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Siempre hemos defendido la absoluta necesidad de desarrollar un debate público (en especial en la prensa) por parte de las organizaciones que se reclaman de la Izquierda Comunista. Del mismo modo, siempre hemos apoyado la necesidad de confrontar posiciones con objeto de que los elementos en búsqueda de nuestra clase puedan hacerse una idea clara y precisa de las diferentes posiciones que existen en el seno del Medio Político Proletario.
¿Un análisis de geometría variable?
Si bien es cierto que el BIPR (así como las organizaciones que lo han constituido, el Pcint y la CWO) siempre han defendido el internacionalismo proletario ante los peores horrores nacionalistas desencadenados por la burguesía, su análisis de las causas de los diferentes conflictos guerreros a lo largo de los últimos veinte años, ha pasado muy lejos de lo esencial.
Así respecto de la actual guerra en Irak el BIPR, en su introducción de la presentación de la reunión pública, reiteró su análisis indicando que esta nueva guerra tendría una racionalidad económica (la renta petrolera y la voluntad de los Estados Unidos por controlar las fuentes del “oro negro”).
Este mismo análisis fue defendido en el pasado por el BIPR, en particular a propósito de la guerra de Afganistán en 2002: «… Estados Unidos tiene la necesidad de que el dólar siga siendo la moneda de referencia en el comercio mundial si quieren seguir manteniendo su posición de superpotencia mundial. Así, por encima de todo, los Estados Unidos buscan desesperadamente asegurarse de que la continuidad del negocio mundial del petróleo se haga en su moneda. Esto quiere decir que luchan por tener una influencia determinante en el itinerario de los convoyes de petróleo y gas antes incluso que la implicación comercial americana en la extracción de sus fuentes. Esto es así porque incluso las decisiones comerciales más insignificantes están siendo determinadas por el interés dominante del capitalismo americano en su conjunto y, como se puede observar, el Estado americano se impone política y militarmente en el interés de objetivos más vastos, objetivos que muy a menudo se oponen a los intereses de otros Estados y, en especial de los de sus aliados europeos. Con otras palabras, este es el centro de la concurrencia capitalista en el siglo XXI…»(Revista Internacional nº 108, 1er Trimestre de 2002, en una polémica con el BIPR a propósito de las guerras).
Un análisis similar fue el que defendió el BIPR durante la primera guerra del Golfo en 1.991: «… la crisis del Golfo se ha producido verdaderamente por el petróleo y por la lucha entre los que lo quieren controlar. Sin petróleo a buen precio los beneficios caerían. Los beneficios del capitalismo occidental están siendo amenazados y por esa razón, y por ninguna otra, por lo que los Estados Unidos preparan un baño de sangre en Oriente Medio… ) (Ver Revista Internacional nº 64).
Ante la terca evolución de la realidad, el BIPR se ha visto obligado a evolucionar un poco en su análisis. Así, en la presentación de su reunión pública el BIPR planteó tres razones esenciales que permitirían explicar el desencadenamiento de esta nueva guerra en Irak:
1) Razones geoestrategicas.
2) La defensa del dólar como moneda dominante para la renta petrolera.
3) El control de zonas de producción petrolera para dentro de veinte años.
Tras la presentación, la CCI intervino para poner en evidencia que, esencialmente, la ofensiva americana en Irak ha sido motivada por razones estratégicas. Si la cuestión del petróleo juega un papel importante no es por razones económicas, sino fundamentalmente por razones estratégicas y militares. En este sentido, recordamos que la importancia estratégica del petróleo no data de hoy en día, ni tampoco de los años 60, sino que viene de antes de la Primera Guerra Mundial, justo tras la mecanización de las armas de guerra.
En nuestras intervenciones, destacamos que la presentación del BIPR representaba un pequeño avance ya que reconocían explícitamente como primera causa de la ofensiva americana en Irak la existencia de razones “geoestrategicas”. A pesar de su visión mecanicísta y reduccionista de la relación entre la crisis económica y la guerra (que revela el peso del materialismo vulgar), el BIPR no puede volver la cara ante la evidencia de los hechos: tras diez años de guerra las zonas de influencia petrolífera no han sido aseguradas con la guerra, sino todo lo contrario, han sido en gran parte destruidas.
Desgraciadamente, hemos subestimado un tanto optimistas al afirmar que el BIPR había realizado un pequeño avance en sus análisis. El camarada del BIPR que hizo la presentación “corrigió” nuestra intervención afirmando que habíamos mal comprendido (o mal interpretado) el contenido de su presentación puesto que… las “causas estratégicas” de la ofensiva americana en Irak son, para el BIPR, totalmente “secundarias” y esto sería así porque tales motivos fueron situados (en la presentación) en ¡tercer lugar!. Es más, el camarada insistió en que deberían habernos entregado su presentación por escrito para evitar cualquier tipo de “malentendido” por nuestra parte. Días después el BIPR publicó sobre su página Internet en francés esta exposición por escrito. Cualquier lector que quiera consultar la citada página podrá observar que el primer factor puesto de relieve en la presentación fue precisamente el que nosotros habíamos entendido y destacado: «….Si bien es cierto que el oro negro figura en los cálculos iraquíes de Washington, es más como recurso estratégico que económico. Con esta guerra, se trata ante todo de perpetuar la hegemonía americana – y esto en el sentido de conseguir posiciones de garantía para el futuro – y no tanto de hinchar de golpe los beneficios de la Exxon…». No se puede ser más claro en el análisis (y nosotros estamos totalmente de acuerdo con este análisis).
Podrá verse que esta pequeña contorsión consistente en afirmar que la CCI habría “comprendido mal”, o “malentendido”, ha permitido al BIPR, a lo largo de la discusión en la reunión pública, silenciar totalmente una posible discusión sobre las “causas estratégicas” de la guerra en Irak. No encontramos más que dos razones para tal actitud: o bien los análisis del BIPR son de naturaleza variable, o bien, que algunos de los camaradas del BIPR no están totalmente de acuerdo con los análisis “oficiales” de su propia organización.
Los argumentos de la CCI
En nuestras intervenciones insistimos sobre el hecho de que, con la entrada del capitalismo en su período de decadencia a principios del siglo XX, la guerra ha perdido toda racionalidad económica para el capital considerado como un todo, e incluso, para cada capital nacional en sí mismo. Recordamos que el concepto de decadencia del capitalismo no es una invención de la CCI, puesto que fue la Internacional Comunista, la que en 1.919, adoptó este análisis. En el mismo sentido, el análisis de la irracionalidad de la guerra en este período de decadencia, tampoco es una idea fantasiosa nacida de la cabeza calenturienta de los “idealistas” de la CCI. Fue la Izquierda Comunista de Francia (GCF) de la que la CCI siempre se ha considerado heredera la que desarrollo este análisis afirmando que «….la producción está centrada esencialmente sobre la producción de medios de destrucción, es decir, en vista de la guerra. La decadencia de la sociedad capitalista encuentra su expresión más evidente en el hecho de que las guerras en vistas del desarrollo económico (periodo ascendente) se hayan limitado esencialmente, en el periodo actual, a actividades en vistas de la guerra (periodo decadente)…» ( Informe a la Conferencia de Julio de 1.945, de la Izquierda Comunista de Francia, citado en nuestra REVISTA INTERNACIONAL nº 18, artículo sobre “El Curso Histórico”) (2).
Con la misma preocupación pusimos en evidencia que el rechazo del carácter irracional de la guerra, en el plano económico, de las guerras en el periodo de decadencia (y en particular en el de la descomposición del capitalismo) lleva al BIPR a no hacer ninguna distinción entre la función de las guerras coloniales y de construcción de Estados nacionales a lo largo del siglo XIX y las guerras que se desencadenan después de 1.914. Por ello, recordamos nuestro análisis sobre la “rentabilidad” de las guerras en el siglo XIX. Tenían una racionalidad económica (puesto que entre otros factores permitieron la expansión del capitalismo a escala planetaria), mientras que en el siglo XX estas guerras han tomado un carácter cada vez más irracional. Y este hecho, es más evidente hoy en día: con la entrada del capitalismo en su período de descomposición (abierto tras la dislocación de los bloques imperialistas surgidos tras la Segunda Guerra Mundial), esta irracionalidad en el plano económico alcanza un nivel superior, como hemos podido observar, por ejemplo, en las guerras en los Balcanes o en Chechenia.
Así, el orden mundial instituido por la Conferencia de Yalta en 1.945 ha cedido la plaza hoy día a una era de desorden mundial marcado por el desencadenamiento del “cada uno para sí” sobre la escena imperialista mundial.
La miopía del BIPR le lleva a no percibir que la lógica imperialista del capitalismo en el periodo de decadencia tiende cada vez más a obedecer a una única lógica: la de la huida hacia delante, sin limites y desenfrenada, en la guerra y la barbarie creciente.
En la discusión nuestra Corriente intento poner en evidencia las implicaciones del análisis del BIPR, según el cual, la guerra de los Estados Unidos contra Irak tendría aún alguna racionalidad económica (en particular el famoso argumento de la “renta petrolera”). Esta visión conduce al BIPR, en realidad, a subestimar la extrema gravedad de la situación histórica actual (marcada por el desarrollo de un caos sangrante) y, por tanto, a subestimar la gravedad de las disyuntivas que se plantean a la clase obrera y al porvenir de la humanidad. Por ello, en la reunión pública del BIPR recordamos el cuadro de análisis en el que situábamos las causas de la guerra en Irak: «….en el contexto de la crisis histórica del capitalismo y en la fase de la descomposición de la sociedad burguesa, la realidad nos muestra que la única política posible para cada gran potencia es la de intentar colocar a los rivales en dificultades para intentar imponerse ella misma. Es la ley del capitalismo. Así, esta inestabilidad, esta anarquía creciente y este caos que se extiende no son la especificidad de tal o cual zona exótica y atrasada, sino el producto del capitalismo en su fase actual e irreversible de descomposición. Y como el capitalismo domina el planeta, es el planeta entero, el que cada vez más se sume en el caos…» (Ver Revista Internacional n º 118).
La falta de seriedad de los argumentos del BIPR
El BIPR no fue capaz de rebatir nuestros argumentos con un mínimo de rigor y seriedad. Así, respecto a nuestro análisis sobre la descomposición del capitalismo el único “argumento político” que escuchamos fue, una vez más, el estigmatizar, con sarcasmo innecesario, el supuesto “idealismo” de la CCI: «...con vuestro análisis de la descomposición, todo esta relacionado con todo, el caos, Dios, los ángeles,... (sic) ¡!!!!!...».
Pero no acaba aquí el esperpento. Al escuchar otros “argumentos” nos quedamos asombrados con “argumentos” que harían revolverse a Marx y Engels en sus tumbas:
1) Cuándo planteamos la cuestión “ .... ¿ el BIPR defiende aún el análisis según él cual si la tercera guerra mundial no ha estallado con el hundimiento del bloque del Este es a causa de la existencia de la bomba atómica y del ´equilibrio del terror`?.....”, ningún militante del BIPR ha querido, en un primer momento, responder a esta concreta pregunta. Sólo cuando lo hemos planteado por tercera vez, uno de ellos se decidió a responder de forma sucinta (y sin ninguna argumentación) lo siguiente: el equilibrio del terror es “UNO de los factores” que explica que la burguesía no haya podido desencadenar una tercera guerra mundial. En suma, el análisis clásico de sectores de la burguesía dominantes que, durante decenios, han vendido a los proletarios la necesidad de una brutal carrera de armamentos en nombre de la “preservación de la paz”, ....! Sin comentarios ¡. El hecho de que el BIPR se dedique, a su manera, a retomar y repetir argumentos falaces que utiliza la burguesía, ha hecho que todos los elementos en búsqueda presentes en esta reunión pública se quedaran “hambrientos” puesto que, salieron de la reunión sin conocer cuales eran los “otros factores” (y sobre todo cual sería el factor determinante) que, según, el BIPR constituiría un obstáculo central al desarrollo de la tercera guerra mundial. Muy al contrario, estos mismos elementos, pudieron escuchar claramente que para la CCI el factor esencial reside en el hecho de que, tras el fin de los años 1.960, se abrió un nuevo Curso Histórico (hacia los enfrentamientos de clase decisivos), hecho que marcó el fin del largo período de contrarrevolución que sufrió el proletariado mundial tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1.917-23. Si no ha estallado una tercera guerra mundial no ha sido a causa de la existencia del arma atómica y del “equilibrio del terror”, sino porque la clase obrera mundial no está dispuesta a verter su sangre tras las banderas nacionales.
2) Sobre el análisis marxista de la decadencia del capitalismo, hemos escuchado a un portavoz del BIPR respondernos en los siguientes términos: «....estoy cansado de discutir con la CCI desde hace 25 años....». Parece ser que la CCI es tan “corta” en su comprensión del ABC del marxismo, ya que este nos enseña (en palabras del portavoz del BIPR) que «.... En el capitalismo hay que distinguir dos cosas: la formación social y el modo de producción. Podemos considerar que hay una decadencia de la formación social (aceptando entre comillas el término decadencia que no me gusta), pero el modo de producción no es por ello decadente. Si no interviene una revolución social, tendremos los dos fenómenos, y la realidad del hundimiento de la sociedad en la barbarie....». Tomando todas las precauciones oportunas en la interpretación de tales palabras (y estando de acuerdo conque si no interviene una revolución, la perspectiva es un hundimiento en la barbarie), el BIPR afirma tranquilamente que el capitalismo puede entrar en decadencia en tanto que “sistema social” a nivel de su superestructura (ideologías dominantes, cultura, valores morales,...) pero no necesariamente como “sistema económico”, es decir, en el plano de sus infraestructuras (a nivel de su modo de producción y de la manera en la que los hombres se organizan para producir los medios de su existencia). Y, como no podía ser de otro modo, esta parrafada de “dialéctica” se nos presenta por parte del BIPR como una verdadera lección de “marxismo y materialismo” opuesto cien por cien a la visión “idealista” de la CCI. Por nuestra parte, preferimos que sea el propio Marx quien se ocupe de rebatir una ineptitud tan escandalosa: «....Resulta que un modo de producción o un estadio industrial determinado esta siempre ligado a un modo determinado de cooperación ó a un estadio social bien definido y este modo de cooperación es, en sí mismo, una fuerza productiva...», «...la producción de sus ideas, de las representaciones, de la conciencia está ante todo directamente ligado a la actividad y al comercio material entre los hombres, y este es el lenguaje de la vida real....» (la Ideología Alemana, Marx y Engels). Es evidente que, “el lenguaje de la vida real” es ignorado por el BIPR. Pero, como decía Spinoza ¡ “ la ignorancia no es un argumento “ ¡. Para el marxismo la decadencia, tanto como la ascendencia, de un modo de producción afecta a todos los aspectos de la sociedad, ya que la infraestructura (la economía) es la que determina las superestructuras (la vida social) incluso si la evolución o la involución de una civilización no se desarrolla de manera homogénea en todos sus aspectos. Afirmar lo contrario, como hace el BIPR, no es ni materialista, ni marxista. Es caer de bruces en el idealismo más estúpido.
3) A lo largo de la discusión, uno de nuestros simpatizantes planteó lo siguiente al BIPR «....si seguimos vuestro análisis del ciclo ´ crisis /expansión/nueva crisis/, etc... ¿cual es vuestra posición sobre las luchas de liberación nacional?. ¿están aún a la orden del día?, ¿significa también que los sindicatos aún tienen una naturaleza obrera?...». Ante esta pregunta, el BIPR no ha aportado ninguna respuesta precisa a la cuestión de las luchas de liberación nacional. Sobre la cuestión del trabajo en los sindicatos, un camarada de la presidencia de la mesa en nombre del BIPR ha afirmado que esta organización no esta por el trabajo en los sindicatos porque «... la experiencia ha demostrado que no hay nada que hacer y la razón no es porque el capitalismo está en decadencia....». En ese momento, nuestra Corriente ha intervenido para pedir al BIPR si rechazaban explícitamente la posición defendida por el PCInt en 1.947, recogido y citada claramente en sus «Tesis sobre los sindicatos de hoy día y la acción comunista» (adoptadas en el IV º Congreso del PCint) que señalan: «....En la actual fase de decadencia de la sociedad capitalista, el sindicato está llamado a ser un instrumento esencial de la política conservadora y en consecuencia a asumir una función precisa de organismo del Estado...» (el subrayado es nuestro). El compañero de la presidencia, que había respondido a la cuestión sindical, se quedo muy sorprendido al conocer que el BIPR o el PCInt defendiera teóricamente tal análisis. Evidentemente parecía haber descubierto, en ese momento, una posición programatica de su propia organización ( ¡qué puede, incluso, encontrarse en la página WEB del BIPR¡).
Evidentemente, la puesta en cuestión del análisis de la decadencia del capitalismo elaborada por la Internacional Comunista, conduce al BIPR a “revisar” ciertas posiciones de su propia Plataforma Política.
La falta de seriedad en el debate
A parte de nuestras contribuciones al debate y, también de las cuestiones planteadas por nuestros simpatizantes (a los que el BIPR o bien no ha respondido o, si lo ha hecho, ha sido de forma confusa), queremos señalar la intervención de un elemento del medio consejista (que conocemos desde hace tiempo) que intentó criticar nuestro análisis de la decadencia del capitalismo (basado en la teoría de la saturación de los mercados desarrollada por Rosa Luxemburgo en La Acumulación del Capital). De nuevo tuvimos que soportar una “lección de marxismo” cuando este interviniente defendió la idea de que el capitalismo global está todavía hoy día en plena fase de acumulación ampliada como lo testimoniaría ¡ el formidable desarrollo económico de China!.
Este análisis (hoy día muy extendido entre los “expertos” de la clase dominante) no ha dado lugar a la menor crítica por parte del BIPR en su reunión pública. Visto lo visto, la CCI ha intervenido para demostrar que la pretendida ”expansión económica” de China es un castillo de naipes (ver en nuestra WEB en francés un artículo sobre el particular en Revolutión Internationale n º 350).
Otra de las intervenciones que se hubieron de soportar fue una larga, incomprensible e incoherente perorata de uno de los seguidores de la FICCI, intentando “demostrar” que el análisis de la CCI (y por extensión el de la Internacional Comunista) sobre la decadencia del capitalismo es una absurdidad y que se sitúa fuera del marxismo. Igualmente, fue muy significativa la rapidez con la que dos “jefecillos” de la FICCI se lanzaron al debate, no para tomar posición sobre el análisis del BIPR expresado por la presidencia, sino para intentar “demoler” los análisis de la CCI (3).
La ausencia completa de seriedad de la FICCI quedó más claramente de relieve por el comportamiento adoptado por dos de sus miembros (e igualmente la de sus seguidores) que, en lugar de tomar la palabra para desarrollar una argumentación política, se limitaron a adoptar una actitud irreverente, llena de sarcasmo (hasta el punto de dedicarse a aplaudir las críticas a los análisis de la CCI, como sí de un partido de fútbol se tratase). Esta falta de seriedad chocó profundamente a los elementos en búsqueda de una clarificación política que estaban presentes. Uno de ellos tomo la palabra para señalar explícitamente que actitudes de ese tipo “...no le animaban a participar en la discusión..”.
Es evidente que si la CCI no hubiera participado en la discusión y no hubiera aportado los elementos que planteó al debate, hubiéramos asistido a un “debate” contradictorio y carente de confrontación entre diferentes posiciones. La FICCI (que se presenta como la “verdadera defensora de la Plataforma de la CCI”) se guardo muy mucho de presentar la más mínima divergencia o crítica a los análisis del BIPR.
Sobre el concepto de decadencia del capitalismo (que el BIPR pretende “redefinír”, y de hecho lo que hace es rechazar) los miembros de la FICCI no dijeron ni palabra. Del mismo modo de evitaron cualquier confrontación con el BIPR sobre la cuestión ¿por qué la burguesía no ha estado en condiciones de desencadenar una tercera guerra mundial antes del hundimiento del bloque del Este?.
Así, la pretendida apertura a un debate público, por la “clarificación” y la “confrontación” de los diferentes puntos de vista existentes en el seno del medio proletario, algo de lo que tanto se reivindica la FICCI no es más que un montaje vacío condimentado con altas dosis de hipocresía. En realidad, con tal de construir a cualquier precio un “frente único anti-CCI” el BIPR y la FICCI prefieren ocultar sus desacuerdos y discutirlos en ¡ sus reuniones “privadas”!.
Por nuestra parte, si coherentemente con nuestras posiciones hemos rechazado mantener el más mínimo “debate” con los elementos de la FICCI (y ello a pesar de sus intervenciones provocadoras), es porque la CCI ha ido a una reunión pública del BIPR y no estaba dispuesta a consentir a estos individuos sabotear el debate. En ese sentido hemos intervenido en todo momento para rebatir los argumentos del BIPR y no los de esta supuesta “fracción” que en realidad es una banda de bribones.
Precisamente porque no tenemos ningún temor a la confrontación pública de nuestras divergencias con el BIPR, hemos participado en su reunión. En ese sentido, una vez más, no compartimos la posición del BIPR (repetida al final de esta reunión pública) que dice que el debate entre la CCI y el BIPR “...no sirve para nada...”. Nuestra posición sobre el debate público entre organizaciones de la Izquierda Comunista no tiene nada que ver con la visión de un “choque” entre grupos para saber quien es él “más fuerte” o quien va a “conseguir conquistar a más elementos”. Estamos interesados en la discusión pública de las divergencias, porque entendemos que es vital para que los elementos en búsqueda de una clarificación política puedan conocer las posiciones de la CCI y la del resto de grupos del medio proletario. Sólo con esta actitud podremos conseguir una clarificación de estos elementos y evitaremos que se equivoquen de puerta si quieren convertirse en militantes comunistas.
Ante los elementos en búsqueda de una perspectiva de clase, incumbe a las organizaciones revolucionarias aportar una respuesta a todas las cuestiones que planteen, convencerlos con el máximo de claridad, de rigor y de seriedad en la argumentación. Del mismo modo que les incumbe defender, en las reuniones públicas, la seriedad del debate político rechazando enérgicamente cualquier tipo de actitud parásita que pretenda contaminar el debate con sarcasmos, risotadas o algarabías.
CCI (18/ Octubre / 2004)
(1) Por razones de espacio y de equilibrio en nuestra publicación, no publicamos en este número de Ación Proletaria la primera parte de este artículo titulada “El BIPR rehén de unos bandidos” (artículo que se puede localizar en nuestra pagina en Internet). En caso de que alguno de nuestros lectores no pueda consultar este medio, nos lo puede solicitar para enviárselo en texto escrito. Nos ocuparemos de enviar una copia gratuitamente de tal documento. Aprovechamos para invitar a nuestros lectores a leer la respuesta del BIPR a nuestro documento (que igualmente se puede localizar en su pagina en Internet) titulado “Respuesta a una organización en vía de desintegración”.
(2) Un miembro de la FICCI realizó una intervención que tenía por objeto “ridiculizar” nuestra visión sobre la irracionalidad de la guerra acusándonos de “revisionistas” y llegando a afirmar que éramos unos “Kautsky” cualquiera. En realidad son los tenores de esta pretendida “fracción” los verdaderos “revisionistas” ya que han abandonado completamente el análisis desarrollado por la Izquierda Comunista de Francia (GCF) y que la CCI jamás ha dejado de reivindicar. Estos renegados que pretenden ser los “ verdaderos defensores de las posiciones programaticas de la CCI” rechazan hoy día (con el objeto de acariciar al BIPR en el sentido del pelo) esta posición elemental de nuestra Plataforma sobre la cual esta fundado nuestro cuadro de análisis sobre la decadencia del capitalismo.
(3) Y para combatir los análisis “kautskistas” y “revisionistas” de la CCI hemos podido oír de la boca de los que el BIPR define como los “antiguos dirigentes de la vieja guardia de la CCI” (¡sic¡) algunos “argumentos” que rozan el cretinismo. Hemos podido escuchar (entre otras “joyas” de la CCI) que:
· «...La guerra en Irak representa una ganancia económica enormemente importante para los Estados Unidos...»
· En el lodazal iraquí «....el Ejército americano se refuerza...».
· «...Antes que comprender la cuestión de la guerra, el proletariado debe sufrirla en sus propias carnes...». SIN COMENTARIOS.