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Desde hace unos tres años aproximadamente, ciertos individuos o grupos anarquistas y la CCI han derribado las barreras que los separan atreviéndose a discutir de forma abierta y fraternal. Rompiendo con la indiferencia y el rechazo recíproco, a priori y sistemático, de anarquismo y marxismo a dar lugar a una voluntad de discutir, de comprender las posiciones del otro y de concretar honradamente los puntos de convergencia y de divergencia.
En México, este nuevo estado de espíritu ha permitido la redacción común de una hoja firmada por dos grupos anarquistas (el GSL y el PAM)1 y una organización de la Izquierda Comunista (la CCI). En Francia, recientemente, la CNT-AIT de Toulouse ha invitado a la CCI a realizar una presentación en una de sus reuniones públicas2. En Alemania también, los lazos comienzan a desarrollarse.
Sobre la base de esta dinámica, la CCI ha iniciado un trabajo a fondo sobre la cuestión de la historia del Internacionalismo dentro del movimiento anarquista. Hemos publicado a lo largo del año 2009 toda una serie de artículos denominada "Los anarquistas y la guerra"3. Nuestro objetivo ha sido mostrar que en cada conflicto imperialista, una parte de los anarquistas han tratado de evitar la trampa del nacionalismo y defender el internacionalismo proletario. También mostrar que estos camaradas estaban dispuestos a continuar luchando por la revolución y el proletariado internacional mientras a su alrededor se desencadenaba el chovinismo y la barbarie guerrera.
Cuando se conoce la importancia que la CCI atribuye al Internacionalismo, verdadera frontera que delimita a los revolucionarios que luchan realmente por la emancipación de la humanidad de los que traicionan el combate del proletariado, ¡estos artículos han sido la evidencia no solamente de una crítica sin concesiones de los anarquistas que han apostado por la guerra sino sobre todo un saludo a los anarquistas internacionalistas¡
Sin embargo nuestra intención no ha sido bien percibida. Esta serie ha sido recibida momentáneamente con una cierta frialdad. De un lado, los anarquistas han visto un ataque en regla contra su movimiento. Del otro, los simpatizantes de la Izquierda Comunista y de la CCI no han comprendido nuestra voluntad de "aproximación a los anarquistas"4.
Más allá de las torpezas contenidas en nuestros artículos de las que hemos podido "apuntar" algunas5, estas críticas aparentemente contradictorias tienen de hecho la misma raíz. Revelan la dificultad de ver, más allá de las divergencias, los elementos esenciales que aproximan a los revolucionarios.
Los que se reclaman de la lucha por la revolución son tradicionalmente clasificados en dos categorías: los marxistas y los anarquistas. Hay en efecto divergencias muy importantes que los separan: centralismo/federalismo; materialismo/idealismo; "periodo de transición" o "abolición inmediata del estado"; reconocimiento o denuncia de la Revolución de Octubre 1917 y del Partido Bolchevique...
Todas estas cuestiones son efectivamente muy importantes. Es nuestra responsabilidad no esquivarlas y debatirlas abiertamente. Pero por otra parte no constituyen para la CCI fronteras de clase. Concretamente, nuestra organización, que es marxista, considera que lucha por el proletariado al lado de los militantes anarquistas internacionalistas y frente a los llamados partidos "comunistas" y maoístas (que sin embargo se proclaman también marxistas). ¿Por qué?
Dentro de la sociedad capitalista, existen dos campos fundamentales: el de la burguesía y el de la clase obrera. Nosotros denunciamos y combatimos todas las organizaciones políticas que pertenecen al primero. Y discutimos, a veces vivamente pero siempre fraternalmente, y tratamos de colaborar con los miembros del segundo. Ahora bien, bajo la etiqueta de "marxista" se esconden organizaciones auténticamente burguesas y reaccionarias; ¡igual que bajo la etiqueta de "anarquista"!
No se trata de pura retórica. La historia abunda en ejemplos de organizaciones "marxistas" o "anarquistas" que han jurado defender la causa del proletariado para luego apuñalarlo por la espalda. La socialdemocracia alemana se decía marxista en 1919 al mismo tiempo que asesinaba a Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y miles de obreros. Los partidos estalinistas han aplastado sanguinariamente las insurrecciones obreras de Berlín en 1953 y de Hungría en 1956 en nombre, también, del "comunismo" y del "marxismo" (en realidad por el interés del bloque imperialista dirigido por la URSS). En España, en 1937, los dirigentes de la CNT participando en el gobierno, sirvieron de garantía a los verdugos estalinistas que masacraron y reprimieron sanguinariamente a miles de revolucionarios... ¡anarquistas! Actualmente en Francia por ejemplo, la misma denominación "CNT" recubre dos organizaciones anarquistas, una con posiciones auténticamente revolucionarias (CNT-AIT) y otra puramente "reformista" y reaccionaria (CNT Vignoles6).
Descubrir los falsos amigos que se esconden detrás de las "etiquetas" es vital. Pero no hay que caer en la trampa contraria y creerse los únicos en el mundo, los detentadores exclusivos de la "verdad revolucionaria". Los militantes comunistas son actualmente poco numerosos y no hay nada peor que el aislamiento. Hace falta también luchar contra la tendencia todavía muy grande de la defensa de "la capilla", de "la familia" (anarquista o marxista) y contra el espíritu de tendero que nada tiene que hacer en el campo de la clase obrera. Los revolucionarios no son competidores los unos respecto a los otros. Las divergencias, los desacuerdos, algunos de ellos profundos, son una fuente de enriquecimiento para la conciencia de toda la clase obrera cuando se discuten abierta y sinceramente. Crear lazos y debatir a escala internacional es una necesidad absoluta.
Pero por todo esto es necesario saber distinguir los revolucionarios (aquellos que defienden la perspectiva del derrocamiento del capitalismo por el proletariado) de los reaccionarios (aquellos que, de una manera o de otra, contribuyen a la perpetuación de este sistema), sin focalizarse sobre la única etiqueta "marxismo" o "anarquismo".
Para la CCI existen dos criterios fundamentales que distinguen a las organizaciones burguesas y proletarias.
Apoyar los combates de la clase obrera contra el capitalismo significa a la vez luchar de forma inmediata contra la explotación (con las huelgas, por ejemplo) sin perder de vista el envite histórico de este combate: el derrocamiento de este sistema de explotación por la revolución. Por este motivo, las organizaciones que se reclaman de ese combate, no deben jamás dar su apoyo, de la manera que sea (de forma "crítica", por "táctica", o en nombre del "mal menor"...), a un sector de la burguesía: ni a la burguesía "democrática" contra la burguesía "fascista": ni a la izquierda contra la derecha: ni a la burguesía palestina contra la burguesía israelí: etc. Tal política tiene dos implicaciones concretas:
rechazar todo apoyo electoral, toda colaboración, con los partidos garantes del sistema capitalista o defensores de cualquier forma de éste (socialdemocracia, estalisnimso, "chavismo", etc.).
Sobre todo, ante cualquier guerra, mantener un internacionalismo intransigente, rechazando escoger entre cualquier campo imperialista. A lo largo de la Primera Guerra Mundial como a lo largo de todas las guerras imperialistas del siglo XX, todas las organizaciones que, por apoyar a un campo, han abandonado el terreno del internacionalismo, han traicionando a la clase obrera y se han pasado definitivamente al campo de la burguesía7.
Estos criterios , expuestos aquí muy brevemente, explican por qué la CCI considera a ciertos anarquistas como camaradas de combate, por qué desea discutir y colaborar con ellos mientras que denuncia paralelamente con virulencia a otras organizaciones anarquistas.
Por ejemplo, nosotros colaboramos con el KRAS (sección de la AIT anarcosindicalista en Rusia), publicando y saludando sus tomas de posición internacionalistas frente a la guerra, sobre todo la de Chechenia. La CCI considera a estos anarquistas, a pesar de las divergencias, como perteneciente de verdad al campo del proletariado. Ellos se desmarcan claramente de todos esos anarquistas y de todos esos "comunistas" (como los partidos "comunistas" o maoístas o trotskistas) que defienden en teoría el internacionalismo pero al que se oponen en la práctica, defendiendo en cada guerra un campo beligerante contra el otro. Ello no nos hace olvidar que en 1914, ante el estallido de la Primera Guerra Mundial, y en 1917, ante la Revolución Rusa, la mayor parte de "marxistas" de la socialdemocracia se pusieron del lado de la burguesía contra el proletariado mientras que la CNT española denunció la guerra imperialista ¡y apoyó la revolución! Ante los movimientos revolucionarios desde 1910, los anarquistas y los marxistas que actúan sinceramente a favor de la causa del proletariado se encuentran codo con codo en el combate, a pesar de sus desacuerdos. En este período, hay un intento de colaboración de gran amplitud entre los revolucionarios marxistas (los bolcheviques, los espartaquistas alemanes, los tribunistas holandeses, los abstencionistas italianos, etc.) que se están separando de una IIª Internacional en degeneración, y numerosos grupos que se reclaman del anarquismo internacional. Un ejemplo de este proceso es el hecho que una organización como la CNT estudia la posibilidad finalmente rechazada de integrarse en la Tercera Internacional8.
Por mostrar un ejemplo más reciente, por todo el mundo y frente a los acontecimientos actuales, existen grupos anarquistas y secciones de la AIT que no solamente mantienen una posición internacionalista sino que también luchan por la autonomía del proletariado frente a todas las ideologías y a todas las corrientes de la burguesía:
Estos anarquistas defienden la lucha directa y masiva además de la autoorganización en asambleas generales y en consejos obreros.
Rechazan toda participación en la mascarada electoral y todo apoyo a cualquier partido político pretendidamente "progresista" que participe en esta mascarada.
Dicho de otra manera, son partidarios de los principios formulados por la Primera Internacional: "La emancipación de los trabajadores será obra de los mismo trabajadores". Abriéndose además un combate por la revolución y por una comunidad humana mundial.
La CCI pertenece al mismo campo que los anarquistas internacionalistas que defienden realmente la autonomía obrera ¡Sí, nosotros los consideramos como camaradas con los que deseamos debatir y colaborar! Sí, nosotros pensamos igualmente que estos militantes anarquistas tienen más en común con la Izquierda Comunista que con los que, bajo la misma etiqueta anarquista, defienden en realidad posiciones nacionalistas o "reformistas" y que son de hecho, defensores del capitalismo, reaccionarios.
Poco a poco se están desarrollando entre todos los elementos y grupos revolucionarios e internacionalistas del planeta debates vivos y animados, donde hay torpezas, malentendidos y verdaderos desacuerdos. Pero las necesidades de la lucha del proletariado contra un capitalismo cada vez más inhumano y bárbaro, la perspectiva indispensable de la revolución proletaria mundial, condición para garantizar la supervivencia de la humanidad y del planeta, exigen este esfuerzo. Se trata de un deber. Y actualmente que emergen de nuevo minorías proletarias revolucionarias en numerosos países, se reclamen del marxismo o del anarquismo (o que estén abiertas a los dos), el deber de debatir y colaborar debe encontrar una adhesión determinada y entusiasta.
TRADUCCIÓN DE RÉVOLUTION INTERNATIONALE (publicación de la CCI en Francia).
1 GSL: Grupo Socialista Libertario(https://webgsl.wordpress.com/ [2]; PAM: Proyecto Anarquista Metropolitano (proyectoanarquistametropolitano.blogspot.com).
2 Un ambiente caluroso reinó a lo largo de esta reunión. Leer el escrito titulado "Reunión CNT-AIT de Toulouse del 15 de abril de 2010: hacia la constitución de un crisol de reflexión en el medio internacionalista".
3 "Los anarquistas y la guerra (I)" (RI nº 402). "La participación de los anarquistas en la Segunda Guerra Mundial (II)" (RI nº 403). "De la Segunda Guerra Mundial a la actualidad (III)" (RI nº 404). "El Internacionalismo, una cuestión crucial" (IV)" (RI nº 405).
4 En particular, los camaradas han estado en un primer momento molestos por la realización de una hoja en común GSL-PAM-CCI. Hemos tratado de explicar nuestra actitud en un artículo en español titulado "¿Cuál es nuestra actitud frente a los camaradas que se reclaman del anarquismo?" (https://es.internationalism.org/node/2715 [3]).
5 Algunos camaradas anarquistas han señalado con toda la razón las torpezas, las formulaciones imprecisas e igualmente los errores históricos. Nosotros rectificaremos próximamente. Tenemos sin embargo que rectificar ya dos de las más groseras:
En varias ocasiones la serie "Los anarquistas y la guerra" afirma que la mayoría del movimiento anarquista se ha hundido en el nacionalismo durante la Primera Guerra Mundial y que sólo un puñado de individuos defendió, con peligro de su propia vida, la posición internacionalista. Los elementos históricos aportados en el debate por los miembros de la AIT, confirmados por nuestras búsquedas, revelan que en realidad una gran mayoría de anarquistas se levantaron contra la guerra de 1914 (a veces en nombre del internacionalismo o del antinacionalismo, más a menudo en nombre del pacifismo).
El error más embarazoso (y que nadie ha señalado hasta ahora) cometido en este artículo, concierne a la insurrección de Barcelona de mayo de 1937. En el artículo escribimos: "los anarquistas se hicieron cómplices de la represión por parte del Frente Popular y del gobierno de Cataluña". Pero en realidad, fue en contra de los militantes de la CNT o de la FAI que constituían la mayor parte de los obreros sublevados de Barcelona y que fueron las principales víctimas de la represión organizada por las hordas estalinistas. Es muy justo denunciar la colaboración en esta masacre de la dirección de la CNT antes que de "los anarquistas". Es este el sentido de nuestras posiciones sobre la Guerra de España, las cuales son defendidas sobre todo en el artículo "Lecciones de los acontecimientos de España" del número 36 de la revista Bilan (noviembre 1936).
6 "Vignoles" es el nombre de la calle donde se sitúa su local principal.
7 Hay que mencionar también los elementos o grupos que no obstante se han podido separar de organizaciones que se han pasado al campo de la burguesía, por ejemplo la tendencia de Munis o la que dio lugar a "Socialismo o Barbarie" en el seno de la "IV Internacional" trotskista.
8 Ver "Historia del movimiento obrero: la CNT frente a la guerra y a la revolución (1914-1919)", segundo artículo de una serie sobre la historia de la CNT, en la Revista Internacional nº 129
La Reforma Laboral aprobada el pasado 22 de Junio por el parlamento español, supone un mazazo a las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera. Una puñalada más que añadir al descomunal número de parados (casi CINCO millones), a los recortes salariales por doquier - como el del 5% de media en las nóminas de los empleados públicos - a la congelación de las pensiones,... Supone, también, el siniestro toque de una nueva carga anti-obrera que se barrunta en el horizonte: el retraso de la edad de jubilación a los 67 años y el recorte de las pensiones vía la ampliación del período de cálculo de ellas, el tajo a prestaciones y subsidios sociales, y un terrorífico etcétera.
A lo largo de los meses que Gobierno, Patronal y Sindicatos han estado "mareando la perdiz" con las negociaciones de, una u otra, Reforma laboral, nos han estado machacando de que constituía una necesidad perentoria para eliminar las "rigideces" del mercado laboral que impedían, según ellos, la lucha contra el desempleo, achacando además esta falta de flexibilidad, a la defensa de los intereses de casta de los trabajadores con contratos fijos que, egoístas ellos, se negarían a renunciar a sus altas (¿?) indemnizaciones por despido. Pero esto no son más que patrañas. En cuanto a lo primero las propias estadísticas oficiales de la burguesía española así lo atestiguan: en el año 2009 se realizaron en España 13 millones de contratos, el 68% de ellos de menos de 1 mes. ¿Dónde está la rigidez? Y sin embargo el número de parados se incremento en más de 1 millón de personas. Respecto a lo de la "dualidad" (una palabra muy en boga) del mercado laboral, es innegable la alta tasa de temporalidad, que ha llegado a superar el 33% de la población activa1. Lo que es rotundamente falso e insidioso es inculpar de ello a los trabajadores "fijos", cuando la causa, como mostraremos más adelante, es precisamente la sucesión de reformas laborales, que desde hace más de 30 años, la burguesía viene lanzando contra los trabajadores en España.
Digamos, de entrada, que fueron las grandes luchas masivas de los años 72-76 las que forzaron a la patronal y a sus gobiernos (franquistas y de la UCD) a hacer concesiones en materia de indemnizaciones por despido improcedente (Ley de Relaciones Laborales de 1976).
Pero como sucede en la etapa de la crisis histórica del capitalismo, las mejoras conquistadas por los trabajadores son inmediatamente atacadas por las exigencias de la explotación capitalista. Por ello, cuando el impacto de las mistificaciones democráticas y sindicales fue agotando esa formidable oleada de combatividad obrera, la burguesía española pasó al contra-ataque, primero con los Pactos de la Moncloa de 1977 y los topes salariales de Abril Martorell en 1979, y luego con el Acuerdo de Bases, el Estatuto de los Trabajadores y el Acuerdo Marco en 19802. Con esta batería de medidas, se establecía por ejemplo, la existencia de "causas objetivas" para los despidos (bajas laborales prolongadas3, " inadaptación" del empleado al puesto de trabajo, causas tecnológicas,...), así como los primeros pasos para el desarrollo de la eventualidad laboral (aunque entonces sólo afecta al 4% de los trabajadores). En aquel momento sin embargo la principal prioridad de la burguesía es liquidar las concesiones (p. ej. las subidas salariales iguales para todos y no porcentuales) a las que le habían forzado las huelgas del 75 y 76. Además en esa legislación se introduce por primera vez la indexación de las subidas salariales con las previsiones de IPC del Gobierno (y no con la inflación real del año anterior como se había reivindicado hasta ese momento), y sobre todo se establecen por vez primera las famosas "cláusulas de descuelgue" de los convenios, por las que los trabajadores de las empresas pequeñas y medianas pierden la "protección" de los compañeros de las empresas más grandes, y que permiten a la Patronal que, una vez diluida la fuerza que da la lucha común, apliquen las condiciones que les convengan. Y hoy UGT, que aplaudió el Estatuto de los Trabajadores y aprobó el Acuerdo Marco tiene la desfachatez de protestar por el "atentado" a la negociación colectiva que supone la Reforma Laboral de ZP.
El siguiente bajonazo ya no se concentrará tanto en los salarios (que desde entonces no han recuperado verdaderamente capacidad adquisitiva) sino las pensiones y la eventualidad laboral. Respecto a la primera recordemos la Reforma de la Seguridad Social de 1985 que recortó las pensiones de jubilación mediante la ampliación del período de cálculo de ésta (una más de las ideas de Felipe González que hoy copia ZP). En cuanto a la segunda conviene recordar que en aquellos momentos se está produciendo en todo el mundo una plaga de desmantelamiento de empresas, so capa de "reconversión industrial", que en España supone 1 MILLÓN DE DESPIDOS, llevando la tasa de paro a una cota superior al 20%. Con el Acuerdo Económico y Social (1984) y la Reforma del Estatuto de los Trabajadores (1985), el gobierno "socialista" ponía a la patronal en bandeja de plata ¡hasta 16 modalidades de contratación! con las que procede a la sustitución de empleo fijo por contratos temporales4. En otro ejercicio de brutal cinismo Felipe González prometió entonces que «los empleos temporales de hoy serán los fijos de mañana» (reconocía Antonio Gutiérrez entonces capitoste de CCOO y hoy apoltronado del PSOE en su reciente artículo de El País del 22/06). Lo cierto es que la tasa de eventualidad pasó en los 3 años siguientes del 13 al 30% de la población activa.
Tras los activos, los parados; tras los parados jóvenes a los que se encadenaba de por vida a la precariedad, a los desempleados de larga duración. El incesante ataque de los explotadores a las condiciones de vida y trabajo del proletariado ha ido poniendo el punto de mira sucesivamente en un sector obrero tras otro. Al Plan de Empleo Juvenil de 1988, le sucedió el Decretazo promulgado en Abril de 1992 por el gobierno PSOE que suponía un criminal recorte de los subsidios de paro tanto en cuantía como en duración de las prestaciones. Con el 33% de los trabajadores encadenados a una inacabable sucesión de contratos temporales, el Gobierno elevaba de 6 meses a 1 año el período mínimo de cotización para poder tener derecho a la prestación de desempleo.
Y a éste le siguió la Reforma Laboral del año 1994. Entonces la burguesía siguió un guión similar al empleado con la que están a punto de implantar en 2010. Durante meses Sindicatos, Patronal y Gobierno marearon la perdiz de unas inacabables negociaciones que al final "fracasaron", lo que obligó a Felipe González a promulgar en solitario una ampliación del arsenal anti-obrero de la burguesía (sobre todo de las causas objetivas de despido y del las "cláusulas de descuelgue" de los convenios). Al mismo tiempo instauraba nuevos tormentos para los asalariado: el llamado "contrato de aprendizaje" (rebautizado por los trabajadores como "contrato basura"), y la legalización de las ETT's (también conocida como "chupasangres").
Envalentonado por el ejemplo de su predecesor, el gobierno de Aznar procedió a idéntica sistemática estrenándose con un bloqueo del salario de los funcionarios (1996), para proseguir al año siguiente con una "nueva" (¿y van...?) Reforma Laboral, apellidada en esta ocasión Acuerdo para la Estabilidad en el Empleo y la Negociación Colectiva, que amén de permitir a los patronos la movilidad geográfica de sus empleados, u organizar a su antojo la jornada laboral mediante la introducción del cómputo anual de las horas de trabajo, se concentraba sobre todo en la ampliación de las causas objetivas de despido como vía para abaratarlo, que como hemos visto ha sido siempre (desde el Estatuto de los Trabajadores) y va a ser ahora en la reforma ZP, la vía elegida por la burguesía para abaratara el despido5. ¿Por qué entonces lo que entonces les pareció a los Sindicatos de lo más plausible, procediendo a firmarlo entusiásticamente, les suena hoy a "intolerable recorte de derechos laborales"?. La explicación no está en que, como quieren hacernos creer los propios sindicatos, el gobierno ha dado "un giro copernicano". Lo que ha cambiado es sin duda, la situación de hartazgo e indignación de los explotados ante la avalancha de ataques y la propia complicidad sindical, aunque esto será materia de otro artículo de nuestras publicaciones.
Y ahora, poniendo una vez la coartada de la lucha contra el desempleo y la precariedad, aprietan el culo - hasta el extremo de que sus señorías están dispuesta a "trabajar" en Agosto - para aprobar una nueva "reforma laboral", que viene a ser más de lo mismo, puesto que, como todas las reformas anteriores, no va crear empleo sino simplificar y abaratar su destrucción, y no va a erradicar la plaga de la eventualidad sino a generalizarla. Así por ejemplo, y presuponiendo que la redacción definitiva conserve lo esencial de lo aprobado el 22 de junio,...
- Se van a a incluir entre las causas objetivas de despido (que darán lugar a indemnizaciones de 20 días por año trabajado con el tope de 12 mensualidades) que «de los resultados de las empresas se desprenda una situación económica negativa».
- Se amplían las causas para la utilización de "clausulas de descuelgue" por empresas en "dificultades" (¿?).
- Se universaliza para los nuevos contratos de todos los obreros la indemnización de 33 días por año trabajador en los casos de despido improcedente.
- Hasta 2012 se financian hasta 8 días de esa indemnizaciones con cargo al FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), que, en teoría, se compone de cotizaciones patronales, pero que habida cuenta de la situación deficitaria que ya presenta a día de hoy (es incapaz de pagar más de la mitad de lo que debe), es fácil prever que será asumido por el Estado, en una nueva e indecente demostración de transvase de plusvalía a favor de los empresarios, lo que en el eufemístico y zapateril lenguaje se define como "socialización de las indemnizaciones".
- Se faculta a las empresas a aplicar el llamado "modelo alemán", es decir la sustitución de despidos por reducciones desde el 10% hasta el 70% de la jornada laboral, cubriéndose la diferencia salarial del trabajador con cargo a.... ¡sus subsidio de desempleo!.
Lo que la burguesía española necesita, con la urgencia que la plantea la agravación de la crisis capitalista mundial y su posición de especial debilidad ante ella6, es descargar un nuevo y criminal hachazo a lo que ella llama "costes laborales" que son en realidad nuestras vidas, nuestras condiciones de trabajo,... Sabe pertinentemente, por mucho que trate de colarnos discursos esperanzadores, que se avecinan nuevos planes de despidos masivos, recortes tremebundos de prestaciones sociales, etc,... y necesita acerar su arsenal chantajista e intimidador. Al día siguiente de aprobada la Reforma laboral 2010, el propio gobierno así lo aplicaba con los trabajadores de una empresa pública como es la agencia oficial de noticias (EFE), que se negaron a aceptar una reducción de salarios del 8% y que por ello sufrieron 29 despidos por "causas objetivas". Habría que preguntarse por ejemplo que futuro les espera, con esta nueva ley, a los miles de trabajadores que llevan dos años en Expedientes de Regulación de Empleo como en el sector del automóvil, y que se enfrentan ahora a una nueva caída de los pedidos,...
Es normal que esta nueva Reforma Laboral llene a los trabajadores de preocupación e indignación. Para muchas familias obreras con los jóvenes en paro o con empleos precarios, y los mayores con pensiones insuficientes, los 45 días por año trabajado a los que hasta ahora tenían derecho los trabajadores de la generación que hoy tiene 45-55 años de edad, constituía una especie de colchón de seguridad que ahora ha desaparecido llenándoles de inquietud. Además si en el pasado la burguesía trataba de espaciar los ataques de forma que no todos los sectores de la clase obrera se vieran concernidos simultáneamente, ahora, debido precisamente a la reducción del margen de maniobra que provoca la agravación de la crisis capitalista mundial, se percibe muy bien como todos los sectores obreros (activos, parados y pensionistas; funcionarios y empleados del sector privado,...); y todas las condiciones del trabajo asalariado (la contratación y el despido, el salario, la jornada laboral,...) están siendo atacados a muerte. Aquí y en todo el mundo. En Gran Bretaña por ejemplo, hace ya unos meses que el anterior gobierno laboralista (contando con la anuencia de 5 de los 6 sindicatos del sector público) redujo el tope de las indemnizaciones por despido para los trabajadores públicos de seis años y medio a dos años. Ahora el nuevo gobierno "conservador" pretende introducir una legislación de emergencia para abaratar las rescisiones de contratos mientras amenaza con más de 600 mil despidos de empleados públicos.
Ahora de nuevo, para debilitar nuestra respuesta quieren hacernos creer que efectivamente se trata de un mal trago, de una situación de emergencia derivada de una crisis que igual que ha venido se irá, y que podremos de nuevo volver a "disfrutar" de la prosperidad capitalista,... pero como hemos podido ver con el histórico de las sucesivas reformas laborales acaecidas en España, los ataques anti- obreros no aparecen y desaparecen sino que se implantan y se quedan, ahondando cada vez más la precariedad y la miseria en el seno de los trabajadores, como corresponde a una situación de crisis sin salida del sistema capitalista que condiuce a la humanidad a su aniquilamiento.
La verdadera alternativa a ese negro futuro no pasa por mantener el capitalismo en su versión aparentemente "humana", con otro mercado laboral organizado por consenso entre Patronal, Gobierno y Sindicatos, como defienden estos últimos. Precisamente ese mismo histórico pone de manifiesto la complicidad sindical con los sucesivos planes anti obreros de la burguesía, bien refrendándoles abiertamente; bien, como analizaremos más extensamente en un posterior artículo de esta publicación, "oponiéndoles" pataletas estériles como las huelgas generales de 1985, 1988, 1994 y 2002. No. La única plataforma a la que los obreros pueden agarrarse para tratar de resistir el vendaval de los ataques anti obreros es la lucha, la solidaridad con todos los focos que expresen una resistencia a la lógica criminal de la explotación, la creación de lugares -reuniones, asambleas, manifestaciones, etc,.. - donde analizar juntos la gravedad de los ataques que nos afectan a todos, donde la respirar la fuerza que da la unidad y la solidaridad de clase. La preparación de esos combates no pasa por esperar pasivamente a las convocatorias sindicales, sino juntarnos, organizarnos, promover iniciativas que vayan impulsando en el seno de la clase obrera las repuestas masivas a los ataques generalizados contra ella.
Valerio, 16 de Julio de 2010.
1 Aunque el brutal aumento del paro que en los dos primeros años de la crisis se ha cebado más en los empleos precarios ha reducido actualmente esa tasa al 25%.
2 Faltos de espacio remitimos a los lectores interesados a que nos soliciten los nº de AP en los que denunciamos los ataques anti-obreros y las patrañas ideológicas de la burguesía que los acompañaron
3 También es de esa época la disposición que reduce el salario en caso de enfermedad.
4 Este reemplazo de un tipo de contrato por otro viene también determinado por la creciente debilidad del capital español respecto a sus competidores. Liquidado prácticamente el "sueño industrial" del franquismo, el capital español se deshace de sus posiciones en astilleros, siderurgia, etc. y se concentra en sectores como el turístico que le permiten el uso de mano de obra poco cualificada, con una rotación muy alta, como antes veíamos con las estadísticas sobre contratos temporales, etc.
5 En la editorial del nº 133 de Acción Proletaria en que denunciábamos esta estratagema, recogíamos lo que El País había publicado el 1 de Marzo de 1997: "Un documento interno de la CEOE reconoce claramente el objetivo de abaratar el despido. La reforma pues, debe centrase en conseguir que en la práctica el coste del despido se vea reducido mediante una regulación adecuada del denominado despido objetivo y, por tanto, que en el futuro la mayor parte de los despidos pueda canalizarse al amparo de esta modalidad de extinción"
6 Excede de las pretensiones de este artículo explicar ese curso histórico de la crisis capitalista mundial, así como de las particularidades de sus repercusiones en España. Animamos a los lectores interesados en conocer nuestros análisis sobre ello a consultar los artículos del anterior número de AP: La crisis no se va sino que continua más grave [6], y también Plan de austeridad del Gobierno Zapatero: El peor ataque a los trabajadores desde que se instauró la democracia [7]
Desde hace 40 años, el capitalismo ha entrado en una situación de crisis más o menos abierta. En los años que van de 1967 a 1974, una serie de crisis monetarias (libra, dólar) acaban con un largo periodo de prosperidad relativa llamado por los economistas "los 30 gloriosos". Desde entonces, el capitalismo se ha ido hundiendo en una crisis prácticamente permanente que dura más de 40 años1.
Esta situación de crisis permanente, a veces larvada, a veces abierta, se ha manifestado en momentos de convulsión, caída de la producción, inflación, hundimiento de las bolsas etc. Los episodios más virulentos han sido 1973-75, 1979, 1982, 1987, 1989, 1991-93, 1997-98, 2001... el capitalismo ha podido superarlos momentáneamente y proseguir un funcionamiento más o menos "normalizado", a través de un doble recurso: por un lado, dosis cada vez más gigantescas de endeudamiento, de otra parte, una degradación creciente de las condiciones obreras.
La impresión que daba esta evolución es que el capitalismo seguía igual que siempre, sometido al esquema "clásico": crisis-recuperación-nueva crisis...
Desde sus más lejanos orígenes, el capitalismo ha vivido en medio de crisis. Esto va ligado a su carácter ferozmente competitivo, a la necesidad orgánica que tiene de expandirse sin descanso y al dinamismo que encierra. En el periodo histórico donde el capitalismo era un sistema progresivo (básicamente entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XX), capaz de desarrollar las fuerzas productivas de la humanidad, las crisis constituían una manifestación de vitalidad, pese a los tremendos sufrimientos que provocaba, cada crisis abría el paso a una nueva época de crecimiento, expansión y desarrollo, donde las condiciones de vida obreras podían mejorar o, al menos, aliviarse.
Lo que hemos visto en los últimos 40 años en apariencia serían "crisis cíclicas" como las del siglo XIX. Sin embargo, vistas más profundamente, lo que han dado lugar no ha sido a un verdadero crecimiento sino a sucesivas recuperaciones convulsas y contradictorias, donde la producción tendía a menguar y partes crecientes de la actividad económica eran reemplazadas por burbujas, especulación, actividades improductivas (el auge espectacular de los servicios y las finanzas) que mostraban un "desarrollo" canceroso y enfermizo.
Los gobernantes, los sindicalistas, los partidos defensores del sistema, los llamados "expertos", utilizaban la similitud formal entre las convulsiones de los últimos 40 años y las crisis cíclicas del pasado para sembrarnos la ilusión de que viviríamos en un ciclo eterno de "crisis-recuperación-nueva crisis". Su sabiduría no llega más allá de la fácil constatación de que tras la tormenta viene el cielo azul y radiante.
Esas expectativas han sufrido un rudo golpe con la evolución actual de la crisis. En 2007-2008, pese a las evidencias de la gravedad que se amontonaban en las noticias económicas, nos repitieron la cantinela clásica: "de esta saldremos". En 2009, cuando la crisis arreciaba y el paro se multiplicaba, veían por todas partes "brotes verdes" y anunciaban la inminente "salida del túnel".
Por ello, los hechos dramáticos que se han venido precipitando durante el primer semestre de 2010, especialmente en Europa, no solo han desmentido esos optimistas pronósticos, sino que han evidenciado que no salíamos de la crisis sino que nos metíamos de hoz y coz en una fase superior y mucho más grave de la misma.
En otros artículos hemos descrito los graves acontecimientos que se han producido: crisis de Grecia, crisis generalizada en la UE y especialmente en España y el anuncio a partir de mayo de una serie de brutales planes de austeridad, acometidos directamente por los gobiernos, que son los peores desde la 2ª Guerra Mundial2.
Lo que en 2007-2008 se mostraba como una "crisis financiera", en 2010 aparece como algo mucho peor: la crisis de insolvencia de los propios Estados y en el horizonte una crisis monetaria de gran magnitud.
Esta evolución provoca preguntas angustiosas en muchos trabajadores: ¿saldremos realmente de ésta? ¿Servirán para algo el brutal ricino de los planes de austeridad?, preguntas que se podrían resumir en un dilema lapidario: ¿crisis cíclica o crisis de agonía y descomposición del capitalismo?
Es el momento de un intenso y apasionado debate en torno a esa pregunta central. Para comprender la crisis actual y ver la perspectiva que abre no podemos partir de ella misma, ni siquiera de los últimos 40 años, hemos de verla a la luz de 100 años de catástrofes y convulsiones, apenas disimulados por progresos contradictorios y erráticos o por momentos de prosperidad relativa, 100 años que configuran lo que llamamos la decadencia del capitalismo. Esta crisis, muestra, a nuestro parecer, una confirmación de ese análisis que señala que el capitalismo hace mucho tiempo que agotó sus posibilidades de desarrollar las fuerzas y capacidades de la humanidad y, en consecuencia, se hace realidad un viejo slogan del movimiento obrero: PARA QUE LA HUMANIDAD PUEDA VIVIR, EL CAPITALISMO DEBE MORIR.
En 2007-2009, la crisis nos daba muy duro, especialmente con el estallido desbocado del desempleo. Sin embargo, parecería que todo eso no era "culpa" de papá Estado. Los gobernantes se colocaban en un papel "neutral" y anunciaban solícitos su disposición para "proteger a los más desfavorecidos". Dos exponentes de esta política eran una gobernante de derechas como Frau Merkel y un señorito de "izquierdas" como el "buenista" Zapatero que a todas horas proclamaba que de "esta crisis se saldría sin ninguna merma en los derechos de los trabajadores".
Esos cuentos de hadas han saltado por los aires en el primer semestre de 2010. Los "escrúpulos sociales" de frau Merkel se han desvanecido y Zapatero, el "gran protector" de los trabajadores, se ha convertido en un cruel Atila que aniquila uno tras otros sus ya de por sí muy debilitados "derechos".
La transformación de estos dos personajes no tiene nada de "itinerario personal", expresa que el Estado Capitalista, durante tantos años parapetado tras las sobadas fachadas de la "democracia" y el "Bienestar", empiezan a caérsele las máscaras y poco a poco a se va ir evidenciando como lo que es en realidad: el Estado de la minoría explotadora, el órgano defensor del interés nacional del Capital, la máquina de opresión al servicio de la explotación, el garante de los privilegios y los beneficios de una minoría en detrimento y, podríamos decir, "en sufrimiento" de la gran mayoría.
En la gran mayoría de países industrializados, el Estado Capitalista se ha revestido con los ropajes de un "Estado al servicio de todos los ciudadanos", "un medio de conciliación ante los conflictos inevitables en una sociedad avanzada", "un gran benefactor"... La crisis de 2010 y los durísimos planes de austeridad han supuesto un gran striptease: una tras otras esas prendas han ido cayendo y lo que vemos es que, como en el cuento de Hans Christian Andersen, el Rey está desnudo, el Estado aparece en toda su odiosa desnudez.
Claro está que la burguesía y todos sus medios a su servicio, tratarán de desdibujar esa realidad. Hablan de "alternativas de gobierno": a través del voto cambiar al gobernante actual por otro que "promete" sacarnos de la crisis. También hablan de "salidas nacionales" pues si somos más competitivos, si trabajamos más, si se hacen unas cuentas reformas, tendremos "ventajas" frente a los demás países y "nos las apañaremos". Es evidente que estas mentiras harán mucho daño en las conciencias. Pero la propia situación social nos proporciona argumentos convincentes para rebatirlas.
Durante los últimos 40 años y ante cada momento de convulsión económica, nos han hablado de sacrificios, de austeridad, como una suerte de precondición para "salir de la crisis" y "volver a la prosperidad".
El discurso era siempre el mismo: "¡sacrificaos! y veréis como volveremos a los soñados tiempos de los 30 gloriosos".
Es verdad que tras cada oleada de sacrificios la economía "tiraba para adelante" pero, además de hacerlo de forma cada vez más debilitada y preñada de nuevas crisis, el precio a pagar era siempre el mismo: un deterioro imparable de las condiciones de vida de los trabajadores. El trabajo fijo ha ido desapareciendo generalizándose el trabajo precario; la vivienda más o menos digna ha dejado paso a tener que vivir en casa de los padres, a compartir piso varias familias, incluso a la vuelta de una lacra que se decía superada para siempre como el chabolismo. Las pensiones se han ido recortando y para las generaciones actuales aparece el terrible fantasma de la pensión de extrema miseria o la eliminación pura y simple de toda pensión.
Pero si tras 40 años de sacrificios podemos concluir que la austeridad solo trae más austeridad, ¿qué podemos decir de los actuales Planes de Austeridad? Cameron recupera el "Sangre, sudor y lágrimas" de Churchill y anuncia el peor plan de austeridad desde los años 20. Merkel reconoce que hay que volver en muchos casos a condiciones similares a la posguerra de 1945. Zapatero nos retrotrae a situaciones que no se vivían desde los años 50, en lo más duro del franquismo. ¡No hablemos de Grecia, de Irlanda, de Hungría etc.! Poco a poco si irá haciendo evidente que la solución no son nuevos sacrificios sino "sacrificar el capitalismo", es decir, acabar con la raíz de esa cadena interminable de golpes bajos a nuestras condiciones de existencia.
Marx anunció que el capitalismo camina inevitablemente hacia dos polos: un polo de riqueza exuberante en beneficio de una cada vez más reducida minoría y un polo de pobreza lacerante abarcando la inmensa mayoría.
Durante años, este anuncio de Marx ha sido ridiculizado por todos los defensores del sistema que hablaban en cambio de una creciente igualación. Fuera de unos cuantos millonarios estrafalarios o de dinastías árabes navegando en un lujo asiático, la mayoría de capitalistas aparecían como señores "normales y corrientes" que iban al trabajo en bicicleta, sus riquezas inmensas eran discretamente disfrutadas en elitistas clubes privados al abrigo del gran público.
La crisis actual ha empezado a poner las cosas en su sitio: más allá de los exhibicionismos, lo que se evidencia es que hoy la minoría explotadora se agarra a la defensa egoísta de sus intereses y no tiene ningún escrúpulo en el "caiga quien caiga". La arrogancia con que se protegen los sueldos multimillonarios, las pensiones obscenas, los enriquecimientos súbitos, de toda la camarilla de capitalistas, políticos y la corte que les rodea, es no solo siniestra e indignante sino que pone al desnudo la rapacidad y la brutalidad de la clase capitalista.
Los obreros están indignados por el hecho de que "siempre pagamos los mismos". Los gobernantes y los partidos de oposición manejan esa indignación tratando de conducirla a una lucha por "repartir las riquezas equitativamente", hacia un ilusorio "que paguen los ricos".
Estas falsas fórmulas destinadas a salvaguardar la imagen del sistema, a que nos quedemos en los efectos sin hurgar en las causas, desorientan a muchos trabajadores, pero poco a poco, se irá comprendiendo que la "convivencia pacífica entre las clases", el "arrimar todos el hombro", constituyen un vil engaño para mantenernos atados al engranaje interminable del empobrecimiento de la gran mayoría. Debates y convicciones irán fraguando que la perspectiva no es la colaboración o la convivencia entre las clases sino la abolición de las divisiones de clase.
Durante muchos años, las condiciones económicas parecían avalar el tópico según el cual había un sector "privilegiado y opulento" de trabajadores instalado en el llamado "Primer mundo" rodeado por una gran mayoría de trabajadores en condiciones de miseria espantosa. Esa engañosa apariencia era utilizada por el sistema para sembrar la división y el enfrentamiento entre los trabajadores. A los del primer mundo les hacía sentir culpables por "su obsceno bienestar".
Del mismo modo, al interior mismo de los países industrializados, la burguesía y todas las fuerzas a su servicio encontraban toda clase de motivos para enfrentar a unos trabajadores contra otros: los autóctonos contra los emigrantes, los de Europa del Norte contra los de Europa del Sur, los funcionarios contra los del sector privado...
El Imperio Romano hizo suyo el famoso principio que después han seguido todas las clases explotadoras de la historia: DIVIDE Y VENCERÁS. El capitalismo lo ha aplicado a mansalva y ha sembrado en las filas obreras todas las cizañas posibles e imaginables de división.
Pero los hechos son testarudos. Con la crisis actual, con los planes de austeridad en marcha, el paisaje humano de la gran mayoría de ciudades europeas y norteamericanas, se va asemejando en cuanto se deja el centro o unos cuantos distritos escaparate al de cualquier otra ciudad del mundo "subdesarrollado": las periferias de Londres, de París, de Madrid, de Atenas, de Nueva York, van perdiendo las diferencias de "bienestar" y encuentran su espejo cada vez más en las de Manila, Bombay, Buenos Aires o Sao Paulo.
La pobreza, la miseria, las enfermedades que vuelven cuando parecían superadas, el hacinamiento en viviendas insalubres, la degradación de los servicios sanitarios, ya no son el triste patrimonio de los países de "la periferia", sino que golpean cada vez más los barrios de las ciudades europeas, norteamericanas, japonesas etc.
La clase obrera es una clase mundial con los mismos intereses en todo el planeta. Ese internacionalismo es lo que más teme la burguesía. Primero porque es lo que puede dar al proletariado una fuerza invencible en su lucha de clase. Segundo porque constituye la base para una nueva sociedad, la formación de una COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL.
La burguesía opondrá todos los aspectos particulares, todas las diferencias, profundizará hasta la náusea en todos los venenos de la división, alentará todos los nacionalismos posibles apoyándose en la creciente guerra de todos contra todos que no solo se ve en el plano imperialista sino que tiende a manifestarse de forma cada vez más aguda en el terreno económico. Habrá que llevar un duro combate por el internacionalismo.
Nuestra reflexión se ha limitado a analizar las condiciones globales de la evolución de la crisis y la relación que tienen con la lucha y la toma de conciencia de los trabajadores. Es evidente que esas condiciones "objetivas" se tienen que maridar con los factores subjetivos: conciencia, solidaridad, confianza, debate, organización... Pero esa sería otra cuestión que dejamos para futuros artículos.
Smolny 12-7-10
1 Ver en Revista Internacional nº 141: Debate interno en la CCI (V): la sobreproducción crónica, un obstáculo infranqueable para la acumulación capitalista, /revista-internacional/201005/2863/debate-interno-en-la-cci-v-la-sobreproduccion-cronica-un-obstaculo [10]
2 Ver en Acción Proletaria nº 213 La crisis no se va sino que continúa más grave, https://es.internationalism.org/node/2859 [6]
El pasado 31 de mayo , Israel atacó la "flotilla de la libertad" fletada por Turquía que llevaba "ayuda humanitaria" a los habitantes de la Franja de Gaza. El acto en sí fue especialmente chocante: uno de los ejércitos más modernos y mejor preparados del mundo mata sin miramientos a militantes pro palestinos desarmados. Y para añadir mayores dosis de cinismo, los responsables israelíes pretextarán que es "en defensa propia" contra barras de hierro o... ¡cuchillos suizos!
Entonces se desató, y aún colea, toda una polémica en torno al número real de víctimas. Todos los testigos del ataque afirman que hay más de nueve muertos (la mayoría muertos de varios disparos) y sesenta heridos (algunos de los cuales aún están en cárceles israelís) y que alguno de ellos fue lanzado por la borda. Sea cual sea el número real de muertos y heridos, de lo que no hay duda es de la violencia del ejército israelí, completamente desproporcionado respecto a la "amenaza" real que representaba este convoy.
Para justificar esta incursión, Benyamin Netanyahou declaró justo después de los acontecimientos: "Nuestros soldados tenían que defenderse para salvar sus vidas." "Fueron sitiados, aporreados, apuñalados, se informa incluso de que recibieron disiparos y nuestros soldados debían defenderse, defender su vida, si no les habrían matado", afirmando al mismo tiempo sin verguenza "queremos establecer cuanto antes conversaciones directas puesto que la clase de problema que tenemos con los palestinos puede solucionarse pacíficamente si nos sentamos juntos en la misma mesa." Tales declaraciones resultan tan ridículas que, de hecho, la "comunidad internacional" se lo dice bien claro a Tsahal y al Estado de Israel.
Por su parte, añadiendo leña al fuego en su mejor estilo provocador, el coronel Moshe Levi jefe de la misión de conexión y coordinación para el enclave palestino, convocó una rueda de prensa en la que afirmó que no había escasez de comida ni de mercancías en la Franja de Gaza: "La flotilla que debe viajar a Gaza es una provocación y un acto inútil en las condiciones actuales de la Franja de Gaza, donde la situación humanitaria es buena y estable", añadiendo que Israel permite que muchos productos entren en Gaza y que "solo se limita el acceso de los que podrían servir para hacer avanzar las actividades terroristas del Hamas".
1,5 millón de habitantes viven en 378 km2, cocinan y se lavan con aguas sucias, en ocasiones no tienen más remedio que beber de ellas, sometidos a bombardeos regulares del ejército israelí que prueban con ellos su armamento de "última generación"1: esa es la vida cotidiana para los habitantes de Gaza. Los cubos de basura se apilan y rebosan hasta tal punto que en los "colegios" se ensaña a los niños a reciclarlos en bisutería u otros cachivaches en un intento por reducir la masa de basura que inunda los barrios al tiempo que sirve para entretener a los "más pequeños" tratando de sacarle algún provecho para la economía local.
Tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania, el suelo o bajo él en la capa freática, la contaminación reina por doquier. Ya sea por los pozos negros, por que las aguas residuales no se tratan, o por las emanaciones y los residuos de millares de toneladas de bombas de fósforo, uranio empobrecido, más una treintena de otros metales tóxicos pesados que Israel ha vertido durante años. Así es: los cuerpos de las víctimas directas de la ofensiva "Plomo endurecido" de enero de 2009 mostraron niveles elevados de uranio, cinc, mercurio, cobalto y otros productos cancerígenos. Desde hace años, se contamina irremediablemente la producción agrícola, así como los escasos árboles que se salvaron de ser quemados con fósforo blanco por el ejército... todo eso y más genera un número cada vez mayor de cánceres, insuficiencias renales y malformaciones congénitas. ¡Tal es la situación humanitariamente dramática que se vive en Palestina, donde la población lleva más de 40 años siendo rehén del fuego cruzado de los intereses imperialistas. Viendo que cada mañana es peor que la anterior, la cólera truena cada vez más en esta generación de jóvenes que no ha vivido otra cosa que la ocupación israelí y la vida miserable en los campos de refugiados, para quienes uno de sus pasatiempo favoritos -vista la falta total de perspectivas-consiste en apedrear a las tropas israelíes, como en Jerusalén, o en alistarse en un grupo terrorista para ser un kamikaze.
Lo que pasó el 31 de mayo es un nuevo episodio en esta guerra que dura desde hace décadas, no solo entre Israelíes y Palestinos, también y sobre todo entre las distintas potencias, grandes y pequeñas, que tienen un interés a defender por medido de tal o cual fracción.
Así pues, el IHH ("Fundación para los Derechos humanos y las Libertades" y muy implantada en Turquía en los municipios afines al AKP, partido islamista en el poder desde 2002), a quien el Gobierno turco prestó sus servicios para fletar los barcos, va y resulta ser una organización próxima a Hamas. Posee incluso una oficina de representación en Gaza y ya organizó otros convoyes hacia los territorios palestinos.
Ante la llegada de este convoy "humanitario" retrasmitida provocativamente por los medias, el Estado israelí estaba ante un dilema cuyas alternativas todas eran peor: o dejar pasar los barcos y ofrecer una victoria a los islamistas de Hamas, o intervenir por la fuerza para dejar claro que es él quien controla la franja de Gaza. Para el Gobierno israelí se trataba de hacer una intervención dura que sirviera de ejemplo. Pero esta actitud lo que en realidad provocó fue una enérgica oposición contribuyendo a aislar aún más al Estado hebreo en la escena internacional. Este episodio lamentable no solo afectó a la imagen del Estado de Israel, también a la de su mentor, los Estados Unidos. Y eso ya es harina de otro costal.
La gran potencia americana, cuyo crédito internacional, tanto comercial como político, está perdiendo fuelle, especialmente tanto a ojos de los países árabes como de aquellos con una componente musulmán importante, sintió como una bofetada este ataque israelí a la "flotilla de la libertad". Los Estados Unidos solo pudieron emitir un escaso murmullo de protesta ante este error garrafal de su principal aliado en la región. El Gran Oriente Medio que debía ir del Magreb hasta Pakistán y con el que soñaba en 2003 George W. Bush, tomándose por un Lawrence de Arabia moderno, es un lamentable fiasco, y el Imperio americano ya no es lo que era.
Por su parte, el Estado turco ha tomado un papel preponderante al organizar el convoy marítimo presentándolo como una "iniciativa humanitaria". Lo que queda bien claro con las ofensivas declaraciones del Primer Ministro Erdogan y de su Ministro de Asuntos Exteriores : "Las maniobras de Israel no seguirán siendo impunes. La comunidad internacional debe actuar..." Turquía, so pretexto de llevar ayuda a las poblaciones palestina, en realidad lanza una vergonzosa campaña de propaganda a favor de sus propios intereses imperialistas.
Turquía hasta hace poco tiempo era uno de los escasos aliados de Israel, vía Estados Unidos, en el mundo musulmán; hoy se convierte en apologeta de la guerra con el objetivo de desempeñar un papel importante en el Medio y Próximo Oriente.
El descredito y la debilidad crecientes de los Estados Unidos a escala mundial son el telón de fondo de un nuevo escenario que se organiza en esta región del mundo.
El eje Irán-Siria que prevalecía aún hace algunos meses y se concretaba por una ayuda de estos países al Hezbollá y al Hamas se amplía a Turquía. Una Turquía que ve cada vez con peores ojos la independencia del Kurdistán iraquí2y el apoyo económico que les presta Washington, así como el apoyo de este último a los Kurdos iraníes. El Estado americano pretende limitar las veleidades imperialistas de Ankara sobre su propio Kurdistán, dejando al mismo tiempo una mayor libertad a los independentistas kurdos, en particular los más próximos a las zonas del Este de la Anatolia a los que siempre trató de ganarse. Esta orientación imperialista de los Estados Unidos respecto a Turquía, Siria e Irán, es tanto más conveniente cuanto que estos tres países estuvieron relegados de las decisiones políticas americanas relativas a Irak, su invasión y la gestión de la crisis presente y futura. Además, para Turquía, su agregación a este eje le da un soplo de oxígeno ante los retrasos de la Unión Europea frente a su petición de integración3.
Además a este nuevo eje hay que añadir Rusia que sólo esperaba para ofrecer sus buenos oficios contra el gran padrino americano. Así pues, Rusia ha sido parte activa en que tres Estados líderes en Oriente Próximo hayan entrado en una fase de intensa cooperación y, desde hace algunos meses, abierto sus fronteras y liberalizado sus intercambios a marchas forzadas. Desde hace algunos meses, Ankara y Moscú derogaron la necesidad de visados para sus ciudadanos respectivos. Así un turco puede entrar sin visado en Rusia mientras que no siempre obtiene el permiso para entrar en Estados Unidos, o en la Unión Europea, aunque Turquía sea miembro de la OTAN y candidata a la UE. Moscú se presenta como paladín de la aproximación entre el Hamas y el Fatah, y vende mejor sus misiles RPG y S-300 que atraviesan los tanques israelíes (y que va a proporcionar a Irán contra posibles bombardeos americanos). Todo esto es muy beneficioso para Medvedev y Putin. Las empresas rusas Rosatom y Atomstroyexport, que han salido en los papeles por la construcción de una central nuclear civil en Irán (en Bushehr), van a construir otra en Turquía con un coste de 20 mil millones de dólares. Un proyecto similar está en estudio en Siria. Además Stroitransgaz y Gazprom van a garantizar el tránsito del gas sirio hacia el Líbano, hasta ahora su vecino israelí impide a Beirut explotar sus importantes reservas litorales4. Pero Rusia sobre todo consolida su posición militar con su nueva base naval en Siria. Ello le permitirá restablecer el equilibrio en el Mediterráneo que le fue dolorosamente privado desde el hundimiento de la URSS .
La retirada americana de Irakno termina, la guerra en Afganistán se atasca y se extiende en Pakistán. Irán está hoy en el punto de mira y la cosa es cada vez más seria. Con los fracasos repetidos y el aislamiento tanto de Israel en Oriente Medio como de Estados Unidos en el mundo, la historia se acelera. Y lo que podía parecer poco probable hace aún un año, o menos, se convierte en algo tangible. Dos semanas después del ataque de la flotilla del IHH, no se ve que las tensiones bélicas se apacigüen, a pesar de los discursos de Tel-Aviv sobre la ampliación del paso a los convoyes humanitarios hacia Gaza. Al contrario. Doce barcos de guerra americanos surcaban el Canal de Suez hacia el Golfo Pérsico, mientras que varios submarinos nucleares israelíes capaces de alcanzar cualquier objetivo en Irán tomaban el mismo camino. Por el momento, se trata de amenazas para sustentar los discursos de Obama contra Teherán. Pero el contexto internacional y las tensiones imperialistas son tales que no se puede excluir un descontrol o un nuevo episodio más "planificado" en la delirante huida hacia delante guerrera a la que lleva este mundo capitalista descompuesto.
Wilma (28 de junio)
1 Las armas, especialmente los misiles dirigidos como el Heron, vendida por Israel a la Unión Europea o a Estados Unidos para la guerra en Afganistán, o también como los que sirvieron en la guerra entre Georgia y Abjasia en 2008, se venden con el argumento de que "ya se han probado en la guerra", es decir, en los territorios ocupados.
2 Además, es necesario saber que a nivel económico, y al mismo tiempo militar, Israel se lleva la parte del león en el Kurdistán iraquí, y se convierte por lo tanto en un competidor directo de Turquía.
3 El ataque de la flotilla humanitaria del 31 de mayo significó que la IIª Cumbre de la Unión para el Mediterráneo se relegó a Noviembre,. Esta unión preconiza entre otras cosas la integración de Israel y el mantenimiento de la paz en el Mediterráneo. La Iª Cumbre fue dinamitada por el ataque israelí sobre Gaza
4 Se ve que la "guerra energética" toma un cariz cada vez más activo y dramático alrededor de Irán, poniendo realmente en dificultad la política americana e impulsando Washington a cometer nuevos errores. Así pues, Teherán firmó con Pakistán un acuerdo por valor de 7 mil millones de dólares, para la construcción de un gaseoducto que va de Irán a Pakistán. Un proyecto de hace 17 años, hasta ahora bloqueado por los Estados Unidos. A pesar de eso, Irán ya realizó 900 de los 1500 km de gaseoducto, del yacimiento de South hasta la frontera con Pakistán, que construirá otros 700. Es un pasillo energético que, a partir de 2014, hará llegar cada día a Pakistán desde Irán, 22 millones de metros cúbico de gas. China está dispuesta a importar el gas iraní: La empresa Chin Petroleum firmó con Irán un acuerdo de 5 mil millones de dólares para el desarrollo de este yacimiento de South. Para Irán es pues un proyecto de importancia estratégica : el país posee las mayores reservas de gas natural tras las de Rusia, y deben en gran parte aún explotarse; a través del pasillo energético hacia el Este, Irán puede desafiar las sanciones impuestas por los Estados Unidos. Tiene sin embargo un punto flaco: su mayor yacimiento, el de South van, es extraterritorial, ya que está situado en el Golfo Pérsico. Y por tanto expuesto a un bloqueo naval, como el que los Estados Unidos pueden ejercer basándose en las sanciones decididas en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/ACCpro214_copia_2.pdf
[2] https://webgsl.wordpress.com/
[3] https://es.internationalism.org/cci-online/200912/2715/cual-es-nuestra-actitud-ante-companeros-que-se-reclaman-del-anarquismo
[4] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierda-comunista
[5] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/anarquismo-internacionalista
[6] https://es.internationalism.org/content/2859/la-crisis-no-se-va-sino-que-continua-mas-grave
[7] https://es.internationalism.org/cci-online/201005/2872/plan-de-austeridad-del-gobierno-zapatero-el-peor-ataque-a-los-trabajadores-de
[8] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/espana
[9] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[10] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2863/debate-interno-en-la-cci-v-la-sobreproduccion-cronica-un-obstaculo
[11] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/la-crisis-economica
[12] https://es.internationalism.org/tag/geografia/israel
[13] https://es.internationalism.org/tag/geografia/palestina
[14] https://es.internationalism.org/tag/6/557/conflicto-israelo-palestino
[15] https://es.internationalism.org/tag/5/558/conflicto