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Las llamadas políticas educativas a nivel mundial son acordadas a través de sus instituciones internacionales y gobiernos de derecha, centro o izquierda indistintamente que gobiernan los países en un momento dado, aplican las directrices y orientaciones en el terreno del conocimiento, la información, la cultura, el arte, la educación, articulados con las relaciones sociales económicas de producción.
Y en este sentido, tal y como ocurre en el proceso productivo, generador de plusvalía, donde el obrero se convierte en un apéndice de la máquina, históricamente el maestro en el aula es despojado del proceso de construcción del conocimiento para convertirse en un simple reproductor de los contenidos ideológicos que requiere la burguesía para incrementar los ritmos de explotación y para valorizar las cabezas que se destinarán en su momento al mercado de trabajo.
En este contexto se inscribe la reforma a los artículos 3º y 73 de la Constitución burguesa en México que se impuso el 20 de diciembre de 2012 y que significa el punto de quiebre de una serie de ataques que sobre la clase trabajadora ha venido aplicando la burguesía desde 1992 cuando se suscribe el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa y la nueva Ley General de Educación, pasando por la reforma a la ley del ISSSTE y en mayo de 2011 el establecimiento de la Evaluación Universal (véase, https://es.internationalism.org/RM126-maestros) entre el Estado, los sindicatos y los empresarios, la gran triada de la opresión y la explotación capitalista.
Es en el Acuerdo de Cooperación México-OCDE para Mejorar la Calidad de la Educación de las Escuelas Mexicanas (2010-2011) donde se encuentran delineados los pasos a seguir para la aplicación de tales reformas, con tres implicaciones negativas para los trabajadores de este sector y que son similares a los ataques que afectan al conjunto de la clase trabajadora a nivel mundial:
- La regulación en el ingreso al trabajo docente frente a grupo de la joven fuerza de trabajo magisterial mediante la realización de exámenes estandarizados;
- La aplicación de exámenes de certificación al magisterio para obtener el derecho a permanecer en el empleo y hacerlos acreedores al “premio” de continuidad en la contratación laboral, lo que significa el derrumbamiento de la estabilidad laboral y, en consecuencia, la legalización del despido a precio de ganga, en caso de reprobar dichas evaluaciones;
- Y la competencia entre trabajadores para la promoción en el empleo, a través de la evaluación universal.
Así, en el documento de marras, la OCDE establece que México (léase el mundo), “necesita con urgencia un sistema de evaluación docente basado en estándares. Un sistema puramente formativo en sus primeros años, acompañado de un adecuado apoyo profesional”; es decir, la certificación permanente de los perfiles de los docentes como condición para la permanencia en el empleo y el despido inmediato si no demuestra estas capacidades… “Después de haber implementado este sistema y de haber socializado sus reglas, el sistema puede incluir variables formativas y sumativas; por ejemplo, recompensar a los docentes excelentes o dar apoyo a los docentes de menor desempeño. Los docentes que presenten un bajo desempeño de forma permanente deben ser excluidos del sistema educativo”. En otras palabras, despidos “eficientes” operados por los directivos de cada centro escolar, sin “engorrosos” trámites burocráticos que la OCDE introduce con el concepto de “autonomía”… se trata de “Incrementar la autonomía escolar. Para profesionalizar a los líderes y exigirles que rindan cuentas, es necesario que participen en las decisiones clave que ocurren en su escuela, tales como contratar o despedir docentes”. Y para cerrar el círculo, la reforma en México eleva a rango constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, creado en 2002), el Santo Oficio de la educación, con pretensiones de independencia con respecto al gobierno, que condenaría a la hoguera a los herejes de la educación acusados de “burros de la docencia” para ser enviados al desempleo, una vez reunidos los resultados reprobatorios de los indicadores que serán evaluados a los profesores con fines punitivos que persiguen concretamente la afectación salarial y, a plazo, los despidos. Ni más ni menos.
Estas medidas no atañen exclusivamente al sector magisterial sino que deben considerarse como parte de las agresiones arteras que el Estado capitalista ha venido orquestando en los últimos años en contra del conjunto de la clase trabajadora ya que en el fondo significan un apretón de turca más a las de por sí condiciones de vida y de trabajo por demás insoportables que soporta el proletariado ya sea en la fábrica, en la oficina, en los servicios o en las aulas y si nos hemos detenido brevemente en algunos detalles de esta reforma es precisamente para ejemplificarlo.
¿Cuál ha sido la respuesta de los trabajadores de la educación frente a estos ataques?
Ante la escalada de ataques, la combatividad de los trabajadores se ha dejado sentir, pero los trabajadores de la educación no han logrado consolidar su fuerza porque todo el coraje ha quedado atrapado por las maniobras orquestadas por la burguesía a través de la estructura sindical.
Una de las primeras trampas fue promover el amparo como forma de lucha para hacer creer que por los buenos oficios de jueces y enterneciendo el corazón de diputados, la clase dominante se conmoverá y abjurará de sus leyes, leyes que ella misma controla en su exclusivo beneficio. Ese mismo engaño legaloide fue lo que permitió que la reforma a la Ley del ISSSTE pasara fácilmente. Fue también lo que dispersó la solidaridad que en un inicio se mostraba a los trabajadores despedidos de Luz y Fuerza. Ahora este esterilizador de luchas, el amparo, y la confianza en las instituciones burguesas se vuelve a utilizar.
Una variación de la trampa del amparo es la de ilusionar que se puede crear una “ley educativa estatal” que avance en sentido opuesto a la “ley federal”. Esta es una medida que induce a fragmentar la lucha de los trabajadores al suponer que el ataque que se impone puede tener una “solución” mediante negociaciones locales.
Como contraparte de la misma trampa se encuentran las medidas que aparentan “radicalidad” como el cierre de carreteras y la toma de edificios. Estas medidas aunque son expresiones de descontento aíslan la lucha pues impiden que el combate sea reconocido como propio por otros trabajadores.
Y toda esta maniobra no solo tiene el objetivo de maniatar a este sector del proletariado para hacer pasar los ataques sino también busca repercutir los efectos de las trampas hacia el conjunto de los trabajadores enviando el mensaje no solo de que esas son sus formas de lucha genuinas sino también de que a pesar de todo lo que hagan jamás podrán oponerse y echar atrás los golpes del capital. Este plan maquiavélico no tiene desperdicio pues, además, utiliza el “ejemplo” de un sector de la clase obrera tradicionalmente combativo para extender la desmoralización inoculando la idea de que si este sector que tiene fuerza y experiencia no ha podido detener los ataques menos lo harán otros.
Pero es precisamente aquí donde es fundamental el esfuerzo para ampliar la reflexión y buscar la solidaridad del conjunto de los asalariados, sin importar del sector que sea. Es necesario construir espacios abiertos para la discusión en los que los trabajadores puedan imponer su autonomía, romper el control de la estructura sindical y tomar en sus manos el control del combate. Los sindicatos de todo pelaje llaman a movilizarse pero su objetivo es desmovilizar y aislar extendiendo la desmoralización e impidiendo la unidad con otros trabajadores.
Plexus, junio de 2013
La movilización de los trabajadores se anota el primer round contra la reforma educativa en los EU
Y como las reformas educativas tienen un carácter mundial, las luchas de los trabajadores se expresan en diferentes partes del planeta. Según información periodística en Estados Unidos el magisterio se movilizó contra la reforma educativa desde principios de este año y las mismas tomaron un paso ascendente a fines de mayo y principios de junio. Finalmente lograron detener la reforma con la unidad de los trabajadores de la educación, estudiantes y trabajadores (padres de familia). Una movilización que abarcó varios puntos del país (Texas, Illinois y Nueva York) teniendo como punto culminante Seattle, Washington, contra una reforma que desde hace una década evalúa mediante el eufemístico “medidor de progreso académico” (MAP son sus siglas en inglés) a estudiantes, maestros y escuelas con un esquema empresarial y punitivo.
Este revés de la reforma educativa en los Estados Unidos que pretendía, entre otras cosas, evaluar a los maestros para definir su ingreso, permanencia y promoción en el empleo, se debe básicamente a la movilización de los trabajadores, aunque habrá que estar atentos a una posible contraofensiva por parte del Estado; de cualquier manera habrá que rescatar las lecciones de estos hermanos de clase para enfrentar este tipo de embestidas en todos los países.