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La diferencia entre la vacuidad de un presuntuoso bloguero y la solidez de una organización enraizada en la tradición del movimiento obrero

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La diferencia entre la vacuidad de un presuntuoso bloguero y la solidez de una organización enraizada en la tradición del movimiento obrero

Un folleto lleno de acusaciones infundadas contra la CCI

En la jungla de sitios que se jactan de defender las posiciones y la tradición del marxismo, hay uno, Controversias[1], que ha dedicado recientemente un folleto entero de más de 60 páginas a un ataque de 360 grados contra nuestra organización[2]. Las acusaciones son muy variadas y abarcan prácticamente todos los planos: posiciones políticas, funcionamiento interno, comportamiento frente a otros grupos. Una de ellas, particularmente difamatoria, propone la idea de una «conspiración secreta de la CCI para sabotear el medio político proletario y todo lo que pueda hacerle sombra». En otras palabras, C. Mcl -seudónimo del autor del panfleto- se presenta como el defensor de la Izquierda Comunista y de sus valores fundacionales frente a los supuestos ataques de la CCI.

Antes de responder a las acusaciones, consideramos necesario presentar al autor, que no es otro que un antiguo miembro de nuestra organización, C. Mcl que, tras abandonar nuestra organización en 2008, se ha distinguido a través de su blog «Controversias» por una actitud claramente hostil de denigración sistemática de la CCI, en particular publicando en 2010 el artículo “Es medianoche en la izquierda comunista [1]” que presenta un balance «fantasioso» y totalmente negativo de las aportaciones de la Izquierda Comunista que se formó como reacción a la degeneración de la Internacional Comunista y a la traición de los partidos comunistas en los años 1930. Según su mismo balance, la experiencia de la Izquierda Comunista fue un completo fracaso y las aportaciones de Bilan y otras expresiones de la Izquierda Comunista[3] fueron inútiles. Así, tras enterrar fraudulentamente la historia y la tradición de la Izquierda Comunista bajo un montón de mentiras en un artículo anterior, C. Mcl se presenta ahora fraudulentamente como defensor de la Izquierda Comunista, con un panfleto basado, como siempre, en mentiras y mistificaciones. O bien C. Mcl ignora por completo sus contradicciones o, como otros antes que él, ha adoptado el lema: «¡cuanto más grande es la mentira, más probabilidades hay de que sea aprobada!».

De hecho, el planteamiento de C. Mcl no es original, ya que otros antes que él, han emprendido una empresa de demolición o tergiversación de los valores y la contribución de la Izquierda comunista. Así, por ejemplo, recuerda, en el fondo y en la finalidad, a la llevada a cabo por otro «ilustre» personaje, el Sr. Gaizka, que había inventado, al servicio de sus objetivos personales, una izquierda comunista española[4] de la que era heredero y defensor. En ambos casos, hay un objetivo común: ser aceptado en el campo de la Izquierda Comunista a través de un caballo de Troya, como la falsa Izquierda Comunista Española[5] o mediante la «descalificación política» de la CCI, como parte de un esfuerzo común para descalificar a la propia Izquierda Comunista.

Como veremos también más adelante, el objetivo de Controversias con este primer panfleto (un segundo está en curso) va mucho más allá de una simple polémica en la medida en que se dice que el comportamiento de la CCI recuerda al «gansterismo mafioso», por lo que nuestras «concepciones y prácticas deben ser denunciadas y firmemente prohibidas», y que:

  • «ya es hora, de una vez por todas, de poner fin a las luchas internas provocadas diariamente en el medio político proletario por las acciones de la CCI en su contra».
  • «Sí, por primera vez en el seno de la izquierda comunista, nos enfrentamos a una conspiración secreta de la CCI destinada a sabotear al medio político proletario y todo lo que pueda hacerle sombra»[6].

Esta conclusión de Controversias retoma una por una, contra nuestra organización, las infamias que la CCI ha denunciado en el medio parasitario, basándose en el planteamiento político del Consejo General de la AIT contra las prácticas de Bakunin y sus seguidores[7].

No podemos -ni queremos- responder a todos los disparates de este folleto. Por lo tanto, nos centraremos deliberadamente en dos de ellos:

1.            La forma en que se descalifica la caracterización que hace la CCI de la actual fase histórica de descomposición del capitalismo, dentro del período de decadencia;

2.            La acusación de que nuestra organización desacredita y destruye a la izquierda comunista.

¿Por qué C. Mcl se enfoca en estas dos cuestiones?

  • La «decadencia del capitalismo» constituye la columna vertebral de nuestra plataforma política, dándole una coherencia única en el medio político proletario. Demoler la decadencia, o incluso relativizar su importancia, no es sólo atacar a la CCI sino a la tradición de toda la Izquierda comunista, porque es debilitar los fundamentos de posiciones políticas cardinales en este periodo del capitalismo en decadencia.

- la crítica de los sindicatos como necesariamente al servicio del Estado;

- la crítica de la liberación nacional como algo que no sirve en absoluto a la lucha de clases, sino que sólo constituye un obstáculo fatal para ella.

Rechazar la concepción de la decadencia del capitalismo y su agravamiento con la fase de descomposición es negarse a sí mismo una comprensión del período histórico actual, diferente de la ascendencia de la que Marx fue contemporáneo.

  • Del mismo modo, en lo que concierne al partido, la concepción de su rol, de su construcción no puede plantearse sin tener en cuenta el período histórico en cuestión en la vida del capitalismo. Y la referencia a la Izquierda comunista, desvinculada del período histórico, se convierte en una abstracción estéril de la que no se puede extraer ninguna enseñanza. Esta corriente fundamental del movimiento obrero deja de ser una fuente de orientación y de inspiración para convertirse en un artificio en manos de académicos y de sitios de blogueros como Controversias.

Para cierto público y sus maestros pensadores, desacreditar y destruir a la Izquierda comunista es una necesidad tan obvia que no hay necesidad de justificarla. Esa es la filosofía del artículo de C. Mcl con su ataque y sus infames acusaciones.

 

El extraño enfoque del Sr. C. Mcl para analizar el período histórico

La caracterización del período histórico actual como el de la decadencia del capitalismo no es una invención de la CCI, sino una conclusión a la que llegó la Tercera Internacional. Como afirma en su ‘Manifiesto’, la Internacional Comunista nació en un momento en que el capitalismo había demostrado claramente su obsolescencia. La humanidad entraba en la «era de las guerras y las revoluciones». La TCI, otro componente importante de la Izquierda comunista actual, también defiende el análisis de la decadencia del capitalismo, pero en nuestra opinión de forma incoherente. En cuanto a los bordiguistas, si bien hoy les convence poco este planteamiento por una errónea defensa de la invariabilidad[8] del marxismo, hay que recordar que el propio Bordiga era su defensor en 1921[9].

 

1. ¿Cuáles son los argumentos a favor del análisis de la decadencia frente a los “críticas” de C. Mcl?

Hay una serie de artículos que elaboramos a finales de los años ochenta, precisamente en respuesta a las posiciones críticas que negaban el análisis de la decadencia del capitalismo. He aquí algunos pasajes particularmente significativos:

  • «... cuando la tarea de los revolucionarios es demostrar la bancarrota histórica del modo de producción capitalista y la necesidad y actualidad del socialismo, hay grupos políticos que se complacen con “las fantásticas tasas de crecimiento del período de reconstrucción”, abandonando la concepción marxista de la sucesión de los modos de producción rechazando la noción de decadencia, y se esfuerzan en demostrar que “... el capitalismo crece constantemente más allá de todo límite”. No es de extrañar que, con este tipo de fundamentos, y sin ningún análisis coherente del periodo, estos grupos defiendan una perspectiva desfavorable para la clase obrera, y sus preocupaciones sean esencialmente académicas en lo que se refiere a la actividad de las minorías revolucionarias.»[10]

Y prosigue:

  • «Sin embargo, al igual que los modos de producción anteriores, el capitalismo también tiene su período de decadencia, que comenzó en la segunda década de este siglo, y que se caracteriza por el freno que impone al desarrollo de las fuerzas productivas su ya caduca ley social fundamental de producción -el trabajo asalariado-, que se expresa finalmente en una falta de mercados solventes en relación con las necesidades de acumulación.»[11]

Añadiendo enseguida que:

  • La decadencia de un modo de producción no puede medirse simplemente a la luz de las estadísticas. El fenómeno sólo puede captarse a través de toda una serie de aspectos cuantitativos, pero también cualitativos y superestructurales; nuestros críticos fingen no saberlo, para no tener que decir nada al respecto, contentándose con blandir las cifras cuyo valor acabamos de demostrar.»[12]

Por último, damos cuenta de los argumentos desarrollados en respuesta a la FECCI[13], que en su momento puso en tela de juicio la idea de que el desarrollo del capitalismo de Estado estaba estrechamente vinculado a la decadencia del capitalismo:

  • «Para la FECCI esto ya no es cierto. Es el paso de la dominación formal a la dominación real lo que explica el desarrollo del capitalismo de Estado. Si así fuera, deberíamos observar estadísticamente una progresión continua de la participación del Estado en la economía, ya que esta transición de dominación tiene lugar a lo largo de todo un período y, además, este aumento debería comenzar durante la fase ascendente. Es evidente que no es así. Las estadísticas que hemos publicado muestran una clara ruptura en 1914. En la fase ascendente, la participación del Estado en la economía es BAJA y CONSTANTE (en torno al 12%), mientras que aumenta durante la decadencia hasta alcanzar hoy una media de alrededor del 50% del PNB. Esto confirma nuestra tesis del vínculo indisoluble entre el desarrollo del capitalismo de Estado y la decadencia, e invalida categóricamente el de la FECCI.»[14]

Así, el balance elaborado en estos mismos artículos era el siguiente:

  • «Al final de esta serie de artículos, hay que ser tan ciego como nuestros censores para no ver la ruptura que significó la Primera Guerra Mundial en el modo de vida del capitalismo. Todas las series estadísticas a largo plazo publicadas aquí demuestran esa ruptura: producción industrial mundial, comercio mundial, precios, intervención estatal, términos del intercambio y armamento. Sólo el análisis de la decadencia y su explicación de la saturación de mercados permiten comprender dicha ruptura.[15]

Estos son algunos de los argumentos que podemos aportar tomándolos de tres de nuestros artículos escritos en su momento por un convencido defensor del análisis de la decadencia del capitalismo. Pero si buscamos al autor de esos artículos, tenemos la increíble sorpresa de descubrir que los tres están firmados por C. Mcl, que en realidad los escribió cuando aún militaba en nuestra organización. Por lo tanto, nos parece que el Sr. C. Mcl, antes de arremeter contra la organización en la que militó durante 33 años, de 1975 a 2008, sin cuestionar nunca ni la decadencia ni el análisis del nuevo periodo de descomposición, debería primero responsabilizarse de sí mismo y responder a sus propias contradicciones.

 

2. ¿Cómo es posible que C. Mcl, al revisar su análisis de la decadencia, haya llegado a conclusiones tan opuestas?

¿Por qué, cuando «revisa» sus conclusiones anteriores publicadas en la Revista Internacional de la CCI, C. Mcl se basa en datos diferentes? Y, sobre todo, ¿cómo justifica semejante cambio en los datos en cuestión cuando se supone que reflejan la misma realidad?  C. Mcl no siente la necesidad de justificarlo. Peor aún, no cita la fuente de los nuevos datos ahora utilizados, contentándose con un tono insolente y provocador para acompañar la presentación de sus nuevos resultados y conclusiones, permaneciendo callado como una tumba sobre sus nuevas fuentes.

Intrigados por el misterio así mantenido por C. Mcl, realizamos algunas investigaciones y finalmente descubrimos que sus últimas publicaciones sobre este tema se basan enteramente en datos de un sitio web inglés, World in Data[16], con sede en Oxford y financiado por Bill Gates. El sitio se propone destacar los aspectos positivos del capitalismo, que supuestamente resolverá la pobreza en el mundo. Pero la compañía está lejos de alcanzar consenso, ya que hay numerosos sitios y blogs en la red que destacan que estas estadísticas están completamente distorsionadas. En otras palabras, C. Mcl y Controversias se alían con Bill Gates utilizando estadísticas poco fiables para promover «artificialmente» la longevidad del capitalismo y enterrar la tesis de su decadencia.

 

3. ¿Qué método utiliza C. Mcl para elaborar sus análisis de la situación histórica?

En su eufórico intento de demostrar «la total bancarrota política de nuestra organización», C. Mcl y su blog Controversias no sólo no se detienen ante nada, sino que ha adquirido cierta pericia en el arte de confundir nuestras posiciones deformándolas y falsificándolas. Pero, como al parecer esto no es suficiente, C. Mcl hace lo mismo con las posiciones de Marx y Engels.

Así, en la página 13 de su folleto, por ejemplo, C. Mcl cuestiona nuestro análisis de que el derrumbe del Muro de Berlín y la consiguiente propaganda burguesa sobre la derrota del comunismo, la desaparición de la clase obrera y el fin de la historia provocaron un colapso de la combatividad y un declive de la conciencia de clase. Citamos a C. Mcl:

  • «... el reconocimiento por la CCI de un reflujo de las luchas después de 1989 es totalmente erróneo por tres buenas razones:
    1. En primer lugar, porque este declive se remonta a 1974-75, es decir, quince años antes.
    2. Enseguida, es imposible que la causa del retroceso se encuentre en el hundimiento del bloque del Este, puesto que el retroceso ya estaba en su punto más bajo en 1989 (gráfico 4.1).
    3. Por último, el impacto de la caída del muro de Berlín no influyó en la intensidad de los conflictos sociales (gráfico 4.1). Como mucho, podemos detectar una micro-crisis coyuntural... pero ésta se recupera en los dos años siguientes. Por otra parte, este hundimiento repercute en la conciencia como factor adicional de desorientación y pérdida de identidad de clase».

Analicemos un poco esta cita de C. Mcl:

  • En primer lugar, sugiere que, para la CCI, el problema del retroceso se caracterizaría en términos de jornadas de huelga. Puede entonces, mediante una estadística ad hoc sobre el número de huelgas, invalidar la idea de un retroceso a partir de los años noventa. Esto puede inducir a error a quienes no estén familiarizados con nuestro análisis del retroceso de la conciencia de la clase obrera;
  • En segundo lugar, hace como si la CCI entendiera esencialmente el retroceso como una cuestión de reducción de la combatividad de la clase obrera y no de su conciencia. Esto es falso, como atestigua este pasaje de nuestras Tesis sobre la crisis económica y política en los países del Este [2], escritas a principios de octubre de 1989, es decir, más de un mes antes del comienzo de la desintegración de la URSS: “Un acontecimiento de esa envergadura tendrá repercusiones, y ha empezado ya a tenerlas en la conciencia de la clase obrera y más todavía por tratarse de una ideología y un sistema político presentados durante más de medio siglo, por todos los sectores de la burguesía, como “socialistas” y “obreros”. (...) Es posible que vivamos un retroceso momentáneo en la conciencia del proletariado, cuyas manifestaciones se advierten, especialmente ya, en el retorno a bombo y platillo de los sindicatos en el ruedo social. Aunque el capitalismo no dejará de llevar a cabo sus incesantes ataques, cada vez más duros, contra los obreros, lo que les obligará a entrar en lucha; no por ello el resultado va a ser, al comienzo, el de una mayor capacidad de la clase para avanzar en su toma de conciencia. En particular, la ideología reformista pesará mucho en las luchas del próximo período, favoreciendo enormemente la acción de los sindicatos”.

Evidentemente, no podemos hablar de error, de exageración o incluso de parcialidad cuando vemos la manera en que C. Mcl. intenta desacreditar a la CCI recurriendo a falsedades tan fácilmente comprobables, ya que la CCI fue la única organización del medio proletario que señaló que el hundimiento del bloque del Este significaba mayores dificultades para el proletariado. Se trata de una mentira descarada.

Pero nada puede parar a C. Mcl en su búsqueda de los medios más descabellados al servicio de su proyecto de demolición, en particular en lo que se refiere a la fase de descomposición del capitalismo. De forma temeraria, apela al Manifiesto Comunista para que le ayude, invocando este pasaje relativo (según él) a la descomposición en el seno de las sociedades del pasado, que desembocó en la destrucción de las dos clases en lucha: “Hombre libre y esclavo, patricio y plebeyo, barón y siervo, maestro jurado y jornalero, en una palabra opresores y oprimidos, en constante oposición, libraban una guerra ininterrumpida, a veces abierta, a veces oculta, guerra que siempre terminaba o bien en una transformación revolucionaria de la sociedad en su conjunto, o bien en la destrucción de las dos clases en lucha.» (Énfasis en el texto original)”.

Como el Manifiesto no menciona la posibilidad de una fase de descomposición de la sociedad en el capitalismo, como lo hace para las sociedades anteriores, C. Mcl admite que tal fenómeno podría existir en el capitalismo, pero sólo en una medida muy limitada. La explicación es muy interesante: “... si tal “bloqueo” de la relación de fuerzas entre las clases puede existir durante algunos años en el capitalismo, es inconcebible a medio y largo plazo porque los imperativos que exige la acumulación de capital no dejan lugar a esta posibilidad so pena de ... ¡bloqueo económico esta vez!” (énfasis añadido por nosotros).

C. Mcl. elude descaradamente la explicación legítima del hecho de que Marx no hable de descomposición del capitalismo. Esto no radica, como dice C. Mcl., en que sólo podría tratarse de un fenómeno temporal, sino en el hecho evidente de que esto era imposible para él, como para todo marxista, por profundo que fuera, por las dos razones siguientes:

  • por un lado, hay 140 años que separan la redacción del Manifiesto de 1848 y la apertura de la fase de descomposición;
  • por otra parte, la fase de descomposición no fue una fase obligatoria de la decadencia, sino el producto de esta, en un momento dado, de incapacidad de las dos clases antagónicas para aportar su propia solución a la crisis.

Esta anécdota nos lleva a evocar la habilidad de C. Mcl para hacer encajar la realidad en sus esquemas, cuando ésta se desvía demasiado. No sabemos si ha conseguido engañar así a sus «seguidores», si es que los tiene.

 

¿Está la CCI desacreditando y destruyendo a la izquierda comunista?

Esto es lo que defiende C. Mcl, desarrollando su acusación en torno a tres ejes:

  • El debate interno al seno de la CCI;
  • La política antiguerra de la CCI;
  • La política de la CCI respecto al MPP (Medio Político Proletario), acusando a nuestra organización de una deriva bordigo-monolítica.

 

1. Sobre nuestros debates internos y la manera de rendir cuentas al exterior de la organización

Para apoyar la tesis cómica de la deriva bordigo-monolítica de la CCI, C. Mcl empieza por intentar ridiculizar nuestro método de debate:

«El punto de partida de un debate es ante todo el marco compartido por la organización, adoptado y precisado por los diferentes informes de sus congresos internacionales» ... en otras palabras, el alcance de un debate en la CCI se limita estrictamente a poder discutir sobre los puntos y las comas de los textos de referencia y de las resoluciones. Aparte de eso, cualquier contribución que ponga en tela de juicio este marco o que proponga otro es reprendida como «Una forma insidiosa de poner en duda el análisis de la organización [...] un modo falaz de argumentación».

El problema es que C. Mcl, tras abandonar la CCI, abandonó también por completo el método científico marxista, que sostiene que cualquier paso hacia la verdad debe darse a través de la crítica más profunda del pasado, de las posiciones anteriores. Este es el sentido de la definición, como punto de partida del análisis, del marco común formulado por la organización. Sin este planteamiento, cualquier desarrollo acabaría en el caos y sería totalmente improductivo.

C. Mcl también nos reprochó no desarrollar suficientemente nuestro debate interno, publicar muy pocos textos que expresen nuestras diferencias hacia el exterior y aplazar la publicación de estos textos hasta las calendas griegas. Lo que C. Mcl no menciona a este respecto es que:

1. desde el principio de su existencia, la organización ha contado con herramientas muy eficaces para el debate interno en forma de boletines internos, que C. Mcl ha utilizado indebidamente para escribir este panfleto engañoso;

2. después de cada uno de sus congresos, la CCI publica un informe político en el que se describen todos los elementos críticos que se han desarrollado en el seno de la organización;

3. la publicación externa de textos divergentes tiene por función, llegado el caso, dar a conocer a la clase obrera elementos de debate interno que puedan interesarle; esta publicación no responde, a un derecho de los militantes, sino a la necesidad política de la organización de presentar con la mayor claridad sus elementos de debate a la clase obrera;

4. desde nuestro nacimiento como organización hasta hoy, se han publicado en el exterior numerosas contribuciones al debate, entre ellas las escritas por C. Mcl con motivo del debate sobre el significado de los «30 gloriosos».

Contrariamente a las acusaciones vertidas contra nosotros por C. Mcl, somos una organización que, con convicción y responsabilidad, comunica al exterior problemas, las divergencias y -cuando surgen- situaciones de crisis, pero de una forma política comprensible y capaz de estimular a nuestros lectores. Por otra parte, es evidente que quienes siguen nuestra vida interna con el único propósito de espiar por el ojo de la cerradura, creyendo ver un reality show, pueden sentirse decepcionados de que no todo se comunique al exterior. Nosotros no nos arrepentimos en absoluto.

 

2. ¿La declaración conjunta es un bluf de la CCI?

La segunda acusación de C. Mcl contra la CCI se refiere a nuestro llamamiento a los grupos de la Izquierda Comunista para una Declaración Conjunta (DC)[17] contra la guerra en Ucrania. Aparte de quejarse del número limitado de grupos a los que enviamos nuestros llamamientos[18], C. Mcl desarrolla toda una teoría según la cual nuestro llamamiento sería un completo fracaso porque:

1. el PCI coreano, tras adherirse a la Declaración Conjunta, se distanció de ella optando por la iniciativa NWBCW (No War But the Class War) de la TCI;

2. el propio IOD (Istituto Onorato Damen) no habría confirmado su adhesión a la Declaración Conjunta al no respaldar el Llamamiento que le siguió;

3. IV (Internationalist Voice) en sí misma no tendría ningún valor, en tanto no es más que una sección bis sueca de la CCI.

Para C. Mcl, se trataba de demostrar que la iniciativa DC no es más que un bluf y que no había reunido a ningún grupo aparte de la propia CCI: «... ¡qué fracaso! ¿Qué queda del medio político alrededor de la CCI? ¡Su única sección bis oculta en Suecia: Internationalist Voice! Esta es la razón de la diatriba actual de la CCI: aislada y sola, sólo le queda una política de tierra quemada destinada a destruir todo lo que ocurre fuera de la CCI en el medio revolucionario[19]».

Una vez más, la actitud de Controversias es la opuesta a la actitud responsable y militante que debería ser la de los grupos de la Izquierda Comunista frente a la Guerra: en lugar de criticar a los otros grupos por su negativa a unirse (bordiguistas y damenistas) y las vacilaciones de los que se habían unido inicialmente (PCI e IOD), ¡¡¡¡critica a la CCI por intentar construir una respuesta común al conjunto de la Izquierda Comunista!!!!

 

3. ¿Persigue la CCI una política oculta de destrucción del MPP?

La última línea de ataque contra la CCI es la acusación de querer destruir el Medio Político Proletario (MPP). El agravio contra nosotros parece ser nuestra posición tantas veces expresada, en particular hacia la TCI (pero también hacia los Bordiguistas) de que no están a la altura de las responsabilidades que exige la situación histórica actual a causa de su oportunismo visceral (del que el sectarismo es una expresión, en particular por lo que se refiere a los Bordiguistas): «... la política de la CCI con respecto a sus disidentes, a la TCI y al medio político proletario no tiene precedentes y es totalmente ajena al movimiento obrero; es más parecida a la perseguida por Bakunin para “desacreditar” y “hacer desaparecer” a la AIT. Es una vergüenza para la izquierda comunista y debe ser denunciada y desterrada»[20].

En apoyo de sus acusaciones, C. Mcl exhibe una serie de citas robadas de nuestros documentos internos y presentadas distorsionadas completamente en el contexto y el objetivo, como, por ejemplo:

  • «La organización [la CCI] debe ser lo más clara y homogénea posible sobre el objetivo de nuestra política con respecto al BIPR [TCI]: lo importante es desacreditar ... al BIPR ... para que desaparezca políticamente. Si esta política conduce a su desaparición física, tanto mejor»[21].

Esta acusación de querer destruir a los demás grupos del MPP, de «sabotear el medio político proletario y todo lo que pueda hacerle sombra», no es nueva y recuerda mucho a la que ya hemos tenido que refutar contra otro personaje argentino al que hemos señalado en nuestra prensa bajo el nombre de Ciudadano B, quien, en 2004, se tomó la molestia de escribir toda una «Declaración del Círculo de Comunistas Internacionalistas: contra la nauseabunda metodología de la Corriente Comunista Internacional[22]» y otros numerosos artículos que contenían una serie de gravísimas acusaciones contra la CCI.

Esta calumnia deshonesta fue lamentablemente apoyada en su momento por el grupo conocido hoy como TCI, Tendencia Comunista Internacional, que entonces se llamaba BIPR, Buró Internacional por el Partido Revolucionario. La declaración y todos los demás artículos que expresaban acusaciones inventadas por el Ciudadano B, autoproclamado dirigente del grupo, fueron publicados regularmente en el sitio web del BIPR, y nuestras protestas y advertencias dirigidas al propio BIPR, sobre las mentiras contenidas en estos artículos y la peligrosidad del Ciudadano B, quedaron sin efecto. Hasta que una delegación de la CCI viajó a Argentina y se reunió con el grupo en cuyo nombre el Ciudadano B había escrito los diversos artículos de denuncia y que ignoraban por completo que había sido utilizado de forma tan despreciable. Sólo después de que publicáramos una declaración de este grupo desmintiendo y denunciando las acciones del Ciudadano B, el BIPR tuvo que dar marcha atrás con los artículos que había publicado contra nosotros y que, uno tras otro, desaparecieron discretamente del sitio, sin que el BIPR -hoy TCI- diera ninguna explicación al respecto.

Así pues, basándose en este comportamiento imperdonable, nuestra organización se encargó de enviar una Carta abierta de la CCI a los militantes del BIPR (diciembre de 2004) [3] en la que afirmábamos lo siguiente: «Por eso hasta el presente siempre hemos considerado que a la clase obrera le interesaba preservar a una organización como el BIPR. Ese no es vuestro análisis en lo tocante a nuestra propia organización, ya que en vuestra reunión con la FICCI en marzo de 2002 afirmasteis “estamos llamados a concluir que la CCI se ha convertido en una organización “no válida”, por consiguiente, nuestro objetivo será hacer todo lo que este en nuestras manos para que desaparezca” (Boletín de la FICCI nº 9) y desde entonces se ha aplicado a fondo en esa tarea. [...]

Camaradas, os lo decimos francamente: si el BIPR persiste en la política de mentiras, de calumnias, y lo que es peor de “dejar decir” y de silencio cómplice ante las acciones de grupúsculos cuya razón de existir y su marca de fábrica es precisamente esa, tal como el “Círculo” y la FICCI, dará prueba de que se ha convertido en un obstáculo para la toma de conciencia del proletariado. Será un obstáculo no tanto por el descrédito que podría aportar a nuestra organización (los recientes acontecimientos han demostrado que somos capaces de defendernos, aunque vosotros estiméis que “la CCI está en vía de desintegración”) sino por el descrédito y el deshonor que este tipo de comportamientos infringe a la memoria de la Izquierda Comunista de Italia, y por tanto a su irremplazable contribución. En ese sentido será preferible que el BIPR desaparezca y “nuestro objetivo será hacer todo lo posible para empujar hacia su desaparición” como bien decís vosotros. Está claro, evidentemente, que para lograr tal fin solamente emplearemos las armas propias de la clase obrera entre las que no están, cae por su propio peso, el uso de la mentira y la calumnia.»

Esta es nuestra verdadera posición, que C. Mcl ha intentado tan maliciosamente falsificar, ocultando toda la historia que hay detrás.

Lo que es verdaderamente vergonzoso es el comportamiento totalmente inmoral de C. Mcl, impregnado de ideología pequeñoburguesa, que desata la más grande de las vilezas contra una organización como la nuestra que trata de mantener vivos los valores de la Izquierda Comunista y del movimiento obrero en general, contra los patinazos oportunistas y las alianzas con los diversos delatores y parásitos que circulan en el medio político. En diferentes circunstancias, nuestra organización ha asumido a menudo la responsabilidad de advertir a otras organizaciones de los numerosos deslices de los que son víctimas, pero nunca hemos dejado de expresar nuestra solidaridad revolucionaria y nuestro reconocimiento de su pertenencia a la filiación política que tenemos en común. Nuestro objetivo no es destruir a las demás organizaciones, sino impedir que se destruyan a sí mismas convirtiéndose en enemigas de la clase obrera.

 

¿Qué son realmente Controversias y el individuo C. Mcl?

Para concluir este artículo, podemos preguntarnos quién es este individuo que ha lanzado un ataque tan virulento contra nuestra organización. Como ya se ha dicho, C. Mcl es un antiguo militante de la CCI, que también tuvo la audacia de presentarse[23] en el mismo folleto:

  • «Militante de la Corriente Comunista Internacional desde 1975, le debo mi formación, pero también el legado de sus incoherencias políticas y organizativas. Abandoné sus filas en otoño de 2008, y me ha llevado varios años hacer un balance crítico, cuyos primeros elementos presento aquí.»

Como él mismo informa, C. Mcl había sido miembro de nuestra organización durante nada menos que 33 años, ¡durante los cuales nunca cuestionó ninguno de los puntos clave de nuestra plataforma! Hasta 2008, es decir, durante la mayor parte de su vida política, apoyó y defendió las posiciones de la CCI sobre la decadencia, la descomposición, la política hacia el medio político proletario, la denuncia del parasitismo, etc. y fue miembro del órgano central internacional de la CCI. Pero después de 2008, ¿por qué cambió de opinión? Conviene hacer un rápido recordatorio.

Tras los primeros años del siglo XXI, la organización se dio cuenta de que, si bien el marco de análisis del periodo histórico del declive del capitalismo seguía siendo válido, era necesario aclarar ciertos aspectos. En particular, había que explicar el desarrollo económico de países como China[24]. Por otra parte, el argumento utilizado en nuestro folleto sobre la decadencia de que la recuperación económica global del capitalismo tras la Segunda Guerra Mundial se debía al proceso de reconstrucción, posición compartida por todos los demás grupos del medio político, ya no era convincente porque contradecía el marco de análisis del modo de producción capitalista que defendíamos. Esto condujo a un debate en el seno de la organización con la participación del antiguo militante C. Mcl y que dio lugar a 5 artículos de debate publicados al exterior de la organización en la Revista Internacional (nº 136 [4], 138 [5], 141 [6]) bajo el título «Debate interno de la CCI sobre cuestiones económicas». Antes de la apertura de este debate en la prensa, C. Mcl había sido designado para actualizar nuestro folleto sobre la decadencia, pero cuando en el debate él comenzó a desarrollar posiciones en contradicción con los fundamentos de nuestra plataforma y del marxismo, al tiempo que defendía la idea de que eran perfectamente compatibles[25], no fue posible dejar a este camarada la actualización de un nuevo folleto sobre la decadencia.

Esta decisión de la organización probablemente nunca fue digerida por C. Mcl. El hombre que se consideraba el experto en el tema, por orgullo herido, empezó a protestar, convirtiéndolo en una cuestión personal y desarrollando una actitud cada vez más hostil. Empezó a acusar a la organización de todos los males posibles y ya ni siquiera respetaba sus normas de funcionamiento. Al final, C. Mcl abandonó la organización sin continuar defendiendo sus diferencias. Como puede verse una vez más, no era la CCI la que obstaculizaba el debate, sino un comportamiento en su seno totalmente ajeno a la militancia revolucionaria.

Una vez abandonada la organización, C. Mcl se desvió completamente de su rumbo político. La posición que había desarrollado sobre la economía le llevó a rechazar definitivamente la posición marxista, adoptando un enfoque economicista y asociándose con elementos académicos, como Jacques Gouverneur, con quien escribió un libro titulado «Capitalismo y crisis económicas», en el que rechazaba la visión catastrófica del marxismo.

Otro ejemplo lo ofrece una necrología[26] publicada en Controversias y firmada por Philippe Bourrinet[27], otro elemento también furiosamente hostil a la CCI. La nota necrológica está dedicada a un tal Lafif Lakhdar, «intelectual árabe, escritor, filósofo y racionalista, militante en Argelia, Medio Oriente y Francia. Apodado el “Spinoza árabe”. Fallecido en París el 26 de julio de 2013». Naturalmente, la expectativa de quien se dispone a leer una necrología en un sitio subtitulado «Foro de la Izquierda Comunista Internacionalista» es enterarse de la existencia de un militante revolucionario que había participado en organizaciones de la Izquierda Comunista o, al menos, en grupos proletarios y no contrarrevolucionarios. En cambio, nos enteramos en la misma nota necrológica, a propósito de esta personaje, que:

  1. «junto con otros intelectuales marxistas o marxizantes, fue -como Michel Raptis (Pablo)- uno de los consejeros de Ben Bella».
  2. «En octubre de 2004, junto con varios escritores árabes liberales, codirigió un Manifiesto publicado en Internet (www.elaph.com [7]; www.metransparent.com [8]) en el que se pedía a la ONU la creación de un tribunal internacional para perseguir a los terroristas, organizaciones o instituciones que inciten al terrorismo.»
  3. «Con el filósofo Mohammed Arkoun (1928-2010), participó desde 2009 en el programa Aladino de la UNESCO, un “programa educativo y cultural” lanzado bajo el patrocinio de la UNESCO, Jacques Chirac y Simone Veil»[28].

Evidentemente, ¿a quién iba dirigida esta necrológica? A alguien que había trabajado para el presidente argelino, que había enviado una carta-manifiesto a la ONU, esa «cueva de bandidos» (como decía Lenin) para someter a juicio a todos los terroristas, y que finalmente había sido reclutado por la UNESCO para participar en un programa promovido ¡¡¡por Chirac!!! Como vemos, aquí hay suficiente para comprender adónde conduce la opción suicida de declarar muerta a la Izquierda comunista: a la nada absoluta, si no al campo enemigo.

No tenemos ningún problema con que C. Mcl quiera ser académico. Lo que no podemos tolerar, en cambio, es que alguien a quien le gusta hacerse el marxólogo y que ha abandonado claramente toda referencia a la tradición de la Izquierda comunista e incluso al marxismo, pueda acusar a otros de destruir a la Izquierda comunista cuando él mismo ha participado en su destrucción afirmando, entre otras cosas, que era «medianoche en la Izquierda comunista»; que alguien como él, que manipuló a sabiendas citas de la CCI, del Manifiesto Comunista de Marx-Engels, de Rosa Luxemburgo y de la Izquierda Comunista Francesa -GCF- (cf. § 2. 3) pueda permitirse dirigir la misma acusación contra la CCI[29]; que un individuo que no es más que un bloguero intente presentarse como algo serio y sólido, con una organización llamada «Controversias» que no es más que un sitio de fachada, y pueda impugnar la historia, la estructura, la actividad militante de una organización como la nuestra, pero también de todos los demás grupos de la Izquierda comunista que, por débiles y culpables de oportunismo que sean, son sin embargo una realidad del campo proletario, y no una bufonada como Controversias.

Ezechiele, 20 de noviembre de 2024

 

[1] Controversias [9]

[2] CCI: Le pôle idéaliste de la Gauche Communiste [10], Cahier Thématique nº 3. Algunas partes se pueden leer en español aquí: El polo idealista de la Izquierda Comunista: la CCI [11].

[3] Leer La izquierda comunista y la continuidad del marxismo [12], CCI, septiembre 1998.

[4] Sobre este tema, leer Nuevo Curso y una «izquierda comunista española»: ¿de dónde viene la izquierda comunista? [13], Revista Internacional 163.

[5] ¿Quién es quién en «Nuevo Curso»? [14], CCI Online, enero 2020.

[6] Le pôle idéaliste [10]..., páginas 61 y 63. Es importante notar que, en estos dos últimos pasajes, C. Mcl repite, casi palabra por palabra, citas del texto de Engels «El Consejo General a todos los miembros de la Internacional», una advertencia contra la Alianza de Bakunin. C. Mcl, que ha abjurado del concepto de parasitismo, que se ha disculpado públicamente ante todos los demás denigradores de la Izquierda Comunista y de la CCI por haber compartido él mismo el análisis de la CCI sobre el peligro del parasitismo, se toma ahora la libertad de repetir las palabras de acusación de Engels contra las primeras expresiones del parasitismo en el Movimiento Obrero representado por Bakunin y la Alianza Internacional de la Democracia Socialista.

[7] Sobre este tema, véase nuestro artículo Cuestiones de organización, III: el congreso de La Haya de 1872: la lucha contra el parasitismo político, Revista Internacional 87. [15]

[8] Hablamos de una defensa errónea porque efectivamente hay principios que permanecen invariables en el marxismo, pero el «segundo Bordiga», el que volvió a la política al final de la Segunda Guerra Mundial participando en la fundación del PCInt 1943-45, hizo de la invarianza una regla para toda posición, precipitando al partido hacia las posiciones de la época del Manifiesto Comunista de 1848.

[9] Negar la noción de decadencia equivale a desmovilizar al proletariado frente a la guerra [16]. Revista Internacional 77.

[10] Polémica: Comprender la decadencia del capitalismo (4) [17] Revista Internacional n°54 (disponible online solo en francés e inglés)

[11] Ídem

[12] Ídem

[13] Fracción Externa de la CCI

[14] Comprender la decadencia del capitalismo (VI): El modo de vida del capitalismo en decadencia [18]. Revista Internacional 56. Nota 5.

[15] Comprender la decadencia del capitalismo (VI): El modo de vida del capitalismo en decadencia [18]. Revista Internacional 56. Nota 6.

[16] “Investigación y datos para el progreso contra los mayores problemas del mundo [19]”, web “Our World in Data”.

[17] Declaración conjunta de los grupos de la izquierda comunista internacional sobre la guerra en Ucrania [20], Revista Internacional 168.

[18] C. Mcl pretendería sin duda (¡no es broma!) hacerse pasar -como otros parásitos- por una expresión de la Izquierda Comunista.

[19] CCI: Le pôle idéaliste de la Gauche Communiste [10], página 60.

[20] CCI: Le pôle idéaliste de la Gauche Communiste [10], página 53.

[21] CCI: Le pôle idéaliste de la Gauche Communiste [10], página 44.

[22] Declaración del Círculo de Comunistas Internacionalistas: contra la metodología nauseabunda de la Corriente Comunista Internacional

[23] CCI: Le pôle idéaliste de la Gauche Communiste [10], página 5.

[24] La cuestión de China parece ser un tema de particular interés para C. Mcl, sobre el que se detiene extensamente en su panfleto. Pero, contrariamente a lo que C. Mcl. quiere hacernos creer, la CCI no ha dudado, una vez más, en criticar sus propios retrasos y errores en análisis anteriores. Al actualizar las Tesis sobre la Descomposición en el XXII Congreso, comenzamos recordando la importancia, después de 20 años, de revisar lo que habíamos escrito, e hicimos una corrección relativa a China, sobre la que admitimos que nos habíamos equivocado.

[25] De hecho, pusieron en tela de juicio el análisis marxista de las contradicciones del capitalismo, la sobreproducción en particular. Para este camarada, las medidas keynesianas como el aumento de los salarios constituían un medio de aliviar la sobreproducción, lo que era correcto, pero omitía deliberadamente mencionar que tales medidas constituían al mismo tiempo un despilfarro de la plusvalía acumulada, y por tanto un freno a la acumulación, intolerable a medio y largo plazo para la burguesía.

[26] Controverses. Lafif Lakhdar [21]

[27] Para saber más, le recomendamos la lectura del artículo El Doctor Bourrinet, un farsante que se presume historiador [22], CCI Online, abril 2015.

[28] Extracto de la necrología.

[29] «Que la CCI llegue al punto de tener que falsificar sus propios textos, e incluso los de Rosa Luxemburgo, para ocultar las incoherencias de sus análisis, dice mucho de su decadencia teórica y moral». (Le pôle idéaliste [10]..., página 17).

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Rubric: 

En defensa de la CCI y de la tradición de la Izquierda Comunista.

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Links
[1] https://www.leftcommunism.org/spip.php?article168 [2] https://es.internationalism.org/content/3451/tesis-sobre-la-crisis-economica-y-politica-en-los-paises-del-este [3] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/199/carta-abierta-de-la-cci-a-los-militantes-del-bipr [4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200904/2482/rev-internacional-n-136-1er-trimestre-2009 [5] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200907/2627/rev-internacional-n-138-3er-trimestre-de-2009 [6] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2861/rev-internacional-n-141-2-trimestre-2010 [7] https:///C:/Users/morom/Downloads/www.elaph.com [8] https:///C:/Users/morom/Downloads/www.metransparent.com [9] https://www.leftcommunism.org/index.php?lang=es [10] https://www.leftcommunism.org/spip.php?article530 [11] https://www.leftcommunism.org/spip.php?article506 [12] https://es.internationalism.org/cci/200510/156/la-izquierda-comunista-y-la-continuidad-del-marxismo [13] https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista [14] https://es.internationalism.org/content/4519/quien-es-quien-en-nuevo-curso [15] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199610/3614/cuestiones-de-organizacion-iii-el-congreso-de-la-haya-en-1872-la-l [16] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200704/1851/polemica-con-programme-communiste-sobre-la-guerra-imperialista-neg [17] https://fr.internationalism.org/french/rinte54/decad.htm [18] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198901/1124/comprender-la-decadencia-del-capitalismo-vi-el-modo-de-vida-del-ca [19] https://ourworldindata.org/ [20] https://es.internationalism.org/content/4807/declaracion-conjunta-de-grupos-de-la-izquierda-comunista-internacional-sobre-la-guerra [21] https://www.leftcommunism.org/spip.php?article368 [22] https://es.internationalism.org/content/4093/el-dr-bourrinet-un-farsante-que-presume-de-historiador [23] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/defensa-de-la-organizacion [24] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierda-comunista [25] https://es.internationalism.org/en/tag/desarrollo-de-la-conciencia-y-la-organizacion-proletaria/corriente-comunista-internacional