La caducidad histórica del capitalismo se expresa en la aceleración del caos y la barbarie. Las guerras y conflictos generalizados nos exigen mayores sacrificios. Ante esta situación social las mistificaciones burguesas, como la democracia y las elecciones, ya no pueden ocultar el creciente sufrimiento de la clase trabajadora. Solo el desarrollo de la lucha de clases y la perspectiva histórica del proletariado tiene la capacidad real de acabar con el capitalismo.

La burguesía siempre se ha esmerado en tergiversar la historia del movimiento obrero y en presentar a quienes se han distinguido en él como inofensivos o repulsivos. Hoy, un siglo después de la muerte de Lenin, podemos esperar renovados ataques ideológicos contra el gran revolucionario que fue, contra todas sus contribuciones a los combates del proletariado: teóricos, organizativos, estratégicos...

Todas las calamidades generadas por el capitalismo, la explotación, la miseria, el desempleo, las catástrofes climáticas y la guerra pesan cada vez más y de manera más dramática sobre la vida de la sociedad y, en particular, sobre la clase explotada y los miserables del mundo.

En Suecia, modelo del Estado del bienestar y los derechos sociales, una “huelga salvaje” (como las que no se veían desde los años1970) de los maquinistas del transporte anunciaba un desarrollo de luchas obreras alrededor del conflicto de Tesla. La empresa de Musk se niega a negociar un convenio y los trabajadores han respondido con su lucha. Otros sectores como correos o los estibadores se han solidarizado bloqueando las actividades de Tesla que les incumben. Los sindicatos tratan de hacer de esta huelga un conflicto por la defensa del “modelo escandinavo” de regulación de la negociación salarial contra la arrogancia de Musk, representante del Business made in USA; pero eso significa elegir entre Guatemala y Guate-peor, puesto que en nombre de ese “modelo” se han impuesto las necesidades de la economía nacional los últimos 50 años. En realidad las luchas en Suecia forman parte de la dinámica de reanudación de la combatividad obrera tras el verano del descontento en Gran Bretaña en 2021, contra el deterioro creciente de las condiciones de vida obreras y en oposición a los llamamientos de la burguesía de “mentalizarse para la posibilidad de una guerra” y aceptar los sacrificios.