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“Europa se militariza y anuncia el mayor despliegue de tropas desde la guerra fría”, “La guerra de Rusia contra Ucrania ha hecho pedazos la paz y alterado seriamente nuestro entorno de seguridad”, tales son los amenazantes titulares de la cumbre de Madrid. Rusia, pero igualmente China, son señalados abiertamente como “enemigos de la democracia”. La Cumbre de Madrid ha sido un claro ejercicio belicista. Y las palabras se ven acompañadas por las decisiones. Hablan de gastar 200.000 millones de euros en armamento, de desplegar hasta 300000 soldados en los países del Este de Europa en el arco que va desde el Báltico hasta el mar Negro. Amenazan a China. Desafían a Putin. Es una cumbre por y para la guerra.
La OTAN un instrumento del imperialismo norteamericano
En 1949, en el marco de la confrontación imperialista entre el bloque USA y el bloque ruso, Estados Unidos fundó la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) como una herramienta clave frente al bloque enemigo. Se trataba de una alianza militar y política que permitió a USA controlar a sus aliados cuyos ejércitos, servicios secretos, células de inteligencia y armamento dependieron crecientemente de los dispositivos, las patentes, los suministros y los protocolos norteamericanos. Cualquiera de las bases militares de un país aliado puede ser utilizada por la OTAN, es decir, por USA.
Con el hundimiento del bloque ruso en 1989, los países anteriormente bajo la tutela USA trataron de zafarse de su control. El bloque americano se dislocó y actualmente no existen bloques imperialistas. Sin embargo, eso no trajo un “nuevo orden mundial” de paz, democracia y prosperidad, como prometió el entonces presidente norteamericano, Bush padre. Al contrario, lo que hemos visto en los últimos 30 años ha sido una proliferación de guerras cada vez más caóticas y sanguinarias (Irak, Afganistán, antigua Yugoslavia, Siria, Libia, Yemen etc.) que, entre otros muchos estragos, han provocado el mayor éxodo de refugiados de la historia: 26 millones en 2017, 86 millones en 2020 y en mayo 2022 se superaba la barrera de los 100 millones1.
Actualmente la guerra de Ucrania y otros 52 conflictos bélicos están inundando de sangre el planeta. Como dijimos en Militarismo y Descomposición, escrito en 1990, “En el nuevo período histórico en que hemos entrado, y los acontecimientos del Golfo vienen a confirmar, el mundo aparece como una inmensa timba en la que las alianzas entre Estados no tendrán ni mucho menos, el carácter de estabilidad de los bloques, pero que estarán dictadas por las necesidades del momento. Un mundo de desorden asesino, en el que el “gendarme” USA intentará hacer reinar un mínimo de orden con el empleo más y más masivo de su potencial militar”2.
Estados Unidos no disolvió la OTAN, la siguió utilizando como medio de control de sus antiguos aliados. Así, por ejemplo, Alemania tiene 20 bases militares norteamericanas en su territorio y su ejército es estrechamente dependiente de los dispositivos y medios informáticos de la OTAN.
En febrero de 1990, el entonces secretario de Estado del gobierno USA, James Baker, prometió a Gorbachov, presidente ruso, que “si Estados Unidos mantiene su presencia en Alemania en el marco de la OTAN, ni un centímetro de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extenderá en dirección al este”3
Entre capitalistas y más aún entre Estados, los acuerdos más sagrados son papel mojado a los pocos minutos. Estados Unidos hizo todo lo contrario de lo que prometió. Desde mediados de los años 90 extendió la OTAN a los países de la antigua órbita rusa: Polonia, países bálticos, Chequia, Rumanía, Hungría etc.
En esta ampliación había un interés mutuo por ambas partes. Incorporando a los antiguos satélites rusos, Estados Unidos instauraba una cuña entre Alemania y Rusia, teniendo a ambos presionados política y militarmente. De su parte, los países ex soviéticos han ganado un padrino poderoso para defenderse de las ambiciones imperialistas de sus dos grandes vecinos, y protegidos por el paraguas de la OTAN, dar rienda suelta a sus propios apetitos imperialistas.
La OTAN y la guerra de Ucrania
Esta estrategia de “ampliación al Este” ha chocado con los intereses de Rusia que, recuperada frágilmente de la enorme debacle de 1989, mediante la mano de hierro de Putin, intenta jugar un papel mundial en el tablero imperialista, implicándose en la guerra de Siria y en varias guerras en África y estableciendo alianzas con Venezuela, Irán, Nicaragua etc.
En esta política de búsqueda de la gloria imperialista perdida se ha topado con ese telón de acero que le ha impuesto USA en su flanco occidental. En particular, los intentos de incorporar Ucrania y Georgia a la OTAN han sido una línea roja que Rusia no podía tolerar y que respondió con brutales operaciones militares “especiales”.
En 2008, Rusia tendió una trampa a Georgia llevándola a la guerra e imponiéndole dos repúblicas “independientes” que son una cuña rusa en territorio georgiano: Osetia del Sur y Abjasia.
En 2014 repitió la operación respecto a Ucrania ocupando Crimea y proclamando dos repúblicas “populares” en el Donbass que actúan como subcontrata militar del padrino ruso.
La actual explosión de barbarie guerrera en Ucrania tiene sus raíces en esa pugna imperialista entre Rusia y Estados Unidos, aunque, como hemos explicado, estos últimos han tendido una trampa al Kremlin: durante meses anunciaron la invasión de Ucrania a la vez que decían que Estados Unidos no intervendría. Era la repetición de la misma trampa que en 1990 USA tendió a Irak cuando le dio a entender que tenía luz verde para invadir Kuwait. Putin ha mordido el anzuelo y se ha lanzado sobre Ucrania.
USA ha utilizado la guerra de Ucrania para hacer más fuertes las cadenas de la OTAN sobre sus antiguos aliados. Estos, especialmente Alemania y Francia, quieren librarse de esa molesta alianza que les impide desplegar sus propias ambiciones imperialistas. Macron habló de una OTAN “en muerte cerebral”. Se ha tenido que tragar sus palabras. Al menos por un tiempo, USA ha restablecido la fuerza de la OTAN y Biden ha proclamado en Madrid que “Vladímir Putin buscaba la finlandización de Europa. Lo que va a tener es una otanización de Europa”.
En la cumbre madrileña, Estados Unidos va a utilizar a fondo el “apoyo a Ucrania”, la “defensa del David ucraniano aplastado por el Goliat ruso”, para atar corto a los “aliados europeos”. Zelensky con una nueva intervención vía Internet ha reprochado una vez más a Alemania y Francia su pretexto de “no humillar a Rusia” para cambiar “paz por territorios”. La cumbre de la OTAN reafirma la política norteamericana de atrapar Rusia en el pantano sangriento de una guerra larga hoy estancada en el Donbass con un enorme coste humano y productivo: según Zelensky entre 60 y 100 militares ucranianos mueren cada día, no dice nada de los muertos civiles, mientras que Rusia pierde diariamente 150 soldados. Una de las consecuencias más atroces de esta guerra es que se ha paralizado el transporte de cereales a países de África y Asia propulsando hambrunas que afectan, según la ONU, a 197 millones de personas.
Uno de los objetivos de la cumbre es que el contingente de tropas atlantistas desplegado en el arco fronterizo con el Oso Ruso que va desde el mar Negro al Báltico se amplie de 40000 soldados hasta ¡300.000 hombres! Estados Unidos va a estacionar 100000 soldados, Alemania ha prometido desplegar 20000, Francia ha enviado 1000 a Rumanía. En el mismo sentido, la OTAN va a abrir una gigantesca base militar en Polonia, Estados Unidos envía 2 destructores a España y establece un escudo antimisiles en la base de Rota.
Si comparamos la cumbre de Madrid con otras anteriores de la OTAN vemos una clara escalada belicista: “La respuesta de los aliados a este nuevo contexto va a ser movilizar más tropas, más armas, más munición en su flanco este, sacar músculo frente a Moscú”. El lenguaje hipócrita de la paz lo han dejado en el cajón para entonar sin descanso cantos bélicos. Reforzando todo ese ambiente, la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, países históricamente disfrazados de “neutrales” añade aún más leña al fuego guerrero. Está fuera de duda que todas estas decisiones, tanto las públicas como las secretas, se inscriben en una dinámica de confrontación belicista y va a contribuir a nuevas tensiones imperialistas que son la semilla de nuevas guerras.
Aprovechando el fuerte impulso de la militarización del Este Europeo, Polonia y los países bálticos piden sin cesar más armas, más tropas, exhibiendo descaradamente sus propias ambiciones. “El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, anunció este lunes la construcción de cientos de polígonos de tiro públicos en todo el país y una nueva ley de acceso a armas de fuego para "capacitar a la sociedad" en la defensa nacional. Aseguró que "si Rusia pensase alguna vez en atacar Polonia, que sepa que 40 millones de polacos están listos para defenderla con armas en la mano"4.
Otro de los puntos que aborda la Cumbre es “la modernización tecnológica” de armas, sistemas de defensa, medios de ciberguerra etc. Esto supone enormes inversiones que serán pagadas por los países miembros y, sobre todo, aumentarán la dependencia tecnológica de USA.
En este marco la renovación del “Concepto Estratégico” de la OTAN refuerza aún más el ambiente belicista que se ha impuesto en Madrid y que se ha traducido simbólicamente en la ocupación policial de la ciudad por más de 10 mil uniformados. Por primera vez en la historia de la OTAN China es directamente señalada con el dedo: el Concepto Estratégico “anuncia una nueva era en la seguridad transatlántica marcada por las acciones de “actores autoritarios que desafían los intereses, valores y el modo de vida democrático” lo que le lleva a la conclusión que China “intentar subvertir el orden internacional basado en normas, incluso en los ámbitos espacial, cibernético y marítimo”. Pasando de las palabras a los hechos, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur, rivales de China en el Pacífico, han sido invitados a Madrid. El mensaje no puede ser más inequívoco.
La principal amenaza para el liderazgo imperialista mundial de USA viene de China. El gigante asiático ha desplegado una estrategia económico – imperialista, la Ruta de la Seda5, para desafiar el predominio norteamericano. La trampa que USA ha tendido a Rusia apunta en última instancia contra China. Atrapada en una guerra larga y demoledora en Ucrania, Rusia se ha convertido más en una carga que en una ventaja para China. Esta ha apoyado muy a regañadientes a su aliado ruso. Por otro lado, la guerra ucraniana desestabiliza la ruta de la seda china tanto a nivel económico como militar.
La inclusión de China en la lista negra del Concepto Estratégico de la OTAN es otro paso más en la agudización de las tensiones guerreras en el mundo. Con esta jugada estratégica, Estados Unidos desarrolla una política de “cerco de China”: por un lado, en el pacífico, USA ha tejido una alianza con sus rivales (Australia, Japón, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam); por otro lado, debilita fuertemente al aliado ruso de China; en fin, los planes de expansión de la Ruta de la Seda se ven desestabilizados por la guerra en Ucrania.
Pero, igualmente significativo de la escalada imperialista, es la inclusión en el “Concepto Estratégico” de la OTAN del “flanco sur”, es decir, África. Aquí España apuesta fuerte pues afecta a sus propios intereses (Sáhara, Marruecos, defensa de los enclaves de Ceuta y Melilla, protección frente a las oleadas migratorias etc.). Sin embargo, el objetivo último es sobre todo cerrar el paso a la expansión rusa y china en África. Rusia emplea sus mercenarios Wagner en los diversos conflictos africanos mientras que China teje una telaraña de acuerdos militares y comerciales, por ejemplo, ha logrado una base militar en Yibuti.
La raíz de la guerra es el capitalismo
Vemos pues que la cumbre da un impulso a la confrontación guerrera que hoy atenaza el mundo. Y en esta confrontación el protagonismo de Estados Unidos y la fuerza de su brazo político-militar, la OTAN, salen reforzados.
Sin embargo, ese éxito es temporal. Desde el hundimiento del bloque ruso hemos puesto de relieve que la capacidad de USA para imponer su “orden mundial” se va deteriorando cada vez más. En un mundo donde cada estado nacional “va a la suya” sin respetar ninguna disciplina, donde proliferan los conflictos locales cada vez más destructivos, donde se desatan con fuerza las ambiciones imperialistas de todos los estados, el único medio que tiene el gendarme americano para frenar el caos es el militarismo, la guerra, la proliferación de armamentos. Sin embargo, estas exhibiciones de fuerza no detienen el caos, sino que lo agudizan. “En cuanto Estados Unidos saca pecho y hace alarde de su superioridad militar, todos sus rivales se achantan, pero el retroceso es táctico y momentáneo. Cuanto más se esfuerza EEUU en afirmar su predominio imperialista, recordando con brutalidad quién es el más fuerte, tanto más determinados se muestran los cuestionadores del orden americano en discutirlo, pues para éstos su capacidad para conservar su rango en el ruedo imperialista es cuestión de vida o muerte”6
Este análisis es crucial para desmontar la trampa que tienden los grupos de extrema izquierda del capital e incluso los ministros del gobierno ligados a Podemos o a los residuos de IU, que echan la culpa de la tensión guerrera a la OTAN e incluso se permiten una postura “neutral”: ni Putin ni OTAN.
La OTAN es un instrumento de la confrontación imperialista, pero no es la causa ni de las guerras ni de esta confrontación. Su reforzamiento y sus alardes militaristas no va a traer la paz y la democracia, como prometen cada vez con menos convicción los líderes atlantistas, pero tampoco son la única causa de la barbarie guerrera que ensangrienta el mundo. Todos los Estados, sean pro-OTAN o anti-OTAN, son agentes de la guerra, todos participan del deslizamiento del planeta en una espiral de conflictos caóticos.
Cuando hablan de “OTAN no, bases fuera”, esos grupos izquierdistas sirven a la guerra y al imperialismo. Ellos pretenden que vayamos a la guerra en nombre de la defensa nacional, rechazando el “multinacionalismo” de la OTAN. Melenchón en Francia se opone a la OTAN proponiendo que el país galo “se arme hasta los dientes como fuerza de paz” (sic). En este designio ultra militarista llega a proponer ¡que se restaure el servicio militar!
El proletariado debe rechazar la guerra y el militarismo, tanto si se hacen “dentro de la OTAN” como si se despliegan “fuera de la OTAN”. Estos belicistas de extrema izquierda que “se oponen a la OTAN” inyectan el veneno de la Defensa de la Patria, veneno con el cual quieren que matemos y asesinemos en defensa de España y aceptemos la inflación, los despidos, los golpes a nuestras condiciones de vida para “poder enviar armas a Ucrania”. Un grupo trotskista que pide el “Desarme de la OTAN” propone que “los obreros europeos debemos dar la más amplia solidaridad internacionalista, mandando pertrechos víveres y Milicias obreras internacionales, como en los años 30 en la Guerra Civil española”7. ¡Es repugnante que escupa sobre el internacionalismo poniéndolo al servicio de la guerra! Con argumentos “anti-OTAN” estos servidores del capital proponen lo que USA y la OTAN quieren: que los obreros nos impliquemos en la matanza imperialista en Ucrania, que nos sacrifiquemos en el frente económico y seamos carne de cañón en el frente militar.
Opero y Smolny 30-06-22
1 ONU: hay más de 100 millones de personas desplazadas en el mundo | El Mundo | DW | 23.05.2022
2 https://es.internationalism.org/revista-internacional/201410/4046/militarismo-y-descomposicion
3 Promesa incumplida OTAN expansión frontera del este | E&J (economistjurist.es)
4 https://www.elperiodico.com/es/internacional/20220616/polonia-desconfia-rusia-prepara-guerra-13844955
5 Ver La ruta china de la seda hacia la dominación imperialista https://es.internationalism.org/content/4366/la-ruta-china-de-la-seda-hacia-la-dominacion-imperialista
6 Tras los acuerdos de paz, la guerra de todos contra todos https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1778/tensio...
7 ¡Fuera el pacto entre la OTAN y su gendarme Putin para repartirse Ucrania! (Democracia Obrera).