Published on Corriente Comunista Internacional (https://es.internationalism.org)

Home > Internacionalismo - 2000s > Internacionalismo - 2004 > Internacionalismo nº 53 -Octubre 2004

Internacionalismo nº 53 -Octubre 2004

  • 3286 reads

Venezuela: después del 15A, mayores ataques contra los trabajadores

  • 3368 reads

Publicamos a continuación un llamamiento que hizo nuestra organización, pocos días antes de celebrarse el referéndum del 15A. El análisis y los planteamientos que en él hicimos siguen teniendo plena vigencia, después de declararse el triunfo de Chávez.

El llamamiento tuvo como objetivo principal, alertar a la clase obrera venezolana y mundial sobre una situación de confrontación violenta que se podría presentar entre los bandos chavistas y de oposición ante unos resultados electorales que apuntaban a ser bastante parejos. Sin embargo, la amenaza de una confrontación violenta se disipó a las pocas horas de concluidas las elecciones: se logró imponer la estrategia del oficialismo, quien superó a la oposición con un diferencia de 18%, situación que la sorprendió, ya que antes de las elecciones las encuestadoras mas serias daban un empate técnico o un pequeño margen a favor del chavismo (1). El rápido reconocimiento de los resultados electorales dados por el CNE, por parte del Centro Carter y la OEA, así como la parálisis de la Coordinadora Democrática (CD) ante el impacto de los resultados, impidieron que se caldearan los ánimos. Una pequeña manifestación de protesta convocada por algunos dirigentes de la oposición al día siguiente de las elecciones, fue salvajemente reprimida por las bandas de choque chavistas con saldo de un muerto y más de una decena de heridos.

Las fuerzas de oposición, y en particular la CD, han quedado desmembradas y han puesto al desnudo los conflictos de intereses que reinan en su seno (debilidad muy bien aprovechada por el chavismo), así como la dificultad para desarrollar una estrategia creíble ante los sectores mas empobrecidos de la población. Hoy, la oposición se presenta como un conjunto de fuerzas dispersas y sin una estrategia, debilitadas para enfrentar a un chavismo envalentonado y aparentemente mejor posicionado ante las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores.

A pesar de este balance de fuerzas favorable al chavismo, la confrontación entre las facciones políticas chavistas y antichavistas no va a desaparecer, debido a que tal como lo planteamos en el llamamiento, el proyecto chavista se corresponde con la necesidad del sector del capital nacional ahora en el gobierno de crear una “nueva burguesía nacional” que intenta excluir de toda vida económica, política y social a los sectores de la burguesía que se le oponen. En este sentido, sería una ilusión pensar que se abre un período de “diálogo y reconciliación”, tal como lo pregonan las campañas del oficialismo y de algunos sectores de la oposición. Bajo el capitalismo en descomposición, es cada vez más difícil para las fracciones de la burguesía garantizar la gobernabilidad, principalmente en países como Venezuela, históricamente débiles en los planos económico, político y social.

El acercamiento del gobierno con algunos sectores del capital privado y de la oposición, es un “dialogo” forzado, donde el chavismo hace uso de su musculatura política para chantajear y humillar al contrario. En este sentido observamos que aunque la confrontación ha bajado de intensidad, volverá a tomar vigor en cuanto las fuerzas de oposición se recompongan. De hecho, con muy pocas excepciones, todas las fuerzas de la oposición comparten la tesis del fraude electoral, lo que expresa un estado de confrontación latente.

La perspectiva es que las facciones burguesas en pugna continúen su estrategia de polarización y división entre los trabajadores, a favor de las opciones burguesas de uno u otro bando.

Un aspecto no menos importante, que tendrá una influencia directa sobre la lucha de clases, es la acentuación de los ataques a las condiciones de vida de la clase obrera. Esta es una necesidad ineludible para cada burguesía nacional para poder enfrentar los efectos de la crisis económica que sacude al capitalismo a nivel mundial; y la burguesía venezolana no es la excepción, se trate de la “nueva” burguesía chavista o de la “vieja” burguesía que controló el poder en el pasado reciente. El proletariado venezolano, a través del desempleo y una creciente pauperización, ha padecido las consecuencias de una crisis económica que asume proporciones gigantescas debido a la confrontación entre las facciones burguesas en pugna. Después del revocatorio esta situación no hará sino acentuarse: el chavismo, requerirá mantener la ilusión populista de las misiones con miras a ganarse el apoyo de la población ante las elecciones regionales, parlamentarias y las presidenciales de 2006; misiones que se han sustentado en la explotación y un ataque sin cuartel a las condiciones de vida de los trabajadores, a través de la congelación de contratos colectivos, incremento de impuestos, altos niveles de inflación, deterioro de los servicios públicos, etc. Ahora la burguesía con un chavismo “guapo y apoyado”, tiene las manos libres para acentuar sus ataques contra el proletariado, en particular contra los empleados públicos (2).

Tal como lo planteamos en el llamamiento, el proletariado venezolano no tendrá otro camino que confrontar a la burguesía de capital privado o estatal, tal como lo hizo durante los gobiernos de Caldera, Carlos Andrés Pérez, etc. Debe tener claro que el gobierno chavista, a pesar de su verborrea “revolucionaria” y de autocalificarse cuando le conviene de “gobierno obrero”, es el encargado de llevar adelante la gestión del estado venezolano, que como todo estado capitalista se sustenta sobre la explotación y sometimiento de la clase obrera. Del lado de los burgueses y políticos de la oposición, el “mundo mejor” que nos ofrecen, no son sino cantos de sirena para buscar el apoyo de las masas trabajadoras, mientras también nos sumen en la miseria.

Es por ello que la lucha de los trabajadores debe romper con la trampa de quedar encerradas en la confrontación chavismo-antichavismo, ya que de esta forma se divide a los trabajadores y se socava la solidaridad de clase. Los trabajadores deben basarse en sus propias fuerzas y en sus propios medios de lucha, tal como lo hicieron los trabajadores del Metro, quienes a finales de septiembre paralizaron el servicio, debido a que sus contratos colectivos tienen 6 años sin revisión; o, los obreros de la siderúrgica SIDOR en Guayana, quienes paralizaron la producción reclamando el pago de beneficios económicos previamente acordados y mejores condiciones de seguridad industrial; o, los trabajadores de los servicios de salud dependientes de la Alcaldía Metropolitana, cansados del peloteo entre chavistas y opositores, han acentuado sus protestas exigiendo dotación para los hospitales y contra el retraso en sus pagos y bonificaciones; o, los jubilados y pensionados de esa misma Alcaldía y de la CANTV, quienes protestan indignados por las pensiones de hambre que reciben.

La lucha combativa de los trabajadores, es el único camino que puede abrir las puertas a que se desarrolle la solidaridad de clase y la confianza en sus propias fuerzas. De esta manera, se abrirían puertas para que los trabajadores se pueden ganar para su causa a esas masas empobrecidas que por ahora no tienen otra opción que aferrarse a las ilusiones que le presentan los sectores de la burguesía, tanto del oficialismo como de la oposición. En Venezuela, como en todo el mundo, el futuro depende de la lucha solidaria y conciente de los trabajadores.

Internacionalismo. 28-09-04


(1)Aunque la oposición utiliza las denuncias de fraude para hacerse de un espacio político después de la contundente derrota que le ha dado el oficialismo, no se debe descartar esta opción. El fraude ha sido una constante en las elecciones en Venezuela; la gran diferencia es que éste habría sido masivo e ingenioso.

(2)En una concentración con integrantes de las misiones 2 semanas después del revocatorio, Chávez dijo “Nosotros debemos terminar el viejo Estado burocrático, inepto e incapaz que recibimos hace 5 años y medio, el viejo Estado cuartorrepublicano, corrompido, ineficiente, que nunca sirvió para solucionar los problemas del país”. Obviamente, no se refería a los altos burócratas y dirigentes del chavismo, que forman parte de los “nuevos ricos”, privilegiados que ganan sueldos decenas de veces el salario mínimo, sino a la masa de empleados públicos, amenazados de despido por el gobierno Chávez, tal como lo estuvieron durante los gobiernos anteriores.




Situación nacional: 

  • Venezuela [1]

Vida de la CCI: 

  • Intervenciones [2]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El engaño del parlamentarismo [3]

Referendum del 15 de Agosto: Los trabajadores no deben escoger entreel verdugo Chávez o los verdugos de la Oposición

  • 3342 reads

Una vez más, las facciones burguesas del chavismo y de la oposición nos llaman a las urnas electorales. Han activado todos sus mecanismos mediáticos, se gastan fortunas en una campaña que aturde, para que el 15 de Agosto vayamos como buenos ciudadanos a votar a favor o en contra de revocarle el mandato al presidente Hugo Chávez. Nos quieren poner a escoger entre dos opciones burguesas, a decidir si va a ser la facción chavista o la opositora, quien de ahora en adelante se encargará de continuar con nuestra explotación. Los revolucionarios marxistas hacemos un llamado a la clase obrera venezolana, a los trabajadores, a que no se hagan ilusiones: la permanencia de Chávez en el gobierno o su sustitución por un gobernante de la oposición, en nada va a disminuir los ataques a las condiciones de vida de la clase obrera, a la profundización de la pauperización a que nos somete la burguesía al descargar sobre nuestros hombros las consecuencias de la terrible crisis económica y política que sacude al capital nacional.

El referéndum del 15 de Agosto (15A) no es un plebiscito mas u otra de las tantas elecciones a que nos convoca la clase dominante. Este referéndum, además de ser una oportunidad de la burguesía para intentar darle credibilidad y oxigenar su dictadura democrática, es el resultado de una profunda crisis política en las filas de la burguesía venezolana que se ha agudizado de manera progresiva desde el ascenso de Chávez al poder en 1999, que ha llevado a la polarización de las diversas fracciones que componen al capital nacional en dos facciones: una oficialista agrupada alrededor de la figura de Chávez, y otra, que se le opone, agrupada en la llamada Coordinadora Democrática. En la medida que se ha exacerbado la confrontación, los bandos que se oponen han desatado una intensa campaña que ha penetrado la vida social de tal manera, que se ha logrado dividir a buena parte de la población en “chavistas” o “anti-chavistas”. Obviamente, el proletariado no ha escapado a esta monstruosa campaña, lo que ha ocasionado una división en varios sectores de la clase, ya que muchos trabajadores militan en u otra opción, e incluso, algunos han sido heridos o han perdido la vida en confrontaciones violentas, defendiendo causas que sólo benefician a sus enemigos de clase.

El referéndum del 15A encierra un gran peligro para los trabajadores, ya que existe un alto nivel de incertidumbre con respecto a sus resultados y el acatamiento de éstos por los dirigentes de uno y otro bando1, lo que puede ocasionar enfrentamientos violentos de envergadura e incluso sangrientos, donde de nuevo sea derramada sangre proletaria. El proletariado venezolano y mundial debe tomar conciencia del grave peligro que representaría para la clase el permanecer atrapada en esta confrontación, no sólo debido a la perdida de vidas proletarias, sino al debilitamiento de su conciencia de clase. El proletariado debe evitar por todos los medios, servir de carne de cañón a cualquiera de los bandos burgueses en pugna.

¿Qué está a la base de esta confrontación?

La actual confrontación política, su virulencia, fanatismo, exacerbación y polarización es un resultado directo de las manifestaciones de la descomposición social en las filas de la burguesía venezolana, como resultado de la descomposición que vive el sistema capitalista a nivel mundial, que lleva a la sociedad a una situación de impasse, de bloqueo, debido a que por una parte la burguesía mundial no ha podido dar su “salida” a la crisis capitalista que se prolonga por mas de 30 años a través de una guerra mundial generalizada (tal como logró hacerlo el siglo pasado con las dos Guerras Mundiales), y por su parte el proletariado, no ha tenido la fuerza para derrocar al capitalismo. Esta descomposición ha tenido su máxima expresión a nivel mundial en el resquebrajamiento del sistema de bloques que existió después de la Segunda Guerra Mundial, al derrumbarse el bloque ruso en 1989; lo que ha traído como consecuencia, no la paz y el progreso que nos ofreció la burguesía mundial en ese entonces, sino una proliferación de guerras localizadas (Irak, Afganistán, Oriente Medio, etc.), hambrunas, terrorismo, pauperización de amplias capas de la sociedad, etc. A nivel de cada país, la descomposición se ha expresado a nivel político por la implosión de los partidos tradicionales de la burguesía, tanto de izquierda como de derecha, el incremento de tensiones entre facciones de las burguesías nacionales que ocasionan una situación de convulsión, caos e ingobernabilidad2; las nuevas fuerzas políticas emergentes, necesarias para el control obrero y social, y para que la burguesía pueda proseguir su supervivencia económica, actúan en un contexto de mayor crisis y caos mundial.

Es en este contexto que emerge el gobierno izquierdista y populista de Chávez, sobre las ruinas de los partidos del “Pacto de Punto Fijo”, principalmente del socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano COPEI, carcomidos por sus luchas internas, la corrupción, el clientelismo político y el abandono de las necesidades básicas de la sociedad. Chávez, exmilitar, uno de los lideres del golpe de estado de 1992 contra el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, apoyado en su carisma y en su extracción popular, logra capitalizar a su favor el descontento social y la pobreza reinante, hasta llegar al poder en diciembre de 1998. Una vez en el poder, se rodea de los militares que le apoyaron en su movimiento conspirativo y junto con elementos de la vieja izquierda (dentro de ellos el PCV) y organizaciones y elementos izquierdistas (muchos de ellos exguerilleros de los años 60 y 70), derrotados y excluidos de los factores de poder de los gobiernos anteriores, apoyado en una amplia popularidad, toma por asalto las instituciones y poderes del Estado con un objetivo central: desarrollar una “verdadera burguesía nacionalista", viejo anhelo de la izquierda del capital y de la pequeña burguesía izquierdista.

Con este norte en mente, el proyecto chavista, proclamado como “revolución bolivariana”, emprende un feroz ataque contra los sectores de la burguesía que se beneficiaron de los gobiernos anteriores, tratando de excluirlos de toda vida económica, política y social. La respuesta y organización de éstos sectores de la burguesía, amenazados por el chavismo a lo largo de casi 6 años, nos ha llevado a la peor crisis política que ha vivido Venezuela desde comienzos del siglo pasado. En efecto, las facciones burguesas de oposición (con el apoyo evidente de los EEUU)3 desarrollaron una serie de acontecimientos para intentar sacar a Chávez del poder: paro empresarial de Diciembre de 2001; golpe de Estado de Abril de 2002, que mantuvo a Chávez fuera del poder por sólo 48 horas; paro petrolero de Diciembre 2002-Enero 2003. Después de fracasar en esos intentos, cambiaron la estrategia de pretender sacar a Chávez por la fuerza, y recurrieron a la figura del revocatorio presidencial, contemplado en la nueva constitución aprobada en 1999 por el chavismo para darle sustento jurídico a su “revolución”.

A pesar de todos los obstáculos que ha puesto el oficialismo y pese a todos los pronósticos (debido a la mayoría oficialista en todos los órganos de poder e instituciones), la oposición logró recoger las firmas necesarias para convocar el revocatorio. Como vemos, la llamada “revolución bolivariana” no es más que la concepción de un proyecto capitalista promovido por un sector del capital nacional y nada tiene que ver con los intereses de la clase obrera, ni mucho menos con la revolución proletaria, única opción para salir de la barbarie que vivimos en Venezuela y en el mundo.

Cuando ya nos acercamos al corolario de esta fase de la crisis política en Venezuela, algo debemos dejar claro los marxistas ante el proletariado venezolano y mundial: ésta crisis política ha tenido como telón de fondo los peores ataques a las condiciones de vida y a la conciencia de clase del proletariado venezolano.

Más, hay otras cualidades que hacen del chavismo un producto puro de la descomposición. Presionado por la oposición y por los propios EEUU, Chávez no solo ha hecho uso del arsenal ideológico de la vieja izquierda y ha exacerbado el planteamiento izquierdista (entre ellos el antinorteamericanismo, que lo ha llevado a ser un abanderado del altermundialismo en América Latina), sino que ha recurrido a todo el eclecticismo ideológico que caracteriza la actual fase de descomposición: fundamentalismo (expresado en el bolivarianismo), mesianismo, misticismo, etc., y recurre sin escrúpulos a utilizar contra sus opositores e incluso contra la clase obrera, lo medios mas putrefactos que ha utilizado la burguesía desde que el capitalismo entró en decadencia a comienzos del siglo pasado: el terrorismo de Estado, el pogromismo, la intimidación, el chantaje, la compra de conciencias, etc. En este sentido, Chávez ha aprendido muy bien la lección de los sectores de la burguesía que ahora le hacen oposición, que se presentan como pulcros y libres de toda culpa; cuando en realidad, el monstruo que ahora intentan controlar, es una criatura creada a su imagen y semejanza.

¿Cómo la clase obrera venezolana ha podido llegar a tal situación?

La primera respuesta a esta interrogante hay que buscarla en la horrenda campaña de “muerte del comunismo” y de “muerte del marxismo” desatada por la burguesía mundial después del derrumbe del bloque ruso en 1989. Esta campaña plantea como única opción de mejora social la “perfectibilidad de la democracia”, ubica la lucha de clases como un anacronismo histórico y diluye a la clase obrera en la masa de ciudadanos. En este sentido ha sido un ataque de envergadura contra la perspectiva del comunismo, contra la identidad histórica de la clase obrera y ha sido un tremendo freno a su combatividad y su conciencia.

A esta campaña han contribuido tanto la oposición como el chavismo. La primera se proclama radicalmente “anti-comunista”, y recurre a los teóricos que proclaman “el fin de la historia” y la supremacía de la democracia como la única opción para el futuro de la humanidad. El chavismo, aunque dice no ser comunista, hace uso de los recursos que le da la izquierda del capital para plantear un “capitalismo humanista” y una aproximación al socialismo por etapas sucesivas, partiendo del reformismo actual basado en la “democracia participativa y protagónica”. De esta manera, unos como otros intentan borrar de la conciencia del proletariado que la verdadera superación de la barbarie capitalista sigue estando en la capacidad de la clase obrera de derrocar al capitalismo con su lucha revolucionaria e instaurar la dictadura del proletariado.

Los sectores de oposición fundamentan su anticomunismo en el hecho de que el gobierno chavista ha intentado calcar el modelo capitalista de estado implantado en Cuba, una vez instaurada la llamada “revolución” cubana, que nada tuvo ni tiene que ver con el legado marxista de la revolución proletaria, ni mucho menos con el comunismo; y que ha permitido a la nueva burguesía que se instauró después del derrocamiento de Fulgencio Batista, mantener por casi 45 años la explotación, represión y control ideológico sobre el proletariado y la población cubana. De esta manera el chavismo, ha intentado desarrollar a través de las llamadas Misiones 4 los mecanismos de control social e ideológico sobre la población y la clase obrera, para intentar perpetuarse en el poder. Al igual que Fidel Castro y sus secuaces justifican la miseria de la población en el bloqueo económico impuesto por EEU (lo que no impide que millones de dólares lleguen a los bolsillos de la burguesía cubana), el chavismo la justifica culpando a los gobiernos anteriores al suyo, al decir que en 5 años es imposible corregir una situación ocasionada por mas de 40 años de “gobiernos oligarcas”.

El efecto mas nocivo de esta crisis política para la clase obrera ha sido que muchos trabajadores han quedado atrapados en la confrontación entre facciones burguesas. En efecto, los sectores burgueses confrontados en esta lucha a muerte por el control del Estado venezolano, a los pocos meses de iniciarse el gobierno de Chávez, desarrollaron una estrategia de polarización y confrontación, que se centró inicialmente en los sectores pequeño burgueses de uno y otro bando, mas logró abarcar a sectores de la clase obrera, creando divisiones en su seno. Las acciones de chavistas y opositores se concentraron en la industria petrolera, principal fuente de ingresos de la nación: tanto unos como otros lograron debilitar progresivamente la unidad y solidaridad que se había expresado a pocos meses de iniciado el gobierno de Chávez, cuando los trabajadores petroleros en el año 2000 paralizaron la producción, en protesta por los ataques a sus beneficios sociales; en esa oportunidad los obreros fueron fuertemente reprimidos por la Guardia Nacional (guardia pretoriana del chavismo) con un saldo de dos obreros muertos y varios heridos. Los sindicatos, controlados por la oposición lograron un mayor control, mientras que el gobierno desarrolló una asquerosa campaña calificando a lo trabajadores de conformar una “aristocracia obrera” al lado de las elites petroleras. El trabajo de división y erosión de la solidaridad obrera fue progresivo, hasta llegar al paro petrolero netamente burgués de finales del 2002, donde conseguimos a unos trabajadores petroleros colocados a la cola de las elites petroleras pequeño burguesas agrupadas en “Gente del Petróleo”, y muchos otros paralizados por los chantajes y la represión del gobierno. Al fracasar el paro, el gobierno despidió sin miramientos a más de 20.000 petroleros, la mitad de ellos obreros y personal administrativo. Aunque hubo manifestaciones de solidaridad con los trabajadores petroleros despedidos, las divisiones en el seno de la clase impidieron que ésta tuviera la fuerza suficiente para oponerse a esta sangría.

Las campañas mediáticas de los sectores burgueses han sido tales, que hoy muchos trabajadores se encuentran ofuscados, confundidos y atrapados en la confrontación chavismo-antichavismo; corsé que prácticamente les impide o les dificulta la reflexión. Las pocas expresiones de la lucha de los trabajadores para intentar resistir a los ataques contra sus condiciones de vida, quedan asfixiadas por la magnitud y virulencia de la confrontación interburguesa, o atrapadas en el interclasismo. Esta situación muestra, por una parte el peso de la ideología de la derecha y la izquierda del capital sobre la clase, y la propia debilidad del proletariado en Venezuela. Esta situación ha logrado socavar la solidaridad de clase, uno de los factores más importantes de la lucha del proletariado contra el capital, pues la resistencia obrera, su combatividad y toma de conciencia, están sustentados en la unión de intereses de la clase obrera a nivel nacional e internacional.

Mayores ataques para los trabajadores y la población

La pauperización es el camino seguro a que lleva el capitalismo a los explotados del mundo, y Venezuela no es la excepción. La crisis capitalista es irreversible, y por ello también el grado de pauperización a que el capital ha llevado a la clase obrera: la burguesía no tiene otra opción que redistribuir la miseria, todo lo contrario de lo que pregona de “distribuir la riqueza”. A lo largo de décadas de decadencia capitalista observamos cómo se hacen más distantes los polos de la minoría más rica de la sociedad (donde se cuentan ahora los “nuevos ricos” del chavismo)5 con respecto a la mayoría mas pobre, tendencia que se ha acentuado durante la “revolución bolivariana”.

El gobierno de Chávez, gobierno capitalista, es decir que se sustenta sobre la plusvalía extraída a la clase obrera, independientemente de su verborrea “revolucionaria” ha proseguido el camino de los gobiernos de Caldera y CAP; es decir, un ataque sistemático y sin cuartel a las condiciones de vida de la clase obrera: la gran mayoría de los contratos colectivos de los empleados públicos han estado congelados durante el período de gobierno chavista; los aumentos de salarios por decreto no llegan a compensar la acelerada alza de los alimentos; los niveles de desempleo abierto se ubican en un 22%-25%, de una fuerza laboral de alrededor de 12 millones; de ésta, un 57%, es decir, cerca de 7 millones viven en el subempleo y en la llamada “economía informal”; a las cargas impositivas del Impuesto al Débito Bancario y del IVA (16%), hay que añadirle los niveles de inflación mas altos de América Latina (del 30% para este año) que devoran el salario de los trabajadores; cerca de un 85% de la población vive en condiciones de pobreza; el salario mínimo oficial de Bs. 321.235 (alrededor de $160, según la tasa de cambio oficial), no llega a cubrir el costo de la canasta básica alimentaria de Bs. 545.361; el deterioro de los servicios públicos de salud, educación, transporte, etc. es inocultable, a pesar de las campañas mediáticas del gobierno; los niveles de delincuencia arrojan una cifras semanales de mas de 100 asesinatos; la pauperización de la sociedad se expresa a través de un crecimiento de la mendicidad infantil, la desnutrición y la prostitución juvenil. Esta es la cruda realidad a que nos somete a diario el chavismo, que descaradamente llama “revolución bonita” a su “proceso”, y el conjunto de los burgueses de la oposición que pujan por el poder.

La perspectiva es que, gane quien gane, las condiciones para la clase empeoraran: de continuar Chávez, tal como lo ha hecho hasta ahora, sustentará su “revolución” no sólo en un ataque ideológico contra la clase, sino en un ataque a sus condiciones de vida; un triunfo le daría carta blanca para acentuar los ataques contra los trabajadores, principalmente los empleados públicos6. De salir triunfante la oposición, requerirá un mayor “apretón de cinturones”, teniendo la atractiva excusa de que el chavismo ha hundido la economía y ha robado el erario público, cuando en realidad la crisis capitalista y la corrupción han sido una constante desde mucho antes del advenimiento de Chávez al poder. En este sentido, no hay que hacerse ilusiones con los cantos de sirena de la oposición, de que el empleo y las condiciones de vida mejorarán: cualquier incremento en los niveles de empleo inevitablemente lleva aparejado la precariedad, mayores ataques a la seguridad social y mayores cargas impositivas a los trabajadores.

No se trata de un problema moral, de que tal o cual burgués sea mas malvado que el otro, o de que tal gobierno administre mejor o peor los recursos de la nación, sino que tanto unos como otros, independientemente de la forma de gobierno que asuman (democrático o dictatorial), o del mayor o menor control de la corrupción, debe regirse por las leyes del capitalismo que se sustentan en la explotación del trabajo por el capital.

El futuro depende de la lucha de los trabajadores

El proletariado es la única clase social que puede poner fin a la barbarie capitalista. Sin embrago, para lograrlo debe recuperar su independencia, su solidaridad e identidad de clase. Para ello, debe impedir que sus movilizaciones queden atrapadas en el interclasismo de las luchas del “pueblo” o los “ciudadanos”.

La clase obrera no podrá evadir la confrontación contra el Estado burgués, esté dirigido por el chavismo o la oposición. La clase obrera es una clase explotada y tiene un papel histórico en la lucha contra el capitalismo, ya que juega un papel central en el proceso productivo y es capaz de desarrollar una conciencia de clase, es decir, una conciencia de sus objetivos históricos. Colocándose en su terreno de clase, puede darle un sentido, un rumbo, a las luchas y manifestaciones de indignación que a diario muestran las otras capas sociales no explotadoras de la sociedad.

Este es el reto que hoy tiene planteado el proletariado mundial, y en particular los trabajadores en Venezuela para no dejarse arrastrar por los cantos de sirena de la burguesía. También la actual situación plantea un reto histórico a las minorías mas politizadas y esclarecidas de la clase: hoy mas que nunca se requiere de su intervención en el sentido de promover la reflexión y discusión en el seno de la clase, mostrando los peligros que acarrea la ideología burguesa, en particular la ideología de izquierda e izquierdista, que tiene consecuencias nefastas para la clase obrera, tal como hoy lo vivimos en Venezuela.

  • CHAVISMO Y OPOSICIÓN SON DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA.

  • EL CHAVISMO, LA IZQUIERDA DEL CAPITAL Y LOS IZQUIERDISTAS SON ENEMIGOS DE LA CLASE OBRERA, TAL COMO LO SON LOS PARTIDOS DE DERECHA.

  • NO A LA CONFRONTACIÓN Y DIVISIÓN ENTRE PROLETARIOS.

  • LA ÚNICA SALIDA A LA BARBARIE QUE SE VIVE EN VENEZUELA Y EL MUNDO ESTÁ EN LA REVOLUCIÓN PROLETARIA.

INTERNACIONALISMO (Sección de la Corriente Comunista Internacional en Venezuela)

Email:[email protected] [4]

13-08-2004

 


 

1En las últimas semanas ha habido una verdadera guerra de encuestas: unas de hace un mes daban 10 puntos porcentuales al No (chavismo) sobre el Sí, mientras otras daban similar porcentaje pero a favor del Sí. Desde hace 2 semanas aproximadamente las encuestadoras hablan de un repunte de la oposición mayor o igual al 4%, mientras otras hablan de un margen de diferencia bastante estrecho de ambas intenciones de voto.


 

2Las convulsiones que se dieron en Perú con Fujimori, en Ecuador con Bucaram, y recientemente en Haití, Argentina y Bolivia, se inscriben dentro de la situación de caos creado por los efectos de la descomposición en América Latina y El Caribe.

3El gobierno de Bush no condenó desde un primer momento el golpe de estado contra Chávez en Abril del 92. Para EEUU Chávez es un factor de desestabilización en la región de El Caribe y Suramérica. La punta de lanza de su intervención son la OEA y el Centro Carter; también está el Comando Sur. Las declaraciones para que el proceso electoral sea transparente y sin presiones a la oposición, han sido cada vez mas frecuentes en las últimas semanas: la semana pasada, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, reclamó fuertemente al gobierno sus ataques contra Súmate, ONG de alto nivel técnico que ha organizado los aspectos electorales de la oposición, que recibe fondos de la National Endowment for Democracy (NED); a los pocos días, la asesora de seguridad Condoleezza Rice también criticó al gobierno de Chávez por el mismo motivo. El gobierno de Chávez ha intentado jugar con la confrontación Bush-Kerry, diabolizando al primero y teniendo expectativas sobre los cambios que traería un gobierno demócrata. Sin embargo, declaraciones de Kerry y sus asesores han sido contundentes contra el gobierno Chávez, mostrando la continuidad en la política de EEUU hacia la región.

4Para contrarrestar la acción de la oposición, el gobierno desde hace un año inició las llamadas Misiones: campañas populistas a las cuales se le asigna el nombre de próceres y batallas de las luchas de independencia de España, mediante las cuales se asignan recursos del Estado (principalmente producto de las exportaciones petroleras) para atender cuestiones de salud, educación, empleo, créditos, etc. Realmente se han transformado en un medio ideológico de la política del gobierno, de adoctrinamiento y para asignar recursos a los seguidores del “proyecto bolivariano”, haciendo uso de “mano de obra cubana” (médicos, asesores deportivos, militares, etc.) y de viajes de venezolanos a Cuba; servicios que se pagan con el suministro de petróleo al régimen cubano. Los recursos asignados a estas Misiones, que este año superarán los 2000 millones de dólares fuera de lo asignado en el presupuesto, es una de las principales fuentes de enriquecimiento de la “nueva burguesía”. Según las cifras que manejan encuestadoras que simpatizan con la oposición, estos recursos sólo llegan a beneficiar a 15% de la masa de pobres del país, situación en la que vive más del 80% de la población.

5Nos referimos a los nuevos capitalistas privados que apoyan al chavismo, que han pasado a formar parte de la nueva burguesía importadora, que ha desplazado o intenta desplazar a la vieja «oligarquía importadora» que se opone al chavismo. Este sector de la burguesía se beneficia de la importación sin restricciones de alimentos y productos que sustentan los planes sociales del gobierno.También forman parte de esta «nueva burguesía», los funcionarios públicos, parlamentarios, militares, burócratas sindicales, etc. que dan su apoyo incondicional al «proyecto chavista», que se reparten los ingresos del Estado y que devengan salarios que llegan a ser equivalentes a entre 20 y 60 salarios mínimos mensuales.

6La crisis política ha acelerado el desempleo: el gobierno despidió 20.000 trabajadores de la industria petrolera, y ha sido progresivo el despido de empleados públicos por oponerse al régimen. La orientación de recursos financieros para las Misiones, ha ocasionado prácticamente una congelación de los sueldos y salarios de los empleados públicos, y un mayor deterioro de los servicios públicos.

Situación nacional: 

  • Venezuela [1]

Corrientes políticas y referencias: 

  • Chavismo [5]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El engaño del parlamentarismo [3]

Discusión y reflexión política: factores vitales para recuperar la solidaridad en el seno de los trabajadores

  • 4329 reads



El NT es un grupo de compañeros empleados del magisterio, formado sobre la necesidad de desarrollar la discusión para la mejor defensa de los intereses de los trabajadores. En el transcurso de la única reunión que sostuvimos con este grupo, durante la cual expusimos nuestros puntos de vista y un panorama de la situación mundial y nacional, pudimos apreciar la cantidad de temas que habían sido, si no profundizados, al menos puestos en la mesa de discusión. Preocupaciones sobre la naturaleza de las elecciones, el parlamento, los sindicatos, la democracia, y, principalmente, sobre las características del proletariado en Venezuela, la hipótesis de la existencia de una “aristocracia obrera” en el sector petrolero, la naturaleza de clase del “chavismo” etc., habían formado parte en algún momento de los puntos de discusión, los cuales se corresponden con necesidades de clarificación política auténticamente proletarias. También pudimos apreciar la fuerte influencia que ejerce la ideología del chavismo en la mayoría de sus miembros.

La mayoría de los miembros del NT, tal como lamentablemente sucede con muchos trabajadores en Venezuela, no han escapado a las campañas de división y polarización que han desarrollado las fracciones burguesas del chavismo y la oposición. Esta situación, llevó a varios compañeros de este grupo, que anteriormente se habían abstenido de participar en procesos electorales, a participar en la campaña electoral por la revocatoria del mandato del actual presidente, tomando partido por la opción del “NO”, es decir, la no revocatoria del mandato. Tal situación dio origen a varias discusiones entre uno de los compañeros (D) que se opuso a tal participación, que llegaron a afectar la relación fraternal que se tenía en el seno del grupo, lo que motivó a D. a tomar posición a través de una carta dirigida a los compañeros, donde hace una autocrítica por haber caído en “la trampa de la banalización política” y hace un llamado a los otros miembros del grupo a reforzar los “lazos de amistad y solidaridad y hermandad de clase” que deben existir dentro de elementos de la clase. El compañero reafirma cuál es el interés de este grupo, que consiste en la discusión sobre cómo defender mejor los intereses de los trabajadores, al “ratificar en este aspecto cuál es el nódulo de la discusión y de mi preocupación; los trabajadores (muy a pesar de lo que se cree y que además muchos de nosotros creemos) no tiene nada que ver con la democracia y por lo tanto con sus derivados (parlamento, sindicatos, etc.)”. Dado el interés político que tales reflexiones suscitan para el proletariado, nos permitimos publicar esta carta casi en su totalidad así como algunos comentarios pertinentes.

Consideramos como aspecto central de la carta del compañero el llamado de atención que hace sobre la perdida de la identidad y la solidaridad en el seno de la clase proletaria, que se ha acentuado en los últimos años. La “solidaridad y hermandad de clase”, no son un “bello anhelo”, sino una necesidad vital cuya base se encuentra en nuestras luchas cotidianas contra el capital, que no pueden ser desarrolladas sin un esfuerzo colectivo. Históricamente, la identidad de clase sufre los primeros golpes con la traición de la socialdemocracia frente al inicio de la Primera Guerra Mundial, al llevar, junto con los sindicatos, a la clase obrera de sus respectivos países a la defensa de los intereses de su propia burguesía nacional, dando la espalda a las posiciones asumidas por la Segunda Internacional al denunciar el carácter reaccionario de tal postura. No obstante, la lucha del proletariado en Rusia en 1917 que llevó a la toma del poder por los obreros organizados en Consejos Obreros (Soviets) dio un nuevo impulso a la revolución proletaria. Por toda Europa se desarrolló la lucha del proletariado contra la carnicería imperialista y por la toma del poder a través de los Consejos Obreros. Sin embargo, al ser derrotado el proletariado en Alemania, la revolución queda aislada en Rusia. La revolución proletaria solo tiene sentido a escala planetaria hasta que el último bastión de las fuerzas de la burguesía quede derrotado; el aislamiento del proletariado Ruso llevaría entonces al desarrollo de la contrarrevolución interna liderada por Stalin. El régimen estalinista, quien proclamó el “socialismo en un solo país”, puso al proletariado mundial al servicio del capital nacional ruso a través de los partidos “comunistas”, haciendo uso de un lenguaje “marxista” y consignas tan caras al proletariado como el “internacionalismo proletario”. Esta asimilación de los regimenes estalinistas, denunciados en los años 30 por la izquierda comunista, constituyó otro golpe importante a la identidad de clase.

Ahora bien, la profundización de estos ataques tiene como marco hoy en día la campaña a nivel mundial que desarrolló la burguesía sobre la “muerte del comunismo”, como consecuencia del desmoronamiento de los regimenes estalinistas en 1989. Las mistificaciones sobre la “muerte del comunismo”, el “fin de la historia” y de la lucha de clases, han sido desarrolladas por la burguesía para profundizar la ideología democrática, en la cual, por la gracia de esta manipulación de la historia, el proletariado se diluye en la masa de los “ciudadanos” si se trata de la derecha o de el “pueblo” si hablamos de la izquierda o de las ideologías populistas. En adelante, la única opción válida sería “el perfeccionamiento de la democracia” e ir obteniendo “progresivamente” una mejoría del nivel de vida, tal como se planteaba en la época en que las reivindicaciones salariales y sociales se podían obtener a través de la lucha sindical y parlamentaria, es decir, en la época en que el capitalismo en pleno ascenso desarrollaba el mercado mundial. Nada ha sido mas falso, hoy la humanidad entera sufre sus peores azotes. Una parte importante de la humanidad (proletarios, campesinos, incluso pequeña burguesía) sufre de la pauperización absoluta producto del estancamiento histórico del capitalismo. Dado la perdida de la identidad de clase producto de la ideología ambiente sobre “la muerte del comunismo”, el proletariado no sólo sufre la dificultad de abordar sus luchas, en todos los planos, sino que se ve muchas veces enfrentado entre sí embarcado en luchas interburguesas.

Como lo hemos mostrado en ésta revista e intervenciones, en Venezuela el proletariado no ha escapado a tal azote. La actual confrontación de la facciones de la burguesía nacional en pugna ha llevado a ver a “ciudadanos” y “pueblo” enfrentados, es decir a proletarios dentro de un bando u otro, en una lucha entre los que defienden “la revolución bolivariana” y los que se oponen al régimen “Castro-Comunista” de Chávez, que no se corresponde con sus intereses vitales e históricos. El caso del paro Petrolero, promovido por la facción burguesa de oposición, donde obreros de Guayana fueron enviados para enfrentarse a los obreros petroleros de El Tigre es un ejemplo característico. También los diversos ataques que han sufrido los trabajadores petroleros que cayeron en la trampa de este paro empresarial, y que sufrieron la perdida de sus trabajos y el desalojo de sus viviendas sin que la solidaridad se haya manifestado, es otro ejemplo de cómo la ideología democrática, sea esta “participativa y protagónica” o “representativa”, atenta contra la solidaridad de clase. Ante esta situación, debemos desarrollar la discusión sobre la identidad y la solidaridad de clase a todos los niveles posibles, ya que es necesario prepararnos para las futuras luchas.

También queremos referirnos a la autocrítica que se hace D. sobre la “trampa de la banalización Política”. En el actual estado de enfrentamiento de las facciones burguesas, son utilizados todos los medios para intentar aplastar al adversario: campañas mediáticas, represión policial, acoso a los trabajadores en los entes públicos y en las empresas privadas para favorecer a uno u otro bando, conspiraciones, golpes de estado, trampas electorales, atentados terroristas, asesinatos, etc. Ello ha creado una atmósfera de inestabilidad y de zozobra, que deja poco espacio para la reflexión. El solo intento de plantear una discusión sobre aspectos que pudiesen poner en cuestión algunas de las posiciones en disputa, lleva a las calificaciones mas denigrantes: “escuálidos”, “marginales”, “tierrudos”, etc. Incluso, nuestra actividad se ha visto afectada por esta situación: algunos elementos honestos y sinceros, han reclamado ver en nuestros artículos un sesgo hacia una de las facciones. Este es parte del modo de vida del capitalismo en su fase de decadencia, acentuada por la entrada en la fase de la descomposición. La burguesía, atrapada en la fase terminal de su régimen, no tiene nada que ofrecer, sólo mistificaciones que se ubican al borde de lo irracional, de lo místico, de lo religioso.

A este respecto consideramos que los grupos, círculos, comités, etc., de trabajadores que surgen al margen de los sindicatos y los partidos de la burguesía sean estos de derecha o izquierda, se forman en determinadas condiciones como una manifestación de la clase, en su camino de toma de conciencia de sus intereses históricos, para desarrollar reflexiones sobre aspectos que afectan sus luchas. Conocemos de la honestidad de los compañeros: la única reunión que hemos realizado nos ha permitido calibrar esta característica que permite el desarrollo de la confianza y la solidaridad de clase en el medio proletario. Pero ello no basta. El inmediatismo, el localismo, el concepto izquierdista de los manejos entre bastidores realizados por “elites esclarecidas”, todos ellos conceptos ajenos a la conciencia proletaria, pueden echar por la borda las mejores intenciones. El proletariado encuentra en sus mejores tradiciones de lucha las armas para enfrentar este aspecto de la ofensiva ideológica de la burguesía. En este sentido, consideramos que este esfuerzo que han realizado los compañeros durante años debe ser reforzado con una discusión profunda pero: con un método, el método marxista del materialismo histórico que nos permita obtener una claridad desde el punto de vista de la clase. El marxismo, teoría revolucionaria del proletariado, implica una cultura que ha heredado lo mejor de la historia humana. Por otra parte, también es necesario abrirse a la participación de otros grupos y tendencias proletarias. La discusión sobre las fronteras que delimiten lo mas claramente las posiciones de clase del proletariado es fundamental para enfrentar de manera decidida las mistificaciones que la burguesía pone en el camino hacia nuestra toma de conciencia como única clase revolucionaria y portadora del comunismo.

A continuación la carta de D., la cual saludamos calurosamente, pues al tiempo que plantea la necesidad de la discusión sincera entre proletarios en un ambiente fraterno y de solidaridad, invita a continuar el trabajo en el NDT., mostrando una gran confianza en las capacidades del proletariado para alcanzar su identidad de clase.

G. 30-09-04

Sábado, 19 de Junio de 2004

Amigos

Siento que urge esta nota

Cada vez que me despido de ustedes, reflexiono; así, cuando es fin de semana, vacaciones o cualquier feriado que implique dejarnos de ver por algunas horas, días o semanas siempre pienso en ustedes…Esto de tenerlos presentes no es para mí otra cosa que la ratificación de nuestra amistad, en un medio (la escuela) donde la doblez es tan pronunciada.

Bien, reflexionando hoy -y aunque cueste creerlo- de manera autocrítica, evalué que el tratamiento de la contingencia política o quizás ideológica está siendo mal llevada por lo menos a lo que a mí respecta; y eso me preocupa y es lo que da origen a esta nota de carácter critica, pero profundamente amistosa, solidaria, cariñosa, afectiva.

El meollo del asunto que me preocupa es de no ser claro en cualquier crítica sobre el aspecto electoral, las características del gobierno Chavista y la conducta de los personeros del régimen; Y en vez de, con formalidad y profundidad hacer los señalamientos que tienen pertinencia con lo que considero intereses de los trabajadores; equivocadamente he tomado el atajo de la jodedera, ironías y la altisonancia en la critica, demostrando con ello mucha inseguridad en lo que digo defender, y además en lo que creo nos concierne a todos como explotados. He allí lo que me critico y lo que trataré de enmendar. He caído en la trampa de la banalización política.

Aprovecho para concluir; ratificar en este aspecto cuál es el nódulo de la discusión y de mí preocupación; los trabajadores (muy a pesar de lo que se cree y que además muchos de nosotros creemos) no tiene nada que ver con la democracia y por lo tanto con sus derivados (parlamento, sindicatos, etc.); estamos en un momento de pleno dominio de la burguesía sobre los trabajadores, aquí nos han enredado en una aparente lucha y enfrentamiento entre dos facciones de la burguesía que se disputan el poder y para eso cada una de ellas nos utilizan en sus políticas y estrategias. El asunto es cómo salirnos de esa manipulación, de esa utilización. Por eso es que me reclamo, me critico mi intemperancia; con ella le hago el juego a los enemigos. EN ALGÚN MOMENTO NUESTRA CONDICIÓN DE TRABAJADORES NOS LLEVARA POR LA VÍA CORRECTA….

Tomen esta pequeña nota como un esfuerzo para profundizar nuestros lazos de amistad, solidaridad y hermandad de clases.

Gracias, ustedes son mis amigos

D.


Vida de la CCI: 

  • Cartas de los lectores [6]

Relaciones Estados Unidos-Venezuela: El anarquismo venezolano al auxilio del capital nacional

  • 4369 reads

Este sesgo prochavista también lo expresan organizaciones de la izquierda comunista como el Partido Comunista Internacional, quien al calificar al régimen de Chávez de “reformista”, deja abierta la posibilidad de que represente un “mal menor” ante los sectores de la burguesía privada que se le oponen. Ver al respecto en el Nº 462 de “Le Prolétaire” (órgano en francés del PCI) el artículo “El golpe de estado fallido en Venezuela es una advertencia al proletariado”, traducido al español como un suplemento en agosto de 2002.

Situación nacional: 

  • Venezuela [1]

Geografía: 

  • Venezuela [7]

Corrientes políticas y referencias: 

  • Anarquismo "Oficial" [8]
  • Chavismo [5]

Ciclón en Haití ¿Una catástrofe natural?

  • 5810 reads

En Haití el horror ha llegado al colmo. Después de morir 1220 personas durante las torrenciales lluvias de mayo pasado, las inundaciones provocadas por la tormenta tropical Jeanne, la más destructiva de los últimos 15 años, han dejado más de 2000 muertos. En Gonaives, en el noroeste del país, donde han ocurrido los destrozos más terribles, las inundaciones arrastraban los cadáveres, millares de personas han perdido sus casas, y se encuentran sin alimentos ni agua potable. Todas las condiciones están dadas para que se propaguen las epidemias como el cólera y la fiebre tifoidea ¡

Sin embargo, Jeanne no es la tormenta más potente de la serie que ha recorrido El Caribe recientemente. De hecho, si Jeanne ha sido una catástrofe particularmente desastrosa y mortífera, se debe a que el país que ha arrasado en su recorrido y que ha devastado, Haití, es uno de los mas miserables del mundo. El estado de ruina y el grado de miseria que vive, acentuado por el desorden, la corrupción y el caos político, han precipitado y amplificado la catástrofe.

Lo que pone en evidencia esta pretendida “catástrofe natural”, es que los hechos trágicos no tienen nada que ver con la fatalidad. Las consecuencias sociales más terribles hay que sumárselas al sistema capitalista, un sistema cuyo único objetivo es la ganancia y la rentabilidad. En Haití, después de décadas de saqueo de los recursos naturales por las grandes potencias y de deforestación descontrolada, el país está desangrado y la mayoría de la población no sólo está reducida al estado de inanición sino que vive aterrorizada, sujeta a la confrontación de bandas armadas rivales que se enfrentan por la conquista del poder y en medio de una corrupción generalizada. En ese contexto de caos y de barbarie cotidianas, la tormenta “natural” no puede sino transformarse en catástrofe social.

Algunas de las “grandes democracias”, entre ellas Francia, se contentan con intervenir sólo deplorando los saqueos y revueltas.

Una vez más, la ayuda, ridícula con respecto a las necesidades, nos pone en evidencia que el sostén a las víctimas así como la prevención no son actividades rentables para el capitalismo. Mientras la burguesía es capaz de desplegar medios materiales impresionantes donde sus intereses estratégicos y militares están en juego, ella siempre muestra su falta de voluntad para proteger y socorrer a las poblaciones cuando esos intereses no se ven afectados.

W. 25 de septiembre de 2004


Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • La decadencia del capitalismo [9]

Cuestiones teóricas: 

  • Medio ambiente [10]

Daimler Chrysler: En respuesta a la crisis capitalista, la solidaridad de los trabajadores

  • 3744 reads

Los empresarios parecen haber conseguido lo que querían. Millones de asalariados han sido despedidos durante las vacaciones del verano con la noticia de que la compañía industrial más grande de Europa, en la principal planta de Mercedes en Stuttgart-Sindelfingen, va a estar en poco tiempo “ahorrando” costos de producción a costa de sus empleados. Quieren mostrarnos que aún en las compañías donde están teniendo ganancias, los trabajadores son extremadamente propensos para ser chantajeados con la amenaza de la transferencia de las plantas de producción a cualquier parte, y con despidos masivos. Precisamente en el momento en que las fuerzas laborales se dispersan para el descanso de verano, cuando, de manera aislada, el sentimiento de impotencia es particularmente fuerte, lanzan el recorte. Un recorte a expensas de los trabajadores, el cual afecta no sólo la fuerza de trabajo en Daimler-Chrysler, sino a todos los esclavos asalariados.

La economía de mercado no ofrece nada sino pauperización, inseguridad y explotación creciente

Pocas semanas después de que el personal de la Planta de Siemens en Bocholt y Kamp-Lintfort fueron chantajeadas para aceptar la semana de 40 horas sin pago compensatorio; después de que en Bavaria habían tomado la cabeza al extender el día laboral, también en el sector público, tampoco sin ningún pago compensatorio, los empresarios han empezado a clamar –dependiendo de su situación- por la semana de 40, 42, e incluso 50 horas. En Karstadt, por ejemplo, (una cadena de tiendas departamentales) se les dijo a los trabajadores: o trabajan 42 horas por semana o se eliminarán 4000 puestos de trabajo. Por doquier se están implementando medidas similares. La experiencia de las semanas pasadas, confirman de esta manera cada vez más lo que los trabajadores empiezan a sentir: que la tan mentada “economía de mercado” no tiene nada que ofrecernos sino inseguridad y explotación creciente.

El eje de la solidaridad de los trabajadores

Pero además de reconocer esto, hay otras lecciones de los conflictos de semanas pasadas que tienen que ser asimiladas. La clase gobernante quiere que saquemos de la lucha en Daimler-Chrysler la conclusión de que no tiene sentido que pongamos resistencia; de que la lógica de la competencia capitalista se impondrá de una u otra manera, por lo que sería mejor rendirse desde el principio; que los explotadores y los explotados deben estar en el mismo barco para “mantener el empleo en Alemania”.

Pero desde el punto de vista de la población trabajadora las conclusiones son diferentes. Más de 60 mil empleados de Daimler-Chrysler a todo lo largo de Alemania han participado en los pasados días en huelgas y acciones de protesta. Los trabajadores de Siemens, Porsche, Bosh y Alcatel han participado en manifestaciones en Sindelfingen. Esta lucha ha mostrado que los trabajadores han empezado a regresar a la escena de la lucha. Tomando en consideración el sufrimiento y miseria en puerta para los trabajadores de todo el mundo en los años venideros, podemos comprender que la cosa más importante hoy, es que aun que una vez más los capitalistas han maniobrado para imponer su deseo, esta vez los ataques no fueron aceptados pasivamente.

Pero lo más importante de todo es lo siguiente: cuando Daimler-Chrysler amenazó a los empleados en Sindelfingen, Unterturkheim y Mannheim con la transferencia de las plantas de producción a partir de 2007, concientemente tenían el objetivo de enfrentar a los trabajadores de las diferentes plantas unos contra otros. El hecho de que los empleados en Bremen participaron en las acciones de protesta contra los cortes salariales, el aumento de horas de trabajo y por la eliminación de recortes en Baden-Wurttemberg, frustraron esta estrategia de los empresarios. Esto empezó al menos a poner en claro que nuestra respuesta a la crisis del capitalismo sólo yace en la solidaridad de los trabajadores. Esta solidaridad es la fuerza que hace nuestra lucha posible, y que le da su significado.

La clase dominante quiere darnos la impresión de que la lucha en Mercedes fue una acción sin importancia que no los impresionó en lo más mínimo. Pero si se examinan los acontecimientos de los días pasado más de cerca, se puede concluir que la clase dominante está preocupada por el inicio de la resistencia de la clase trabajadora. Teme sobre todo, que se reconozca que la solidaridad no sólo es el arma más efectiva en la defensa de sus propios intereses, sino además que contiene el principio fundamental de una forma de orden social más alto.

Una “acción concertada” de la clase capitalista

El caso de Siemens se planeo para demostrar que, siempre que haya una amenaza de clausura de una planta, los trabajadores tendrán que aceptar seguir trabajando, no sólo con peores condiciones de trabajo y de pago, sino también con más horas de trabajo. Mercedes fue escogida para poner un segundo mensaje: que la extensión sin límites del régimen de explotación aplica no sólo donde la compañía o la planta tiene la espalda contra la pared. Puede aplicar donde sea. Esto fue por lo que Daimler fue seleccionada deliberadamente, precisamente porque es la mayor concentración de la clase trabajadora industrial en Alemania con cientos de miles de trabajadores. De esta forma, el mensaje de los capitalistas fue claro y fuerte. Este mensaje es que si dicho grupo fuerte de trabajadores, bien conocidos por su experiencia de lucha y su combatividad, no son capaces de evitar dichos ataques, los otros asalariados tampoco podrán oponer resistencia.

Los empresarios combinan sus fuerzas en las llamadas confederaciones para coordinar sus esfuerzos contra la clase trabajadora. Además, esas confederaciones están fusionadas con todo el aparato estatal. En este proceso, surge un tipo de división de trabajo entre el gobierno y las industrias. En realidad los ataques a estas empresas está relacionados con las “reformas” del gobierno federal. Los propios despidos son usados como chantaje para los que todavía siguen trabajando.

El nerviosismo de la clase gobernante de frente a la solidaridad de los trabajadores.

El hecho de que los ataques no iban a ser aceptados sin luchar se mostró con las protestas pero también con la reacción de la clase dominante. Los políticos, los sindicatos, el consejo empresarial y los empresarios se dieron cuenta que el conflicto en Daimler tenía que terminar lo más rápido posible. La sorpresa fue el entusiasmo con el cual participaron los trabajadores en las protestas. El espectro de la solidaridad de los trabajadores, considerado por mucho tiempo extinguido, amenazó con regresar. De frente a esto los representantes del capitalismo empezaron a ponerse visiblemente nerviosos. Nada es tan importante como la propia lucha de la clase para demostrar al mundo que ni la clase trabajadora ni la lucha de clases son cosas del pasado.

No queremos sobrestimar las luchas en Daimler. Estas luchas no fueron suficientes para evitar la penetración capitalista. Por un lado, porque el conflicto quedó limitado a los trabajadores de Daimler. La historia prueba que sólo la extensión de la lucha a otras partes de la clase trabajadora es capaz de detener, si bien temporalmente, los ataques de la burguesía. Por otra parte porque esta lucha nunca confrontó o al menos puso en cuestión el control sindical.

Los sindicatos dividen a los trabajadores y defienden los intereses de la empresa en contra de los trabajadores porque se han convertido en parte del capitalismo y su lógica. Esto significa que la solidaridad de los trabajadores y la extensión de sus luchas sólo puede ser lograda por los trabajadores mismos. Para esto se requieren asambleas masivas y soberanas y una forma de lucha dirigida hacia la unión de los diferentes sectores de empleados y desempleados. Esto sólo puede ser logrado independientemente y en contra de los sindicatos.

Estamos muy lejos de esa forma autónoma de lucha basada en la solidaridad activa. Sin embargo, hoy ya podemos encontrar las semillas de tales luchas futuras. Los trabajadores de Daimler estuvieron concientes de que ellos estaban luchando no sólo por ellos mismos, sino por los intereses de todos los trabajadores. A largo plazo, los esfuerzos de hoy, hacia la resistencia de los trabajadores, hacia el resurgimiento de la solidaridad, irá mano a mano con una reflexión más profunda que cuestione la barbarie de este sistema.

CCI/septiembre de 2004.


Geografía: 

  • Alemania [11]

Vida de la CCI: 

  • Intervenciones [2]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • La lucha del proletariado [12]

Elecciones en Estados Unidos: ¡No a las elecciones capitalistas! ¡Sí a la lucha de clases!

  • 3368 reads

Estamos siendo bombardeados diariamente con la propaganda sobre cuán absolutamente importantes son las elecciones este año, por parte de los medios de comunicación, políticos, líderes obreros, el clero, la academia, líderes de derechos civiles, estrellas de rock, estrellas de cine, y líderes del movimiento de anti-guerra de todas las instituciones que sostienen al estado capitalista. Nos dicen que éstas son las elecciones más cruciales en nuestra vida, que el futuro de la humanidad literalmente cuelga en la balanza. Pero todo esto no tiene sentido.

Las diferencias entre Bush y Kerry son mínimas - sobre problemas secundarios de estilo, diferentes puntos de vista para llevar a cabo las mismas metas. Ellos comparten el mismo compromiso de mantener la hegemonía imperialista americana, la misma meta estratégica de prevenir la emergencia de cualquier país que podría desafiar la dominación americana como la única superpotencia del mundo. Ambos apoyan la guerra en Irak. Ambos buscan fustigar la fiebre patriótica para poder zambullirnos en más guerras en los próximos años. Ambos se empeñan en fortalecer las fuerzas armadas y así acelerar el militarización de la sociedad americana. Ambos dan su apoyo creciente a la represión estatal: Bush a través del Acto del Patriota americano y Kerry a través de su promesa para llevar a cabo las recomendaciones de la Comisión 9/11 que incluye el establecimiento de una red del espionaje doméstica que dejará en pañales todo lo que ha hecho hasta ahora el FBI. Ambos defienden el capitalismo y la cruel explotación de la clase obrera, en los EE.UU. y alrededor del mundo.

Efectivamente, ellos aparentan divergir principalmente sobre cuestiones sociales secundarias como el aborto, ecología, y la investigación celular, pero éstos son problemas candentes que la clase capitalistas realmente no planea resolver de ninguna manera. Ambos usan estas controversias cínicamente para fustigar las emociones políticas y distraer la atención, de los problemas fundamentales de la crisis económica capitalista y la lucha de clases. Estas divergencias son más para el show que otra cosa.

Hoy, las elecciones han perdido cualquier significado excepto como una mistificación, como un medio para confundir, trampear y manipular a la clase obrera haciéndole pensar que es libre de escoger su futuro. La democracia burguesa es de hecho la forma más sofisticada y perniciosa de dictadura de la clase que el mundo ha visto alguna vez, la dictadura de clase del capitalismo. En el período de ascenso del capitalismo cuando las elecciones les importaba, la burguesía se resistió a la expansión del voto con uñas y dientes. Ahora que las elecciones son inútiles excepto como una mistificación ideológica, ellos siguen ampliando el número de votantes, haciéndoles cada vez más fácil registrarse y votar porque ellos quieren atrapar a más personas en la charada.

Para la clase obrera, no tiene sentido participar escogiendo qué político capitalista será la cabeza titular de la dictadura de la clase burguesa. Para la clase obrera, es la lucha de clases, la defensa inflexible de sus intereses de la clase obrera, lo único que tiene sentido. Es esta lucha, que inevitablemente confronta a la clase obrera con el estado, la que contiene las semillas de la lucha revolucionaria que es capaz de destruir el estado capitalista y su horrible sistema económico, y hará posible la creación de una comunidad social genuinamente humana, liderada y controlada por la clase obrera, organizada en los concejos obreros. En tal sociedad el principio guía será el atender las necesidades sociales, sin explotación del trabajo ni la búsqueda de ganancias. Cualquiera que gane en noviembre, la orientación fundamental del estado americano será la misma: guerra imperialista en el extranjero y austeridad en casa.

Internationalism, 17 de agosto de 2004.


Geografía: 

  • Estados Unidos [13]

Vida de la CCI: 

  • Intervenciones [2]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El engaño del parlamentarismo [3]

15 años después del hundimiento del bloque del Este: una era de guerra y caos

  • 4205 reads

El año 1.989 conoció el hundimiento del bloque soviético. Este hecho, fruto en primer lugar de la crisis económica mundial del capital, tuvo inmediatamente repercusiones muy importantes sobre la vida y el desarrollo del capitalismo. La clase obrera debe recordar que en ese momento todos los líderes de la burguesía mundial nos prometieron una nueva época, “una era de paz y de estabilidad”. El hundimiento del estalinismo debía significar, supuestamente, el fin de la barbarie. La evolución sangrienta de la realidad demostró muy rápidamente lo contrario. Desde comienzo de los años 1990 la barbarie se instaló como realidad permanente en la vida de la sociedad, generalizándose al conjunto del planeta, golpeando de manera cada vez más ciega y extendiéndose progresivamente a las grandes metrópolis capitalistas. Esta realidad nos situó en la entrada del capitalismo en la fase última de su decadencia: la de su descomposición acelerada. En lugar de un enfrentamiento imperialista encerrado en el corsé de hierro de los bloques imperialistas soviético y americano, se comenzó a instalar una lógica guerrera radicalmente diferente, una lógica donde cada país capitalista defendía sus propios intereses al margen de cualquier alianza estable con un Estado imperialista dominante. Caos, pérdida de control, anarquía en aumento y aceleración de la descomposición son su dramática concretización.

El capitalismo confrontado a su fase de descomposición

En 1991 la guerra del Golfo concretizó por vez primera vez la apertura a lo grande de las puertas del nuevo desorden mundial, aunque este conflicto permitió momentáneamente a los Estados Unidos reafirmar su papel de primera potencia. Entonces fue el propio gobierno americano quién provocó esta guerra, cuando su embajadora April Glaspie hizo creer a Saddam Hussein que un eventual conflicto entre Irak y Kuwait sería considerado un problema “interno del mundo árabe”, fingiendo que los USA se desentenderían de la cuestión. Induciendo a Saddam Hussein a que invadiera militarmente Kuwait, los Estados Unidos obtenían el pretexto para una intervención militar masiva. Para el imperialismo americano, esta guerra fue el instrumento de la reafirmación brutal de su autoridad sobre las principales potencias rivales como Alemania, Francia y Japón que, después de 1989 y del hundimiento del bloque soviético, tendían cada vez más claramente a defender sus intereses imperialistas desarrollando una política creciente de contestación del liderazgo americano. Es indudable que en esta época la potencia americana consiguió una victoria de dimensión mundial. Se permitieron el lujo de dejar a Saddam Hussein como señor de Bagdad con el fin de que Irak no cayera en un caos total como ocurre en la actualidad. Pero esta victoria no podía ser más que de corta duración. Lo mismo que ningún apaciguamiento duradero puede darse en el plano de la competencia económica, las tendencias centrífugas del “cada uno para sí” de cada potencia imperialista ganan en amplitud, obligando de nuevo inexorablemente a los Estados Unidos a utilizar su supremacía militar, con el fin de tratar de frenar la contestación creciente a su autoridad. Así anunciamos en 1991: “... sobre el plano político y militar o sobre el plano económico, la perspectiva no es la paz y el orden sino la guerra y el caos entre naciones...” (Revista Internacional nº 66, artículo “El caos”).

Esta tendencia a la descomposición del capitalismo y al debilitamiento del liderazgo americano han proseguido y se han confirmado a lo largo de los años 1990. Sólo algunos meses después de la primera guerra del Golfo, se desencadeno de nuevo la barbarie que llevaría en 1992 al incendio total de la región de los Balcanes. Fue Alemania la que, animando a Eslovenia y Croacia a proclamar su independencia frente a la antigua confederación yugoslava, hizo saltar por los aires a este país y jugó un papel primordial en el desencadenamiento de la guerra en 1991. Frente al empuje del imperialismo alemán, las cuatro grandes potencias (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia) sostuvieron y alentaron al gobierno de Belgrado a llevar una contraofensiva particularmente mortífera. Sin embargo, el debilitamiento histórico de Estados Unidos ya en marcha en 1991 le condujo a cambios de alianzas sucesivos traduciéndose por su apoyo a Serbia en 1991, a Bosnia en 1992 y a Croacia en 1994. Los Balcanes se transformaron entonces irremediablemente, como Afganistán algún tiempo más tarde, en un verdadero lodazal hecho a base de guerras civiles permanentes. Actualmente en Afganistán, ninguna autoridad local o americana, puede ejercer fuera de la capital Kabul. Los años 1990 conocieron una generalización progresiva del caos, expresión de la evolución de la descomposición de la sociedad capitalista, descomposición que conoció una violenta aceleración a comienzos de los años 2000.

Un mundo que se hunde en la anarquía y la barbarie

Es imposible describir la situación actual de Irak. El semanario francés Courrier International del 14 de Junio titula: “Irak: la violencia constante”. La jornada del jueves 24 de Junio es un ejemplo dramático del estado de guerra civil en el cual se encuentra enfangado Irak. Este día, hubo más de siete atentados únicamente en la ciudad de Mosul, ocasionando oficialmente al menos 100 muertos. Al mismo tiempo, los enfrentamientos armados proseguían en numerosas ciudades iraquíes como Bakuba o Nayaf. Tras transferir el poder al nuevo gobierno iraquí, el país sigue hundido en un caos total, una anarquía generalizada donde las fuerzas políticas y militares no pueden más que controlar zonas geográficamente limitadas. El primer ministro iraquí Ayad Alaui se esfuerza en anunciar, con un gran esfuerzo publicitario, que tomará personalmente en su mano la lucha contra la violencia, y esto después del aumento de los enfrentamientos militares, atentados y otros sabotajes de oleoductos, pasando por las capturas de rehenes finalizando muy a menudo con los asesinatos sangrientos. La decapitación de los prisioneros, filmadas y proyectadas en todas las pantallas del mundo, se han convertido actualmente en una práctica corriente. Tortura y terrorismo han formado siempre parte de los conflictos armados de la historia, pero quedaban como fenómenos secundarios. Esta degradación de las reglas de los enfrentamientos es sin ninguna duda una de las expresiones mayores de la aceleración de la descomposición del sistema capitalista.

La perspectiva en este país no puede ser más que una desestabilización creciente. El debilitamiento, y la pérdida de control de Estados Unidos son patentes. El New York Times declara: “...Las fuerzas de la coalición no solamente no pueden asegurar la seguridad de la población iraquí, sino igualmente realizar otro objetivo designado como prioritario por la administración provisional: el restablecimiento total de la electricidad antes del comienzo de los calores del verano...”. En Irak actualmente, falta de todo, hasta el agua potable, a una población enfrentada a unas condiciones de supervivencia espantosas. Cada vez con mayor claridad, kurdos, chiitas, sunnitas expresan sus intereses propios y divergentes. Además, un fenómeno nuevo está generalizándose: la aparición de bandas armadas, fanatizadas, pasando a la ofensiva armada contra los intereses de Estados Unidos fuera de todo control asumido por las organizaciones étnicas o religiosas nacionales. Antes mismo de que esté en marcha, el gobierno provisional aparece totalmente impotente y desacreditado.

El Washington Post afirma: “...Aunque la administración Bush ha prometido muchas veces que los iraquíes recuperarían su soberanía completa, está claro que son los oficiales americanos los que se reservan el dominio completo sobre la cuestión esencial de la seguridad”. La perspectiva es la de un hundimiento creciente de la potencia americana en el lodazal iraquí, su incapacidad para dominar militarmente la situación en Irak es manifiesta. Este debilitamiento acelerado se ha evidenciado por la obligación para los Estados Unidos de pasar por la ONU, un proyecto de resolución americano-británico propuesto a fines de mayo al Consejo de Seguridad proponiendo, entre otras cosas, el envío de fuerzas multinacionales bajo mando americano. Este recurso obligado a la ONU por la administración americana es la manifestación directa de su incapacidad para asegurar el dominio por las armas de un país tan débil como Irak. Detrás de las primeras declaraciones de fachada se percibe el apetito de las otras grandes potencias que quieren aprovechar rápidamente cada retroceso de Estados Unidos para defender sus propios intereses imperialistas. El 27 de mayo, China difundió un documento apoyado por Rusia, Francia y Alemania declarando objeciones y proponiendo cambios importantes a esta resolución. Sobre todo que el gobierno interino debía gozar de la “plena soberanía sobre las cuestiones económicas, de seguridad, de justicia y diplomáticas”. También, estas potencias han propuesto que el mandato de la fuerza multinacional en Irak se acabe a finales de enero de 2005 y que el gobierno provisional sea consultado para las operaciones militares con la exclusión de las medidas de autodefensa. De hecho, este documento, directamente dirigido contra Estados Unidos, demuestra que la única preocupación de las grandes potencias es hundir y debilitar tanto como sea posible a la primera potencia mundial sin preocuparse lo más mínimo por las consecuencias que tal enfrentamiento puede traer para la población iraquí y para toda la región.

Asistimos actualmente a una desestabilización del conjunto de Asia del Sudoeste. En Arabia Saudita, los atentados atribuidos a Al-Qaeda se multiplican, manifiestan el enorme aumento de las tensiones entre el régimen de Ryad y los elementos Wahabitas cada vez más numerosos y fanatizados. La virulencia de los dirigentes chiitas iraquíes pueden tener repercusiones en la estabilidad de Irán. En cuanto a Turquía, la tensión es particularmente fuerte. A principios de junio, el PKK (partido de los trabajadores kurdos) ha anunciado que pone unilateralmente fin al “cese del fuego” en la guerra contra el estado turco. La Neue Zueriche Zeitung del 3 de junio informa que “círculos del ejército turco piensan que centenares de rebeldes armados del PKK se han infiltrado en Turquía desde el norte de Irak”. El mismo diario señala que “un nuevo desencadenamiento de la guerra puede ser devastador para el conjunto de la región”.

Por otro lado, después de la llegada de la administración Sharon al poder en Israel, la situación en Oriente Medio no ha hecho más que hundirse en una guerra permanente y aumentar las masacres de la población. Detrás del proyecto de un gran Oriente Medio, de una hipotética retirada de los israelíes de la banda de Gaza y de una ocupación militar creciente de Cisjordania, se materializa al igual que ocurre con Estados Unidos una política de huida hacia delante por parte del gobierno israelí. Es patente que la lógica guerrera toma de forma absoluta la iniciativa a otras modalidades de defensa de los intereses nacionales israelíes. Esta política, suicida en el tiempo, provoca un aumento de las tensiones entre Israel y Egipto, el único aliado, después del estado hebreo, que queda a Estados Unidos en la región. De hecho, la administración americana influye cada vez menos en la orientación de la política guerrera israelí. Esto traduce la incapacidad actual de Estados Unidos para jugar su antiguo papel de gendarme mundial. Esta realidad no hace más que expresar al más alto nivel la pérdida de control de todas las otras grandes potencias en las zonas que tratan de mantener bajo su influencia.

Las incursiones militares desencadenadas en Ingushetia en la noche del 21 al 22 de Junio que han causado al menos 48 muertos, entre ellos el ministro Kostoiev, nos indica que el conjunto de repúblicas del sur de la URSS, y no solamente Chechenia, tienden a hundirse en la anarquía y la guerra civil. En cuanto a Francia, y esto después de su participación activa hace diez años en las masacres de más de un millón de personas en Ruanda, tiene que constatar actualmente su propia impotencia. Los Tutsis están en esta mitad de junio de nuevo en el centro de un conflicto que golpea de lleno a la república del Congo. Le Soir (diario belga) del 4 de junio afirma: “Los incidentes al este del país hacen pensar lo peor a numerosos observadores: el resurgimiento de la guerra en una región martirizada por los conflictos fronterizos, políticos y étnicos sangrientos”.

La descomposición del capitalismo: una realidad en plena aceleración

Los atentados terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York habían llevado a Estados Unidos a afirmar que perseguirían el terrorismo hasta en los últimos rincones del planeta, llevando la democracia y la paz. El resultado actualmente se inscribe con letras de sangre por todo el mundo. La anarquía total que vemos en Irak y que se extiende progresivamente a todo el Sudoeste de Asia manifiesta la pérdida de control en aumento por las grandes potencias de este mundo de la marcha general de la sociedad. La dinámica de la guerra en Irak no es más que un ejemplo dramático y bárbaro de lo que espera a toda la humanidad si la clase obrera deja al capitalismo realizar su única perspectiva. El engranaje al que están encadenadas todas las potencias capitalistas, incluso las más fuertes, no puede más que producir cada vez más dramáticamente guerras como la que se está desarrollando en Irak. Esta barbarie en plena evolución ha alcanzado al corazón de Europa, con los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid donde el objetivo era la mayor masacre posible de la población obrera. Es importante que el proletariado comprenda que, contrariamente a lo que tantas veces nos hace creer la burguesía, esta evolución guerrera, totalmente irracional y bárbara, no es debida a la locura de algunos dirigentes del mundo. Es por ejemplo de notoriedad pública que J.Kerry, el candidato demócrata a las próximas elecciones presidenciales americanas, no tiene ninguna alternativa que proponer a la actual orientación en política exterior de la administración Bush. Cualquiera que sea el resultado de estas elecciones, el fondo de la lógica imperialista americana no será modificado en nada. La huida hacia adelante militar por parte de Estados Unidos para rechazar su debilitamiento histórico y su pérdida de control sobre el mundo es un hecho totalmente irreversible. El desorden mundial actual no es debido, como afirma la propaganda de la burguesía a un fanático religioso llamado Bin Laden o a una administración americana compuesta de otros fanáticos de la guerra a ultranza como Rumsfeld o Wolfowitz. Bien al contrario, es la quiebra en curso del capitalismo mundial, la que lo pone en una lógica de guerra totalmente irracional, la que determina la evolución de los hábitos de la burguesía y los equipos gobernantes de los Estados. En este sentido, el capitalismo tendrá cada vez más en el porvenir que llevar al poder a las fracciones de la burguesía más fanatizadas, incluso dentro de las grandes potencias de este mundo. Como los marxistas han afirmado siempre, sólo el proletariado porta con él la fuerza capaz de destruir el capitalismo y de impedir que el mundo se hunda en la peor de las barbaries. La clase obrera debe guardar en su memoria que la revolución proletaria en Rusia en octubre de 1917 fue la que puso fin a la primera carnicería mundial.

Tino

Artículo traducido de Revolution Internationale, Julio 2004, publicación en Francia de la CCI.


Acontecimientos históricos: 

  • Hundimiento del Bloque del Este [14]

Cuestiones teóricas: 

  • Descomposición [15]

Source URL:https://es.internationalism.org/en/internacionalismo/200511/281/internacionalismo-n-53-octubre-2004

Links
[1] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/venezuela [2] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/intervenciones [3] https://es.internationalism.org/en/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo [4] mailto:[email protected] [5] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/chavismo [6] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores [7] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/venezuela [8] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/anarquismo-oficial [9] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo [10] https://es.internationalism.org/en/tag/3/50/medio-ambiente [11] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/alemania [12] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado [13] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/estados-unidos [14] https://es.internationalism.org/en/tag/acontecimientos-historicos/hundimiento-del-bloque-del-este [15] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion