El otoño y el invierno van a ser muy duros para los trabajadores, no solo en España sino igualmente en el mundo entero. Pero ante esta cruda y dolorosa realidad fuente de tremendos sufrimientos, ¿Cuál es la política de los gobiernos?.
En los años 80 con un nivel de la crisis más bajo que el actual, los gobiernos hablaban el "lenguaje de la verdad", proclamaban abiertamente la necesidad de imponer duros sacrificios. El paradigma de esas políticas fueron Thatcher en Gran Bretaña y Reagan en Estados Unidos que se mostraban muy belicosos con los obreros no dudando en imponer despidos masivos como los sufridos por los mineros en Gran Bretaña o los controladores aéreos en USA. Aquí en España, el gobierno "socialista" de González lanzó brutales ataques contra los trabajadores: entre 1983 y 1987 las "reconversiones" supusieron la pérdida de UN MILLÓN de puestos de trabajo.
Mientras en los años 80, los gobiernos se presentaban como el lobo feroz hoy van de mansos corderos. En Estados Unidos Obama se proclama campeón de los "más pobres" y presenta como "proyecto estrella" la "reforma sanitaria" que supuestamente permitirá la "asistencia sanitaria universal". En Alemania, los dos socios de un posible nuevo gobierno de Gran Coalición, presentan la "solidaridad" con los más perjudicados y la "protección social" como sus mayores prioridades. En Japón se produce un vuelco electoral con la llegada del Partido Democrático que promete ayuda a los parados y anima a los trabajadores a trabajar menos y disfrutar más de la familia y el ocio.
En España hemos tenido el mismo guión. En julio, las conversaciones entre Patronal, Sindicatos y Gobierno son abruptamente rotas por el frente Sindicatos - Gobierno que se muestran "muy enfadados" ante las pretensiones de "reforma laboral" de Díaz Ferrán, presidente patronal. Aguirre - campeona de la derecha más extrema- llega hasta llamar "piquetero" a Zapatero dándole un poco de lustre de "izquierdas".
En agosto, el gobierno monta el culebrón de los 420 € para los parados de larga duración. Primero parece que solo dará tan "generoso" subsidio a los que entren en el paro el 1 de agosto pero de repente "cede" a las "reivindicaciones" de los grupos más "izquierdistas" del parlamento (IU y ERC) y concede el subsidio desde el 1 de enero.
En septiembre, Zapatero comparece ante el parlamento afirmando que "no se tocará la protección social" y anunciando que gravará las "rentas del capital" y que para "solidarizarse" con los parados aumentará "de forma temporal" algunos impuestos.
Sin embargo, la realidad desmiente a cada paso las "buenas intenciones" de los gobernantes, demostrando que son lobos vestidos de cordero.
En Estados Unidos se han destruido la friolera de 8 millones y medio de empleos. A nivel mundial, la OCDE en su último informe habla de que en los países industrializados los desempleados serán 57 millones, la cifra más alta desde el final de la 2ª Guerra Mundial. «El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió hoy de que el número de personas que pasan hambre en el mundo ha superado este año, por primera vez en la historia, los 1.000 millones. En una rueda de prensa celebrada en Londres, la directora del PMA, Josette Sheeran, cifró la cantidad de hambrientos en 1.020 millones, y alertó de que el flujo de ayuda humanitaria se sitúa actualmente en "un mínimo histórico"» (Agencia EFE 16-9-09).
En España, el informe de la OCDE habla de 4 millones y medio de parados para finales de año. En 2 años se han perdido 2 millones 200 mil empleos. En Opel de Zaragoza anuncian 1700 despidos, en RENAULT de Valladolid el presidente de la compañía amenaza con el cierre total y en Ford Valencia a la "buena noticia" de que la fábrica "exportará a Estados Unidos" le añaden la mala noticia: 600 despidos. Despidos que se unen a los de Roca, Nissan y Pirelli -entre otros muchos- en el área industrial de Barcelona. La federación de ayuntamientos catalana anuncia que tendrá que aplicar EREs a sus empleados no funcionarios... La consejera catalana de Trabajo lanza el globo sonda de que a los jóvenes se les podría hacer contratos con fecha de caducidad y menos sueldo con el peregrino argumento de que «por su juventud tendrán más oportunidades de encontrar trabajo»...
«Durante el primer semestre de 2009 se registraron 10.382 Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), un 486% más que en igual periodo del año anterior, que afectaron a 325.456 persona, según un informe hecho público este martes por CC OO.,... lo que supone un incremento del 1.093% en relación al año anterior» (20 Minutos, 16-9-09). Hay que recordar que los ERE se realizan con la aprobación de gobierno y sindicatos y que «la inmensa mayoría de los ERE autorizados (91%) han sido pactados con las organizaciones sindicales o con la representación de los trabajadores» (ídem.).
Los actos del Gobierno y del Estado desmienten cada día los discursos sociales de Zapatero. Su "gran medida" de los 420 € es una limosna que no alcanza ni para mitad de mes. Los expertos señalan que esa medida no es nueva sino que es un refrito de anteriores ayudas (prestaciones contributivas) y recuerdan que habrá que esperar a su aplicación práctica: como ha ocurrido con otras medidas "estrella" de Zapatero (ley de dependencia, deducción de 400 €, cheque bebé) su aplicación cotidiana no es tan "generosa" como se anuncia en prensa y TV: mucha gente es excluida, los cobros se demoran, a cambio de la ayuda se planteen un chantaje, así la percepción de los 420 € irá acompañada de un inquietante "itinerario laboral" ...
Lo más grave es que esos "420 € para los desfavorecidos" son utilizados como excusa para plantear ataques muy duros a las condiciones de vida de todos los trabajadores. Las "rentas de capital"[1] sufrirán una imposición del 20% lo que supondrá esquilmar aún más los magros ahorros de las familias trabajadoras[2]. A los funcionarios se les sube el sueldo durante 3 años un miserable 0,3% lo cual supone dejarles desguarnecidos frente a la más que previsible escalada de la inflación. ¡Las pensiones suben un miserable 1%! mostrando en qué se concreta la "sensibilidad" de Zapatero por los jubilados de la que tanto alardeó en su discurso de León. La retirada de la deducción de los 400 € perjudica sobre todo -según reconoce El País- a los que cobran menos de 1000 € mensuales (¡el 71% de los trabajadores!). Cáritas (17-9-09) denuncia la nueva ley de Extranjería que aparte de legalizar ¡los 60 días de detención! privará de asistencia sanitaria a muchos emigrantes. El IVA sube al 18% lo que gravará sobre todo el consumo de esos "desfavorecidos" que Zapatero dice defender.
Parecería que Zapatero quiere "matar de amor" a los trabajadores. Cuanto más proclama su "solidaridad con los trabajadores" más medidas toma contra ellos. Cuanto más invoca la "lucha contra los poderosos" más los defiende y más ataca a los trabajadores.
Pero entonces ¿por qué no habla el lenguaje de la austeridad y el sacrificio como le reclama por ejemplo el presidente de las Cajas de Ahorro que llega hasta pedir elecciones anticipadas? ¿Por qué tantas demagogias con la "protección social" y la "defensa de los trabajadores"?
Esta actitud no es privativa del Gobierno Zapatero, sino que, como hemos dicho al principio, la adoptan la mayoría de gobiernos en Europa y América. Si actúan así lo hacen en primer lugar para reforzar la intervención del Estado, imprescindible para sostener una economía que se derrumba[3], pero igualmente porque evitan por todos los medios echar leña al fuego del descontento, la preocupación por el futuro y la indignación creciente en las filas obreras. Es cierto que los trabajadores tienen todavía grandes dificultades para desarrollar su lucha pero no es menos cierto que la política de los Gobiernos es evitar medidas demasiado generales o provocadoras que puedan desatar respuestas masivas y generales.
Las gesticulaciones "sociales" y "solidarias" de los Zapatero, Obama y compañía tienen como fin perfilar un insidioso ataque político e ideológico a la lucha y la conciencia de los trabajadores. La burguesía sabe que en los próximos meses el desempleo y los ataques anti-obreros se van a generalizar y de manera preventiva adopta un dispositivo ideológico y político para envenenar la conciencia obrera y romper su unidad.
Hablan a todas horas de "solidaridad" con los parados. Con ello tienden a desprestigiar y adulterar esa noción que es vital para el desarrollo de las luchas obreras. Estas tienen en la solidaridad su principal fuerza por eso necesitan desvalorizarla a los ojos de los obreros al convertirla en una actitud hipócrita y cínica. El asco que provoca semejante "solidaridad" estimula en las filas obreras los sentimientos de aislamiento, de escepticismo, de refugiarse "en lo mío", de insolidaridad.
Cuando Zapatero entona ante las Cortes un lastimero "hagamos un pequeño sacrificio por esas personas a quienes la crisis ha dejado de lado" no está dirigiéndose a los banqueros y los industriales -a quienes ha atiborrado de dinero para salvarles la piel- sino que busca sembrar la cizaña de la división entre los trabajadores: por un lado, a los parados les hace ver que si la protección social no les llega o lo hace de forma insuficiente es por culpa de la insolidaridad de los "privilegiados" que tienen un empleo fijo[4]. Pero a estos les deja caer que la causa de las subidas de impuestos, de las congelaciones salariales, de los despidos, es la "necesidad solidaria de atender a los más desfavorecidos". La "solidaridad" es utilizada para sembrar la división y el enfrentamiento.
Al presentar como "capitalistas" a los obreros que tienen ahorros para atender necesidades familiares y completar la miserable pensión que les quedará, lo que trata de fomentar es el sentimiento de culpa, un sentimiento que estimula el repliegue sobre uno mismo y la atomización.
Los ataques que van a llover sobre las espaldas de los trabajadores son presentados no como consecuencia de la crisis global del capitalismo sino como el resultado de las "medidas de solidaridad" que adoptan los gobiernos. Lo que quieren impregnar en la mentalidad popular es que la crisis obliga a que unos trabajadores se sacrifiquen a favor de otros y que si hay que luchar es para obligar a los más "privilegiados" entre estos a que se "aprieten el cinturón" por los demás y "arrimen el hombro" por la "solidaridad".
Lo que se busca en última instancia es que los ataques no se vean como el fruto de la acción de los Gobiernos, lo que favorecería la politización y la unificación de las luchas, sino que se perciban como consecuencia de la perfidia de tal o cual empresario, de tal o cual multinacional, de tal o cual funcionario regional o económico. Con ello, los sindicatos tienen mejores medios para aislar las luchas, para encerrarlas en la cárcel de lo local, lo sectorial, lo regional, lo corporativo.
Todo esto no nos debe sorprender. ¿Es que acaso podemos esperar que la burguesía haga más fácil nuestra lucha? Sería olvidar toda la experiencia histórica del siglo XX y XXI creer que la burguesía y su Gobierno nos atacará a pecho descubierto sin poner por delante trampas, traiciones y maniobras. Si cuando van a la guerra jamás han dicho que lo hacen por sus sucios intereses políticos, económicos e imperialistas ¿cabe esperar que nos lancen al desempleo, recorten nuestros salarios o agraven los impuestos invocando abiertamente sus intereses egoístas? La burguesía, la clase más cínica e hipócrita de la historia, no solo nos ataca en el terreno económico sino que envuelve ese ataque con otro ataque aún peor en el terreno político e ideológico.
Frente a la "solidaridad" cínica e hipócrita, fuente de división y enfrentamiento, de los Zapatero y cia, debemos seguir buscando y desarrollando la solidaridad obrera que parte de la lucha en la calle, en los centros de trabajo, en apoyo a los compañeros que son despedidos, que son atacados, que son calumniados, que son reprimidos. Solidaridad como la que manifestaron padres, abuelos, jóvenes, estudiantes, masivamente, en Grecia en diciembre 2008[5], solidaridad como la que vimos entre los obreros de Francia con los estudiantes en lucha contra el "contrato de primer empleo"[6]
Solidaridad para desarrollar la unidad, la superación de la atomización y del cada uno a la suya. A la división que tratan de sembrar en nuestra filas opongamos la lucha unida rompiendo las barreras de la empresa, el sector, la nación, el origen, la raza ...
Al sentimiento de culpa que tratan de imbuirnos opongamos la indignación y la conciencia.
A la despolitización opongamos la verdadera politización proletaria que comprende que nuestra lucha solo puede tener como objetivo último la destrucción del sistema capitalista en todo el mundo, fuente de miseria, de hambre, de guerra, de barbarie.
Acción Proletaria 18-9-09
[1] Se consideran "rentas del capital" los saldos de las libretas de ahorro o las ganancias que puedan hacerse en transacciones financieras (acciones etc.). Sin embargo, las verdaderas rentas del capital que poseen los capitalistas en paraísos fiscales siguen tributando ¡al 1%!
[2] ¡Resulta que cualquiera que tenga unos ingresos anuales de 30000 € es un "capitalista" según las demagogias del gobierno!
[3] En las reuniones preparatorias del G20 se ha reconocido que no se pueden retirar las enormes ayudas (¡casi 7 billones de dólares!) con las que se ha evitado que la economía se derrumbara en el último año
[4] En unas declaraciones a la SER el presidente "socialista" de Aragón, Iglesias, lo ha dejado bien claro: «los privilegiados que tienen un trabajo fijo y un sueldo fijo tienen que hacer algo por los que lo están pasando mal».
[5] Ver en Revista Internacional nº 136 Las revueltas de la juventud en Grecia confirmando el desarrollo de la lucha de clases /revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de- [1]
[6] Ver Tesis sobre el movimiento de estudiantes en Francia en Revista Internacional nº 125 https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [2]
Tras la invasión de Irak, Afganistán se ha convertido en un foco central de las confrontaciones imperialistas por su posición geoestratégica y todas las potencias que aspiran a jugar un papel en el escenario mundial envían tropas para tener una presencia militar en el país; incluso potencias de tercer orden como España. El gobierno Zapatero, que anunció con trompetas y tambores su orden de retirada de las tropas españolas de Irak, puso sin embargo la sordina para colar, "por lo bajini", su implicación en el despliegue de un dispositivo militar mayor en otras misiones, entre otras en Afganistán, donde además acaba de anunciar el envío de un refuerzo de 220 soldados. Claro que, mientras en Irak se trataba de una "invasión ilegal", en Afganistán las tropas están en una "misión de paz", como nos recuerda machaconamente la ministra Chacón. Visiblemente una "paz"... ¡de los cementerios! Como confirman los "daños colaterales" de los bombardeos repetidos (protagonizados por distintas fuerzas militares) a la población civil, o los atentados contra las tropas de la OTAN, en medio de una confrontación con los Talibanes, con los Señores de la guerra, y de las distintas potencias entre sí, como ha podido verse últimamente en la tentativa de debilitar la posición de Alemania en la región descubriendo su responsabilidad en la masacre de inocentes, o en la denuncia particularmente de la burguesía italiana tras el atentado a sus tropas, de la inactividad de las tropas españolas.
« La guerra marcha mal. Gran parte del sur del país está fuera del control del Gobierno. Una insurgencia multiforme y dispersa se ha hecho fuerte y amenaza con desencadenar una insurrección generalizada contra las tropas occidentales y el gobierno respaldado por ellas. En Gran Bretaña, la población, cada vez más escéptica, querría saber por qué están muriendo sus soldados. Y a medida que sigan aumentando los costes y las bajas, los americanos empezarán también a hacerse esta pregunta cada vez más en voz alta ». (The Economist 22/8/2009).
Que una publicación tan sesuda como The Economist, se plantee estas cuestiones sobre la guerra de Afganistán es un síntoma inequívoco de que las excusas oficiales de esa aventura militar se van agotando.
Muchas fueron las justificaciones que se esgrimieron para esta guerra. La primera y principal, al calor de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, radicaba en que, supuestamente, el gobierno de los talibanes en Afganistán había estado implicado en los ataques, o que, como mínimo, constituía un "santuario de terroristas" como Osama Bin Laden o el grupo Al-Qaeda que sí habían participado directamente.
La "guerra contra el terror" - culminada con las invasiones de Afganistán en 2001, y más tarde la de Irak en 2003 - estaba presuntamente destinada a erradicar o, al menos, a combatir el terrorismo. Pero ¿qué es lo que ha sucedido verdaderamente?: Pues exactamente todo lo contrario: una masiva exacerbación del terrorismo en todo el mundo. Y tampoco puede decirse que se haya detenido la beligerancia de las fuerzas islamistas "radicales", sino al revés: Afganistán e Irak se han convertido en el foco de atención y el polo de atracción, de multitud de bandas estilo Al- Qaeda y similares.
De hecho sus repercusiones se han hecho sentir en todos los rincones del planeta, como se pudo comprobar con los atentados de Madrid en 2004 (entonces España bajo el gobierno de José María Aznar participaba en la invasión de Irak), o los de Londres en el año 2005.
Y si bien los talibanes fueron en efecto desalojados del poder en Afganistán, se han visto en cambio reforzados por otras vías, sirviendo, por ejemplo, como factor aglutinador de un sinfín de fuerzas dispersas en Pakistán. Por otro lado siguen controlando el comercio del opio de amplias zonas de Afganistán. Es verdad que los talibanes utilizan el terror y el asesinato para imponer su autoridad en esas regiones, pero también es cierto que la creciente impopularidad del gobierno y de las fuerzas de ocupación de la OTAN, empujan cada vez más adeptos a sus filas. Las matanzas de civiles por los bombardeos aéreos que son cada día más frecuentes, como se puso de manifiesto con la masacre de Kunduz a principios de Septiembre, contribuye también sin duda a alimentar ese aflujo de nuevos combatientes talibanes.
También se adujo como justificación de la guerra que llevaría la democracia a Afganistán, Irak y a todo Oriente Medio. Pues bien pocas cosas puede decirse que han cambiado en Afganistán. En primer lugar porque el gobierno de Karzai apenas extiende su control más allá de las fronteras de Kabul, y dado el aumento de los atentados en esta ciudad, cabe suponer que incluso ésta va menguando. Los "señores de la guerra" locales, como Abdul Rashid Dostum, no han cedido ni una pizca de su poder al gobierno de Kabul, sino que más bien han estrechado su control sobre sus dominios a pesar de los múltiples intentos por atraerlos al "proceso democrático".
Del propio gobierno de Karzai se ha señalado su patente corrupción y brutalidad hasta el extremo de que a los ojos de muchos afganos apenas puede diferenciarse de sus predecesores en el poder: «Durante su recorrido de campaña electoral, el presidente Hamid Karzai ha apelado a sus enemigos que acordaran la paz. Pero su gobierno - inepto, corrupto y criminal - no parece ser merecedor de confianza. En aquellas regiones de Afganistán de las que se ha expulsado a los insurgentes y se ha restaurado la autoridad del gobierno, sus habitantes añoran a menudo a los señores de la guerra que se mostraban menos inmorales y brutales que la banda de Mr. Karzai». (The Economist, op. cit.).
Este año ya se ha convertido en el más mortífero desde 2001. A fecha de 25 de Agosto ya son 295 los soldados de las fuerzas internacionales que han perdido la vida allí. Una parte de ellos lo ha sido a consecuencia del "mini-despliegue" ejecutado por esas tropas para proporcionar una imagen de una mínima "estabilidad" para que pudieran celebrarse las recientes elecciones generales. Y, sin embargo, ha vuelto a cosecharse otro estrepitoso fracaso, pues tal despliegue no sólo no ha conseguido debilitar a los talibanes, sino que ha contribuido a que dichas elecciones tuvieran lugar en un clima de miedo e intimidación. Antes de estas votaciones 10 soldados británicos murieron en una confrontación con los talibanes en el distrito de Babají, en una concienzuda preparación del terreno para unas elecciones "plenamente libres". ¿Y cuál fue el resultado?: «Las informaciones que señalan que en esa zona apenas votaron 150 personas, de un censo que alcanza las 55 mil, no han sido desmentidas por las autoridades afganas» (BBC, 27 de Agosto de 2009). Desde el mismo momento en que se cerraron las urnas no dejan de multiplicarse las evidencias del flagrante pucherazo electoral.
Y junto a la intención de instaurar las bondades de la democracia se proclamó igualmente la defensa de los derechos de la mujer en esas atrasadas sociedades patriarcales. Y también en esto, una vez más, la realidad dista mucho de las proclamas. La nueva Constitución afgana, aprobada hace ya cinco años, prometía igualdad y extensión de los derechos humanos a las mujeres, pero desde entonces los talibanes no han dejado de clausurar escuelas para chicas. En cuanto al Gobierno de Karzai, en lugar de proteger los derechos de la mujer, se ha dedicado a concertar alianzas con grupos religiosos, y consecuentemente a promulgar decretos que, efectivamente, legalizan la violación en el matrimonio.
Y, mientras tanto, la guerra de Afganistán se extiende cada vez más a Pakistán. La Administración Obama ha dejado claro que para ella Afganistán y Pakistán son estratégicamente más importantes que Irak. Desde los media se nos ha intentado persuadir de que la guerra de Irak estaba más o menos liquidada y que eso permitiría concentrarse ahora en otros focos de conflicto. Y, sin embargo, el reciente rebrote de mortíferos atentados suicidas en Irak basta para evidenciar la inestabilidad que verdaderamente se vive allí. Pero, de todas formas, el auge de la influencia de los talibanes en zonas de Pakistán que escapan ya del control del Gobierno, ha conducido a una escalada militar en la que cada vez se emplean más los bombardeos con aviones no tripulados y ofensivas del ejército pakistaní. En la última de estas se produjeron choques muy sangrientos (el ejército reconoció haber matado a más de 1600 combatientes) y se ocasionó la evacuación forzosa de más de 2 millones de personas.
Y con el creciente desgaste de las coartadas oficiales de la guerra, se hace también más notorio para más gente su verdadero carácter imperialista.
Desde que los dos antiguos bloques imperialistas colapsaran a finales de los años 80, los Estados Unidos se han enfrentado a desafíos cada vez mayores a su posición de "gendarme mundial". Es verdad que no hay nadie que pueda discutirle su potencia militar, y que no hay ninguna nación - ni siquiera coaliciones de docenas de ellas - que pueda aspirar a competir directamente con ellos en ese terreno. Eso no quiere decir, sin embargo, que otras potencias no les discutan a los norteamericanos su dominio en varias regiones del orbe. Vemos hoy, sobre todo, el auge de China como un gigante económico que emplea profusamente el dinero obtenido de sus ventas para ir ganando disimuladamente influencia en regiones del globo que antes no despertaban su interés. Asistimos también a un resurgimiento de Rusia. Tampoco subestiman los gobernantes estadounidenses la amenaza de ver retada su autoridad en el corazón del capitalismo - Europa - por parte de Francia y, sobre todo, de Alemania.
Los Estados Unidos saben pues de sobra que si aspiran a mantener su "liderazgo" frente a tales desafíos, necesitan tener bajo su control las regiones estratégicas de Oriente medio y de Asia central, que resultan vitales tanto por las tradicionales razones geo-políticas que se remontan al "Gran Juego" imperialista del siglo XIX, como por su papel clave en la obtención y el suministro de cruciales fuentes de energía como el petróleo y el gas. Lo que está pues en juego son intereses imperialistas en el más amplio sentido de esta palabra: no es que las guerras de Irak y Afganistán estallen por orden de las compañías petroleras norteamericanas ávidas de beneficios inmediatos; sino porque corresponden a las necesidades a largo plazo del capitalismo de Estado norteamericano para poder frenar la decadencia de su dominación global.
Pero ¿Qué pinta Gran Bretaña en todo esto? Es verdad que tras el desmoronamiento de los bloques imperialistas Gran Bretaña empezó rápidamente a buscar una vía más independiente, como quedó de manifiesto cuando consintió el sabotaje de los esfuerzos estabilizadores de USA en los Balcanes en los años 90. Pero dado que la "independencia" de una potencia que, indiscutiblemente, está en una segunda categoría, es una especie de espejismo cada vez más desvaído, lo cierto es que desde 2001 y sobre todo con el desencadenamiento de la "guerra contra el terror", la burguesía británica se ha visto cada vez más enredada en los proyectos militares de USA tanto en Oriente medio como en Asia central. En Afganistán, además, se ve en la incomodísima posición de primera línea de las tropas de la OTAN a menudo escasamente equipadas, lo que deja a los soldados británicos cada vez más expuestos a la confrontación con los combatientes talibanes con una moral cada vez más reforzada.
Y si cada vez más gente, y no solo los familiares de las tropas allí enviadas, empiezan a interrogarse sobre las verdaderas razones de esta guerra, tampoco la clase dominante deja de exhibir su cinismo presentando falsas justificaciones. El primer ministro Brown, por ejemplo, sigue defendiendo que la guerra es un medio para prevenir las atrocidades terroristas en Londres o Glasgow. Y al mismo tiempo se quiere desviar nuestra atención con debates como si se debe o no gastar más dinero para comprar el equipamiento más moderno para las tropas, cuando las verdaderas cuestiones son: ¿Por qué vive esta sociedad en un estado de guerra permanente? ¿Cómo podemos luchar contra la guerra y contra el sistema que la engendra?
Graham 4/9/9.
Artículo traducido de World Revolution (publicación de la CCI en Gran Bretaña).
Desde el 15 al 20 de junio hubo en Alemania una huelga en el sector de la Enseñanza. El objetivo era bloquear por medio de la huelga los centros de enseñanza superior para protestar contra la miseria creciente de la Enseñanza capitalista. En relación con la ambición de los objetivos que se proponían, el éxito alcanzado por este movimiento ha sido más bien moderado, muy moderado, y da por eso la impresión de haber sido la acción de una minoría; más que nada porque en la mayoría de los centros universitarios no ha logrado movilizarse un número importante de estudiantes; incluso en los centros escolares de las grandes ciudades se informó poco sobre las movilizaciones acordadas. A mitad de semana este movimiento llegó a movilizar alrededor de 250.000 manifestantes (en un total de 40 ciudades). Lo más notable de este movimiento es que una parte de la nueva generación ha entrado en la escena política y ha vivido sus primeras experiencias de lucha.
La semana de lucha comenzó el lunes 15 de junio con asambleas generales, sobre todo en las universidades. Como en la fase preparatoria de esta lucha, fue particularmente en los centros de enseñanza superior más pequeños (Potsdam, por ejemplo) donde la movilización fue más fuerte y más significada; en otros centros, aunque se organizaron asambleas generales, las clases continuaban. Así pues, fueron pocos los centros donde se logró el bloqueo alcanzado en los centros de enseñanza superior que era la gran preocupación y el objetivo a lograr cuando se inició el movimiento. Sin embargo, el trabajo desarrollado en las asambleas generales es políticamente significativo: lograron establecer un debate colectivo en torno a las reivindicaciones que iban siendo expresadas y que iban más allá del interés puramente académico, que se movían en el mismo sentido de las que expresan los obreros en su conjunto. Reivindicaciones como: la exigencia de contratación de decenas de miles de profesores en las escuelas y los centros de enseñanza superior; la transformación inmediata de todos los contratos eventuales en contratos indefinidos; la garantía de cobertura económica para todo el alumnado,... En muchos centros se han redactado declaraciones de solidaridad con los obreros que están en huelga o enfrentados a despidos masivos. Otras exigencias fundamentales del movimiento fueron la negativa a abonar los derechos de matriculación en la universidad; la exigencia de que desaparezca la permanente presión coercitiva de la rentabilidad capitalista en la Enseñanza y del sistema elitista de selección que rige en la Enseñanza. Exigencias que quedan resumidas en la consigna: "Formación para todos" y que habitualmente son interpretadas por la clase dominante de manera reformista (es decir, como un deseo "de mejora del sistema existente"), son indudablemente la expresión de reivindicaciones proletarias. El que el capitalismo anhele tener esclavos asalariados, estúpidos y sin cultura, sin concederles más que el mínimo de formación (la absolutamente indispensable para que funcione su Sistema) es algo que el movimiento obrero socialista ha comprendido hace tiempo. Al contrario del slogan "We don't need no education" ("No necesitamos ser educados") que generalizó Pink Floyd, la clase obrera ha luchado desde siempre por la educación. Esta tradición se reaviva hoy en las asambleas generales, en las que todos los presentes participan activa e igualitariamente en la formulación y adopción de las reivindicaciones y los objetivos del movimiento.
El movimiento en los Institutos y centro de enseñanza superior, del año 2006 en Francia, consiguió imponer reivindicaciones esenciales al Gobierno porque colocó enseguida en el centro de sus reivindicaciones exigencias proletarias que expresaban los intereses de la población trabajadora en su conjunto; particularmente el rechazo del Contrato de Primer Empleo (CPE) -proyecto de ley que comportaba la precariedad de todo tipo de contrato de trabajo para jóvenes.
En Alemania, aunque crece con fuerza en el seno de la juventud activa la convicción de que es necesaria su solidaridad con todos los asalariados, su movimiento se ha centrado hasta ahora únicamente en la Enseñanza. Esto significa que esta lucha no se reconoce todavía como parte de un movimiento mucho más amplio, el de la clase obrera en su conjunto; aunque ya se perciben los primeros indicios de un potencial que conduce al movimiento má allá del marco de las escuelas y de la Enseñanza. Aunque de momento inmaduro, estas acciones llevan en sí un potencial de madurez que ya se manifestó en el primer día de esta semana de lucha. Uno de los puntos de cristalización de esta situación contradictoria ha sido la manifestación nacional de los empleados de Guarderías (escuelas infantiles) en el Centro de la ciudad de Colonia el 15 de junio. La gran asamblea general de estudiantes de la Universidad de Wuppertal decide enviar a Colonia una delegación para solidarizarse con los empleados de las escuelas infantiles; sin embargo esta acción no se pudo llevar a cabo y no únicamente porque faltó tiempo. En Colonia ocurre que la asamblea general de estudiantes no era consciente de que a pocos kilómetros 30.000 huelguistas se concentraban en la calle. Cuando las cosas fueron aclaradas la asamblea general, en camino de dispersarse, decide enviar una delegación que fue finalmente mandatada para dirigirse a los huelguistas e invitarles a la lucha común.
Se constata en este movimiento que la idea de una lucha común está ampliamente extendida, aunque no desempeñe aun un papel central a todos los niveles. En Wuppertal, por ejemplo, la universidad es relativamente pequeña; en cambio, la proporción de proletarios entre los estudiantes es particularmente alta. Aquí son los estudiantes quienes con su iniciativa han organizado tan fuerte movilización. Este es uno de los pocos lugares donde se ha producido, al menos al principio, el gran movimiento de huelgas que bloqueó el Centro de enseñanza superior. Por el contrario, en la Universidad de Colonia, una de las más importantes de Alemania, va a ser necesario un descontento más profundo y más sostenido en el tiempo para provocar una fermentación general. Hay que tener en cuenta que las grandes ciudades son los "feudos" de los mejores reformistas de izquierda, que son los encargados de frenar, con sus falsas tentativas y sus técnicas de "movilizar desmovilizando", las iniciativas de los estudiantes; de hacerles desconfiados e inseguros cuando deciden tomar medias de combate. La huelga del sector de la Educación se podía pronosticar como una acción minoritaria. La lucha por afirmarse en un terreno propio desde el que hacerse notar con claridad ha podido contribuir a reducirles su campo de visión sobre la situación inmediata en la Universidad.
La segunda jornada de acción importante fue el miércoles 17 de junio con manifestaciones de universitarios, estudiantes de secundaria y de primaria en toda Alemania. Las movilizaciones más fuertes tuvieron lugar en Hamburgo, Colonia y sobre todo en Berlín (con 27.000 participantes). La implicación hubiera sido más alta si se hubiese conseguido movilizar durante más tiempo a los estudiantes de secundaria. El pasado noviembre éstos hicieron una jornada de lucha, en general apoyada activamente por los profesores y los familiares de los alumnos. Se ha insistido con frecuencia en que el descontento y la combatividad entre los estudiantes de secundaria son mayores que entre los universitarios; lo que vemos en esta semana de lucha en el sector de la Enseñanza es que ha estado fundamentalmente encabezada por los estudiantes de secundaria. Esto está ligado al hecho de que durante esta semana los que han estado más activos son los que, digamos, han utilizado el marco de acción que ya fue estructurado y puesto en práctica antes por un colectivo más heterogéneo. Si bien la acción partió de los propios afectados, cuesta creer que ellos, por sí mismos, hayan elegido llevarla a cabo ¡justo en medio del periodo de exámenes de final de curso! No hay que omitir, de ninguna manera, que estas manifestaciones - convocadas unas veces por las asambleas generales, otras surgidas espontáneamente- han sido en ocasiones utilizadas para ir a escuelas, a institutos e incluso a fábricas dónde los obreros están amenazados de despidos, o a punto de ser cerradas, para llamarlos a la solidaridad, a la lucha común.
La semana de acción terminaba en una manifestación en la capital del Estado (Land) de Renania del Norte-Westfalia, Düsseldorf, en la que han participado varios miles de personas de las ciudades del entorno. La manifestación estuvo marcada por dos características:
- De una parte la actitud, de alguna manera, marcial y provocadora de la policía; a lo que hay que añadir que los media (Medios de Comunicación) de la burguesía han agitado permanentemente a lo largo de esta semana de acción el tema de la violencia, de la cual han tratado manifiestamente de hacer un tema de discusión con el objetivo de desacreditar el movimiento, tratándolo de escamante, sospechoso). El interés de los media por falsificar el movimiento ha ido tan lejos que alguna asambleas generales han decidido conceder entrevistas únicamente si la noticia una vez montada recibía su aprobación para ser difundida. Exigencia que fue sistemáticamente descartada por los media.
-Por otra parte el desarrollo de esta manifestación no estaba tan en manos de las asambleas generales como la del miércoles precedente; había quedado a disposición de un colectivo compuesto de diferentes fuerzas que actuaban sin control alguno de la base y que representaban una especie de compromiso entre diferentes puntos de vista que no habían sido previamente debatidos. Si mencionamos estos hechos no es para defender un especie de Acciones locales, sino para resaltar que la extensión y el agrupamiento geográfico de un movimiento necesita la pertinente preparación de su modo de organización y deben ir parejos con la autoorganización de las asambleas generales. Si no es así los peligros que lo amenazan son grandes.
En cualquier caso: cuando el cortejo llega Königsallee -el más lujoso y bullicioso bulevar de Alemania- la acción se dispersa. Algunos de los manifestantes deciden pararse en el cruce con la idea de bloquear la circulación durante el máximo de tiempo posible. Entre ellos no sólo había representantes de los Black Block -partidarios de la visión, para nosotros errónea, de que la violencia tal cual es revolucionaria-; había también muchos jóvenes frustrados que no pretendían otra cosa que la de que su manifestación por la ciudad no quedase sin llamar la atención. Es decir, estaban decepcionados por la poca repercusión inmediata de la semana de huelga de la Enseñanza, además de sentirse provocados por la actitud de las fuerza policiales. Hubo otra parte de manifestantes que tuvo el mérito de no dejarse arrastrar por el juego de la violencia de las fuerzas represivas del Estado y exhortaban a los ocupantes del cruce a que les siguieran; pero acabaron acudiendo solos al lugar acordado como punto de encuentro en la Schlossplatz, lejos del peligro, en pleno sector turístico. Así pues, la manifestación quedaba partida en dos. Cuando a continuación, y una vez en el punto de encuentro, se conoce la noticia de que la policía ha intervenido contra el bloqueo de la Königsallee algunos vuelven corriendo a socorrer a los agredidos.
Este incidente revela la importancia de las asambleas generales -que, para nosotros, no son ningún mito-. La cuestión no es la fórmula Asambleas generales en sí mismas, pues si estas Asambleas son pasivas pueden acabar convertidas en simples cáscaras vacías. Lo importante, es su capacidad para dinamizar la cultura del debate y tomar decisiones de forma colectiva y autónoma. El desacuerdo en Königsalle se habría probablemente resuelto positivamente si en aquel momento y allí se hubiera debatido lo que había que hacer. En tales situaciones es la sabiduría colectiva lo que habría pemitido una decantación y habría logrado encontrar una solución para permanecer todos unidos sin exponerse a la represión.
Queda mucho camino por recorrer; la semana de manifestaciones en el sector de la Enseñanza es un paso, pequeño aun, en ese recorrido. La mayoría de los participantes son conscientes de los límites de este movimiento. Nosotros, sin embargo, estamos convencidos de que este paso ha sido significativo, puesto que muestra que los jóvenes proletarios de Alemania han comenzado a responder a los vibrantes llamamientos de la juventud en Francia y en Grecia. Comparado con el movimiento en esos países, las acciones en Alemania son modestas pero deben ser comprendidas en el contexto de las necesidades para el proletariado en Alemania de superar su retraso (en el siglo XX, Alemania era un fuerte eslabón de la contrarrevolución burguesa cuyo impacto aun se siente). A eso hay que ligar el hecho de que la lucha obrera en ese país se enfrenta a un enemigo de clase particularmente hábil y potente. Si en 2006 en Francia la decisión del Gobierno de imponer una ley (el CPE), que era un verdadero ataque general contra toda la juventud proletaria, logró que se generalizara la resistencia de los estudiantes en su contra; el Gobierno Merkel, que tenía los mismos planes que el Gobierno francés, los retiró inmediatamente cuando vio las proporciones que tomaba el movimiento en Francia. La burguesía en Grecia ha empleado el arma de la represión con celo, aunque este medio de intimidación se ha convertido en la chispa que encendió la lucha. El asesinato de un joven manifestante en Atenas fue lo que hizo que el movimiento alcanzase tal ampitud impulsando una huelga de solidaridad en la clase obrera.
Las primeras luchas de la nueva generación en Alemania son más modestas y con frecuencias son menos radicales que en otros países. Sin embargo, es significativo que donde toman un carácter proletario siguen la misma trayectoria que en otros sitios. Las expresiones de iniciativa, de cultura del debate, de capacidad de organización, de creatividad y de imaginación durante los últimos días han sido sorprendentes.
Finalmente: es importante para el conjunto de la clase obrera que su juventud haya recuperado el camino de la lucha. En estos momentos los sectores centrales tradicionales de la clase obrera están sacudidos por una oleada de quiebra de empresas y de despidos masivos, jamás vistos desde 1929. Esta oleada asusta y paraliza momentáneamente a las fracciones de la clase obrera. Los obreros fieramente combativos de OPEL, que en su día reaccionaban con huelgas salvajes y ocupaciones de fábricas contra las amenazas de despido, actualmente mendigan ante el Estado burgués. Los empleados de la cadena de almacenes Karstadt, amenazados por la liquidación de la empresa, se ven obligados a apoyar a sus patronos, quienes, cuando toman la palabra en los mítines de protesta y hacen agitación con el megáfono, no buscan otra cosa que arrastrar a sus empleados tras sus intereses, para que reclamen su propio dinero al Estado. En medio de esta situación tormentosa en la que los obreros afectados no pueden encontrar respuesta inmediata es importante que las partes de la clase obrera que no están tan directamente amenazadas por la pérdida de su empleo entren en lucha. Hoy es la juventud universitaria o escolar y sobre todo los empleados de las guarderías infantiles quienes no solo se defienden sino que han comenzado a exigir ofensivamente decenas de miles de empleos. Todo lo que hacen no es solo para poder resistirse a las condiciones en que tienen que aprender y trabajar, cada vez más intolerables, sino también, y esto es una clara expresión de una lenta maduración de la conciencia, porque entienden que lo que está en juego hoy no es su futuro inmediato sino el futuro de la sociedad entera. Durante las manifestaciones de la semana pasada los universitarios coreaban: "Hacemos ruido porque nos roban nuestra educación" y los de secundaria proclamaban "Porque nos roban nuestro futuro".
Weltrevolution (21 junio 2009)
Publicamos a continuación extractos de un artículo del grupo Unión de Revolucionarios Socialistas (ARS)[1], presente esencialmente en Rusia y en Ucrania, que se separó hace poco de la Unión de Revolucionarios Proletarios Internacionalistas Colectivistas (IUPRC). ARS condena la participación en las elecciones burguesas y denuncia a la democracia burguesa como forma disfrazada o enmascarada de la dictadura del Capital; rechaza cualquier apoyo a los sindicatos existentes, a los que define como instrumentos en manos de la burguesía, que los utiliza para someter al proletariado a los intereses del Capital; así como la creación de nuevos sindicatos radicales. Se pronuncia a favor de las asambleas generales obreras y de la necesidad de la revolución mundial.
Otras informaciones citadas en el artículo aportan elementos sobre la realidad de la lucha de clases en los países de la extinguida "URSS".
Nosotros, aunque no compartimos la totalidad de puntos de vista que desarrollan, saludamos a sus componentes y apoyamos los argumentos que expone el grupo contra las mistificaciones antiobreras sobre la "nacionalización" y "el control obrero" utilizadas por los izquierdistas.
Sus argumentos críticos no dejarán de interesar a todo elemento preocupado por la lucha de clases y el reforzamiento político de la lucha obrera.
-----------------------------
La actual crisis mundial del capitalismo está en el origen de una oleada de protestas del proletariado que inevitablemente se prolongará en el futuro. En la CEI (Comunidad de Estados Independientes)[2] los primeros avisos serios de lo que se avecinaba se pueden ver en la revuelta obrera de la fábrica de maquinaria agrícola Kherson (KNF) en febrero 2009. Ahora que el reaccionario Partido de las Regiones ha vencido a la lucha obrera es hora de analizar las razones de esta derrota. Debemos aprender de nuestros errores a fin de evitar un destino semejante para los futuros combates que se aproximan en la CEI y en el mundo entero; debemos saber reconocer cuales son los factores determinantes de la derrota.
El 2 de febrero los obreros de la fábrica de maquinaria agrícola de Kherson se manifestaron por la calle principal de la ciudad camino de la Administración regional para presentar sus reivindicaciones a las autoridades. Entre las exigencias estaban:
Viendo que sus reivindicaciones eran ignoradas, el día 3 de febrero los obreros entran por la fuerza en el recinto de la fábrica y ocupan las dependencias administrativas. Diferentes trotskistas y estalinistas han difundido que se trataba de una ocupación total de la fábrica. La realidad es que el personal de seguridad de los propietarios permaneció allí. La impresión que da es que, en el mejor de los casos, lo que allí se dio fue una situación en la que se "repartieron la faena".
El 9 de febrero crean en la fábrica un sindicato independiente para reemplazar al viejo sindicato (una célula del FPU). El nuevo sindicato, Petrovets, se ha adherido a la estructura de la Confederación de Sindicatos Independientes de Ucrania, dirigida por Wolynets; lo que significa que a todos los efectos ha entrado en la estructura confederal que sirve con frecuencia de herramienta al bloque de Timoshenko. A propósito de esto debemos explicar cuál es la situación política en la ciudad. La burguesía ucraniana está habitualmente dividida entre el grupo "naranja" (la alianza perdedora Yúschenko y Timoshenko) y el grupo "azul-blanco" (el Partido de las Regiones dirigido por Yanukovich). El propietario de la fábrica de maquinaria de Kherson, A. Oleinik, es también un miembro importante del Partido de las Regiones y aunque la fuerza numérica del Partido de las Regiones sobre la administración regional de Kherson se cifra en cerca de un 60%, quien está a la cabeza de la administración (colocado en este puesto por Yúschenko) es Boris Silenko, un "anaranjado". Esto nos da algunos datos sobre las luchas internas entre las camarillas burguesas de Kherson y sobre cómo las dos camarillas han intentado sacar beneficio de la revuelta obrera en esta ciudad. Finalmente el Partido de las Regiones, más fuerte, ha impuesto su control sobre los obreros, acabando con la revuelta y rompiendo su resistencia, para hacer de ellos una herramienta a su servicio.
El interés de Oleinik en todo esto está claro: utilizar a los obreros como palanca para obtener recursos estatales y el acceso a las riendas de las órdenes de compra del Estado, de los créditos y los subsidios. Y lo ha logrado. La mañana del 13 de febrero los representantes del Partido de las Regiones han aparcado dos cosechadoras en la puerta del inmueble de la Administración regional inaugurando así una "Maidan bleu-white"[4] con el objetivo de desplazar a Silenko. La célula sindical de la fábrica KNF declara que ¡está de acuerdo con participar!
Vamos a ver lo que escriben los trotskistas de "Resistencia Socialista"[5]:
-"El 13 de febrero, la autoridad regional le ha dado al Sr. Oleinik 2 millones de grivnas, hasta ahora el único que ha ganado ha sido el propietario quien gracias a la acción de los obreros ha obtenido una suma considerable de parte de las autoridades. Hay que resaltar que la suma dada no viene de los fondos de reserva y que por tanto salió de los fondos destinados a los obreros del sector público, de las pensiones, de los subsidios, etc.".
El "convenio social", objeto de tanta atención por parte de la burguesía, fue logrado: Oleinik obtuvo el dinero y los obreros obtuvieron la promesa de que podrían, de alguna manera, sacar algunas migajas.
Tras este "compromiso" la exigencia de nacionalización fue retirada por parte de los obreros o al menos por parte de los representantes sindicales que hablaban en su nombre.
El 14 de febrero, una información de UKR[6] cita a Oleinik "El colectivo obrero ha anulado la reivindicación de nacionalización y ha estado de acuerdo conmigo para retomar el control de la empresa. Ahora voy a combatir por el derecho al trabajo y por el funcionamiento de la empresa de acuerdo con el colectivo obrero".
Lo que los trotskistas y los estalinistas tomaron por la chispa que podía prender fuego a Ucrania en realidad era una auténtica protesta obrera, desgraciadamente basada en reivindicaciones erróneas, y que fue transformada finalmente en una empresa de ganancia de dinero para los capitalistas. Y eso ha llegado precisamente como consecuencia de una falsa perspectiva (remarcado por nosotros)
La reivindicación de nacionalización no fue inicialmente una exigencia de revolución social, sino por un apoyo del Estado a una empresa capitalista. Y fue de la única manera posible: dando al capitalista una suma de dinero de los impuestos precisamente "la suma que no procedía de los fondos de reserva y que salió de los fondos destinados a los obreros de los servicios públicos, pensiones, subsidios, etc." Si los trotskistas y los estalinistas esperaban sinceramente conseguir que el Estado burgués actuase de otra manera, es debido a su propia miopía.
Podemos sacar conclusiones. Los obreros, ya muchos meses privados de recursos, se han alzado en un combate colectivo. Aunque durante la lucha han presentado reivindicaciones erróneas al menos han obtenido el apoyo total de los marxistas (estalinistas), y a su costa han obyenido cierto respiro en sus condiciones. Una camarilla burguesa se ha apoderado inmediatamente de este eslogan burgués que se suponía que iba a hacer temblar de miedo a los neoliberales. En dos días, los obreros han agachado la cabeza y han comprendido el error de las reivindicaciones sin tener otra alternativa.
Durante los acontecimientos en la fábrica de maquinaria de Kherson, los estalinistas y los trotskistas han defendido la idea de la "nacionalización bajo control obrero". Deberíamos verificar la compatibilidad de esta posición con el crecimiento de la conciencia de clase del proletariado y con la acción revolucionaria y si conduce o no a la subordinación del proletariado a la burguesía y a su Estado.
¿Cuál es la principal diferencia entre, de un lado la exigencia de nacionalización y, del otro lado una lucha por reivindicaciones materiales concretas? La exigencia de nacionalización, es decir, la transformación de la empresa en propiedad estatal (Él Estado Burgués: no hay otro estado) implica una lucha por una estrategia capitalista alternativa, por el reforzamiento del Capital del estado contra el capital privado. Los que se lanzan a aconsejar a la burguesía que adopte tal estrategia, acaban efectivamente siendo consejeros del capital y nada más.
Sin embargo se podría decir ¿Porqué no luchar por una versión del capitalismo que es materialmente más ventajosa para los obreros? ¿Deberíamos ser profundos ideólogos y adherir a la visión utópica de una revolución socialista global ignorando las necesidades inmediatas de las personas que sufren? Lo que nosotros decimos es que no somos ideólogos y que nos oponemos al reformismo. Lo que es consecuencia no de cualquier visión utópica sino de la comprensión clara de que la idea de un tipo de capitalismo materialmente más ventajoso para los obreros es ya por sí misma utópica.
Para comprender que la política de nacionalizaciones del Estado burgués no puede ser beneficiosa para las masas obreras, no hay más que observar la Rusia actual. El reino de Putin muestra el desarrollo del intervencionismo; del avance de la burocracia que ha sometido a los pseudo oligarcas; del dominio de las corporaciones dominadas duramente por el Estado, como los sectores clave del beneficio económico, donde la burocracia y el mundo de los negocios han prosperado sobre la espalda de las masas empobrecidas. Nada de todo eso ha conducido a la mejora de las condiciones materiales de los obreros, como tampoco al progreso de la burguesía: tras ocho años de crecimiento, la economía rusa no ha alcanzado el nivel de 1990. Ahora es evidente que el intervencionismo del reino de Putin no ha servido a los intereses de las masas obreras (no se podía esperar otra cosa); tampoco ha servido para realizar una modernización progresiva de la economía rusa; al contrario, sólo ha servido para incrementar el consumo parasitario de la clase explotadora, la hidra bicéfala de los burócratas y de los hombres de negocios.
Además, en referencia al ejemplo clásico del trotskista bielorruso Razumovski, de "Resistencia Socialista", defensor de la nacionalización, podemos ver a ciencia cierta hasta qué punto los elementos que están por el capitalismo privado y los del capitalismo de Estado pueden estar entrelazados en torno a la explotación del proletariado. La misma Bielorrusia es un país donde el sector del capitalismo de Estado no ha puesto obstáculos a la intervención del Estado en la reforma liberal[7].
A pesar de los conceptos marxistas "clásicos"[8], el Estado no es de ninguna manera un instrumento neutro, no es un campo de batalla entre los dominantes y los dominados sino que, por su propia naturaleza, él mismo es explotador. No es un ente extraño, misterioso, con un interés propio, separado del capitalismo sino que está constituido por jefes, burócratas y policías bien concretos que son en sí mismos explotadores y dominadores, atados a los intereses capitalistas privados y a otros explotadores y dominadores. Con relación a la presión de las masas proletarias contra ellos, este gang explotador nunca puede dejar de ser lo que es: Incluso cuando hace algunas concesiones a las masas en lucha lo hace con el objetivo de vencer el espíritu revolucionario, de sustituirlo por ilusiones y, más tarde, para quitarles lo concedido. El imperativo del movimiento comunista no es presionar al Estado burgués sino destruirlo. Ese objetivo no es una visión utópica sino un medio para asegurar la supervivencia de la humanidad (resaltado por nosotros).
Apoyamos únicamente las reivindicaciones que no están en con tradición con el imperativo revolucionario. Apoyamos a los obreros que luchan para mejorar sus condiciones materiales, con la condición de que sus luchas se basen en el control directo y en la autoorganización, a partir de las cuales los obreros forman nuevos tipos de relaciones sociales, sin contar con los sindicatos integrados en el Estado[9], ¡sin contar con el Estado! Es únicamente en la lucha donde los obreros pueden adquirir la experiencia de la autoorganización necesaria para destruir el viejo mundo y para la creación de un mundo nuevo.
Estalinistas y trotskistas, que no son tan diferentes, son, ambos, defensores de la nacionalización, justificándola con la reestructuración de una empresa que funcione y que permitirá a los obreros sobrevivir. Sin embargo la nacionalización puede tener como resultado la venta de la empresa a otros propietarios privados, como lo hemos mostrado en nuestro primer artículo. No es cierto, de ninguna manera, que el Estado burgués ucranio actual, que está en una situación de crisis permanente, pudiera tener prevista cualquier reestructuración de la empresa.
Los "leninistas-bolcheviques" justifican su defensa de la nacionalización, describiéndola como un caso especial, como una especie de "buena" nacionalización, si está bajo el control obrero. Describen este control obrero como una milagrosa gota de vino que puede transformar un cubo lleno de veneno burgués en un dulce brebaje comunista.
Hemos abordado antes la cuestión del control obrero en nuestro artículo: "¿Debe ser el movimiento obrero revolucionario o reformista?" [10]
Por ejemplo, consideremos la reivindicación del "control obrero sobre la contabilidad de la empresa": La reivindicación por el "control obrero" supone que el propietario y la autoridad que se ejerce sobre la empresa (y el conjunto de la sociedad) están del lado de la burguesía, mientras que los obreros controlan simplemente el funcionamiento de esta autoridad en su realidad inmediata. Es cierto que cuanto más tiempo mantenga la burguesía su dominio sobre la autoridad, menos podrá permitir cualquier verdadero control de los obreros sobre esta autoridad. Sin embargo, cuando los obreros tienen suficiente poder para eliminar el monopolio burgués del control ya no tiene sentido quedarse a medio camino. ¿Por qué conformarse con el control obrero de la autoridad burguesa cuando la propia burguesía podría ser eliminada completamente? Por lo tanto, la reivindicación del control obrero en las condiciones de un capitalismo absolutista no es realista en la mayoría de los casos y es nociva para las condiciones de la revolución.
La burguesía estará a favor de la reivindicación del control obrero únicamente en circunstancias excepcionales y sobre todo cuando note que se quebranten las ilusiones de sus protagonistas. Entretanto, los propietarios de la empresa levantarán defensas secretas en torno a su comercio, abrirán los libros de contabilidad con el objetivo de convencer a los obreros de la cruel situación financiera de la empresa y de la necesidad de aparcar la lucha de clases para evitar su bancarrota. Si esas circunstancias no se dan, la burguesía, hábil en el arte de la doble contabilidad y de las múltiples manipulaciones, alcanzará sin duda su objetivo y la realización del control obrero no llegará a ser sino un instrumento al servicio de la reacción y de la explotación.
Sobre todo, este concepto trotskista de un capitalismo de "transición" controlado por los obreros es pura utopía, nociva además porque desvía al proletariado de la auténtica lucha por sus intereses de clase y por la revolución.
De nuevo tenemos que insistir en que: Las reivindicaciones "transitorias", tales como el control obrero y la nacionalización, no son simples métodos para mejorar las condiciones materiales de los explotados. Estos miserables regalos por parte del Estado socaban de hecho la autonomía de la acción obrera integrándola en el sistema de explotación.
En el caso de que llegase a establecerse un control obrero, con la existencia de una especie de doble poder en los puestos de trabajo, nosotros debemos demostrar a los obreros la inestabilidad y la corta potencialidad de vida de tal práctica de reparto del poder, explicando las transformaciones inevitables de tales apaños sea por la recuperación de la totalidad del poder por el Capital, sea por el establecimiento del pleno poder de las asambleas obreras. El hecho de apoyar las reivindicaciones de control obrero es simplemente la idealización de una situación realmente inestable e insostenible y constituye de hecho una aberración escandalosa para las masas proletarias.
No podemos decir todavía cómo concluirá esta crisis. ¿Estabilizará la élite ucraniana la situación? ¿Acabará Ucrania metida en el fuego de las guerras imperialistas entre camarillas burguesas? ¿Va a explotar y a extenderse una revuelta social, transformándose en una revolución social? No podemos decirlo pero hay una cosa clara: para que la revolución tenga éxito las masas obreras no deben confiar en ninguna camarilla burguesa, en ningún grupo de poder, en ningún sindicato oficial, partido, ni Estado o capitalista privado; no deben transformarse en instrumento de ningún agrupamiento burgués; deben combatir por su propia emancipación. Nuestra tarea, la tarea de los protagonistas de la revolución social, es la de popularizar tal conciencia.
Comprendemos perfectamente que el socialismo "en una sola fábrica" no es posible, que está condenado al fracaso cuando queda aislado. Sin embargo, la lucha proletaria no puede triunfar más que tras una serie de derrotas; incluso, tras su dolorosa derrota, los obreros de Kherson han adquirido una experiencia inestimable que no es solamente suya sino que todos los obreros de Ucrania y el conjunto del proletariado deben reclamar como propia.
La derrota en una lucha feroz ofrece al proletariado lecciones de clase inestimables, al contrario de lo que pasa con una derrota ocurrida como consecuencia de la aceptación de un compromiso.
Esto también es verdad en el caso de movimientos de huelga: si una huelga es machacada después de que los obreros hayan aceptado ser víctimas, el único resultado es la desmoralización total; pero si la huelga es vencida tras una lucha encarnizada y como consecuencia de la falta de fuerzas, el resultado es una lección que se aprende, que enseña que, con fuerzas suficientes -la de todo un colectivo, de toda una ciudad o de todo un país- la victoria está realmente a la orden del día.
Habitualmente la lucha de clases proletaria se produce en dos dimensiones débilmente interactivas. En una domina la espontaneidad: la huelga proletaria "salvaje", en la que los obreros que protestan tienen una comprensión muy vaga de cómo y por qué luchar; ésta es muy fácil de engañar y de reprimir por la clase enemiga. En la otra hay una multitud de pequeños grupos revolucionarios que normalmente están muy débilmente unidos a las masas. Dado el relativo aislamiento de las dos dimensiones de la lucha proletaria no hay una auténtica perspectiva de una revolución social victoriosa. Sólo cuando las masas obreras comprenden la imposibilidad de eliminar su miseria en el marco del sistema capitalista y cuando comprendan la necesidad de una revolución social absoluta, esta revolución, concebida por las ideas de algunos pequeños grupos, se convierte en una práctica revolucionaria regular del proletariado. Es entonces cuando la lucha se desarrollará bajo el control de las masas que luchan ellas mismas y cuando los elementos más progresistas estarán integrados en una organización revolucionaria que combinará la lucha por reivindicaciones concretas con la lucha por una revolución social más amplia. Solamente entonces llegará la última hora del capitalismo.
ARS
[1] Ver en su sitio internet, http.//revolt.anho.org, algunos textos en inglés (dirección mail: [email protected] [8]).
[2] La Comunidad de Estados Independientes es una entidad gubernamental compuesta por once antiguas república de la extinta URSS. Aunque desprovista de personalidad jurídica internacional sin embargo sus intereses, en esta materia, convergen en acuerdos de cooperación.
[3] Moneda nacional ucrania: 100 grivnas = 13 $USA (nota de la CCI)
[4] Alusión a las concentraciones de masas durante la "revolución naranja" para derribar el gobierno, Plaza de la independencia (Maidan nezalezhnosti), plaza central de Kiev (nota de la CCI)
[5] www.socialism.ru/article/reporting/herson-who-win-the-labor-collective/o... [9].
[6] National News Agency of Ukraine
[7] Ver: "Exilio de un paraíso social" por F. Sanczenja
[8] Nota de la CCI: es decir, los conceptos estalinistas
[9] Nota de la CCI: recordamos que, para nosotros, sindicatos oficiales o no, burocráticos o de base... todos los sindicatos son, armas de la burguesía apuntando a la nuca de la clase obrera (leed "¿En qué campo están los sindicatos?")
[10] "¿Debe ser el movimiento obrero revolucionario o reformista?" Publicado el 30 de agosto de 2008. Disponible en ruso en revolt.anho.org/archives50.
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de-
[2] https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis
[3] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/espana
[4] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[5] https://es.internationalism.org/tag/geografia/afghanistan
[6] https://es.internationalism.org/tag/geografia/alemania
[7] https://es.internationalism.org/tag/6/407/luchas-de-los-estudiantes
[8] mailto:[email protected]
[9] http://www.socialism.ru/article/reporting/herson-who-win-the-labor-collective/or/party/of/regions
[10] https://es.internationalism.org/tag/geografia/rusia-caucaso-asia-central
[11] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/lucha-de-clases
[12] https://es.internationalism.org/
[13] https://es.internationalism.org/tag/geografia/america-central-y-sudamerica
[14] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas