de la desmoralización. La verdadera fuerza de los trabajadores se encuentra en su masividad y su conciencia. Ante los llamados para desviar el combate por la defensa de las condiciones de vida, supliéndolo por la defensa del ISSSTE, la reorientación del papel del Estado capitalista, o los lloriqueos invocando la democracia, los trabajadores no deben permitir caer en la trampa y tomar en sus manos el combate. Hoy más que nunca las lecciones de los combates de los trabajadores y estudiantes franceses de 2006 contra el proyecto “Contrato de primer empleo” (CPE) deben de estar más presentes que nunca:
- Los trabajadores deben rechazar el intento de la burguesía por dividirlos generacionalmente, aduciendo que la ley les afectará en menor medida a los “viejos”. Las jóvenes generaciones de proletarios en Francia pudieron parar la embestida del gobierno porque unificaron sus fuerzas y preocupaciones sin importar ni el sector al que pertenecían ni la edad.
- La toma en manos de la discusión y las decisiones es fundamental para detener el sabotaje sindical y de la izquierda del capital. Las Asambleas Generales en las que de forma abierta se delibere y asuman las responsabilidades es la única forma de asegurar el control de la lucha.
- Ante el sabotaje sindical que busca cansar y desmoralizar con acciones aisladas o movilizaciones vanas, llenando la calle con simples procesiones en las que lo fundamental es “pasar lista”, los trabajadores deben transformar tales actos controlados en lugares de encuentro y discusión con sus hermanos de clase, no importa a que sector, fábrica o región pertenezcan, el ataque es generalizado y la respuesta debe tener la misma dimensión.
- Para impulsar la movilización en defensa de las condiciones de vida, es evidente que los trabajadores deben colocarse por encima y en contra de las maniobras sindicales, para tal fin es necesario impulsar la formación de Comités de lucha y Círculos de discusión, que impulsen, fomenten y extiendan la reflexión de la clase.
La clase obrera a nivel internacional esta siendo atacada con gran ferocidad por los programas de austeridad y recorte, lo que hace ver que el capitalismo no puede ofrecer sino explotación y miseria, por eso el único camino que los trabajadores tienen es el de la lucha, sólo la expresión masiva y conciente podrá detener esta embestida, y al mismo tiempo ser parte de la preparación de los combates finales, que pongan fin a este sistema de explotación.
Revolución Mundial, sección en México dela Corriente Comunista Internacional
24-marzo-2007
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