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La complicada situación en Argentina desde años ha venido golpeando duramente a los trabajadores en muchos aspectos, económica, social y políticamente. Ante la brutal situación de crisis económica la burguesía argentina no solo ha respondido con ataques a los salarios y la profundización de la precariedad de las condiciones de trabajo sino además ha dado cancha libre a todos los aparatos de contención inimaginables (cada cual más lumpenesco) con tal de mantener dispersada y controlada a la clase obrera. Desde sindicatos al por mayor (“oficialistas”, de “oposición”, kishneristas, peronistas, etc) comités, coordinadoras, comunidades originarias, organizaciones sociales hasta los inefables Piqueteros y otras organizaciones de carácter populista e izquierdista, que contribuyen a la confusión y al encuadramiento de los trabajadores y su combatividad, así como a bloquear el desarrollo de su conciencia.
En Argentina, los trabajadores vienen dando muestra de que no todo está perdido y que a pesar del bombardeo ideológico a que los tienen acostumbrados las burguesías de Izquierda y derecha, vienen abriéndose paso en medio de todo, los obreros tratan de zafarse del control y pelear por mejores condiciones de vida como lo han venido haciendo sus hermanos de Gran Bretaña, Francia y España.
La Crisis económica argentina es también parte de la crisis histórica del capitalismo
Argentina es ya junto a Venezuela, el peor país de la región de América Latina en relación con el impacto de la crisis económica Mundial que se vive en todo el planeta. De ser considerado, hace algunas décadas, un país “modelo”, casi de “primer mundo”, los trabajadores en Argentina han venido presenciando un crecimiento exponencial de la precarización y la miseria. Ello se traduce en la práctica en una galopante inflación (¡150% en 2023 y va para mas!), un crecimiento en negativo, la caída en picada de los ingresos fiscales y del gasto , el creciente desempleo, quiebra de empresas. Casi la mitad de la población (18 millones) no le alcanza para comer y el hambre extrema se ha disparado. A esto sumémosle la precarización de los servicios públicos ( provocó una brutal saturación de hospitales para acoger a los 9 millones de contagiados durante la pandemia) así como los miserables salarios de profesores y trabajadores de salud. Esta crisis económica no es exclusiva de Argentina, no es un “problema argentino”. Todo lo contrario, es parte de la crisis histórica del capitalismo que ha venido creciendo como una ola y azotando a todos los países.
No es tampoco, la crisis, consecuencia de una“mala gestión” de presidentes como nos quieren hacer creer los medios burgueses. Mucho menos una cuestión de la derecha o izquierda porque ambos en el poder y fuera de él, siempre juegan ,como buenos gerentes del Estado, a preservar las ganancias y privilegios de la burguesía a costa de la clase obrera. Por ejemplo, al actual gobierno del peronista-kishnerista –izquierdista de Alberto Fernández (y su madrina Cristina) no le ha temblado la mano respaldar a la burguesía agro-exportadora con el “dólar-Soya” a fin de impulsar las exportaciones y así multiplicar las ganancias de esa fracción de la burguesía mientras con la otra mano firma acuerdos con el FMI, La misma que exige precisamente congelar o poner topes a los salarios y disminuir el gasto público. Mas ataques al salario de cada trabajador y al salario social. Características de los gobiernos izquierdistas que hoy pululan en América Latina desde Lula a Boric, de Ortega a Maduro, todos al servicio de la clase dominante.
También esta la dinámica destructiva del capitalismo sobre el medio ambiente, que también juega su papel en esta crisis que se agudiza en Argentina. El impacto de las sequías han provocado una caída en la producción de Soja y Maíz generando una presión negativa a sus exportaciones y la economía. Podríamos seguir mencionando otros indicadores, situaciones, datos o cifras que se manifiestan en la crisis económica Argentina, pero no es objeto de este artículo.
Elecciones de Octubre, todos los candidatos contra la clase obrera
La burguesía nacional Argentina, junto a la burguesía internacional han empujado a los trabajadores de este país, a vivir cada vez mas en la precarización y la miseria sin limites. La maquinaria electoral ya está en marcha con una variopinta lista de candidatos que la burguesía ofrece a través de las diversas agrupaciones y partidos “oficialistas “ y de “oposición”: el gobiernista Frente de Todos, Frente Patria Grande, Juntos por el Cambio, Coalición Cívica, Unión Cívica Radical, Libertad Avanza, Peronismo Federal. No podía faltar la izquierda del Capital, con los trostkistas a la cabeza: Frente de Izquierda ( Partido de los Trabajadores por el Socialismo, ,Polo Obrero ,MST, Libres del Sur, sindicatos, entre otros) que en última instancia apuestan por el “mal menor” o sea apoyar al peronismo “contra la derecha”. Completan el abanico los partidos y frentes provinciales, que representan los intereses de las burguesías regionales opuestas al “centralismo del gran Bs As”. Sumados todos, se habla de unos… ¡16 aspirantes al sillón presidencial!, muestra de la fuerte fragmentación entre las diversas fracciones de la burguesía argentina que aspiran a la gestión del Estado y de los conflictos que afectan el interior de la propia clase dominante.
Sin embargo eso no significa que todos estos partidos y frentes burgueses no tengan claro contra quién cerraran filas, el enemigo a atacar: el proletariado. EL candidato oficialista, S. Massa dice que “Argentina” debe convertirse en un gran Mall de lo que pide el mundo y que gracias a eso “ los salarios le ganarán a la inflación”. El competidor de derecha, Rodríguez Larraeta, gobernador de Buenos Aires, no quiere quedarse atrás y saca del sombrero la promesa de “0 déficit fiscal, creación de empleo mediante empresas medianas y pequeñas y vivir sin inflación”(sic!). Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, ofrece “orden” y quitar impuestos a determinados sectores empresariales. Y el libertario Milei pide “menos Estado y que se vayan todos”. Medidas todas ellas que a fin de cuentas significarán para los trabajadores más sacrificios, más ajustes de cinturón, más “unidad de los argentinos”, más precariedad y sueldos de hambre con tal de sacar a flote el capital nacional. Los gobernadores regionales no se han querido quedar atrás y ya se adelantan a sus pares bonaerenses dando el ejemplo de cómo “meter en cintura” a los trabajadores que no acepten esas medidas económicas, imponiendo mano dura contra “huelguistas y parásitos” tal como se ha dado hace pocas semanas con la brutal represión de profesores y obreros de la salud en Jujuy y Salta.
La desestabilización política de la sociedad capitalista que vive todo el mundo se manifiesta cada vez más y de forma permanente. Lo vimos con Trump y el ataque al Congreso en USA; con Bolsonaro en Brasilia; con la caída y ascenso de gobiernos en Gran Bretaña y así un largo etc. Y Argentina no es la excepción, todos están más o menos contaminados por el caos e inestabilidad, con un Estado cada vez más ingobernable y difícil de controlar. Cada vez más el sálvese quien pueda y el cada uno a la suya se impone en el seno de la clase explotadora….
La situación de los trabajadores actualmente en Argentina
Argentina junto con a Brasil son territorios en Latinoamérica donde existe un proletariado, con una gran tradición de lucha . Argentina también tuvo desde fines del siglo XIX e inicios del XX un movimiento obrero con gran tradición de conciencia y combatividad. Basta recordar las grandes huelgas de 1905 encabezadas por la FORA y la “Semana Trágica” de 1919, muy influenciada por los ecos de la Revolución proletaria en Rusia. Argentina fue como un faro para el movimiento obrero en América Latina. Con un proletariado numeroso, centrado principalmente en la producción agrícola, ganadera e industrial, a partir de los años 30 las brutales dictaduras militares, la contra-revolución mundial y la nefasta influencia y encuadramiento ejercida por los sindicatos adheridos al peronismo hicieron decaer esas luchas. Sin embargo, los trabajadores argentinos fueron influenciados por la reaparición histórica de la clase obrera en 1968 y se desencadenó el celebre “Córdobazo” de 1969. Hoy, pese al creciente dominio de la descomposición social (pandillas, narcotráfico, barras bravas, mafias sindicales…) los trabajadores argentinos no han olvidado esas tradiciones y se han lanzado con gran decisión a la lucha no obstante todos los obstáculos y mecanismos de control-represión que la burguesía pone en su camino los limita.
Al momento de escribir estas líneas hay muchas huelgas de la clase obrera en Argentina. En ese sentido las huelgas de la clase obrera Argentina (a pesar de todas sus debilidades) se inscribe en la serie de luchas de sus hermanos de clase en Gran Bretaña, Francia, Italia, España, luchas desarrolladas recientemente.
Los trabajadores de la salud, los profesores, los estibadores y de transportes son los que han destacado por su combatividad a lo largo de este año. A fines de 2022 médicos y enfermeras de los hospitales tomaron las calles manifestándose contra los sueldos de miseria, la precariedad y contra la demagogia del gobierno peronista-izquierdista de los Fernández. En Mayo de 2023 se lanzan a la huelga los obreros estibadores de Buenos Aires y Puerto del Rosario contra la seguidilla de accidentes laborales y por aumento de sueldos. Los sindicatos agrupados en la FESIMAF corrieron a cercar y evitar la extensión de la huelga a otros puertos.
Ese mismo mes y para no perder protagonismo ante la seguidilla de huelgas y de paso canalizarlas por la vía electoral, toda la izquierda del capital encabezada por los Piqueteros, desarrolló una marcha-procesión en la capital a la que se sumaron el Movimiento de los sin Tierra(MST), Polo Obrero(PO), la Corriente Clasista Combativa, coordinadoras, organizaciones sociales de variopinto pelaje, sindicatos, partidos (con los infaltables vocingleros trotskistas llamando a un frente único electoral para “cerrarle el paso a la derecha”). Como siempre la izquierda enarboló junto a las banderas nacionales albicelestes las imágenes de Eva Perón y del Che.
Como respondiendo a la marcha electorera de Mayo, comienzan las luchas de los profesores primarios y de secundaria. Huelgas estallan en Salta, Jujuy, San Juan, La Rioja, Misiones y el propio Buenos Aires. Este destacamento de la clase obrera se ha distinguido los últimos años por su combatividad y por ello el Estado lo ha infiltrado con una profusión de sindicatos. Destacan el progobiernista CTERA, (adherida a la CGT Peronista) y su competidora ADEMYS (“opositora”) que llamó a su similar rompehuelgas a cortar sus acuerdos con el gobierno y juntos… ¡“realizar un gran paro”!. En Salta la persecución a los huelguistas es particularmente violenta en el marco de la “Ley antipiquetes”. Los sindicatos lanzaban desesperados llamados a levantar la huelga pero los profesores los desoyen frente a lo cual el gobernador regional suelta a los perros de la represión dejando una secuela de heridos y detenidos. La respuesta de ADEMYS con comunicados “condenando” la persecución y una marcha –procesión por Bs.As. pidiendo “salario digno”, “defensa de la escuela pública” y “condiciones dignas de trabajo”.
Mención aparte merece lo sucedido en Jujuy, donde las huelgas de profesores y obreros de salud se desnaturalizan y abandonan el terreno de clase al mezclarse los reclamos salariales con el movimiento reivindicativo de los “pueblos originarios” que se oponen a la explotación minera del litio. Este movimiento indigenista-nacionalista se dedicó a bloquear carreteras en defensa de los derechos burgueses reconocidos en la Constitución para finalmente ser recibidos sus representantes por Fernández en la Casa Rosada y por el Congreso en Buenos Aires. Otro tanto, hicieron los sindicatos en la llamada Intergremial que no fue sino la canalización de la combatividad de los trabajadores del norte argentino por las putrefactas vías del pacifismo y de formas de “lucha” ajenas a la tradición proletaria como cacerolazos, antorchas o festivales artísticos. El carácter burgués de las consignas y expresiones brillo en todo su esplendor, ahogando el carácter proletario de las huelgas, cercenando cualquier tipo de autonomía y arrancando la lucha del terreno de clase.
Finalmente, los trabajadores de los transportes inician la lucha casi en paralelo con los maestros. Sendos paros parciales y totales de obreros y empleados del Metro Subte de Bs As y el Tren de Sarmiento contra las empresas gestionadoras de esos servicios. El 7 de Julio se sumaron los colectiveros y chóferes de ómnibuses paralizando el tráfico en todo el Gran Buenos Aires.
Fortalezas y debilidades de las luchas obreras en Argentina
Pese a lo difícil de la situación que a traviesa la clase obrera mundial es el proletariado argentino el que más luchas ha desarrollado en América Latina en lo que va del año 2023. Hemos presenciado huelgas en el sector salud, huelgas del metro, huelgas de maestros, entre otras importantes luchas que han intentado desarrollar los trabajadores… Debemos resaltar que los trabajadores se han lanzado a pelear contra el Estado y los capitalistas ,que no aceptan los ataques al salario ni a sus condiciones de vida. Eso es ya un gran paso.
Pero existen muchas debilidades también, empezando por el fuerte control sindical. Por lo menos, existen 3 o 4 sindicatos por sector.
El papel del sindicalismo es muy activo en argentina por la larga experiencia en la manipulación de los trabajadores. Una de sus más recientes maniobras ha sido unir los trabajadores de los sectores privado y público en eso que llaman la INTERGREMIAL, conglomerado, que aparentando unificar las luchas, evitar desbordes ya que el potencial de los trabajadores está intacto y eso para la burguesía representa siempre un peligro. Para esa sucia labor de sabotaje de la autonomía proletaria qué mejor que los sindicatos. La intergremial es mezclan reivindicaciones salariales con exigencias ciudadanas de naturaleza burguesa o pequeño- burguesa tales como “defensa de la escuela pública” o “no a la privatización”. Aún peor, se convierten en cómplices del papel asistencialista del Estado al exigir mayor presupuesto para las organizaciones de sobrevivencia” o “respeto a los derechos indígenas”, “verdadera democracia” entre otras exigencias descaradamente burguesas. Para coronar su hazaña contra la clase obrera esta Intergremial se ha dedicado a desviar la combatividad de los trabajadores hacia formas de “lucha” ajenas a la tradición proletaria promoviendo paseos de antorcha, plantones y festivales artísticos. Así, vemos cómo los sindicatos neutralizan o sabotean la formación de posibles asambleas de trabajadores, los debates abiertos y planteamientos de las necesidades inmediatas de los obreros y bloquean cualquier apertura a otros sectores como los desempleados, jubilados, estudiantes y otros elementos también de las capas no explotadoras involucrados. Está claro, entonces el nefasto papel que juegan los sindicatos en las luchas obreras y no por causa del manejo de “malos o burócratas dirigentes” como le gusta decir a los trotskistas del PST o de la web “World Socialist”, sino porque el sindicato es una herramienta del Estado burgués en las filas obreras para boicotear las luchas y destruir la autonomía de clase.
El proletariado argentino ha vivido por décadas bajo la influencia del modelo burgués del Estado asistencialista; en particular, de ideologías como el justicialismo, que ha tenido diferentes tendencias a través de los años. Esta situación ha hecho que su potencial combativo, haya estado permanentemente influido por las fuerzas políticas del capital.
Por todo ello, la defensa de la autonomía proletaria y la identidad de clase de los trabajadores debe forjarse en el calor de sus luchas y no es fácil por años de bombardeo ideológico ejercido por los grupos Peronistas, Troskistas y libertarios y otros que han pretendido siempre controlar a los trabajadores y dirigirlos a sus terrenos electorales. El proletariado Argentino esta tratando de generar luchas que se enfrentan a una serie de formulas ideológicas que lo confunde y lo distrae, que lo lleva al terreno de facciones interburguesas y que lo hace abandonar sus intereses y terreno de clase .
Sin embargo, las luchas acontecidas por ser predominantemente contra la precariedad, por mejores salarios se inscriben en el mismo terreno de luchas que vienen desarrollándose en otras partes del mundo. En ese sentido tienen un carácter internacional aunque sus participantes aun no lo reconozcan así. Estas luchas obreras son parte de un eslabón más de las luchas desarrolladas por los trabajadores en Gran Bretaña, Francia, España… Quizá las luchas en argentina no tienen un carácter masivo y unitario de clase como en los países antes mencionados, pero sí es cierto que parten de una misma motivación: la lucha por mejores condiciones de vida de la clase obrera.
La clase obrera Argentina, latinoamericana y mundial debe ver sus luchas como parte de una misma lucha, como una sola a nivel mundial. La clase obrera en Europa está señalando el camino de hoy y del futuro, los trabajadores de esta parte del planeta debemos asumir esos combates como propios, como una sola lucha contra el capitalismo, comprendiendo que la salida no está en las elecciones, nueva constitución ni en los frentes o agrupamientos interclasistas, luchas parciales (derechos de las mujeres o indigenistas) ni tampoco organizándose en sindicatos, menos en partidos de izquierda o derecha, mucho menos en coaliciones ciudadanas... la única salida está en la lucha activa dentro de su terreno de clase, defendiendo con uñas y dientes la autonomía de la clase obrera y promoviendo por todos los medios el desarrollo de la identidad y la conciencia de clase contra la precariedad, la explotación y la miseria que cada vez más le toca sufrir a los trabajadores de Argentina y del mundo entero.
¡Proletarios de todos los países Uníos!
Internacionalismo Perú, 1-08-2023