Guerra

1918-1919 - La revolución proletaria pone fin a la guerra imperialista

La burguesía acaba de celebrar el 80 aniversario del final de la Primera Guerra mundial. Ha habido, claro está, emotivas declaraciones sobre la terrible tragedia que esa guerra fue. Pero en ninguna conmemoración, en ninguna declaración de los políticos, en ningún artículo de prensa, en ninguna emisión de televisión se han evocado los acontecimientos que obligaron a los gobiernos a poner fin a la guerra.

Respuesta a la CWO - La guerra en la fase de decadencia del capitalismo

Nuestra organización se ha propuesto escribir una serie de artículos sobre el concepto marxista de decadencia de un modo de producción y más especialmente sobre la decadencia del modo de producción capitalista. Esta serie se imponía para afirmar y desarrollar una vez más lo que es el corazón del análisis marxista de la evolución de las sociedades humanas en el que se fundamenta la necesidad del comunismo. En efecto, solo ese análisis puede ofrecer un marco que integre en un todo coherente el conjunto de fenómenos que atraviesan la vida del capitalismo desde que estalló la Primera Guerra mundial. Esta serie se ha hecho además necesaria a causa de las tergiversaciones y las críticas a ese marco de análisis, y eso cuando no es su abandono puro y simple, por parte de diferentes grupos y elementos revolucionarios.

Declaración internacionalista contra la amenaza de guerra en Corea

A final de octubre una conferencia de organizaciones internacionalistas, grupos y militantes ha sido convocada por la SPA (Socialist Political Alliance) en las ciudades de Corea del Sur de Seúl y Ulsan. Pese al modesto número de miembros presentes, la SPA es la primera expresión organizada en el Extremo Oriente de los principios de la Izquierda Comunista (al menos en lo que nosotros conocemos) y esta conferencia ha sido la primera de ese tipo. Por todo ello, tiene una significación histórica y la CCI la ha apoyado lo más posible enviando una delegación a la sede de la Conferencia.

Crisis y militarismo

La burguesía presenta la guerra en el Golfo de manera contradictoria: unas veces es causa de la crisis y otras es el medio para superarla al instaurarse un «nuevo orden internacional» de «prosperidad» y de «estabilidad».

El proletariado ante la guerra

La guerra del Golfo ha venido a recordar, y con qué brutalidad, que el capitalismo es la guerra. La responsabilidad histórica de la clase obrera mundial, única fuerza capaz de oponerse al capital, ha aparecido con mayor relieve todavía. Para asumir esa responsabilidad, sin embargo, la clase revolucionaria debe reapropiarse su propia experiencia teórica y práctica de lucha contra el capital y la guerra. En esta experiencia volverá a encontrar la confianza en su capacidad revolucionaria, volverá a encontrar los medios para llevar a cabo su combate.

Sólo la clase obrera puede poner fin a la guerra y a la miseria

Para juzgar la situación actual del mundo es necesario hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los hechos que han marcado más profundamente el año 2.003? ¿Qué nos manifiestan?.

La multiplicación de las guerras y los atentados por todos los rincones del planeta han entregado de forma permanente a más y más partes de la población a las masacres y al terror, al caos y a la barbarie guerrera.

La nueva y mortífera guerra en Irak ha precipitado a este país en un caos sangriento que no está ni mucho menos superado ni controlado, y no va ser el arresto de Saddam Hussein lo que va a cambiar esta realidad. El Medio Oriente ha continuado siendo presa de una escalada de la violencia en un conflicto israelí-palestino que aparece cada vez más sin ninguna salida.

El capitalismo es la guerra ¡Guerra al Capitalismo!

La inminente guerra en Irak es un paso más del capitalismo en su pendiente siniestra hacia la destrucción y la barbarie. Miles o cientos de miles de trabajadores, campesinos, mujeres, niños…, van a ser fríamente masacrados por nuevos ingenios de la muerte: e-bombas, bombas casi nucleares, minas en racimo etc. Es probable también que soldados de la coalición alrededor de Estados Unidos mueran en el campo de batalla. No se puede descartar que se repita un desastre ecológico como el de la guerra del 91 donde el ejército iraquí en retirada prendió fuego a numerosos pozos de petróleo. Sobre la región de Oriente Medio planea el espectro de una desestabilización de incalculables consecuencias. La lacra de la guerra, ya de por sí muy extendida por el planeta, ampliará sus efectos devastadores pues el pulso feroz que libran en el terreno diplomático el eje franco-alemán contra el eje de Estados Unidos y sus “colaboradores” tendrá más pronto o más tarde su concreción en sangre en nuevos países. Se habla de Irán, de Siria, de Libia, de Corea del Norte etc., como futuros frentes de fuego.

Amenaza de guerra nuclear entre India y Pakistán : La locura asesina del capitalismo

DESDE el mes de mayo, se han ido acumulando los nubarrones de la tor- menta de una guerra nuclear total entre India y Pakistán. Desde el atentado del 13 de diciembre de 2001 contra el Parlamento indio, las relaciones indo-pakistaníes no han cesado de degradarse. Tras el de principios de mayo de 2002 en Jammu (estado indio de Jammu y Cachemira) atribuido a terroristas islamistas, esa degradación ha desembocado en los recientes enfrentamientos en Cachemira. El conflicto actual entre esos dos países, que hasta ahora se había limitado a los que los media nombran "duelos de artillería" por encima de una población aterrorizada, no es el primero, especialmente a causa de Cachemira, que ya ha conocido varias centenas de miles de muertos, pero nunca antes la amenaza de usar el arma nuclear había sido tan seria. Pakistán, en inferioridad, pues dispone de 700 000 soldados (mientras que India posee 1 200 000) y 25 misiles nucleares, de menor alcance (mientras que India posee 60), "había anunciado claramente que frente a un enemigo superior, estaba dispuesto a lanzar un ataque nuclear" (The Guardian, 23 mayo de 2002). India, por su parte, intenta deliberadamente arrastrar al enfrentamiento militar abierto. El objetivo de Pakistán es, en efecto, desestabilizar Cachemira y hacer que esta región caiga de su lado, a través de guerrillas y grupos infiltrados. India, por su parte, tiene el mayor interés en atajar ese proceso mediante un enfrentamiento directo. Por eso les ha entrado una verdadera inquietud a las burguesías de los países desarrollados, la norteamericana y la británica en primer término (1), de encontrarse ante una catástrofe que podría producir millones de muertos. Y, tras el fracaso de la conferencia de países de Asia central, celebrada en Kazajistán a primeros de junio, orquestada por un Putin, teledirigido para la ocasión por la Casa Blanca, se ha necesitado todo el peso de Estados Unidos enviando al secretario de estado de Defensa, Donald Rumsfeld, a Karachi e interviniendo Bush directamente ante los dirigentes indios y pakistaníes, para que bajara la tensión. Pero como lo reconocen los propios dirigentes occidentales, los riesgos de un patinazo sólo momentáneamente han sido postergados. Nada está arreglado.

Pearl Harbor 1941, 'Torres Gemelas' 2001 : El maquiavelismo de la burguesía

LA PROPAGANDA burguesa norte-americana comparó desde los primeros instantes el atentado contra el World Trade Center con el ataque japonés sobre Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941. Esa asimilación tiene en sí misma un impacto considerable, tanto psicológico, histórico como político, pues Pearl Harbor fue la causa de la entrada directa del imperialismo norteamericano en la Segunda Guerra mundial. Según la campaña ideológica actual que desarrolla la burguesía norteamericana, en particular en los media, el paralelo es sencillo directo y evidente: 1) En ambos casos, Estados Unidos fue atacado a traición, por un ataque sorpresa que lo ha pillado desprevenido. En el primer caso se trataba de la perfidia del imperialismo japonés, que pretendía cínicamente negociar con Washington para evitar una guerra cuando en realidad estaba preparando un ataque sorpresa. En el caso actual, Estados Unidos ha sido víctima de integristas musulmanes fanáticos, que se habrían aprovechado de la apertura y de la libertad de la sociedad americana para cometer una atrocidad cuyas dimensiones no tiene precedentes, y cuyo carácter criminal pone a sus autores fuera de la civilización. 2) En ambos casos, las muertes provocadas por los ataques sorpresa han provocado un sentimiento de indignación en unas poblaciones aterrorizadas. Hubo 2043 muertos en Pearl Harbor, cuya mayoría eran militares norteamericanos; el crimen es peor en las Torres Gemelas, en las que perecieron unos 3000 civiles inocentes. 3) En ambos casos, los ataques se han vuelto contra quienes los cometieron. En vez de aterrorizar a la nación norteamericana y hundirla en el derrotismo y la sumisión silenciosa, han logrado provocar la mayor fiebre patriótica en la población, incluida la clase obrera, lo que ha permitido su alistamiento tras el Estado hacia una guerra imperialista duradera. 4) Al fin y al cabo, el "Bien", aquí representado por el "american way of life" democrático y su potencia militar, triunfa sobre "Mal". Como todos los mitos ideológicos burguesese, sean cuales sean los elementos verdaderos que les dan una credibilidad superficial, le historia de ambas tragedias distantes de sesenta años está cargada de mentiras, semiverdades y deformaciones interesadas. Esto no es, evidentemente, una sorpresa. En política, la burguesía como clase siempre utilizó las mentiras, las falsificaciones, les manipulaciones y las mentiras. Y esto sigue siendo particularmente justo cuando se trata de movilizar a la sociedad para la guerra total de los tiempos modernos. Los fundamentos de esta campaña ideológica de la burguesía están en total contradicción con la realidad histórica de ambos acontecimientos. Varios son los hechos que muestran que la burguesía norteamericana no fue atacada por sorpresa, que en cada uno de esos dos acontecimientos aceptó con cinismo la muerte de miles de seres humanos porque así le convenía, para alcanzar sus proyectos imperialistas y otros objetivos políticos a más largo plazo.

La guerra 'antiterrorista' siembra el terror y la barbarie

La intensificación de la ofensiva de Estados Unidos para mantener su liderazgo mundial ha llevado a ese país a desencadenar, con el pretexto de la lucha antiterrorista, una nueva guerra en Afganistán y desplegar sus tropas en este país. Como ponemos de relieve en este artículo, lejos de representar no se sabe qué estabilización del mundo, esta escalada guerrera y su conclusión actual, o sea la aplastante victoria americana, es, al contrario, el preludio de nuevas guerras y matanzas

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