Persecución de migrantes, deportaciones, campañas patrioteras… por todos lados se ataca a los trabajadores

Printer-friendly version
Persecución de migrantes, deportaciones, campañas patrioteras… por todos lados se ataca a los trabajadores

Como si tratara de mostrar que es más represor que el expresidente demócrata Barak Obama, que en sus 8 años de gobierno expulsó a cerca de 3 millones de trabajadores migrantes, Donald Trump ha amenazado con deportar, en los próximos 4 años, a 10 millones. Para cumplir su amenaza, desde los primeros días en que se instaló en la presidencia, ha acelerado las persecuciones y deportaciones. Se han divulgado las imágenes de los migrantes detenidos, conducidos a la deportación encadenados de pies y manos, justificando ese trato por ser calificados de “invasores” que están “envenenando la sangre” de los estadounidenses. Esta política, aunque expone la ideología racista y xenófoba, propia de la burguesía, dificulta la gestión de los intereses del propio capital en Estados Unidos.

Actualmente, en el territorio estadounidense, hay aproximadamente 12 millones de trabajadores migrantes “ilegales”, que equivalen a más del 5% de la población asalariada de ese país. Esta masa de trabajadores permite que en diversas ramas económicas se obtengan ganancias extraordinarias, dado que, por no contar con una estancia legal, reciben salarios más bajos. Mientras que el pago de un obrero estadounidense oscila entre 1,740 y 5,437 dólares por mes[1], el salario de un trabajador sin documentos está entre 1,600 y 3,000 dólares por mes, con jornadas de 12 horas y sin seguridad social. Por esa razón es que empresarios de algunas ramas productivas de EE. UU., hacen ver que la deportación masiva, les genera problemas. Rebecca Shi, directora de la Coalición Estadounidense de Inmigración Empresarial, ha declarado que la deportación generará escasez de mano de obra, lo que elevará los costos laborales, llevando al “aumento de los precios de alimentos para los estadounidenses comunes”. En ese mismo sentido la Asociación de Restaurantes de Illinois[2], aunque apoya la política de Trump de imponer “la seguridad de la frontera con México”, mediante persecuciones y deportaciones, llama a mantener “un equilibrio”, de tal forma que no se corte el flujo de la fuerza de trabajo barata.

Para algunos sectores de la burguesía estadounidense, queda claro que la deportación masiva y la aplicación de aranceles a sus socios comerciales, Canadá y México, desarticularán los encadenamientos productivos y comerciales, fragilizarán aún más a su propia economía, e incluso abre la posibilidad de extender los problemas a la economía mundial y desatar secuelas que pueden profundizar la crisis; no obstante, con Trump se impone la irracionalidad.

Pero todo este conflicto no es solamente el producto de un desquiciado y malévolo individuo. El avance de la descomposición del capitalismo es lo que engendra expresiones políticas irresponsables e irracionales, que avanzan sin control, acelerando el caos y la inestabilidad mundial. Por eso, no perdamos de vista que Trump y su camarilla, solo son expresiones aberrantes del pudrimiento del capitalismo, ante la que ninguna fracción o proyecto de la burguesía es una alternativa y menos aún la solución. La única alternativa a este pudrimiento del sistema se encuentra en la lucha del proletariado… Esto es así, aun cuando en todo este torbellino destructivo de guerras comerciales y disputas burguesas, los trabajadores tanto de Estados Unidos, como de México, han quedado en medio, recibiendo los golpes que los bandos involucrados dirigen a sus condiciones de vida y a su conciencia.

Ni alianza con la burguesía, ni defensa de la economía nacional… ¡la lucha es contra el capitalismo!

Los lemas que Trump ha usado en su primer gobierno: “Primero América” y, el actual, “Hacer a América otra vez grande”, han sido la base para el impulso de escandalosas campañas nacionalistas. Primero, presenta a los Estados Unidos como víctima, lo mismo de la élite, de sus socios comerciales o de los migrantes, para luego pasar a exponer sus decisiones como actos de defensa de los intereses nacionales, inflando el orgullo patriótico, como lo hizo en su discurso de toma de posesión: “nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones, y no permitiremos que se sigan aprovechando de nosotros.

Así, en nombre de la defensa de la nación, se alienta el odio a los migrantes, justifica su deportación masiva y da sustento ideológico a su política proteccionista, pero también, cuando despide a miles de empleados federales, lo justifica diciendo que es porque la nación lo requiere.

Es evidente que los intereses de la nación no son los intereses de los trabajadores, pues la nación es la unidad en torno a la que se organiza la clase dominante. Por eso, cuando se convoca a los trabajadores a defender a la nación, se les llama a defender los intereses de la burguesía.

Pero, el uso de la manipulación y el control ideológico mediante campañas nacionalistas, no son exclusivas de Trump, también, desde el gobierno mexicano, envuelto en la disputa política y comercial, se despliega toda una campaña patriotera para responder a las amenazas y bravuconadas de Trump.

Ante los reclamos por los migrantes, la amenaza de romper los tratados comerciales e imponer una cascada de aranceles, así como el amago de intervenir militarmente para enfrentar a los cárteles de la droga, Sheinbaum ha procurado tomar medidas que muestren su disposición a colaborar con el gobierno de Trump, pero al mismo tiempo se presenta como defensora de la soberanía, que significa la defensa de los intereses de la burguesía mexicana.

Para dar mayor fortaleza a sus acciones de gobierno, Sheinbaum ha llamado a la unidad nacional. Mientras que los partidos de la derecha, el PRI y el PAN, han declarado que no apoyarán a un gobierno ineficiente y aliado de los cárteles de la droga[3], los empresarios, agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE[4]), han expuesto su respaldo a la actuación del gobierno federal. Incluso empresarios que abiertamente se declaraban opositores a los gobiernos de Morena, cierran filas y se integran en la campaña nacionalista, enfatizando su llamado a la defensa de la economía nacional, que ven amenazada por el proteccionismo estadounidense y la posible eliminación del T-MEC. Así, reforzando la campaña del gobierno, exponen su acuerdo en mantener la unidad nacional, para que, cohesionados, se logre “el diálogo frente a los desafíos que nos presenta la relación bilateral con nuestro principal socio comercial…”[5]

Siendo los sindicatos el principal instrumento del Estado para intervenir directamente en el control de los trabajadores, también preparan su colaboración en este tinglado patriotero. El 15 de febrero diversos sindicatos llamaron a un encuentro, con el objetivo central, según expuso el mafioso Napoleón Gómez, líder del sindicato minero, de exponer el “respaldo absoluto al Gobierno de la presidenta en defensa de la soberanía y el respeto a México”.

La semejanza de preocupaciones entre sindicatos, empresarios y gobierno, no son simples coincidencias, es la expresión de que se opera un ataque unificado en contra de los trabajadores, buscando golpear su conciencia y atarlos a los intereses de la burguesía.

La clase dominante en México, aprovechando las presiones ejercidas por el gobierno de Trump, busca exaltar, desde diferentes frentes y con diferentes tonos, sentimientos patrióticos, imponiendo así, como principio supremo, la defensa de los “intereses nacionales”, lo que significa defender a la economía nacional y a las ganancias capitalistas. Esta campaña patriotera se impulsa usando promociones simplonas, como el fomento al “orgullo nacional” por producir o consumir lo “Hecho en México”, pero también utilizando trampas más complejas, en las que se invoca a la ideología “antiyanqui” o “anti-Trump”, para crear el engaño de que dentro de la burguesía nacional pueden existir sectores “progresistas”, definidos así por tener una postura de “oposición” a los Estados Unidos o a Trump.

El nacionalismo es un veneno para los trabajadores, justamente porque impide que se reconozcan como una clase que, sin importar el país en que viva, es explotada, por lo que sus preocupaciones y sus intereses son los mismos, por ello explicaba Marx: “La nacionalidad del trabajador no es francesa, ni inglesa, ni alemana; es el trabajo […] Su gobierno no es francés, ni alemán, ni inglés, es el capital…”[6] Se trata, por tanto, de una clase internacional e internacionalista.

Ante los ataques y las campañas patrioteras, la clase obrera no tiene otro camino que el de la lucha

Con el ascenso de Trump, el ambiente para el desarrollo de la lucha de los trabajadores de México no es el más favorable, ni para los trabajadores de los Estados Unidos y Canadá, que en 2024 han llevado a cabo importantes huelgas. Las campañas nacionalistas y la presencia de expresiones burguesas que se presentan como alternativas a Trump y a las políticas populistas y proteccionistas, no dejan de causar confusión en el proletariado del norte de América, sin embargo, la clase obrera no está derrotada. Aunque puede haber una dificultad para que desarrollen su combate los explotados en este continente, la clase obrera mantiene su dinámica de ruptura de la pasividad que se abrió en 2022 con las manifestaciones en Gran Bretaña, como lo confirman las recientes movilizaciones en Bélgica (ver en este mismo RM). En México, esta ratificación ha venido de parte de los trabajadores del sector educativo quienes desde el 7 de febrero de este año se han movilizado en varias entidades en contra de la iniciativa de reforma a la ley de seguridad social y de retiro, que propone cuotas adicionales al trabajador; además, retoman sus demandas en contra de la última reforma a las pensiones que los obliga a trabajar más años y con salarios más precarios. La indignación es tal que ha obligado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a proponer cambios a esa iniciativa intentando que la situación no se le salga de control al Estado. Por su parte, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), intenta desviar esta lucha genuina hacia el terreno burgués de la “defensa del sistema educativo” y, en esa lógica, no es de extrañar que terminen llamando a la unidad nacional en el contexto de las disputas del Estado burgués mexicano con el de los EE. UU. La lucha solo puede prosperar fuera y en contra del grillete sindical.

De manera que los golpes a las condiciones de vida de los trabajadores y la fuerza de las movilizaciones que la clase obrera continúa expresando a lo largo del planeta, son detonantes que han de empujar a la reflexión, mostrando que ante el pudrimiento capitalista el único camino que tienen los trabajadores es el de la lucha.

T, 18 de febrero de 2025

 

[1] El hecho que el salario de los trabajadores estadounidenses sea mayor que el de los migrantes, no significa que no vivan un proceso de pauperización. Solo para tener un referente: en 2025 el salario mínimo no se incrementó, se mantuvo en 7.25 dólares por hora, mientras la inflación creció en 3%, lo que ilustra la caída de la capacidad de compra de los trabajadores. Precisamente la degradación del salario fue el motivo de las huelgas en los puertos en los Estados Unidos en 2024.

[2] Cfr. “Empresas de EE. UU. pronostican problemas en su producción por deportaciones de migrantes”. https://oem.com.mx/elsoldepuebla, 28-enero-2025

[3] Este tipo de declaraciones las ha aprovechado el aparato de izquierda del capital y los llamados “medios alternativos”, para declarar a los partidos de la derecha como “traidores a la patria” y animar la ideología “antiyanqui”, que refuerza el chauvinismo impulsado por el gobierno. Así, derecha e izquierda conjugan y complementan su actuación en la creación de confusión y la búsqueda de control ideológico.

[4] El CCE agrupa a 13 organizaciones de empresarios, dueños del 80% de la producción interna.

[5] Francisco Cervantes, presidente del CCE, discurso en el encuentro de gobierno y empresarios, 4-febrero-2025 (https://www.gob.mx)

[6] Karl Marx. Crítica a Friedrich List, 1845.

Geografía: 

Noticias y actualidad: 

Rubric: 

Ataques a los trabajadores