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Las labores se reanudaron el lunes 14 de abril en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). La huelga más larga en la historia de esta universidad (64 días) donde el sindicato (SITUAM) llevó a los trabajadores a un agotamiento preventivo. Esta huelga recibió una publicidad sospechosa, casi cotidiana por parte de los medios de comunicación. Por el contrario, lo que hace la burguesía ante huelgas que pueden propagar un "mal ejemplo" es ocultar la información ("block out"), recordemos cómo la primavera francesa de las protestas estudiantiles de hace dos años sólo se conocieron en México hasta tres semanas después, cuando la burguesía francesa había logrado "criminalizar" las protestas, lo mismo pasó con las huelgas en el sistema de transporte de Nueva York en el 2007, y las recientes huelgas en Alemania parecen no existir en la "prensa libre". Si la huelga en la UAM recibió tantas "atenciones" por parte de los medios de comunicación es porque la burguesía trata de dar una "lección" al conjunto de trabajadores: "luchar no vale la pena". Pero si la gran maniobra sindical logro dispersar la combatividad y desmoralizar a los trabajadores de la UAM, el conjunto de los proletarios requiere hacer una reflexión para sacar las lecciones que le permita fortalecer su conciencia. ¿Qué lecciones podemos sacar de este movimiento?, ¿cómo debemos prepararnos para no caer en las mismas trampas sindicales en futuras huelgas?
Elementos de reflexión para futuros combates
Las derrotas de la clase obrera no son experiencias negativas ni tragedias estériles, son experiencias para el futuro a condición de sacar de cada una de ellas lecciones que nos armen como clase:
*Los sindicatos, "oficiales o independientes", son enemigos por igual del proletariado. Más allá de las intenciones de los individuos que integran esas estructuras, la historia ha sancionado con creces que los sindicatos no son más organizaciones de la clase obrera. En esta huelga que nos ocupa pudimos ver en acción a uno de los que se nombran "independientes". Con una buena dosis de radicalidad y de proclamarse los auténticos defensores de la clase, el SITUAM apareció bajo la bandera de un 35% de incremento salarial... para terminar en el 4.5% que ha sido una "media nacional". Esa radicalidad estuvo acompañada de una bien orquestada división que se iba atizando conforme el tiempo pasaba, división entre los que querían regresar al trabajo y los grupos que querían ir "hasta el final". Una huelga conducida por el sindicato en la división y el aislamiento no puede establecer una relación de fuerzas a su favor y termina aceptando "lo que les den".
*El aislamiento es una derrota anunciada. La fuerza de la clase obrera esta en su unidad, en su solidaridad en el combate. En cada huelga se plantea en filigrana el mismo dilema que se planteó a la revolución rusa de 1917: o se extiende geográfica y políticamente o perecerá ahogada. En esta ocasión el SITUAM cuidó muy bien de mantener aislados a los trabajadores y sometidos a sus lineamientos, este accionar impide que la solidaridad de trabajadores de otros sectores y fábricas se exprese y más aún que generalicen la consigna de aumento salarial. Agreguemos a esta treta del SITUAM (y la complicidad del resto de sindicatos), la de los medios de divulgación, que no dejaron de calumniar a los trabajadores tachándolos de "ambiciosos" e "irresponsables" que dejan a miles de alumnos sin clases (medios particularmente hipócritas ya que no dicen una palabra ante el futuro negro de desempleo y miseria que les espera a esos jóvenes una vez que egresen de las universidades). Una vez aislado, encajonado y controlado el descontento real, la derrota sólo era cuestión de tiempo. La "solidaridad sindical" es sólo el disfraz que oculta un olímpico encerramiento que no tiene posibilidades de conectarse con las luchas de otros explotados.
*Una huelga larga no es sinónimo de lucha efectiva. Tenemos en el movimiento obrero ejemplos de huelgas largas, casi heroicas, sin embargo ello no indica que es un buen modelo de combate. A veces es la misma burguesía la que les da largas para dar al resto de trabajadores una dura lección. En ocasiones las asambleas de trabajadores deberán decidir si van o no a la huelga, si existen o no condiciones para que otros trabajadores se sumen al combate; habrá momentos en que haya que empezar, ir solos pero con la convicción de que otros sectores deberán unirse. Lo importante es decidir colectivamente, sin los sindicatos, con qué medios y en qué condiciones nos vamos a la huelga. La cuestión del tiempo es pues relativa, lo central es mantener una dinámica donde una huelga se mantenga gracias al apoyo del conjunto de la clase, apoyo que es, sobre todo, un apoyo activo, político, en otras palabras, el mejor apoyo para una huelga es sumarse al combate estallando las huelgas en nuestros centros de trabajo y sumándonos de manera decidida a la movilización general. De esta manera estaremos en condiciones de ir generando un movimiento más amplio que haga retroceder los planes de la burguesía.
Cuando después de una huelga queda un sentimiento de desmoralización, de mayor división y la sensación de que "no sirvió de nada", lo más seguro es que estamos ante un excelente ejemplo de sabotaje sindical. No pocos son los que sacan como lección de esta huelga que se necesitan "sindicatos más adaptados", que vayan a tono con los" tiempos de reformas", esta no es sino una manera indirecta de seguir restregando a los trabajadores con la necesidad eterna de los sindicatos.
En esta ocasión no se sale de esta huelga con sentimientos de unidad, confianza y determinación, al contrario, es por ello que ya se baraja la idea de dividir incluso a los académicos de los administrativos y crear otro sindicato. Los obreros de todo el país hoy reciben el mensaje repetido hasta la saciedad: luchar no sirve de nada, dos meses de huelga en la UAM y lo único que consiguieron fue...¡perder un mes de sueldo! Este movimiento está siendo utilizado por los medios de comunicación como ejemplo preventivo, como una "lección anticipada" para inhibir a todos aquellos explotados que piensen lanzarse a una lucha contra los ataques que hoy nos llueven por todos lados.
La verdadera lección para los trabajadores es que tenemos que luchar, pero no con los sindicatos, no en el aislamiento.
Marsan. 14-04-08