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INTRODUCCION DE LA CCI
En la Resolución sobre la situación mundial de nuestro último congreso[1] alertamos sobre un problema importante para el proletariado: su pérdida de identidad como clase. “Después de 1989, tras hundimiento de los regímenes “socialistas”, apareció un nuevo factor cualitativo: la impresión de la imposibilidad de una sociedad moderna no basada en los principios capitalistas. En esas circunstancias, es mucho más difícil para el proletariado desarrollar no solamente su conciencia y su identidad de clase, sino incluso sus luchas económicas defensivas, pues la lógica de las necesidades de la economía capitalista pesa mucho más si ésta parece no tener alternativa alguna”.
Por ello, nos ha parecido de un gran interés el texto que publicamos a continuación y que ha escrito un compañero muy próximo a la CCI.
El texto trata de ir a la base misma y más elemental del asunto: qué son las relaciones sociales de producción, qué son las clases sociales y quién es el proletariado.
A estas preguntas responde con mucho rigor efectuando una investigación en las contribuciones del marxismo aunque, simultáneamente, combatiendo la falsificación que realiza la burguesía para quien las clases sociales o bien son negadas o bien son transformadas en un concepto de categoría sociológica dentro de una “estratificación social”, con lo cual se impone el dogma sin base científica que más repite la burguesía: la sociedad actual no está dividida en clases sino que es una suma de individuos ciudadanos. Unos, gracias a sus méritos o a la “suerte”, formarían parte de la élite de triunfadores, el resto, por su torpeza, su indolencia, su falta de ambiciones o, simplemente, su “mala suerte”, pertenecería a la vasta categoría de “los de abajo”, los fracasados, los inadaptados, los inútiles, todos aquellos cruelmente arrojados a la cuneta en la carretera de brutal competencia. Así pues, “cada cual tiene lo que se ha ganado”, pues cada uno sería un mundo aparte, autónomo y encerrado en sí mismo, y que además iría “a la suya” compitiendo a muerte con los demás.
Los únicos lazos que podrían unir a esa suma de individuos atomizados serían, por supuesto, la Nación, grande o pequeña (España versus Cataluña) o todo tipo de grupos identitarios (las mujeres, las razas, los homosexuales etc.). Con ello lo esencial de esta sociedad -la división entre dos clases antagónicas, burguesía y proletariado- quedaría totalmente negada para dar pie a lo que la burguesía necesita: una masa amorfa de ciudadanos que vota cada cuatro años, que se encierra en sus asuntos particulares y que compite ferozmente con los demás por “lo que es suyo”. El colmo de ello sería dar la vida por la Patria o por la Democracia en los conflictos imperialistas y en las tensiones centrífugas de tinte nacionalista.
Contra estas mentiras el análisis marxista científico de la división de la sociedad en dos grandes clases antagónicas -burguesía y proletariado- es imprescindible y en su desarrollo y esclarecimiento toda contribución es bienvenida, más aún si está hecha con la seriedad y profundidad que aporta el compañero.
Es evidente, que este documento es un punto de partida muy interesante. Habrá que desarrollar nuevos aportes. Por ejemplo, ¿Cuál es la piel actual del proletariado? ¿El hecho de que haya descendido el número de trabajadores de mono azul concentrados en grandes fábricas significaría que habría desaparecido la clase obrera? ¿Ha sido siempre idéntica la composición y configuración de la clase obrera o bien esta ha ido cambiando con la evolución del capitalismo? Para estas y otras muchas cuestiones, las contribuciones y los debates son absolutamente necesarios.
CONTENIDOS:
1. De la poca claridad y la mezcla de conceptos con la sociología burguesa
2. De darlo por sentado a tener que definirlo
3. La relación del desarrollo del capitalismo con el fin de las viejas organizaciones
4. ¿Qué es la sociedad y qué son las relaciones sociales?
5. La división de la sociedad en clases
6. Una definición marxista de 'clase social'
1. De la poca claridad y la mezcla de conceptos con la sociología burguesa
La teoría burguesa es maquiavélica por definición, sean todas sus facciones conscientes o no de ello. La confusión en los conceptos, el vaciar de contenido proletario términos emergidos de la lucha de la clase obrera es una experiencia que existe por lo menos ya desde los tiempos de El Manifiesto Comunista, en el que se evidencia la existencia de diferentes 'socialismos': el socialismo feudal, el “verdadero socialismo”, el socialismo burgués y “toda esta pretendida literatura socialista y comunista que circula por Alemania” que entre otras cosas “dio a todos sus servilismos y vilezas un hondo y oculto sentido socialista, tornándolos en lo contrario de lo que en realidad eran”; “era una especie de melifluo complemento a los feroces latigazos y a las balas de fusil con que esos gobiernos recibían los levantamientos obreros”. Respecto a una de estas modalidades de 'socialismo' es ilustrativo entender cómo en esa situación histórica “La tormenta revolucionaria de 1848 barrió a toda esta escuela apolillada y quitó a sus personajes las ganas de seguir jugando con el socialismo”. Sin embargo, a la burguesía como clase, lejos de habérsele quitado las ganas, necesita “seguir jugando con el socialismo”. Esta necesidad corresponde a la misma naturaleza de la burguesía para la que “gobernar significa poner a tus súbditos en una situación en la que no te puedan molestar o tan siquiera pensar en molestarte”; “pues un hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno es inevitable que se pierda entre tantos que no lo son. Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad” (Extractos de El Príncipe, de N. Maquiavelo, 1532[2]).
La referencia al «espectro del comunismo» al comienzo del Manifiesto del Partido comunista de 1848 se ha convertido en una de las expresiones más célebres de la literatura mundial. Sin embargo, no se sabe generalmente a qué hace referencia verdaderamente ese pasaje. En realidad, la atención del público de la época no se centraba tanto en el comunismo del proletariado sino sobre el comunismo falso y reaccionario de las otras capas sociales e incluso de la misma clase dominante. Lo que quería decir realmente es que la burguesía, no osando combatir abiertamente y por tanto reconocer públicamente las tendencias comunistas que estaban actuando entonces en la lucha proletaria, utilizaba esta confusión para luchar contra el desarrollo de una lucha obrera autónoma. «¿Qué partido de oposición no ha sido tildado de comunista por sus adversarios en el poder?» se pregunta el Manifiesto, «¿Qué partido de la oposición no ha lanzado la acusación oprobiosa de comunista al más oposicional que exista, lo mismo que contra sus adversarios reaccionarios?».
Ya en 1848 este «espectro del comunismo impostor estaba en el centro de la controversia pública lo cual hacía particularmente difícil al joven proletariado tomar conciencia de que el comunismo, lejos de ser una cosa separada u opuesta a la lucha de clase cotidiana, no era otra cosa que su misma naturaleza, la significación histórica y el objetivo final de la misma” (El espectro del comunismo burgués, Corriente Comunista Internacional[3]).
Los conceptos sencillos de 'clase social' o 'relaciones sociales' han sido también intencionadamente falsificados o redefinidos, normalmente de forma confusa, más allá de un posible proceso inconsciente de la evolución de un término para adaptarse a la sociedad burguesa. Un proceso enlazado a la traición de los partidos socialistas y comunistas de la II y III Internacional, y la contrarrevolución más destructiva en nombre del 'comunismo'. Esta confusión no tiene solo componentes irracionales y automáticos del peso de la ideología burguesa y la adaptación pasiva a la sociedad burguesa, sino que responde también a una estrategia manipulativa de la clase dominante. La burguesía 'sabe', en su sentido pragmático, lo que es el comunismo o al menos lo que significa su desarrollo, y sabe que lo que ella vende como comunismo no es lo mismo. Es decir, no se trata de un despiste, y mucho menos una “evolución natural del término”[4].
No es en realidad la confusión teórica (1) difundida por la burguesía por un lado y (2) fruto de la adaptación pasiva a la sociedad burguesa por otro, la única fuerza reaccionaria que se opone al desarrollo de la clase obrera y la identidad de clase. Esta confusión teórica está integrada en un proceso de despolitización de la clase, de aislamiento, división por sectores productivos, naciones, etc, de individualismo y competencia... que al romper las relaciones políticas del proletariado hacen mucho más difícil el mero hecho de pensar en términos de relaciones sociales.
Tal vez exista poca claridad si buscamos encontrar un texto en concreto que de una definición clara y precisa de lo que son las clases sociales. O un apartado concreto de un texto, resaltado en un cuadro explicativo sobre el resto. Tal vez en ningún momento se necesitó abordar esta cuestión específica tan directa, sencilla y concretamente, pero lo escrito a continuación podría llegar a verse como una colección de fragmentos históricos enlazados coherentemente. Por eso, la supuesta confusión marxista en el concepto como dice la teoría sociológica burguesa: “A pesar de la importancia del concepto de clase para el movimiento político marxista, muchos autores destacan como sorprendente que el propio Marx nunca diera una definición precisa de clase en ninguno de sus escritos, a pesar de describir muchas de sus características” [5] se basa más en una incomprensión o distorsión por la burguesía que en una verdadera ausencia de significado. La definición se desprende lógicamente del desarrollo de otros términos como es 'sociedad', que aparentemente la burguesía no tiene problema en concebir como un “sistema organizado de relaciones” y del estudio del desarrollo histórico de la misma y su división en clases, como veremos a continuación.
2. De darlo por sentado a tener que definirlo
La explicación histórica de la pérdida de identidad de clase y su confusión teórica es al menos en parte paralela a la del desarrollo de la moral de la clase obrera, a pesar de que la cuestión sí fue desarrollada al principio por Marx y Engels. Sin embargo, ha sufrido una especie de desvanecimiento confuso.
“Si en el pasado, a pesar de las importantes citas aquí copiadas, no se desarrolló demasiado la cuestión, fue porque el movimiento del proletariado contaba con una larga y rica tradición de vida organizacional, en la que la mayoría de sus militantes observaban unas reglas para debatir, para dirigirse a sus camaradas, para convivir con ellos, para prestarles auxilio y toda su confianza y solidaridad cuando la necesidad lo requería; es decir, observaban una moral obediente a la naturaleza misma de la clase proletaria: la clase de la solidaridad, de la confianza, la portadora de las verdaderas capacidades creativas de la humanidad y de una verdadera cultura humana. Y lo más importante: esa tradición no había sido quebrantada y arrastrada por el fango como lo ha sido hoy todo lo que tiene que ver con el comunismo, no era acuciante la necesidad de recuperar algo que, para los revolucionarios, sólo empezó a perderse cuando empezó a degenerar la II Internacional” (La importancia del debate moral y organizativo, CCI[6]).
Con la identidad de clase sucede algo parecido. La clase obrera, hasta principios de siglo 20 con la entrada de la sociedad capitalista en su decadencia, había podido desarrollarse políticamente como clase en organizaciones permanentes de masas[7]. La identificación con el sistema de relaciones de una clase u otra era más sencillo en ese sentido y aunque la clase obrera no se había desarrollado hasta su punto más alto a la par que el desarrollo del capitalismo (lo cual podemos observar en la práctica en las diferencias entre las revoluciones de 1871 y 1905-1917), y precisamente por eso, sí tenía una vida política de clase más allá de su vida económica de clase dominada. Eso sí, en formas de organización muy volcadas a la participación en el capitalismo tal y como era en aquella época -una sociedad todavía capaz de un desarrollo histórico (ascendencia del capitalismo)- pero que, como tales no podían superar la sociedad burguesa y en cierta forma dependían de ella (fracción parlamentaria, sindicatos etc.)
Pero la clase obrera desde entonces, y al alcanzar el punto en que se abre su posibilidad revolucionaria, ya no podía desarrollarse políticamente 'a la par' que el desarrollo del capitalismo. La extensión del mercado a nivel mundial y por tanto la unificación social del planeta completo, y el desarrollo completo de la clase obrera (clase imprescindiblemente necesaria para el funcionamiento de la sociedad burguesa, pero dominada), a la vez que agudiza al máximo las contradicciones entre clases, por eso y en este proceso, abre la posibilidad de la revolución proletaria mundial y del surgimiento espontáneo de organizaciones que sí pueden superar, rebasar, subvertir la sociedad burguesa (la huelga de masas, consejos obreros, soviets) y generalizar las relaciones sociales internas de la clase obrera al conjunto de la sociedad. Es decir, organizaciones con la potencialidad de no solo defenderse de la vieja sociedad sino de construir una socialmente superior a partir de las condiciones construidas por la vieja. Pero por contra, no son organizaciones sociales de masas permanentes en la sociedad burguesa.
Hasta entonces, integrarse en la organización de una u otra clase era más intuitivamente apreciado, precisamente por la existencia permanente de la organización política (es decir, para sí misma) masiva de la clase obrera.
3. La relación del desarrollo del capitalismo con el fin de las viejas organizaciones
“Mientras el capitalismo cumplía una función históricamente progresista y el proletariado no estuvo suficientemente desarrollado, las luchas proletarias no podían llegar a transformarse en una revolución mundial triunfante pero sí que permitían a la clase obrera reconocerse y afirmarse como clase, a través de la lucha sindical y parlamentaria, para obtener verdaderas reformas y mejoras duraderas de sus condiciones de existencia. A partir del momento en que el sistema capitalista entra en decadencia, la revolución comunista mundial se plantea ya como posibilidad y como necesidad, en el orden del día de la historia. Esto trastorna totalmente las formas del combate proletario, incluso en el plano inmediato de las luchas reivindicativas, que no se expresan, ni en sus contenidos ni en sus formas, por los medios de lucha que se forjaron en el siglo XIX, como el sindicalismo y la representación parlamentaria de sus organizaciones políticas”[8].
Precisamente porque debido al desarrollo del capitalismo verdaderas reformas y mejoras duraderas para la clase (como clase, no como individuos o sectores separados, sino como clase en su conjunto) no son ya posibles: las formas previas de lucha parlamentaria de clase y lucha sindical de clase simplemente ya no existen. Sin embargo, la burguesía aprendió (tanto por aprovecharse de la adaptación pasiva del oportunismo y el centrismo, como por acción deliberada) a mistificarlas, a continuarlas artificialmente y en apariencia, de forma que 'se ven' como las mismas viejas formas, aunque estas sean organizaciones completamente diferentes, absorbidas directamente por el estado, o haciendo las mismas funciones que las que sí lo están. Estas formas de organización y lucha están completamente obsoletas, ya llegaron hace tiempo a sus cumbres y límites.
El propio entendimiento de la existencia de clases y de qué son estas se ha visto mezclado en la teoría y en la práctica con las apreciaciones burguesas sobre la división de su sistema social en escalones cuantitativos según el salario o según el poder económico de una nación en el monopoly internacional. Así, en las democracias occidentales habría un espectro de clases más o menos bajas a más o menos altas, pero que desde luego serían más altas que las clases medias-bajas del “segundo y tercer mundo”.
Estas teorías no pretenden ser solo una apreciación de las infinitas divisiones de la humanidad en la sociedad burguesa, sino que pretenden reforzar una infinita diferencia de identidades y, conseguido esto, relativizar lógicamente esas diferencias como una nimiedad salvable con la llamada 'movilidad social', en la escalera de la sociedad burguesa.
Y no solo eso, sino que pretenden ¡que la teoría de la clase obrera, cuando hablaba de clases sociales, se refirió siempre a estos mismos escalones que la burguesía llama 'clases'! Que la clase obrera serían los más pobres, o los trabajadores de determinados sectores como la construcción, las fábricas de automóviles, ferroviarios, mineros..., o los que cobren entre este y este otro salario, etc.
Hemos llegado aquí a otro punto importante. Según la teoría burguesa se podría clasificar a las personas individuales por clases. Juan sería 'clase obrera' pero Mónica y Eduardo serían 'clase media'...aunque a Elena y María las podríamos etiquetar de casi-burguesas porque tienen una tienda de bicicletas. Sin embargo, la burguesía como clase según lo es para el marxismo parece no existir. Existen 'burgueses', tal vez, pero no existe burguesía, y si existe...somos todos, en oposición al segundo y tercer mundo de pobres.
4. ¿Qué es la sociedad y qué son las relaciones sociales?
Contrariamente a toda esta teoría de lo que sería cada individuo abstraído del resto en la sociedad burguesa, el concepto de clase social para la teoría marxista proletaria ha expresado siempre el desarrollo social de la especie humana.
Empecemos viendo 'qué es la sociedad' para el marxismo:
“En la producción, los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es cómo se relacionan con la naturaleza y cómo se efectúa la producción.
Estas relaciones sociales que contraen los productores entre sí, las condiciones en que intercambian sus actividades y toman parte en el proceso conjunto de la producción variarán, naturalmente según el carácter de los medios de producción. Con la invención de un nuevo instrumento de guerra, el arma de fuego hubo de cambiar forzosamente toda la organización interna de los ejércitos. Cambiaron las relaciones dentro de las cuales formaban los individuos un ejército y podían actuar como tal, y cambió también la relación entre los distintos ejércitos.
Las relaciones sociales en las que los individuos producen, las relaciones sociales de producción cambian, por tanto, se transforman, al cambiar y desarrollarse los medios materiales de producción, las fuerzas productivas. Las relaciones de producción forman en conjunto lo que se llaman las relaciones sociales, la sociedad, y concretamente, una sociedad con un determinado grado de desarrollo histórico, una sociedad de carácter peculiar y distintivo. La sociedad antigua, la sociedad feudal, la sociedad burguesa son otros tantos conjuntos de relaciones de producción, cada uno de los cuales representa, a la vez, un grado especial de desarrollo en la historia de la humanidad” (-subrayado propio- K. Marx, Trabajo asalariado y capital, 1849[9]).
“La producción de vida, tanto de la propia en el trabajo como de nueva vida en la procreación...aparece como una doble relación: por un lado, como una relación natural, por otro lado, como una relación social. Por 'social' nosotros entendemos la cooperación de varios individuos, sin importar bajo qué condiciones, de qué manera y con qué fin. De esto se deduce que cierto modo de producción, o etapa industrial, está siempre combinado con un cierto modo de cooperación, o etapa social, y este modo de co-operación es en sí mismo una "fuerza productiva". (…)
(…) La consciencia del ser humano de la necesidad de asociarse con los individuos que le rodean es el comienzo de la consciencia de que está viviendo en sociedad en modo alguno. Este comienzo es tan animal como la vida social misma en esta etapa. Es mera consciencia de manada, y llegado este punto el ser humano solo se distingue de las ovejas por el hecho de que en él la consciencia toma el lugar del instinto o que su instinto es un instinto consciente. Esta consciencia tipo-oveja o tribal recibe su adicional desarrollo y extensión a través del incremento de la productividad, el incremento de necesidades, y, algo que es fundamental para ambas cosas, el aumento de la población. Con estas se desarrolla la división del trabajo” ( -subrayado propio- K. Marx, La Ideología Alemana[10])
Las condiciones en que enlazan e “intercambian sus actividades y toman parte en el proceso conjunto de la producción”, estos modos de cooperación “de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades” son las relaciones sociales. Es un concepto simple y concreto para entender la ecología social, el mundo social, la experiencia social de los humanos, y que aparece en este fragmento varias veces.
La sociedad está constituida por tanto por la integración de diferentes relaciones sociales formando un sistema. Comprende las formas de organización de la actividad de unos miembros de la sociedad respecto de otros, entre todos los miembros de un grupo y que podríamos imaginarlas siendo establecidas conscientemente (cómo dividir el trabajo, cómo distribuir los productos, a quiénes corresponde esto y lo otro, etc.) . Sin embargo, en el transcurso de la historia de la sociedad, solo la clase obrera está en posición de hacerlo así ya que hasta este punto se han establecido en base a la urgente necesidad de desarrollar las fuerzas productivas, y por tanto la riqueza de la sociedad, pero bajo la única posibilidad de hacerlo mediante la riqueza de unas clases dominantes en detrimento de otras dominadas. Una urgente e inconsciente motivación competitiva.
Es decir, solo el proletariado está en posición de entender y juzgar conscientemente la destrucción o desarrollo de relaciones sociales concretas.
Puede parecer una obviedad clarificar este concepto, pero no lo es en absoluto. Es un concepto que, por razones parecidas a 'clase social' aparece como “demasiado amplio como para ser entendido” en una sociedad que tiende a la descomposición de dichas relaciones.
Parece fácil concebir la relación personal entre dos amigos, aunque estos se encuentren cada uno en un extremo del mundo, ambos perciben, piensan y conocen la existencia de unos lazos, fruto de una experiencia juntos. No les hace falta tocarse para apreciar esto. La experiencia que cuenta en el caso de las relaciones sociales es una experiencia, necesidad y progreso históricos, más allá del recorrido vital de personas concretas, y en este sentido independientes de la voluntad de individuos concretos.
“En la producción social de su existencia, los humanos inevitablemente entran en relaciones concretas, las cuales son independientes de su voluntad, es decir relaciones de producción apropiadas para una etapa dada en el desarrollo de sus fuerzas materiales de producción. La totalidad de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, los verdaderos cimientos, sobre los cuales se erige una supraestructura legal y política, y a la cual corresponden formas concretas de consciencia social” (K. Marx. Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía Política[11]. 1859).
Estas “formas concretas de consciencia social” pueden ser en la práctica justificantes, reforzantes de aquellas relaciones sociales... o críticas, subversivas de estas. Pero de todos modos surgen de aquellas.
5. Sobre la división de la sociedad en clases
Tomamos aquí unos fragmentos de “El origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado” [12]para explicar este apartado:
“Pero no en todas partes se detuvieron los hombres en esta etapa. En Asia encontraron animales que se dejaron primero domesticar y después criar. Antes había que ir de caza para apoderarse de la hembra del búfalo salvaje; ahora, domesticada, esta hembra suministraba cada año una cría y, por añadidura, leche. Ciertas tribus de las más adelantadas —los arios, los semitas y quizás los turanios—, hicieron de la domesticación y después de la cría y cuidado del ganado su principal ocupación. Las tribus de pastores se destacaron del resto de la masa de los bárbaros. Ésta fue la primera gran división social del trabajo. Las tribus pastoriles, no sólo produjeron muchos más, sino también otros víveres que el resto de los bárbaros. Tenían sobre ellos la ventaja de poseer más leche, productos lácteos y carne; además, disponían de pieles, lanas, pelo de cabra, así como de hilos y tejidos, cuya cantidad aumentaba con la masa de las materias primas. Así fue posible, por primera vez, establecer un intercambio regular de productos”. (...)
“A consecuencia del desarrollo de todos los ramos de la producción —ganadería, agricultura, oficios manuales domésticos—, la fuerza de trabajo del hombre iba haciéndose capaz de crear más productos que los necesarios para su sostenimiento. También aumentó la suma de trabajo que correspondía diariamente a cada miembro de la gens, de la comunidad doméstica o de la familia aislada. Era ya conveniente conseguir más fuerza de trabajo, y la guerra la suministró: los prisioneros fueron transformados en esclavos. Dadas todas las condiciones históricas de aquel entonces, la primera gran división social del trabajo, al aumentar la productividad del trabajo, y por consiguiente la riqueza, y al extender el campo de la actividad productora, tenía que traer consigo necesariamente la esclavitud. De la primera gran división social del trabajo nació la primera gran escisión de la sociedad en dos clases: señores y esclavos, explotadores y explotados. Nada sabemos hasta ahora acerca de cuándo y cómo pasaron los rebaños de propiedad común de la tribu o de las gens a ser patrimonio de los distintos cabezas de familia; pero, en lo esencial, ello debió de acontecer en este estadio (...)
(…) Con la esclavitud, que alcanzó su desarrollo máximo bajo la civilización, se realizó la primera gran escisión de la sociedad en una clase explotadora y una clase explotada. Esta escisión se ha sostenido durante todo el período civilizado. La esclavitud es la primera forma de la explotación, la forma propia del mundo antiguo; le suceden la servidumbre, en la Edad Media, y el trabajo asalariado en los tiempos modernos. Éstas son las tres grandes formas del avasallamiento, que caracterizan las tres grandes épocas de la civilización; ésta va siempre acompañada de la esclavitud, franca al principio, más o menos disfrazada después”.
Vemos pues que las clases son el producto de una división de la sociedad en cierto estadio de desarrollo de sus fuerzas productivas, y no de un escalonamiento gradual de una sociedad eternamente armónica. Esta división pivota sobre la relación de propiedad de toda la sociedad respecto de los medios de producción social (incluyendo entre estos las distintas formas de cooperación social entre seres humanos y ciertos productos de dicha cooperación (por ejemplo, según Wikipedia: “hay que incluir también entre las fuerzas productivas todos los procedimientos laborales, el agrupamiento de los obreros en fábricas o talleres y luego en complejos industriales, la división del trabajo y su racionalización, entre otros”) y el resto de productos sociales acumulados a lo largo de su historia. Al no estar toda la sociedad en la misma relación de propiedad respecto de estos existe una efectiva división de la misma.
Según la teoría burguesa, las sociedades o la sociedad es un 'sistema organizado de relaciones que se establecen entre este conjunto de personas'. Sin embargo, la burguesía sería una 'clase social formada por las personas acomodadas que logran tener propiedades y capital'...y a clase obrera es, ¡ “según Karl Marx” !, ‘individuos que venden su fuerza de trabajo por un salario y que no poseen los medios de producción’.
Es decir, que, para definir la sociedad, la burguesía no tiene ningún problema en verla como un sistema de relaciones sociales, pero cuando habla de clases, estas ya no serían relaciones sino simplemente individuos aislados sin relación social alguna, conglomerados en abstracto por su nivel económico, su salario, oficio, etc.
Para la burguesía, a pesar de ser ella una clase y funcionar como tal, no conviene presentar la sociedad que domina en términos de clases sociales (y por tanto sistemas de relaciones sociales antagónicas) sino modificar el significado de este término para expresar una diferencia gradual y escalonada.
Esta visión acota el conjunto de la sociedad a las relaciones sociales de su clase burguesa, de competencia. Y no es solo una 'imaginación errónea y delirante' de la burguesía, sino que ve precisamente lo que sus relaciones sociales como clase proyectan en la práctica sobre el conjunto de la sociedad, y por tanto verdaderamente existen en gran medida para el conjunto de la sociedad. Pero no existen solo estas.
En este sentido, la burguesía, aunque sabe de la existencia de otras relaciones sociales antagónicas a las suyas, tiene que negarlas en teoría para controlarlas en la práctica y que funcionen dominadas, sometidas a su dominio de clase (¡las necesita para mantener y desarrollar la producción!). Por tanto, por muy decorada que esté esta visión (ciudadanismo, democracia, etc.), la teoría burguesa no describe nada más que a individuos aislados en eterna competencia.
“La competición separa a los individuos unos de otros, no solo a la burguesía, pero aún más a los trabajadores, a pesar del hecho de que los une. Por lo tanto, pasa mucho tiempo antes de que estos individuos puedan unirse, aparte del hecho de que, para los propósitos de esta unión, si no ha de quedarse en un fenómeno local, los medios necesarios, las grandes ciudades industriales y las comunicaciones baratas y rápidas, tienen primero que ser producidas por la gran industria. Por lo tanto, cada poder organizado que se levante contra estos individuos aislados, que viven en relaciones, reproduciendo diariamente este aislamiento, solo puede superarse después de largas luchas. Exigir lo contrario equivaldría a exigir que la competencia no exista en esta época definida de la historia, o que los individuos deberían desterrar de sus mentes relaciones sobre las cuales, en su aislamiento, no tienen control” (Marx, La ideología alemana).
De la misma forma que la sociedad es un sistema de relaciones sociales, también lo son las clases. El sistema social, la sociedad, cuando dividida en clases, engloba las relaciones dentro de las clases y los antagonismos (relaciones antagónicas) entre estas.
6. Una definición marxista de clase social
Contra la visión individualista de la sociología burguesa que concibe las clases como una agregación de individuos sin relación, las clases no son sino el producto de la división de la sociedad, de una única sociedad. La consecuencia lógica del tipo de división que hemos visto no puede resultar más que en clases dominantes y dominadas, explotadoras y explotadas. No se trata de un “mayor o menor grado cuantitativo de explotación o dominación” lo que caracteriza a las clases antagónicas sino la dominación y la explotación como procesos sociales cualitativos en sí mismos.
Una clase social es, salvando las limitaciones de una definición y teniendo en cuenta todo lo anterior, un sistema sintético de relaciones sociales entre humanos que emerge se desarrolla irremediablemente en un antagonismo con otra/s, y desaparece en relación al desarrollo por la sociedad de las fuerzas productivas (incluido en estas el grado o modos de cooperación social) y a los cambios en las relaciones de producción. Dichas clases, en estos procesos, son las que impulsan el desarrollo o destrucción de las mencionadas fuerzas productivas y/o relaciones entre clases.
Podríamos hablar de 2 niveles del desarrollo de una clase[13]: (1) general, o económico (2) político: se forma sobre el 'general/económico' y es la organización social de una clase para sí misma, sus propios intereses y perspectivas de organización. Por ejemplo, cuando la clase obrera lucha en las guerras de la burguesía, agregado a facciones concretas de su clase antagónica, no por ello “deja de ser” la clase obrera en su funcionamiento social. No por ello cambian las relaciones de producción entre clases o dentro de las clases. No deja de ser la clase de la producción asociada combinada y despojada de los medios de producción social, la clase que necesita un régimen de propiedad común.
Sin embargo, cuando la clase obrera es alistada para la guerra imperialista sufre su máxima derrota. No solamente deja de ser una clase para sí, no solamente está completamente entregada al interés del Capital, sino que, además, y esto es lo más grave, se asesina mutuamente en una carnicería fratricida, abandona su propio ser de clase internacional que no tiene patria para sacrificarse en el altar del interés nacional de cada capital.
En circunstancias “normales”, cuando el comercio y la explotación se desarrollan de modo “pacífico”, el proletariado atomizado y dividido por la competencia, trata de ser utilizado tanto para los fines políticos como los económicos de diferentes facciones de la burguesía. Tanto para la lucha por el poder del Estado como para la competencia entre empresas, más concretamente entre capitales.
Marx escribió en 'La ideología alemana' que “Los individuos separados forman una clase solo en la medida que tienen que sostener una lucha común contra otra clase; pues de otro modo se ven enfrentados los unos a los otros como competidores”. En ese sentido, solo sería una 'clase completa' cuando funciona para sus propios intereses, y solo es una clase en cuanto que sus relaciones sociales son antagónicas a las de otra clase.
“Pero con el desarrollo de la industria, el proletariado no solo aumenta en número; se concentra en mayores masas, su fuerza crece, y crece también la consciencia de esa fuerza” (…) “los trabajadores empiezan a formar combinaciones (…) contra la burguesía; se coaligan para mantener la tasa de sus salarios; fundan asociaciones permanentes para aprovisionarse de antemano previendo revueltas ocasionales. Aquí y allá, la contienda estalla en disturbios. A veces los trabajadores salen victoriosos, pero solo por un tiempo. La verdadera victoria de sus batallas yace no en el resultado inmediato, sino en la permanente extensión de la unión de los trabajadores. Contribuyen a esta unión los mejorados métodos de comunicación, creados por la industria moderna, y que ponen en contacto a los trabajadores de diversas regiones y localidades. Era tan solo este contacto el que se necesitaba para centralizar las numerosas luchas locales, todas del mismo carácter.” (…) “El avance de la industria, cuyo promotor involuntario y automático es la burguesía, reemplaza el aislamiento de los trabajadores debido a la competición por la combinación revolucionaria debida a la asociación” (-subrayado propio-El manifiesto comunista).
El desarrollo de esta cuestión nos lleva por tanto a otra pregunta:
7. ¿Qué es la clase obrera?
● Base General Económica:
La clase obrera es la clase de la asociación productiva combinada, colaborativa. La clase social de la integración de las diferencias individuales en el proceso productivo.
Sin embargo, en la sociedad burguesa existe una competencia implacable para entrar en dicho proceso productivo y a su vez unas exigencias de prioridad referentes a la rentabilidad cuantitativa de extracción de plusvalía y acumulación de capital sobre el conjunto de los posibles, potenciales procesos productivos. En este sentido, las relaciones sociales capitalistas se imponen sobre la clase obrera.
Es una clase cuya relación de propiedad respecto de los medios de producción social es la de desposesión y, en consecuencia, cuya relación respecto del proceso general de producción es el de clase explotada.
Pero para entender de verdad por qué la clase obrera es lo que es y cuál es su potencial social, para entender las clases de hoy y sus líneas de desarrollo, hay que remontarse a su origen histórico. Además, entender qué es la clase obrera está sujeto a entender qué es la clase burguesa. Esta no tiene gran interés en ocultar su origen histórico, aunque, nótese la ironía, “salvando ciertas consecuencias sin demasiada importancia”, sino más bien se enorgullece de ello y lo entiende más o menos bien.
Empezamos combinando la definición de la Wikipedia española e inglesa: “La burguesía durante la Edad Media normalmente era el negociante auto-empleado con las funciones socioeconómicas del mercader, artesano, banquero, etc, es decir las de intermediario financiero entre el señor feudal y el campesino servil que trabajaba el feudo, la tierra del señor. La concentración económica debido a la aparición de organizaciones burguesas de autoprotección, los gremios, que surgieron cuando burgueses individuales entraron en conflicto con sus señores feudales en búsqueda de rentas mayores de lo acordado (o mayores de lo que convenía a la burguesía-añadido propio-), dio lugar a la progresiva des-sujeción a la jurisdicción feudal en las ciudades”.
Y ahora seguimos con un texto de la CCI: “...el papel eminentemente revolucionario desempeñado por la burguesía a lo largo de la historia. Esta clase, que aparece y se desarrolla en el seno de la sociedad feudal, vio crecer su poder respecto a la nobleza y a una monarquía cada vez más dependiente de ella tanto en lo que se refiere a sus fortunas en bienes de toda clase (telas, muebles, especias, armas) como a la financiación de sus gastos. Al agotarse las posibilidades de roturar los montes y extender las tierras cultivadas se fue secando una de las fuentes de la dinámica de las relaciones de producción feudales que, junto a la constitución de grandes reinos, el papel protector de las poblaciones -que había sido inicialmente la vocación principal de la nobleza- pierde su razón de ser, así el control de la sociedad por esta clase pierde sentido y se convierte en una traba al desarrollo de dicha sociedad. Esto se amplifica por el hecho de que ese desarrollo es cada vez más tributario del crecimiento del comercio, la banca y el artesanado de las grandes ciudades que logra un progreso considerable de las fuerzas productivas.
Así la burguesía, poniéndose a la cabeza del cuerpo social, primero en la esfera económica y después en la esfera política, libera a la sociedad de las trabas que la habían hundido en el marasmo y crea las condiciones de un crecimiento de las riquezas más formidable que la humanidad haya conocido. Y al mismo tiempo sustituye una forma de explotación, la servidumbre, por otra forma de explotación, el trabajo asalariado. Para ello, durante el período que Marx llama la acumulación primitiva, toma medidas de una barbarie tal que bien podían compararse a las impuestas a los esclavos, para que los campesinos se vieran obligados a vender su fuerza de trabajo en las ciudades (ver, a este respecto, las páginas admirables del libro Iº de El Capital). Esa barbarie es el anuncio de la barbarie que empleará el capital para explotar al proletariado (trabajo de niños pequeños, trabajo nocturno de mujeres y niños, jornadas de trabajo de hasta 18 horas, encierro a los trabajadores en las «Work-houses», etc.) hasta que las luchas de este no logren obligar a los capitalistas a atenuar la brutalidad de sus métodos”[14]
El nacimiento del proletariado en América siguió un proceso equivalente en el que “los indígenas locales demostraron ser demasiado difíciles de esclavizar en cantidades suficientes y se resistían a la invasión violenta de su tierra natal, pero afortunadamente para los aventureros mercantes de Inglaterra existía una fuente de trabajo mucho más cerca de casa; a lo largo de los siglos precedentes, el campesinado inglés había sido arrancado de sus tierras y, según la descripción de Marx, "convertido en vagabundos, y luego azotado, marcado, torturado por leyes grotescamente terroristas para aceptar la disciplina necesaria para el sistema de trabajo asalariado”.
Estas leyes terroristas se usaron para desterrar a los así-llamados "bribones persistentes" a "partes más allá de los mares", lo que significaba que decenas de miles de hombres, mujeres y niños considerados una amenaza para el orden social y que suponían un excedente para las necesidades del capital nacional simplemente fueron aglutinados y embarcados para trabajar en los campos de tabaco de Virginia, donde muchos fueron forzados a trabajar hasta la muerte o torturados si intentaban escapar (...)
Casi dos tercios de todos los inmigrantes blancos en las colonias americanas de Inglaterra - entre 350 y 375,000 personas - llegaron como sirvientes contratados, obligados a trabajar desde tres hasta once años o más a cambio de su pasaje y necesidades básicas. (...)
Incluso si sobrevivían al final de su servidumbre era mucho más probable que se unieran a las filas del proletariado que adquirieran la posesión de una pulgada cuadrada del Nuevo Mundo”[15].
● Desarrollo Político:
“El sueño de una sociedad igualitaria, sin amos y sin explotación, que podían albergar los esclavos o los siervos, era una quimera porque el grado de desarrollo económico alcanzado por la sociedad en aquel tiempo no permitía la abolición de la explotación. En cambio, el proyecto comunista del proletariado es perfectamente realizable, no solo porque el capitalismo ha creado las premisas para tal sociedad, sino porque es el único proyecto que puede sacar a la humanidad del marasmo en el que se hunde” (ver nota 13).
La clase obrera es por tanto a la vez que todo lo dicho en el apartado anterior, en resumidas cuentas, la clase del comunismo. Vemos esto a través algunos fragmentos de “La Ideología Alemana”, que describen el enlace de lo que es la clase obrera 'en general' con su potencialidad sociohistórica:
Para que la sociedad capitalista “se convierta en un poder “intolerable”, es decir, en un poder contra el que los humanos hacen una revolución, debe necesariamente haber transformado a una gran masa mayoritaria de la humanidad en “desposeída” y producido, al mismo tiempo, la contradicción de un mundo de abundantes riquezas y cultura, lo que presupone en ambos casos un gran incremento del poder productivo, un alto grado de su desarrollo”. Esta “es también una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la necesidad, y con miseria se reproduciría de nuevo la lucha por lo indispensable y todo el viejo negocio inmundo”.
El desarrollo del capitalismo ha conectado e igualado el desarrollo social del mundo mediante la expansión del mercado mundial. En ese sentido ha “formado individuos histórico-mundiales en el lugar donde antes había individuos locales” (lo cual se refiere a la existencia de individuos directamente unida a la historia mundial) y hecho “a cada nación dependiente de las revoluciones de las otras”.
En ese sentido también, la sociedad capitalista ha acabado desarrollando hasta la época de su decadencia una clase obrera mundial, lo cual es el pre-requisito básico para la revolución mundial, superando las experiencias tempranas de la clase obrera a nivel local como la Comuna de París (1871).
La clase obrera, el proletariado, es “en sí mismo la expresión de la disolución de toda clase, nacionalidad, etc. dentro de la sociedad actual”.
El proletariado expresa la necesaria disolución del régimen de propiedad existente y se dirige hacia el régimen social y necesariamente mundial de propiedad común de los medios de producción, que no es sino la generalización del potencial de sus relaciones internas al conjunto de la sociedad. Este régimen ya se expresa en la clase obrera en sus medios estrictamente políticos de producción, en sus organizaciones políticas, la propiedad común es la dirección que toma dicha organización. Es el medio de lucha de la clase obrera y así se expresa espontáneamente en el internacionalismo, el surgimiento de la huelga de masas, los soviets, etc. Es también la clase de “cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”. “Cada uno según sus capacidades” ya se expresa en cierta medida en la sociedad burguesa si tomamos solo en cuenta, como dijimos antes, estrictamente el proceso productivo y su integración de las diferencias. La abolición de la propiedad privada con la propiedad común de los medios de producción liberaría esta primera parte del lema comunista de su dominio burgués. El fortalecimiento, desarrollo y extensión de las relaciones políticas de la clase obrera es un prerrequisito para esto, y en esta dirección, la sociedad alcanza su desarrollo provisional más progresista cuanto mayor es el desarrollo político de la clase obrera, sobre la cual recae constantemente la “responsabilidad histórica” de resolver la disyuntiva “socialismo o barbarie”, revolución comunista o descomposición de la sociedad.
Parte de esas bases sociales generales que se han desarrollado en el modo de cooperación entre los humanos, las relaciones sociales de trabajo asociado combinado de la clase obrera para el funcionamiento de la sociedad capitalista tienen la semilla, la potencialidad en su desarrollo político, de la construcción de una sociedad socialmente superior, de la abolición de las clases, la sociedad comunista. Así mismo, estas “formas concretas de consciencia social” que expresamos aquí solo han podido surgir del desarrollo actual de la sociedad. De esa 'base general' es de donde surge el desarrollo político de la clase obrera.
Teivos
[1] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201711/4256/22-congreso-de-la-cci-resolucion-sobre-la-situacion-internacional
[2] Ver los siguientes artículos para un análisis histórico más detallado sobre la consciencia de la burguesía:
[4] Hay que señalar que existe en las universidades un ejército de especialistas en “marxismo”, sociólogos etc., que tanto por sus prejuicios de clase como por su voluntad de “hacer carrera” se dedican a falsificar la noción de clase o a reemplazarla por un indigesto mejunje de categorías sociológicas: clase media, estratos desfavorecidos, capas privilegiadas y otros inventos.
[5] Clase social según Karl Marx, Wikipedia en español
[6] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201704/4205/la-importancia-del-debate-moral-y-organizativo
[7] Partidos de masas, sindicatos, organizaciones juveniles y de mujeres, sociedades de socorros mutuos, centros culturales, universidades obreras etc.
[8] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200407/174/la-teoria-de-la-decadencia-en-la-medula-del-materialismo-historico-
[9] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/49-trab2.htm . El autor ha traducido directamente del inglés las citas por lo que no coincidirán necesariamente con la versión de marxist.org Damos la referencia por si los lectores están interesados en conocer la obra que se cita. Esta observación vale para otras notas similares.
[13] Para la siguiente terminología revisar la cita de Marx mencionada anteriormente en el texto tomada del Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía Política