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Es precisamente esa singularidad lo que justifica que antes de dar cuenta del debate y de los argumentos intercambiados entre el BIPR[1] y la CCI sobre el análisis de la guerra en Irak, dediquemos la primera parte de este artículo a la cuestión del "trabajo común" entre el BIPR y la FICCI, anunciado en el Bulletin nº 27 de la FICCI (ver "Compte-rendu d'une discusión entre le BIPR et la fraction")
Esta cuestión nos parece tanto más importante de tratar que en el cartel anunciador, colgado en su sitio Internet, la FICCI presentaba así esta reunión pública:
"Desde el inicio de la crisis que actualmente soporta la CCI, que ha sido la causa de nuestra formación como "fracción interna" de esa organización, no hemos cesado de subrayar una penosa realidad –el grave debilitamiento de un polo político proletario importante, lo cual se ha plasmado, en particular en la región parisina, en que sus reuniones públicas pretendidamente "abiertas" al público están desiertas o prohibidas a algunos y, sobre todo, ya no son lugares para el debate y la confrontación entre puntos de vista en el seno de la clase.
También hemos subrayado que, ante los retos abiertos por la situación actual, el reforzamiento y agrupamiento necesarios de las fuerzas revolucionarias del campo proletario solo podían hacerse en torno al único polo serio existente, el BIPR (…)
Por sugerencia nuestra y con nuestro apoyo político y material, el BIPR va a organizar una Reunión Pública en París (RP que, esperemos, no será la última) a la que llamamos a todos nuestros lectores a participar" (subrayados nuestros)
Puede constatarse, en ese cartel publicitario, que a la FICCI no le pareció útil escribir ni una sola frase de análisis de denuncia de la guerra en Irak (contrariamente a la hoja publicada por el BIPR). En cambio, eso sí, ese llamamiento está exclusivamente dedicado a un tema: cómo reconstruir en la capital francesa un polo de agrupamiento de revolucionarios tras el hundimiento de la CCI, hundimiento comprobado (según la FECCI) en que nuestras reuniones públicas estarían "desiertas" y ya no serían un lugar de debate. Todo eso no son más que mentiras. Todos los simpatizantes de la CCI que acuden regularmente a nuestras reuniones públicas, y entre ellos la decena que acudió a la del BIPR, pueden confirmarlo.
El BIPR: ¿único "polo serio" del medio político proletario?
En esta reunión pública estaban presentes, además de la delegación del BIPR y cuatro miembros de la FICCI (solo el individuo Jonás estaba ausente):
- dos seguidores de la FICCI (uno de ellos es antiguo miembro de ella)
- un viejo nómada del medio consejista antipartido, al que conocemos desde hace más de treinta años.
Otras tres personas se dieron un garbeo por allí, abandonando la sala sin participar en el debate.
Así, esta reunión pública, que debería ser la prueba, según la FICCI, de que el BIPR es hoy el "único polo serio" de discusiones y de referencia de la izquierda comunista habría sido un fiasco total si a ella no hubiera acudido la CCI y ésta no hubiera invitado a sus contactos a participar en ella. Estaban presentes, efectivamente, una importante delegación de militantes de la CCI y unos diez simpatizantes de nuestra organización.
O sea que, a pesar de la ruidosa publicidad que hizo de la reunión pública, lo que la FICCI logró demostrar es el vacío que ha hecho en torno suyo. La CCI y sus simpatizantes eran las dos terceras partes de los presentes, lo cual permitió que se llenara la sala. Esto era tan evidente que:
- antes de la exposición, un militante del BIPR se acercó a uno de nuestros camaradas para preguntarle: "¿Por qué habéis venido tantos?"[2]
- al final de la reunión, la presidencia se vio obligada a preguntar: "en fin de cuentas, ¿qué camaradas no son de la CCI?" Aparte de nuestros simpatizantes y los miembros de la FECCI… ¡sólo se alzaron tres manos!
La audiencia de esta reunión pública fue la prueba de que la FICCI (¿quizás también el BIPR?) se toma sus deseos por la realidad: la CCI no está ni muerta ni enterrada como "polo serio" del campo proletario. Y es precisamente porque sí que estarían desiertas por lo que la FECCI no organiza sus propias reuniones públicas y no le queda otra política que la de andar parasitando las de los grupos de la Izquierda Comunista.
Más importante todavía: ¿por qué, a pesar de la estridente publicidad hecha por la FICCI, esta reunión pública, anunciada como un scoop, fue boicoteada por los lectores del Boletín de la FECCI y por nuestros suscriptores?
Pues precisamente porque estos se enteraron de que tal reunión se había organizado tras la "sugestión" y con el "apoyo político y material" de un grupúsculo parásito cuya actividad principal consiste en volcar las peores calumnias sobre la CCI. Así, uno de nuestros contactos nos dijo que no asistiría a esa reunión pública con el argumento de que no quería "pisar la mierda".
Los únicos elementos que la FICCI podía atraer eran sus propios secuaces y la experiencia demostró que no eran muchos.
Si la FICCI no hubiera cacareado que el BIPR organizaba la reunión pública "con su apoyo político y material", puede que otros elementos en búsqueda (de entre los cuales bastantes no están de acuerdo con nuestras posiciones) habrían acudido a participar en el debate.
Una lección que el BIPR deberá sacar de esta grotesca experiencia: nunca está uno mejor servido que por sí mismo. Su alianza con la FICCI, que ha volcado toneladas de calumnias sobre la CCI, que se ha portado abiertamente como una banda de soplones, que le ha robado material y dinero a la CCI, todo eso ha provocado, sin lugar a dudas, una reacción de repulsa en los elementos cercanos a la Izquierda Comunista.
El exceso de celo por parte de la FICCI (y también la coba zalamera que le ha dado) no han servido más que para ridiculizar al BIPR.
Lo que la FICCI quería poner en evidencia en su cartel publicitario es que, sin ella, aquella organización de la Izquierda Comunista que existe a escala internacional y es conocida desde hace décadas, ¡habría sido incapaz de tomar la iniciativa y organizar la reunión pública!
Es lamentable que el BIPR no se diera cuenta de la burla que le hacía la FICCI en su Bulletin nº 27 donde esa pretendida "fracción" afirmaba que para la construcción del partido…"la fracción defiende posiciones más categóricas que el BIPR" ("Compte-rendu d'une discussion entre le BIPR et la fraction") Lo cual significa hablando claramente que la FICCI, con la pretensión de defender posiciones mucho más "radicales", se presenta a sí misma como grupo a la izquierda del BIPR.
En realidad, ese grupúsculo parásito ha utilizado al BIPR de testaferro para su propia publicidad (obteniendo así el certificado de "respetable"), a la vez que le hacía aparecer como el apéndice trasero de la FICCI. Si el BIPR hubiese tomado en serio a la CCI no habría necesitado esta experiencia para comprender que, como dice la fábula de La Fontaine, "todo adulador vive a expensas de quien le escucha".
¿Cómo cayó el BIPR en la trampa de la FICCI?
Al dar su "apoyo político y material" al BIPR para organizar la reunión pública, la FICCI lo que buscaba claramente es que se la reconozca como grupo perteneciente al medio político proletario. Por desgracia, la consecuencia del casamiento entre la FICCI y el BIPR no solo la sido la de cubrir de ridículo al BIPR. También ha contribuido a desprestigiar a una organización de la Izquierda comunista que, hasta ahora, no había pisoteado nunca un principio elemental del movimiento obrero: el de rechazar todo tipo de comportamiento que incluya el robo de material de las demás organizaciones comunistas.
Así, durante la reunión pública, la CCI pidió la palabra para dar lectura a una carta que uno de nuestros suscriptores dirigió al BIPR y que nos pidió que hiciéramos pública. Este camarada, y no es el único, recibió a su nombre y señas personales la hoja del BIPR de llamamiento a la reunión pública. Nos comunicó su extrañeza (como la de otros contactos de la CCI que recibieron por correo ese documento del BIPR): ¿cómo se hizo el BIPR con su dirección si solo la había dado a la CCI? Antes esta pregunta hecha por varios suscriptores nuestros, la CCI decidió, en vísperas de la reunión pública del BIPR, dirigir una carta de protesta al BIPR a la que esperamos que esta vez nos dé una respuesta y no como ha ocurrido en otras ocasiones.
En cuanto abordamos la cuestión del robo de nuestro fichero de direcciones, la presidencia intentó en un primer momento cortarnos la palabra con el argumento de que el BIPR "no quería tomar partido" entre la CCI y la FICCI, pues se trataba de un asunto "interno" de la CCI. Luego, ante nuestras protestas, la presidencia nos aseveró que el BIPR no poseía el fichero de direcciones de los abonados de RI, añadiendo: "Si nos lo hubieran propuesto, lo habríamos rechazado". "¿Significa eso que condenáis el robo de ese fichero de direcciones?", les preguntamos entonces a los camaradas del BIPR A esta pregunta, la presidencia se negó a contestar a pesar de nuestra insistencia, declarando: "Esclareceremos este asunto nosotros con la FICCI después de la reunión pública"
Este incidente exige varias aclaraciones:
1. El BIPR nos toma por tontos cuando tiene la cara de afirmar que no quiere "tomar partido" en un asunto "interno" de la CCI. Cuando resulta que esta primera reunión pública del BIPR en París fue organizada con el "apoyo material y político" de la FICCI, cuando nos enteramos (por el Bulletin nº 27 de la FICCI) que el BIPR y la FICCI han empezado a "poner las bases para una labor en común", y mientras que el BIPR se ha negado desde hace siete años a cualquier trabajo en común con la CCI (con el pretexto falaz de que nuestras divergencias serían demasiado importantes), habría que ser sordo y ciego para no darse cuenta de que el BIPR se ha puesto del lado de la FICCI.
2. En cuanto al robo del fichero de direcciones perteneciente a la CCI, el BIPR sabe perfectamente que eso no es algo "interno" de nuestra organización: ¡hace ya más de dos años que lo denunciamos en nuestra prensa y que hicimos público el asunto!
3. Cuando el BIPR afirma que incluso si la FICCI le hubiera propuesto nuestro fichero de direcciones, "lo habría rechazado de todas maneras", eso significa sencillamente que reconoce y condena ese robo de material perteneciente a la CCI. Así que si el BIPR quiere ser coherente, debe sacar las conclusiones que se imponen: ha puesto las bases de un trabajo común con unos hampones.
4. El BIPR declaró que iba a "esclarecer" este asunto con la FICCI después de la reunión. A nosotros nos parece que ese esclarecimiento no debe quedar como "un asunto interno" del BIPR, sino que debe hacerse público, pues:
- Se ha visto involucrado en el robo de un material que pertenece a la CCI, pues ese material ha sido utilizado para el envío de la hoja del BIPR de llamamiento a su reunión pública;
- Debe rendir cuentas a nuestros suscriptores que le hicieron la pregunta: ¿cómo llegó la hoja del BIPR a sus buzones?
Por parte nuestra, tomamos nota de la declaración según la cual el BIPR no habría aceptado nunca que la FICCI pusiera en la lista de regalos de su boda el "tesoro de guerra" robado a la CCI.
Parece claro (y creemos la palabra de los camaradas del BIPR cuando nos aseguran que no poseen nuestro fichero de direcciones), que los miembros de la FICCI le han asestado una puñalada trapera al BIPR, del mismo modo que nunca cesaron de hacerlo cuando eran todavía miembros de nuestra organización y hacían reuniones secretas para intentar "desestabilizarnos".[3]
Esperemos que el BIPR sea capaz de sacar las lecciones de esta lamentable experiencia que nosotros habíamos intentado evitarle con múltiples avisos. Cuando alguien se acuesta con prostitutas[4] no debe extrañarse si agarra una blenorragia.
El comercio entre el BIPR y la FICCI es, de manera patente, una estafa. Al haber aceptado los servicios de esa pretendida "fracción", al haber cedido a sus halagos, por haber tomado por verdades sus burdas mentiras, el BIPR se expuso no solo a perder su credibilidad sino su honor de grupo de la Izquierda comunista.
Invitamos al BIPR a tomar posición sobre nuestras "Tesis sobre el parasitismo" (publicadas en nuestra Revista Internacional nº 94) en las que poníamos de relieve que la principal actividad de los grupos parásitos es desprestigiar a las organizaciones comunistas. Usando unas veces la calumnia, otras el halago, esas ladillas solo pueden vivir a expensas y chupando la sangre de los grupos del campo proletario. Parece evidente que la función de parásito de la FICCI va más allá de la CCI. Utilizando al BIPR de testaferro (como lo hizo con Le Prolétaire en 2002)[5], desprestigiando hoy al BIPR, esa pretendida "fracción" no solo es un parásito de la CCI, sino de toda la Izquierda Comunista.
El BIPR podrá seguir su trabajo común con la FICCI si quiere seguir siendo el tonto de la feria, no vamos a poder impedírselo naturalmente. Lo que en cambio la CCI no puede tolerar es que utilice (aunque sea de manera indirecta, gracias a sus trapicheos con la FICCI) el robo y la calumnia contra nuestra organización y nuestros militantes para hacer su política de agrupamiento.
¿Adónde lleva el oportunismo del BIPR?
La CCI siempre ha criticado el oportunismo del BIPR, un oportunismo que le ha llevado desde su fundación a llevar a cabo una política de agrupamiento sin principios. En varias ocasiones le prevenimos contra el peligro de enredarse con elementos y grupos de la extrema izquierda del capital (como el SUCM iraní) o que habían realizado una ruptura incompleta con el izquierdismo (como el grupo Los Angeles Workers' Voice) La actual colaboración oportunista del BIPR con la FICCI revela el peligro que amenaza a aquella organización de la Izquierda comunista. Cuando, por oportunismo, se acaban utilizando los métodos de reclutamiento de los grupos izquierdistas (que se basan no en la clarificación abierta y leal de las divergencias políticas, sino en la pesca con anzuelo), el BIPR podrá acabar alejándose por completo de los métodos y la tradición de la Izquierda Comunista para acabar acercándose a los del trotskismo[6]. El BIPR creía que iba a servirse de la FICCI para atrapar en sus redes una buena pesca en la reunión pública. Y no solo volvió de vacío de una pesca que creía que iba a ser milagrosa, sino que además se le rompieron en ella muchas redes.
Y más grave todavía es que la deriva oportunista del BIPR lo ha llevado hoy a avalar una práctica, totalmente ajena al proletariado, basada en el robo y la calumnia. Esos métodos son corrientes en los grupos burgueses, pero siempre fueron rechazados y condenados por las organizaciones del campo proletario.
El oportunismo es "la ausencia de todo principio" (Rosa Luxemburgo, Reforma o revolución). Por haberse aliado con individuos que usan métodos de la burguesía (robo de material perteneciente a la CCI), el BIPR ha perdido totalmente de vista un principio que fue todavía capaz de defender cuando, tras la estafa de la que fue víctima por parte de un grupo ficticio de Ucrania (cuyo objetivo era la extorsión de fondos), escribía: "Cuando están separados los medios y los fines (…) la vía de la contrarrevolución queda abierta" (Declaración del BIPR sobre los "Comunistas radicales de Ucrania", 9 de septiembre de 2003)
En efecto, en su combate por el derrocamiento del capitalismo, los revolucionarios siempre han rechazado la moral burguesa jesuítica según la cual "el fin justifica los medios", oponiéndole una ética proletaria conforme a la esencia de la clase portadora del comunismo, como Trotski, entre otros, lo puso de relieve en su libro Su moral y la nuestra. Por eso las organizaciones revolucionarias deben rechazar firmemente toda política de agrupamiento que utilice el robo de material perteneciente a las demás organizaciones comunistas.
Este lamentable lance ha demostrado que el BIPR ha sido rehén de una banda de hampones, y puede uno preguntarse cómo va a poder librarse el BIPR de las mallas de la FICCI. Esperemos que acabe al menos obligándola a quitarse los lentes oscuros para enterarse al fin de lo que es esa pretendida "fracción"[7].
Lo que determina el carácter proletario de un grupo político no es solo el programa que defiende o que pretende defender. Es también su comportamiento político, o sea, su práctica basada en principios. Esta visión nuestra no tiene nada que ver con la "psicología" (como pretende la FICCI). Y eso, porque, como decía Marx en sus Tesis sobre Feuerbach, "es en la práctica donde debe probar el hombre la verdad, o sea la realidad y la potencia de su pensamiento".
Ante la deriva peligrosa del BIPR, es deber de los militantes comunistas llamar a los camaradas de esa organización a sus responsabilidades. Deben tomar la medida de lo que implica, para el porvenir de las organizaciones revolucionarias, cualquier colaboración oportunista con grupos parásitos, con aventureros, hampones, y hasta grupos fantasma que solo existen en un sitio de Internet.
Aunque la CCI, en defensa de sus principios, seguirá prohibiendo la entrada a sus reuniones públicas a unos parásitos desaforados que se han portado como soplones, no cree, en cambio, que sea el único polo de referencia de la Izquierda Comunista. Por eso nuestras reuniones públicas siguen abiertas al BIPR y lo invitamos calurosamente a participar en ellas.
NOTAS:
[1] Es el Buró Internacional para el Partido revolucionario, que agrupa a dos organizaciones de la Izquierda Comunista, Battaglia Comunista (BC) de Italia y la Communist Workers' Organisation de Gran Bretaña.
[2] Además, como veremos en la segunda parte de este artículo, no sería en torno a los análisis del BIPR, sino los de la CCI que sirvieron de base al debate sobre la cuestión de la guerra.
[3] Palabras textuales de un miembro de la FICCI, Olivier, en una de esas reuniones secretas (cuyas notas descubrimos por casualidad)
[4] En realidad comparar a las prostitutas con la FICCI es una ofensa para aquéllas.
[5] Ver nuestro artículo "A propósito de un artículo publicado en Le Prolétaire nº 463, el Partido Comunista Internacional a remolque de la "fracción" interna de la CCI", en Révolution Internationale nº 328.
[6] Como ya lo dijimos hace cuatro años en nuestro artículo "La visión marxista y la visión oportunista en la construcción del partido", publicado en nuestra rRevista Internacional nº 103.
[7] Los métodos de la FICCI, típicos del hampa, aparecen todavía más claramente en el vocabulario que ahora está tomando del lumpen (ver el artículo publicado en su sitio Internet "L'ignomignie n'a pas de limite !"y que es un verdadera llamada al pogromo contra nuestras pretendidas "cabronadas" y contra nuestros militantes calificados hoy de…"cabrones"). Se le han caído las caretas y la pretendida "fracción" muestra su verdadero rostro.