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Publicamos a continuación un panfleto de la Fracción francesa de la Izquierda comunista que fue pegado en los muros de Paris en agosto de 1944 para oponerse a la orden de movilización general lanzada por los F.F.I. (Fuerzas francesas del interior) el día 18 de agosto. También publicamos el artículo aparecido en la primera página de L’Etincelle (La Chispa), periódico del mismo grupo, publicado igualmente en Agosto de 1944.
La Fracción francesa de la Izquierda comunista había nacido en Marsella a principios de ese mismo año. Anteriormente, en el año 1942, una decena de elementos franceses se había puesto en contacto con la Fracción italiana de la Izquierda comunista[1] reconstituida en Marsella. Entre estos elementos, algunos acababan de romper con el trotskismo y otros, aún muy jóvenes, se acercaban por primera vez a posiciones políticas revolucionarias.
Un poco de historia
La Izquierda comunista italiana (ICI) es bien conocida por nuestros lectores. Sin embargo queremos señalar, una vez más, que la Izquierda italiana posee una larga tradición política, teórica y de lucha, en el seno del movimiento obrero italiano e internacional. Su existencia se remonta a algunos años antes de la 1ª Guerra mundial (al combate de las juventudes del Partido Socialista Italiano contra la guerra colonial en Tripolitania[2], (1910-1912). La ICI es el principal actor de la creación en Livorno del Partido comunista italiano en 1921. A mitad de los años 20, la ICI mantuvo siempre posiciones revolucionarias contra la Internacional comunista, en proceso de degeneración, y se batió en su seno hasta 1928, fecha de su exclusión definitiva, así como otras corrientes de Izquierda, como la Oposición de izquierdas rusa, con Trotski a la cabeza. Con la llegada del fascismo en Italia, muchos de sus miembros se encontraron en prisión o exiliados en islas del mar Mediterráneo. Desde esa fecha, el combate político e internacionalista de la ICI se da en la emigración, especialmente en Francia y Bélgica, en un primer tiempo en la Oposición de izquierdas internacional, cuando aún no era trotskista, y posteriormente casi en solitario tras su exclusión de esta última.
En los años 30, la oleada revolucionaria había terminado, la revolución rusa estaba aislada y definitivamente vencida, la clase obrera estaba derrotada. A medida que pasaban los años los revolucionarios se encontraban cada vez más solos y aislados de su clase. «Es media noche en el siglo» como dijo Victor Serge. Pero la voluntad comunista de la ICI no se debilitó. Durante todo ese período la ICI mantuvo los principios comunistas e internacionalistas. Fue la única organización que comprendió que el curso histórico no era favorable a la clase obrera y que el curso histórico estaba abierto a la guerra imperialista mundial.
Esta comprensión de la situación política e histórica le permitió comprender que la guerra de España en 1936, así como la guerra de Etiopía o Manchuria no eran más que los preludios de la futura guerra imperialista generalizada. En aquellas circunstancias la ICI supo seguir defendiendo su análisis de que el proletariado estaba derrotado y que por tanto el período no era favorable para la formación de nuevos partidos revolucionarios. Desde ese momento su papel, en tanto que Fracción de un futuro partido comunista, será el de mantener los «principios comunistas» y preparar a «los dirigentes revolucionarios» del futuro partido que nacerá con el resurgimiento del proletariado en otro período histórico.
El inicio de la IIª Guerra mundial dio un golpe definitivo a la ICI, provocando la dispersión de sus miembros. Desapareció en Agosto de 1939, coincidiendo con la declaración de la guerra, momento en el que el Buró Internacional de Bruselas fue disuelto.
Pero, los elementos salidos de la Izquierda italiana se reagruparon en Marsella y decidieron continuar el combate por el internacionalismo proletario, siendo los únicos que solos y a contracorriente denunciaron la guerra imperialista. Llamaron a los proletarios de todos los países de Europa a luchar contra todos los Estados capitalistas: democráticos, fascistas o estalinistas[3].
Una sobrestimación del período histórico
Cuando se desarrollaron importantes movimientos de huelgas en Italia en 1943, en Turín, Milán, etc.[4], al fin se abre una nueva perspectiva ante estos revolucionarios. Estiman que el curso histórico que llevaba a la clase obrera de derrota en derrota se había invertido. «Tras tres años de guerra, Alemania y de hecho, Europa presentan los primeros signos de debilidad... Podemos decir que las condiciones objetivas abren la era de la revolución...» («Proyecto de resolución sobre las perspectivas y las tareas del período transitorio», Conferencia de Julio de 1943)[5].
Los acontecimientos insurreccionales que ocurrieron en Italia eran sin duda muy importantes, pero la burguesía vigilaba y no estaba dispuesta en modo alguno a repetir los mismos errores que había cometido al final de la Iª Guerra mundial y que desembocaron en la revolución en Rusia y Alemania.
Los revolucionarios, por su parte, cometieron un doble error:
- subestimaron a la burguesía (ver artículo anterior), pensando que de la guerra imperialista surgiría la revolución proletaria como en 1871, 1905 y sobre todo 1917;
- subestimaron la derrota sufrida por la clase obrera que fue batida ideológicamente a finales de los años 20, después físicamente para al fin ser masacrada y asesinada en la guerra imperialista.
Los documentos que reproducimos a continuación demuestran esta sobrestimación: las consignas llaman a los obreros a no seguir a la Resistencia y organizar sus «Comités de Acción» para seguir el ejemplo de los obreros italianos.
Tras la traición de los partidos comunistas y de los grupos trotskistas pasados con «armas y equipo» a un campo imperialista, el de las «democracias» y el estalinismo, los grupos surgidos de las Izquierdas comunistas fueron, y este es su gran mérito, la expresión de la clase obrera y la única llama revolucionaria e internacionalista frente a toda la histeria nacionalista, patriotera y «revanchista» de la «Liberación». Contra la corriente y contra la unión nacional reforzada: de la derecha a los trotskistas pasando por los estalinistas, estos obreros apátridas de la Izquierda comunista de Francia pegaban y difundían sus panfletos, carteles y periódicos. Era necesario un valor excepcional para oponerse a todos y llamar a los obreros a desertar del encuadramiento de los partisanos, y pasar por entre las redes de la Gestapo, de la policía de Vichy, de los gaullistas o de los matones estalinistas.
Rx
Panfleto
¡ OBREROS !
Las tropas anglo-americanas acaban de reemplazar al gendarme alemán en la labor de represión de la clase obrera y de reintegración en la guerra imperialista.
La Resistencia os empuja hacia la insurrección, pero bajo su dirección y con objetivos capitalistas.
El Partido comunista, tras haber abandonado la causa del proletariado, ha sumido en el patriotismo más funesto a la clase obrera.
Más que nunca vuestra única arma es la lucha de clases sin consideración de fronteras o naciones. Más que nunca vuestro lugar no es ni junto al fascismo, ni junto a la democracia burguesa.
Más que nunca el capitalismo anglo-americano, ruso y alemán son los explotadores de la clase obrera.
La huelga que se ha desencadenado ha sido provocada por la burguesía y por sus inte reses.
Mañana para luchar contra el desempleo que ella no puede resolver, seréis movilizados y enviados al frente imperialista.
¡ OBREROS !
- No respondáis a la insurrección porque se hará con vuestra sangre y para el bien del capitalismo internacional.
- Actuad como proletarios y no como franceses vengativos.
- Negaos a ser reintegrados en la guerra imperialista.
¡ OBREROS !
- Organizad vuestros comités de acción y cuando las condiciones lo permitan, seguid el ejemplo de los obreros italianos.
El capitalismo internacional no puede vivir más que en la guerra.
¡ Los ejércitos anglo-americanos os lo harán comprender del mismo modo que os lo ha hecho sentir el ejército alemán !
¡ Sólo saldréis de la guerra imperialista con la guerra civil !
¡ PROLETARIADO CONTRA CAPITALISMO!
Izquierda comunista francesa
L’Etincelle (La Chispa) - Agosto de 1944
Obreros,
Tras cinco años de guerra, con su corolario de miseria, muertes y carnicería, la burguesía se debilita por los golpes de una crisis que abre las puertas de la guerra civil. Europa sera mañana un vasto campo en erupción en el que los Ejércitos contrarrevolucionarios ingleses, americanos y rusos, intentaran implacablemente ahogar los movimientos revolucionarios de la clase obrera.
La labor de represión ya se ha repartido entre los beligerantes. Italia, vasto campo de experimentación, ha enseñado al capitalismo el peligro de dejar subsistir en el camino de la guerra a concentraciones obreras susceptibles siempre de reaparecer como clase independiente, como lo han demostrado los obreros italianos.
Por eso, desde hace dos años Alemania os almacena en enormes fábricas donde, codo a codo, los proletarios europeos se desloman y revientan fabricando armas para la guerra imperialista. Por eso desde hace dos años los patrioteros a sueldo del capitalismo os empujan hacia el maquis para haceros perder vuestra conciencia de clase intentando transformaros en vengativos patriotas. Todos los grandes centros industriales importantes de Francia son vaciados sistemáticamente para disminuir los riesgos de la guerra civil y conseguir la reducción de los focos revolucionarios que brotarían de esta guerra.
El desgaste de todas las energías obreras se hace con el espíritu político de debilitar vuestra conciencia para encerraros como animales, para controlaros y abatiros en cuanto expreséis vuestros primeros murmullos.
Actualmente la guerra no se juega entre los imperialismos beligerantes, sino entre el capitalismo consciente de su voluntad de continuar en el poder a pesar de la imposibilidad que le impone la Historia, y el proletariado, cegado hoy por la demagogia, pero que surgirá espontáneamente de los marcos del sistema burgués.
Las armas demagógicas y represivas del capitalismo ya están actuando.
A los campos de concentración, al maquis, a la feroz explotación de todos los obreros en Alemania se están ahora añadiendo los bombardeos de las ciudades, sobre todo aquellas en las que hay movimientos huelguísticos, como Milán, Nápoles o Marsella. Por la radio, el engaño burgués alimenta un discurso y un lenguaje protegiéndose con la aureola de la Revolución de Octubre, y que desde 1933, fecha de la muerte de la Internacional Comunista, os ha conducido de derrota en derrota a la guerra imperialista.
El Ejército Rojo, usurpando el glorioso nombre de un ejército obrero que luchaba revolucionariamente por la dictadura del proletariado, va a continuar la obra de muerte del fascismo, con su etiqueta de Soviets para disfrazar bajo una unanimidad creada a golpe de fuerza, la explotación capitalista.
De Gaulle, «ese negrero» como lo llamaban antes de 1941 los estalinistas, en un abrazo angloamericano y ruso os ahogará bajo el uniforme kaki de vuestra nueva movilización.
Europa está madura para la guerra civil, el capitalismo está dispuesto a reaccionar para conduciros hacia la guerra imperialista.
Obreros, cada arma del capitalismo contiene en sí misma un arma peligrosa para él.
A la reducción de los focos revolucionarios, la situación responde con una concentración más densa de la clase obrera en un punto neurálgico del capitalismo.
Ante la política patriotera, la solidaridad proletaria se crea en las fábricas alemanas y se reforzará por la necesidad ineluctable para los obreros de defenderse en tanto que obreros en una Europa precipitada mañana en el hambre y el desempleo.
La crisis que se desencadenará después de la transformación de la guerra imperialista en guerra civil no librará a los ejércitos imperialistas de los sobresaltos sociales de su retaguardia, así como de la contaminación revolucionaria que vendrá de las insurrecciones del proletariado europeo que los ejércitos deberán aplastar. La causa del proletariado francés esta irremediablemente ligada a la causa del proletariado europeo tras cuatro años de concentración y centralización económicas. Los enemigos más peligrosos para la clase obrera europea y mundial son los capitalistas anglo-americanos y rusos que no van a dejarse desposeer.
Obreros, sea el que sea el nombre que deis a vuestros organismos unitarios, el ejemplo de los Soviets rusos de la Revolución de Octubre de 1917 debe mostraros el camino, sin compromisos ni oportunismos, del poder.
Ni la democracia, ni el estalinismo con su demagogia de «Pan, Paz y Libertad» podrán liberaros del hambre que despunta, en un mundo donde el capitalismo no puede aportar más que la guerra.
La sociedad se encuentra en un atolladero infranqueable sin la Revolución proletaria.
El primer paso que dar es quebrantar la guerra imperialista con una clara conciencia de clase que proclame ante todo la lucha de clases en todas partes y siempre. La crisis en la burguesía mundial, que se ha abierto en Alemania e Italia, crea las condiciones y las armas favorables para la guerra civil, inicio espontáneo de la Revolución.
¡Obreros!, romped con toda esa anglolocura, americanolocura y rusolocura.
Rechazad todo patriotismo con el, que ni siquiera el mismo capitalismo sabe que hacer.
Proclamad vuestra solidaridad de clase y organizadla para poder resistir victoriosamente el día de la Revolución.
Romped con todos los partidos que han traicionado la causa de la clase obrera porque os han conducido a esta guerra imperialista y en ella os quieren mantener. El gaullismo, la socialdemocracia, el trotskismo, el estalinismo, son todos ellos los disfraces tras los que el enemigo de clase intentará penetrar en vuestras filas para derrotaros.
¡Obreros! La salvación no puede venir más que de vosotros porque la Historia os ha dado todas las posibilidades de comprender vuestra misión histórica y las armas para cumplirla.
¡De ahora en adelante por la transformación de la guerra imperialista en guerra civil!.
¡Los obreros italianos os han mostrado el camino, debéis responder golpe por golpe a la contra-revolución que se esconde en vuestras filas!.
La Fracción francesa
de la Izquierda comunista
[1] Ver La Izquierda comunista italiana, folleto de la CCI.
[2] En la actualidad, Libia.
[3] Ver «Manifiesto de la Izquierda comunista a los proletarios de Europa» en el folleto citado.
[4] Ver Revista internacional nº 75, 1993.
[5] Ver Internationalisme, publicación de la Izquierda comunista en Francia, nº 5, año 1945.