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Un informe reciente de la IAEA sobre el programa nuclear iraní afirmaba
que Irán estaba desarrollando capacidad militar nuclear. A raíz del
informe, Reino Unido, Canadá y EEUU han implementado nuevas
sanciones. Recientemente Irán afirmaba haber derribado un drone
(aviones no tripulados indetectables para los radares) estadounidense
en misión de inteligencia.
El artículo también habla de la colaboración entre el régimen sirio
de Assad y la Guardia Revolucionaria iraní en la masacre contra la
población siria. Esta última también ha jugado su papel en el
saqueo de la embajada británica bajo la forma de su organización
juvenil Basij.
Además de las rivalidades inter-imperialistas no debemos olvidar las
disputas internas dentro de las mismas burguesías nacionales. Hemos
visto claramente este verano la creciente brecha existente entre el
presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad y el ayatolah Ali Khamenei. A
pesar de su retórica anti-semita y su lenguaje bélico, Ahmadinejad
representa la fracción de la burguesía iraní que quiere mantener
algún tipo de relación con occidente. Khamenei es el responsable de
la detención de algunos de los aliados más cercanos de Ahmadinejad
y del despido apoyos suyos en el gobierno. En respuesta, Ahmadinejad
estuvo en huelga 11 días negándose a llevar a cabo sus funciones.
Los acontecimientos alrededor del ataque a la embajada británica son
vistos por algunos analistas como parte de esta rivalidad,
considerando que Khamenei y sus seguidores estarían detrás de
estos, como una forma de minar la política más conciliadora de
Ahmadinejad.
Con la tensión en crecimiento entre Irán y las potencias occidentales,
se oyen de nuevo tambores de guerra. ¿Están los trabajadores en
Oriente Medio y occidente listos para ser movilizados en apoyo de
otra guerra? Los obreros de todo el mundo están cargando el peso de
la crisis financiera y están empezando a responder. La guerra
significa más austeridad, más violencia contra los trabajadores,
más desesperación. Los proletarios no tienen nada que ganar en las
masacres imperialistas. La única perspectiva de futuro es la
destrucción del capitalismo.
Tras ocho meses de protestas, en su inicio como parte de un movimiento
regional e internacional contra la opresión, el desempleo y la
miseria en el que han participado sunnies, cristianos, kurdos,
hombres, mujeres y niños, los acontecimientos en Siria continúan
tomando un cariz oscuro y peligroso.
Si, en defensa de sus intereses, EEUU, Reino Unido y Francia se muestran
cautos acerca de un ataque directo contra Irán, el asalto a su
aliado más cercano, el régimen sirio de Assad, se muestra como el
mejor paso en la búsqueda de dominar completamente la región y
estrechar el cerco sobre el régimen de Khamenei. Las brutales
fuerzas de seguridad de Assad, con el apoyo logístico de "3.400
Guardias Revolucionarios" iranís (Guardian, 17-11-11), han
masacrado a miles de personas, alimentando la hipócrita
"preocupación por los civiles" de las tres potencias
occidentales que lideran el frente anti-iraní. Como ha pasado en
Libia, los EEUU tratan de dar la imagen de estar en un segundo plano,
presionando a la Liga Árabe (que se ha desprendido de los aliados
argelinos, iraquíes y libaneses de Assad), de la cual Siria era una
fuerza de primer orden, para suspenderla como miembro de la Liga y
enviarle humillantes advertencias.
En el primer plano de esta falsa preocupación por la vida de civiles está
el régimen asesino de Arabia Saudí, que hace poco envió un par de
miles de sus tropas de choque, con vehículos blindados de
fabricación británica, a aplastar las protestas en Bahrein y
proteger las bases y los intereses británicos y estadounidenses
allá. En el colmo de la hipocresía, la confirmación de la
suspensión de Siria por su "baño de sangre" fue hecha por la
Liga Árabe en un encuentro en Rabat el 16 de noviembre, mientras el
régimen marroquí reprimía a miles de manifestantes. Existen además
más implicaciones en el tablero imperialista a causa de la decisión
de la Liga Árabe, ya que esta ha sido condenada por Rusia pero
apoyada por China.
EEUU y Reino Unido no se están limitando a presionar a la Liga Árabe
entre bastidores, sino también a la potencia regional que es
Turquía, que ha participado en la reunión en Rabat. Tras disuadir
en un primer momento a Turquía de que estableciera una zona de
seguridad o de vuelos restringidos en la frontera turco-siria, la
administración estadounidense ha seguido presionando, con Ben
Rhodes, diputado consejero en seguridad nacional de Obama,
declarando: "Recibimos de forma muy
calurosa el firme
posicionamiento que Turquía ha adoptado...". El líder en el
exilio de los Hermanos Musulmanes de Siria también ha declarado
recientemente que operaciones militares de Turquía (por supuesto
para proteger civiles) en la zona no serían rechazadas (Guardian,
18-11-11). La posibilidad de una zona de seguridad a lo largo de la
fuertemente militarizada frontera turco-siria podría ser una
maniobra para favorecer al "Ejército Libre de Siria",
ampliamente establecido en territorio turco (y en Líbano), y de
momento superado numérica y militarmente de largo por el ejército
sirio. Dentro de esta convergencia de intereses imperialistas, este
nido de víboras -que contiene conflictos y contradicciones
inevitables- está compuesto por EEUU, Reino Unido, Francia, la
mayoría de la Liga Árabe, organizaciones izquierdistas, los
Hermanos Musulmanes y salafistas jihadistas que también han jugado
un importante papel en la oposición a Assad. La posterior
desestabilización de la región y la aparición de más conflictos
parecen evidenciarse con las advertencias del presidente turco Gul a
Siria de que pagará por causar problemas en el kurdistán turco y
con la "renovada voluntad de Washington
por mirar a otro lado en
las incursiones militares de Turquía contra las bases de la
guerrilla kurda en el norte de Irak" (Guardian, 18-11-11). Toda
esta inestabilidad, alimentada por los intereses de todas estas
potencias, hace que una intervención militar turca en territorio
sirio parezca bastante probable.
El mismo "Ejército Libre de Siria" se ha visto involucrado en
asesinatos sectarios y muertes de civiles dentro de Siria y, operando
desde sus santuarios fuera del país, ha estado enfrentándose y
asesinando a miembros del gobierno y de la policía, provocando la
represión contra la población civil. El Consejo Nacional Sirio, de
reciente aparición, ha llamado también a la intervención militar
contra Assad, mientras otra fuerza opositora, el Comité de
Coordinación Nacional, ha denunciado esta posición. El ministro de
exteriores francés, Alain Juppé, ya se ha reunido con las fuerzas
opositoras en París, y algo idéntico ha hecho el ministro de
exteriores británico Hague. No queda claro quiénes son estas
"fuerzas de oposición" y si estas incluirían al Ejército Libre
de Siria, el Consejo Nacional Sirio, el CCN, la oposición kurda, los
Hermanos Musulmanes y los salafistas. Otras "coaliciones"
opositoras son las organizaciones estalinistas, once organizaciones
kurdas, diversas estructuras tribales y de clan, además de toda una
serie desconcertante de iniciales con intereses enfrentados. Hague ha
solicitado un "frente unido" y ha designado un embajador para
relaciones con toda la oposición.
Teherán, el objetivo último
De momento EEUU, Reino Unido, Israel y Arabia Saudí han encendido la
histeria anti-Irán, que es lo que realmente subyace detrás de su
apoyo a la oposición siria y su "preocupación por los civiles".
En la frontera este iraní se encuentran alrededor de 100.000 tropas
estadounidenses en Afganistán; en el noreste se encuentra
Turkministán con sus bases norteamericanas. Al sur está Bahrein,
también con bases navales estadounidenses y britanicas, además de
Qatar (también con bases USA) y de la "cheerleader" anti-Irán,
Arabia Saudí. El único respiro para Irán lo constituye su frontera
oeste con Irak, e incluso ahí las fuerzas especiales americanas y
británicas continúan sus operaciones terroristas en territorio
iraní. Junto a las costas de Irán en el Golfo Pérsico EEUU tiene
un gran número de buques de guerra, y en toda la región del Golfo
los EEUU va a reforzar sus "activos" en Kuwait, Bahrein y EAU,
que se han visto reducidos en Irak. Recientemente (Guardian, 3-11-11)
se ha sabido que Reino Unido ha estado coordinándose con fuerzas
estadounidenses para un posible ataque naval y aéreo contra
objetivos en Irán.
A 1500 km se encuentra Israel, implicada en el ataque informático que
consiguió apagar alrededor de un quinto de las plantas nucleares
iraníes y en la muerte de científicos iranís incluyendo al experto
nuclear, General Moghaddam, muerto junto con otras 16 personas en una
enorme explosión en una base de la Guardia Revolucionaria cerca de
Teherán a principios de noviembre. Ya en 2007 la administración
Bush consiguió la aprobación por parte del Congreso de 400 millones
de dólares para un programa de apoyo a "grupos étnicos" en
Irán, así como para actos de inteligencia y sabotaje. La estrategia
de EEUU para cercar a Irán se remonta a bastante tiempo atrás.
Una vez más, la hipocresía de las "democracias" traspasa todos los
límites: pese a toda la retórica sobre desarme, el Consejo de
Información y Seguridad de Reino Unido y EEUU dice que USA gastará
700.000 millones de dólares actualizando sus instalaciones militares
nucleares la próxima década, y "otros países, incluyendo a
China, India, Israel, Francia y Pakistán esperan dedicar grandes
sumas en sistemas de misiles" (Guardian, 31-10-11). El informe
continúa diciendo que "las armas nucleares están jugando un papel
que va mucho más allá de la disuasión... en la planificiación
militar". Respecto a Israel, el informe afirma: "... el tamaño
de las cabezas nucleares de su flota de submarinos está aumentando y
el país parece estar en camino, con el apoyo de su programa de
lanzamiento de misiles vía satélite, para el futuro desarrollo de
un programa intercontinental de misiles balísticos".
No es ningún secreto que un ataque sobre Irán sería una locura: incluso
el Mossad y el Shin Bet, las agencias externas e internas israelís,
lo afirman.. Meir Dagan, máximo dirigente del Mossad jubilado
recientemente, declaró sobre un ataque a Irán que era "la idea
más estúpida" que jamás había oído. Pero que sea estúpida o
irracional no la hace improbable; sin ir más lejos, no hay más que
mirar la auténtica pesadilla irracional a largo plazo que han
supuesto las guerras en Irak y en Afghanistan/Pakistán. Siria se
está convirtiendo en otro paso en transformar la guerra encubierta
contra Irán en guerra abierta.
Todo esto no tiene nada que ver con "proteger a los civiles" y sí
mucho con la creciente irracionalidad impuesta por el imperialismo
en un sistema económico decadente.
Baboon
21-11-11