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Junio 2013

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1º de Mayo – Día contra el trabajo

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La crisis no da tregua y no sabemos adonde nos lleva esta dinámica interminable de desempleo, miseria, recortes… Los tambores de guerra siguen resonando desde el Próximo Oriente (Siria) hasta el Lejano Oriente (Corea). La destrucción medioambiental continúa pudriendo en la raíz el planeta entero. El modo de vida que configura esta sociedad dominada por la sumisión a la mano invisible del mercado y sometida al control totalitario del Estado (cualquiera que sea el disfraz que se ponga: democrático o no) hace la vida cada vez más cruel e insoportable. Se hace necesario pensar, comprender, orientarse. Frente al activismo desaforado e inútil que nos proponen partidos de izquierda, sindicatos, las famosas “mareas”, la PAH, los que se presentan como “herederos” del 15 M, hay otros compañeros que buscan una reflexión de fondo sobre esta sociedad, la lucha de clases, sus medios y sus fines, la posibilidad de otra sociedad, los medios de llegar a ella… Una expresión de este esfuerzo vital son los 2 documentos (un más de reflexión y el otro de intervención) que nos envían unos compañeros que firman “Internacionalistas de Palencia”. Saludamos su esfuerzo que junto a otros como el de los Talleres de Alicante [1] constituyen una verdadera aportación a la maduración de futuras luchas.

CCI


El 1 de Mayo ha pasado de ser el Día Internacional de los Trabajadores, de la clase obrera mundial, a ser la “Fiesta del Trabajo”. Nos han educado para adorar el trabajo. Nos han enseñado a amar la explotación. Nuestro trabajo es lo que mueve todo. Pero bajo el capitalismo lo único peor que dejarse la vida trabajando es no poder hacerlo.

El trabajo no es algo repulsivo de por sí. El trabajo supone la relación del hombre con la naturaleza. La capacidad de modificar la naturaleza para cubrir nuestras necesidades es lo que distingue a nuestra especie de otros animales. Pero bajo el capitalismo impera el trabajo asalariado. Los bajos sueldos y la inseguridad laboral no son más que expresiones superficiales de las relaciones de producción capitalistas. Estas relaciones se basan en que solo una pequeña parte del tiempo que estamos trabajando se nos retribuye con un salario. El resto del tiempo lo pasamos trabajando para el capitalista (sea un empresario particular o el Estado). De este trabajo impagado, que constituye la plusvalía, proceden las ganancias del capitalista.

Todos los proletarios, privados de los medios de producción, somos esclavos asalariados. Las palancas que mueven todo las accionamos nosotros pero las gestionan solo unos pocos. Unos pocos cuya actividad está orientada a buscar el máximo beneficio y encontrar las mejores tácticas para optimizar la competencia y las ganancias. Nunca para alguna actividad útil para la humanidad. Eso si no se dedican meramente a poseer, a poseer los medios de producción, nada más.

La sociedad del Capital nos hace libres: libres de elegir entre morir de necesidades insatisfechas o trabajar. Esa es la libertad burguesa. Somos libres de poder vender nuestra fuerza de trabajo, y el burgués es libre de comprarla. Nuestro llamado “tiempo libre” es destinado a la compra de mercancías y a reponer nuestra fuerza de trabajo (comer, ejercitarse, relajarse, etc). Nuestro “tiempo libre” es también necesario pues, para dar continuidad al capitalismo.

La principal contradicción que existe se presenta en las crisis de sobreproducción, que atacan al capitalismo desde que su desarrollo pasó a estar enfocado a su propia autodestrucción. A pesar de producirse en torno al doble de los recursos necesarios para cubrir las necesidades de los seres humanos del planeta, la gran mayoría no puede adquirirla nadie. Las fuerzas productivas están muy desarrolladas, pero la división de la sociedad en clases, y todo lo que esto implica, impide satisfacer las necesidades humanas más elementales.

Esto solo sería posible en una sociedad sin clases, donde con mucho menos o ningún trabajo humano (gracias al gran desarrollo de la tecnología y la ciencia) no existan trabas que impidan abastecer a todo el mundo. Todo el resto del tiempo que no sea estrictamente necesario para mantener la producción, que es la base para nuestra vida, quedaría verdaderamente libre para nuestra realización personal.

La destrucción del planeta y de nuestras vidas tiene como causa principal el mantenimiento de unas relaciones de producción caducas, de un modo de producción decadente, que ya no se ajusta al increíble desarrollo de las fuerzas productivas que se produjo en su propio seno.

Para acabar con esta miseria diaria, para destruir el sistema que nos acerca día a día a la barbarie y que frena el progreso humano, lo primero y más importante es organizarnos. Organizarnos implica ver nuestros intereses reflejados en los órganos que usemos para ello. Si el objetivo principal es tomar los medios de producción (no solo fábricas y empresas, también escuelas, centros culturales...) para su gestión colectiva, esos órganos deberán ser NUESTROS, rechazando todas las barreras nacionales. La nación representa los intereses de la burguesía de tal o cual país, no los intereses de la clase obrera. Los partidos y los sindicatos no son nuestros. En otro momento, en el que el capitalismo aún no había alcanzado su expansión por todo el globo, el mercado no se había aún unificado a nivel mundial y todavía quedaban mercados rentables y suficientes para la realización de la plusvalía, la participación en sindicatos y en el parlamento sirvió para mejorar ligeramente las condiciones de vida de los trabajadores.

Ahora, y ya desde la primera guerra mundial, que es posible la solución revolucionaria, no sirven más que para justificar la explotación. Los partidos “muy de izquierdas” no quieren más que aumentar el poder del Estado en consonancia con lo que fue el capitalismo de Estado de la URSS y otros países cuya burguesía se ha autodenominado “comunistas”. Los sindicatos, por muy horizontales que se consideren, impiden que los proletarios nos auto-organicemos, en asambleas en el trabajo y en todas las facetas de nuestras vidas. Ponen una barrera a nuestros propósitos y a nuestros intereses, nos sacan a pasear por las calles para desmovilizarnos, nos enjaulan y hacen que deleguemos en ellos, cuando la caótica producción capitalista es imposible de regular ni reformar. Va directa al abismo, de las formas más contradictorias y absurdas que nos podamos imaginar. La función de los partidos y los sindicatos es conservadora de la sociedad de clases. Justifican la explotación que acaba por anularnos como seres humanos.

Los proletarios conscientes de todo el mundo no celebran el trabajo, no ponen flores a su jaula, sino que luchan por su destrucción.

¡Abajo los partidos y sindicatos!

¡Ante la atomización capitalista, el cada uno a la suya, autoorganización!


[1] Ver /cci-online/201212/3601/nada-mas-practico-que-una-buena-teoria [1]

 

Corrientes políticas y referencias: 

  • Area de influencia de la Izquierda Comunista [2]

Acontecimientos históricos: 

  • Primero de Mayo [3]

Rubric: 

Internacionalistas de Palencia (España)

El terrorismo sirve al Estado

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Hace ahora una semana que estallaron los dos “dispositivos explosivos improvisados”, como se les denominó burdamente, colocados entre el público en la línea de meta del maratón de Boston de 2013, matando a tres personas e hiriendo a docenas, muchas de ellas con lesiones severas y traumáticas, incluyendo mutilaciones de miembros. Lo que se suponía que era el día de la celebración del evento deportivo más antiguo en el país, se convirtió en el telón de fondo de unos de los peores ataques terroristas en suelo estadounidense desde el 11S1. Los restos de la bomba que los investigadores descubrieron después de la explosión consistían en ollas a presión rellenas de clavos y rodamientos de bolas con el fin de maximizar las bajas por metralla. Inspirado por dispositivos similares utilizados por los insurgentes para causar estragos en las tropas americanas y aliadas, en Afganistán e Irak, parece como si las pasadas aventuras del imperialismo americano por el mundo proyectaran sus efectos destructivos en el presente . Los cirujanos que trataron a los heridos en los hospitales describieron las lesiones como “heridas de guerra”, y las imágenes de las aceras llenas de sangre fueron retransmitidas por las ondas de radio y las conexiones WIFI. América y especialmente la ciudad de Boston, parecían estar en un estado de incredulidad y angustia.

Sin embargo, sólo días después el FBI pudo identificar a dos sospechosos con las imágenes de cámaras de vigilancia ahora omnipresentes que enfocan a peatones y vehículos desde los tejados y señales de tráfico de casi todas las grandes ciudades del mundo. Y, como el FBI, el gobernador Patrick y el Presidente Obama audazmente prometieron a raíz de los ataques, el estado fue capaz de juntar rápidamente las piezas del rompecabezas investigador e identificar a los supuestos culpables. Al final de la noche del viernes, 20 de abril, Tamerlan Tsarneaev de 26 años de edad, residente en un suburbio de Boston y apasionado del boxeo, estaba muerto, abatido en un violento tiroteo con la policía. Su hermano Dzhojar de 19 años de edad sería capturado, gravemente herido, muy debilitado por la pérdida de sangre causada por una lluvia de balas de la policía. En el momento de escribir esto, el Tsarneaev más joven permanece en estado grave en un hospital de Boston, incapaz de comunicarse, nos dicen. Aún así, el estado federal de Estados Unidos proclama con orgullo, en un tono que parece diseñado para tranquilizarnos de algo, que cuando le detuvieron ni siquiera se molestaron en leerle sus derechos, antes de que "un equipo con alta capacidad para los interrogatorios " del gobierno federal empezara a trabajar2.

En el periodo entre los ataques y los dramáticos sucesos del viernes por la noche, el Estado USA y su aparato mediático entró en modo propaganda total, explotando los ataques a toda prisa. El jueves, el Presidente Obama viajó a Boston para hablar en un "servicio interreligioso", afirmando con firmeza su determinación de que los autores se enfrentarían a "todo el peso de la justicia americana."3 Aunque la escala de destrucción en Boston no era ni de lejos tan grave como lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001 (ni tan grave como la que el imperialismo de Estados Unidos continúa realizando en las poblaciones civiles de Afganistán, Pakistán y otros lugares), el estado no iba a dejar pasar la oportunidad de batir los tambores otra vez sobre la necesidad de unidad nacional frente al terrorismo y ejecutar una campaña en los medios, saliendo a escena con todo tipo de “bustos parlantes” desde "expertos en terrorismo" hasta “expertos en criminales”, los géneros más variados de psicólogos etc.; todos ellos designados, dijeron, para ayudar a un público ansioso por comprender lo que había sucedido y tranquilizarlos con que al final se haría justicia al estilo americano.

En el mismo Boston, el centro se sometió a una alerta máxima en todo ese tiempo. A la vez que los medios de comunicación soltaban sus tonterías sobre cómo la ciudad se negaría a ser aterrorizada, el Gobernador Patrick rogó a los residentes que permanecieran en sus casas, revelando la facilidad con que la burguesía dice una cosa y la contraria en la búsqueda de una narrativa patriótica. El viernes, con Dzhojar todavía suelto, el estado puso a la ciudad en situación de "bloqueo total" reduciendo la zona de Boston a un pueblo fantasma. Los medios de comunicación anunciaron que la policía estaba realizando búsquedas casa por casa; la ciudad había sido dividida en "zonas"; helicópteros Blackhawk los sobrevolaron y se desplegó un equipo militar de alta tecnología. El lenguaje de la disciplina militar de ocupación y prisión se aplicó frívolamente a una ciudad muy americana en el que la lucha contra la ocupación militar británica se lanzó dos siglos antes, todo ello en la búsqueda de un chico de 19 años de edad herido y casi con toda seguridad aterrorizado que parecía no tener ningún plan real para eludir a las autoridades más que esconderse bajo la lona de un barco.

Todo esto debería evidenciar que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, sólo puede servir a los intereses del estado burgués — tanto si toma la forma de dar al estado la oportunidad de practicar la militarización de la ciudad, permitiendo a los medios de comunicación tocar a rebato los tambores del patriotismo, como si crea la excusa a los políticos para proponer leyes que "refuercen la seguridad". Esto se hizo evidente a raíz de la detención de Dzhojar cuando los vecinos se plantaron espontáneamente en las aceras del barrio para apoyar a la policía como si fuera un desfile de coches patrulla. Por la noche, en el corazón de la ciudad estalló una "celebración" donde trabajadores comunes y corrientes se abrazaban espontáneamente y chocaban las manos de los policías enviados allí para mantener el orden. Uno se siente tentado a comparar el espectáculo de la noche del viernes con los civiles del Este de Europa animando la llegada del ejército soviético en 1945 – aunque ¿no se convirtieron los libertadores de esa noche en matones a la mañana siguiente? Si hay una cosa que el terrorismo cumple generalmente, es llevar a la población al terreno del estado, estimulando la identificación con las fuerzas represivas como la única protección contra la violencia irracional y el terrorismo desatado en su comunidad.

Por supuesto, la sensación de alivio que los bostonianos sintieron una vez que se dejó claro que los presuntos responsables quedaban incapacitados para causar más daño a su ciudad es comprensible; pero es una verdadera tragedia cuando los trabajadores se identifican con el estado, en lugar de con sus propias luchas, como su mejor protección contra la creciente descomposición de la sociedad. Por esta razón, cualquier persona que se preocupe de lograr un mundo mejor, - un mundo más allá de la explotación y la violencia del capitalismo - debe rechazar categóricamente el terrorismo como táctica para conseguir ese objetivo. El terrorismo no logra otra cosa que conducir la clase obrera — la única fuerza social capaz de ofrecer a la humanidad un futuro real — a las manos del mismo estado que la reprime.

No obstante, los sucesos de Boston no tienen la misma escala que los ataques del 11S, así que parece que el fervor creciente que celebran los media irá descendiendo. Pero, el estado logró detener uno de los presuntos responsables, y sin duda podemos esperar bastante del circo mediático que rodeará su juicio (si sobrevive a las heridas inflingidas por la policía). ¿Dónde será procesado? ¿Será tratado como un "combatiente enemigo" o se le dará un juicio civil? ¿Pedirá el gobierno federal la pena de muerte, a pesar de que no hay pena de muerte bajo la ley estatal de Massachusetts? ¿Cuánto estaba el joven Dzhojar bajo la influencia de su hermano mayor? ¿Hasta qué punto era realmente un duro terrorista? ¿Pedirá perdón o se burlará de las víctimas? Todo esto mantendrá zumbando a los medios durante bastante tiempo.

Pero bajo estas cuestiones superficiales subyace una fundamental: ¿qué ha llevado a dos chicos que han vivido la mayor parte de sus vidas en USA, hacia tal violencia contra sus vecinos? Hay, por supuesto una tentación por parte de los elementos más burdos de los medios, de culpar totalmente al origen checheno y a la herencia musulmana de los hermanos. “Simplemente, de los musulmanes no te puedes fiar,” dirán; “Debemos ser mucho más cuidadosos con quién entra en el país.” Expertos en terrorismo internacional dirían incluso que Putin tiene razón al trazar una línea roja ante gente tan despiadada y sin escrúpulos.

Otros culparán a Internet al ser un espacio “incontrolable” que permite a las organizaciones terroristas extranjeras “radicalizar” a la juventud vulnerable cruzando fronteras nacionales y continentales. Sin duda, los media que juegan a psicólogos improvisados, violando casi cada regla de su profesión, indagarán en la psique de estos dos jóvenes a quienes nunca conocieron y nos dirán todo sobre su incapacidad para integrarse completamente en la sociedad americana, aislándose y buscando un propósito que les trascienda, que encontrarán en el Islam radical o en el nacionalismo Checheno o en cualquier ideología arcaica. Tal vez los elementos más clarividentes de la burguesía de Estados Unidos lleguen a reconocer que, como la mayoría de los países de Europa occidental, ahora tienen sus propios problemas con el terrorismo islámico "cultivado en casa" que no puede resolverse únicamente con la represión y que exige realizar una investigación sociológica y psicológica seria.

Pero cualquiera de estas “respuestas” que se plantearán las comisiones burguesas y las investigaciones académicas, es muy improbable que sea la respuesta real en cuanto a lo que alimenta esa violencia y destrucción: la descomposición de la sociedad capitalista, que cada vez más empuja a algunos jóvenes a un estado de desesperación y alienación tan doloroso que arremeter contra la sociedad en un último estallido de violencia parece la única solución a sus profundas crisis existenciales

Los expertos burgueses probablemente no ven ninguna conexión entre las acciones violentas, pero calculadas, de los Tsarnaevs y los estallidos menos políticos, más desesperados, pero nihilistas de Adam Lanza, James Holmes o Jared Lee Loughner4. El terrorismo islámico es fundamentalmente diferente de este tipo de asesinatos masivos, nos dicen. Uno está alimentado por una ideología política extranjera que explota a los jóvenes vulnerables, el otro por "enfermedad mental"5 o la fácil disponibilidad de armas. Pero, ¿hay alguna diferencia realmente tangible entre el caso de los Tsarnaev y los estallidos de violencia perpetrados por estos jóvenes, blancos, hombres "Americanos"? ¿No es el caso de que la única diferencia es que losTsarneaevs,- quizá como resultado fortuito de su origen Checheno o su bagaje musulmán, — cayeron bajo la influencia de una ideología enferma (producto mismo de la descomposición social) y así fueron capaces, en sus propias mentes, de racionalizar su furia homicida como políticamente necesaria? Pero esto no explica por qué dos hombres jóvenes, en la primera etapa de sus vidas, supuestamente viviendo el sueño americano, acaban en ese estado de ánimo para iniciarse en estas ideologías tan atractivas para ellos. ¿Cómo pueden esas ideologías llegar a convencer a unos chicos que viven en el corazón de una supuesta "democracia" capitalista?

¿Cuáles son las heridas sociales, económicas y psicológicas subyacentes que impulsan a esos jóvenes a identificarse con una ideología suicida que surge de la lucha política a miles de kilómetros de distancia de ellos y que no tiene ningún efecto directo sobre sus vidas diarias y que sólo pueden experimentar como una fantasía abstracta?6 . ¿Podría ser que el extremismo político del tipo que parece haber asumido por lo menos el Tsarnaev mayor, es sólo la última parada antes de que la desesperación le llevara a la clase de locura nihilista que devoró a Lanza, Holmes y Loughner? ¿Tal vez el camino de Tsarnaev al extremismo político no fue tan diferente del que siguieron estos tres jóvenes blancos "Americanos" hacia la locura violenta?7. Si éste es el caso, hay que mirar más allá de las explicaciones simplistas que entienden estos ataques como consecuencia de la etnia y la religión de los hermanos y buscar en cambio en la descomposición social de la sociedad capitalista en los propios Estados Unidos y su característico "no hay futuro" que crece tanto en las generaciones más jóvenes (en particular en hombres jóvenes) de hoy.

¿Cuáles son, entonces, algunos de los rasgos de la situación objetiva social y económica que afrontan hoy las generaciones más jóvenes que subyacen a los repetidos estallidos de violencia que hemos presenciado? En primer lugar, hay que reconocer que los efectos de la crisis del capitalismo que se aceleró de manera tremenda en 2008 hasta ahora han caído mucho más sobre las nuevas generaciones. Para empezar, el desempleo es hoy mucho mayor entre los trabajadores más jóvenes que entre los mayores8. Muchos jóvenes son simplemente incapaces de encontrar un trabajo con el que ganar lo suficiente para vivir una "vida adulta" y así completar la transición psicológica de la adolescencia a la edad adulta de una manera más o menos saludable. El porcentaje de universitarios jóvenes que continúan viviendo con sus padres ha aumentado enormemente como resultado de la crisis9. Por otra parte, como el mercado laboral continúa estancado, muchos jóvenes encuentran que sólo pueden sobrevivir a la crisis prolongando su educación post-secundaria y así se encadenan en la trampa de la deuda educativa. Muchos jóvenes están abandonando el primer ciclo universitario (con o sin grado) con enormes cargas de deuda, alimentando un sentimiento de incapacidad para salir adelante o incluso para establecerse como personas independientes y autónomas en este mundo.

No hay gran distancia desde la comprensión de estos fenómenos objetivos hasta entender el peaje psicológico que soportan los jóvenes, muchos de los cuales se hunden cada vez más en una profunda crisis de identidad. La carga puede ser particularmente difícil en hombres jóvenes, que todavía tienden a ser socializados en el modelo de la burguesía como el "que mantiene la familia". La frustración por la imposibilidad de encontrar un trabajo significativo y suficientemente remunerado, el sentido de inutilidad que proviene de períodos prolongados de desempleo, la vergüenza de tener que volver a vivir con los padres, la inversión de roles de género estándar que a menudo ocurre cuando una pareja femenina trabaja, pero el hombre está en paro; es una experiencia "castradora" que lleva a una profunda crisis de identidad, que puede empujar a algunos chicos a arremeter contra las mujeres de su entorno y contra la sociedad en general que parece enviarles mensajes contradictorios sobre la identidad masculina

El mayor de los hermanos Tsarneaev ha sido acusado de violencia doméstica en el pasado, un hecho que pudo hacer que las autoridades de inmigración negaran su solicitud de ciudadanía estadounidense. También se ha informado de que su pareja trabajó, mientras él se quedaba en casa cuidando a sus hijos. Sería extrapolar demasiado en este punto decir que sabemos el papel exacto que estos factores jugaron en su "radicalización", pero parece razonable considerar si la tensa relación de Tamerlan con su compañera fue uno de los factores que le acercó al islamismo radical, una filosofía en la que los roles de género no son tan ambiguos y donde se supone que las mujeres conocen su sitio. ¿Puede ser la atracción a este tipo de ideologías, en parte, tener un sentido de empoderamiento masculino en los chicos que luchan contra su incapacidad para cumplir con las nociones tradicionales de la masculinidad?

Pero, incluso si éste es el caso, debe quedar claro que esto no representa tanto la penetración de arcaicas formas extranjeras en el pensamiento de la sociedad estadounidense, sino que expresa la ruptura de la familia tradicional burguesa y los roles sociales y la crisis resultante en la socialización masculina que es una función de la descomposición capitalista. Mientras que como comunistas no lamentamos la decadencia de valores de género burgués tradicional, aún podemos reconocer la parte que esto podría jugar en mantener la crisis social que tenemos ante nosotros y cómo podría contribuir a los repetidos estallidos de violencia irracional que continúan dominando las noticias.

Sin duda, algunos críticos no encontrarán convincente nuestro intento de comprender las raíces de estos estallidos de violencia. El menos indulgente de ellos nos dirán que sólo puede condenarse este tipo de ataques, no "entenderse". No hay que pasar mucho tiempo respondiendo a esta línea de argumentación, ya que no es muy seria. Sin embargo, otro argumento más sofisticado podría decir que no todos los desempleados o jóvenes hipotecados recurren a este tipo de violencia, por lo que no podemos usar tales condiciones sociales objetivas para explicar estos ataques. Si bien es cierto que la gran mayoría de los jóvenes ni siquiera consideran dedicarse a este tipo de violencia, esta clase de crítica no capta el punto central. Algunas personas empujadas al límite inevitablemente llegan a él e irrumpen en sociedad de una manera violenta; y como han demostrado los acontecimientos recientes, tardan muy poco en causar mortandad y angustia a gran escala.

Sin embargo, los críticos pueden encontrar un punto en el que hay alternativas a una respuesta tan violenta a la alienación y al estrés económico. La violencia sin sentido no es la única opción. En los últimos años, hemos visto varios ejemplos de jóvenes que se reúnen en solidaridad para discutir una alternativa a esta sociedad. A pesar de sus problemas, movimientos como Occupy y los Indignados en España son una fuerte evidencia de que hay otra forma de expresar la frustración y la ira en esta sociedad que es mucho más poderosa que cualquier violencia individualizada. Es la solidaridad colectiva, forjada en la lucha que nos muestra el camino a seguir y nos enseña cómo es posible un mundo más allá del dolor y del sufrimiento del propio ego herido. Pero estos movimientos son todavía muy esporádicos y carecen aún de la capacidad para mantenerse10. Son producto de fuerzas profundamente sociales e históricas que van más allá del poder de individuos aislados o grupos reducidos, que no se pueden crear ex nihilo (de la nada). Así pues, la cuestión candente es: ¿cómo podemos canalizar nuestras frustraciones mientras tanto?

En cuanto a la política interna de U.S.A. es probable que, sea cual sea el valor de su propaganda inicial, estos atentados no irán a favor de la administración de Obama. Con informes que hablan de que el FBI entrevistó al hermano mayor Tsarnaev hace dos años en la sede de la inteligencia rusa y concluyó que no era una amenaza, parece inevitable que esto alimentará las investigaciones dirigidas por los republicanos en Capitol Hill y las acusaciones de que la administración Obama simplemente no puede mantener la seguridad contra el terror. Con los senadores McCain y Graham pidiendo a Obama que declare al Tsarnaev más joven como "combatiente enemigo " y renunciando a cualquiera de las sutilezas legales supuestamente otorgadas por la Constitución11, esto promete ser otra ronda de fuertes controversias. La única pregunta que se plantea es si los republicanos sobreactuarán o no en su juego.

Por otra parte, aunque los atentados de Boston distraigan por el momento la atención de los media de la derrota de la ley de control de armas, respaldada por el Presidente Obama, esta derrota sólo parece envalentonar a los opositores del Presidente. Ya, a pesar de la aparente voluntad de muchos republicanos de ceder ante una reforma migratoria integral, se habla de fortalecer la resistencia de la derecha a cualquier proyecto de ley que diera nada remotamente parecido a una "amnistía" para los inmigrantes ilegales. Claramente, el rencor y el furor que ha caracterizado la vida interna de la burguesía de Estados Unidos en los últimos años no han disminuido tanto como los medios de comunicación nos habrían hecho creer en los últimos tres meses. En consonancia con la naturaleza de la época, parece probable que estos atentados sólo serán más combustible para las inagotables luchas internas entre las diversas facciones que conforman el estado burgués. Sí que cambió la suerte para la burguesía de Estados Unidos desde 2001, cuando fue capaz de utilizar los ataques del 11S para forjar un consenso nacional para la guerra.

Al final, incluso si tenemos la capacidad -a través del método marxista - de comenzar a entender los factores sociales y económicos subyacentes que pueden llevar a algunos jóvenes alienados hacia actos de terrorismo, u otros actos de violencia desesperada, tenemos que tener claro que eso nunca puede ser una táctica para la emancipación del proletariado. Terrorismo y violencia irracional sólo terminarán sirviendo a los intereses del estado y así a todo el sistema capitalista, ya que se explotan para atizar propaganda y campañas de miedo que entregan a gran parte de la clase obrera, aunque sólo temporalmente, a los brazos del estado. Aún así, en el contexto de descomposición capitalista, en que el sistema es cada vez más incapaz de ofrecer a los jóvenes una perspectiva real de futuro, no importa de qué país vengan ni de qué etnia o religión sean, ni qué credo o ideología tengan, probablemente se producirán más estallidos de violencia irracional en el futuro.

La única esperanza que la humanidad tiene para evitar los dos pilares de la insensata violencia y la represión estatal se encuentra en la lucha independiente y autónoma de la clase obrera para defender su nivel de vida contra los ataques del capital. Sólo esta lucha puede hacer visible la perspectiva comunista y ofrecer a las generaciones más jóvenes la esperanza de una alternativa a la vida de frustración, desesperación e incertidumbre que caracteriza el capitalismo en descomposición.

Henk

 

1 Para un análisis del 11 Septiembre ver En Nueva York como en todas partes el capitalismo siembra la muerte /revista-internacional/200510/222/en-nueva-york-como-por-todas-partes-el-capitalismo-siembra-la-muert [4]

2 Lo que esto significa es confuso, pero uno se pregunta ¿qué tácticas se emplearán y qué admitirá haber usado la administración Obama?

3 Algo extraño, pues, a pesar de reiteradas advertencias de que los terroristas peligrosos andaban sueltos por la ciudad, el estado parecía estar poco preocupado porque el Presidente Obama viajara a Boston e hiciera un discurso público, algo que alimentaría la teoría de la conspiración. De hecho, en una conferencia de prensa del lunes por la noche donde un "periodista" preguntó al Gobernador Patrick, ante una audiencia nacional, si esto era todavía otro ataque tipo autoprovocado. Este éxito que ha tenido el estado al utilizar este atentado para sus propios intereses, parece incapaz de alcanzar el nivel de integración nacional al que llegó inmediatamente después del 11S

4 Se refiere a esos individuos –típicos en Estados Unidos- que agarran una escopeta y se ponen a matar gente indiscriminadamente en escuelas o supermercados. Ver La masacre de Sandy Hook muestra como el capitalismo se precipita en la barbarie, /cci-online/201301/3609/la-masacre-de-sandy-hook-muestra-como-el-capitalismo-se-precipita-en-la-barba [5]

5 Si bien no negamos la posibilidad de que algún tipo de "enfermedad mental" sufrido por los diferentes autores de los recientes atentados pudo haber desempeñado un papel en la motivación de los ataques, como marxistas pensamos que no hay que pararse aquí. ¿Es necesario investigar más profundamente y preguntarse cuál es la causa de tales enfermedades mentales? ¿Es siempre una "daño cerebral orgánico" o es posible que la alienación social, económica y política también pueda desempeñar un papel en que algunas personas pierdan su contacto con la realidad y se refugien en un mundo de fantasía en el que cumplen sus deseos más violentos?

6 Una versión de este tipo de "explicación" fue ofrecida inmediatamente por el tío de Tsarneaevs, un abogado aparentemente exitoso de Washington, DC – que proclamó frente a las cámaras de los medios de comunicación que sus sobrinos eran "perdedores" que no podían integrarse a la sociedad norteamericana y que probablemente cometieron estos actos por celos contra quienes pudieron "ser ellos mismos". Por supuesto, lo que el tío grandilocuente falló al explicar fue por qué exactamente los hermanos no habían podido "ser ellos mismos"

7 Por supuesto, en la memoria reciente no es infrecuente que muchos jóvenes descendientes de irlandeses en el área de Boston (muchos de los cuales nunca han estado allí ni conocen a nadie de Irlanda) desarrollen un interés en el IRA y la “lucha de liberación de Irlanda”. La ironía que encierra esta comparación no parece ser tenida en cuenta por los medio de comunicación burgueses

8 Según la oficina de estadísticas laborales (BLS), la tasa oficial de desempleo para los trabajadores de 20 a 24 años era 13.3 por ciento en marzo de 2013. La tasa entre los trabajadores de 16-19 años era aún mayor, el 24.2 por ciento. Esto se compara con una tasa del 6,2 por ciento para los 25 o más. Ver https://www.bls.gov/web/empsit/cpseea10.htm [6]

9 "(Según un informe de 2011 del BLS), el porcentaje de hombres con edades entre 25 y 34 años viviendo en el hogar de su padres sube del 14 por ciento en 2005 al 19 por ciento en 2011 y en las mujeres del 8 por ciento al 10 por ciento durante ese período ". Ver: https://www.parjustlisted.com/archives/10675 [7]8 [8] See, https://www.bostonglobe.com/metro/2013/04/19/relatives-marathon-bombing-... [9]

10 Para un balance crítico de los movimientos de Indignados y Occupy ver nuestra hoja internacional 2011: De la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349 [10]

11La petición de McCain y Graham fue ruidosamente ridiculizada por el profesor de derecho de la Universidad de Harvard Alan Dershowitz que se burló de la idea de que un ciudadano de Estados Unidos pudiera ser declarado legalmente un” combatiente enemigo” por un delito ocurrido en suelo estadounidense, ya que expresaba un grave desconocimiento de la ley. Sin embargo, esto no ha impedido que el estado invocara públicamente la supuesta "excepción de seguridad pública" al caso de Dzhojar. Uno se pregunta si las autoridades reconocen cómo descaradamente fascista la idea de una excepción de seguridad pública que se burla de un derecho constitucional fundamental. Cuando se le preguntó sobre por qué el Gobierno simplemente no leyó a Dzhojar sus derechos, un reportero legal de National Public Radio, en una expresión cada vez más común de Kafkismo Orwelliano, frívolamente comentó, "Están interesadas en que realmente pueda ejercerlos"

 

Series: 

  • Terror, terrorismo y violencia de clase [11]

Noticias y actualidad: 

  • terrorismo [12]

Rubric: 

Bombas en Boston

La represión policial desata la furia de los jóvenes

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En Brasil y en Turquía asistimos a movimientos masivos protagonizados por la juventud aunque se pueden ver en ellas explotados de todas las edades. Más allá de los detonantes inmediatos (la subida del transporte en Brasil) lo que vemos en ellos es una indignación: indignación por el trato inhumano y arrogante que sufre la inmensa mayoría; indignación por un futuro dominado por la precariedad y la miseria pese a los cantos de sirena de un “porvenir radiante” al ser ambos “países emergentes”. Los movimientos conectan con los que se vivieron en 2011[1].

El artículo que presentamos ha sido realizado por nuestros camaradas en Brasil y ha sido rápidamente traducido por una simpatizante a quien agradecemos calurosamente su colaboración. Es una primera toma de posición que esperamos anime un debate sobre la situación actual de la lucha de clases en todo el mundo.

Una ola de protestas  está surgiendo en las grandes ciudades de Brasil contra el aumento de los precios del sistema de transporte colectivo, sobre todo en la  ciudad de São Paulo, pero que también sucede  en  Río de Janeiro, Porto Alegre, Goiânia, Aracaju y Navidad. Es un despertar que ha reunido a muchos jóvenes y estudiantes;  también están presentes, aunque  en menor cantidad, un número de  trabajadores asalariados y autónomos  (que prestan servicios personales) para combatir este aumento de precios que  ya era alto para un servicio de mala calidad, lo que viene a agravar aún más las condiciones de vida de amplias capas de la población.

La burguesía brasileña, encabezada por el PT y sus aliados, ha insistido en decir que todo va bien. Aunque en  realidad se ve   que ha tenido dificultades para contener la inflación, al tiempo que adopta medidas para conceder subsidios al consumo de las familias, como un intento desesperado por evitar que la economía entre en  recesión. Sin ningún  margen de maniobra, la única alternativa con la que puede contar para combatir la inflación está, por un lado, en aumentar la tasa de interés y, por otro, reducir los gastos de los servicios públicos en la educación, la salud y la asistencia social, deteriorando aún más las condiciones vitales de la población que depende de tales  servicios.

En los últimos años, se han convocado muchas huelgas contra la rebaja de los salarios y la precarización de las condiciones de trabajo, educación y salud. Sin embargo, la mayoría de los ataques han sido  controlados por el cerco aislante de los sindicatos afiliados al gobierno del PT y gran parte de este descontento se  contuvo para que no alterase la  "paz social",  en beneficio de la economía nacional. Y es en esta línea donde se sitúa el aumento de la tarifa del transporte en São Paulo y en el resto de Brasil: los trabajadores son solicitados para hacer cada vez mayores sacrificios en  apoyo a la economía nacional, es decir, el capital nacional.

Sin duda alguna, los ejemplos de los movimientos que han explotado en todo el mundo en los últimos años, con la participación mayoritaria de la juventud, evidencian que el capitalismo no tiene ninguna alternativa que ofrecer para el futuro de la humanidad, a no ser más deshumanización.  Por eso, la reciente movilización de Turquía, ha tenido  un fuerte  eco en nuestras protestas contra el aumento de las tarifas del transporte. La juventud brasileña ha demostrado que no quiere aceptar la lógica de los sacrificios impuesta por la burguesía y se inscribe dentro de las luchas que han sacudido el mundo en los últimos años,  tomando ejemplo de los hijos de los trabajadores en Francia (lucha contra el CPE en 2006[2]), de la juventud y los trabajadores de Grecia, Egipto y Norte de África, de los indignados de España[3], de los Occupy del EEUU y de Inglaterra.

Una semana de protestas y la reacción brutal de la burguesía.

Inspirada por el éxito de las manifestaciones en las ciudades de Porto Alegre y Goiana, enfrentadas  a una fuerte represión, pero que aún así consiguieron la suspensión del aumento de precio, la manifestación en Sao Paulo se inició  el día 6 de junio. Fue convocada por el  “Movimiento Paso Libre” (MPL), grupo integrado mayoritariamente por jóvenes estudiantes influenciados por posiciones de izquierda y también de anarquistas,  y obtuvo una adhesión sorprendente, estimada entre  2 a 5 mil personas.  Después  hubo protestas en los días 7,11 y 13. Desde el primer día la represión fue brutal con un saldo de muchos jóvenes heridos y detenidos. Hay que resaltar  el coraje y la combatividad demostrada y el rápido aumento de la simpatía por parte de la población, que sorprendió a los propios organizadores de las manifestaciones,  desde sus momentos iniciales.

Antes de la manifestación, la burguesía desató un gran grado de violencia pocas veces visto en la historia de movimientos de esta naturaleza, totalmente apoyada por los medios de comunicación que trataron inmediatamente de calificar a los manifestantes de vándalos e irresponsables. Un individuo  de alto nivel del Estado, el fiscal del distrito, Roger Zagallo se manifestó públicamente aconsejando a la policía que golpease y matase: «Estoy ya dos horas intentando volver a casa pero tengo  un montón de monos furiosos en la  parada Faria Lima y Marginal Pinheiros. ¿Por favor puede alguien avisar a la Tropa de Choque que esta región forma parte de mi jurisdicción y  que si matan a esos hijos de puta yo archivaré la  investigación policial? (…) Echo de menos la época en que este tipo de cosas se resolvía con  unos porrazos  en las espaldas  de estos mierdas». Sumado a esto, vimos la armonización de los discursos de  políticos pertenecientes a partidos de la oposición, como el gobernador del estado, Geraldo Alckmin, del PSDB, y el alcalde de São Paulo Fernando Haddad,  del PT, ambos vociferando  en defensa de la represión policial y condenando el movimiento. Esta sintonía  no es muy común, ya que el típico juego de la burguesía es atribuir la responsabilidad de los problemas existentes a la fracción que  en ese momento está en el poder.

En  respuesta a la represión creciente  y a la cortina de humo de los dos diarios principales,  los canales de TV y la radio,  lo que pasó a continuación en el movimiento fue  que se reunía más gente en cada acto, contando con cerca de 20 mil manifestantes  el jueves  día 13. La represión fue más feroz, dejando 232 detenidos y varios  heridos.

Hay que  destacar también, el surgimiento, de forma minoritaria,  de una nueva generación de periodistas con una clara demostración de solidaridad que han registrado y al mismo tiempo han sufrido en su piel los actos violentos de la policía. Conscientes de las manipulaciones siempre presentes en los editoriales de los grandes  medios, consiguen de alguna manera hacer ver que las acciones de violencia de los jóvenes son una reacción de autodefensa y que en algunos momentos   los estragos producidos son en su mayoría en las oficinas del gobierno y de la justicia, como una  manifestación de una indignación  desenfrenada contra el Estado. Además, se registraron actos de elementos provocadores de la policía usualmente empleados en las manifestaciones.   

La puesta en evidencia de una serie de manipulaciones que desmentirán las versiones de las fuentes oficiales del Estado, los medios de comunicación y la policía, en su intento de revertir los hechos, desacreditar y criminalizar el movimiento legítimo,  tuvo un efecto multiplicador en el aumento de la participación de los manifestantes y en el aumento del apoyo de la población. Es ese sentido es importante  reseñar  que la acción de activistas y simpatizantes del movimiento en las redes sociales ha sido una gran  contribución. Con miedo de que la situación se descontrole, algunos sectores de la burguesía comienzan ya a cambiar su discurso. Las grandes empresas de comunicación, en sus diarios y TV, después de una semana de silencio sobre la represión policial, mostraron por fin los “excesos” de los actos policiales. Algunos políticos, del  mismo modo, criticaron los “excesos” y anunciaron que los investigarían.

La violencia de la burguesía a través de su Estado, independientemente  de su apariencia “democrática” o “dictatorial”, tiene como fundamento el terror totalitario contra las clases que  explota y oprime. Si en el Estado “democrático” esta violencia no es tan abierta como en las dictaduras,  y se hace de forma oculta para hacer que los explotados acepten su condición y se identifiquen con ella, no quiere decir que el Estado renuncie a los más variados y modernos métodos de represión física, cuando la situación lo requiere. No es una sorpresa, por tanto, que la policía utilice tal violencia contra el movimiento. Sin embargo, como vimos “el tiro les salió por la culata” y el aumento de la represión, en  vez de intimidar a los manifestantes solo hizo  aumentar y generar una solidaridad creciente en Brasil y también en el mundo, aunque de forma muy minoritaria. En estos momentos se producen actos en solidaridad y protesta por la violencia policial, en el resto del mundo, principalmente por los brasileños que viven en el exterior. Es preciso dejar claro que la violencia policial pertenece a  la propia naturaleza del Estado y no es un caso aislado o un “exceso” de demostración de fuerza por la policía como quieren hacer creer los medios burgueses y las autoridades ligadas al sistema. De esta manera no es un “fallo” de los gobernantes, y no  se avanza nada pidiendo “justicia” o  “un comportamiento más cortés de la policía”, porque para enfrentarse a la represión e imponer una fuerza de clase no hay otra alternativa que la extensión del movimiento hacia amplias capas de la clase trabajadora. Por lo tanto, no podemos ir al Estado y pedir misericordia. La denuncia contra la represión y el aumento de los transportes debe hacerse para toda la clase obrera, llamando para ampliar las protestas en una lucha común contra la inseguridad y la represión.

Las manifestaciones, que están lejos de acabar, también se extendieron  por todo  Brasil y las protestas estuvieron presentes  en el inicio de la Copa Confederación 2013, que estuvo marcado por los abucheos dirigidos a la presidenta Dilma Rousseff, y también al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, antes del partido de apertura del torneo entre Brasil y Japón. Ambos no escondieron su incomodidad y abreviaron sus discursos para disminuir el desconcierto. En torno al estadio hubo también una gran manifestación que contó con cerca de 1.200 personas, expresando solidaridad con el movimiento contra la subida de tarifas y denunciando el desvío de recursos que deberían ser para gastos como prestaciones sociales y que fueron redirigidos en los últimos años para la realización de la Copa del Mundo y de  la Confederación. También fueron fuertemente reprimidos por la policía dejando por lo menos 27 heridos, además de otros 16 detenidos. Para fortalecer  todavía más la represión, el Estado declaró que se prohibía cualquier manifestación próxima a los estadios durante la realización de la Copa Confederación, bajo la justificación de no perjudicar el evento, o el tráfico de vehículos y personas y el funcionamiento regular de los servicios públicos.

Límites del Movimiento Paso Libre y algunas propuestas

Como se sabe, el MPL es un movimiento que consiguió ámbito nacional gracias a su presencia y capacidad de movilización de jóvenes estudiantes para protestar contra los aumentos de los precios en las tarifas del transporte. Sin embargo, es  importante considerar que tiene como objetivo a medio y largo plazo la existencia de un transporte público gratuito para toda la población proporcionado por el Estado.

Lo que pasa es que exactamente  ahí se encuentra el límite de su principal reivindicación, pues un transporte universal y gratuito en una sociedad capitalista no existe, toda vez que para su existencia, la burguesía o su Estado tendrían necesariamente que acentuar todavía más el grado de explotación sobre la clase obrera y otros trabajadores asalariados a través de aumentos de impuestos sobre los salarios. Así, es necesario tener en cuenta  que la lucha no debe colocarse en la perspectiva de una reforma imposible, sino siempre con la orientación de que el Estado  revoque sus decretos.

En estos momentos, las perspectivas del movimiento parecen superar la simple reivindicación contra el aumento de las tarifas. Ya hay manifestaciones previstas para la próxima semana en decenas de ciudades de tamaño grande y mediano en todo Brasil.

El movimiento debe estar alerta en relación a la izquierda del capital, especializado en acaparar o controlar las manifestaciones y dirigirlas a  callejones sin salida, tales como encaminarse hacia que los tribunales de justicia resuelvan el asunto y que los manifestantes vuelvan a casa.

Para que este movimiento se desarrolle es necesario  crear medios para  escuchar y discutir colectivamente las diversas opiniones y ello solo es posible con la realización de asambleas generales con la participación de todos, donde esté asegurado el derecho de palabra a todos los manifestantes. Además, llamar a los trabajadores asalariados y convocarlos en asambleas y protestas, pues ellos y sus familias están afectados por el aumento del transporte y los servicios.

El movimiento de protesta que se ha desarrollado en Brasil viene a refutar la campaña que la burguesía brasileña se ha encargado de difundir, apoyada por la burguesía mundial, de que Brasil es un "país emergente" en el camino para superar la pobreza y alcanzar su pleno desarrollo. Esta campaña está promovida principalmente por Lula, que es reconocido en todo el mundo por supuestamente haber  apartado a millones de brasileños de la pobreza, cuando en realidad su gran hazaña para  el capital fue destinar algunas migajas entre la población más miserable para mantenerlos engañados y acentuar la precariedad del proletariado brasileño.

Ante el agravamiento de la crisis global y su posterior ataque de las condiciones de vida del proletariado, no hay otro camino que la lucha contra el capital.

CCI, 16-06-2013


[1] Ver nuestra hoja internacional De la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349 [10]

[2] Ver en Revista Internacional, Tesis sobre el movimiento de estudiantes contra el CPE, en /revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [13]

[3]Para un balance de los movimientos de indignados en España, US y Grecia, ver, además de la hoja internacional antes mencionado la editorial de Revista Internacional nº 147, /revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci [14]

 

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Brasil

Los proletarios no tienen patria

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Estas palabras, que tienen ya más de siglo y medio, son hoy más válidas que nunca. Impulsado por la enésima crisis del capitalismo, que cada día da muestras más claras de su descomposición, el nacionalismo -arma favorita de la burguesía- vuelve a coger fuerza contra los trabajadores.

La izquierda del capital y sus fieles perrillos sindicales nos llaman a defendernos de Europa y Alemania, se cierran filas en torno al capitalismo de Estado venezolano (o sus opositores), los izquierdistas de Cataluña piden que se luche por que la burguesía catalana tenga un órgano de opresión propio... Y lo peor es que el proletariado está empezando a caer en la trampa.

Y es que ¿quién no se solidarizaría, por ejemplo, con la larga lucha del pueblo catalán por su independencia del yugo español?

Pero, ¿qué significa realmente para los trabajadores en Cataluña la constitución de un Estado independiente? Significa pasar de ser oprimidos por un órgano estatal a ser oprimidos por otro diferente. ¿Es eso un avance en la lucha de nuestra clase? ¿Acerca eso un ápice el final del capitalismo? No, y aún más: lo aleja.

Lo aleja porque luchar por una nación, tenga esta Estado o no, nos enfrenta a los trabajadores entre nosotros mismos, nos hace situarnos del lado de una burguesía nacional (¡nuestros explotadores!) y nos hace caer en falsas ilusiones de libertad, olvidando que lo único que puede hacernos libres es el derribo violento del capitalismo y la construcción de un mundo nuevo en el que la producción sea fuente de abundancia y no de esclavitud, hambre y guerra.

Por ello, en este 1º de Mayo (y siempre) debemos recordar que estamos más cerca de un obrero en Bangladesh que de un capitalista de nuestra ciudad, que los obreros de todo el mundo son nuestros hermanos, que formamos parte de una lucha histórica que no conoce barreras nacionales y que se libra a nivel mundial.

Debemos recordarlo sin dejarnos engañar más; no dejarlo en un papel o en buenos deseos, sino hacer-lo real.

La revolución será mundial o no será.

¡Proletarios del mundo, unámonos!

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Internacionalistas de Palencia (España)

Turquía: La solución al terrorismo de Estado no es la democracia

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2011 estuvo marcado por una enorme ola de revueltas sociales que se extendieron desde Túnez y Egipto  hacia otros países del Medio Oriente –incluido Israel- y Europa, en particular Grecia y España, y el Movimiento ‘Occupy’  en los EEUU[1]. Todos estos movimientos han tenido sus propias características dependiendo de las condiciones locales y todos ellos sufrieron la fuerte “ilusión” de que la democracia era la respuesta  a los males sociales.   Pero lo más importante es lo que expresaban  al nivel más profundo: la respuesta de una nueva generación de proletarios a la honda crisis mundial del sistema capitalista;  y a pesar de  sus ilusiones, a pesar de sus dificultades en la comprensión de su naturaleza y sus propios orígenes, estos movimientos  pertenecen a la clase obrera y a su vacilante y doloroso esfuerzo para recuperar la conciencia de sus métodos y objetivos reales.

Las revueltas en Turquía y Brasil en 2013[2] han constatado que la dinámica creada por estos movimientos no está agotada. Aunque los medios de comunicación insisten en que estas revueltas han estallado en los países que han pasado por una fase de "crecimiento" en los últimos años, lo cierto es que la población  en masa ha dado rienda suelta a la misma 'indignación' en contra de la forma en que este sistema opera: la creciente desigualdad social, la avaricia y la corrupción de la clase dominante, la brutalidad de la represión estatal, infraestructuras  colapsadas, la destrucción del medio ambiente. Y, sobre todo, la incapacidad del sistema para ofrecer un futuro a las nuevas generaciones.

Un significado particular de la  revuelta en Turquía  es su  proximidad con la Guerra asesina en  Siria. La guerra en Siria también fue anticipada por las manifestaciones populares contra el régimen sirio, pero la debilidad del proletariado de ese país, la existencia de profundas divisiones étnicas y religiosas dentro de la población, permitió al régimen responder con la violencia más despiadada. Las fisuras dentro de la burguesía se abrieron y la revuelta popular fue - como en Libia en 2011 - ahogada en una guerra "civil", que de hecho se ha convertido en una guerra de poder entre las potencias imperialistas rivales. Siria, hoy se ha convertido en un escaparate de la barbarie, un escalofriante recordatorio de la alternativa que el capitalismo tiene en el almacén para el conjunto de la humanidad[3]. Turquía por su parte, como Brasil y otras revueltas sociales, señalan otro camino  que se abre para la humanidad: el camino hacia el rechazo del capitalismo, hacia la revolución proletaria y la construcción de una nueva sociedad basada en la solidaridad y las necesidades humanas.

El siguiente artículo ha sido escrito por los compañeros de nuestra sección en Turquía - una sección de jóvenes, tanto en la historia de la CCI como por la edad de sus miembros. Como revolucionarios y como parte de la generación que ha liderado la rebelión, estos compañeros han participado activamente en el movimiento en las calles y esto representa un primer informe 'sobre el terreno' y un primer intento de analizar la importancia del movimiento.

Movimiento de los “Chapulis”[4] : la solución para el terrorismo de Estado no es la democracia

“Hoy hemos hecho una huelga general con nuestras lágrimas a un amigo,
Bajamos su cadáver sonriente de un árbol. ¡Qué difícil resultó abrazarlo!, ¿cómo sabría su deber?, ¿Qué le daría la fuerza?»[5]

El movimiento que se inició en contra de la tala de los árboles como parte de los planes para derribar Gezi Park en Taksim, en Estambul,  tuvo una masividad nunca vista en la historia de Turquía hasta  ahora, y sigue en curso. Analizar este movimiento es de vital importancia para la lucha de clases. Por esta razón, es necesario que nos basemos en una perspectiva de clase, al tiempo que definimos y comprendemos políticamente este movimiento. Además, hay una necesidad de hacer un  balance del proceso seguido hasta aquí. Al analizar el movimiento y comprobar los resultados, a pesar de la indignación que sentimos contra el despliegue de terrorismo de Estado, y el asesinato de tres manifestantes, no nos podemos permitir el lujo de dejar de lado la precaución y la sangre fría. SI nos dejamos atrapar por  el ambiente  creado por el movimiento y hacemos análisis apresurados correríamos el riesgo de cometer errores graves en lo que respecta a las posiciones de la lucha de clases.

Sin duda, ya que este movimiento continúa, lo que estamos haciendo es, en esencia, una evaluación inicial. Además, hay que señalar que continuamos nuestras discusiones sobre el movimiento entre nosotros.

Los antecedentes del  movimiento

El partido AKP y su gobierno habían impedido manifestaciones en la Plaza de Taksim, que se habían intentado contra los proyectos de desarrollo urbano en esta área. Un intenso debate que se produjo sobre estos proyectos especialmente sobre la demolición del “Teatro del Cine del Trabajo”   también en la zona de Taksim. Durante este proceso, la policía había provocado reacciones de los iconos de la cultural popular como resultado de los ataques realizados contra los manifestantes que intentaban impedir la demolición de la sala de cine. La reordenación  del Parque Gezi como un centro comercial, la reconstrucción del histórico Cuartel Gunner  demolido hace décadas y la tala de los árboles también estuvo en la agenda durante este proceso. Por estos motivos, algunas asociaciones disidentes vecinales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos y partidos de izquierda formaron la Plataforma de Solidaridad Taksim con el lema "Taksim es nuestro". El deseo de celebrar manifestaciones del Primero de Mayo en Taksim se hizo también para plantear la oposición a tales planes.

En este marco, los responsables del Estado burgués declararon que Taksim no era adecuado para las manifestaciones del 1º de Mayo y que no permitirían tales manifestaciones,  afirmando que las excavaciones en el lugar eran un riesgo para la seguridad de la gente que participaría en ellas.  La manifestación del 1º de Mayo fue impedida mediante el terrorismo estatal de la policía anti-disturbios.  

El asunto del “área Taksim” y los planes de remodelación había sido adoptado por la izquierda burguesa desde 2007 como una salida al impasse político en que se encontraba. La insistencia en mantener la manifestación del 1º de Mayo  en Taksim en vez de hacerlo en otro lugar tuvo un alto valor simbólico, ya que recordaba la  manifestación de 1977 donde se masacró a 34 personas. Además, la nueva regulación del aborto introducida por el partido AKP en la legislación actual, y la prohibición de la venta de alcohol entre las 10pm y las 6am continuó provocando reacciones. Asimismo, el enfoque del gobierno actual en el arte y la historia siguió un curso similar, con la demolición de la estatua en Kars[6], la apertura de Hagia Sophia a servicios religiosos y políticas similares que inquietaron a un público amplio. Especialmente en Estambul, provocaron mucha rabia  los  planes de construcción realizados como parte de las políticas de transformación urbana, las demoliciones y la intención de denominar al tercer puente que se planea construir  en el Bósforo con el nombre  de  Yavuz Sultan Selim, un sultán otomano famoso por la masacre de los miembros de la secta turca Alevi.

Además, el sentimiento contra la guerra y contra las políticas de Erdogan respecto a Siria se había ido profundizando, sobre todo después de los atentados en Reyhanli y el fracaso del gobierno AKP en sus explicaciones sobre la participación de Siria en ellos. Por último, la "desproporción", como suele decirse en Turquía, del terrorismo de Estado y la violencia policial, habían acabado por causar una enorme indignación.  Como causa adicional de descontento, los jóvenes de la generación de los 90, descritos como apolíticos y que no querían involucrarse en nada hasta estas manifestaciones, empezaron a sentir que no tienen futuro como parte de la sociedad y que son los más afectados por el impacto de la crisis económica internacional en Turquía.

 

Cómo surge el movimiento

El 28 de mayo, un grupo de unos cincuenta ecologistas comenzó manifestándose para evitar que las excavadoras entraran en Gezi Park para cortar árboles. La respuesta de la policía a los manifestantes fue violenta desde el principio. Sobre todo después de que la policía incendiara las tiendas de los manifestantes en la mañana del 30 de mayo, surgió una reacción más amplia. El 31 de mayo, las manifestaciones organizadas contra la violencia policial, a través de las redes sociales, asumieron una actitud general contra el gobierno que trascendió la cuestión de la tala de árboles en el parque Gezi. Se extendieron a casi todas las grandes ciudades del país y eran cada vez más masivas. Con las protestas en muchas ciudades se produjeron enfrentamientos a gran escala contra las fuerzas del Estado, y el lema "Todos somos Taksim, la resistencia está en todas partes" tomó un significado real por primera vez. Cuando Recep Tayyip Erdogan dijo: "Cuando la oposición reúnen cien mil, nosotros podemos reunir a un millón de personas" el 1 de junio, una masa de dos millones de personas tomó  la plaza de Taksim, lo que obligó a la policía a retroceder. Aparte del terrorismo de Estado, la actitud arrogante del primer ministro Erdogan y la censura de los medios de comunicación burgueses también causó una fuerte indignación entre las masas. En los siguientes días, las manifestaciones se hicieron en 78 de 81 provincias turcas y se organizaron concentraciones de solidaridad en todos los rincones del mundo. Además, pronto el movimiento que surgió en Brasil en contra del aumento de los precios del transporte que también asumió un carácter anti-gobierno expresó la inspiración de los manifestantes de Turquía. El movimiento en Turquía no se limitó a plazas y concentraciones, sino que hubo manifestaciones de miles, incluso decenas de miles de personas y la gente que los apoyaban  hacía ruido golpeando ollas y sartenes. El movimiento que comenzó en Estambul expresaba una reacción en contra de la masacre tras los atentados de Reyhanli en Antakya. En Izmir las manifestaciones se hicieron bajo el dominio de una tendencia nacionalista. En Ankara, debido al hecho de que esta ciudad es el centro burocrático y administrativo del Estado burgués, hubo  choques contra las masas sometidas a un intenso terror de Estado. La expresión "chapulleros" (maleantes o “perroflautas”) utilizados por Erdogan para describir a los manifestantes fue muy bien acogida por ellos. Sin lugar a dudas, una de las escenas más pintorescas de los enfrentamientos en todo el país fue cuando unos aficionados al fútbol que se manifestaban tomaron una excavadora y durante horas persiguieron a los IVSES de la policía (Vehículos de Intervención en Eventos Sociales), que había estado aterrorizando a las masas. Los manifestantes dieron a la excavadora que habían capturado el significativo nombre de  IVPE (Vehículo de Intervención para Eventos  de la Policía).

Otro factor importante que influyó en el curso y en las consignas del movimiento fue el hecho de que la policía y el terror estatal  se cobró la vida de tres manifestantes.  El 1º de junio, Ethem Sarisuluk, un trabajador de la  industria, recibió un disparo en la cabeza con fuego real de la policía en Ankara. Ethem murió al día siguiente en el hospital al que fue trasladado. El 3 de junio, en el barrio de Estambul May Day, un joven trabajador llamado Mehmet Ayvalitas murió como consecuencia de un atropello deliberado de un vehículo que arrollaba  a los manifestantes. Y de nuevo en la noche del 3 de junio, un estudiante, Abdullah Comert, fue asesinado por la policía con fuego real. Estos tres manifestantes masacrados por el estado se convirtieron en los mártires del movimiento. Los diez mil manifestantes que gritaban "¡Madre, no llores, tus hijos están aquí", frente a la casa de la madre de Ethem después de su funeral en Ankara,  que corearon "El Estado asesino pagará" durante el funeral de Mehmet en Estambul y decidieron dejar alhelíes donde Abdullah fue asesinado en Antakya, diciendo: "no olvidaremos, no vamos a dejar que nadie se olvide", lo demostraron. Aparte de los asesinatos de Ethem, Mehmet y Abdullah, más de diez manifestantes perdieron sus ojos como consecuencia de los botes de gas pimienta y las pelotas de goma que la policía disparaba hacia  los rostros de los manifestantes. Decenas de miles de personas resultaron heridas, decenas de los cuales todavía están en estado crítico. Otras miles fueron detenidas.

La huelga del 5 de junio

Después de que las masas tomaran la plaza Taksim el 1 de junio, la cuestión de cómo continuaría el movimiento se plantea  dentro del propio movimiento. La pregunta importante, tal como se expresaba en las redes sociales, era «¿Vamos a ir a trabajar mañana después de todos estos acontecimientos?». Además, aparte de aquellos  que se lo preguntaban, una parte importante de gente  había comenzado a sentir la necesidad de presentar una fuerza mayor que las manifestaciones callejeras contra el terrorismo de Estado que aún se hacían en ciudades como Ankara, Antakya, Esmirna, Adana, Mugla, Mersin, Eskişehir y Dersim así como en algunas partes de Estambul, a pesar de que  la presencia policial había finalizado en la zona de Taksim. Estos dos factores se unieron en la convocatoria espontánea de una huelga general que surgió y,  especialmente el 2 de junio,  se expandió rápidamente en las redes sociales. En el primer impacto de esta convocatoria, los empleados de la universidad en Ankara y Estambul declararon que irían a la huelga el 3 de junio. También en Ankara, donde los enfrentamientos continuaron con intensidad, los médicos y enfermeras de algunos hospitales declararon que sólo se atenderían las urgencias  y a los manifestantes. El mismo día, la Bolsa de Estambul cayó un 10,47%, la mayor caída en los últimos diez años, y la Plataforma de Solidaridad de Taksim presentó ciertas demandas. Fueron demandas democráticas como pedir que  Gezi Park fuera conservado como parque,  que los gobernadores y jefes de policía sustituyeran el uso de gases lacrimógenos y sustancias prohibidas, la liberación de los detenidos y la supresión de los obstáculos a la libertad de expresión.

Finalmente, el sindicato izquierdista KESK reorganizó sus planes previos respecto a la huelga de empleados públicos para el 5 de junio, convocándola para los días 4 y 5 de junio debido a la presión de sus afiliados. El 4 de junio, DISCO  y TTB declararon que ellos también iban a apoyar la huelga el 5 de junio. La huelga tuvo lugar el 5 de junio con una participación significativa de los trabajadores del sector público. Sólo en Estambul, 150.000 trabajadores marcharon a Taksim y cerca de 200.000 trabajadores pararon. Se estima que entre 400.000 y 500.000 trabajadores en todo el país participaron en la huelga. Por otra parte, el ambiente de la huelga estaba bajo el control de los sindicatos y las demandas democráticas de la Plataforma de Solidaridad con Taksim. Esto confundió la perspectiva de los trabajadores, eclipsando demandas tales como "No a la ley de rendimiento" y "derecho de huelga en la negociación colectiva". En este punto, sería adecuado ofrecer los detalles de un incidente que tuvo lugar en Ankara durante la huelga del 5 de junio donde se ven los verdaderos colores del  KESK. Durante la manifestación en la Plaza Kizilay en Ankara, el KESK  había llegado a un acuerdo con la policía, para que no atacara a los manifestantes mientras KESK estuviera allí, y consiguió un permiso para manifestarse hasta las seis de la mañana. Sin embargo, alrededor de las seis y media de la tarde, KESK temiendo perder el control por la interacción entre los  trabajadores de la zona y los que  llegaban a la plaza después del trabajo, se retiró de repente de la zona sin informar a nadie. Entonces, justo cuando KESK  se retiró,   la policía   atacó violentamente.  Con ello, KESK entregó a la gente que había venido a manifestarse a favor de la huelga a la violencia de la policía.

La actitud del gobierno

Cuando el movimiento alcanzaba mayor escala, el primer ministro Tayyip Erdogan se fue de visita a los países del norte de África, después  de dar a la policía antidisturbios la orden de  «poner fin a este asunto antes de que vuelva». Cuando Erdogan estaba en el extranjero, el presidente Abdullah Gul dijo «Recibimos el mensaje» sobre las protestas y el viceprimer ministro Bulent Arinc dijo que los ecologistas tenían razón, y acordó reunirse con la Plataforma de Solidaridad Taksim, dando señales de un enfoque diferente en comparación con la rigidez de Erdogan y su actitud arrogante. Sin embargo, pese a estos “gestos”, la policía mantuvo los ataques violentos contra los manifestantes  en muchas ciudades, sobre todo, en Ankara mientras la Plataforma de Solidaridad Taksim junto con Arinc y Sirri Sureyya Onder, un parlamentario del BDP[7] y uno de los supuestos nombres “simbólicos" del movimiento, se reunía con Gül en la capital. Una tendencia significativa entre los manifestantes era la falta de  confianza en la sinceridad de figuras como Gül y Arinc y tenían la impresión de que el gobierno aplicaba la táctica del  "poli bueno, poli malo”.

En cualquier caso, antes de que el proceso de negociación  provocara una importante pérdida del impulso del movimiento, Erdogan que continuaba con sus agresivas declaraciones desde el norte de África, criticando sutilmente al presidente Gül, volvió al país. Con el regreso del primer ministro, la actitud del gobierno se hizo más estricta. Por otra parte, a la luz de la observación de Erdogan «Apenas estamos reteniendo el cincuenta por ciento de la gente en sus casas», sus partidarios en el AKP empezaron a organizar manifestaciones destinadas a darle una bienvenida “espontánea”. Sin embargo el hecho de que  la bienvenida se llevara a cabo con la participación de unas mil personas, y organizada de una forma chapucera, demostró que la mitad de la población no tenía gran dificultad para quedarse en casa. En las manifestaciones de bienvenida, Erdogan  anunció que iba a organizar dos grandes mítines los días 15 y 16 de junio en Ankara y Estambul, respectivamente. Pero, a pesar de las afirmaciones más exageradas de los funcionarios del gobierno, el número de personas en el mitin de Sincan, Ankara, estuvo por debajo de 40.000 y en Kazlicesme, Estambul le siguieron menos de  295.000.

En este punto, es adecuado preguntarse si hay una fisura en el gobierno. A pesar de que en realidad no podemos hablar de una ruptura, teniendo en cuenta que el AKP está formado por una coalición de diferentes grupos de interés, facciones, sectas y cultos, se puede decir que el movimiento social surgido en Taksim crea por primera vez un potencial de fractura dentro del AKP. Después Tayyip Erdogan dio órdenes a la policía para que atacara al movimiento para eliminarlo, absorberlo o al menos impedir que se  radicalizara  ya que  se arriesgaba la concesión de los Juegos Olímpicos de 2020 a Estambul, tan importante para el gobierno del AKP, y para evitar convertirse en el objetivo de la mofa de todo el mundo, incluyendo la del Estado sirio que aconsejó a sus ciudadanos que no fueran a Turquía, ya que era peligroso!!!  Esta actitud, que parece irracional, no puede explicarse solo por  el carácter de Erdogan. Erdogan había sido hasta ahora capaz de mantener unido al AKP, gracias a su actitud autoritaria de nunca dar marcha atrás y en caso de tener que hacerlo dar la apariencia de que se reforzaba jugando con el truco de hacerlo agresivamente. Todo esto le había forjado una reputación de “invencible”.

Pero ante el movimiento se le presentaba un dilema: si retiraba las palabras provocadoras que escupió en la cara del movimiento y se doblegaba ante los manifestantes, perdería esa reputación de “invencible” que es la espina dorsal de su capital político. El resultado de este fracaso tarde o temprano conducirá a su desaparición dentro del AKP. Esta es la razón por la cual Erdogan no se atreve a dar marcha atrás: no porque esté seguro de que derrotará al movimiento manteniendo la presión, sino porque si cede, tarde o temprano perderá.

Negociaciones, ataques y paros en la acción del 17 de Junio

Durante la semana previa a las reuniones del  15-16 de junio del AKP, Erdogan declaró que iba a hablar con una delegación de manifestantes mientras  seguía emitiendo mensajes agresivos. Al mismo tiempo, se reprodujeron los ataques contra Taksim en Estambul en línea con los intentos del gobierno de sembrar la división entre los manifestantes al afirmar que hay "provocadores externos" entre ellos. El hecho de que Erdogan se reuniera primero con celebridades tales como Necati Şaşmaz y Hulya Avsar[8], quienes no tenían nada que ver con lo que estaba pasando, siendo además personas conocidas por su postura a favor del gobierno, provocó una reacción muy airada en la población y, finalmente, obligó a Erdogan a reunirse con representantes de la Plataforma de Solidaridad Taksim. Aunque esta fue una reunión difícil, después la Plataforma y la mayoría de sus componentes comenzaron a intentar que los manifestantes regresaran a sus hogares, proponiendo “continuar la lucha” simbólicamente en el Parque Gezi, estableciendo una sola tienda. Sin embargo, la gente rechazó estos esfuerzos. Entonces, Erdogan declaró en su mitin del 15 de junio en Ankara que, si los manifestantes no abandonaban Gezi Park la policía los evacuaría, poniendo como excusa su propio mitin en Estambul del día siguiente. En la noche del mismo día, Gezi Park fue atacado y dispersaron a la gente de nuevo con un terror policial espantoso. Esta vez, la policía militar también se movilizó para dar apoyo abierto a la policía civil.

Sobre todo después de que un posible ataque policial contra Gezi Park se incluyera en el orden del día, se reavivó la convocatoria de una huelga general, así como una reacción a la insuficiencia de la  huelga del 5 de  junio, y en contra de los sindicatos. Esta reacción finalmente obligó a KESK a declarar que ellos convocarían otra huelga general si se produjera un ataque a Gezi Park. Después de la evacuación del parque el 15 de junio, esta reacción se incrementó y KESK, DISCO,  TTBMOB y TDHB declararon que iban a ir a hacer una acción de cese de actividad el 17 de junio. Sin embargo, el BDP sirvió  admirablemente al gobierno del AKP con los que había iniciado un proceso de paz, obligando a los miembros de KESK a romper la huelga. Por lo tanto, la participación en la acción de cese de actividad del 17 de junio fue considerablemente menor en comparación con la huelga el 5 de junio. Otro incidente significativo fue que en Estambul, la policía volvió a atacar a los manifestantes inmediatamente después de que  los representantes sindicales abandonaran la zona.

Las protestas que involucraran a millones de personas en todo el país, así como la violencia policial y el terrorismo de Estado en contra de los manifestantes todavía continúa.

El carácter de clase del movimiento

Cuando analizamos el movimiento del  Gezi Park  en Taksim, sin duda la primera cuestión  que debemos  plantearnos es cómo se puede definir el movimiento, cuál es su carácter de clase.

En un primer vistazo, parece un movimiento social heterogéneo, formado por diferentes clases. Dentro del movimiento hay gente proveniente de muchos sectores de la población descontentos con las últimas políticas del gobierno desde la pequeña burguesía, tales como pequeños comerciantes hasta elementos del lumpen como matones de barrio, desde .gente que procede de estratos no explotadores, pero que no son directamente explotados, como artesanos y vendedores ambulantes hasta ejecutivos con altos salarios.  Además había ciertos elementos burgueses entre los que apoyaban el movimiento como Cem Boyner[9] quien llevaba una pancarta  que decía «No son ni de izquierdas ni de derechas, soy un chapuli», y Ali Koc propietario del  Hotel Divan de Taksim donde los manifestantes se refugiaban. Aunque luego lo negó, Koc dijo presuntamente «si las puertas del hotel se cierran; si se permite a la policía entrar en el hotel y se impide  dar ayuda, esto encenderá a cualquiera que trabaje aquí».

Sin embargo, solo se puede comprender el carácter real del movimiento situándolo en el contexto internacional. Y viéndolo bajo esta luz, está claro que el movimiento en Turquía es la continuación directa no solo de las revueltas de Oriente Medio de 2011 – donde las más importante (Túnez, Egipto e Israel), tuvieron una fuerte huella en la clase trabajadora -  sino en  particular el movimiento de los  Indignados en España y  Occupy en los USA, donde la clase obrera compone una gran mayoría no solo de la población en su conjunto sino de los participantes en los movimientos. Lo mismo se aplica a la actual rebelión de Brasil e igualmente es aplicable al movimiento en  Turquía, donde la inmensa mayoría de los componentes del movimiento pertenecían a la clase trabajadora,  sobre todo al proletariado joven[10]. Las mujeres participaron de forma significativa y visible, alcanzando una importancia simbólica en las protestas.  Tanto en los choques como  en las manifestaciones de ollas y sartenes, estuvieron en primera línea. La más amplia participación fue la de la generación de los 90. Que eran apolíticos fue una etiqueta que se les puso a los manifestantes de esa edad, algunos  de los cuales no podrían recordar el periodo anterior al gobierno de AKP. Esta generación, criticada por no implicarse en los acontecimientos y parecer que solo se ocupaba de “salvarse a sí mismos”, se ha dado cuenta de que no se pueden salvar aisladamente, y están cansados de que el gobierno  les diga cómo deben ser o cómo deben vivir. Los estudiantes, especialmente los de Secundaria, participaron masivamente en las manifestaciones. Jóvenes trabajadores y desempleados formaron  una gran proporción del movimiento. Trabajadores  cualificados y en paro estaban también presentes.  En algunas  áreas de la economía, la mayoría de los jóvenes que trabajan bajo condiciones precarias y con dificultad para luchar en condiciones normales –especialmente en el sector servicios-   se organizaron junto con los empleados fijos para participar en las protestas. 

Los ejemplos de esta participación son los repartidores de tiendas de kebab, camareros, y trabajadores  de locutorios y  oficinas. Por otro lado, el hecho de que la participación fuera sobre todo individual y que  los trabajadores no se unieran para ir juntos a las manifestaciones fue una de las  debilidades  más significativas del movimiento. Pero esto también era típico de los movimientos en otros países, donde lo principal  de la revuelta en la calle ha sido la expresión  de la necesidad de superar la dispersión social creada por las actuales condiciones de producción y la crisis capitalista -  y en particular, el peso del desempleo y del empleo precario. Pero estas mismas condiciones, junto con los enormes ataques ideológicos de la clase dominante, han hecho que sea difícil para la clase trabajadora verse como clase y tiende a reforzar la idea de los manifestantes de que son esencialmente una masa de ciudadanos, legítimos miembros de la comunidad "nacional", y no una clase. Tal es el camino contradictorio que toma  el proletariado para volver a constituirse como una clase, pero no hay duda de que estos movimientos son un paso en este camino.

Una de las principales razones que explicarían que una masa tan considerable de proletarios descontentos con sus actuales condiciones de vida,  hayan organizado protestas con tal determinación era la indignación y el sentimiento de solidaridad contra la violencia policial y el terror estatal. A pesar de ello, diversas tendencias políticas burguesas se activaron, tratando de influir en el movimiento desde el interior con el fin de mantenerlo dentro de los límites del orden actual, para evitar que se radicaliza y para evitar que las masas proletarias, que habían salido a la calle en contra del terror estatal,  desarrollaran demandas de  clase en torno a sus propias condiciones de vida. Así pues, lo que dominaba por lo general eran las peticiones democráticas. La línea pidiendo "más democracia", que cristalizó en una “movida anti-AKP” y, de hecho, un anti-Tayyip Erdogan, es una  posición que expresa en esencia  la reorganización del capitalismo turco de una manera más democrática. El efecto de las demandas democráticas en el movimiento constituía su mayor debilidad ideológica. El mismo primer ministro Erdogan elabora todos sus ataques ideológicos contra el movimiento alrededor del eje de la democracia y las elecciones, aunque con un montón de mentiras y manipulaciones, y repite con frecuencia el argumento de que incluso en los países considerados más democráticos, la violencia policial se usa contra las manifestaciones fuera de la ley – y esto era legal-. Además  la línea de tratar de obtener derechos democráticos ató las manos de las masas frente a los ataques de la policía y el terror estatal y debilitó la resistencia.

Tendencias organizadas dentro del movimiento

Como sabemos, la lucha del Gezi Park, incluía muchas tendencias diferentes desde el principio. Analicemos  brevemente el contenido, el peso y los efectos de las diferentes tendencias organizadas dentro del movimiento, que, por supuesto, en algún momento se superponen entre sí, así como las tendencias de las masas no organizadas.

En primer lugar, tenemos que hablar de la tendencia democrática, que en su mayor parte consiguió dominar el movimiento con sus consignas. Esta tendencia, encarnada en la Plataforma de Solidaridad Taksim y BDP MP Sirri Sureyya Onder, une las centrales sindicales, los partidos de izquierda y nacionalistas, los círculos  y  publicaciones radicales de izquierda, las  organizaciones no gubernamentales, sindicatos profesionales, asociaciones de vecinos, ecologistas y fundaciones similares. En la actualidad, entre los componentes de la Plataforma de Solidaridad Taksim están, además de organizaciones como la KESK, DISK y la Plataforma Unida del Poder  Sindical, partidos,  como CHP[11], BDP, el Partido de los Trabajadores y casi todos los partidos y círculos de izquierdas. Sin embargo, el elemento más activo dentro de la tendencia democrática, que parece haber tomado el control de la Plataforma de Solidaridad Taksim el ala   izquierda  de confederaciones sindicales  como KESK y DISK. Por supuesto, esta unidad formada en los niveles superiores de los partidos burgueses y las fundaciones tiene serias grietas en sus bases. La verdadera base de la tendencia democrática no se compone de las organizaciones que la integran, sino de la sociedad civil, la resistencia pasiva  y sectores liberales del movimiento. La Plataforma de Solidaridad Taksim y por lo tanto la tendencia democrática, dado que estaba compuesta por los representantes de todo tipo de fundaciones y organizaciones, sacó su fuerza no de su relación orgánica con los manifestantes, sino de la legitimidad burguesa, movilizó recursos y apoyo de sus componentes. Dicho esto, la tendencia democrática tiene una debilidad, que es el de estar separados de las masas debido a la falta de una conexión orgánica con los manifestantes, incluso a su propia base. Sin embargo, el hecho de que haya una dinámica espontánea significativa expresada en el lema "Tayyip dimisión" entre las masas, fortalece  las tendencias democráticas, a pesar de que la Plataforma de Solidaridad Taksim nunca presentó tal demanda.

En segundo lugar, tenemos que hablar de la tendencia nacionalista que se animó mucho en el movimiento a su inicio, pero cuyas expectativas no se cumplieron y que sigue siendo una tendencia lateral. Dentro de esta tendencia, el CHP debe evaluarse  separado del Partido de los Trabajadores y el TGB[12]. Los esfuerzos del CHP para orientar el movimiento cuando se inició fue ineficaz y más tarde, la llamada de Kilicdaroglu[13] a los manifestantes para que se dispersaran no dieron lugar a  que la propia base de CHP se retirase de la zona. De hecho, hubo manifestantes que expresaron su ira hacia los diputados de CHP en Estambul. En cuanto a los nacionalistas radicales, como el Partido del Trabajo y el TGB, sus intentos de convertir el movimiento en manifestaciones "republicanas”, a pesar de tener un efecto en algunas localidades, no dio resultados significativos. Un esfuerzo de los nacionalistas era separar a la policía del gobierno del AKP con líneas como "Hay jóvenes de la misma edad en ambos lados", tratando de retratar a la policía de una manera simpática. Sin embargo, la brutalidad de la violencia policial impidió que esta línea fuera aceptada en su mayor parte. La consigna más común de los nacionalistas era "Somos los soldados de Mustafa Kemal"[14], intentando  cantar  himnos  kemalistas. Los nacionalistas, cuyos intentos de reaccionar en contra de  manifestantes kurdos y de la línea general de las manifestaciones  no fueron del agrado de las masas, debido a la escasa influencia que el sistema educativo kemalista  tuvo en esta generación recién politizada.

La izquierda burguesa es otra tendencia digna de mención. La base de los partidos de izquierda, que también se puede describir como la izquierda burguesa legal estuvo en su mayor parte aislada de las masas. Generalmente atado a la tendencia democrática, el  BDP, en su comparecencia para apoyarla, también trató de impedir que los kurdos participaran  en el movimiento, aunque con poco éxito en las grandes ciudades, dando apoyo encubierto al gobierno con el que está involucrado en un proceso de paz. Estalinistas y trotskistas también se aislaron de las masas en su mayor parte. Pero influyeron en los barrios donde tradicionalmente eran fuertes. Mientras que se oponían a la tendencia democrática en el momento en que se trató de dispersar el movimiento, por lo general la apoyaron. Los análisis de la izquierda burguesa se limitaban casi siempre  a expresar lo felices que estaban por el "levantamiento popular", tratando de presentarse como los líderes del movimiento. Incluso la convocatoria de  una huelga general, una línea tradicional de la izquierda, no fue sentida realmente por la izquierda debido al clima de ciega euforia. Su lema más aceptado entre las masas era "hombro con hombro contra el fascismo".

La tendencia que tuvo el mayor impacto y disfrutó de más simpatías entre la base del movimiento fueron los aficionados al fútbol. Aunque los cabecillas de los ultras de fútbol no actuaron independientemente de la tendencia democrática, el efecto de estos dirigentes en su propia base era limitado. Los aficionados al fútbol que han adquirido una experiencia similar a  la de los izquierdistas cuando se trata de actuar juntos, yendo a las manifestaciones e incluso enfrentándose con la policía, era la única tendencia más o menos organizada que no se separó y actuó cómodamente entre la masa general de los manifestantes. Ellos se destacaron especialmente en los enfrentamientos. En cierto modo, era significativo que los aficionados al fútbol fueran parte del movimiento reivindicativo de masas ya que habían sido apolíticos hasta el día en que comenzaron a sentirse  más cerca de las manifestaciones. Turquía es un país donde la línea 'Yo no soy ni de derechas ni de izquierdas, sino un futbolero”  es muy popular. Su lema más memorable fue "Pulveriza, rocía el gas lacrimógeno! Quítate el casco, deja a un lado tu porra, vamos a ver quiénes son los matones de verdad! ".

La tendencia proletaria y la relación del movimiento con la clase

Además de las tendencias antes mencionadas, es posible hablar de una tendencia proletaria o tendencias proletarias dentro del movimiento actual. Estamos diciendo tendencia o tendencias, porque la tendencia proletaria estaba desorganizada y dispersa en contraposición a las tendencias que hemos definido anteriormente. La tendencia proletaria presentó consignas como "No somos soldados de nadie" y "Somos los soldados de Mustafa Keser" y "Somos los soldados de Turgut uyar"[15] contra la consigna de la tendencia nacionalista, "Somos los soldados de Mustafa Kemal".  Volvieron a corear lemas de la época de la lucha de Tekel, como "Estamos resistiendo con la terquedad del kurdo, el entusiasmo de los Laz[16] y la paciencia de los turcos". Pusieron nombre a los árboles del parque Gezi después de las víctimas de la masacre de kurdos Roboski[17] y las víctimas turcas y árabes de los bombardeos en Reyhanli. Por otra parte, muchos defendimos enfrentarnos al terrorismo de Estado en contra de la línea de resistencia pasiva de la tendencia democrática. Contra las actitudes que trataban de presentar la policía de una manera simpática, estaba el lema "Policía sé honorable, vende pasteles". La legitimidad de las demandas presentadas por la Plataforma de Solidaridad Taksim fue cuestionada. Se opuso al vandalismo común entre los manifestantes, no por considerar que era una  acción de  provocadores como hizo la tendencia democrática, sino por que se podría perjudicar  los medios de vida de los más necesitados, y así se les intentaba convencer. En general, una gran cantidad de manifestantes defendieron la idea de que el movimiento debía crear una auto-organización que le permitiera determinar su propio futuro.

El sector  de los manifestantes que querían que el movimiento se uniera con la clase trabajadora,  estaba compuesto por elementos que eran conscientes de la importancia y la fuerza de la clase, que estaban en contra del nacionalismo pero que carecía de una posición política clara. Ellos fueron los que iniciaron las llamadas a la huelga general. Esencialmente, aunque esto expresaba una conciencia de la importancia de la participación del proletariado, también arrastraba ilusiones democráticas. Por la experiencia del 5 de junio se demostró que presionar a los sindicatos para ir a la huelga general no fue una estrategia muy eficaz. Por otra parte, uno de los logros más importantes del movimiento fue el hecho de que esta sección de manifestantes sacó  lecciones de su experiencia. En las llamadas realizadas después del 05 de junio, la idea de que las huelgas escaparate para uno o dos días no era suficiente, se extendió, y aumentaron los que pedían una huelga general indefinida. Además, el número de personas que dijeron que los sindicatos como KESK y DISK supuestamente "militantes" no eran diferentes del gobierno, crecía de forma significativa. Por último, en contra de acciones permanentes surgidas recientemente y alentadas por los medios de comunicación y la tendencia democrática,  dirigidas a encarcelar el movimiento en un terreno individualista y pasivo, se desarrolló  la idea de que estas acciones sólo tienen sentido si se hacen en el lugar de trabajo donde surgen.

Cierta parte del sector obrero del proletariado también participó en las protestas y constituye el cuerpo principal de la tendencia proletaria dentro del movimiento. La huelga THY de Estambul intentó unirse a la lucha Gezi. Sobre todo en el sector textil, donde las pesadas condiciones de trabajo son habituales, surgieron algunas voces combativas. Una de estas protestas tuvo lugar en Bagcilar - Gunesli en Estambul, donde los trabajadores textiles querían exigir sus demandas de clase, así como salir en solidaridad con la lucha en Gezi Park. Los trabajadores del sector textil realizaron una manifestación con pancartas que decían "¡Saludos de Bagcilar a Gezi" y "Los sábados deben ser libres!" En Alibeykoy, Estambul, miles de trabajadores hicieron una marcha con pancartas que decían "huelga general, resistencia general”.  Los trabajadores de la plaza y de las oficinas que vinieron a Taksim juntos llevaron pancartas que decían "No al trabajo, ¡a la lucha¡". Además de todo esto, el movimiento creó una voluntad de lucha de los trabajadores afiliados al sindicato. Sin lugar a dudas, KESK, DISK y las demás organizaciones que salieron en huelga tuvieron que tomar este tipo de decisiones no sólo por las redes sociales, sino también  debido a la presión de sus propios miembros, por más que estas decisiones fueran superficiales. Por último, la Plataforma de Sectores de Turk-Is[18] en Estambul, compuesto por todas las ramas sindicales de Turk-Is en Estambul, pidieron a  Turk-Is y a todos los demás sindicatos que declararan una huelga general contra el terrorismo de Estado a partir del lunes tras el ataque a Parque Gezi, y sería un error pensar que estas convocatorias  se hicieran sin una seria indignación entre los trabajadores de base por  lo que estaba pasando.

A pesar de todo esto, es difícil decir que el movimiento actual ha reconocido ampliamente sus propios intereses de clase y se dirige hacia  una fusión con la lucha general de la clase obrera.  El hecho de que la tendencia proletaria entre el movimiento no podía expresarse era principalmente el resultado del énfasis puesto en la democracia, en oposición a las políticas del gobierno. Como este eje dominaba el movimiento, los trabajadores lo respaldaron y sus canales de maduración se bloquearon. Por lo tanto, la tendencia democrática logró mantener el movimiento dentro de su propio marco. Además, a pesar de que una mayoría del movimiento se compone de proletarios, sólo constituyen una parte de la clase - no su totalidad. Lo que trajo este sector a las calles fue el terrorismo de Estado y el mismo terrorismo de Estado está causando un gran revuelo entre los otros sectores de la clase obrera. Por otro lado, el hecho de que las demandas y consignas de la tendencia democrática se propusieran para dominar el movimiento, así como que la tendencia proletaria no fue capaz de desarrollar demandas de clase con un enfoque en las condiciones de vida y de trabajo, plantea un serio obstáculo en el movimiento para formar enlaces fuertes con las masas de trabajadores.

Los medios del movimiento para la  discusión  de masas

La debilidad común de las manifestaciones en toda Turquía es la dificultad de crear debate de masas y ganar control sobre el movimiento a través de  formas de auto-organización de las bases en estas discusiones. El debate de masas que se ha manifestado en movimientos similares en todo el mundo fue el gran ausente en los primeros días del movimiento. La experiencia limitada de  discusión masiva, reuniones, asambleas de masas y también la debilidad de una cultura de debate en Turquía influyeron sin duda  en ello. Por otro lado, el movimiento  sintió la necesidad de discusión y los medios para el debate empezaron a surgir.

La primera expresión del sentimiento de la necesidad de discutir fue la formación de una tribuna abierta en el Parque Gezi. La Tribuna Abierta en el Parque Gezi no atrajo  una gran cantidad de gente o no duraba  mucho tiempo, pero aún así la experiencia de la Tribuna Abierta ha  tenido un cierto efecto. En la  huelga  del 05 de junio, los trabajadores universitarios sugieren la creación de una tribuna abierta. Sin embargo, el liderazgo de KESK no sólo rechazó la propuesta de una tribuna abierta en favor de un estilo de May-day, tribuna sindical izquierdista cuyos discursos ni siquiera fueron escuchados, sino que también aisló la Rama Eğitim-sen nº 5 a la que pertenecen los  trabajadores de la universidad. Acto seguido, el Poder Egitim-Sen No 5 trató de establecer una tribuna abierta, pero no funcionó. Una vez más, inspiradas en la Tribuna Abierta, se  formaron tribunas populares en Gazi, Okmeydani y Sarıyer que se encuentran en los barrios de Estambul, Güvenpark y Keçiören en Ankara, la plaza  Gündoğdu y Çiğli en Esmirna, en Mersin, Antalya, Samsun y Trabzon. A pesar de que en algunas de estas tribunas populares, los participantes mencionaron los problemas laborales, el sistema de salud y del salario mínimo y propusieron la formación de una asamblea permanente, el control ejercido por tribunos de la izquierda burguesa, constituía una limitación significativa.

Además de las experiencias de tribunas abiertas y populares, otras experiencias surgidas en  días posteriores fueron los foros organizados y celebrados con una participación masiva. Estos foros  se crearon con el fin de debatir el futuro curso del movimiento, y se celebrarán desde el comienzo de la semana del 15 de junio - el día del ataque a Gezi Park. En efecto, la convocatoria de estos foros se hizo por Taksim Solidaridad, cuya intención era utilizar estos foros como un medio para convencer a la gente de "incluir" la resistencia dentro de una sola tienda de campaña simbólica, que es otra manera de convencer a la gente de que ponga fin a la lucha. Los foros no asumen o reclaman  ninguna autoridad en la  toma de decisiones, su función fue concebida como un medio de la Plataforma de Solidaridad Taksim para mantener el impulso de las masas. Este caso sentó las bases para que  las masas se ciñeran a  las cuestiones prácticas, sobre todo lo que debe hacer en caso de intervención de la policía. Sin embargo, en las discusiones, surgieron algunos participantes proponiendo que las masas debían tomar las riendas del movimiento a través de la creación de asambleas, el intercambio de experiencias con el movimiento en Barcelona, ​​y afirmando la necesidad de extender el movimiento a los barrios pobres. Más importante aún, al afirmar la voluntad de mantener las movilizaciones, las masas arruinaron el juego de Taksim de Solidaridad destinado a la eliminación gradual del movimiento.

Por otra parte, si echamos un vistazo a los movimientos de todo el país, la experiencia más importante fue proporcionada por los manifestantes en Eskişehir[19]. A través de una asamblea general en Eskişehir Resistencia Square, se crearon comités con el fin de organizar y coordinar las manifestaciones. Estos comités son el Comité de Manifestación para la selección y determinación de rutas y consignas, el Comité de la Universidad y la Educación para la organización de reuniones, sesiones informativas y debates en la plaza, el Comité de Opinión y Propuestas para la generación de ideas y sugerencias para la resistencia, la Comisión de Medio Ambiente y limpieza para limpiar y ordenar los asentamientos de las  tiendas, el Comité de Prensa de grabar vídeos,  publicar fotos en línea y noticias, y la presentación de sus novedades a los medios de comunicación, el Comité de Coordinación y Comunicación de la coordinación entre  comités, el Comité de Seguridad para la protección de la plaza de los ataques de dentro y fuera, y el Comité de Emergencia, creado por estudiantes de medicina y médicos expertos para la asistencia médica a los heridos. Lo que es más significativo es que se decidió que la junta general se celebraría todos los días para controlar y analizar las prácticas de estos comités. Con estas experiencias, las masas en Eskişehir fueron capaces de asumir el control del movimiento mediante el establecimiento de su propia organización. En la misma línea, en Antakya, el encuentro tomó sus propias decisiones acerca de la trayectoria de los movimientos en 17 de junio.

Por último, desde el  17 de junio en adelante, en varios parques de la vecindad en Estambul, masas de personas inspiradas por los foros del  Parque Gezi crearon asambleas de masas bajo el nombre de foros. Entre los barrios que organizaron foros, estaban Beşiktaş, Elmadag, Harbiye, Nişantaşı, Kadıköy, Cihangir, Ümraniye, Okmeydani, Göztepe, Rumelihisarüstü, Etiler, Akatlar, Maslak, Bakırköy, Fatih, Bahçelievler, Sarıyer, Yeniköy, Sarigazi, Ataköy y Alibeyköy . En los siguientes días, se llevarán a cabo otros en Ankara y otras ciudades. De este modo, con el fin de no perder el control sobre estas iniciativas, la misma Plataforma de Solidaridad Taksim comenzó a convocar los foros. Sin embargo, es muy posible que estos foros puedan asumir roles más serios en un futuro próximo. Por otra parte,  en estos foros se expresan algunas ideas sobre  la formación de comités de barrio y de lugares de trabajo y. El llamado a evitar el discurso racista, sexista y homófobo, y para conmemorar el Roboski y masacres Reyhanli, y los trabajadores de tratamiento de agua de Antalya que murió por inhalación de gas metano, se ha difundido ampliamente en los foros.

Parecidos, diferencias y relaciones con otros movimientos sociales

Aunque en muchos aspectos, la resistencia del Gezi Park está en continuidad con el movimiento Occupy en los EE.UU., los Indignados en España, y los movimientos de protesta que derrocaron a Mubarak en Egipto y Bin Ali en Túnez, también tiene sus propias peculiaridades. Como en todos estos movimientos, en Turquía, hay un peso vital del joven proletariado. Egipto, Túnez y la resistencia del Parque Gezi tienen en común la voluntad de deshacerse de un régimen que se percibe como una "dictadura". Al igual que en Egipto, los manifestantes rodearon a los que participaban en las oraciones musulmanas para protegerlos de los ataques,  y al mismo tiempo, los participantes más activos de Turquía tienen, como en Egipto, una fuerte oposición a la interferencia de los clérigos y fundamentalistas en su vida cotidiana. Por otra parte, mientras que Túnez experimentó ataques masivos con miles de trabajadores, y Egipto experimentó el Mahalla y otras huelgas[20], Turquía sólo ha pasado por un par de protestas con paro laboral... En el lado más positivo, mientras que en Egipto, cuando el movimiento cobró fuerza se volvieron hacia el ejército en busca de ayuda, en Turquía se ha producido una reacción en contra de la imagen de esta institución clave del Estado.

Al contrario que en Túnez cuyo movimiento organizó comités locales, y en España y los EE.UU. donde las masas generalmente asumieron la responsabilidad del movimiento a través de asambleas generales, al principio en Turquía esta dinámica fue muy limitada. En España, en medio de la crisis del capitalismo, con el impacto del aumento del desempleo, el movimiento de Indignados fue capaz de orientar los debates. Sin embargo, en Turquía, en lugar de problemas sobre las condiciones de vida y de trabajo, las cuestiones prácticas del movimiento han ocupado un lugar preponderante. Las cuestiones preeminentes son los problemas prácticos y técnicos de los enfrentamientos con la policía. Además, aunque en España la tendencia proletaria planteó demandas colectivas contra la tendencia democrática en el movimiento, en Turquía este proceso ha sido muy deficiente. La similitud con Occupy en EE.UU. consistió en que hubo una ocupación real, pero en Turquía las ocupaciones tuvieron una  participación masiva en comparación con los EE.UU. Del mismo modo, tanto en Turquía y los EE.UU., había una tendencia de los manifestantes que entendía la importancia de la participación del sector laboral del proletariado en la lucha. El movimiento en los EE.UU. no logró la participación de  este sector  del proletariado a pesar de sus llamamientos cara a cara a los trabajadores portuarios de Oakland - así como las convocatorias en las redes sociales - para ir a la huelga en la costa occidental del país. A pesar de ello, a pesar de que el movimiento en Turquía no establece un vínculo serio con toda la clase obrera, incluso las convocatorias de huelga a través de las redes sociales  reunió más paros que en la experiencia de EE.UU..

Pero a pesar de estas particularidades, no hay duda de que el movimiento de los "Chapulis” ha sido una parte de la cadena de movimientos sociales internacionales. A pesar de que no atrajo la atención al principio, estos movimientos dejaron hondas huellas en las masas en Turquía. También este movimiento, similar a otras oleadas internacionales de lucha, está directamente relacionado con la crisis mundial del capitalismo. Una de las razones fundamentales que han situado al AKP en el poder durante 10 años es que ha llevado a cabo el proceso de reestructuración del capitalismo en Turquía. La reacción contra esta presión comenzó como una reacción a las prácticas del AKP. Uno de los mejores indicadores que muestran que el movimiento forma parte de la ola internacional fue que inspiró a los manifestantes brasileños. Los manifestantes turcos saludaron la respuesta de la otra orilla del mundo con los lemas de "Estamos juntos, Brasil + Turquía!" Y "Resistir Brasil" (en turco). Y puesto que el movimiento inspiró protestas con demandas de clase en Brasil, en el próximo proceso esto podrá afectar positivamente al florecimiento de las demandas de clase en Turquía.

La experiencia adquirida por el movimiento

El movimiento del Taksim Gezi Parque se relaciona con la ira en contra de terrorismo de Estado, la violencia policial y las políticas represivas y prohibitivas del gobierno del AKP y del primer ministro Tayyip Erdoğan. En este período de tiempo, las masas que tal vez nunca  participaron en una manifestación o caminaron junto a personas que compartían sus puntos de vista, o estuvieron en luchas de tipo apolítico, se han politizado. Miles de personas han experimentado la solidaridad, manejando su propia agenda, hablando de la vida que quieren en Gezi Park y otros parques ocupados. El movimiento marcó la diferencia creando cocinas que ofrecían sopa gratis, bibliotecas gratuitas, centros de tratamiento de los heridos por trabajadores de salud voluntarios y sala de estar común, en el que cualquiera podía venir y quedarse. Fue una de las de las razones más importantes para que se mantuviera el apoyo al movimiento en los días siguientes a su inicio. También aprendieron cómo luchar contra los gases lacrimógenos de  la policía.

La gente tomó conciencia del poder de un movimiento masivo con voluntad de resistir la fuerza física del estado. Se constató que las redes sociales se han utilizado con eficacia para la organización de reuniones y manifestaciones. Las redes sociales también se utilizaron para evitar que los manifestantes fueran detenidos y para organizar el  alojamiento. Para iluminar la calle cuando las farolas se apagaban durante los enfrentamientos, la gente encendió las luces de sus casas, hubo provisión gratuita de medicamentos por las farmacias: estos detalles fueron muy importantes para el movimiento. Los participantes más jóvenes que se enfrentaron con la policía respondían a los ataques con el lenguaje de la música y el humor. Esto atrajo la simpatía de la gente. El El Estado denominó a los participantes como marginales o maleantes (“çapulcu”),  y este término ha sido adoptado: “chapulis” (equivalente a los “perroflautas” de Los Indignados en España)  incluso por personas que no se involucran directamente con el movimiento.

Nuestras  perspectivas

A pesar de que la gente no se hace ilusiones de que este movimiento sea una revolución, a diferencia de movimientos similares, los participantes más activos del movimiento identifican las protestas como una situación revolucionaria. Lo primero que hay que  recordar a la hora de responder a este tipo de ideas es insistir, como los revolucionarios del pasado, como Lenin o la izquierda comunista italiana, que una situación revolucionaria sólo puede ser el producto de una maduración de las condiciones objetivas y subjetivas en el plano internacional. Y a pesar de la dinámica claramente internacional de las revueltas de 2011 y 2013, que son a su vez una respuesta a la profundización de la crisis global del sistema capitalista, todavía no se suman a una situación revolucionaria. En este punto, es importante recordar lo que dijo Lenin: "¿Cuáles son, en términos generales,  los síntomas de una situación revolucionaria? No nos equivocaremos si indicamos los tres principales síntomas siguientes: (1) cuando no sea posible que las clases dominantes mantengan su dominio sin ningún cambio, cuando haya una crisis, de una forma u otra, entre la " clase alta", una crisis en la política de la clase dominante, lo que lleva a una fisura por la que el descontento y la indignación de las clases oprimidas estallen. Para que una revolución tenga lugar, por lo general no es suficiente que "los de abajo no quieran" vivir a la antigua usanza, sino que también es necesario que "las clases de arriba no puedan" vivir en la vieja manera, (2) cuando el sufrimiento y la miseria de las clases oprimidas se hayan vuelto más graves de lo normal, (3) que, como consecuencia de las causas anteriores, haya un aumento considerable de la actividad en las masas, que se dejan robar en "tiempo de paz "sin protestar, pero que, en tiempos turbulentos, tanto por las circunstancias de la crisis como  por las" clases altas " son empujados a sí mismos en una acción histórica independiente." [21]

Los movimientos en  Oriente Medio, España, Turquía, Brasil y otros países no contienen ninguna de estas tres características. Sí, los gobernados no quieren ser gobernados, pero los gobernantes pueden mantener su dominio cualitativo en la forma en que solían hacerlo. La pobreza y la miseria de las clases oprimidas no suben a los niveles habituales. Uno de los mayores triunfos del gobierno en Turquía es recordar el desarrollo "prometedor" de la economía turca en los últimos años .

Tal vez lo más importante de todo es el hecho de que en ninguna de estas luchas  las masas se independizan de los demócratas burgueses.  En este callejón sin salida del capitalismo, cuando la opresión social está aumentando, las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores son cada vez peores, las guerras son cada vez más crónicas, los “espacios vitales” de la gente son destruidos, el problema de la vivienda es habitual, la democracia burguesa sólo puede ser la dictadura burguesa. Independientemente de qué tipo de gobierno esté en el poder, de derechas o de izquierdas, en este período en el que se está haciendo cada vez más difícil para el capitalismo de Estado obtener capital y apoderarse de una parte del pastel, todos los gobiernos practicarán iguales políticas contra las masas. La democracia son los  gases lacrimógenos, la democracia son las  porras de la policía, la democracia son los  IVSEs y los vehículos Scorpion. La democracia es terrorismo burgués masacrando tres chavales de nuestra clase sin pestañear. La tendencia democrática dominante en el movimiento y la calidad política de sus demandas corresponden a la democracia, que no es sino una herramienta para desarrollar el dominio de la burguesía y la mentira del desarrollo. Tras el lema "Tayyip dimisión" que se coreó durante la manifestación, está la ilusión de que los problemas se solucionarán por cualquier poder burgués, que sustituirá a Erdogan si  éste dimite. Sin embargo, sabemos que  tal cosa es imposible hoy en día.

Además, la tendencia democrática dentro del movimiento, así como ciertos escritores y periodistas burgueses describen el movimiento como una reacción democrática a lo que no va bien en el país, y la intención del movimiento de tomar un camino parlamentario. De hecho, cuando nos fijamos en la Plataforma de Solidaridad Taksim, nos recuerda a la coalición de la Rama de Olivo, que llegó al poder oponiéndose a Berlusconi. Sin lugar a dudas, este curso de los acontecimientos sería un trágico final para el movimiento, lo que significa que muere para la clase obrera. En el próximo período, esto puede llegar a ser un peligro mayor para el movimiento que el terrorismo de Estado.

Y, sin embargo, a pesar de todas las debilidades y peligros que enfrenta este movimiento, si las masas en Turquía no hubieran logrado convertirse en un eslabón de la cadena de revueltas sociales que sacuden el mundo capitalista, el resultado sería un mayor sentimiento de impotencia. El estallido de un movimiento social en una escala no vista en este país desde 1908 tiene, pues, una importancia histórica.

El futuro del movimiento depende de que el proletariado, que forma la mayor parte del mismo,  sea capaz de expresar las demandas de clase que surgen de sus propias condiciones de vida y de trabajo y de si son capaces de  tomar el control del movimiento en sus propias manos con los debates de masas y extender el movimiento a toda la clase en los puestos de trabajo,  en vez de dejar actuar  a los sindicatos.

Dünya Devrimi, Sección ICC en Turquía
21/06/2013


[1] Ver para un balance de estos movimientos 2011, de la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349 [10]

[2] Sobre Brasil ver La represión policial desata la furia de los jóvenes, /content/3768/la-represion-policial-desata-la-furia-de-los-jovenes [18]

[3] Para un análisis de la situación en Siria, ver Revista Internacional 149: Amenaza de un cataclismo imperialista en Oriente Medio, /content/3441/amenaza-de-un-cataclismo-imperialista-en-oriente-medio [19]

[4] En turco se emplea el término Çapulcu en un sentido peyorativo que se podría traducir por “pringados” (aunque tendría también dos acepciones más: “agitador” y “sans culotte”). Este apelativo fue aplicado por Erdogan a los que protestaban en la calle. El término ha hecho fortuna y los participantes en el movimiento lo han adoptado. Algo similar a lo que en España se llamaba “perroflautas” cuando el movimiento de indignados.

[5] Estas líneas se tomaron de un poema en turco escrito por uno de los participantes en la protesta, llamado Ozan Durmaz dedicado a Abdullah Cömert, Ethem Sarısülük y Mehmet Ayvalıtaş. La versión íntegra puede encontrarse en la Web en turco: www.tuhaftemaslar.com/sut [20].

[6] En Kars se levanta un monumento a la “amistad turco – armenia”, un intento hipócrita de “olvidar” la enorme masacre de armenios perpetrado por el Estado turco en 1915 (parece que hubo más de un millón de muertos). En un gesto nacionalista, Erdogan había calificado el monumento de “monstruoso” y había propuesto derribarlo.

[7]BDP: en turco Bariş ve Democrasi Partisi, Partido de la Paz y la Democracia, partido vinculado al movimiento nacionalista kurdo.

[8] Necati Şaşmaz, actor muy popular en la televisión turca. Hulya Avsar es una actriz turca polifacética, escritora y cantante también.

[9] Cem Boyner, empresario de éxito en la Turquía actual.

[10] De acuerdo con las encuestas, el 58% de los manifestantes en Parque Gezi eran trabajadores asalariados, 10% estaban desempleados y el 24% eran estudiantes. En total, el 92% eran trabajadores o futuros trabajadores

[11] CHP: siglas en turco correspondientes a Cumhuriyet Halk Partisi, Partido Republicano del Pueblo, principal partido de la oposición, juega un papel a los partidos socialistas en Europa.

[12] TGB: siglas en turco que significan Türkiye Gençlik Birliği, Unión Turca de la Juventud, asociación nacionalista que goza de una cierta influencia.

[13] Kemal Kilicdaroglu es el líder del Partido Republicano del Pueblo, CHP.

[14] Mustafá Kemal Attaturk (1881-1938), encabezó el movimiento que reemplazó la vieja monarquía otomana por una república. Estableció una política laicista forzada y organizó un partido único en combinación con el ejército que hasta fechas muy recientes ha tenido un peso determinante en el Estado turco. El CHP junto con otros partidos se presenta como su heredero.

[15] Mustafa Kesser, cantante famoso en Turquía. Turgut Uyar, actor famoso en Turquía.

[16]Laz: grupo étnico del nordeste de Turquía

[17] Masacre perpetrada el 28-12-2011 por las fuerzas aéreas turcas contra un grupo de campesinos que intentaban huir en la frontera con Irak

[18] Turk-Is es uno de los principales sindicatos del país. Dice tener 1,75 millones de afiliados.

[19] Ciudad del interior que cuenta 638000 habitantes.

[20] Ver Egipto el germen de la huelga de masas, /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [21]

[21] Lenin, La bancarrota de la II Internacional

 

Geografía: 

  • Turquía [22]

Rubric: 

Turquía

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Links
[1] https://es.internationalism.org/cci-online/201212/3601/nada-mas-practico-que-una-buena-teoria [2] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/area-de-influencia-de-la-izquierda-comunista [3] https://es.internationalism.org/en/tag/5/601/primero-de-mayo [4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/222/en-nueva-york-como-por-todas-partes-el-capitalismo-siembra-la-muert [5] https://es.internationalism.org/cci-online/201301/3609/la-masacre-de-sandy-hook-muestra-como-el-capitalismo-se-precipita-en-la-barba [6] https://www.bls.gov/web/empsit/cpseea10.htm [7] https://www.parjustlisted.com/archives/10675 [8] https://en.internationalism.org/print/book/export/html/7537#sdfootnote8anc [9] https://www.bostonglobe.com/metro/2013/04/19/relatives-marathon-bombing-suspects-worried-that-older-brother-was-corrupting-sweet-younger-sibling/UCYHkiP9nfsjAtMjJPWJJL/story.html [10] https://es.internationalism.org/node/3349 [11] https://es.internationalism.org/en/tag/21/541/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase [12] https://es.internationalism.org/en/tag/6/602/terrorismo [13] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [14] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci [15] https://es.internationalism.org/en/tag/4/401/brasil [16] https://es.internationalism.org/en/tag/6/408/represion [17] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/espana [18] https://es.internationalism.org/content/3768/la-represion-policial-desata-la-furia-de-los-jovenes [19] https://es.internationalism.org/content/3441/amenaza-de-un-cataclismo-imperialista-en-oriente-medio [20] http://www.tuhaftemaslar.com/sut [21] https://es.internationalism.org/content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [22] https://es.internationalism.org/en/tag/4/559/turquia