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A finales de Septiembre, ha salido a la luz un mini-escándalo que ha puesto en evidencia la estrecha relación que existe entre patronal y sindicatos.
¿En que consiste el asunto?: Todo comenzó por la alerta lanzada por algunos empleados de la Banque Nationale du Paris (BNP) intrigados por las retiradas de enormes cantidades de dinero en efectivo (entre 150.000 y 200.000 €) por parte de Denis Gautier-Sauvagnac, presidente de la Unión de Industrias y oficios de la metalurgia (UIMM). En ese momento, se abrió la caja de Pandora. Interventores de la citada entidad comenzaron a investigar sobre la retirada de cantidades de dinero que en su monto global representaban, en un principio 5,6 millones de €, más tarde 9,6 millones y, a día de hoy, ¡20 millones de €! . La pregunta “del millón” es: ¿a que se ha destinado tal cantidad de dinero?.
Rápidamente la respuesta aparece como una evidencia. Se revela el secreto del polichinela: una gran parte de este dinero ha ido a parar al...¡ bolsillo de los sindicatos ¡. El mismo Denis Gautier-Sauvagnac ha tenido que reconocer que estos fondos servían para “hacer más fluidas las relaciones sociales” (y que mejor que liquidez para “fluidificar las relaciones sociales”). Hasta aquí nada de extraño o excepcional. El citado patrón no es un elemento especialmente corrupto, al menos no más que todos sus colegas. De hecho, ha continuado una práctica que se viene dando desde hace más de un siglo. El presidente de la UIMM entre los años 1.994 a 1.999, Daniel Dewavrin, ha reconocido abiertamente haber utilizado este mismo medio para asegurar la financiación sindical. El presidente del Consejo Nacional de la Patronal Francesa (CNPF) de 1.981 a 1.986, Yvon Gattaz aseguró en cierta ocasión “...es una tradición desde 1.984 que exista una caja que alimenta las necesidades de los sindicatos (...) no es solo para las situaciones especiales (en las negociaciones salariales), es una financiación normal...”. Como remate vemos que, Francois Ceyrac, otro antiguo presidente tanto de la UIMM como de la CNPF, escribe ante la inquietud de sus actuales colegas (en una carta publicada por el diario Le Monde): “...Estoy muy bien situado para saber que las acciones que hoy os quieren recriminar, consisten ni más ni menos que en dar ayudas materiales de todo tipo a diversos colaboradores de la vida social, acciones que están en completa continuidad histórica con la labor de la UIMM en el sentido de buscar y desarrollar el dialogo social...” (sic¡¡¡). En otras palabras, parafraseando al actual presidente de la patronal MEDEF, estos lazos financieros estrechos entre patronal y sindicatos son “un secreto de familia”. En efecto, se trata efectivamente de “una financiación normal”, entre miembros de una misma “familia”, una familia que se llama: burguesía.
Ante todas estas “revelaciones”, la protesta sindical ha sido, como poco, espesa y muy discreta. Todos los trabajadores conocemos a diferentes representantes sindicales que nos invitan regular e insistentemente a sindicarnos, a “adherir a la causa”, o al menos, a sostener financieramente..la lucha sindical. Igualmente, todos los trabajadores conocemos la cantinela sindical clásica que viene a decir “...el sindicato, es una organización que te defiende cotidianamente y que te pertenece. Gracias a las cotizaciones de los trabajadores, a tu cotización, puede desarrollar este trabajo...”. Los sindicatos, órganos de lucha de los trabajadores, financiados por los trabajadores...he aquí uno de los pilares de la ideología sindical. Pues bien, cuando un asunto como el citado en este artículo pone al descubierto la mentira de esta propaganda sindical, poniendo en cuestión esta ideología, los sindicatos hablan con la boca pequeña ¿Por qué esta actitud?.
Con una pequeña encuesta en la RED INTERNET, utilizando el buscador de Google, podremos comprenderlo. Asuntos y testimonios de este tipo de financiación oculta aparecen con cierta facilidad. He aquí algunos pequeños ejemplos tomados al azar.
En el año 2.000, la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) investigo la Caja de Jubilaciones Ínter empresas (CRI, una caja para ayudas complementarias al régimen de los asalariados (Arrco) y, se descubrió el pastel: “... la investigación efectuada entre Febrero y Mayo de 1.999, puso en evidencia todo un sistema de financiación más directa e indirecta de los sindicatos (...) Según este informe, el CRI donó entre 1.995 y 1.999, 34,3 millones de francos a los sindicatos, ya sea en forma de salarios para sus miembros permanentes, presentados como cuentas entregadas a ´delegados exteriores` o en ´convenciones de asistencia técnica` previstas tanto en honorarios como en reembolso de gastos..” . Cuatro años más tarde, la citada inspección (IGAS), vuelve a poner el “dedo en la llaga” en esta ocasión a propósito del delicado tema de las llamadas “puestas a disposición”, es decir, los miles de sueldos puestos a disposición de los sindicatos en las empresas públicas y en las administraciones. Este es el informe, en términos claros de los inspectores del IGAS a propósito del asunto: “...Es público y notorio que numerosos permanentes de los sindicatos están al servicio del Estado, los organismos de la Seguridad Social y empresas públicas o privadas sin ninguna base jurídica (1). La publicación semanal Marianne (2) nos facilita igualmente una significativa cantidad de ejemplos en el mismo sentido: “...La CGT ha debido admitir, hace 4 años, que ha recibido dinero de la empresa Vivendi en forma de publicidad sobre valorada (120.000€ por página) en su revista semanal ´La vida obrera`, en 2.001 (...) En el mismo sentido, ¿porque empresas como Thalés o Dassault, que nada tienen que vender al gran público han comprado a precios elevadísimos páginas de publicidad en la revista ´El metalúrgico` de la CFTC (....), Recientemente los representantes de la Unión Federal de Transportes han explicado a los diputados encargados del asunto como la CGT incluía sistemáticamente en los acuerdos sobre los servicios mínimos a mantener en los conflictos laborales, la necesidad de remunerar con fondos de la empresas al menos a un centenar de sus miembros permanentes...” .
Oficialmente, sin tener en consideración la dimensión real de todas estas maniobras ocultas y, considerando nada más la parte que ha emergido de este iceberg, sabemos que el Estado financia generosamente a los sindicatos a base de subvenciones públicas. La CGT por ejemplo, percibió 145 millones de € (libres de impuestos) en un presupuesto total de 220.6 millones de € (3), más claro, ¡ un 66% de su presupuesto es pagado directamente por la burguesía!. ¿Por qué estaría la burguesía interesada en mantener tan generosamente a estos “organismos de lucha”?. ¿Por qué la burguesía invita a los trabajadores a pagar cuotas sindicales que después encuentran incluso exenciones fiscales?. ¿ Por qué estaría en financiar a sus “peores enemigos”? ya que ha quedado claro que no se trata de la acción de tal o cual corrupto burócrata empresarial o sindical. El dirigente patronal, Yvon Gattaz , tiene todo la razón cuando afirma que este dinero no se usa para hacerlo “valer” en las negociaciones sino que se trata de una “financiación regular y normal”.
Los sindicatos pertenecen a la burguesía: ideológica y financieramente. Son el “Caballo de Troya” que utiliza para sabotear desde “el interior” el desarrollo de las luchas y de la reflexión obrera. ¡ Por esa razón no duda en modo alguno de la necesidad de alimentarlos, mantenerlos y cuidarlos todo lo que sea necesario, como lo que son, buenos perros de presa del capital ¡.
Artículo traducido de Revolution Internacionale, Noviembre 2007, publicación en Francia de la CCI.
Notas:
(1) Ver en Internet, rue89.com
(2) Marianne, del 20 al 26 de Octubre 2.007
(3) Ver la revista, Société Civile