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La situación de la clase trabajadora, a lo largo del planeta, es cada vez más degrada, las medidas de afectación de las pensiones y jubilaciones se extienden a lo largo del mundo, las cadencias productivas se aceleran, los salarios se comprimen a la vez que los precios de los bienes de subsistencia se incrementan. Los mismos diarios de la burguesía tienen que reconocerlo: "El problema es universal. Por primera vez quizás, los que habitan un país rico o pobre, hablen la misma lengua: los italianos se apuran por el precio de las pastas, los guatemaltecos por el de las tortillas de maíz, los franceses y los senegaleses por el del pan." (Le Monde, 17-10-07), de la misma forma, en China, "...el vals de las etiquetas vuelve a poner en tela de juicio la mejoría de las condiciones de existencia." (Nanfang Zhoumo, Diario de Cantón), al grado que el precio del cerdo, la carne más consumida en ese país, ha casi doblado su precio en un año...
La crisis actual que sufre el sistema capitalista y que se abre desde finales de los años sesenta, toma cada vez niveles superiores, mostrando que las políticas y medidas llevadas a cabo para contener su avance son inútiles a pesar de que cargan todo el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.
Por más que la burguesía se empeñe en sus discursos en negar que la crisis económica cada vez se acelera, los programas de austeridad y las medidas que degradan la vida de los asalariados lo confirma. Los trabajadores (por más que la "ciencia económica" de la burguesía se empeñe en ocultarlo) son el centro de la producción capitalista, en tanto que son estos los verdaderos creadores de la riqueza, de manera que la clase dominante levanta a su sistema sobre la explotación del trabajo asalariado, por ello, a medida que la crisis toma mayor dimensión se esfuerza en ampliar los niveles de explotación. Dado este escenario, los trabajadores deben de reflexionar que el capitalismo no puede ofrecer a él y a su familia sino explotación y miseria.
¡Todo sube, menos los salarios!
Los hipócritas mensajes del gobierno por radio y TV, habla de una campaña en prevención de la obesidad, sin embargo omite decir que la obesidad tiene como elemento detonante la miseria. Es la degradación de los salarios lo que obliga a que grandes masas de la población consuman una dieta miserable que apenas le permite soportar las cargas laborales, pero afectando su salud. No es nada extraño que a medida que la crisis del capital va tomando mayor dimensión el problema de obesidad se convierta en un problema de salud mundial. Toda esta miseria no es, como suele argumentar el aparato de izquierda del capital, por efecto de las políticas neoliberales, es la agudización que la crisis capitalista lo que conduce a que la burguesía acelere los ataques en contra de los trabajadores, no es una "forma especial" de políticas la culpable, es el sistema capitalista, que, al enfrentar sus contradicciones internas (es decir la crisis) se ve obligado a aplastar la vida de los trabajadores.
En México, según estudios de académicos, de 2000 a 2007, la capacidad de compra del salario de los trabajadores ha caído en más del 22%, en cambio todos los asalariados, lo mismo en fábricas, escuelas, hospitales y oficinas ven incrementar los ritmos de labor, cumpliendo así la llamada "flexibilidad del trabajo", esto permite desenmascarar la demagogia derramada por funcionarios del gobierno y de la patronal, y entender que la explotación que viven los trabajadores crece a la par que la miseria que lo aprisiona.
Pero si cada mes y cada año los trabajadores ven afectada las condiciones de trabajo y de vida, en 2008 ya se anuncia una agravación superior, no sólo porque existe la amenaza de mantener congelados los salarios mínimos[1] sino además por la cascada de precios crecientes, que ya ha iniciado desde inicios del año que acaba, y que amenaza con acelerarse. Las mercancías utilizadas como alimento por la población trabajadora (tortilla de maíz, pan, leche y carne) ha tenido un continuo incremento de precios y se espera que estos continúen creciendo, impulsado sobre todo por el aumento del precio a la gasolina así como el de los servicios urbanos que están a cargo del gobierno (luz, agua, tenencia...). El mes de enero abre una escalada de incrementos de precios, en cambio a los salarios, se ha anunciado ya, se les mantendrá comprimidos (el incremento será de menos del 4%, lo que quiere decir que será menos de 2 pesos, lo que implica que ni aún representa el costo de un boleto del metro), lo que hará que la canasta de consumo obrero se reduzca más. Aún cuando los salarios fueran incrementados al nivel de la inflación (en sentido estricto da lo mismo si es a la inflación del año que cierra o de la esperada para el 2008), el rezago que estos llevan en años y la aceleración de la dinámica inflacionaria, que hace que las predicciones del capital se vean rebasadas en mucho, hará que la condición de los asalariados se degrade en niveles superlativos... Debemos agregar a esto, que una parte importante de asalariados se han visto obligados a hacer uso de créditos (principalmente mediante la tarjeta de crédito), pero ahora se ven ahogados por los cobros, tal magnitud ha tomado este asunto, que los bancos comerciales anuncian que la cartera vencida (formada por miembros de la burguesía y la pequeñaburguesía insolvente, pero también una gran cantidad de asalariados) se ha incrementado entre 2006 y 2007 en 84%.
Así pues, la crisis avanza aplastando la vida de todos los trabajadores, no hay ningún sector en la que los trabajadores no vean afectadas sus condiciones, no hay ninguna generación que pueda suponerse inmune a estos golpes...
Si la agudización de la crisis afecta de manera inmediata a los salarios, los mecanismos de golpeo a las pensiones y jubilaciones no han terminado. El programa de modificación a las condiciones de jubilación (con la ley ISSSTE) iniciado a inicios del 2007, entrará en funcionamiento en los primeros meses del 2008, mostrando con toda su crudeza el golpe a las condiciones de vida.
La ley del ISSSTE entra en vigor, acelerando la degradación de vida de los trabajadores
Durante el primer semestre de 2008 entrará en vigor la denominada Ley del ISSSTE, y con ello la ampliación de los años de labor para poder acceder a la jubilación, el incrementa los descuentos y la restricción de los servicios médicos. Todo el 2007 la estructura sindical, en mancuerna clara con el gobierno, han logrado que estas medidas pasen. Todo el descontento que en algunos momentos los trabajadores pudieron expresar fue sometido, ya utilizando el cuento de los amparos, ya desviando la movilización hacia la pretendida "renovación" o democratización del sindicato... a fin de cuentas, el sindicato logró impedir que las movilizaciones de los diversos sectores de trabajadores del Estado pudieran confluir, e impidió que el problema del aumento de precios se reconociera también como un problema del conjunto de los asalariados. Este balance los trabajadores lo deben de tenerlo presente ahora que el sindicato, en un acto farsante llame a enfrentar los efectos de esta ley.
Es evidente que el sindicato buscará profundizar la confusión y acentuar el control para evitar que el coraje y la combatividad de los trabajadores se exprese ante los ataques del capital, por eso, recobrar la experiencia de sus pasadas luchas y de las llevadas por sus hermanos de clase en otras regiones se hace necesario para poder enfrentar las agresiones que se avizoran desde ahora. Los trabajadores deben de tener presente que para hacer frente a los ataques sistemáticos que se preparan, no hay otro camino que lucha y para conducirla adecuadamente no tiene más fuerza que su organización y conciencia.
Tatlin / 20-diciembre-07
Notas:
[1] Se dice por los voceros del gobierno que la modificación que sufren los salarios mínimos no son significativos en tanto que la mayor parte de la población trabajadora recibe montos superiores, sin embargo las mismas cifras de INEGI refieren que 5 millones de trabajadores en México reciben el "mínimo" (lo que significa cerca del 11% de la denominada Población Económicamente Activa, es decir la población en edad de trabajo), aunque hay cerca de un 24% que no percibe salario o recibe remuneraciones menores a ese mínimo oficial... el resto de la población percibe en promedio 3 salarios mínimos, no obstante la modificación que se realiza a esos salarios están definidas por el incremento que se decrete al salario mínimo.