El Dr. Bourrinet, un farsante que presume de historiador

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El pasado 8 de noviembre se celebró en Marsella una conferencia-debate con el tema "Las izquierdas radicales surgidas en la década de 1920: internacionalismo y autonomía proletaria".

Antes de informar de la reunión, vamos a hacer una serie de consideraciones sobre el ponente de la Conferencia, Philippe Bourrinet, presentado en el cartel anunciador del encuentro como "autor de diversos artículos y libros sobre el movimiento obrero revolucionario y miembro del colectivo editorial Smolny"[1]. Consideraciones necesarias para entender tanto el contenido de la presentación de Philippe Bourrinet como la discusión que la siguió.

Parafraseando a Karl Marx, en su famosa polémica contra Proudhon[2], podríamos escribir:

Philippe Bourrinet suele ser, desdichada pero comúnmente, ignorado. Sin embargo, los que están interesados o se consideran comunistas de izquierda lo tienen por un historiador serio y honesto y, entre los historiadores, pasa por ser partidario de las ideas de la Izquierda Comunista y fino conocedor de su principal organización, la CCI, de la que todo el mundo sabe fue miembro durante más de quince años. Nosotros, como militantes de la CCI e implicados, de hecho, en el conocimiento serio y honesto de la historia (aunque no pretendemos ser historiadores), queremos salir al paso de este doble error."

Como prólogo a nuestra protesta contra la ignorancia de que es víctima Philippe Bourrinet, rememoraremos algunos episodios de su trayectoria política ya que permiten refutar muchas ideas falsas que circulan hoy a cuenta suya.

Philippe Bourrinet como militante de la CCI

Tras una corta temporada en las filas de la organización trotskista Lutte Ouvrière, Philippe Bourrinet entró en la década de 1970 en el grupo Révolution International, que sería poco después la sección en Francia de la CCI. Como Philippe Bourrinet tenía talento para escribir y poseía amplios conocimientos, la organización le confió rápidamente la redacción de artículos para su prensa, artículos que firmó como “Chardin” (Ch). Se le incorporó también al órgano central de la CCI poco después de la fundación de ésta en 1975. Una de las razones de este nombramiento era su dominio de varios idiomas y particularmente del alemán.

Philippe Bourrinet, que había comenzado a estudiar Historia, acordó con la CCI que dedicaría la Memoria de Licenciatura al estudio de la Izquierda Comunista de Italia y que ésta se publicaría como folleto de nuestra organización. Para su trabajo, que le dio además cierta ventaja en su curso universitario, recibió apoyo total de nuestra organización; apoyo material y político, pues nuestro compañero Marc Chirik[3], que había sido miembro de la Izquierda Comunista de Italia, le proporcionó gran cantidad de documentos e información de primera mano así como valiosos consejos. Su Memoria, como estaba previsto, fue publicada poco después como libro de nuestra organización, considerado como obra de la CCI en la que están expresados sus análisis políticos y que, de la misma forma que los folletos que habíamos publicado anteriormente, no estaba firmado por nadie en particular.

Después de la publicación de ese libro, animamos a Philippe Bourrinet a que hiciese un trabajo similar, sobre la Izquierda Comunista Germano-holandesa, para su Tesis doctoral. Los primeros capítulos de este estudio fueron publicados en la Revista Internacional de la CCI[4]. Philippe Bourrinet que pudo, una vez más, apoyarse en la ayuda política y material de la CCI para este trabajo[5], defendió su Tesis en marzo de 1988. Rápidamente comenzamos un largo trabajo de formateo y maquetado de su documento que finalmente fue imprimido en noviembre de 1990, pocos meses después de que Philippe Bourrinet abandonase la CCI. Como motivo de su partida Bourrinet no manifestó ninguna divergencia política con nuestra organización; nos dijo simplemente que no deseaba seguir militando.

Philippe Bourrinet como miembro de la “Société des Gens de Lettres”[6]

Dos años más tarde, recibimos en nuestro apartado de Correos, sin ninguna carta adjunta, una copia de dos documentos[7] sorprendentes: el primero, fechado el 21 de agosto de 1992, era un "Recibo de depósito por Bourrinet Philippe del manuscrito titulado La Izquierda Comunista Holandesa 1907-1950" enviado desde el “Departament du droit de auteur de la Société des gens de lettres”. El otro documento, fechado el 27 de julio de 1992, era para nosotros más sorprendente aun; era un texto, escrito a máquina, titulado "A propósito de las ediciones anónimas que, el grupo Corriente Comunista Internacional (CCI), está realizando en Francia y en otros territorios".

En este documento se podía leer: "El libro titulado La Izquierda Holandesa, firmado por "Corriente Comunista Internacional", impreso en noviembre de 1990 por la "Litografía Libero Nicola, Nápoli" y difundido después en Francia y Bélgica, ha sido escrito enteramente por Philippe Bourrinet, doctor de la Universidad de París I-Sorbona (22 de marzo de 1988)". Este pasaje es exacto pero, en ese texto, había una serie de acusaciones contra la CCI, en particular la de 'piratería', que quisimos aclarar con Philippe Bourrinet. Una delegación de la CCI se encontró con él en un café de la plaza Clichy, en París, cerca del que entonces era su domicilio. Esta delegación expuso a Philippe Bourrinet una memoria recordando la verdad de los hechos; recordatorio que él ni siquiera intentó contradecir. Al preguntarle la delegación el porqué de sus cartas, montó de repente un sonado escándalo, voceando que su nombre no figuraba en el libro sobre la Izquierda Holandesa. Requisito que él jamás antes había exigido. Nos dijo que, para el trabajo profesional que tenía a la vista, el hecho de que él apareciese como autor de este libro-documento le sería útil y deseaba que, de ahora en adelante, su nombre apareciese en las ediciones del libro. En su "aclaración", Philippe Bourrinet había lanzado ataques incalificables contra la CCI, ataques que decidimos no tenérselos en cuenta; evitando, por ejemplo, contrariar sus proyectos profesionales. Decidimos pues atender su petición pero, como la versión francesa ya estaba impresa, le dijimos que era demasiado tarde ya para modificarla; con lo que él estuvo de acuerdo. Nos comprometimos a publicar la precisión propuesta por él en las ediciones de La Izquierda Holandesa realizadas por nosotros en el futuro; es más la delegación propuso insertar un pequeño texto, que contendría los siguientes elementos, en etas ediciones:

  • este libro fue escrito por Philippe Bourrinet como parte de un trabajo académico pero siendo militante de la CCI y como resultado de discusiones habidas sobre el tema en nuestra organización;
  • por lo tanto, las orientaciones políticas expresadas en este libro son las de la CCI;
  • teniendo en cuenta que Philippe Bourrinet abandonó poco tiempo después la organización, la CCI no es en nada responsable de las posiciones políticas que Bourrinet haya adoptado posteriormente.

Philippe Bourrinet aceptó esa propuesta.[8]

Para la CCI, el problema quedó por lo tanto zanjado, dejándonos de interesar qué hacía de su vida el doctor Bourrinet.[9] Esta falta de interés hacia él se debió sobre todo a que sus nuevas producciones literarias distaban mucho de tener la calidad y de despertar el interés que tuvieron sus dos escritos sobre la Izquierda Comunista de Italia y la Izquierda Germano-holandesa. Navegando por Internet, descubrimos que el doctor Bourrinet había reeditado, con su nombre, esos dos textos-documento, incluyendo algunas modificaciones en el texto original publicado por la CCI; cambios tendentes a una mayor proximidad con las posiciones del consejismo. Así, en la "Advertencia final" de esta nueva edición de la Izquierda Germano-holandesa, el doctor Bourrinet escribe: "En la presente edición se aprecia, en forma de rasgos de una ideología que está lejos de un análisis marxista riguroso del movimiento y de la teoría revolucionaria, tanto lo que fueron defectos inevitables de un trabajo realizado en un entorno académico como la militancia del autor en el grupo mencionado [la CCI]. (…) En la medida de lo posible, he intentado quitar o relativizar aquellos pasajes cargados con demasiada polémica anti-"consejista", propia del grupo por el que estaba influenciado en aquel periodo."

Este pasaje nos clarifica muchas cosas y permite extraer algunas lecciones. En primer lugar, que para el doctor Bourrinet era necesario abandonar la CCI para poder acceder por fin a “un análisis marxista riguroso del movimiento y de la teoría revolucionaria". Se le olvida decir que fue el grupo Révolution Internationale (futura sección de la CCI en Francia) el que le enseñó los principios, los fundamentos, del marxismo, cuando él acababa justamente de salirse de Lutte Ouvrière, una organización que nada tiene que ver con el marxismo, ni con el movimiento revolucionario, por mucho que ella lo reivindique. También se llevó al agua de su molino la idea, propia del "marxismo" universitario, de que se puede ser "marxista", al margen de cualquier organización política que luche por la defensa de los principios proletarios. Una idea muy cercana del rechazo, por el consejismo degenerado, de la necesaria existencia de tal organización y que explica bien por qué los "marxistas de cátedra” suelen sentirse tan afines con el consejismo. Una respuesta que puede oponerse a la visión del doctor Bourrinet nos la da el militante de la CCI… Philippe Bourrinet: “A diferencia del "consejismo" de los años 1920, a lo Rühle, o del de la década de los 1930, en Holanda, la corriente consejista actual está en ruptura con la tradición de la Izquierda Comunista, "comunistas de Consejos"; y tiene más que ver con revueltas de fracciones de la pequeña burguesía o de elementos del proletariado recelosos de cualquier organización política. El peligro consejista de mañana no surgirá de una derrota de la revolución, como fue el caso en la década de 1920 en Alemania, sino que surgirá al comienzo de la oleada revolucionaria y será un momento negativo en el proceso de toma de conciencia del proletariado [10]".

"El obrerismo convive perfectamente bien, puede decirse incluso totalmente, con el intelectualismo; y, efectivamente, en este caso se ha visto una especie de anarquismo de tipo pequeño burgués, en el sentido de que rechaza toda forma de autoridad y de organización, etc., etc.; un poco la visión del intelectual obrerista criticado por Lenin en su ¿Qué hacer?"[11]

En fin, también nos hemos enterado de que si el militante Philippe Bourrinet cometió errores en ese periodo, fue debido a que estaba “bajo influencia". ¡Eres (por una vez) muy modesto, doctor Bourrinet![12] El militante Philippe Bourrinet no satisfecho con solamente "padecer la influencia de la CCI", fue un defensor decidido y talentoso de las posiciones y análisis de esta organización en su lucha contra las derivas consejistas en su seno. Es también por esta razón por la que la CCI le confió la tarea de escribir el artículo de la Revista Internacional nº 40 con el que la CCI entablaba públicamente tal combate [13].

Tras haber revisado los dos textos: la Izquierda Italiana y la Izquierda Germano-holandesa, el doctor Bourrinet, hizo imprimir nuevas versiones en papel, poniéndolas a la venta por Internet. Obviamente, estos textos tenían algunos elementos suplementarios y menos erratas que los publicados por la CCI; es más, expresaban mejor el nuevo posicionamiento político del doctor. Bien es verdad que estos cambios tenían para él un valor considerable: mientras que la CCI vendía el libro sobre la Izquierda Holandesa por 12€, el doctor pedía 75€. Lo mismo con el de la Izquierda Italiana: de los 8€ (CCI) pasaba a 50€ (40 euros por la versión en inglés)[14]. También es verdad, hay que reconocerlo, que las versiones vendidas por el doctor tenían ¡tapas de colorines!

En una famosa carta, el 18 de marzo de 1872, a su editor francés de El Capital, Marx escribía: "Aplaudo la idea de publicar la traducción de Das Kapital en entregas periódicas. En este formato, el trabajo será más accesible a la clase obrera y, para mí, esa consideración prevalece sobre cualquier otra." Obviamente, no es esta la manera que tiene el doctor Bourrinet de ver las cosas; para él lo que "prevalece sobre cualquier otra consideración" es poder hacer con sus honorarios como hacen esos otros doctores, médicos en este caso, que cobran según la tarifa II, dos veces más elevada que las del grupo I[15], lo que les permite no sólo completar sus ingresos sino también ahuyentar de sus clínicas a pacientes obreros que “apestan” más a sudor que a dinero.

¿Es por mezquindad por lo que el doctor Bourrinet ha tasado sus obras a un precio tan exorbitante? Esto no hay que excluirlo totalmente pues el militante Philippe Bourrinet era bastante conocido en la CCI por ese rasgo de su carácter; de ahí que su tacañería provocara las bromas del camarada Marc Chirik, tesorero entonces de la Sección de la CCI en Francia. Dicho esto, es poco probable que la racanería del doctor Bourrinet, por enfermiza que sea, le haya vuelto completamente estúpido. Hasta el más tonto puede entender que hoy, a ese precio, los libros impresos bajo la responsabilidad del doctor de marras no encontrarán prácticamente comprador (incluso suponiendo que la CCI, como le reclama a gritos el doctor, deje de difundir estos escritos por su cuenta)[16]. De hecho, es muy probable que el alza vertiginosa de las tarifas del doctor sea la imagen que tiene de sí mismo y de sus obras. Liquidar a “precio de saldo" sus producciones literarias (que debe considerarlas, probablemente, como más importantes que El Capital), es minimizar su valor, lo que en la lógica burguesa más clásica y despreciable, como ya lo expresó con claridad con su demanda de ayuda la "Société des Gens de Lettres”. Si estas explicaciones no coinciden con la realidad, nosotros mismos pedimos al doctor Bourrinet que se comprometa a darnos su propia explicación. No dejaremos de publicarla; ni tampoco cualquier respuesta que quiera aportar a este artículo.

El doctor Bourrinet como mentiroso y calumniador

Dicho esto, añadir que la mezquindad del doctor Bourrinet y las pequeñas crispaciones salpicadas de mala fe, de las que acabamos de informar anteriormente, no son nada al lado de las calumnias que, desde 1992, lanzó contra nuestra organización; calumnias que si en aquel tiempo decidimos no publicar, es hora ya de salirles hoy al paso pues, desde marzo de 2012, están contaminando Internet. De hecho, en la página Web https://www.left-dis.nl/f/ hay un enlace titulado "Una puntualización pública (París, diciembre de 1991) sobre el parasitismo 'instintivo' de la secta “CCI”. Marzo de 2012”. Haciendo clic en este enlace 11, encontramos un archivo en pdf que reproduce los documentos recibidos por la CCI en 1992 (mencionados anteriormente) y que vamos a recordar ahora.

En la "puntualización" del 27 de julio de 1992, se puede leer: “Con ocasión de la edición de su Tesis doctoral, anteriormente Memoria de Licenciatura, sobre la Izquierda Comunista Italiana (1926-1945), efectuada sin el acuerdo del autor y con aportaciones y supresiones arbitrarias por parte de este grupo, que cree ser su propietario utilizando el pretexto de que el autor firmante fue miembro de la llamada CCI, se impone hacerle al lector la puntualización siguiente: Este trabajo fue publicado anónimamente por la CCI en 1991, en francés, sin el acuerdo, sin la supervisión y sin previo aviso al autor, quien se ha visto ante el hecho consumado de una auténtica 'piratería'. [Le sigue, al pasaje citado aquí arriba, la indicación de que Philippe Bourrinet es doctor de la Universidad París-I y otro pasaje donde da aclaraciones sobre las circunstancias de la Defensa de su Tesis] Este libro es prolongación de La Izquierda Comunista Italiana 1912-1945, Tesis de Licenciatura del mismo autor (París-I-Sorbona, 1980, bajo la dirección de Jacques Droz). Esta Memoria de Licenciatura fue publicada en 1981 y 1984, anónimamente -– en francés e italiano – por el grupo CCI, con acuerdo tácito, y únicamente tácito, del autor."

Vamos a empezar con "el acuerdo tácito y únicamente tácito" que el militante Philippe Bourrinet da para que se publique la obra, sin nombre de autor, La Izquierda comunista Italiana. Pero, vamos a ver, doctor Bourrinet, farsante de tres al cuarto, ¿qué embrollo es éste? ¿Estabas o no de acuerdo con que el texto que habías escrito tú se publicase como un folleto de la CCI? ¿Fue "tácitamente" cuando platicabas, largo y tendido, con los militantes de la organización sobre la maqueta y el diseño de la cubierta de este folleto, en la que no aparece el nombre del autor? En cuanto a que si el trabajo sobre la Izquierda Germano-holandesa fue publicado sin el total acuerdo del entonces recién diplomado doctor Bourrinet, te hacemos esta otra pregunta: ¿hay o no espejo en tu casa que te permita ver hasta donde se te ha alargado la nariz después de haber escrito tal cosa? Usted es un redomado embustero, doctor Bourrinet cuando pretende haber sido "puesto ante un hecho consumado". Y la prueba de nuestra acusación nos la proporciona un artículo publicado en nuestra Revista Internacional nº 58 (3er trimestre 1989)[17], titulado "Contribución a la historia del movimiento revolucionario: historia de la izquierda Germano-Holandesa". En este artículo se puede leer: "La historia de la izquierda comunista internacional desde principios de siglo, tal como la hemos empezado ya a relatar en los folletos sobre la Izquierda Comunista de Italia, no es únicamente una labor de historiadores. Sólo desde un enfoque militante, de compromiso en el combate de la clase obrera por su emancipación, puede abordarse la historia del movimiento obrero. Este conocimiento no es para la clase obrera un problema de sabiduría sino ante todo un arma de combate para las luchas de hoy y de mañana, gracias a las lecciones del pasado.

Desde ese enfoque militante, vamos a publicar próximamente, como contribución para una historia del movimiento revolucionario, un folleto sobre la Izquierda Comunista Germano-holandesa cuya introducción publicamos aquí.” Pero ¿quién es ese militante de la CCI, el cabrito ése que justifica así, anticipadamente, el "pirateo" de la tesis del Dr. Bourrinet y que se hace cómplice de la maniobra que pone a este último "ante hechos consumados"? Pues resulta que el artículo lo firma Ch, es decir, Chardin, o sea el militante Philippe Bourrinet.

De modo que el militante Philippe Bourrinet, probablemente "bajo influencia", es quien asume públicamente y por escrito la ignominia que la CCI se prepara a cometer contra el doctor Bourrinet. Pero, en el tiempo en que Ch escribió ete artículo, ya había recibido el título de doctor en la Universidad de París-I-Sorbona. En otras palabras, uno de los principales responsables de las infamias cometidas contra el doctor Bourrinet no es otro que el doctor Bourrinet en persona. ¿Será masoquista el doctor Bourrinet? En cualquier caso sí que es un embustero absoluto; insistimos y rubricamos: un mentiroso y un calumniador despreciable.

El Dr. Bourrinet como charlatán amenazador

Pero las asquerosas acciones de marzo de 2012 del doctor Bourrinet no se acaban con lo de la publicación de unos documentos que tienen más de 20 años. Este doctor necesitaba caer aún más bajo. De ahí que algunos militantes de la CCI recibieran, con fecha del 23 de marzo de 2012, una carta, certificada y con acuse de recibo, remitida por el Servicio jurídico de la Société des Gens de Lettres. He aquí lo esencial de la misiva:

"Actuamos en nombre de don Philippe Bourrinet, miembro de la Société des Gens de Lettres, en referencia a su memoria y a su tesis (...).
Nos ha sorprendido mucho saber que estas dos obras son, regularmente, objeto de reproducción no autorizada, atentando así al derecho patrimonial y moral del Señor Bourrinet.
Les rogamos pues que cesen inmediatamente la explotación de estos textos por cualquier sitio Internet donde se puedan encontrar, o por cualquier otro medio de edición de libros.
De lo contrario, el autor se reserva el derecho de actuar con todos los medios legales disponibles.

En otras palabras, el doctor Bourrinet "se reserva el derecho" de mandar a un juez a perseguir a militantes de la CCI si ésta continúa difundiendo los libros sobre la Izquierda Italiana y la Izquierda Germano-holandesa. Lo más grotesco de esta historia es que uno de los militantes de nuestra organización que recibió esta amenazante carta es precisamente uno de los más involucrados en el apoyo material a los trabajos del militante Philippe Bourrinet; concretamente: fotocopió en la empresa donde trabajaba, arriesgándose a tener graves problemas con su patrono, a ser despedido, cientos y cientos de páginas de documentos (borradores de escritos que el doctor Bourrinet entregaba a otros militantes para que los repasaran, colecciones de diversas publicaciones de la Izquierda Comunista que le habían prestado por un tiempo, ejemplares de las presentaciones de la Memoria y de la Tesis, antes de presentarlas a la Universidad…).

Actualmente el doctor Bourrinet, con la cobardía que le caracteriza, pues se protege tras la Société des Gens de Lettres a la que fue a contarles sus patrañas, amenaza con llamar al Estado burgués para que defienda su "patrimonio" y haga respetar su "derecho moral". Y continúa reclamando su pertenencia a la Izquierda comunista y su adhesión al "riguroso análisis marxista del movimiento y de la teoría revolucionaria". ¿Qué pensarían los heroicos militantes de esta corriente si se hubieran enterado de cómo el doctor Bourrinet iba a utilizar, de manera tan vil y despreciable, la historia de su combate, escrita por el militante Philippe Bourrinet?

El doctor Bourrinet parapetado tras la barrera protectora de la ley burguesa, a la que se aferra patéticamente, pretende insensatamente atribuirse el derecho de meterle mano al patrimonio de la Izquierda Comunista, a los textos del movimiento obrero que no pertenecen a nadie y de los cuales la clase obrera y las organizaciones proletarias son los depositarios, los garantes políticos y morales. Ese filisteo cree que se puede comportar como el capitalista vulgar que protege su "patente industrial", haciendo creer que el producto de la historia universal de la clase explotada es una mercancía que se reduce a su individualidad miserable y a su 'propiedad intelectual'. Eso es pura estafa. La clase trabajadora no genera individuos militantes, sino organizaciones revolucionarias que son producto de una lucha y de una continuidad histórica. Esto ya es nos lo recuerdan los Estatutos de la AIT, de 1864: "En su lucha contra el poder unido de las clases poseedoras, el proletariado no puede actuar como clase más que constituyéndose él mismo en partido político distinto y opuesto a todos los antiguos partidos políticos creados por las clases poseedoras" (Artículo 7a). En el mismo espíritu y letra de esos Estatutos, las organizaciones obreras defienden los principios que son el resultado de la experiencia histórica de su clase. En este sentido, el trabajo de los militantes se inscribe en un movimiento que no es y no puede ser “de su propiedad personal”. Parece evidente que si esto lo entendió así el militante Philippe Bourrinet, el doctor Bourrinet lo ha olvidado por completo. Los estatutos de la CCI precisan muy claramente lo que en otro periodo era una evidencia moral en el campo proletario:Cualquier militante que deja la CCI, incluso con ocasión de una escisión, restituye a la organización la totalidad de los medios materiales de ésta (dinero, material técnico, publicaciones,...)”.

Ese es el verdadero rostro del doctor Bourrinet: arrogarse un botín echando mano de la justicia burguesa por venganza personal y para satisfacer su orgullo herido. Tal transgresión del compromiso moral inicial, cuando él era un militante, no sólo es patética sino que es una conducta totalmente ajena al movimiento obrero. El enfoque legalista de este pequeño burgués, vengativo y mezquino, nunca ha sido el de la Izquierda Comunista, que este falsario ¡pretende defender! ¿Cómo calificar al doctor Bourrinet? Una profusión de términos, ninguno de ellos complaciente, nos viene a la mente. Ante tal abundancia de calificativos, no sabemos cuál elegir, de modo que preferimos decir que es "incalificable".

El doctor Bourrinet como calumniador de nuestro camarada Marc Chirik

Pero las proezas del incalificable doctor no se detienen ahí. No le bastó con hacer todo el mal posible, con los medios más viles, a su antigua organización, la CCI, sino que necesitaba atacar también la memoria del militante que desempeñó un papel clave en la formación de ésta, nuestro camarada Marc Chirik, fallecido en diciembre de 1990.

Para ello, utiliza una nota biográfica publicada en su web que incluye, entre otras notas, las que se encuentran al final de su versión más reciente del libro de la izquierda italiana.

En la nota publicada al final del libro, se permite una puya mezquina contra Marc Chirik: “Para Jean Malaquais, su amigo de toda la vida, él encarnaba cierta imagen de 'Profeta' político”. En la página web del doctor Bourrinet la frase se alarga y es un ataque mucho más directo a la reputación de nuestro camarada: "Para Jean Malaquais, el amigo de toda su vida, Marc Chirik, encarnaba la figura arcaica de un "Profeta" político, siempre tratando de demostrar y demostrarse a sí mismo que él "no se equivocaba nunca"". Aquí se ve el estilo jesuítico del farsante doctor Bourrinet. Habla de "el amigo de toda la vida" para lograr una imagen negativa de Marc Chirik pero no precisa que, si bien Malaquais era un buen escritor y un buen polemista y compartía las posiciones de la Izquierda Comunista, no tenía sin embargo la personalidad de un militante y no había comprendido los fundamentos de la militancia revolucionaria. Por otra parte, en el tiempo en que vivió en París y donde a veces asistió a nuestras reuniones públicas, pidió entrar en la CCI pero Marc Chirik logró convencer a los demás camaradas que no se podía aceptar su candidatura porque, frecuentemente, había mostrado un arrogante desprecio hacia los militantes y hacia las actividades que realizábamos.

Esa sórdida mezquindad, en la Nota biográfica sobre Marc Chirik publicada por el doctor Bourrinet, está lejos de ser la peor. Aún peor es un añadido, en esa misma reseña, donde el doctor toma por cuenta propia las calumnias más groseras que han circulado contra nuestra organización, concretamente por parte de una banda de matones y golfantes que se denominan "Fracción interna de la CCI":

"Poco después de su muerte, en 1991-1993, el grupo de Marc Chirik fue sacudido por furiosas "guerras de diádocos" que tenían como objetivo la sucesión de los "jefes" a la cabeza de las "masas" de la CCI, de hecho ridículas batallitas libradas en el escenario de un “manicomio”.

Más adelante, el doctor Bourrinet hace hablar a los "adversarios" de nuestro camarada y de nuestra organización para verter un carretón de basura sobre aquél y ésta: "Para sus adversarios políticos, Marc Chirik seguía siendo una figura del pasado, ligada a la corriente leninista y trotskista, en sus aspectos peores, un lejano discípulo de Albert Treint que recurre, sin vacilar, a maniobras de tipo "zinovievista" y no duda, como en 1981, durante una antepenúltima escisión, en recurrir a "razias chequistas" contra los "disidentes", para "defender la organización" y "recuperar su material".
Practicando el "control monolítico" de "su" organización, Marc Chirik contribuyó a hundirla, sin posible salida, en una "psicosis paranoide". Una sombría realidad que, según muchos antiguos militantes, ha destrozado la organización "chirikiana", entre cuyas desviaciones más visibles están: la deshonestidad política erigida en imperativo categórico, las "técnicas policiales de acoso", una atmósfera cuidadosamente cultivada de paranoia ultra-sectaria utilizando hasta la saciedad la "teoría del complot", preconizando, como forma de resolver las diferencias políticas, una profilaxis de erradicación del "parasitismo" de las organizaciones "enemigas".
Finalmente:

  1. el regreso triunfal (y asumido) de lo “inhibido” estalinista a la "praxis".
  2. Un apego superficial a las “adquisiciones de Freud”, donde la “lucha entre proletariado y burguesía” se codea con “la eterna lucha entre Eros y Tánatos”, la lucha entre “el bien” y “el mal” en la que el bien es la “moral proletaria” de la que la CCI sería la depositaria mediante sus “órganos centrales”;
  3. una adhesión casi religiosa al darwinismo, como método de "selección" de las especies políticas mejor "adaptadas" y como pretexto del desarrollo del "instinto social" del que la CCI sería la última encarnación;
  4. bajo el manto "virtuoso" de la "moral proletaria", lo que predomina entre bastidores es la inmoralidad política, "eterno retorno" del "Catecismo de Netchaiev", donde todo está permitido para destruir al adversario político”.

Como puede verse, los cargos expuestos por el Dr. Bourrinet no sólo van contra Marc Chirik o la CCI de la época en la que el doctor estaba entre nosotros, sino que se refieren a periodos muy posteriores a la muerte del camarada Marc. Por ejemplo, la CCI nunca discutió sobre darwinismo, nunca publicó artículos sobre este tema en vida de Marc Chirik. Sólo será a partir de 2009, casi 20 años después de la muerte de nuestro compañero, cuando se ha abordado este tema en nuestros debates internos y en nuestra prensa. De hecho, el Dr. Bourrinet quiere "matar dos pájaros de un tiro": demoler a Marc Chirik y demoler la organización de la que éste fue fundador principal, la CCI.

Ciertamente, ese método de la amalgama de “todo vale”[18] es una ilustración concentrada del “método Bourrinet”. Para observar estrictamente las reglas del historiador, hay que seguir sus referencias en una bibliografía en la cual encontramos los orígenes de semejantes sandeces. Esta bibliografía es tan abundante en notas y detalles que asfixia las referencias de las publicaciones donde se vomitan esas calumnias. Además, es particularmente difícil, incluso para un 'especialista', el acceso a los muchos textos citados lo que hace que la mayoría de los lectores no se molesten en buscar "quién dijo qué". Y es esto precisamente lo importante. Si en una biografía de Trotski se inserta un párrafo sobre lo que dijeron de él sus "adversarios políticos" y se sabe que entre las acusaciones está la de que era "un agente de Hitler", está claro que el mero hecho de saber que esta acusación la hizo el fiscal Vyshinski, durante los "procesos de Moscú", sería suficiente para eliminar cualquier verosimilitud. Obviamente no vamos a abrumar al lector con una refutación sistemática de todas las calumnias proferidas, contra Marc Chirik y contra la CCI, en las publicaciones o artículos a las que el doctor hace referencia y divulga con complacencia. Digamos simplemente que provienen sobre todo de ex miembros de la CCI que, por diversas razones, rezuman un obstinado odio contra nuestra organización. Algunos de ellos marcados por concepciones anarquistas que les han conducido, en última instancia, a suscribirse a la fórmula "Lenin = Stalin"; otros, imbuidos del sentimiento de que la organización no les ha valorado justamente, tampoco han soportado ciertas críticas lo que les ha llevado a hacer de su orgullo herido una causa más importante que la de defender las posiciones comunistas. Otros, se distinguen por el comportamiento gansteril, paralelo a su premura para llamar a la policía cuando equipos de la CCI se presentan en su casa para recuperar el material que habían robado a la organización. Mientras que otros (o los mismos) continúan defendiendo aún al elemento turbio Chénier, excluido en 1981, que rápidamente hizo carrera en el Partido Socialista Francés, por aquel entonces en el poder.

Si el doctor Bourrinet incluye ciertas acusaciones, cuyo carácter inverosímil y delirante es obvio, probablemente no es porque piense que puede traducirse en más ganancias, por el aumento del número de lectores, sino porque le permite inculcar la idea de que “cuando el río suena agua lleva” de que “aunque lo que dice parece exagerado, algo de cierto habrá”. “¡Calumniemos, calumniemos, que algo queda!”.

Una última palabra sobre ese añadido. Entre los numerosos militantes de la Izquierda comunista de los que el doctor Bourrinet ha escrito una reseña biográfica, nuestro compañero Marc Chirik aparece como un privilegiado. Es, en efecto, el único que se haya visto favorecido por un añadido de ese tipo, el único del que puedan conocerse no sólo detalles de su vida militante, sino contra el que además se lanzan acusaciones. Y sin embargo, por razones evidentes, no hay manera de encontrar la menor referencia a todos los textos (artículos, intervenciones en foros, etc.) que niegan semejantes acusaciones. Se ve que debe ser ésa la idea bourrinetiana de lo que es un trabajo "serio" y "honrado" de historiador…[19]

Volvamos pues a la idea de que el doctor Bourrinet sería "un historiador serio y honrado". Es necesario que, como decía Marx, "protestemos" contra tal idea. El doctor, en el artículo que escribió, en 1989, para la prensa de nuestra organización, anunciando la ya próxima publicación, por la CCI, de la Izquierda Germano-holandesa, hace referencia a cierto número de historiadores serios y honrados del movimiento obrero: Franz Mehring, León Trotski, ambos militantes revolucionarios, pero también a George Haupt, el cual, en palabras del Dr. Bourrinet "a pesar de que distaba mucho de ser un revolucionario": "Vale la pena, a este respecto, citar al historiador Georges Haupt, desaparecido en 1980, conocido por la probidad de sus trabajos sobre la Segunda y la Tercera Internacionales: "Ayudándose de falsificaciones sin precedentes, pisoteando y despreciando las realidades históricas más básicas, el estalinismo ha borrado, mutilado, reformulado y rehecho el pasado metódicamente para sustituirlo por su propia interpretación, sus mitos y su autoglorificación. (…)"”.

Que la "probidad" no es lo que caracteriza al doctor Bourrinet, es lo menos que se puede decir. Como hemos visto, no vacila en proferir mentiras enormes cuando le conviene, cuando las realidades históricas contribuyen a apoyar su "autobombo".

El doctor Bourrinet, siendo militante de la CCI, pudo realizar un trabajo interesante, importante y honrado. Es posible, incluso, que algunos de los estudios que ha realizado desde entonces, aunque no sean especialmente importantes o interesantes, sí estén en conformidad con esa "probidad". Pero lo que seguro es que su probidad se desvanece cuando los temas que trata están demasiado cerca de sus odios obsesivos: el militante Marc Chirik y la Corriente Comunista Internacional. Después de todo, algunos "historiadores" estalinistas fueron capaces de realizar estudios excelentes sobre la Comuna de París, pero no se puede esperar de ellos que hiciesen lo mismo sobre la historia de los partidos "Comunistas".

Con respecto a otras ideas falsas sobre el doctor Bourrinet según las cuales él sería, por ejemplo, "un defensor de las ideas de la Izquierda comunista y un agudo conocedor de la principal organización de la misma, la CCI", lo precedente ha demostrado también que estábamos bastante lejos de la verdad. Agudos conocedores de la CCI seguro que los hay mejores: o se cree a pies juntillas las insanias delirantes de los adversarios políticos de Marc Chirik y de la CCI y entonces sus "conocimientos" son dignos de las “revistas del corazón” o de la prensa amarillista de extrema derecha, o no se lo cree, y en este caso es peor aún. En cuanto lo de la defensa de las ideas de la Izquierda Comunista, no hay nada que esperar de alguien cuya preocupación obsesiva es la defensa de… sus derechos de autor y con ella la amenaza de pedir la intervención del Estado burgués: cuando se pretende defender ciertas ideas, el requisito básico es que uno no se comporte en contradicción total con ellas. No hay nada que esperar de alguien que, devorado por el odio, cubre o deja cubrir de inmundicias a Marc Chirik, uno de los pocos militantes de la izquierda comunista (si no el único) que, a diferencia de la mayoría de otros militantes de esta corriente aferrados a sus posiciones iniciales, logró apropiarse de las aportaciones esenciales tanto de la Izquierda Italiana como de la Izquierda Germano-holandesa y defenderlas hasta su último aliento.

Para el doctor Bourrinet las ideas de la Izquierda Comunista son un simple capital, heredado de los tiempos en que era militante de dicha Corriente, que intenta, poquito a poco, hacer fructificar al servicio de su necesidad de reconocimiento social oficial (ya que no puede hacerlo para engordar su monedero).

El doctor Bourrinet como pequeño burgués democrático

Como última prueba de esta afirmación, vale la pena conocer la semblanza biográfica dedicada a Lafif Lakhdar, fallecido en julio de 2013, en la página web de Controverses, la cual se presenta como "Foro de la Izquierda Comunista Internacionalista", una reseña firmada por Ph. B. (o sea, el doctor Bourrinet en persona)[20]. En el encabezamiento del artículo, Lafif Lakhdar es presentado como “intelectual árabe, escritor, filósofo y racionalista, militante en Argelia, en Oriente Medio y Francia". Apodado el "Spinoza árabe"”. En el mismo artículo, nos enteramos de que: "con el filósofo Mohamed Arkoun (1928-2010), participó desde 2009 en el programa Aladino de la UNESCO, un 'programa educativo y cultural' puesto en marcha bajo el patrocinio de la UNESCO, de Jacques Chirac y Simone Veil". También nos enteramos de que "en octubre de 2004, fue coautor, con numerosos escritores árabes liberales, de un manifiesto publicado en Internet (www.elaph.com, www.metransparent.com) pidiéndole a la ONU la creación de un tribunal internacional para perseguir a los terroristas, organizaciones o instituciones que incitan al terrorismo." Francamente, es muy difícil de entender a cuento de qué viene esa biografía en un “Foro de la izquierda comunista internacional” y por qué está escrito por alguien que dice ser de esta misma Izquierda Comunista. Como aparece en esas líneas, Lafif Lakhdar era probablemente un hombre con las mejores intenciones y a quien no faltaba cierta valentía frente a las amenazas de islamistas fanáticos, pero su actividad se sitúa completamente en el campo del mundo burgués "democrático" y en el de la defensa de las ilusiones gracias a las cuales la burguesía perpetúa su dominio. Alguien que, de cerca o de lejos, tiene que ver con la izquierda comunista se abstendría absolutamente de pedir a las Naciones Unidas, esa "cueva de ladrones" (según el término de Lenin refiriéndose a la Sociedad de Naciones), "que establezca un tribunal internacional para perseguir a los terroristas". Es como si, frente ante los atentados terroristas, se pidiera al estado burgués que reforzase su arsenal jurídico y policial[21]. Por cierto, entre las grandes obras de Lafif Lakhdar, hay una que el doctor Bourrinet no menciona (¿olvido o disimulo voluntario?): una Carta abierta, del 16 de noviembre de 2008, al nuevo Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la que le sugiere “Cambiar el mundo en 100 días, sellando la reconciliación entre judíos y árabes"[22]. Esta carta contiene los siguientes pasajes:

"Resolver este conflicto, en el que se mezcla religión y política de manera explosiva, sería por su parte una grata sorpresa para los pueblos de la región y del mundo. A la que seguirá sin duda un impacto psicológico, ejemplo para todas las demás crisis, incluso la crisis financiera global.
¿Cómo lograrlo? (...)
Envíe una delegación estadounidense para la paz, poniendo a su mando al Presidente Clinton y al saliente primer ministro israelí Ehud Olmert[23], que incluya al príncipe Talal Ben-Abdul Al-Aziz, representante simbólico de la iniciativa de paz árabe y a Walid Khalid y a Shibli Talham, representantes del pueblo palestino.
Y ¿qué solución?
Primero, la aplicación de las propuestas del Sr. Clinton, que daban a los judíos lo que les faltaba desde la destrucción del Templo el 586 a. c., y a los palestinos, lo que jamás habían conocido en toda su historia: un Estado independiente. Seguidamente, la aplicación de la "recomendación", formulada por Ehud Olmert a su sucesor, que concede a los palestinos lo esencial de sus reivindicaciones..."

Y la carta concluye así:

"Presidente Barack Obama, se dice de usted que tiene poca experiencia para resolver, en los primeros cien días de su administración, un conflicto que dura ya un siglo y que ha provocado cinco guerras y dos intifadas sangrientas; demuéstrele al mundo que es un líder competente y responsable; hágale este regalo a más del 80% de la población del mundo que ha estado orando por su éxito y celebrarán su victoria". ¡Pues vaya elemento de la Izquierda Comunista con que nos hemos topado!

En el portal de Controverses, el artículo de Lafif Lakhdar, redactado por el doctor Bourrinet, está publicado en la rúbrica "Internacionalistas".

¿Quién es un internacionalista? Es alguien que no sólo denuncia el chovinismo y la barbarie guerrera sino que defiende con determinación la única perspectiva que puede poner fin a esta última: el derrocamiento del sistema capitalista por la revolución proletaria mundial. Defensa que pasa necesariamente por la denuncia intransigente de todas las ilusiones pacifistas y democráticas, de todas las fuerzas políticas de la burguesía que las vehiculan, tanto "democráticas" como "progresistas", por bien intencionadas que sean. Quien no ha comprendido esto no se sitúa ni en el campo proletario ni en el comunista sino en el terreno burgués o pequeño burgués.

Parece evidente que nuestro eminente doctor (y de igual manera, los responsables de Controverses) no sabe cuál es la diferencia entre un burgués humanista democrático y un internacionalista; es decir, un revolucionario. Y eso porque el punto de vista del doctor Bourrinet no se corresponde con el del proletariado, sino que es el de la pequeña burguesía. Es lo que se deduce de lo referido hasta aquí sobre los comportamientos del doctor desde que abandonó la CCI y que, en el artículo sobre Lafif Lakhdar, se confirma claramente.

En realidad, la búsqueda febril de reconocimiento social oficial por parte del doctor Bourrinet, la reclamación de sus "derechos de autor" ante las instituciones burguesas y de la defensa de sus "derechos patrimoniales" implicando incluso a los organismos del Estado, la mezquindad, la mala fe, el uso de la mentira, la cobardía y hasta el odio que tiene a la organización y a los militantes gracias a los cuales logró adquirir los medios necesarios para escribir sus dos libros, todos esos comportamientos del despreciable doctor Bourrinet, desde 1992, no son sólo la expresión de los rasgos de su personalidad; son también, y aún más, la expresión de su pertenencia ideológica a esa categoría social que concentra en sí misma toda esas taras, toda esa mala catadura moral, la pequeña burguesía.

Como veremos, la Conferencia-debate conducido por el doctor Bourrinet fue un claro ejemplo de lo que referimos sobre este personaje.

Una conferencia-debate significativa

El doctor Bourrinet comenzó pronunciando un largo y soporífero discurso introductorio. La somnolencia que invadió a los asistencia (Mesa incluida) no era sólo consecuencia de la ausencia total de pasión en el doctor Bourrinet, sino el resultado, fundamentalmente, de un discurso sin alma, sin espíritu de lucha, lo cual sirvió a la Mesa a deducir, de todo aquel indigesto revoltijo, que: "el pasado, pasado está" y que “las cuestiones se plantean hoy de otra manera”.

Y como consecuencia lógica de eso, los participantes invocaron problemáticas “nuevas”, como “la cuestión de las prisiones”, “los precarios” y otras similares. En resumen, que el discurso del doctor Bourrinet tuvo como único efecto hacer aparecer a lo que es la tradición de la Izquierda Comunista como algo sin interés para el presente y para el futuro, como el resultado de una época caduca de la que únicamente hablan algunos libros, abandonados en las polvorientas estanterías de las bibliotecas a disposición de los investigadores universitarios.

En otras palabras, la exposición del doctor Bourrinet fue una confirmación de todo lo que su conducta anterior permitía ya constatar: desde entonces la historia de la Izquierda Comunista ha pasado a ser, para nuestro doctor, una simple disciplina académica que no tiene nada que ver con lo que escribió en otro tiempo el militante Philippe Bourrinet con el seudónimo de Chardin (Ch):

"(es) en principio y sobre todo un arma de combate [de la clase obrera] para las luchas de ahora y del futuro, por las lecciones del pasado que enseña." [24]

Pero eso no es todo. El doctor Bourrinet no se limitó a adormilar a los asistentes, también aprovechó la ocasión de su soporífera narración para meter de tapadillo una serie de falsificaciones históricas, lo que, obviamente, es coherente con su propensión a “componer” la historia a su gusto.

Describió por separado las diferentes izquierdas comunistas (de Italia, Alemania y Holanda) como si hubieran existido de manera aislada, sin ningún tipo de interacción entre ellas. ¡La verdad es muy diferente! Es cierto que en 1926, la Izquierda Italiana rechazó la propuesta de Karl Korsch, impulsor de un grupo en Alemania en torno a la revista Kommunistische Politik, de hacer una declaración conjunta de las diversas corrientes de izquierda (carta de Bordiga a Karl Korsch del 28 de octubre de 1926), pero la Fracción de Izquierda del Partido Comunista de Italia que publicó, primero, Prometeo en italiano desde 1929 y, después, Bilan en francés desde 1933, no sólo tenía la determinación de confrontar sus posiciones con las de las otras corrientes de izquierda, principalmente la Oposición de Izquierda inspirada por Trotsky y la Izquierda Germano-Holandesa, sino que incorporó algunas de las posiciones de esta última corriente; por ejemplo, el análisis de las luchas de liberación nacional que había elaborado Rosa Luxemburg, antes de 1914, en el seno de la Social democracia alemana y polaca, retomado más tarde por la Izquierda Alemana e integrado posteriormente en las posiciones de Bilan, a finales de la década de 1930.

Más fuerte aún: este “experto en izquierdas comunistas” se ha dado incluso el lujo de no mencionar una sola vez a la Izquierda Comunista de Francia (GCF). Como en las fotos trucadas de la época de Stalin, donde los presentes desaparecían a discreción en cada reescritura de la historia oficial, nuestro tribuno, al referirse a las Izquierdas, Germano-holandesa e Italiana, se "olvida" nada menos que de mencionar a ese grupo nacido al final de la IIª Guerra Mundial, en 1944. Y no es casualidad, pues la GCF (cuya publicación se llamaba Internationalisme) se distinguió precisamente por su profundo trabajo de síntesis de las principales Izquierdas de los diferentes países, en la línea recta de Bilan. Basándose en los avances teóricos de Bilan y más aún en su visión de un marxismo vivo y no dogmático, abierto a todas las expresiones proletarias a escala internacional, la GCF permitió a este pequeño grupo de la década de 1930 no hundirse en el olvido y llegar, todo lo contrario, a ser una especie de puente entre lo mejor de las tradiciones del movimiento obrero del pasado y el combate proletario del futuro. Dicho de otra forma: cuando el doctor Bourrinet borra a la GCF de la pizarra de la historia y hace desaparecer de un plumazo a Bilan, se quita de en medio la continuidad histórica entre los diferentes grupos revolucionarios y trunca la transmisión de la más valiosa experiencia de nuestros ilustres predecesores. En pocas palabras: desarma al proletariado contra el enemigo de clase.

El doctor Bourrinet hace todo esto deliberadamente. Él conoce perfectamente la existencia de la GCF y su lugar en la historia. Esto no es un descuido desafortunado o una simple falta de conocimiento, sino la voluntad de ocultar adrede una verdad histórica que le molesta: el hecho de que la GCF haya realizado una importante contribución al pensamiento de la Izquierda Comunista.

¿Por qué? La respuesta es sencilla: simplemente por odio a la CCI, que es la única organización que reivindica explícitamente a la GCF, y por odio al militante que desempeñó un papel decisivo en la formación de la CCI, o sea a quien fue el principal impulsor de la GCF, Marc Chirik.

Este odio del doctor Bourrinet lo hemos ido constatando en diversos escritos de este personaje pero, en esa misma reunión pública, lo expresó abiertamente ante todos los asistentes.

Así, cuando la delegación de la CCI, presente en la reunión, quiso interpelar el Dr. Bourrinet sobre sus falsificaciones y su defensa "de los derechos de autor", lanzó una serie de ataques histéricos, que todos los participantes pudieron constatar, contra nuestra organización: "Sois unos estafadores, terroristas; habéis obligado a muchos militantes de la CCI a dimitir, asfixiándolos"; es decir, las calumnias de los “adversarios políticos de Marc Chirik” que el doctor relata de manera "objetiva" en el bosquejo biográfico dedicado a nuestro camarada.

Hasta ahora, para difundir su veneno, nuestro doctor se parapetaba tras los organismos oficiales, artículos biográficos “retocados” o "puestas a punto" en Internet. Esta vez, tuvo la osadía de “soltarse” en público y ante cuatro militantes de la CCI.

Tal cambio de actitud merece una explicación. Como hemos visto, el doctor Bourrinet es el prototipo del pequeño burgués: cobarde, deshonesto y poco propenso a dar rienda suelta a plena luz a su mala leche, excepto cuando percibe el aliento de los rumores, cuando oye cómo se alzan los bramidos de odio contra la CCI. Es entonces cuando se apodera de él esa “intrepidez” enajenante que le impele a vomitar las peores calumnias y las más bajas amenazas en contra de nuestra organización. Entregándose así a las lógicas que han inducido durante siglos a los llamamientos a los pogromos: cada participante aporta su deplorable contribución según sus propias motivaciones, diferentes pero todas ellas deplorables y cargadas de odio. Casi siempre, esta especie de dinámica atroz la inician uno o varios agitadores, profesionales o aficionados –lo mismo da. Ahí es precisamente adonde ha ido a empantanarse nuestro doctor, el cual, tras haber leído la palabrería anti-CCI de la agencia policial denominada GIGC[25], en la que se pavonea el provocador Juan, ha tomado fuerzas y se ha hecho eco del llamamiento de esos crápulas a desencadenar el odio.

El 28 de abril de 2014, los de la GIGC[26] publican un artículo típico de la peor de las labores de agentes provocadores de la policía. Ese panfleto calumnioso, titulado “¡Una nueva (¿la última?) crisis interna en la CCI!” [27], anuncia, irónica y jubilosamente, la desaparición de la CCI... Una información que resultó ser "enormemente exagerada"[28]. No obstante, la idea, infundada, de una CCI debilitada, casi agonizante, galvaniza a todos aquellos que solo tienen una única y obsesiva esperanza: la de que estemos muertos y enterrados. Y ha sido entre esos "valientes" donde hemos encontrado al doctor Bourrinet, excitado por la idea de poder aunar su voz a los ladridos de esa jauría contra la CCI. Pero en este momento, no le bastaba el estímulo de tipo policial de la GIGC. Necesitaba la presencia física de un acólito y la protección de un "fortachón", de corta mente pero de fornidos bíceps y sobre todo dotado de la mentalidad de estar listo para actuar, con toda la villanía y bajeza necesarias, contra la CCI; el llamado Pedoncule[29], que estuvo presente en la Conferencia de Marsella para tranquilizar y motivar a nuestro doctor. El pedigrí de este individuo, personaje chulesco con presencia habitual en pendencias de todo tipo, es edificante: en cierta ocasión lanzó brutalmente a uno de nuestros camaradas contra una pared; en otra, agredió a otro miembro de la organización e intentó sacar una navaja que llevaba siempre encima. Incluso, ha amenazado a uno de nuestros compañeros con “cortarle el cuello”, con absoluta frialdad[30].

La asociación entre el doctor y el golfante (podría ser el tema de una película “al estilo francés”, con Jean-Louis Trintignant y Depardieu en el papel de protagonistas), por paradójico que sea, no es algo que nos sorprenda. El acercamiento entre la pequeña burguesía intelectual y el lumpen no es cosa de ayer y, generalmente, se unen frente al enemigo común, el proletariado revolucionario. En 1871, la mayoría de los escritores franceses (con la notable y honrosa excepción de Arthur Rimbaud, Jules Vallès y Victor Hugo) se unieron a los hampones parisinos que apoyaban a los matarifes del Gobierno de Versalles que masacraron a los combatientes de la Comuna[31]; los primeros con su pluma, los otros, en el “tajo”, con sus delatores, sus chivatos y sus asesinos. En 1919, los "honorables" dirigentes de la Socialdemocracia de Alemania exhortaron al lumpen, agrupado en los "Cuerpos francos", a asesinar a miles de obreros, así como a Rosa Luxemburg y a Karl Liebknecht, dos de las figuras más brillantes de la revolución proletaria. Hoy, el pequeño burgués Bourrinet, doctor de la Universidad París I-Sorbona, se empareja con el candidato a verdugo, el feroz Pedoncule, Es normal, está en el orden de las cosas, tienen la misma obsesión: el odio a la CCI; el mismo deseo: que desaparezca la CCI; es decir, la principal organización defensora de las posiciones de la izquierda comunista internacional.

Por nuestra parte, continuaremos difundiendo los dos libros sobre la Izquierda Comunista de Italia y la Izquierda Holandesa, le guste o no al doctor Bourrinet, y animaremos a nuestros lectores a leer estos libros, escritos por Philippe Bourrinet cuando era militante de la CCI. Libros que no han perdido su valor porque este militante, después de que la Universidad le otorgara el título de doctor, haya traicionado la causa a la que se había entregado en su juventud. Dicho esto, no renunciaremos a denunciar las infamias cometidas por este doctor, sus mentiras, sus calumnias y sus intentos destructivos, su llamamiento a las instituciones burguesas, sus amenazas a nuestros militantes y su incitación al odio. Pero puede estar tranquilo, no mandaremos a ningún comando a que le "corten el cuello". Dejemos ese tipo de propósitos a su guardaespaldas, el llamado Pedoncule.

La historia del movimiento obrero es rica en ejemplos de militantes que, después de haber defendido las posiciones revolucionarias del proletariado, cambiaron de campo capitulando ante la ideología burguesa y poniéndose al servicio de la clase dominante. Mussolini, uno de los líderes de la izquierda del Partido Socialista de Italia antes de la primera guerra mundial, se convirtió en lo que bien se conoce. Plejánov, que dio a conocer el marxismo en Rusia y que combatió vigorosamente el revisionismo de Bernstein a finales del siglo XIX, se transforma, en 1914, en un social-chovinista de primer plano. Kautsky, el "papa" del marxismo en la IIª Internacional, compañero de armas y amigo de Rosa Luxemburg hasta 1906, pone su pluma desde 1914 al servicio del ‘apoyo activo’ a la guerra imperialista y de la condena de la revolución de 1917 en Rusia, mientras continúa proclamándose formalmente marxista hasta su muerte, en 1938.

Hoy, el doctor Bourrinet continúa reivindicando formalmente la Izquierda Comunista y las posiciones de esta corriente. Pero es una estafa, como fue una estafa el "marxismo" de Kautsky. La izquierda Comunista, no es solamente posiciones políticas. Es lealtad a los principios proletarios, es el rechazo de cualquier componenda, es la voluntad de combatir por la revolución, el coraje inmenso; es decir, cualidades de las que el doctor Bourrinet carece totalmente. Sí que es necesario leer los libros sobre la Izquierda Comunista de Italia y la Izquierda Comunista Germano-holandesa, pero no como “propiedad intelectual” del doctor Bourrinet, sino con la actitud mostrada por el militante Philippe Bourrinet hace ya un cuarto de siglo: "este es el único punto de vista militante, el punto de vista del compromiso en el combate de la clase obrera para su emancipación, con el que puede ser abordada la historia del movimiento obrero" [32].

Corriente Comunista Internacional, 15/01/2015

[Publicado por Révolution International el 20 de enero de 2015]


[1] El Colectivo Smolny es una editorial especializada en la publicación de obras del movimiento obrero, en particular de la Izquierda Comunista. Sobre esto léase nuestro artículo: "Las ediciones Smolny participan en la recuperación democrática de Rosa Luxemburgo”.

[2] "El Sr. Proudhon tiene la desgracia de ser singularmente desconocido en Europa. En Francia, puede permitirse ser mal economista, porque pasa por ser un buen filósofo alemán. En Alemania, puede ser mal filósofo porque pasa por ser, entre los economistas franceses, uno de los más expertos. En nuestra calidad, a la vez de alemán y economista, hemos querido protestar contra este doble error." (K. Marx, Miseria de la filosofía).

[3] Véase nuestro artículo biográfico publicado en los nos 65 y 66 de la Revista International.

[4] Nos 45-50 y 52.

[5] Ese apoyo material incluye, entre otras cosas, una buena porción de los gastos relacionados con los documentos de investigación, incluyendo la compra de microfichas a los propietarios de los documentos; por ejemplo, al Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam.

[6] NdT: Se trata de la institución que controla los derechos de autor en Francia (como la SGAE en España, por ejemplo)

[7] Algunos de los documentos citados aquí están agrupados en “Anexos” y pueden visualizase haciendo clic en los enlaces a los que se hace referencia, en este caso el artículo “Dos documentos…”

[8] La versión en inglés sobre la Izquierda Holandesa (The Dutch and German Communist Left), publicado en 2001, contiene la advertencia siguiente: “This book, which first appeared in French in 1990, is published under the responsibility of the ICC. It was written by Philippe Bourrinet in the context of his work for his university doctorate, but it was prepared and discussed by the ICC when the author was one of its militants. For this reason it was conceived and published as the collective work of the ICC, without an author's signature and with his total agreement. Philippe Bourrinet has not been in the ICC since April 1990, and he has since published editions of this book under his own name, with the addition of certain 'corrections' linked to the evolution of his political positions. For its part, the ICC fully intends to continue its policy of publishing this book. It should be clear that our organization cannot be held responsible for any additional or divergent political positions that Philippe Bourrinet might integrate into the editions produced under his own responsibility." (Este libro, que apareció por primera vez en francés en 1990, se publica bajo la responsabilidad de la CCI. Fue escrito por Philippe Bourrinet en el contexto de su trabajo para su doctorado en la Universidad, pero fue preparado y discutido por la CCI cuando el autor era uno de sus militantes. Por esta razón fue concebido y publicado como obra colectiva de la CCI, sin firma de autor y con su acuerdo total. Philippe Bourrinet se fue de la CCI en abril de 1990, y ha sacado dos ediciones de este libro en su propio nombre, con la adición de ciertas 'correcciones' ligada a la evolución de sus posiciones políticas. Por su parte, la CCI tiene la intención de continuar con su política de publicación de este libro. Debe quedar claro que nuestra organización no se hace responsable de cualquier añadido, divergencia o posición política que Philippe Bourrinet pueda integrar en las ediciones producidas bajo su propia responsabilidad.")

[9] Para satisfacer su necesidad de reconocimiento social oficial, a´si designaremos en adelante a Philippe Bourrinet en este artículo.

[10] Actas de una Jornada de estudio realizada por la sección de la CCI en Francia, en abril de 1985, sobre el tema "El peligro del consejismo", p. 19.

[11] Ibíd. p. 32.

[12] Y podríamos añadir "hipócrita" pero eso en realidad es un hábito y no una excepción.

[13] Ver: "La función de las organizaciones revolucionarias: el peligro de consejismo".

[14] Se pueden encontrar esas indicaciones en https://left-dis.nl/f/livre.htm. En caso de que este enlace esté inactivo (¡nunca se sabe!), obviamente hemos guardado un copia de la imagen de pantalla que aparecía aun el 15 de enero de 2015.

[15] [NdT] Se refiere al sistema de cobro por servicios sanitarios utilizado en Francia.

[16] la CCI decidió poner a la venta en la Web de Amazon.co.uk la versión inglesa de los dos libros La Izquierda Italiana y La Izquierda Germano-holandesa para darles una difusión más amplia. En octubre de 2009, recibimos una carta de ese sitio informándonos de que habían retirado de la venta esas obras después de recibir una carta del doctor Bourrinet en la que él no permitía su venta y que la reanudaría si nosotros llegábamos a un acuerdo con él. En la carta a Amazon del 7/10/2009, firmada "Dr. Philippe Bourrinet, historiador", se podía leer: "Mi propiedad intelectual ha sido violada por dos artículos en la Web Amazon.co.uk. Esto concierne a la comercialización en su Sitio Web de dos de mis libros (mi nombre ha desaparecido) por la que se llama "Corriente Comunista Internacional" que comete claramente actos de piratería intelectual [le sigue el título de los libros]. Estos dos libros han sido publicados (versión electrónica y papel) con mi propio nombre en mi sitio multilingüe en los Países Bajos (...) Están desde hace mucho tiempo (1989) protegidos por la ley de la propiedad intelectual. (…) Yo soy el verdadero propietario de los dos libros mencionados y el autorizado para actuar -junto con la SDGL en París- a favor de los derechos descritos anteriormente." La CCI envió una carta al Dr. Bourrinet el 24/10/2009. En esta carta escribimos: "Debemos decir que nos quedamos bastante sorprendidos, en primer lugar por el hecho de que te sintieras en la necesidad de escribir sobre este asunto a Amazon y, en segundo lugar, de que a nosotros no hayas comunicado tus intenciones de antemano. De hecho, pensamos que el problema de la «propiedad intelectual» de los dos libros sobre la Izquierda Italiana y la Izquierda Germano-holandesa ya había sido resuelto amistosamente entre nosotros, durante una reunión que tuvimos a principios de la década de 1990. (…) En cualquier caso, no deseamos que este asunto de la 'propiedad intelectual' venga a obstaculizar la difusión de dichas historias y de las ideas en ellas reflejadas. Si quieres, estamos absolutamente dispuestos a mostrar la antes citada advertencia [ver nota 5] (o la variante, que a ti te convenga), en el sitio de Amazon (también podemos incluir tu nombre, como autor) y en nuestro propio Sitio Web." No hemos recibido jamás una respuesta a esta carta. Tal vez deberíamos proponerle al doctor el pago de los derechos de autor por la venta de estos libros. Es necesario también señalar que la versión inglesa de los dos libros difundidos por el doctor Bourrinet incluye (además de las modificaciones que él ha introducido desde que se marchó de la CCI) las traducciones realizadas por los militantes de nuestra organización. Pero tranquilícese: no vamos a reclamar los derechos de traducción.

[18] NdT: nuestro texto francés dice “inventaire à la Prévert”, expresión que significa amontonamiento heteróclito de objetos sin relación entre ellos, en referencia a un poema de Prévert, poeta surrealista francés. Hemos preferido esa traducción que nos parece más evidente en castellano y nos evita usar el nombre de un poeta tan popular para referirnos a las amalgamas del Dr. Bourrinet.

[19] Estos ataques infames a la memoria de nuestro camarada Marc Chirik son verdaderamente repugnantes. Marc Chirik gozaba de una alta estima entre la mayoría de los militantes de la Izquierda Comunista del pasado a pesar de los desacuerdos que pudieran tener con él y de las críticas que se le podían hacer. La profundidad y el rigor de su pensamiento, su dedicación a la causa revolucionaria, su fuerza de carácter a la vez que la estima y el afecto que sentía por los militantes que habían sido capaces de resistir a la contrarrevolución; todos estos rasgos de su personalidad política forjaron ese respeto. Francamente, cuando leemos las infamias vertidas sobre su manera de actuar por parte de esas cucarachas que reclaman ser de la Izquierda Comunista, y todo porque su orgullo ha sido agraviado o porque su derechos de autor han sido ignorados, nos dan ganas de vomitar. Ante este tipo de campaña de denigración solo se puede pensar en aquélla de la que fue víctima Trotski desde mediados de la década de 1920, antes de su exclusión del partido bolchevique por la camarilla estalinista, una campaña vigorosamente denunciada por Bordiga, que era en aquella época, el principal dinamizador de la Izquierda Comunista Italiana, a pesar de las discrepancias que tenía con Trotski. El modelo en el que se han inspirado los que actualmente denigran a Marc Chirik es el de la cobardía o el arribismo de los secuaces serviles que se pusieron al servicio de Stalin.

[21] No es sorprendente que el doctor Bourrinet no encuentre a nadie que le censure por su trayectoria ya que es alguien que amenaza con enviar a la justicia burguesa contra militantes revolucionarios.

[23] Ehud Olmert: próximo a Ariel Sharon (el responsable de las masacres de Sabra y Chatila en septiembre de 1982), fue primer ministro de Israel desde enero de 2006 a marzo de 2009 y responsable del ataque israelí contra el Líbano, en julio de 2006, que mató a más de 1200 civiles. En septiembre de 2009, fue juzgado por "fraude", "abuso de confianza" y "ocultación de ingresos fraudulentos". En septiembre de 2012, fue sentenciado a un año de prisión condicional.

[24] Revista Internacional, nº 58, Ibíd.

[25] El llamado Grupo Internacional de la Izquierda Comunista (GIGC) nació en octubre de 2013. Procede de la fusión de dos elementos del grupo Klasbatalo de Montreal y algún otro de la que se pretendía "fracción interna" de la CCI (FICCI) excluidos de la CCI, en 2003, por sus comportamientos gansteriles.

[26] Recomendamos a nuestros lectores los artículos publicados entonces en nuestra prensa: “La defensa de la organización: Los métodos policiales de la "FICCI"”. “Las Reuniones Públicas de la CCI prohibidas a los soplones”, “Calumnias y delación: los dos abrevaderos de la política de la FICCI hacia la CCI” y “La FICCI en acción: Mentiras y comportamiento de “matones””.

[27] Ver nuestra respuesta en: “La CCI atacada por una nueva oficina del Estado burgués”.

[28] A este ataque, tan infame como ridículo, respondimos en nuestro artículo "Conferencia Internacional extraordinaria de la CCI: la “noticia” de nuestra desaparición es un tanto exagerada".

[29] Miembro, como el Dr. Bourrinet, del Colectivo Smolny. También miembro, durante varios años, de ese grupo de soplones y granujas denominado FICCI.

[30] Léase nuestro artículo: “Défense de l’organisation: des menaces de mort contre des militants du CCI” (Révolution Internationale, nº 354, junio 2005). Y otros artículos en las prensas territoriales en www.internationalism.org.

[31] Ver Paul Lidsky: “Les écrivains contre la Commune”, Edit. La Découverte Poche, París, 2010.

[32] Revista Internacional, nº 58, Ibíd.

 

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