Los años 20 del siglo XXI están mostrando aún más claramente que en el pasado la potencia destructora de la humanidad que conlleva la descomposición capitalista. En el otro polo, el proletariado está comenzando a dar sus primeros pasos que, a menudo vacilantes y plagados de debilidades, son esenciales para que la clase obrera pueda reafirmar su capacidad histórica de imponer su perspectiva comunista. Así, los dos polos de la perspectiva se opondrán globalmente en la alternativa: destrucción de la humanidad o revolución comunista. Esclarecer este contexto histórico es una tarea vital para las organizaciones revolucionarias del proletariado. Les exige analizar y dar respuesta a los retos que plantean los distintos aspectos de la situación actual: guerra, crisis, lucha de clases, crisis medioambiental, crisis política, etc.

En el último año han estallado importantes luchas obreras en los países centrales del capitalismo global y en casi todo el mundo.

Desde hace un año la clase obrera ha vuelto. Sus luchas han sido muy fuertes en Francia y Gran Bretaña y, con menos intensidad en otros países. En España, tenemos las luchas de la sanidad, de Vitoria y más recientemente en Vigo. De esta última experiencia de lucha tratamos de sacar las lecciones, lecciones necesarias para preparar las luchas futuras.

Formando parte de un desarrollo internacional de las luchas obreras, los trabajadores en España están protagonizando numerosas luchas, aunque, por el momento sin unificarse, aisladas unas de otras. Cuando escribimos este artículo en los trabajadores del metal de Vigo se está empezando a desarrollar una lucha más amplia con manifestaciones diarias que encuentran la simpatía y, en algunos casos, la incorporación a la lucha (alimentación) de otros obreros. Estamos atentos a esta movilización obrera y como contribución aportamos unas lecciones que creemos se desprenden de la reciente lucha de los trabajadores de Michelin en Vitoria