La Spartacus Bund (1942-48) (I)

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Communistenbond Spartacus (Unión Comunista Espartaco) nació en 1942 de una escisión del "Marx-Lenin- Luxemburg Front", el cual, a su vez, había salido del RSAP. Esto organización, cuya figura dominante era Henk Sneevliet, y que el gobierno holandés ilegalizó en 1940, oscilaba entre el trotskismo y el POUM, con posiciones antifascistas, sindicalistas, de defensa de las "liberaciones nacionales" y del Estado ruso. El MLL Front, que sucedió aquél en la ilegalidad se comprometió en la labor internacionalista de denuncia de todos los frentes de guerra capitalista; y en 1941, su dirección por unanimidad menos un voto trotskista, decidió no apoyar a la URSS, denunciando la guerra germano-soviética como un desplazamiento del frente de guerra imperialista. El MLL Front quedó decapitado en 1942 cuando la dirección fue encarcelada (incluido Sneevliet) y ejecutada por el ejército alemán. Algunos meses más tarde, lo que quedaba del Front se escindía en dos: por un lado, la pequeña minoría trotskista que escogió el campo del capitalismo, por el otro los militantes internacionalistas que iban a formar, al principio en la mayor confusión, Communistenbond. Esta organización fue evolucionando progresivamente hacia el comunismo consejista. Tras haber sido a partir de 1945 y durante los años 50 la corriente revolucionaria internacionalista en Holanda, acabó degenerando por completo en la ideología consejista. A finales de los años 70, desapareció como grupo, no dejando sino epígonos y entre ellos el grupo "Daad en Gedachte".

Si presentamos aquí esta historia del "Communistenbond Spartacus" es, primero, porque es más conocida tanto mas por cuanto el Bond degenerante consideraba que interesarse por su propia historia era como interesarse por trastos viejos. Para los revolucionarios internacionalistas, la historia de un grupo comunista no son trastos viejos: es nuestra propia historia, la historia de una fracción política que el proletariado hizo surgir. Hacer hoy balance de este grupo y de la corriente consejista, es sacar las lecciones positivas y negativas que nos permiten forjar las armas de mañana. Puesto que la corriente consejista es organizativamente una corriente en descomposición en Holanda, que ya no es un cuerpo sano del que se pueden sacar lecciones vivas para la lucha revolucionaria, le incumbe a la CCI sacar las enseñanzas de la historia de Communistenbond Spartacus, para así mostrar a la gente que hoy está surgiendo y que se plantea los problemas en base al consejismo como la lógica de éste los lleva a la nada.

Han de sacarse dos lecciones básicas

  1. el rechazo de la revolución de Octubre de 1917, considerándola como "burguesa", acaba sin remedio en rechazo de toda la historia del movimiento obrero desde 1848. Y viene acompañado siempre de la negativa a reconocer el cambio de período histórico habido en 1914 y la decadencia del capitalismo, lo cual lleva lógicamente al apoyo a las llamadas 'luchas de liberación nacional" como 'revoluciones burguesas progresistas'. Esta es la lógica de un grupo como el sueco "Arbetarmarkt", que acabó hundido hasta el cuello en el fango izquierdista.
  2. no comprender la necesidad de la función y de funcionamiento centralizado de la organización revolucionaria desemboca en la nada o en concepciones anarquistas. El antisindicalismo y el individualismo en la concepción de la organización abre las puertas primero al obrerismo y al inmediatismo en coexistencia con toda clase de academismos y oportunismos. ¿Resultado?: la historia del Communistenbond nos lo muestra: abdicación ante las tendencias anarquistas y pequeño burguesas. Al cabo, dislocación o capitulación ante la ideología burguesa (sindicalismo, luchas de liberación nacional).

Ojala este historia de Communistenbond Spartacus sirva para que quienes se reclaman todavía del "Comunismo de Consejos" comprendan la necesidad de una actividad organizada basada en el concepto marxista de la decadencia del capitalismo. La organización política de los revolucionarios, internacional y centralizada, es un arma indispensable que la clase proletaria hace surgir por el triunfo de la revolución comunista mundial.

La evolución del MLL Front hacia posturas internacionalistas de no defensa de la URSS y de lucha contra los dos bloques imperialistas (aliado y "eje"), sin distinciones de etiquetas ("democracia", "fascismo", "comunismo") fue una evolución atípica. Salido del RSAP, orientado hacia el socialismo de izquierda, el MLL Front evolucionaba hacia posiciones comunistas consejistas. Esta orientación se explica primero por la fuerte personalidad de Sneevliet, el cual, a pesar de su edad avanzada, era capaz de evolucionar políticamente y que, en lo personal, no tenía nada que perder[1]. Una transformación política tan profunda no puede ser comparada con la del grupo de Munís, tan atípica como aquella, ola de los RKD[2].

Esta evolución no fue, sin embargo, hasta sus últimas consecuencias. La desaparición de Sneevliet y de sus camaradas - en particular Ab Menist - decapitó la dirección del Front. Esta debían gran parte su cohesión al peso político de Sneevliet, el cual era más un militante guiado por sus convicciones revolucionarias y su intuición que un teórico.

La muerte de Sneevliet y de casi todos los miembros de la Central redujo a la nada durante varios meses al organización. Desde marzo hasta el verano de 1942, todos los militantes estuvieron ocultos, procurando evitar los contactos por miedo a la Gestapo a la que sospechaban haber desmantelado el Front gracias a un chivato que logró hacer su labor en el seno mismo de la organización. Los archivos de la policía y del proceso de Sneevliet no dan, sin embargo, ningún indicio de que se hubiera ntroducido agente alguno de la Gestapo en organización[3].

De la dirección del Front sólo sobrevivió Stan Poppe que impulsó el "Revolutionar-socialistische Arbeidersbeweging" (Movimiento obrero socialista revolucionario). Ese término de "movimiento obrero" daba a entender que la organización, que se consideraba formalmente como la continuación del MLL Front, no se concebía ni como un frente ni como partido.

Tras la formación del grupo de Stan Poppe los últimos partidarios de Dolleman formaron el 22 de agosto de 1942 en La Haya su propio grupo, con una orientación trotskista. Nacía así el "Comité van Revolutionaire Marxisten" (Comité de marxistas revolucionarios) con la defensa de la URSS como base[4]. Este grupo era mucho más reducido en número que el Movimiento obrero socialista-revolucionario. Publicaba el mensual De Rode October (Octubre Rojo), con 2000 ejemplares. Entre los dirigentes del CRM estaban Max Perthus, que había sido liberado de la cárcel. La antigua fracción trotskista del MLL Front estaba así reconstituida. Los elementos más jóvenes del Front, los mas activistas, entraron en su mayoría en el CRM. Y lógicamente, éste se unió a la IV Internacional, proclamándose como su sección en Holanda en 1944[5].

Esta última escisión fue la consecuencia del enfrentamiento entre dos posiciones irreconciliables: una que defendía las posiciones internacionalistas tomadas en junio de 1941 por Sneevliet y sus compañeros y la otra que se comprometía en la guerra al apoyar a Rusia y por lo tanto al bloque militar de los aliados.

Es posible que hubiera habido otras razones que entraron en juego en la escisión, organizativas y personales a la vez. En el verano de 1942, Poppe se había ocupado de formar una nueva dirección separando a todos los partidarios de la defensa de la URSS. Por otro lado, Poppe, por haber sido la última persona que había visto a Sneevliet antes de la detención de éste, era para algunos, poco de fiar e incluso sospechoso[6].

En realidad, la organización formada en torno a Stan Poppe estaba muy preparada para la clandestinidad, pudiendo proseguir su trabajo político hasta el final de la guerra sin detenciones. Y tuvo en la persona de Leen Molenaar a uno de los más hábiles fabricantes de documentación falsa y de cartillas de racionamiento para los militantes clandestinos[7].

A finales del verano, el grupo, compuesto por unos 50 militantes, empezó a editar un boletín a multicopista más o menos periódico: Spartacus. Se presentaba como órgano del "Communistenbond Spartacus". Se editaron varios folletos que demostraban un nivel teórico más elevado que en el MLL Front. Hace finales de 1944, Spartacus se convirtió en órgano teórico mensual. Junto a éste, desde octubre del 44 hasta mayo del 45 se difundió un panfleto semanal sobre la actualidad inmediata: Spartacus-actuele berichten (Noticias de actualidad).

Políticamente, los miembros del Bond, por ser más veteranos, estaban más aguerridos y más formados teóricamente que los elementos trotskistas. Muchos de ellos habían militado en el NAS y de ella habían guardado una mentalidad sindicalista-revolucionaria. Por ejemplo Anton (Toon) van den Berg, militante del OSF y después del RSAP, que había dirigido el NAS hasta 1940. En torno a él se formó el grupo de Rótterdam de Communistenbond, el cual se caracterizó siempre y hasta el final de la guerra por su ánimo activista. Otros, en fin, teniendo un pasado político marcado menos por el sindicalismo que por el socialismo de izquierda y también del MLL Front. Este era el caso de Stan Poppe, cuya orientación política era todavía una mezcla de leninismo y consejismo.

La mayoría de los militantes procedían del antiguo RSAP, sin haber pasado por el movimiento trotskista, muy débil por cierto en Holanda. Muchos de ellos siguieron, después de la guerra, militando en el Bond, la mayoría hasta final de sus vidas.: Bertus Nansink, Jaap van Otterloo, Jaap Mtulenkamp, Cees van der Kull, Wlebe can der Wal, Jan Vastenhouw y otros.

Durante los años, la evolución de "Spartacus" se vio acompañada de ambigüedades políticas que demostraban que el espíritu del RSAP no había desaparecido por completo. Los reflejos socialistas de izquierda volvieron a expresarse en los contactos con un grupo socialdemócrata que había dejado el SDAP (Partido socialdemócrata holandés) a principios de la guerra y cuya personalidad más destacable era W. Romljn, el cual, a finales del 43, había escrito un folleto en el que se pronunciaba por un apoyo "táctico" a la lucha militar de los aliados. Spartacus ataca con firmeza esa posición[8] y rompe las discusiones para una fusión con Romljn. El hecho mismo de que hubiera propuestas de fusión con ese grupo demostraba que el Bond no tenían la más mínima definición de clase sobre la socialdemocracia. En esto, Spartacus andaba muy lejos de los comunistas de consejos, los cuales habían denunciado siempre a los grupos socialistas tanto de derecha como de izquierda como partidos contrarrevolucionarios y burgueses. Esa persistencia en buscar contactos con socialistas de izquierda la vemos otra vez en noviembre de 1944, cuando durante algún tiempo lleva a cabo un trabajo común con el grupo "De Vonkt", trabajo que acaba fracasando por las evidentes divergencias políticas.

Con la corriente trotskista, aunque la ruptura organizativa estaba consumada, no era así ideológicamente con sus corrientes de izquierda. Poppe mantuvo durante el 1944 dos reuniones con "Contra la Corriente" (Tegen de Stroom), grupo formado en torno a Vereken. Aunque este había rechazado la defensa de la URSS en junio del 41, mantenía relaciones con el Comité comunista internacional francés de Henry Molinier; y acabó integrarse en la IVª Internacional después de la guerra[9]. Más significativo es que en el seno mismo del Bond no había desaparecido las últimas dudas sobre si sí o no a la defensa de la URSS. Una pequeña parte de la organización - en contra de la defensa del campo ruso en la guerra que estaban viviendo - se declaraba a favor de la defensa de la URSS en caso de una tercera guerra mundial entre los aliados occidentales contra la URSS[10].

Así, durante dos años, hasta que la aportación teórica del ex-GIC se hiciera preponderante, el Bond intentó clarificar sus posiciones políticas. Su actividad consistió en gran parte en realizar una labor teórica en forma folletos.

El folleto de Stan Poppe sobre Las perspectivas del imperialismo tras la guerra en Europa y las tareas de los socialistas-revolucionarios lo escribió en diciembre de 1943, publicado en enero del 44[11]. Este texto, muy influenciado por el libro de Lenin El imperialismo, fase suprema del capitalismo, se reclamaba del "socialismo científico de Marx, Engels, Lenin" y no de Rosa Luxemburgo. Intenta definir el curso seguido por el capitalismo y las perspectivas revolucionarias para el proletariado.

La causa de la guerra mundial era "la crisis general del capitalismo" desde 1914. En un sentido leninista, Poppe definía el nuevo período de crisis como imperialista monopolista:

"Esta última fase, la más alta, Lenin la definía como imperialismo. El imperialismo es la expresión política de la sociedad que produce según un modo capitalista-monopolista".

Es interesante esa referencia al Lenin cuando se sabe que más tarde los consejistas de Spartacus se presentarán como antileninistas.

Sin embargo, puede observarse ya cierta reflexión teórica bajo la referencia casi escolar a Lenin. Poppe entiende la crisis como crisis de sobreproducción. Y esta se plasma en el capitalismo de Estado, remate de la fase de monopolio cuya expresión es la economía armamentística. Esta invade la producción y «el sistema (capitalista) no puede sino irse salvando mediante la guerra y la producción para la guerra». No dice nada de Rusia como capitalista de Estado. Al contrario, afirma que la URSS, «está fuera de la dominación del monopolio -producción capitalista y del mercado»; que es «el único adversario estatalmente organizado, del imperialismo». Esta posición es tanto más sorprendente por cuanto Poppe había sido de los que, en el MLL Front, había definido a la URSS como capitalista de Estado. Contradictoria era por lo tanto la denuncia en ese texto de las medidas de capitalismo de Estado en todos los países "ya sean democráticos o autocráticos, republicanos o monárquicos". Salvo en la URSS.

Más lúcido era el análisis del conflicto en Europa: "La guerra va a llegar a su término. La derrota militar de Alemania y de sus aliados no es especulación sino realidad de los hechos...". Poppe, por paradoja de estilo, consideraba que la segunda guerra mundial se iba a continuar en una tercera guerra mundial en Asia, enfrentando a Japón y al campo anglo-norteamericano por el dominio de las colonias.

Un poco como Bordiga después de 1945[12], Poppe consideraba que la guerra llevaba a la fascistización de las democracias occidentales en el plano político:

"La guerra imperialista es -en el plano de la política exterior la otra cara de la explotación monopolista de la fuerza de trabajo, en tanto que, en política interior, la democracia burguesa, forma de vida del mismo orden social, es como el fascismo."

Las democracias tendrán, en caso de crisis revolucionaria, en el fascismo "su propio futuro", sino se impondrá en economía una forma de neofascismo.

"Por la apariencia de la terminología, ya no habrá fascismo, pero en los hechos, viviremos su segunda edad de oro. En el centro de la política social neofascista estará la degradación del salario obrero, consecuencia necesaria de la política de deflación."

Recordando el ejemplo de los años 30, Poppe pensaba que la crisis abierta del capitalismo continuaría después de la guerra: habría "una coyuntura de reconstrucción, pero muy corta y muy modesta".

La alternativa para el proletario era la de "socialismo o caída en la barbarie", o sea revolución proletaria o guerra. El texto se guarda bien de hacer pronósticos. Subraya que la guerra "por la reconquista y la salvaguarda de Indonesia y del Extremo Oriente" implica "la perspectiva de una guerra inevitable contra la Unión Soviética misma", ya sea durante la "tercera" guerra en Oriente, ya durante una "cuarta" guerra mundial.

Sin embargo, «la crisis general del capitalismo hace que madure la crisis revolucionaria del sistema». Esto no implica que la "revolución surja automáticamente": depende de la intervención consciente de la clase revolucionaria a lo largo del proceso (revolucionario)".

Teóricamente, Poppe defendía la revolución como la instauración de la dictadura del proletariado y la disolución de "esa dictadura y del Estado mismo". Esta dictadura sería la de los Consejos de fábrica, los cuales formarían los "consejos centrales del poder". Cabe señalar que están aquí excluidos los soviets de campesinos. En «la lucha por el poder», que no es otra que «la lucha por y con los consejos», el proletariado de fábrica es el meollo de la revolución. Poppe toma como ejemplo la ocupación de fábricas en Italia 1920 lo que es significativo de una visión "usinista" Es significativo de una visión "fabriquerista" de estilo Gramsciano el que Poppe tome el ejemplo de la ocupación de fábricas como en la Italia de 1920[13].

Significativa es también la separación que hace entre la revolución de consejos obreros en los países industrializados y el llamamiento a que se apoyen "las luchas de liberación nacional": «No puede existir una política socialista en Europa y América sin proclamación de la plena independencia de los antiguos pueblos colonizados».

En la cuestión colonial, Poppe recoge las posiciones de Lenin del Derecho de los pueblos a autodeterminarse. No parece que esas posturas de Poppe fueran reflejo de la opinión de todos los militantes: en 1940, Jan Vastenhouw (miembro en aquel entonces del MLL Front) había atacado con firmeza los conceptos de Lenin, en un boletín interno.

Poppe va muy lejos en su análisis, no solo considera que «la tarea de los revolucionarios socialistas es evidentemente llamar a los obreros de todos los países a echar fuera a los japoneses de los territorios ocupados en China e Indonesia», sino que además proclama la necesidad de que esa "liberación" se haga tras los estandartes de la URSS. Eso si, Poppe no habla de una URSS estalinista, sino de una URSS liberada del estalinismo por obreros y campesinos gracias a la instauración del poder de los consejos en Europa. Según esta óptica -mezcla de quimera y de creencia- habría guerras de "liberación nacional" revolucionarias: «Si los socialistas no se equivocan en sus previsiones, eso significa que la URSS se convierte en el factor más importante también en la lucha contra el imperialismo japonés. Una URSS que puede apoyarse en la alianza del poder de los consejos de los demás pueblos en lugar de dudosos tratados con los gobiernos capitalistas; una URSS que se sabe apoyada en su retaguardia por un sistema de uniones de consejos europeos y por la solidaridad del proletariado guiado por el socialismo revolucionario debe también, sin la ayuda de los ejércitos ingleses y americanos, ser capaz de expulsar a los imperialistas japoneses del Mandchukuo y del resto del territorio de la República China, e igual en Indonesia».

Esa idea de una guerra de "liberación revolucionaria" se parecía a la teoría de la guerra revolucionaria lanzada en 1920 por el Komintern. Pero hay que hacer constar que la "liberación" que Poppe preconizaba a punta de bayoneta era más nacional e incluso nacionalista, puesto que proponía la restauración de la "República de China" en su integridad territorial. Aparecía como guerra nacional burguesa a imagen de las guerras de la revolución francesa, instauradora y no destructora del marco nacional. La teoría de Poppe de los consejos obreros es una teoría nacional de consejos federados en uniones. Y el concepto de "lucha de liberación nacional" es el corolario de un concepto según el cual la revolución obrera que hace surgir los consejos obreros es nacional.

Las posiciones de Poppe y del Bond están muy lejos de las del comunismo de consejos. Siguen siendo una mezcla sincretista de leninismo, de trotskismo y hasta de gramscismo. Y eso tanto más por cuanto Bond, hasta el verano de 1944, será incapaz de darse una posición teórica sobre la naturaleza de la URSS.

Sería finalmente por medio de discusiones llevadas a cabo durante el verano de 1944 con antiguos miembros de la GIC[14] cuando la Unión Comunista Spartacus se orientará definitivamente hacia el comunismo de consejos. Algunos miembros del Bond tomaron contacto con Canne Maijer, B.A. Sijes, Jan Appel y Theo Massen, Bruun Van Albada para pedirles qué trabajaran en la organización. Aceptaron contribuir teóricamente mediante la discusión y por escrito[15]; pero no quisieron ni disolver su propio grupo ni integrarse inmediatamente en el Bond. Seguían desconfiando de la nueva organización marcada por una tradición leninista; primero querían comprobar en qué medida el Bond se iba a orientar hacia el comunismo de consejos. Poco a poco fueron participando en actividades de redacción e intervención, con una especie de estatuto híbrido de "invitados"[16]. Procuraban no tomar partido en las cuestiones organizativas del Bond, no participando en las reuniones en que esas cuestiones eran tratadas. Poco antes de mayo de 1945 se hicieron miembros por completo de la organización, una vez comprobados el acuerdo teórico y político por una parte y la otra.

Fruto de la maduración política del Bond fue el folleto publicado en agosto del 44: De Stridjd om de macht (La lucha por el poder). Este folleto se pronunciaba contra toda actividad de tipo parlamentario y sindical, preconizando la formación de nuevos órganos proletarios, antisindicales, nacidos de la lucha espontánea: los consejos de fábrica, base de la formación de los consejos obreros. En este folleto se constataba, en efecto, que los cambios en el modo de producción capitalista acarreaba modificaciones estructurales en la clase obrera que exigían la aparición de nuevas formas de organizaciones obreras en relación con el surgimiento de un "nuevo movimiento obrero"[17].

Al contrario del antiguo GIC, el Bond, en ese folleto, preconizaba la formación de un partido revolucionario y de una internacional. Sin embargo, a diferencia del trotskismo, se insistía en que un partido así solo podría surgir al final de la guerra y cuando se hubieran formado los órganos de lucha del proletariado.

Cuando en mayo del 45, el Bond publica legalmente la revista mensual, Spartacus, ya no puede ser considerado como continuación del MLL Front. Con la aportación militante de los miembros del GIC se ha convertido en organización comunista de consejos. Como lo haría notar Canne Meijer en 1946: «El Spatacusbond no puede ser considerado como continuación directa del RSAP. Su composición es diferente, y en muchas cuestiones, la toma de posición no es la misma... Muchos que pertenecieron al RSAP no se han unido a Spartacus y algunos han podido ser atraídos por trotskistas. Pero los trotskistas, de todos modos, tampoco son muchos»[18]

En importancia, "Spartacus" era la primera organización revolucionaria en Holanda, por lo que le incumbía una gran responsabilidad política en el ámbito internacional para el reagrupamiento de revolucionarios en Europa, separados por la ocupación y que estaban volviendo a la búsqueda de lazos internacionales. Esa posibilidad de transformarse en polo de reagrupamiento dependía tanto de la solidez de la organización, de su homogeneidad política y teórica, como del decidido ánimo de salir de las fronteras lingüísticas de la pequeña Holanda.

En cantidad, el Bond era relativamente fuerte para una organización revolucionaria y más aún en un país pequeño. En 1945, contaba con un centenar de militantes; poseía a la vez una revista teórica mensual y un semanario con 6000 ejemplares[19]. Estaba presente en la mayoría de las grandes ciudades y, en particular, en los centros obreros de Ámsterdam y de Rótterdam, allí donde la tradición comunista de consejos era real.

En cambio, la organización andaba lejos de ser homogénea. En ella se juntaban antiguos miembros del MLL Front, del GIC, pero también de los antiguos sindicalistas del NAS de preguerra. Al Bond se le habían unido también anarquistas del antiguo "Movimiento socialista Libertario". Y muchos jóvenes habían entrado en "Spartacus", pero sin experiencia política ni formación teórica. Había pues unión de elementos de diferentes orígenes pero no verdadera fusión, condición básica para la creación de un entramado organizativo homogéneo. Las tendencias centrífugas eran por tanto, fuertes, como ya veremos más lejos. Los elementos libertarios acarreaban posturas antiorganizativas. Los sindicalistas, muy activos en torno a Toon van den Berg en Rótterdam, eran de lo mas activista y obrerista. Su modo de ver era más sindicalista que político. Además, los más jóvenes tenían la tendencia, debida a su inmadurez política, a seguir a una de esas dos tendencias y en especial la primera.

Organizativamente, el Bond nada tenía que ver con el antiguo GIC, el cual se concebía como federación de grupos de trabajo. El Bond era una organización centralizada y lo será hasta 1947. Estaba formado por núcleos (Kerne) o secciones locales de 6 miembros, cubiertas por secciones territoriales o urbanas. El comité ejecutivo de 5 miembros representaba a la organización hacia el exterior y era responsable ante el Congreso del Bond, instancia suprema. Como en cualquier otra organización revolucionaria digna de este nombre, tenía órganos de trabajo elegidos: una comisión política que contenía a la redacción y encargada de cuestiones políticas; una comisión de organización para las tareas corrientes; una comisión de control encargada de comprobar que las decisiones tomadas se cumplían; una comisión de control financiero. En total, en 1945, había entre 21 y 25 personas en los órganos centrales.

La adhesión a la organización estaba claramente definida por los estatutos adoptados en octubre del 45[20]. El Bond, que entonces tenía un elevado concepto de la organización, no quería aceptar a nuevos miembros más que con la mayor prudencia y exigiendo de ellos "la disciplina de un partido centralista democrático"[21]. El Bond, efectivamente reanudaba con la tradición del KAPD.

De esa tradición, sin embargo, el Bond recogía algunos aspectos mucho menos favorables para el cumplimiento de su labor. Centralizado por sus órganos, el Bond, en cambio, estaba descentralizado en lo local. Consideraba que cada "núcleo" era autónomo en su propia región[22]. Con la pretensión de "descentralización del trabajo", lo que iba a ser inevitable era que esa entrara en contradicción con el centralismo de la organización.

Por otro lado. El Bond acarreaba algunos conceptos sobre la organización que se habían desarrollado en las grandes organizaciones políticas de masas del pasado. La organización se seguía concibiendo como organización de "cuadros"; de ahí la decisión tomada en la Conferencia del 21-22 de julio del 45 de hacer una "escuela de cuadros marxistas".

Y no era totalmente unitaria, pues en la periferia de la organización gravitaban las "Asociaciones de amigos de Spartacus" (VSV). El Bond tenía en la VSV a su organización juvenil autónoma. Formada por jóvenes entre 20 y 25 años, esta organización paralela era de hecho una organización de jóvenes simpatizantes. Aunque no tenían obligaciones para con el Bond, debían participar en la propaganda y contribuir financieramente. Esa imprecisión entre militantes y simpatizantes contribuyó en gran medida a reforzar las tendencias centrífugas dentro de la organización.

Otro ejemplo del peso del pasado está en la creación en agosto del 45 de una "ayuda obrera" (Arbeidershulp). Consistía en crear una caja de resistencia para ayudar financieramente a los obreros en la huelga. Detrás de esto, se dibujaba la idea de que el Communistenbond debía dirigir la lucha de los obreros, sustituyendo los esfuerzos espontáneos de éstos para organizarse. Esa "ayuda obrera" tuvo, de todos modos, una breve existencia. La discusión sobre el partido, que fue general en el Bond, permitió que se fueran precisando cuales son la naturaleza y las funciones de la organización política de los revolucionarios.

Spartacus pensaba, en efecto, que las luchas obreras que estallaban al terminar la guerra, anunciaban un período revolucionario, si no inmediato, al menos en el futuro. En abril del 45, la Conferencia de Spartacusbond proclamaba la necesidad de un partido y el carácter provisional de su existencia como organización nacional: "El Bond es una organización provisional de marxistas, orientada hacia una formación de un auténtico partido comunista internacional que debe surgir de la lucha de la clase obrera"[23].

Es muy significativo que esta declaración planteara la cuestión del nacimiento del partido en período revolucionario. Esta concepción era la contraria de la de los trotskistas de los años 30 y mas tarde la de los bordiguistas después de 1945, quienes consideraban como secundario lo de la época de surgimiento del partido, el cual sería única y sencillamente fruto de la voluntad. Bastaba con proclamarlo para que existiera. No menos digno de notar es que el "Llamamiento inaugural", votado en la Conferencia de julio, fue dirigido a los grupos revolucionarios internacionalistas. De él se excluyó al CRM trotskista de Holanda con el cual la Conferencia rompió todo contacto debido a su posición de "defensa de la URSS"[24]. Fue además un llamamiento al reagrupamiento de los diferentes grupos de la izquierda comunista que rechazaban el concepto de la toma del poder por el partido:

«Es en y mediante el movimiento mismo como puede nacer una nueva Internacional Comunista, en la cual los comunistas de todos los países -liberados del sojuzgamiento burocrático pero también de la menor pretensión de luchar por el poder por cuenta propia- pueden participar»[25]

Hay que hacer constar sin embargo, que este llamamiento al reagrupamiento de revolucionarios internacionalistas se plasmó en muy pocas medidas. La Conferencia decidió establecer una secretaría de información en Bruselas con la tarea de tomar contacto con grupos diversos y editar un boletín de información. A la vez, habían vuelto a tomar contacto, que duró muy poco, con el grupo de Vereeken. Resultaba evidente que las posiciones de ese grupo, llamado "Contra la Corriente" (Tegen de Streoo)[26] eran incompatibles con las Bond. Pero el hecho mismo de volver a contactarlo mostraba la ausencia de criterios políticos en la delimitación entre los grupos comunistas internacionalistas y otros grupos confusos o anarquistas. Esa misma ausencia de criterios la volveremos a encontrar en 1947 cuando la Conferencia Internacional habida en Bruselas, como veremos más lejos.

La preparación del Bond para el surgimiento de un partido exigía previamente la mayor homogeneidad en la organización sobre la concepción teórica del partido. Por eso fueron escritas y discutidas por el Congreso del 24-26 de diciembre del 45 las "Tesis sobre la tarea y la naturaleza del partido"[27]. El Congreso las adoptó y se publicaron el en folleto de enero del 46[28]. Es muy significativo el que hubieran sido redactadas por un ex miembro del GIC, Bruun van Albada. Esto es prueba de la unanimidad que había entonces en el Bond en ese tema y, mas que nada, plasmaba el rechazo explícito de las concesiones que se habían desarrollado en el GIC en los años 30.

Las reuniones públicas habidas sobre la cuestión del partido durante 1946 son buena muestra de la importancia que tenían las Tesis par ala organización.

Las Tesis se centraron en el cambio de función del partido entre el período de ascendencia del capitalismo, llamado período del "capitalismo liberal", y el período de la decadencia que siguió a la primera guerra mundial, período de dominación del capitalismo de Estado. Aunque en los términos de ascendencia y decadencia no son utilizados en la Tesis, en ellas se insiste con fuerza en el cambio de período histórico, lo cual exige que se cuestionen las viejas concepciones del partido:

«La crítica actual de los viejos partidos no es solo una crítica de su práctica política o del proceder de sus jefes, sino una crítica de toda la vieja concepción del partido. Es una consecuencia directa de los cambios en la estructura y en los objetivos del movimiento de masas. La tarea del partido (revolucionario) está en su actividad en el seno del movimiento de masas del proletariado»

Las Tesis, con método histórico, demuestran que la concepción del partido obrero que actúa según el modelo de los partidos burgueses de la revolución francesa, no diferenciado de las demás capas sociales, no sirve desde la Comuna de París. El partido no pretende la conquista del Estado, sino su destrucción;

«En aquel período de desarrollo de la acción de masas, el partido político de la clase obrera iba a jugar un papel mucho mayor: Puesto que los obreros no eran todavía la mayoría aplastante de la población, el partido político aparecía todavía como la organización que debía trabajar par arrastrar a la mayoría de la población en la acción de los obreros, exactamente de la misma manera que el partido de la burguesía había actuado en la revolución burguesa; ya que el partido proletario tenía que ponerse a la cabeza del Estado, el proletariado debería conquistar el poder de Estado».

Al explicar la evolución del capitalismo desde 1900, "período de prosperidad creciente del capitalismo", las Tesis explican el desarrollo del reformismo en la social democracia, con la tendencia al rechazo de los partidos de la segunda Internacional de después de 1900, a causa de su patente evolución hacia el oportunismo parlamentario y sindical. Pero ignoran totalmente la reacción de las izquierdas comunistas (Lenin, Luxemburgo, Panneokoek) contra ese oportunismo en el seno de la Internacional. Las Tesis demuestran muy bien el "remedio de plena democracia" de la socialdemocracia clásica y la "total separación entre la masa de miembros y la dirección del partido", pero concluyen negativamente sin mostrar la aportación positiva de esa organización para el movimiento obrero de la época:

«El partido político deja de ser una formación de poder de la clase obrera para transformarse en la representación diplomática de los obreros en la sociedad capitalista. Y como oposición leal, participa en el parlamento, participa en al organización de la sociedad capitalista».

La primera guerra mundial abrió un período nuevo: el de la revolución proletaria. Las Tesis consideran que es la pauperización absoluta del proletariado y no el cambio de período lo que origina la revolución. Según eso, mal se puede apreciar la diferencia entre el período revolucionario de 1917-23 y 1848, período de "pauperización absoluta" característica de la situación del proletariado en ciernes:

«El estallido de la guerra mundial significó que la fase de pauperización relativa le sucedía la de pauperización absoluta. Esta nueva evolución iba a empujar a los obreros a la fuerza a una oposición revolucionaria al capital. Y de ahí que, al mismo tiempo, los obreros entraron en conflicto con la socialdemocracia»

Las Tesis subrayan bien los aportes positivos de la oleada revolucionaria de la posguerra: nacimiento espontáneo de "organizaciones de empresa y de consejos obreros como órganos de la democracia obrera dentro de las empresas y órganos de la democracia política local". Las Tesis, sin embargo, minimizan el alcance revolucionario de 1917 en Rusia; parece como si del 17 solo guardaran lo que ocurriría más tarde: la contrarrevolución y el capitalismo de Estado. Ven incluso en la revolución el origen de la contrarrevolución estalinista. Queda anulado el proceso de degeneración, de modo que hacen responsable a los obreros rusos del fracaso de la revolución rusa. Y el desarrollo del "socialismo de Estado" (o sea el capitalismo de Estado) es considerado "como resultado de la lucha revolucionaria de los campesinos y los obreros".

Es, sin embargo, con gran lucidez como las Tesis subrayan el efecto pernicioso de la confusión entre el socialismo y el capitalismo de Estado en las filas obreras de la época. Esta confusión impidió la plena maduración de la conciencia revolucionaria:

«gracias a la revolución rusa, la concepción socialista de Estado se adornó con la aureola revolucionaria, lo cual contribuyó en gran medida a entorpecer la verdadera toma de conciencia revolucionaria de los obreros»[29]

El rechazo implícito de la revolución rusa y de la aportación del partido bolchevique en 1917 lleva al redactor de las Tesis a establecer una identidad entre el bolchevismo revolucionario del principio y el estalinismo. Para él, no hay diferencias entre bolchevismo y socialdemocracia, excepto la del método en la instauración de "una economía planificada por el Estado".

Más original es la definición del papel del partido y de los revolucionarios en su intervención. Recogiendo la concepción del KAPD de los años 20, el Bond subraya que el papel del partido no es ni guiar, ni educar, ni ponerse en lugar de la clase obrera: «El papel del partido está ahora limitado al de organización de clarificación y de propaganda. Y no aspira ni mucho menos, a instaurar un dominio sobre la clase».

La génesis del partido depende estrechamente de los cambios habidos en el capitalismo, cuyo período de capitalismo liberal ha terminado definitivamente, y de la transformación de la conciencia de clase de los obreros. La lucha revolucionaria que hace surgir el partido es, ante todo, una lucha contra el Estado, fruto de la acción de masas, y una lucha consciente para la organización: «El Estado se ha vuelto claramente enemigo mortal de la clase obrera... En todos los casos, la lucha de los obreros se desarrolla en oposición irreconciliable con ese Estado, no solo contra los gobiernos, sino contra el conjunto del aparato (de Estado), viejos partidos y sindicatos incluidos... Hay un lazo indestructible entre los tres elementos de emancipación de los obreros: el desarrollo de la acción de masas, el desarrollo de la organización y de la conciencia»

Las Tesis establecen la relación dialéctica entre el auge de la organización revolucionaria y el de la lucha revolucionaria: «así se desarrolla, en la lucha, la organización material y espiritualmente; y con la organización se desarrolla la lucha».

Lo más significativo de las Tesis es mostrar el papel positivo del partido revolucionario en los movimientos de masas y definir el tipo de militante revolucionario que corresponde al nuevo período.

Su terreno queda claramente definido:

Necesidad del partido : Toma de conciencia

Las Tesis demuestran la necesidad del partido, pues es un producto dialéctico del desarrollo de la conciencia de clase y, por consiguiente, un factor activo en ese proceso. Las Tesis están muy lejos de la visión "consejista", visión que sería luego desarrollada, según la cual los revolucionarios inorganizados se "disuelven" en la clase[30]. Las tesis rechazan también la visión bordiguista, la cual concibe el partido como un verdadero estado mayor al cual los obreros deben obedecer ciegamente. El partido surge de una necesidad en el desarrollo de la conciencia de clase y sus relaciones con ésta son orgánicas y no se definen como relación de fuerza: «En el proceso de toma de conciencia en y mediante la lucha, proceso en el cual ésta se hace consciente de sí misma, el partido tiene una papel importante y necesario que desempeñar. En primer lugar, el Partido apoya y sostiene esa toma de conciencia. Las lecciones que deben ser extraídas tanto de las victorias como de las derrotas, y de las que los obreros, tomados separadamente, tienen una conciencia mas o menos clara, son formuladas y difundidas entre las masas por medio de la propaganda. Esa es la ‘idea' que, en cuanto entra en las masas, se convierte en fuerza material. (...)El partido no es ni un Estado mayor separado de la clase, ni el "cerebro pensante" de los obreros; es el foco donde se centra y se expresa la conciencia creciente de los obreros »

Aunque el partido y la clase están en relación orgánica de complementariedad en una misma claridad de conciencia, no son idénticos, no debe confundirse. El partido es la expresión mas alta de la conciencia de clase del proletariado, como conciencia política e histórica, y no como conciencia reflejo de la lucha inmediata (conciencia inmediata en la clase). El partido es, por lo tanto, una parte de la clase. «Como parte de la clase que es, la mas conciencia en la lucha y la mas formada, en partido debe ser capaz de comprender, el primero, los peligros que amenazan (la lucha de los obreros), el primero en discernir las potencialidades de las nuevas organizaciones de poder (obrero); y en éstas, debe luchar de modo que su opinión se la apropien los obreros a fondo; y debe propagarla mediante la palabra y por los actos si hace falta, de modo que su ejemplo haga avanzar a la clase en su lucha.»

Se puede notar que esa concepción del partido en su función de propaganda "por la palabra y los hechos" es la misma que la del KAPD de los años 20. El Bond tiene en eso una idea casi voluntarista del partido, la idea de que el ejemplo de la acción del partido es un combate e incluso una incitación al combate. Esa definición se parece también a la de Bordiga, para quien partido es igual a programa más voluntad de acción. Sin embargo, en la izquierda holandesa, el programa es menos un conjunto de principios políticos y teóricos que la plasmación de la conciencia de clase, e incluso de una suma de conciencias obreras:

«Lo que cada obrero siente, o sea que la situación es insoportable y que hay que destruir obligatoriamente al capitalismo, debe ser sintetizado por el partido en formas claras»

Las tareas del partido: Teoría y praxis.

Para Communistenbond es evidente que no puede haber separación entre trabajo teórico e intervención práctica. La teoría no se define como una suma de opiniones individuales, sino como una ciencia. Como ya lo subrayaba el Bond en enero de 1945: «El materialismo dialéctico no solo es el único método exacto sino también el único método universal de investigación»[31]. Paradójicamente, es el científico Pannekoek quien, en Los Consejos obreros, niega la idea de la teoría materialista científica considerando que una organización expresa opiniones múltiples sin resultado científico y sin método. Contrariamente al Bond del período 45-46, Pannekoek defiende un método ecléctico, o sea que rechaza todo método de investigación teórica y sigue el principio de que una suma de unidades produce una totalidad. Por eso Pannekoek escribe que «en cada uno de esos diversos pensamientos se encuentra de hecho una parcela de la verdad más o menos grande»[32]. En cambio, las Tesis afirman que: «Las cuestiones deben ser examinadas en su coherencia; los resultados deben ser expuestos en su claridad y su determinismo científicos».

De ese método proceden las tareas del partido en el proletariado:

  • Tarea de "esclarecimiento", y no de organización, pues ésta es la de los obreros en la lucha. La función de organizar a la clase desaparece en provecho de la tarea de clarificación de la lucha. Esa clarificación se la define negativamente, o sea, como lucha ideológica y práctica contra «todas las tentaciones y trapacerías de la burguesía y de sus cómplices para contaminar con su influencia a las organizaciones obreras»;
  • Tarea de "intervención práctica en la lucha de clases". Su realización exige que el partido comprenda que no puede "cumplir las tareas que los obreros mismos deben cumplir": «(El partido) no puede intervenir mas que como parte de la clase y no en contradicción con ésta. Su posición en la intervención es únicamente contribuir en la profundización y la extensión del poder de la democracia de los consejos...»

Esa función del partido no es sinónimo de pasividad. Contrariamente a los "consejistas" de los años 50 y 60 (cf. Infla), el Sapartacusbond no tuvo complejo de afirmarse con "motor" de la lucha de clases que toma iniciativas que compensan las vacilaciones de los obreros:

«cuando los obreros vacilan en tomar tal o cual medida, los miembros del partido pueden, como obreros industriales revolucionarios, tomar la iniciativa y están obligados incluso a ello cuando el cumplimiento de tales medidas es posible y necesario. Cuando los obreros quieren dejar en manos de una instancia sindical la decisión de iniciar una acción, los comunistas conscientes deben tomar la iniciativa a favor de una acción en manos de los obreros mismos. Cuando, en una fase más desarrollada de las luchas, las organizaciones de empresa y los consejos obreros vacilen ante un problema de organización de la economía, los comunistas conscientes no deben solamente demostrarles la necesidad de esa organización; también deben ellos mismos estudiar estas cuestiones y convocar asambleas de empresas para discutirlas. La actividad de los comunistas se desarrolla en la lucha y como motor de ella cuando se estanca o corre el riesgo de meterse en callejones sin salida»

Se puede observar en ese pasaje una interpretación obrerista de la intervención en los consejos obreros. El que los miembros del partido intervengan como "obreros industriales" parece excluir el que "comunistas conscientes" -de extracción intelectual, por ejemplo- puedan defender como miembros del partido y ante los obreros su punto de vista. Según eso, Marx, Lenin o Engels estarían excluidos. En 1918, a Rosa Luxemburgo le quitaron el "derecho" de expresión en el gran Consejo de Berlín so pretexto que era una "intelectual". Los que defendieron la moción de exclusión no eran otros sino los miembros del SPD (partido socialdemócrata alemán) conscientes del peso político de aquella. En eso parece como si las Tesis vieran a los "intelectuales" miembros del partido como "ajenos" al proletariado, a pesar de que definen al partido como "una parte de la clase".

Es, además, característico el que la intervención de partido en los consejos esté centrada en los problemas económicos del período de transición: gestión de la producción y "organización de la economía por la democracia de los consejos obreros, cuya base es el cálculo del tiempo de trabajo". Al afirmar que «la necesidad de organizar una economía comunista planificada debe ser claramente demostrada», Spartacusbond expresa una tendencia a subestimar los problemas políticos que son lo primero que se plantea a la revolución proletaria, o sea, la toma del poder por los consejos, condición previa del período de transición hacia el comunismo.

El funcionamiento del partido

Las tesis no dicen nada sobre el tema de la centralización del partido. No tratan ni la cuestión de fracciones y tendencias, ni de la democracia interna. El Bond expresa una tendencia a idealizar la homogeneidad del partido. Al igual que el PCIntl bordiguista de la posguerra[33] no concibe que puedan surgir divergencias en la organización. Pero mientras el partido "bordiguista" ve "garantías" contra las divergencias en el ideal del "programa inmutable", Spartacusbond las ve en la existencia de militantes ideales. Militante, según el Bond, es aquél que se muestra siempre capaz de ser autónomo en comprensión y juicio: «(los miembros del partido) deben ser trabajadores con autonomía, con facultad propia par entender y juzgar».

Esa definición se presenta como "imperativo categórico" y ética individual en el seno del partido. Hay que decir que el Bond considera que una composición profesional totalmente proletaria y las elevadas cualidades de cada militante ponen al partido al resguardo de la degeneración burocrática. Y hay que dejar constancia, sin embargo, de que partidos compuestos en su gran mayoría de obreros como los PC en los años 20 y 30, no se libraron ni mucho menos de la burocratización estalinista y que la organización del partido en células de obreros de fábrica ahogó por completo la capacidad política de "comprensión y juicio" de los militantes[34] por muy extraordinarios que fuesen. Por otra parte, en un partido revolucionario, no existe igualdad formal en las capacidades de cada uno; la igualdad verdadera es la política, por ser el partido un cuerpo político ante todo, cuya cohesión se refleja en cada uno de sus miembros. Es ese cuerpo lo que permite a los militantes ir individualmente hacia una homogeneidad política teórica.

Más profundo es, en cambio, el rechazo por parte del Bond de una disciplina de estilo jesuítico que destroza las convicciones profundas de cada militante: «Al haberse adherido a los principios y conceptos generales del partido que acaban por ser de los suyos propios, (los militantes) deben defenderlos y aplicarlos en cualquier circunstancia. Y no funcionan con disciplina de cadáver, sometiéndose sin voluntad a las decisiones, sino que solo conocen la obediencia por íntima convicción que se basa en la mayor comprensión y, en caso de conflicto en la organización, es esa convicción la que zanja»

En las Tesis de desarrollo una idea muy importante, la de que el partido no es solo un programa, sino que además está formado por personas impulsadas por la pasión revolucionaria. Esta pasión, que el Bond llama "convicción" es lo que inmunizaría al partido contra cualquier tendencia a la degeneración:

«Esta autoactividad de los miembros, esa educación general y esa participación consiente en la lucha obrera hacen imposible que surja la menor burocracia de partido. En el plano organizativo, no existen medidas eficaces contra ese peligro, si decaen esa autoactividad y esa educación; si esto ocurriera, el partido no podría seguir considerándose como partido verdaderamente comunista, para el que la autoactividad de la clase es una idea básica, un partido en el cual esa idea se hecho realidad en cada uno de sus miembros. Un partido con un programa comunista puede degenerar; un partido formado por comunistas, nunca.»

Traumatizado por la experiencia rusa, el Bond pensaba que la voluntad militante y la formación teórica eran suficientes precauciones contra la amenaza de degeneración. Aparecía así la tendencia a hacerse una imagen del militante puro, no sometido individualmente a la presión de la ideología burguesa. Al ver al partido como suma de individuos con "las más elevadas exigencias", las Tesis expresaban un voluntarismo cierto y hasta un ingenuo idealismo. La separación entre programa, fruto de la constante búsqueda teórica, y voluntad militante, acaba en negación de la idea misma del partido como cuerpo tanto orgánico como programático. Y si bien el partido era una suma de voluntades militantes, ya no existía como órgano que relacionara a todas sus células militantes.

Dos años más tarde, el Bond llevaría esa separación hasta su extremo (cf. Infla).

La relación con la clase

Surgido de la acción de masas del proletariado, el partido no posee más "garantía", en última instancia, que la que le otorgan sus lazos con aquel: «Cuando ese lazo no existe, cuado el partido es un órgano que se sitúa fuera de la clase, no queda más alternativa que o situarse -por derrotismo - fuera de la clase, o someter a los obreros a sus directivas mediante la coacción. Por lo tanto, el partido solo puede ser verdaderamente revolucionario si está bien afianzado en las masas de tal modo que su actividad no sea, en general, distinta a la del proletariado, si la voluntad, las aspiraciones y la comprensión conscientes de la clase obrera se cristalizan en el partido»

La relación con la clase aparece ahí, en su definición, como algo contradictorio. El partido es el catalizador de la conciencia de clase en lucha y simultáneamente se fusiona con el proletariado. El Bond solo ve contradicción entre el partido y la clase cuando se produce un proceso de degeneración, durante el cual se pierde el "lazo".

Todo eso se debe a la obsesión que tenían todos los revolucionarios de entonces de que no se repitieran los horrores de la contrarrevolución en Rusia. Hay que hacer notar, sin embargo, que la igualdad de los fines históricos del proletariado y los del partido no implican fusión. La historia del movimiento obrero y en particular en las revoluciones rusa y alemana, es la historia de la relación atormentada entre el partido y la clase. En período revolucionario, el partido puede estar en desacuerdo con ciertas acciones de la clase; los bolcheviques, por ejemplo, estaban en desacuerdo en julio de 1917, con las masas obreras del Petrogrado que querían tomar el poder prematuramente. Y puede también, como el Spartacus Bund de Rosa Luxemburgo, estar en acuerdo con "la voluntad de las masas" impacientes en tomar el poder en Berlín y acabar decapitado. En la realidad de los hechos, la fusión entre partido y masas no se ha realizado casi nunca. El partido va más a menudo "contra la corriente", incluso en período revolucionario. Aunque es "una parte de la clase", como lo muestran las Tesis, está diferenciado de la totalidad de la clase cuando sus principios y actividad no son totalmente aceptados por las masas obreras y eso cuando no encuentran la mayor hostilidad.

Partido y Estado en la revolución

Las Tesis de diciembre de 1945 no trataban el problema de las relaciones entre partido y Estado en la toma de poder. La cuestión[35] se planteó en el Bond y en marzo del 46 apareció un folleto con un capítulo dedicado a ese tema: "De la sociedad esclavista al poder obrero". En él se decía que el partido no podía ni tomar el poder, ni "gobernar" a los obreros. Pues «cualquiera que sea el partido que forme el gobierno, tendrá que gobernar contra las personas, mediante la burocracia y para el capital»[36]. Por eso es por lo que el partido, partido y parte de los consejos obreros, se distinguen del Estado:

«Es un partido totalmente diferente de los de la sociedad burguesa. No participa por sí mismo y de ningún modo en el poder... la toma proletaria del poder no es ni la conquista del gobierno del Estado por un ‘partido obrero', ni la participación de un partido así en el gobierno de estado...El Estado, por esencia, es algo totalmente ajeno al poder de los obreros; de ahí que las formas de organización del poder obrero no tengan ninguna de las características del ejercicio del poder por el Estado,"[37]

Y en 1946, a la inversa de lo que ocurrirá mas tarde, Pannekoek es influenciado por el Communistenbond. En sus Cinco Tesis sobre la lucha de clases, afirma -en contradicción con sus ideas anteriores - que el trabajo de los partidos revolucionarios «es una parte indispensable de la autoemancipación de la clase obrera». Cierto es que Pannekoek reduce la función de los partidos a algo únicamente teórico y propagandístico:

«A los partidos les incumbe la segunda función (siendo la primera "la conquista del poder político", NPLR), o sea la de difundir las ideas y los conocimientos, estudiar, discutir, formular las ideas sociales y, por la propaganda, esclarecer la mente de las masas»

Las oposiciones que surgieron en el Bond sobre la concepción del partido, durante la preparación del Congreso de navidades del 45, eran más bien para matizar las Tesis que para criticarlas. Eran, de todos modos, un rechazo de la teoría educacionista de Pannekoek. En un proyecto de Tesis, aceptado por dos miembros de cinco de la comisión política, se subrayaba que «el nuevo partido no es el educador de la clase». Este proyecto era sobre todo para precisar algunos puntos que habían quedado poco claros en "Taak en Wazn van de Nieuwe Partij". En primer lugar, y para dejar bien clara la ruptura con el antiguo RSAP de Sneevliet, la participación "táctica" en las elecciones quedaba netamente rechazada: «El partido, naturalmente, no participa en ninguna actividad parlamentaria» En segundo lugar, el redactor del proyecto creía ver en las Tesis una vuelta a los conceptos activistas del KAPD, o más bien de las tendencias "dirigistas" en la lucha de masas:

«El partido no dirige acción alguna y, como tal partido, no conduce ninguna acción de la clase. Lucha en contra, precisamente, de cualquier subordinación de la clase y de sus movimientos a la dirección de un grupo político."[38].

Siguiendo esa tónica, el nuevo partido «no reconoce ‘jefe' alguno. No hace sino ejecutar las decisiones de sus miembros... Sea cual sea el tiempo que dure una decisión tomada, ésta es válida para todos los miembros».

Chardin

(Continuará)


[1] De los dos hijos de Sneevliet, uno se había suicidado y el otro había muerto en España en las milicias del POUM, tras las banderas del antifascismo, víctima de las posiciones propagadas por el RSAP

[2] El grupo de Munís, exiliado en Méjico, durante la guerra, adoptó posturas internacionalistas de no defensa de la URSS. Los RKD, salidas también del trotskismo, y formados por militantes franceses y austriacos, colaboraron al final de la guerra con la fracción francesa de la izquierda comunista, orientándose paulatinamente hacia el anarquismo y desapareciendo en 1948-49

[3] Los estudios de Max Perthus y de Win Bot sobre el MLL Front, basados en los archivos alemanes en Holanda, no dan base alguna a esa hipótesis

[4] Winkel, en su libro De ondergrondse pers 1940-45 (La Haya, 1944), afirma que el ex dirigente del KAPN y amigo de Gorter, Barend Luteraan era redactor del CRM; por lo visto Luteraan fundó su propio grupo durante la guerra, con posiciones trotskistas. Después de la guerra se hizo miembro de la socialdemocracia holandesa (partido del Trabajo)

[5] El Grupo Bolchevique Leninista, formado con las posiciones de la Cuarta Internacional en 1938, desapareció durante la guerra, tras la detención de sus dirigentes. El CRM se proclamó partido en diciembre del 45, aunque numéricamente muy débil, con el nombre de Partido Comunista Revolucionario (RCP). Publicaba el semanario De Tribune, que no tenía nada que ver con el tibunismo del SPD de Gorter

[6] Después de la guerra, las sospechas cayeron en Stan Poppe. Sneevliet había sido detenido después de haber visitado a Poppe. En el expediente del juicio de Sneevliet constaba que éste había sido capturado "con ayuda de Poppe". En diciembre del 50 se formó una comisión de encuesta compuesta por el RCP, Communistenbond y el pequeño sindicato independiente OVB, la cual llegó a la conclusión de que el comportamiento de Poppe había sido irreprochable y que no podía acusársele de nada

[7] 300.0000 personas de una población de 600.000 de habitantes vivían en la clandestinidad, con documentación falsa y tarjetas de racionamiento falsas

[8] Cf. Spartacus, Bulletin can de revolutionai -socialistische Arbeidersbeweging, enero de 1944

[9] Cf. Vereeken, Le Guépéou dans le mouvement trotskyste, París. 1975, capítulo primero

[10] Cf. Spartacus, nº 4, octubre de 1942; y el de febrero de 1944, el artículo "La Unión Soviética y nosotros"

[11] "De perspectiven van het imperialismo na de oorlg in Europa en de taak van de revolutionaire socialisten", diciembre del 43. Es de notar que ese folleto, cuyas tesis estaban muy alejadas del comunismo de consejos, se tomó como base política del Bond en 1945, sin que se hiciera la menor crítica sobre el contenido de esas Tesis. Cf. Spatacus, maanschrift voor de revolutionaire-socialtische Arbeidersbeweging, mayo del 45: Beschouwingen over de situatie : de balans

[12] Prometeo, nº 3, octubre 1946: "Perspectivas de la posguerra respecto a la plataforma del partido". Bordita, autor del artículo, afirma que "las democracias occidentales evolucionan progresivamente hacia formas totalitarias y fascistas". Con esto, Bordita al igual que la izquierda holandesa quería subrayar la tendencia hacia el capitalismo de Estado en los países de Europa occidental

[13] El Bond publicó en su revista teórica Maandblad Spartacus en 1945 (nº 9 y 12) un estudio sobre las ocupaciones de fábrica en Italia: "Una ocupación de fábricas". El artículo afirma que en 1920 "Las fábricas formaban una unidad que no estaba ligada ni a un partido ni a un sindicato", "...el movimiento terminó con un compromiso entre sindicatos y patronal". Muestra que la ocupación de fábricas no es suficiente, que deben surgir consejos obreros "cuya tarea primera no es la ordenación de la industria, sino la organización de la lucha; es entonces un período de guerra: la guerra civil". Esta visión crítica de las ocupaciones fabriles en Italia, dista mucho de la visión "usinista" que después defendería Pannekoek en el Bond, con aquello de la "gestión de la producción" por parte de los consejos

[14] El GIC (Grupo de Comunistas Internacionales) fue el grupo de la izquierda comunista holandesa, fundado en 1927, grupo que recogió la herencia teórica de la izquierda comunista alemana, pero abandonando los aportes positivos de ésta, en cuanto al partido y la organización de los revolucionarios

[15] Para la historia de la fusión entre los ex GIC y el Communistenbond, ver una carta de Canne Meijer del 30 de junio de 1946 a la revista El Proletario 8RKD-CR) que da útiles precisiones. Canne Meijer escribió en 1944 para la discusión, un texto sobre la democracia obrera: "Arbeiders-democratie in de bedrijven". Brunn van Albada publicó en Saprtacus nº 1 de enero de 1945 un estudio sobre el método marxista "Het marxisme als methode van onderzoek", como método dialéctico científico de investigación

[16] "... eran solo ‘invitados', dice Canne Meijer en la misma carta, hacían todo el trabajo... en común con los camaradas del Bond, pero evitaban la menor ingerencia organizativa."

[17] Sin embargo, en 1943-44, miembros del Bond participaron en la creación del pequeño sindicato clandestino llamado Sindicato Unitario

[18] En la carta del 30 de junio del 46 ya citada, Canne Meijer considera que el Bond se inscribe el desarrollo de un "nuevo movimiento obrero, que no es una ‘oposición' al antiguo, ni es su ‘izquierda' o su ‘ultraizquierda', sino un movimiento con otras bases".

[19] Carta de Canne Meijer del 27 de junio del 46 a la revista El Proletario. En 1946, la tirada de Spartacus semanal había caído a 4000 ejemplares

[20] Los estatutos están en el Boletín Interno del Bond, En Nuestro Círculo, nº 5

[21] Decisión de la Conferencia del 21-22 de julio del 45, en la que estaban presentes 21 militantes de los "Kerne" de Leiden, Ámsterdam, Rótterdam, Hilversum-Bussum. Cf. Uit Eigen Kring (UEK, nº 2, agosto del 45)

[22] "El núcleo es autónomo en su propio círculo. Decide de la admisión y de la exclusión de los miembros. El comité ejecutivo central es consultado primero para la exclusión o admisión de los miembros". Con este punto de los estatutos, la autonomía de los núcleos estaba limitada en teoría, y tanto más al haber sido afirmada la disciplina organizativa: "Los núcleos (núcleos principales) están obligados a cumplir las decisiones tomadas por la Conferencia del Bond y a difundir los principios del Bond tal como han sido y son establecidos en sus Conferencias"

[23] UEK, nº1, de abril del 45

[24] UEK, nº 2, de agosto del 45: "La conferencia acuerda rechazar toda colaboración con el CRM. Se toma la decisión de no discutir con el CRM"

[25] UEK, nº 4, de agosto del 45: "Proyecto de llamamiento inaugural a los trabajadores manuales e intelectuales de todos los países"

[26] La propuesta de establecer una secretaría de informaciones en Bruselas procedía de Contra la Corriente y de la central del Communistenbond. La conferencia dio su acuerdo. Cf. UEK nº 2, punto 8 de la Resolución

[27] Las Tesis, uno de los tres proyectos presentados, aparecieron en UEK nº 8, de diciembre del 45, y en enero del 46 en forma de folleto. Los otros dos proyectos fueron también sometidos a discusión

[28] Las Tesis no fueron puestas en entredicho hasta 1951. El grupo de Ámsterdam propuso enmiendas a la organización. Cf. UEK del 20 de octubre de 1951

[29] En 1943, Pannekoek, a pesar de su análisis sobre la revolución rusa como "burguesa", decía que octubre de 1917 había tenido unos efectos positivos sobre la conciencia de clase: "Después, cual brillante estrella en el oscuro firmamento, la revolución rusa iluminó la tierra entera. Por todas partes, las masas volvieron a la esperanza; se hicieron reacias a las órdenes de sus amos, pues oían las llamadas que llegaban de Rusia: llamadas para acabar con la guerra, a la fraternidad entre los trabajadores de todos los países, a la revolución mundial contra el capitalismo". (Pannekoek, Los Consejos Obreros)

[30] Bordiga, en Partido y -clase: "Un partido vive cuando viven una doctrina y un método de acción. Un partido es una escuela del pensamiento político y, por lo tanto, una organización de lucha. Primero existe un hecho de conciencia; luego, un hecho de voluntad o, más exactamente, la tendencia hacia una finalidad" (1921)

[31] Cf. Saprtacus, maanschrift voor de revolutionaire-socialtische Arbeidersbeweging, nº 1: "Het marxisme als methode van onderzoek", artículo escrito por van Albada, que era astrónomo de profesión

[32] Los Consejos Obreros, de Anton Pannekoek.

[33] El PCInt de Bordiga se concebía como partido monolítico en el que no podía existir una "libertad de teoría". Los debates internos eran imposibles debido al "centralismo orgánico de una dirección que concebía al marxismo como una "conversación de la doctrina". En el Bond, sí había debates internos, pero sin que estuviera definido en los Estatutos el marco en que debían desarrollarse

[34] Cf. Bordiga: "... los jefes de origen obrero se han revelado tan expertos como los intelectuales en el oportunismo y la traición, y, en general, más susceptibles de ser absorbidos por las influencias burguesas... Afirmamos que el obrero, en la célula, tendrá tendencia a no discutir más que de los problemas particulares que puedan interesar a los trabajadores de su empresa" (L' Unitá, nº 172, 26 de julio de 1925)

[35] Un segundo proyecto de Tesis sobre el partido abordaba ese tema. Y rechazaba explícitamente la idea de que el partido toma y ejerce el poder. Cf. "Stellingen, taak en wezen van de Partij", Tesis nº 9, en Uit Eigen Kring, nº 7, de diciembre del 45

[36] El folleto era una de las bases programáticas del Bond. Examinaba la cuestión del poder a través de la evolución de las sociedades de clase desde la antigüedad hasta la sociedad capitalista

[37] Las "Cinco Tesis" de Pannekoek fueron publicadas de nuevo, en francés, por Information et Correspondance Ouvriere (ICO) en folleto La greve généralisée en France, mai-juin 1968, suplemento de ICO nº 72

[38] UEK Nº 7, diciembre del 45: "Tesis sobre el concepto y la esencia del partido". Esas Tesis fueron el tercer proyecto sometido a la discusión, proyecto no aceptado por el Congreso del Bond

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