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Desde finales de agosto, el ejército birmano persigue, tortura, viola y mata a miles de habitantes del Estado de Rakhine (tradicionalmente llamado Arakan) salido de la minoría musulmana rohingya, una región particularmente pobre, situada al oeste de Birmania, en un Estado donde la población es en su gran mayoría budista. Rechazados y privados de los derechos civiles durante décadas, los rohingyas han sido víctimas de una escalada de violencia extrema a raíz del ataque a una treintena de puestos de policía por un grupo armado autoproclamado: Ejército de Salvación de los Rohingyas de Arakan (ARSA). En este enfrentamiento, donde la población paga como siempre el precio mayor, los intereses imperialistas en conflicto sólo han servido para alimentar aún más la violencia: tomando como pretexto la "lucha contra el terrorismo", el poder central de Birmania ha aprovechado la ocasión para retomar el control de una región estratégica, rica en minerales, muy codiciada por los más diversos buitres imperialistas: Estados Unidos, India, China, Reino Unido...
Los propios rebeldes, al igual que la etnia en su totalidad, nunca han sido más que peones manipulados por tal o cual potencia presente en la región. Esta minoría, en efecto, sirvió como apoyo y fuerza "leal" en el siglo XIX y hasta 1948 al imperialismo británico en Birmania contra los independentistas. Hoy en día, los rebeldes son ampliamente sospechosos de estar siendo financiados por Arabia Saudita como una manifestación en favor de la causa Rohingya, difundida en todo el mundo musulmán desde el estado de Marruecos hasta el régimen iraní a través de Indonesia, quien se manifiesta muy interesada.
Después de este mes de violencia, se declara oficialmente que hay más de mil muertos y unas 500,000 personas son obligadas a huir a la vecina Bangladesh. A ellos hay que agregar otros 300,000 refugiados rohingyas que ya viven en los miserables e insalubres campos de Bangladesh después de huir de Birmania debido a violencias anteriores. Esta minoría, despreciada y luego perseguida por las autoridades birmanas, no ha hecho otra cosa que sufrir de forma permanente la violencia del capitalismo, como, por ejemplo, en 2012, cuando la represión militar fue terrible. Ellos pues, se agregan a la larga lista de minorías que han sufrido la violencia de Estado. Desde 1948, por ejemplo, la minoría tibetano-birmana Karen que ha soportado la ira de la persecución, al punto que no es exagerado hablar de genocidio.
Purificación, exclusión: marcas registradas del capitalismo
Birmania misma no es de ninguna manera una excepción cuando se trata de persecuciones y masacres de masas. La historia está llena de los ejemplos más horribles, desde la colonización de África por las naciones europeas, la de Asia por el imperio británico, pasando por la propia formación de los Estados Unidos con el genocidio de los Amerindios o el exterminio metódico de judíos y gitanos durante la Segunda Guerra Mundial. El exterminio de poblaciones enteras ha caracterizado la vida del capitalismo desde sus orígenes. Si todas las democracias fueron capaces de gritar a coro después del Holocausto "¡nunca más¡", llenar los libros de texto llamando a "no olvidar nunca", proclamándose los campeones de la "defensa de las libertades públicas" de cara a las persecuciones del totalitarismo de Hitler o Stalin, las "limpiezas étnicas" nunca han cesado y después se han multiplicado: Armenia, Chechenia, Darfur, Yugoslavia, Ruanda, los tamiles en Sri Lanka ... por citar sólo los más emblemáticos, los más llenos de atrocidades y de hipocresía de todos los Estados democráticos frente a esta barbarie.
La decadencia y el estado de descomposición del capitalismo hoy en día no han hecho más que acelerar y amplificar este proceso de destrucción y muerte de pueblos y grupos étnicos acusados en cada ocasión de ser la fuente de todos los males sociales y políticos, acusados de frenar el buen desarrollo de la "civilización" contemporánea. Son los chivos expiatorios fáciles de los que nunca ningún Estado se ha privado para lograr sus propósitos y asegurar su dominación.
Aung San Suu Kyi: el icono de la paz al servicio de la guerra
Durante un mes, toda la prensa burguesa, muchas figuras políticas, religiosas, artísticas, han llamado a la responsabilidad de Aung San Suu Kyi, en el poder desde abril de 2016, para que detenga la masacre. En un primer momento la Premio Nobel de la Paz en 1991 mantuvo un sospechoso silencio.
Quería no empañar su imagen de opositora "irreductible" a la junta militar birmana por casi quince años, aureolada debido a su encarcelamiento, y finalmente liberada para, se dijo, comprometerse con la "apertura democrática" de su país.
Toda la burguesía la presentaba como la "Nelson Mandela asiática", el caballero blanco de la democracia, quien podía muy bien declarar que ella nació para "proteger los derechos humanos”, o que "todas las leyes represivas deben ser revocadas. Y las leyes deben ser introducidas para proteger los derechos del pueblo", hoy cae del pedestal sobre el que “irradiaba”. El medio humanitario y diplomático, pasando por el roquero y su indiscutible campeón humanitario, Bono, por el cine y sus realizadores, Luc Besson o John Boorman, pasando por los antiguos líderes mundiales como Bill Clinton, Jimmy Carter o Jacques Delors, todos tenían que saludar a la "Madre del coraje" y su determinación.
Recordemos esta declaración, entre muchas otras, emblemática del tributo internacional del que Aung San Suu Kyi era objeto: "No se enfatiza lo suficiente hasta qué punto la estrategia de no violencia activa (una de las raíces de la ecología) realizada por Aung San Suu Kyi y sus seguidores, es el verdadero logro de esta historia. Perseverancia, paciencia, voluntad de entendimiento y de reconciliación, capacidad de compromiso... pero también firmeza e inflexibilidad sobre la meta, todo en Aung San Suu Kyi recuerda lo que han aportado antes que ella Gandhi, Martin Luther King, Mandela, Vaclav Havel... y hoy el Dalai Lama... (...) De frente al totalitarismo, la paz y la democracia son posibles, un día u otro, especialmente cuando "sabemos que es el más paciente el que gana al final". De hecho, hoy, la evolución de Birmania y la libertad de expresión y de acción de "La Dama de Rangoon", son signos de esperanza para toda Asia, y para todos los combatientes no violentos del planeta. Signos de esperanza, por la libertad, por la solidaridad, por la ecología " [1]
Esta palabrería se desvaneció cuando finalmente, a mediados de septiembre, la “heroína de la democracia” se decidió a hablar. En sus declaraciones a mediados de septiembre, negó que hubiera masacres y denunció la "desinformación" de la prensa occidental sobre la situación y la violencia en curso.
La valiente “Dama de Rangoon” ¿habría traicionado sus principios? ¿Es ella una personalidad que ha abusado del mundo entero? Ni mucho menos... La realidad es más simple y más prosaica: Aung San Suu Kyi es tan solo un representante del mundo capitalista, una expresión de la clase burguesa, ni más ni menos. Este Premio Nobel de la Paz es más bien la hija del general Aung San, protagonista de la independencia del país y defensora del nacionalismo birmano, descartando a la mayor parte de los diferentes grupos étnicos o minorías del país. Continuidad, filiación y tradición... ¡en barro y sangre! Ella misma lo declara con orgullo: "Siempre he sido una mujer política. No comencé en la política como defensora de los derechos humanos o como trabajadora humanitaria, sino como dirigente de un partido político". Esto tiene el mérito de ser claro. Efectivamente, el icono de la paz ahora asume su papel al frente del Estado birmano, sin cortapisas como un componente de la soldadesca que la encarceló y después la llevó al poder.
Algunos, bastante lúcidos acerca de su posición como un escaparate civil "políticamente correcto" del Estado birmano, esperaban al menos una palabra de compasión, una "llamada a la razón" frente a la matanza en curso. ¡Nada más lejano!: el ejército (que ella saluda) reprime y ¡mata alegando erradicar el terrorismo en nombre del interés general! En boca de la burguesía, defender el interés general es defender el interés de la nación, es decir, defender el Estado capitalista y su violencia, democrática o no. Aung San Suu Kyi siempre ha sido y sigue siendo fiel a su causa, el capitalismo, a su clase, la burguesía. En el fondo, el asombroso comunicado del EELV es correcto: Aung San Suu Kyi lleva consigo lo que han llevado antes y después de ella: Gandhi, Martin Luther King, Mandela, Lech Wałęsa, Desmond Tutu, Yasser Arafat, Jimmy Carter u Obama, todos presentados como los apóstoles de la paz y de la transformación del mundo capitalista. Juzguémoslos a la luz de algunos ejemplos:
Con la llegada al poder de Mandela, encarcelado durante 27 años, finalmente puesto en libertad para "sentar las bases de una nueva Sudáfrica democrática", Premio Nobel de la Paz en 1993, África sigue siendo "un Estado del "Tercer mundo "a la deriva en un mar de penurias, corrupción, miseria social y violencia en la que sobresalen algunos sectores ultra-agraciados, pero cada vez más reducidos, y muy a menudo dirigidos por blancos (...). El clima social está envenenado por las patentes desigualdades promovidas por los "Diamantes Negros", esos nuevos ricos negros, especuladores, corruptos e insaciables que allanaron la economía del país, exhibiendo con insolencia un ostentoso lujo"[2]. Sin comentarios…
La "histórica" victoria de Obama, el "primer presidente negro de los Estados Unidos de América" debía ser del mismo tono: por fin, un hombre negro al frente de un país devastado por las desigualdades sociales y el racismo: "Juntos, cambiaremos este país y cambiaremos el mundo”. El 10 de diciembre de 2009, Barack Obama recibe el Premio Nobel de la Paz en Oslo. Ocho años después, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ¡Estados Unidos sigue siendo uno de los países donde la brecha entre ricos y pobres es la más grande! Más de 30,000 personas mueren bajo las balas en los Estados Unidos cada año, muy a menudo negros... Desde un punto de vista militar, Obama ha proseguido la política imperialista americana en Afganistán, en Siria, en Irak y ha comprometido a su país en nuevas tierras donde estaba casi ausente: en el Magreb, en Libia, en Mali y en Nigeria; hizo instalar bases de drones en Níger, en la frontera de Mali, de Nigeria y de Camerún, mientras que golpes "selectivos" se llevaban a cabo en Somalia y en otros lugares.
En cada ocasión, estos iconos promovidos como portadores de tantas esperanzas y de hombres/mujeres providenciales, sólo han resultado en un mayor engaño hacia los explotados con la indiscutible intención de desviarlos de su verdadero objetivo de asumir de manera colectiva y consciente su combate en contra del capitalismo y su barbarie.
El budismo a la cabeza del Estado capitalista
Es necesario insistir en la dimensión religiosa de la situación en Birmania. En efecto, el más violento rechazo a los musulmanes rohingyas se expresa en la población budista, la mayoría en Birmania. Los mismos monjes budistas atizan este odio y empujan hacia el pogromo. No dudan en empuñar ellos mismos el garrote y agredir físicamente, dirigidos por un monje ultranacionalista y anti-musulmán Wirathu (que inspiró el largometraje: El venerable W). Este personaje pasó varios años en prisión en el periodo de la junta militar, por sus llamadas al odio, antes de ser amnistiado.
¡Que esto no tiene importancia! Aung San Suu Kyi tiene sus defensores, contra viento y marea: "La gran dama, ella, sigue un camino budista muy puro, y hace todo lo posible a pesar de todos los insultos y mentiras difundidas por los medios atlantistas en su contra... ¿Qué puede hacer? ¿Favorecer a una minoría que pone en peligro a la mayoría? ¿Dejar que los Estados Unidos desestabilicen al país con los rohingyas, que para muchos son ciertamente bengalíes? No, ella hace lo que es lo mejor para su país y para la mayoría de sus habitantes y, ciertamente, no es responsable de los crímenes que se le reprochan”[3].
Si los caminos de Dios son inescrutables, la "pureza" del budismo no se expresa en realidad más que a la vista de las necesidades del capital nacional, de la defensa chovinista de una identidad nacional, confesional, validada por los Estados burgueses. Pero de nuevo, no encontramos aquí ninguna novedad o sorpresa. Cualquiera que sea su investidura religiosa, ya sea esta budista, cristiana, musulmana, hebrea o hindú, todas las religiones son los garantes del orden establecido sobre la tierra. No prometen la verdadera libertad para el hombre más que en el reino de los cielos, rechazando a incrédulos e infieles. En realidad, la religión siempre ha conducido a la preservación de la dominación de las clases explotadoras, llamando a las clases explotadas a la aceptación de esta sumisión. Hoy, la dominación de la burguesía sobre el proletariado. La religión queda como “el opio del pueblo” como lo decía Marx.
En perspectiva, la situación en Birmania es, lamentablemente, tan solo un episodio más de la sangrienta agonía del capitalismo. Detrás de todos los clamores internacionales indignados del mundo burgués, siguen todos los enfrentamientos, las relaciones de fuerzas y las transacciones de la competencia imperialista: concretamente, a pesar de los abusos denunciados, el apoyo al Estado de Birmania y a su ejército se mantiene intacto por parte de los Estados occidentales en la medida en que puede frenar el progreso del imperialismo chino en la región, dificultar el establecimiento de una nueva "ruta de la seda" hacia Europa.
Sólo la lucha de clases puede conducir a la puesta en causa del capitalismo, a terminar de una forma definitiva con las limpiezas étnicas y la barbarie capitalista en todas sus formas. El camino sigue siendo largo, muy largo, pero no hay atajos posibles.
Stopio, 2 de octubre de 2017
[1] Europa Ecológica-Los Verdes (EELV), comunicado de prensa de junio de 2012
[2] Comisión Económica de África (ONU), 2013.
[3] Alter Info, septiembre de 2017
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El 11 de noviembre, la CCI será anfitriona de una Jornada de Discusión[1] sobre la Revolución rusa. Varios camaradas han estado ya reflexionando seriamente sobre la importancia de este episodio crucial en la historia de la lucha del proletariado. Un camarada, Link, ha republicado ya una presentación que ha hecho para una reunión previa sobre esta cuestión. Puede verse en nuestro foro[2]
El texto que sigue nos lo ha enviado un simpatizante próximo a la CCI. Lo publicamos con la esperanza de que, de forma previa al encuentro, lo lean cuantos más camaradas mejor para que así se estimule más la discusión y la reflexión.
Animamos a todos los camaradas a asistir al encuentro si pueden y a seguir contribuyendo, ya sea en la forma de textos o participando en nuestro foro.
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Los acontecimientos revolucionarios de Rusia en 1917, ''la entrada forzosa de las masas en el terreno del dominio de su propio destino'' (Trotsky), el levantamiento de millones de proletarios, campesinos pobres y soldados, junto con la oleada revolucionaria que se inició de Finlandia a Sicilia, del Rühr a los Urales, con influencia en Estados Unidos, España, China y Argentina, las esperanzas que hizo nacer en millones de oprimidos del mundo... no puede abordarse desde una afiliación ideológica estrecha. La Revolución rusa y la oleada revolucionaria internacional que desató, su evaluación crítica y sus contribuciones al programa comunista, pertenecen a toda la humanidad oprimida, en su ya antiquísima lucha contra la explotación del hombre por el hombre, y particularmente a la perspectiva de la alternativa comunista, que aún queda por escribir, y que está liderada por el proletariado revolucionario.
Cada vez más incapaz de ofrecer un proyecto positivo que justifique y apoye el mantenimiento de la dominación de las relaciones sociales y productivas capitalistas, la burguesía internacional se concentra sobre todo en repetir que no hay alternativa a su dominio, o que, si la hay, sería incluso peor, llevando necesariamente al ''totalitarismo'' de tipo nazi o estalinista. La identificación (véase denigración y ridículización) de la alternativa histórica del comunismo con diferentes formas especialmente brutales de capitalismo de Estado envuelto en banderas rojas es indudablemente el dogma ideológico principal, junto con aquél de la ''democracia'', que usa la civilización capitalista, corroída por sus contradicciones, para sostenerse. Es en este contexto que uno debe situar las (por supuesto no precisamente nuevas) campañas de ridiculización y denigración de la experiencia revolucionaria de Rusia en 1917, y por extensión, las de la oleada revolucionaria internacional que la siguió.
En esta estrategia de falsificación de la Revolución rusa destaca el papel de la falsa polarización entre los ''partidarios'' y los ''opositores'' de esta mentira dentro del espectro ideológico y político burgués. Los ''partidarios'' serían los que defienden posiciones estalinistas, trotskistas y maoístas, desde la versión paleo-estalinista primitiva a las variaciones más neo-socialdemócratas que ridiculizan la revolución, convirtiéndola en un ejercicio de actitud ''sigue-al-líder'' por parte de las desamparadas masas, de intrigas y maniobras de políticos profesionales y ''jefes geniales'', de mesianismo y culto a la personalidad (ya hacia Lenin, Trotsky o Stalin) y bajo un marco exclusivamente ruso. En otras palabras, que presentan la revolución proletaria como si fuera política burguesa vulgar, de la que estas corrientes forman su ala izquierda, aplicando el patrón de las ''revoluciones'' en China, Cuba, Vietnam o Venezuela (véase, luchas de poder entre facciones burguesas nacionales e internacionales que usan a la población descontenta como carne de cañón para defender intereses que no son los suyos). Su ''defensa'' de la Revolución Rusa es la peor ridiculización.
La corriente anarquista basa sus supuestas ''críticas'' a la experiencia rusa en el mismo dogma y pautas burguesas que sus ''defensores'' del ala izquierda del capital: la Revolución Rusa fue un ''putsch'' liderado por elementos manipuladores que usaron a las masas para sus propios intereses, identificando el método marxista y la perspectiva histórica comunista con el estalinismo y regímenes similares. Por añadidura, en un ejercicio de cinismo típico de la política burguesa, esta corriente, mientras que denigra el marxismo y el comunismo, esconde o manipula su colaboración con el estalinismo en los años 30 en España, su ''orgullosa'' participación en la ''resistencia francesa'' bajo las banderas de la burguesía y el estalinismo en la Segunda Guerra Mundial, o su apoyo a facciones burguesas bajo el discurso del ''confederalismo democrático'' de las milicias kurdas. El anarquismo se empeña en una obra de falsificación histórica, reivindicando fraudulentamente a los marinos revolucionarios de Kronstadt (partidarios resueltos del ''golpe autoritario'' liderado por los bolcheviques en octubre de 1917) o la insurrección obrera de Mayo de 1937 en Barcelona (contra el Estado republicano del que la CNT era parte, y con el que colaboró en su ''pacificación''). De hecho, a quienes deberían reivindicar es a Kropotkin y su Manifiesto de los Dieciséis[3], a los ministros anarquistas españoles o al cripto-estalinista Abdullah Öcallan, como miembro legítimo que es de la extrema izquierda del espectro político e ideológico del capital.
Los elementos más clara y sinceramente revolucionarios del anarquismo, como Víctor Serge o algunas de las facciones más combativas del anarquismo obrero español, asumieron el camino de la necesidad de la insurrección y la dictadura revolucionaria concretada por el Bolchevismo[4].
Esta estrategia de la burguesía, de negar la posibilidad de una alternativa viable a la dictadura del capital, encuentra un medio históricamente fértil en la actual incapacidad del proletariado para plantear una alternativa política y social. Los fenómenos que muestran objetivamente la crisis histórica de la sociedad burguesa a través de su incapacidad para resolverlos (crisis económicas crónicas, desempleo masivo, guerras imperialistas interminables, terrorismo y gansterismo, etc.), se convierten en elementos que apuntalan el dominio de la clase capitalista, que hace un uso consciente de ellos en ausencia de una alternativa social y política. La burguesía golpea, conscientemente, el metal candente. De hecho, para la burguesía es ''cuanto peor, mejor'', dentro de los límites de un cierto mantenimiento del ''orden público'', de la propiedad burguesa, la circulación de bienes y la existencia de una fuerza de trabajo capaz y dispuesta, dada su incapacidad de resolver las contradicciones de este sistema. La clase capitalista no tiene problema alguno en refugiarse en bunkers blindados rodeados de pobreza, como en las mega-ciudades de América Latina. Sin una alternativa revolucionaria, el modo de producción capitalista hundirá la sociedad en la barbarie.
Los órganos de unión y unificación de la lucha proletaria no van a encontrarse en el feliz reino de la ''democracia obrera'', sino en un nuevo campo de batalla, a un nivel histórico superior, entre, de un lado, las posiciones de la burguesía y sus agentes, y de otro, aquéllas que llevan a la dictadura del proletariado. Son [estos órganos] una condición necesaria, pero insuficiente, para romper el poder de la burguesía. Cualquier ilusión acrítica en la formalidad de la ''democracia obrera'' en sus diferentes formas (asamblearismo, consejismo, etc.) desarma políticamente a la alternativa proletaria.
La visión izquierdista (coherente con su enfoque burgués) de los bolcheviques, y más concretamente, de sus líderes, como un cuerpo triunfal y homogéneo, aclamado por las masas a la moda de los discursos burgueses en los circos electorales, es de nuevo una completa falsificación de las condiciones en las que tiene lugar la actividad revolucionaria. Los bolcheviques, hasta unas cuantas semanas antes de la insurrección de Octubre, están en una clara minoría, en algunos casos en situación de clandestinidad, con profundas discusiones y confrontaciones en sus filas, encontrando rechazo si no hostilidad por parte de amplios sectores del proletariado y los campesinos pobres, sin mencionar por supuesto a los ''respetables'' demócratas y socialistas quienes, como en Alemania al año siguiente con los espartaquistas, incitaron a su exterminio una vez supusieron una amenaza.
La gran fuerza de los bolcheviques radicaba en la comprensión de que la actividad revolucionaria no es la adaptación a la ideología burguesa y a las debilidades del proletariado, ni diluirse de forma oportunista en ellas, sino al contrario: significa mantenerse firme, ser paciente, e intentar ser un factor activo en la elevación de la consciencia política comunista del proletariado revolucionario. Y esto solo puede tener lugar en el marco de las posiciones y la actividad teórico-práctica que se opone a la ''respetabilidad'' del orden burgués.
Otro gran mérito y contribución al programa comunista por parte de los Bolcheviques es su reconocimiento de que la lucha de clases es ante todo una relación de fuerzas entre dos proyectos de sociedad, entre dos poderes. La revolución proletaria no es un bello ideal democrático de ''todo el pueblo'', ni la realización de la ''democracia obrera''. Aunque la formación de órganos unificadores (asambleas de masas y consejos obreros) son un paso necesario para romper la normalidad capitalista de la atomización de los proletarios y su des-politización, no son suficientes en sí mismos para aislar a la burguesía y su Estado, para destruir su poder. Sin el programa comunista, sin la teoría revolucionaria, el esfuerzo, la combatividad y el heroísmo de las masas es en vano. Incluso en una situación revolucionaria, los consejos obreros pueden cometer hara-kiri y cavar su propia tumba dando el poder al Estado burgués, a través de sus ''representantes'', como quedó claro en Alemania cuando los consejos dominados por el SPD y el USPD rindieron su poder a la Asamblea Nacional, o en España en 1936 con la renuncia al poder de la CNT en favor de la colaboración con el Estado republicano.
Como una ironía de la historia, fue precisamente en las condiciones del atraso ruso que se perfiló un desafío al materialismo vulgar presente en una buena parte de las organizaciones de la II Internacional, que defendían la necesidad de atravesar una fase de democracia burguesa (con sus parlamentos, sindicatos legales, etc.) antes de que pudiera introducirse el socialismo. Lo que era crucial en 1917 eran las condiciones históricas generales de la lucha proletaria en el momento que atravesaba entonces el capitalismo mundial. Y estas condiciones señalaban que el proletariado, como fuerza social y política, solo podía tomar forma y expresarse en la ruptura con la normalidad capitalista que lo atomiza y divide. Un año después, al final de 1918, la misma cuestión se plantea en Alemania: o los consejos obreros o la Asamblea Nacional. O lo que, es decir: o el mantenimiento de la movilización permanente del proletariado a través de sus órganos de poder unificadores, o la extinción de estos órganos y la disolución del proletariado en una masa atomizada e impotente.
Se abre un nuevo periodo para la lucha de clases. Un periodo en el que la clase proletaria solo puede existir como una fuerza política y social ''de ruptura''. Un periodo en el que hay que reconocer que la lucha de clases se encuentra a un nivel histórico cualitativamente superior, un nivel al que el proletariado, para existir como una fuerza social y política antagónica al orden existente, como clase, debe enfrentarse a lo que cada día la niega e impide como tal. Esto significa que los métodos y las dinámicas que la clase proletaria necesita para afirmar sus condiciones de vida y su naturaleza humana, para afirmarse como una fuerza colectiva contra la burguesía y las relaciones productivas y sociales capitalistas, exige en este periodo histórico una confrontación profunda con la ''normalidad cotidiana'', un profundo cuestionamiento de su posición; en definitiva, una ruptura con la dominación diaria de las relaciones sociales capitalistas, una ruptura social, organizacional y política. O en otras palabras: bajo el capitalismo decadente, el proletariado, como fuerza social y política colectiva, sólo puede existir rompiendo con todo lo que lo niega, precisamente, como fuerza social y política colectiva. Es en la ''atrasada Rusia'', precisamente porque no encajaba en los esquemas del materialismo vulgar de la época, porque no atravesó una fase de legalidad, de organizaciones de masas estables y legales, de mistificación democrática, por la necesidad del proletariado y los campesinos pobres de defenderse contra la clase capitalista y terrateniente, donde tiene lugar el gran primer acto (tras 1905) de la lucha de clases del futuro.
Como se dijo más arriba, en coherencia con su visión de la lucha de clases como una confrontación y una relación de fuerzas entre dos proyectos históricos antagónicos, y no la realización de un ''bello ideal'' o de la ''democracia obrera'', viene la audacia y el reconocimiento coherente de los Bolcheviques de las consecuencias naturales de la revolución proletaria: la destrucción del Estado burgués, la abolición de la democracia burguesa, y la preparación y asunción de la necesidad histórica de la expansión internacional de la revolución y la guerra civil. La abolición de la Asamblea Constituyente burguesa y el desprecio por la mística del poder y los resultados de las elecciones ''democráticas'' (en la que ni los bolcheviques ni los eseristas de izquierda tenían bajo ningún concepto una mayoría matemática) en favor del poder armado de los soviets, bajo la influencia bolchevique y en un contexto de relaciones favorables a la toma del poder... todo ello figurará en adelante como uno de los puntos más importantes de la revolución comunista. La alternativa a esto habría sido dejar el poder en manos de las fuerzas de la ''democracia'' y el Estado burgués, preparando el terreno para la contrarrevolución. Si los Bolcheviques hubieran actuado así en 1917, se habrían encontrado en la misma posición histórica contrarrevolucionaria que el SPD alemán o la CNT española, en lugar de ocupar un lugar de honor en el programa histórico por el comunismo.
Para entender la degeneración de la Revolución Rusa, de bastión de la revolución comunista mundial a Estado capitalista, vanguardia teórica y práctica de la contrarrevolución internacional, es necesario entender la naturaleza y las fuerzas actuantes de la revolución proletaria. Para entender las causas y la naturaleza de una contrarrevolución, es necesario entender la revolución. El ''misterio'' de la degeneración de la Revolución Rusa no puede comprenderse sin entender que el combustible de la revolución se había agotado: los destacamentos más avanzados y combativos del proletariado (la espina dorsal y fuerza dirigente de la revolución) fueron física y moralmente exterminados y atomizados por una sangrienta guerra civil contra un ejército de mercenarios de la burguesía internacional, por la terrible miseria causada por ocho años de guerra y estrangulación económica causadas por la burguesía mundial y por la estrangulación de la revolución mundial. Con el fracaso de las tentativas revolucionarias en el resto de Europa, que podrían haber roto este bloqueo y haber dado oxígeno al fuego revolucionario, el combustible y el momentum revolucionario se apagaron poco a poco. La declaración de Karl Marx de que ''la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos o no será'' no es una consigna vacía o un elogio a la auto-gestión, sino que expresa entre otras cosas la idea de que solo el proletariado en lucha puede proporcionar el catalizador social y político necesario para liderar una lucha y una alternativa al capitalismo.
Privada de este catalizador, lo que quedaba de la Revolución rusa era su Estado y la estructura institucional dedicada a la gestión del territorio, que se mostraba como algo cada vez más antagónico a los intereses y necesidades de la población, y que asumía irremediablemente una vida autónoma en pos de su propia supervivencia y desarrollo en un mundo gobernado por las relaciones sociales capitalistas de producción. Todo tipo de carreristas sin escrúpulos y arribistas, el ecosistema natural del Estado y el aparato político burgués, ocupan el aparato de Estado y el Partido Comunista, tanto en la URSS como en las organizaciones de la Internacional Comunista estalinizada. Este régimen, antes heredero y al mismo tiempo expresión de la derrota y muerte por asfixia de la Revolución rusa, echaría mano de la mayor brutalidad para su preservación interna y externa (empezando por la eliminación de militantes revolucionarios) y del mayor cinismo, usando todo tipo de fraseología pseudo-marxista y pseudo-revolucionaria, para mantener su influencia y prestigio entre los oprimidos de todo el mundo. La burguesía internacional (con la colaboración de su ala izquierda) hará uso ad nauseam de este irrepetible regalo histórico de la identificación de las diferentes formas de capitalismo de Estado con la alternativa comunista a la sociedad burguesa. De hecho, como decimos más arriba, junto con la farsa ''democrática'', esto se ha convertido en uno de los argumentos ideológicos principales para justificar su dominio. La perspectiva de la superación revolucionaria del capitalismo tendrá que romper con ambos dogmas, o nunca tendrá lugar.
Es necesario tener presente que, a pesar del gran valor de las lecciones de la Revolución rusa y el hecho de que, como decíamos antes, expresan las condiciones generales de la lucha de clases en la decadencia del capitalismo, estas condiciones históricas nunca se darán de nuevo de la misma forma exacta. Primero, porque en aquel momento la burguesía internacional subestimó la amenaza proletaria comunista: no habrá más trenes blindados para revolucionarios, ni se deportará simplemente a revolucionarios ''extranjeros'' al bastión revolucionario. Las condiciones de un Trotsky acorralado y finalmente asesinado con la complicidad de la burguesía mundial serán la norma.
Las revoluciones del futuro, más que probablemente, no se enfrentarán a un aparato político o ideológico de mistificación y canalización tan poco desarrollado como el de Rusia en 1917: se enfrentarán con todo un abanico de organizaciones de izquierda y extrema izquierda directa o indirectamente al servicio de la burguesía y su Estado, organizaciones cuyo principal objetivo será desarmar teórica y prácticamente al proletariado revolucionario.
D. August, 2017
Nota de la publicación en español por parte de la CCI
En primer lugar, agradecemos a un simpatizante muy próximo la rápida traducción de este texto que nos parece excelente, no solo por la defensa de posiciones muy claras sobre lo que pasó en Rusia, tanto en 1917 como posteriormente, sino también por dos puntos que nos parecen muy necesarios:
1) Distingue claramente entre la actividad modesta, paciente y buscando siempre la claridad por parte de los bolcheviques y el mito de unos bolcheviques líderes, “aclamados por las masas”, “sedientos de poder”, que han acreditado tanto sus defensores burgueses (estalinistas y demás canalla) como sus impugnadores demócratas.
2) Señala con precisión que las condiciones de una revolución proletaria en nuestra época no serán tan favorables como lo fueron en un principio para la revolución en Rusia: existía un régimen zarista especialmente torpe e incapaz de ir más allá de la represión y el Gobierno Provisional de Kerenski cometió el error de intentar prolongar a toda costa la guerra lo que enardeció a una gran parte de la población.
Hay, sin embargo, un tema de debate que se desprende del texto del compañero. Este parece equiparar los Consejos y Asambleas obreras con una forma de “democracia obrera”. La democracia es una forma estatal y que contiene en sí misma el engaño de la igualdad y la “participación” de “todo el pueblo”. Los Consejos Obreros no tienen nada que ver con ese engaño[5].
[3] En 1916, Kropotkin y otros 16 destacados anarquistas firmaron un manifiesto de apoyo a la Primera Guerra Mundial expresando con ello una capitulación de una parte del anarquismo ante el capitalismo. Hay que notar que otro sector anarquista criticó esta postura, destacando Emma Goldman y Rudolf Rocker [Nota aclaratoria de la CCI]
[4] Ver a este propósito El sindicalismo frustra la orientación revolucionaria de la CNT, https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2002/historia-del-movimiento-obrero-el-sindicalismo-frustra-la-orientac [9]
[5] Ver nuestra Serie sobre los Consejos Obreros. https://es.internationalism.org/series/486 [10]
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Presentamos a continuación una contribución de un simpatizante muy próximo a la CCI sobre el contencioso catalán. Saludamos este esfuerzo de comprensión y llamamos a que se extienda. Frente a la pugna brutal que tiene lugar en Cataluña entre fracciones españolistas e independentistas, es necesario que se alcen voces que reclamen el internacionalismo y la autonomía política del proletariado y que lo pongan en práctica mediante análisis concretos. Al final de la contribución haremos un comentario sobre un pasaje del mismo que estimamos necesita un debate más profundo.
“Las demás interpretaciones del proceso histórico han perdido toda significación científica. Podemos decir con certeza que en nuestro tiempo es imposible no sólo ser un militante revolucionario sino aún un observador versado en política, sin asimilar la interpretación materialista de la historia.” Trotsky, A 90 años del Manifiesto Comunista
– La lectura general de la escalada del conflicto territorial en Cataluña (incrementado espectacularmente en su actual capítulo desde el año 2010, tras la anulación por parte del Tribunal Constitucional español de un nuevo Estatuto de Autonomía para la región catalana que, bajo la envoltura identitaria, significaba esencialmente mayores recursos fiscales y mayores competencias para las instituciones regionales catalanas) es clara, con dos elementos entrecruzados y mutuamente alimentados: por un lado, se trata de una expresión de crecientes tensiones centrífugas entre facciones de la clase dominante en España por el reparto de un pastel económico duramente castigado por la crisis de 2007-2008, utilizando y canalizando la facción catalanista el descontento de una parte de la población como masa transversal e interclasista de maniobra y presión frente al Estado central; por el otro, de maniobras ideológicas nacionalidentitarias de falsa polarización, mutuamente alimentadas, como medio de crear “unidad nacional”, encontrar chivos expiatorios, y en definitiva como maniobra de distracción y cortina de humo ante la incapacidad de ofrecer perspectivas por parte de un capitalismo decadente, tanto por parte del Estado español como de las facciones catalanistas. Se trata pues, más allá particularidades, de un patrón clásico de los conflictos territoriales entre facciones de la clase dominante a escala internacional (ya sea bajo pretexto nacional, histórico, identitario, étnico, religioso,etc), con la población dominada jugando el papel de carne de cañón y rehén.
Por tanto, saludar y expresar mi acuerdo en líneas generales, sin entrar a valorar aquí matices y diferencias, con las tomas de posición al respecto por parte de la CCI, así como de algunas otras organizaciones que se reclaman de la línea histórica de la Izquierda comunista[1] [16] (1).
– Existen dos ópticas erróneas a la hora de analizar los conflictos territoriales-identitarios que presenta la sociedad burguesa actual: por un lado, hablar de “pueblos” o de “comunidades nacionales” como pretendidas unidades homogéneas; por el otro, el sobrevalorar el origen histórico de los conflictos.
El primer enfoque pertenece enteramente al mundo de las categorías burguesas, a la idealización y “naturalización” de las relaciones sociales y de producción capitalistas, y por tanto es la moneda corriente de la propaganda burguesa, de sus análisis, y de sus aparatos político-ideológicos , de izquierda a derecha. Bajo las relaciones sociales y de producción capitalistas no existen “pueblos”, ni “comunidades nacionales”, en el sentido de que no existen comunidades homogéneas de intereses, de condiciones de existencia, de perspectivas vitales, de formas de vida y tradiciones culturales características y propias (reales, no inventadas y manipuladas) sin las cuales cualquier concepto de “pueblo” o análogo pierde todo contenido real. En cada conjunto de población, cada facción de la clase dominante trata de defender sus intereses económicos, políticos y sociales, no los intereses del “pueblo” ni la “nación” en su conjunto. La “nación”, la “patria”, el “país”, etc, bajo las condiciones reales y concretas de la organización social capitalista no son otra cosa que el marco territorial en el que las relaciones capitalistas se desarrollan, y en el que las clases dominantes en dichas relaciones ejercen su dominio sobre los medios de producción y la población, principalmente bajo las estructuras institucionales de los Estados burgueses. Existe pues un interés de primer orden por parte de las clases dominantes de presentar, tanto las relaciones sociales y de producción existentes como su marco territorial y estatal, como algo “natural” y dado, negando así el carácter histórico, artificial y temporal de dicha dominación y su marco territorial bajo el manto de la “comunidad nacional” y de la “identidad”, de una pretendida “comunidad de destino en lo universal”, reescribiendo a posteriori la historia humana de un determinado territorio para adaptarla a ese marco territorial de dominación actual, “naturalizándola” y legitimándola. Identidad (lingüísitca, cultural, étnica, histórica, etc) creada y manipulada por las clases dominantes bajo las formas estatales o proto-estatales, siendo esta una característica del nacionalismo burgués de todo signo: al contrario de lo que la propaganda burguesa repite, no son la “nación” y la “identidad” las que crean “naturalmente” un Estado o estructuras estatales, es al revés: son las formas estatales burguesas las que crean a posteriori la “identidad” y la “nación”, en un sentido amplio.
Por tanto, no puede existir perspectiva de superación de las relaciones sociales y de producción existentes sin la negación de la legitimidad del marco de la “comunidad nacional” y de la “unidad nacional”, ya que esta implica de facto la dominación “natural” de las relaciones capitalistas. Y, por extensión, cualquier aceptación, bajo fraseología “popular”, “radical” o “ciudadana” de esta “comunidad nacional” pertenece al terreno de la apología de lo existente: no existe ni puede existir tal cosa como “la autodeterminación de los pueblos” ni “el derecho a decidir” bajo las condiciones reales y concretas del modo de producción capitalista y sus antagonismos, ni existe tal cosa como la “voluntad popular” en abstracto, sino que existe la hegemonía de la ideología dominante bajo el dominio real y concreto de las relaciones capitalistas en su “normalidad”, hegemonía que sólo podo resquebrajarse en un proceso de subversión de esa “normalidad”. La segunda óptica errónea, aunque algunas veces elaborada con intención de clarificación, es el exagerar al atribuir causas profundas que se hunden en la noche de la historia a los numerosos conflictos territorial-identitarios, cuando realmente lo fundamental y prioritario de estos conflictos es su naturaleza burguesa, es decir, son siempre conflictos entre actores burgueses, estatales o protoestales, por la dominación e influencia en un territorio, o expresiones de una exaltación de una pequeña burguesía que aspira a gestionar una parte del Estado y a su vez puede convertirse en un actor burgués, o todo a la vez. Convendría pues no sobrevalorar el elemento histórico en los conflictos territoriales actuales, y por tanto tampoco exagerar en la crisis catalana las particularidades del Estado español y su pretendida “mala soldadura nacional”. Los conflictos territoriales y de tensiones centrífugas vienen inscritos en el ADN de las relaciones sociales y de producción capitalistas y de los Estados burgueses modernos: el carácter atomizado, concurrente y caótico de la producción capitalista, y el carácter histórico y artificial de los Estados burgueses, nacidos a menudo a través de la guerra, la limpieza étnica y la asimetría política, económica, social o demográfica. Por citar únicamente Europa occidental, existen varios Estados con tensiones centrífugas y territoriales más o menos importantes aparte de España (al menos Reino Unido, Bélgica o Italia; curiosamente las dos primeras regiones pioneras en la industrialización capitalista, y la tercera, una de las cunas del mercantilismo y el sistema financiero), y si se mira al marco internacional de conflictos territoriales, se verá que las tendencias centrífugas y el cuestionamiento de los status quo estatales y territoriales, bajo conflictos inter-burgueses intraestatales o internacionales, lejos de ser un elemento excepcional, es un elemento generalizado. En todos siempre hay un factor común: la utilización de la población sometida y descontenta como rehén y carne de cañón que sufre y se bate por intereses ajenos a los suyos. Atribuir a esos conflictos orígenes “identitarios” (nacionales, religiosos, étnicos, culturales, lingüísticos, históricos, etc...) es desenfocar la base fundamental de estos arriba descrita, siendo precisamente al revés: es la creación, mantenimiento y exacerbación de esos conflictos territoriales los que crean, manipulan o exacerban las divisiones y odios nacional-identitarios. De ahí otro elemento fundamental: las divisiones, odios y conflictos territorial-identitarios que el capitalismo ha creado o heredado de sociedades precedentes, y que este exacerba a un nivel superior, sólo podrán ser abordados y superados en un proceso histórico de subversión y alteración radical de las mismas condiciones materiales que los hacen posibles, es decir, a través de una revolución comunista internacional.
– El nacionalismo y el identitarismo de todo tipo, junto con todo lo que va ligado a él, no es únicamente un elemento ideológico, propagandístico y sentimental/irracional digamos, “artificial”, sino que responde a la realidad de la utilización y manipulación por parte de las élites de las frustraciones y miedos de masas atomizadas y dominadas sin un proyecto social y político con el que oponerse y superar lo existente. En este sentido, el elemento identitario y centrífugo como respuesta y canalización del malestar de esas masas amorfas y atomizadas, en un marco de ausencia de alternativa proletaria comunista, presenta una coherencia histórica de la crisis catalana con otras tendencias que puedan darse a nivel internacional, cada una con sus matices particulares y cada una con su chivo expiatorio al que culpar de las contradicciones irresolubles del capitalismo: el nacional-proteccionismo reaccionario de Trump en EEUU; el Brexit en UK; el auge de la extrema derecha en Francia y centro y este de Europa; separatismo flamenco en Bélgica, etc. Y lo mismo que sucede con esas tendencias, las supuestas intenciones del independentismo catalán son en gran medida, al menos a corto y medio plazo, inviables en el marco internacional burgués actual, e incompatibles con los intereses generales del capital nacional, y al igual que el resto de tendencias nacional-identitarias, no hacen otra cosa que vender ilusiones irrealizables en el marco del sistema capitalista actual y crear chivos expiatorios (ya sean segmentos de la población -inmigrantes, musulmanes, importaciones extranjeras-, ya sean determinadas regiones u instituciones).
¿En qué medida y en qué proporción estas tendencias internacionales responden a facciones irresponsables de la clase dominante, a la canalización consciente del malestar de masas impotentes sin alternativa expresadas en el terreno atomizado y pasivo electoral, a naturales tendencias centrífugas, a la descomposición del aparato político e ideológico burgués incapaz de ofrecer alternativas? ¿en qué medida y en qué proporción estas falsas polarizaciones se deben a la sagacidad, a la irresponsabilidad o a la incapacidad de la burguesía? Se trata de una discusión interesante.
– Limitar “sociológicamente” como principal cliente de la mercancía podrida nacional-identitaria envuelta y aromatizada de “soberanía” y “libertad” a las “clases medias” y la pequeña-burguesía, a las que se pueden unir sectores lumpenizados de estas y del proletariado, es un tanto simplista. En el caso catalán y no pocos movimientos nacionalistas es efectivamente el caso, sin embargo en otros fenómenos nacional-identitarios, no es necesariamente así: “sociológicamente hablando” el triunfo electoral de Trump y el Brexit, y la extrema derecha en Alemania, tiene como una base importante la insatisfacción de capas obreras, que en el terreno electoral y “ciudadano” simplemente están disueltas y atomizadas en la masa del “pueblo”. Para evitar caer en un obrerismo sociológico y un materialismo vulgar, incapaces de analizar los fenómenos complejos del capitalismo actual, es necesario comprender que, ante la inexistencia actual de la alternativa proletaria como fuerza social y política opuesta al orden burgués, sectores de las “capas populares”, como masa atomizada e impotente, frente al peso de la vida cotidiana bajo las relaciones capitalistas se muestran incapaces de salir del mundo de las categorías burguesas, y viéndose así mismos como legítimos “ciudadanos de la nación”, agarrándose a la “identidad” y la “nación” como tabla de salvación ante un mundo hostil y como elemento competitivo en el salvaje mercado capitalista, pueden ser influenciados bajo determinadas circunstancias por movimientos e ideologías reaccionarias.
Pero, de una forma más profunda ¿qué es una política pequeño-burguesa? Lo fundamental de esta es que una práctica y visión del mundo que pretende conciliar los intereses de “todo el pueblo” y sus “ciudadanos”, principalmente a través de la “soberanía popular y nacional”, la “libertad” y la “democracia”, en sus variadas formas. Es una visión que grosso modo desea mantener intactos los pilares de la sociedad capitalista, pero desprendida de sus incómodas contradicciones, ya sea con un capitalismo “de rostro humano, social y democrático” (en su variante de ideología pequeño-burguesa de izquierdas), ya sea añorando “los buenos viejos tiempos” de un capitalismo ordenado, “sin crisis”, limpio y “nacional” de un pasado que nunca existió (en su variante de ideología pequeño-burguesa de derechas). Llora amargamente las consecuencias del capitalismo pero es incapaz de afrontar sus causas y sus soluciones, pues sus horizontes no van más allá de las relaciones sociales burguesas: un mundo de propiedad y producción burguesas, de individuos burgueses, de naciones burguesas, de “soberanía” burguesa, de “libertades” burguesas, de “democracia” burguesa... pero desprendido de sus lamentables e inevitables consecuencias. Más allá de obrerismos sociológicos estériles y de un materialismo vulgar simplista, se trata del lenguaje y la ideología comunes de la sociedad burguesa “en normalidad”; una forma idealizada y mistificada del mundo burgués eterno que la clase dominante, incapaz de confesar abiertamente su dominación, utiliza como principal “ideología por procuración” para legitimar y mantener su orden (la “democracia”, la “economía nacional”, la “soberanía nacional”, “los derechos humanos”, los “emprendedores”, “el derecho internacional”...todos esas expresiones de ideología pequeño-burguesa pertenecen al género de “ideología por procuración” de la clase dominante), alimentada por la aparente inexistencia de una alternativa a este y por la lucha cotidiana por la supervivencia bajo las relaciones burguesas, y vehiculada por distintas “capas populares”, principalmente “capas medias” y pequeño-burguesas, aunque también por capas obreras, al ser precisamente el lenguaje y la ideología común del “pueblo” (el “sentido común”) cuando no aparece una alternativa social y política a las relaciones sociales y de producción existentes.
– La extrema izquierda está jugando en el caso catalán (aunque sin duda extrapolable a nivel histórico e internacional a otros casos) el papel de envolver y aromatizar la mercancía podrida nacional-identitaria con un toque “radical” y “popular”: de “autodeterminación generalizada”, de “poder popular” o de “potencialidad revolucionaria”, etc. Es decir, hacer pasar la “unidad nacional” y el olvido de la lucha de clases a través de la total supeditación material y espiritual a las élites catalanistas, por algún tipo “cambio” o “ruptura”.
¿Cuál es el papel que juega la izquierda y extrema izquierda, parlamentaria o extraparlamentaria, de forma general en la sociedad capitalista actual? Su papel objetivo definido históricamente, más allá de la conciencia que tengan de él sus miembros o incluso sectores políticamente miopes de la clase dominante, es: 1) realizar una labor de confusión y falsificación acerca de las contradicciones y antagonismos de la sociedad capitalista, y de las condiciones de su superación; 2) canalizar el malestar hacia vías muertas para desmovilizar y atomizar a las masas, y/o recuperar e instrumentalizar ese malestar hacia los intereses de determinadas facciones burguesas, o pequeño-burguesas aspirantes a convertirse en respetables actores burgueses.
La base material y espiritual de la izquierda y la extrema izquierda es doble: por un lado, los distintos Estados burgueses y facciones burguesas, que, según circunstancias históricas, financian y/o publicitan determinadas corrientes a fin de tener cubierto su flanco izquierdo bajo la amenaza de malestar social, o también para instrumentalizarlas en conflictos interburgueses; por el otro, el núcleo hegemónico, social y espiritualmente, de esta corriente es la pequeña-burguesía y “clases medias” descontentas y exaltadas, cuyo mundo de categorías burguesas idealizadas es fácilmente recuperable para el mantenimiento del orden burgués.
Destacar en ese contexto el papel jugado por el anarquismo en la crisis catalana, tanto por el hecho de ser Cataluña la región donde en las primeras décadas del siglo XX se desarrolló un formidable anarquismo obrero entre las facciones más combativas del proletariado español (y que hoy es idealizado y falsificado, sustraído de su inseparable componente proletario, por gran parte del anarquismo internacional), como por el hecho general de ver en la práctica cuál es el papel objetivo de esta corriente una vez apartado su discurso “virginal” y “radical”. Pues bien, su papel, tanto en Cataluña y el resto de España como a nivel internacional, con pequeñísimas excepciones[2] [17] (2), ha sido y es el de compañero de viaje crítico y/o ilusionado de todo este movimiento nacional-identitario, mimetizándose una vez más con todo el espectro de la extrema izquierda del capital, envuelto en conceptos abstractos y burgueses (“unidad de todo el pueblo”, “defensa de las libertades”, “derecho a decidir”, etc), que en la práctica sólo significan una cosa: la “unidad nacional” entre explotadores y explotados, el abandono de la lucha contra el sistema capitalista, la canalización del malestar hacia objetivos reaccionarios, y el desarme teórico-práctico de una perspectiva revolucionaria. A cada sobresalto histórico el anarquismo nos recuerda su legítimo lugar objetivamente en las filas de la extrema izquierda del capital.
– Los supuestos “excesos” por parte del Estado español y sus fuerzas de seguridad y aparato judicial, ante la amenaza de pérdida de control de un territorio, que amargamente llora el nacionalismo catalán y la progresía democrática pequeño-burguesa en general, no son una expresión de “déficit democrático” de este; al contrario, son la expresión de la “democracia” burguesa realmente existente, no idealizada ni falsificada. Basta por ejemplo con ver la actuación durante la segunda mitad del siglo XX de “grandes democracias” como la francesa y la británica cuando han visto amenazado su territorio en Argelia o Irlanda del norte, para darse cuenta en qué consiste la “democracia” burguesa realmente existente.
De la actuación de la maquinaria estatal española resulta sin duda clarificador acerca del carácter de clase del Estado burgués “democrático” el que su código legal esté bien alimentado de toda clase de delitos de “rebelión”, “sedición”, “conspiración para la rebelión” contra el orden legal existente, y cuya lectura resulta de lo más interesante y clarificadora. Evidentemente esta no es una característica propia del Estado español y su supuesto “déficit democrático”.
Resulta también interesante y clarificador que, para complementar este arsenal jurídico, en caso de que la “fuerza de la democracia” no fuera suficiente, el Estado, a través de “respetables ciudadanos” y “representantes políticos” haya movilizado, en el contexto de histeria nacionalista española y catalana mutuamente alimentada, de forma apenas disimulada a la extrema derecha españolista y creado en algunos casos un ambiente de progromo contra no-españolistas, izquierdistas, y otros “enemigos de España”, mostrando como el Estado “democrático” mantiene siempre en la reserva un ecosistema de potenciales frei-korps, vinculados a las fuerzas policiales y las cloacas del Estado y alentados por “respetables” políticos burgueses y periodistas, a los que liberar y dejar hacer cuando sea necesario.
Todo lo arriba dicho muestra, una vez más, que llegado el momento, los órganos de combate y poder proletario y sus organizaciones revolucionarias deberán necesariamente enfrentarse al Estado burgués oficial y extra oficial (de extrema derecha a extrema izquierda), y asumir y preparar el hecho histórico inevitable de la guerra civil y su extensión internacional para poder instaurar su dictadura revolucionaria, única alternativa a un capitalismo decadente.
– Ante el “enigma histórico” de nuestro tiempo, la ausencia de alternativa social y política proletaria comunista en una era que clama por el que las fuerzas productivas de la humanidad sean arrebatadas de su modo de apropiación burgués, todo parece indicar que la civilización capitalista desgarrada por sus contradicciones seguirá dando nacimiento orgánica y naturalmente a toda clase de “plagas” en forma de crisis económicas, guerras, movimientos e ideologías reaccionarias, deshumanización, divisiones, odios, violencia, barbarie. Los movimientos e ideologías nacionalidentitarios de todo signo son una de sus expresiones. D.
Noviembre 2017
Sobre un pasaje de la contribución
El compañero afirma: “Existen dos ópticas erróneas a la hora de analizar los conflictos territoriales-identitarios que presenta la sociedad burguesa actual: por un lado, hablar de “pueblos” o de “comunidades nacionales” como pretendidas unidades homogéneas; por el otro, el sobrevalorar el origen histórico de los conflictos”.
Ambas “ópticas” no pueden colocarse al mismo nivel. La primera no es un “error” desde el punto de vista proletario, es la expresión consciente de los partidos que defienden el Estado Capitalista, es la visión ideológica que inocula este último a través del conjunto de medios de adoctrinamiento y “comunicación” que posee, desde la escuela hasta la prensa y TV.
Respecto a la segunda óptica, el compañero plantearía el siguiente debate: ¿El aspecto dominante en los actuales conflictos “nacional – identitarios” sería la decadencia y descomposición del capitalismo o el peso del pasado?
No tenemos ninguna duda al respecto: lo determinante es la decadencia y descomposición del capitalismo. En ese marco, las heridas que se arrastran del pasado hacen que los procesos ligados a la decadencia y descomposición del sistema tomen diferentes formas, en el caso español -que no es por supuesto el único- adoptan la de una exacerbación de las tensiones centrífugas.
Para aclarar la cuestión quisiéramos precisar la evolución que ha seguido la lucha nacional desde la época ascendente del capitalismo, allá por el siglo XVIII-XIX. En este periodo, la formación de ciertas naciones es un elemento progresivo que contribuye a destruir los restos feudales y al desarrollo de las fuerzas productivas. Es el caso de Italia y Alemania que se constituyen en 1870. Sin embargo, en el periodo de decadencia capitalista inaugurado por la gigantesca barbarie de la Primera Guerra Mundial -que se quedaría corta en comparación con la Segunda y todo lo que ha venido después- la formación de nuevas naciones está preñada completamente por la confrontación imperialista entre las diferentes grandes potencias. Las nuevas naciones que se proclaman con el Tratado de Versalles (1919) tienen dos funciones: establecer un cordón sanitario alrededor de la Rusia Soviética[3] [18] y reforzar la posición imperialista de los vencedores de la primera guerra mundial, especialmente Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Por su parte, la llamada “Descolonización” de los años 50-60 fue el teatro de un reforzamiento estratégico de USA y la URSS, a la vez que llevó a sangrientos enfrentamientos entre ambas.
Desde los años 90, la nueva oleada de naciones ya no tiene el mismo carácter. Desde luego nacen marcadas por una aspiración imperialista, sin embargo, expresan una exacerbación de las tendencias a la dislocación y al estallido de numerosos estados nacionales, son el signo de la apertura de un proceso (histórico, no inmediato) de descomposición del capitalismo[4] [19]. La pulsión catalanista es de la misma índole que las veleidades centrífugas del Norte italiano o del Flandes belga, una tendencia nihilista a la secesión que expresa la bárbara pretensión de una región supuestamente “rica” (olvidando que existen clases sociales y que la inmensa mayoría no lo son) que se desentiende de las regiones “pobres” que en su imaginación reaccionaria “se aprovecharían de ella”: el Sur italiano que sería el “parásito” del Norte industrial; el “emprendedor” Flandes que se vería sangrado por la “subvencionada” Valonia o, en fin, la Cataluña “inversora y ahorradora” lastrada por los “vagos” andaluces o extremeños.
El Estado español tiene, no como consecuencia de viejas reminiscencias tribales, sino como resultado de la forma que tomó el desarrollo capitalista en España, una mala soldadura nacional. Este fenómeno provoca tendencias centrifugas y secesionistas – no de formación de nuevas naciones- en momentos de crisis profunda del capitalismo. Concretamente, la primera oleada de tensiones centrífugas en España se produce al calor del periodo de entrada del capitalismo en decadencia: entre 1914 y 1936 es cuando los contenciosos vasco y catalán se acentúan hasta llegar a la proclamación de la República Catalana en 1934 por Companys. La segunda crisis separatista se produce con el siglo XXI manifestando las tensiones centrífugas que exacerba la descomposición: en 2004-2005 asistimos al plan Ibarreche de “independencia de Euskadi” y actualmente a la tentativa catalanista.
CCI
[1] [20] Ver las tomas de posición sobre el conflicto catalán del Partido comunista internacional ( [21]www.pcint.org [21]) [21] y de la Tendencia Comunista Internacional (www.leftcom.org [22] ).
[2] [23] Ver las tomas de posición de dos militantes libertarios, que se salen del “apoyo crítico” al movimiento nacionalista catalán expresado por el anarquismo a nivel internacional.
lapeste.org/2017/09/catalunya-perplejidades-intempestivas-por-tomas-ibanez; lapeste.org/2017/10/miquel-amoros-carta-a-tomas-ibanez-sobre-perplejidadesintempestivas.
[3] [24] Ver la primera parte de nuestra Serie Balance de las luchas de liberación nacional, https://es.internationalism.org/revista-internacional/201707/4221/balance-de-70-anos-de-luchas-de-liberacion-nacional-primera-parte [25]
[4] [26] Ver a este respecto nuestras Tesis sobre la Descomposición, /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [27] y La barbarie nacionalista, https://es.internationalism.org/revista-internacional/200712/2116/la-barbarie-nacionalista [28]
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La prensa, la TV, las redes sociales, las tertulias radiofónicas solo hablan de Cataluña. Si un extraterrestre llegara a España se quedaría sorprendido de lo pequeño que es el mundo pues, al parecer, éste se reduce a los 32.000 km2 que la región catalana ocupa.
Es cierto que el asunto catalán es serio, tanto por el peligro que entraña para el capital español como por la desestabilización que puede provocar a nivel europeo. Igualmente, el proletariado debe mirar con preocupación el peligro de verse arrastrado por cualquiera de los dos nacionalismos enfrentados: el catalán y el español. Del mismo modo, el engaño mortal que significa la ilusión de que el conflicto se arreglará con “el dialogo democrático”. Señalamos en nuestra reciente toma de posición que “El peligro para el proletariado y para el futuro de la humanidad, es que quede atrapado en esa atmósfera irrespirable que se está generando en torno al embrollo catalán: sus sentimientos, aspiraciones y pensamientos, ya no gravitarían alrededor de qué futuro para la humanidad, qué respuesta a la precariedad y a los sueldos de miseria, qué salida frente a la degradación general de las condiciones de vida; al contrario, estaría polarizado en elegir entre España y Cataluña, en la constitución, el derecho a decidir, la nación…, es decir, los factores que han contribuido a la situación actual y amenazan con llevarla al paroxismo”[1] [16]
Sin embargo, la realidad tiene otros muchos asuntos que han quedado totalmente eclipsados por el abrumador peso del embrollo catalán. Quisiéramos llamar la atención sobre algunos de ellos. Con ello pretendemos contribuir a que el proletariado tenga una visión global, mundial e histórica, y no se vea debilitado por el prisma estrecho y mezquino que impone el capitalismo y sus violentos conflictos degenerativos.
Los innumerables sondeos de opinión tienen un apéndice que apenas comentan los “expertos”: la debilísima recuperación de la economía no se ve en los hogares. Dicho de otra forma, la economía está respirando un poco gracias al ataque permanente contra las condiciones de vida de los trabajadores. El ruido sobre Cataluña está ocultando esta realidad esencial que demuestra que el interés nacional (de España, de Cataluña o de cualquier otro estado) es radicalmente antagónico al interés de los trabajadores, toda economía nacional crece sobre la miseria y el aumento de la explotación de los obreros[2] [17]. En un debate en la Primera Internacional, Weston -simpatizante del sindicalismo inglés- pretendía demostrar que el crecimiento de la economía nacional era el que permitía la mejora de las condiciones de vida de los obreros. Puso como ejemplo que si una sopera se hace mayor más sopa habrá para todos, obreros y patronos. Marx rebatió ese ejemplo diciendo que el problema no era el tamaño de la sopera sino el de la cuchara -o sea, el salario y demás condiciones de vida del obrero-, si la cuchara no crecía el crecimiento de la economía nacional no beneficiaría en nada a los obreros[3] [18].
Veamos algunos ejemplos significativos que ilustran todo lo anterior. El Banco Santander ha absorbido al Banco Popular y alardea de ser uno de los primeros bancos del mundo, políticos, empresarios, brokers etc., celebran este hecho “histórico” para la economía española. Pero veamos la letra pequeña: en una primera etapa, la absorción del Banco Popular va a costar 1580 despidos y la recolocación -seguramente en peores condiciones- de 585 empleados. Todo esto avalado por los sindicatos que se han limitado a mendigar un proceso “menos traumático”[4] [19].
Otro golpe es el ERE de Unipost que pretende echar a la calle a toda su plantilla: 2200 trabajadores[5] [33]. Unipost es propiedad de la familia Raventós, que apoya a los soberanistas catalanes. Sin embargo, “la pela es la pela”, cuando se trata del interés del capital importa un bledo la “nacionalidad” de sus explotados: sean estos de origen catalán, español o marroquí, son para ellos UN NÚMERO que si deja de ser rentable se le abandona en la miseria a él y su familia.
Aquí vemos claramente que hay una relación inversa entre la prosperidad de la economía nacional y la de los trabajadores. Pero hay otras muestras. Las empresas energéticas son ensalzadas como una de las joyas de la corona de la economía española. Sin embargo, la otra cara, es que el recibo de la luz subió un 12% en los 10 primeros meses de 2017 y el del gas en un 4,5%[6] [34]. En cambio, los sueldos en España cayeron un 0,8% en 2016[7] [35]. El engrandecimiento de esas empresas modelo que cotizan en las bolsas mundiales tiene como contrapartida lo que los “expertos sociales” llaman “pobreza energética”: cada vez más las familias obreras no alcanzan a pagar el abusivo recibo de la luz, el gas y demás suministros energéticos.
Y no pensemos que esa disparidad entre el interés nacional del Capital y las necesidades del proletariado y de la gran mayoría de la población, solamente se aplicaría a España o Cataluña, se aplica a todos los países del mundo, empezando por la primera potencia del globo, Estados Unidos, donde se puede dar un par de ejemplos muy clarificadores: en Nueva York, mientras el lujo se dispara y se construyen nuevos rascacielos para multimillonarios, la pobreza afecta al 20% de la población y el 47% la rozan (es decir casi la mitad), el número de sin techo pasó de 47000 en 2014 a 62000, ¡y todo ello con un alcalde considerado “progresista”, De Blasio![8] [36]
Una conclusión se impone: apoyar la nación (catalana, estadounidense o española) es apoyar la miseria y la degradación de las condiciones de vida de la clase obrera y de la gran mayoría.
La agencia EFE (8-11-17) reportaba que “El 23% de los consumidores españoles que viven fuera de Catalunya han dejado de comprar productos catalanes y otro 21% se plantea hacerlo en el futuro, según el informe ‘El impacto del desafío independentista en la reputación de las empresas catalanas’, del Reputation Institute”. No sabemos cuántos de ese 23% son obreros, pero está claro que nuestra clase debe rechazar la participación en esas campañas repugnantes que tienen como consecuencia convertirla en carne de cañón de los conflictos Inter burgueses y favorecer la división y el odio entre proletarios.
La situación en Extremo Oriente es cada vez más tensa. Las nuevas acciones nucleares del régimen de Corea del Norte, la gira de Trump por Japón y Corea del Sur, todo ello revela una escalada guerrera que tiene como objetivo en última instancia China, potencia que a su vez responde con toda una serie de acciones y con un aumento espectacular de sus gastos de armamento[9] [37].
Se está produciendo en los últimos 3 años una aceleración en la carrera de armamentos. Todos los países se rearman. Trump aumenta el gasto militar en un 9,27% lo que supone el mayor incremento en 15 años, China no se queda atrás y oficialmente aumentará el gasto de “defensa” en un 7%, Rusia pretende modernizar el 60% de sus armas, en Francia el anterior presidente anunció la reducción del gasto militar, pero utilizó como excusa el atentado terrorista en Charli Hebdo para hacer todo lo contrario y desde entonces aquel no cesa de aumentar. Japón, por su parte batió el récord de gasto militar en 2016 y el crecimiento seguirá en 2017. Alemania se comprometió en octubre 2016 a doblar en los próximos años su gasto en armas. Corea del Sur, invocando la amenaza de su vecino del norte, ha adquirido misiles, aviones no tripulados y satélites de doble uso, incorporando a su ejército un potente sistema antimisiles llamado significativamente Kill Chain (Cadena de Muerte)[10] [38]. En lo concerniente a España, El País informa (4-4-17) que el presupuesto para 2018 dispara el gasto en armamento en un 32% y El Mundo documenta que el gasto en defensa se doblará en los próximos 7 años.
Por su parte, los aspirantes al nuevo Estado catalán no se apartan ni un ápice de la naturaleza imperialista que todo Estado nacional debe tener. Según papeles incautados por la Guardia Civil, los señoritos de Junts x Si habían encargado un informe sobre las estructuras militares del nuevo Estado en el que se proponía restablecer el servicio militar obligatorio pese a la mala imagen que éste tenía “debido a la asociación que hacen los catalanes con el ejército español” (sic)[11] [39]
No hay desde luego que rasgarse las vestiduras ante estas aspiraciones de los independentistas catalanes. Todas las naciones son imperialistas. “El imperialismo no es la creación de un estado o grupo de estados imperialistas. Es el producto de determinado grado de madurez en el proceso mundial del capitalismo, condición congénitamente internacional, una totalidad indivisible, que sólo se puede reconocer en todas sus relaciones y del que ninguna nación se puede apartar a voluntad”[12] [40]
Como añade Rosa “Hoy la nación no es sino un manto que cubre los deseos imperialistas, un grito de combate para las rivalidades imperialistas, la última medida ideológica con la que se puede convencer a las masas de que hagan de carne de cañón en las guerras imperialistas”. Los catalanistas meterían a sus súbditos en la barbarie imperialista. En un marco cada vez más caótico las guerras regionales se acumulan. Un conflicto aparentemente olvidado porque “no sale en las noticias” (acaparadas por la espiral catalana) sigue vigente con su estela de muertos y destrucción: Afganistán, donde una nota de prensa nos dice que la OTAN va a enviar 3000 hombres[13] [41]. En Oriente Medio, la pugna entre Arabia e Irán está provocando una desestabilización del Líbano cuyo presidente se haya prácticamente secuestrado en Arabia donde ha sido obligado a dimitir. Por otro lado, la guerra en Yemen -ligada igualmente a tensiones entre potencias regionales- está ocasionando una catástrofe humanitaria: 400 mil niños corren el riesgo de inanición y una epidemia de cólera se ha declarado con 900 mil afectados[14] [42]
Esta vorágine de guerras mortíferas muestra que el capitalismo es la guerra. La plusvalía que el sistema explota de los trabajadores del mundo no se reparte entre los buitres capitalistas de forma armoniosa: cada empresa busca su mayor porción en el festín a costa de los rivales y recurre a todos los medios a su alcance, legales e ilegales, pacíficos o violentos. Sin embargo, existe un segundo marco mucho más importante para la distribución de la ganancia: la división del mundo en naciones. Los burgueses se agrupan en el Estado nacional y cada uno de ellos intenta sacar la mayor ventaja a costa de los otros. Ahí interviene la guerra imperialista, cada vez más feroz, cada vez más caótica y destructiva, amenazando con aniquilar la humanidad en una sangría interminable de guerras localizadas.
Y en este punto volvemos al asunto catalán. Los independentistas han prometido una secesión pacífica y de guante blanco. ¡Es un engaño vil! La contienda entre naciones es una guerra a muerte donde la clase obrera y toda la población explotada pone los muertos.
Es evidente el deterioro generalizado del medio ambiente en todo el mundo. Muestra que el capitalismo es un sistema que ha deformado y desviado hacia la destrucción del medio natural el desarrollo de las fuerzas productivas. El capitalismo supone una amenaza letal para las dos fuerzas productivas fundamentales: la humanidad trabajadora y el medio natural con todos los recursos que contiene[15] [43]. Una ilustración que el humo generado por el asunto catalán ha oscurecido completamente es la escalada demoledora que han tenido los incendios forestales en España y Portugal durante el verano de 2017. Un informe de WWF[16] [44] es elocuente: “Los incendios del siglo XXI han dejado de ser un problema estrictamente ambiental para pasar a ser una emergencia civil, el fuego amenaza viviendas aisladas, urbanizaciones o pueblos, complicando las labores de extinción”, habla de une nueva calidad destructiva en ellos pues abarcan: “zonas en las que se difumina la frontera entre lo urbano y lo forestal por la incursión caótica de urbanizaciones, construcciones y viviendas en los montes: es la llamada interfaz urbano-forestal, que está convirtiendo en zonas de altísimo riesgo”. Estos análisis dan un cariz alarmante a los datos cuantitativos: hasta septiembre ardieron en España 84000 hectáreas, 2 millones desde el año 2000.
La estrechez nacionalista que reduce el mundo a la pugna España – Cataluña impide ver que los incendios son un fenómeno mundial. “Durante lo que va de año se han multiplicado por tres los incendios en la Unión Europea en comparación con los últimos 8 años. Según el Sistema europeo de información sobre incendios forestales, en 2017 se han producido un total de 677 fuegos. Sin embargo, entre 2008 y 2016 hubo solo 215. Estas cifras alarmantes apuntan al cambio climático como el principal responsable”. En 2017 se han desatado en Portugal los peores fuegos en lo que va de siglo, con un balance de 64 muertos y 55 heridos. Los incendios en California causaron 23 muertos y 3500 edificios destruidos[17] [45].
La primera gran tentativa de iniciar una Revolución Mundial contra el capital y su cárcel nacional fue la revolución proletaria de octubre 1917 en Rusia. No vamos a hablar aquí del tema sobre el que hemos convocado reuniones públicas y nuestro congreso elaborado un Manifiesto[18] [46], lo que queremos alertar es cómo la reflexión obrera se ha visto totalmente desviada hacia el asunto catalán. Allí no se juega nada bueno para el futuro de la humanidad, allí las dos alternativas en conflicto representan lo peor y lo más cínico de la barbarie del viejo mundo capitalista. Ni España ni Cataluña puede ofrecer otra cosa que, lo que decía Winston Churchill: sangre, sudor y lágrimas. Sangre porque si el enfrentamiento entre fracciones de la burguesía sigue su escalada, las calles empezarán a cobrar un tributo de muertos que no lo pagarán ni los políticos ni los burgueses, sino los explotados. Sudor, porque los desastres que para la economía provocará este enfrentamiento entre bandidos serán “recuperados” con más explotación y más miseria para los obreros de España y de Cataluña. Lágrimas porque el enfrentamiento está llevando a romper familias, a destruir amistades, al racismo, el control policial, la represión tanto por los catalanistas como por los españolistas.
Frente a esta guerra entre gánsteres donde los explotados son los tontos útiles de quienes provocan su miseria y sufrimiento, reivindicamos el combate del proletariado, “Hasta ahora, todos los movimientos sociales habían sido movimientos desatados por una minoría o en interés de una minoría. El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa” (Manifiesto Comunista).
¡Contra el movimiento nacional de España o Cataluña, el movimiento internacional del proletariado!
Smolni 15-11-17
[1] [20] Ver https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4240/enfrentamientos-en-cataluna-el-pasado-reaccionario-esta-en-la-democrac [47]
[2] [23] El comisario europeo Pirre Moscovici al tiempo que se felicitaba por el crecimiento económico, débil desde luego, pero mantenido durante 18 trimestres consecutivos, se declaraba “preocupado” por el crecimiento mucho más débil y “atípico”, según él, de los salarios. ¡No se puede ser más cínico!
[3] [24] “Cuando los plebeyos romanos se pusieron en huelga contra los patricios, el patricio Agripa les contó que el estómago patricio alimentaba a los miembros plebeyos del cuerpo político. Lo que no consiguió Agripa fue demostrar que se alimenten los miembros de un hombre llenando el estómago de otro. El ciudadano Weston, a su vez, se olvida de que la sopera de que comen los obreros contiene todo el producto del trabajo nacional y que lo que les impide sacar de ella una ración mayor no es la pequeñez de la sopera ni la escasez de su contenido, sino sencillamente el reducido tamaño de sus cucharas”. Ver Salario, precio y ganancia, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/65-salar.htm [48]
[4] [26] Fuente: https://www.lavanguardia.com/economia/20171108/432721453752/santander-popular-despidos-trabajadores.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=economia&utm_term=20171109&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-economia [49]
[6] [52] Fuente: https://www.lavanguardia.com/economia/20171107/432703206159/recibo-luz-sube-12-gas-45-en-2017.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=economia&utm_term=20171108&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-economia [53]
[7] [54] Fuente: https://www.msn.com/ [55]
[8] [56] Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20171112/432818928478/nueva-york-desigualdad-social-personas-sin-hogar-economia.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171112&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional [57] . En la misma edición podemos ver la situación infrahumana que viven los sin techo en el templo tecnológico mundial de Silicon Valley donde una profesora de 54 años se ve obligada a vivir en su coche Volvo porque el sueldo no le alcanza para un alquiler. Un reportaje fotográfico muestra las terribles condiciones de vida de estos olvidados del “grandioso progreso tecnológico” de la “Gran Patria norteamericana”: https://www.lavanguardia.com/internacional/20171111/432772521638/lado-oscuro-silicon-valley.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171112&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional [58]
[9] [59] Ver /content/4236/amenaza-de-guerra-entre-corea-del-norte-y-estados-unidos-la-loca-irracionalidad-del [60] y https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4245/internacionalismo-contra-nacionalismo-declaracion-sobre-las-tensiones- [61]
[10] [62] Datos tomados de https://www.elconfidencial.com/mundo/2017-04-26/gasto-militar-paises-estados-unidos-china-rusia_1372688/#10 [63]
[11] [64] Fuente: https://www.msn.com/ [55]
[12] [65] Rosa Luxemburgo: La Crisis de la socialdemocracia. https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelasocialdemocraciaalemana_0.pdf [66]
[13] [67] Agencia EFE, Bruselas, 9-11-17
[14] [68] https://www.lavanguardia.com/internacional/20171110/432754212847/bloqueo-catastrofe-yemen.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171110&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional [69]
[15] [70] Ver el conjunto de nuestros artículos sobre el medio ambiente en https://es.internationalism.org/series/481 [71]
[17] [74] Diversas fuentes, la principal Euronews 15-8-17
[18] [75] Ver https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201711/4247/reunion-publica-sobre-el-centenario-de-la-revolucion-de-1917 [76] y https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto-de-la-corriente-comunista-internacional-sobre-la-revolucion [77] . También se puede ver un resumen de los artículos publicados en: https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2245/lista-de-articulo... [78]
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Con la llegada del centenario de la revolución rusa, a todos los obreros del mundo nos bombardean y bombardearán con cientos de reportajes, editoriales y discursos de los ''expertos'' a sueldo de este o aquél medio de masas u organización estatal, a cada cual más interesado en dárnoslo todo masticado y que primero y ante todo no reflexionemos por nuestra cuenta, bajo nuestros propios términos, sobre qué fue en realidad lo que ocurrió en Rusia y en el mundo entero en 1917. Con el ánimo de aclararnos y debatir fraternalmente entre proletarios, la Corriente Comunista Internacional organiza una Reunión Pública para responder a estas u otras cuestiones que planteen los asistentes o los que quieran escribirnos mensajes para leerlos en la reunión:
Se trata de tener una reunión abierta donde se puedan plantear todo lo que nos preocupa y podamos organizar respuestas que vayan en el sentido de contribuir a la lucha del proletariado, la única clase social que pueda dar una respuesta al mundo de miseria, barbarie, guerras, destrucción medioambiental, dislocación social..., que es el capitalismo en todos los países.
Lugares de las reuniones:
Viernes 24 de noviembre 18 horas en Espai Llimera calle Timoneda 6 bajo. Junto a Metro Ángel Guimerá.
Sábado 16 de diciembre 17 horas en Centro La Prospe calle Luis Cabrera 19, metro más cercano Prosperidad.
Para todo mensaje de contacto, escritos de participación a leer en la Reunión etc.:
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/aung_san_suu_kyi_el_icono_caido.pdf
[2] https://es.internationalism.org/tag/geografia/asia
[3] https://es.internationalism.org/tag/20/710/iconos-de-la-propaganda-burguesa
[4] https://es.internationalism.org/tag/6/709/denuncia
[5] https://es.internationalism.org/tag/3/45/descomposicion
[6] https://es.internationalism.org/files/es/contribucion_sobre_la_revolucion_rusa.pdf
[7] https://en.internationalism.org/icconline/201710/14401/day-discussion-russian-revolution
[8] https://en.internationalism.org/forum/14414/day-discussion-russian-revolution
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2002/historia-del-movimiento-obrero-el-sindicalismo-frustra-la-orientac
[10] https://es.internationalism.org/series/486
[11] https://es.internationalism.org/tag/21/483/1914-23-10-anos-que-sacudieron-el-mundo
[12] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores
[13] https://es.internationalism.org/tag/historia-del-movimiento-obrero/1917-la-revolucion-rusa
[14] https://es.internationalism.org/tag/2/26/la-revolucion-proletaria
[15] https://es.internationalism.org/files/es/contribucion_sobre_cataluna.pdf
[16] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn1
[17] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn2
[18] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn3
[19] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn4
[20] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref1
[21] https://www.pcint.org/
[22] http://www.leftcom.org/en
[23] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref2
[24] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref3
[25] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201707/4221/balance-de-70-anos-de-luchas-de-liberacion-nacional-primera-parte
[26] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref4
[27] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[28] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200712/2116/la-barbarie-nacionalista
[29] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/conflictos-nacionalistas
[30] https://es.internationalism.org/tag/geografia/espana
[31] https://es.internationalism.org/tag/6/711/conflicto-catalan
[32] https://es.internationalism.org/files/es/la_larga_sombra_del_asunto_catalan.pdf
[33] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn5
[34] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn6
[35] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn7
[36] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn8
[37] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn9
[38] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn10
[39] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn11
[40] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn12
[41] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn13
[42] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn14
[43] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn15
[44] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn16
[45] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn17
[46] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftn18
[47] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4240/enfrentamientos-en-cataluna-el-pasado-reaccionario-esta-en-la-democrac
[48] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/65-salar.htm
[49] https://www.lavanguardia.com/economia/20171108/432721453752/santander-popular-despidos-trabajadores.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=economia&utm_term=20171109&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-economia
[50] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref5
[51] https://www.elmundo.es/cataluna/2017/10/11/59de386222601d2b518b4696.html
[52] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref6
[53] https://www.lavanguardia.com/economia/20171107/432703206159/recibo-luz-sube-12-gas-45-en-2017.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=economia&utm_term=20171108&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-economia
[54] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref7
[55] https://www.msn.com/
[56] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref8
[57] https://www.lavanguardia.com/internacional/20171112/432818928478/nueva-york-desigualdad-social-personas-sin-hogar-economia.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171112&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional
[58] https://www.lavanguardia.com/internacional/20171111/432772521638/lado-oscuro-silicon-valley.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171112&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional
[59] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref9
[60] https://es.internationalism.org/content/4236/amenaza-de-guerra-entre-corea-del-norte-y-estados-unidos-la-loca-irracionalidad-del
[61] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4245/internacionalismo-contra-nacionalismo-declaracion-sobre-las-tensiones-
[62] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref10
[63] https://www.elconfidencial.com/mundo/2017-04-26/gasto-militar-paises-estados-unidos-china-rusia_1372688/#10
[64] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref11
[65] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref12
[66] https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelasocialdemocraciaalemana_0.pdf
[67] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref13
[68] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref14
[69] https://www.lavanguardia.com/internacional/20171110/432754212847/bloqueo-catastrofe-yemen.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=internacional&utm_term=20171110&utm_content=listado-de-noticias-de-la-seccion-de-internacional
[70] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref15
[71] https://es.internationalism.org/series/481
[72] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref16
[73] http://www.wwf.es/nuestro_trabajo_/bosques/incendios_forestales/informe_incendios_forestales_2017
[74] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref17
[75] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=5966#_ftnref18
[76] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201711/4247/reunion-publica-sobre-el-centenario-de-la-revolucion-de-1917
[77] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto-de-la-corriente-comunista-internacional-sobre-la-revolucion
[78] https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2245/lista-de-articulos-sobre-la-revolucion-rusa
[79] https://es.internationalism.org/files/es/prop_anuncio_rp_1917_0.pdf
[80] https://es.internationalism.org/tag/5/701/centenario-de-la-revolucion-de-1917