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Pese a los discursos de la burguesía sobre el “privilegiado” lugar que ocupa México en la economía mundial y más allá de los “alegres pronósticos” sobre un crecimiento de la economía por encima de los 3 puntos, detrás de esta cortina de humo está la cruda realidad del desempleo en aumento, la desesperanza laboral para millones de jóvenes, ataque a las pensiones y jubilaciones, contención salarial dando ridículos aumentos, de apenas 4 o 5%... sumado a todo esto, tenemos los incrementos en los ritmos de explotación en medio de amenazas y chantajes de la burguesía de “llevarse las empresas” a otros países o de que en “otros países los trabajadores exigen menos”.
VW: la burguesía usa el chantaje y un “sindicalismo responsable”
La revisión del contrato colectivo de trabajo en la planta VW de Puebla se hizo bajo la “amenaza” sindical de la huelga, la cual, como siempre que el sindicato controla las acciones, se conjuro justo antes de la hora del entallamiento. Los obreros obtendrán un 4.2 de aumento salarial y un 0.7 a prestaciones. Esto fue presentado por el sindicato como una “victoria”.
Para que esta “victoria” tuviera lugar, la empresa y el sindicado, en complicidad con el Estado, se encargaron de montar una campaña de chantaje, si los obreros se iba a la huelga seguramente se llevarían a otro país la producción de un modelo cuya producción creará “más empleos”. Si los obreros optaban por la huelga se anunciaba un sin fin de calamidades para VW y para Puebla (cuya vida económica gira en gran medida sobre la “salud” de VW). Las pocas voces a favor de la huelga fueron expuestas como “irresponsables” e “ingratas”, así pues, apoyados en un ambiente cargado de chantaje hacia los trabajadores descontentos con la situación, empresa, sindicato y autoridades marcharon a una negociaciones que mantuvieron en “suspenso” hasta el último minuto para rematar en la mencionada “victoria”, el sindicato es presentado ahora como el “defensor del empleo” (el mismo sindicato que hace tres años votó por correr a los eventuales), con “visión de largo plazo”, y en un arrebato de cinismo, se presenta a sí mismo como “sindicalismo de nuevo cuño”. Esta experiencia vuelve a recordar a los obreros que mientras abandonen su suerte a los sindicatos éstos seguirán llevándola a derrotas, aún cuando las disfrazan de “triunfo”.
SICARTSA: Patrones, gobierno y sindicato contra los trabajadores
La huelga estallada desde el 1 de agosto ha sido promovida, dirigida y orquestada de principio a fin por el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMRM). Al inicio se arrastró a los trabajadores detrás del pliego petitorio en la negociación del contrato colectivo de trabajo sin embargo, el sindicato se “focalizó” en la obtención del contrato de Atibsa (donde laboran 15 empleados) y en negociar lo de Apodaca, dejando relegadas las demandas de sus agremiados. Para nadie es secreto que este sindicato goza de una amplia trayectoria en el sindicalismo de viejo estilo, que su preocupación, como la de todos los sindicatos, es aumentar sus “zonas bajo su control”. Empero, ello no explica todo. Al parecer la industria del acero necesita mojar la pólvora de los trabajadores orquestando una acción preventiva para evitar que en el futuro inmediato los obreros, por su cuenta, pongan en riesgo la producción de esta rama industrial. Así, no es muy lógico que el SNTMMRM se aferre a la “lucha” por obtener el contrato de una empresa pequeña arriesgándose a evidenciarse ante sus “representados” (ha habido asambleas donde la división se hizo tan patente que los obreros estaban divididos y a punto para los golpes). Es en ese marco que entra el gobierno al quite y asume su papel en el reparto de tareas atiobreras. Es a través de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, declarando la huelga inexistente (por estallar la huelga un minuto antes de lo previsto), como tanto el sindicato como sus congéneres de la JFCA atrapan a los trabajadores en un callejón sin salida: ninguna fracción sindical, ninguna “institución estatal” ni de derechos humanos va a defender a los trabajadores, todos laboran para contener el descontento del proletariado y para hacer que el capitalismo siga funcionando.
En la huelga de SICARTSA se ve lo que acabamos de afirmas: la empresa amenaza con cerrar miles de empleos, culpabilizando a los huelguistas por atreverse a levantar la mano contra el patrón, el sindicato desatando una lucha entre sus fracciones para impedir que los obreros salgan de su regazo y, por su parte, el gobierno declara inexistente la huelga sumiendo a los trabajadores en la impotencia y la desmoralización. Tardarán en recuperar su combatividad y eso garantiza al capital un cierto periodo de “explotación tranquila”.
IMSS: Luchar sí, pero no con el sindicato
En todo el mundo la burguesía esta desmantelando el famoso “Estado benefactor” que, en pocas palabras, significa una andanada de ataques tremendos a las condiciones de vida de los trabajadores (ataques a pensiones, jubilaciones, servicios médicos, etc.). Alemania, Francia, EUA, México… ¡en todo el mundo esta situación se acelera!. Es por ello que los trabajadores del IMSS son los primeros en alzar la voz ya son ellos los primeros en sentir la dureza del ataque: congelación de plazas (39 mil para fines de 2005), reducción de las pensiones, aumento de los tiempos para la jubilación. Este ataque general provocó y seguirá provocando, un enorme descontento entre los trabajadores, sin embargo, el Sindicato del IMSS, el ala izquierda del capital y el gobierno se están encargando de desviar este descontento hacia caminos al abismo. Por un lado instalan la bandera de la lucha contra “los neoliberales” que quieren privatizar todo, “¡hasta la salud!”. Pero por otro, hacen todo lo posible para hacer pasar los golpes, desviando el descontento hacia una pugna sindical: ya sea por “democratizar el SNTSS” o para crear un “sindicato alternativo”, en ambos casos los trabajadores no tienen nada que ganar.
Los trabajadores deben tener claro que el capitalismo al ser un sistema en decadencia, no puede ofrecer un mejoramiento de la vida de la humanidad, por eso, los trabajadores deben luchar, pero no tras los sindicatos, deben de tomar las experiencias de combate de sus hermanos de clase en otras partes del mundo, deben tomar en consideración que la lucha no es local ni nacional sino tiene una connotación mundial, los obreros de todo el mundo conforman una misma clase que se enfrenta hoy a los mismos retos, Es una lucha donde los trabajadores sólo cuentan con ellos mimos, con su solidaridad y su unidad, para enfrentar todos los ataques a sus condiciones de vida y de trabajo. En ese combate los sindicatos de todos los pelajes son enemigos de los trabajadores, y tiene que enfrentar la lucha bajo el lema que una vez lanzaran Marx y Engels a los obreros de todo el mundo: “La emancipación de la clase trabajadora será obra de ella misma”.
DAN/20-08-05