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Un portavoz de Battaglia Comunista 1 hizo la presentación explicando los fundamentos de la guerra en Irak y la política actual de Estados Unidos. El compañero desarrolló el análisis del BIPR, según el cual “la cruzada americana contra el terrorismo” tenía, principalmente, motivaciones económicas: reforzar el control norteamericano sobre las reservas de petróleo en el mundo para consolidar así la hegemonía del dólar sobre la economía mundial y recuperar un beneficio suplementario de la “renta petrolera”, ya que el debilitamiento de la competitividad de la economía USA forzaría a éstos a recurrir a una especie de apropiación parasitaria de la plusvalía producida en el mundo entero, para mantener su economía a flote. Se dijo que también estaban en juego consideraciones estratégicas en cuanto al control de las reservas petrolíferas, oponer a Rusia y China y mantener a ambas alejadas de los principales yacimientos, así como conseguir que la Unión Europea quede débil y dividida. Este análisis suscitó diferentes reacciones por parte de los participantes a la reunión pública. Un compañero del grupo “Amigos de una Sociedad Sin Clases” (FKG) – que anteriormente fundase el grupo “Aufbrechen”- saludó la capacidad del BIPR de identificar las causas económicas concretas de la guerra, mientras el portavoz del grupo GIS (“Grupo Socialista Internacional”) expresó dudas sobre este análisis, al señalar que la búsqueda de liquidez financiera internacional por parte de Estados Unidos es, sobre todo, expresión y continuación de una política clásica de endeudamiento. Este compañero se reafirmó en lo que ya había expresado en la precedente reunión pública del BIPR, a saber, que el esfuerzo por dominar los recursos petroleros tiene más motivaciones militares que económicas. Por su parte, un miembro del grupo “Comunistas Internacionalistas” señaló que no sólo los Estados Unidos, sino también las otras grandes potencias imperialistas, y en primer lugar los estados europeos, se baten actualmente por dominar el mundo. Expuso la tesis según la cual, ya que Estados Unidos pone sobre todo su potencia militar en la balanza, los bancos europeos ponen principalmente su poder económico.
La crítica de la CCI al análisis del BIPR
En su primera contribución a la discusión, la CCI abordó la argumentación presentada por el BIPR, según la cual USA desencadena la guerra en todos los confines del mundo para tratar de compensar los efectos - déficit gigantescos de la balanza comercial y por cuenta corriente, deuda pública creciente - del debilitamiento de su competitividad en el mercado mundial, lo que trata de contrarrestar a través de la guerra consiguiendo así atraer capital, controlar el petróleo e imponer la hegemonía del dólar.
Desde el punto de vista de la CCI, este análisis es muy peligroso políticamente porque examina las causas de la guerra imperialista a partir de la situación de un estado determinado en lugar de hacerlo a partir de la situación del desarrollo y agudización de las contradicciones del sistema capitalista en su conjunto. No es de extrañar que ese análisis del BIPR sea muy similar, a grandes líneas, con el que postulan los grupos “antimundialización” europeos, o los socialdemócratas de izquierda alemanes como Oskar Lafontaine que explican la agudización de las tensiones imperialistas por el carácter particularmente parasitario de la economía norteamericana.
Este análisis es, además, incapaz de responder a las dos preguntas siguientes. Primera: ¿Por qué la economía de Estados Unidos – que sigue siendo aún el capitalismo más poderoso del mundo, con las mayores empresas, con una cultura nacional muy adaptada a las necesidades del modo de producción capitalista - se enfrenta a tamaños problemas en la concurrencia internacional? Y en segundo lugar: ¿Por qué la burguesía americana no hace frente a este problema a través de mecanismos más fáciles y lógicos como serían inversiones masivas en su aparato productivo para reconquistar su margen de competitividad, y, en vez de ello, reacciona, según afirma Battaglia, extendiendo la guerra por todo el planeta? En realidad el Buró Internacional confunde aquí causa y efecto. USA no se rearma hasta los dientes porque haya perdido su competitividad. Al contrario. Lo que sucede más bien es que pierde efectivamente posiciones en la concurrencia económica debido, en gran medida, a los recursos que debe dedicar a la carrera de armamentos. Esto no es algo ni mucho menos específico del imperialismo norteamericano. Recordemos que quién durante muchos años fue el principal rival de Norteamérica, la URSS, se vino abajo esencialmente por pretender armarse hasta la muerte. La verdad es que el aumento del gasto militar a expensas del desarrollo de las fuerzas productivas, y el sometimiento progresivo de la economía al militarismo son características esenciales del capitalismo en su decadencia.
En tercer lugar, si bien es cierto que en el capitalismo crisis y guerra son inseparables, esta relación no tiene nada que ver con la tesis simplista de la guerra por el petróleo o por la hegemonía del dólar. La relación entre ambos factores puede verse, por ejemplo, en las circunstancias que condujeron a la Primera Guerra Mundial. No hubo entonces una depresión económica comparable a la que estalló posteriormente en 1929. La crisis de 1913 tuvo aún características de las crisis cíclicas y resultó bastante leve. No existieron tampoco crisis comerciales, ni en el presupuesto o la balanza de las cuentas públicas de Gran Bretaña, Alemania o de los otros principales protagonistas, comparables en manera alguna a las escalofriantes cifras que se dan hoy. No aparecieron tampoco turbulencias monetarias particulares (en esta época el patrón oro era universalmente reconocido). Y, sin embargo, estalló la primera conflagración imperialista. ¿Por qué? ¿Cuáles son las leyes generales del imperialismo que explican la guerra moderna?
Cuanto más desarrollado está un estado capitalista y mayor pujanza tiene la concentración de su capital, mayor es su dependencia frente al mercado mundial, de los recursos del planeta y de su dominio sobre él. Por ello en la época del imperialismo cada estado se ve obligado a tratar de establecer una zona de influencia en torno a él. Pero para las grandes potencias esa zona de influencia es, necesariamente, el mundo entero, y no se pueden conformar con menos para asegurarse su existencia. Cuanto más se endurece la crisis económica también se agudiza la batalla por el mercado mundial, y esta necesidad se hace cada vez más imperiosa. Alemania declaró la guerra a Gran Bretaña en 1.914 no por una apurada situación económica en términos inmediatos, sino porque dada la pujanza de su economía su suerte dependía cada vez más de la economía mundial, y no podía resignarse a que su acceso a los mercados mundiales dependiera de la buena voluntad de Gran Bretaña, la potencia dominante sobre los océanos y sobre una gran parte de las colonias. La burguesía alemana no necesitó esperar a que en 1929, como resultado de la depresión mundial, quedase prácticamente excluida del mercado mundial por las antiguas potencias coloniales, sino que intentando revertir esa situación provocó la guerra mundial antes de que estallara la crisis económica mundial.
El hecho que las potencias capitalistas choquen cada vez más brutalmente unas con otras significa que las guerras imperialistas llevan de forma creciente a la ruina mutua de los estados que participan en estos conflictos. Rosa Luxemburgo ya había señalado esto en 1.916 en su “Folleto de Junius”. Pero también se ve confirmado en la reciente guerra en Irak. Irak representó en su momento, en la periferia del capitalismo, una de las principales fuentes de grandes y lucrativos contratos para la industria europea y norteamericana. Hoy no sólo la crisis económica del capitalismo, sino sobre todo sus guerras contra Irán y USA, han dejado a Irak completamente arruinado. Pero es que incluso la propia economía norteamericana se está viendo seriamente perjudicada por los elevados costes derivados de sus campañas en Irak. Con la idea de que la guerra ha sido desencadenada para desarrollar operaciones de especulación monetaria o en busca de una pretendida “renta petrolera”, se da a entender que la guerra sigue siendo lucrativa y que el capitalismo es todavía un sistema en expansión. No sólo la política de Estados Unidos sino también el terrorismo de los Ben Laden y Cía ha sido interpretado en este sentido por el portavoz de Battaglia que presentó a este último como expresión de una tentativa de las “200 familias de Arabia Saudita” de conseguir una parte más grande de los beneficios de su propia producción de petróleo.
El peligro del empirismo burgués
Después que el BIPR y la CCI hubieran presentado sus propios puntos de vista sobre las causas de la guerra, tuvo lugar un vivo e interesante debate, donde se pudo constatar que los participantes en la reunión estaban muy interesados en conocer mejor las posiciones de las organizaciones presentes de la Izquierda Comunista, insistiendo en que ambos grupos se respondieran el uno al otro. Los compañeros no se limitaron a hacer las preguntas sino que expresaron ellos mismos sus objeciones y de hecho sus críticas. Por ejemplo, un compañero del FKG acusó a la CCI de “polémica barata” por haber comparado el análisis del BIPR con el del movimiento antimundialización. Señaló que resaltar el actual rol agresor de Estados Unidos no tiene nada que ver con la minimización del rol del imperialismo europeo como habitúan a hacer los simpatizantes burgueses de éste. Insistió correctamente en que, en el pasado también los internacionalistas proletarios se dedicaron a analizar el papel que habían jugado determinados estados en el desencadenamiento de las guerras imperialistas, sin que por ello pudiera acusárseles de haber hecho concesiones a los rivales de dichos Estados.
Pero la CCI no había criticado en absoluto que se viera en los EEUU al principal agente desencadenante hoy de las guerras, sino que se vieran las causas de estas guerras no en la situación general del imperialismo en su conjunto sino, de manera reduccionista, en la situación específica de Estados Unidos. El portavoz de Battaglia, por su parte, no negó del todo la semejanza entre el análisis hecho por su organización y el de las diferentes corrientes burguesas. Argumentó, sin embargo, que este análisis cuando era realizado por el BIPR, se fundamenta en una visión del mundo completamente diferente a la de los burgueses. ¡Esto es así todavía, afortunadamente! Pero nosotros mantuvimos que tal análisis sólo puede debilitar la eficacia de nuestro combate contra la ideología de la clase enemiga, y sobre todo socavar la firmeza de nuestro propio punto de vista proletario. A nuestro parecer, la semejanza del análisis del BIPR y el extendido punto de vista de la burguesía es el resultado del hecho que los compañeros han adoptado un método de análisis burgués. Este método es el del empirismo, una de las formas esenciales del pensamiento burgués que consiste en dejarse llevar por ciertos hechos especialmente noticiosos, en lugar de analizar a través de un método teórico más profundo la verdadera conexión entre los distintos acontecimientos. Un ejemplo de cómo el BIPR cae en el empirismo se vio durante la discusión cuando estos compañeros explicaron que el hecho de que la economía norteamericana se derrumbaría si no afluyeran a ella capitales extranjeros, es la prueba de que la guerra de Irak sirve para obligar a las otras burguesía a prestar dinero a USA. Para responder tuvimos que recordar que por supuesto sin tales prestamos e inversiones la economía de los Estados Unidos se vendría abajo, lo cual ya supone bastante coacción para que capitalistas europeos y japoneses continúen comprando acciones y bonos norteamericanos, puesto que ellos mismos no sobrevivirían a un colapso de los Estados Unidos2.
En la segunda parte de este artículo abordaremos más explícitamente la cuestión de la relación existente entre la crisis económica y la guerra imperialista a la luz de la crítica marxista de los fundamentos mismos de la economía capitalista. En particular criticaremos la idea defendida por el BIPR de que “una destrucción generalizada abriría el camino a una nueva fase de acumulación”, o dicho de otra manera a una nueva fase de prosperidad capitalista.
WELT REVOLUTION
Publicación de la CCI en Alemania
Notas
1) Organización fundadora, junto a la CWO, del BIPR.
2.- Es necesario añadir que por mucha rivalidad que tengan con Estados Unidos, sus rivales seguirán colocando sus capitales en la economía más estable que existe, ya que este país, en el futuro previsible, seguirá siendo militar y económicamente, el país más fuerte del mundo.