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Durante el mes de octubre, noviembre y diciembre, en el marco de un esfuerzo centralizado, la CCI llevó a cabo reuniones públicas en todas sus secciones territoriales alrededor del mundo y en regiones en las que aún no existe una sección pero que existen elementos en búsqueda de las posiciones revolucionarias en las que el tema a discutir fue la Revolución de Octubre de 1917 a partir de una presentación única a nivel internacional. Dicha reunión se inscribe también en el esfuerzo explícito de la Corriente por desarrollar una cultura del debate en el Medio Proletario como la mejor manera de conmemorar este movimiento de la clase obrera puesto que a diferencia de las revoluciones dirigidas por una clase explotadora, como fue el caso de las revoluciones burguesas contra el régimen feudal, la revolución proletaria es un proceso altamente consciente y colectivo.
En México dicha reunión se realizó el 8 de diciembre y se caracterizó por una asistencia nutrida de contactos y nuevos jóvenes simpatizantes lo que es en sí una constatación más de la importancia y actualidad de este tema y signo del presente periodo caracterizado por la emergencia de elementos de la clase en búsqueda de clarificación y acercamiento a las posiciones de la Izquierda Comunista . Los que asistimos a esta reunión fuimos testigos de un ambiente de debate al mismo tiempo acalorado y fraterno. Varias personas que han participado en discusiones con grupos de la izquierda del capital han percibido esta diferencia. Aun teniendo dudas o posiciones diferentes o contrarias a las que defiende la organización, han encontrado en las reuniones de la CCI un ambiente donde se pueden plantear divergencias y cada vez más, es el conjunto de participantes que ayudan a clarificar sobre las experiencias históricas de nuestra clase.
De esta manera, la discusión que se tuvo sobre la Revolución de Octubre permitió presentar elementos de reflexión para enlazar esa gran experiencia histórica con las condiciones y necesidades actuales; permitió encontrar respuestas, a cuestionamientos que surgen una y otra vez en el seno de la clase trabajadora, a través de una rica y respetuosa confrontación de ideas marcadas por un compromiso militante o un interés genuino de comprender los hechos.
El método marxista y las lecciones de la Revolución
Después de la presentación los participantes destacaron dos ejes: el aislamiento de la revolución como base de su derrota y las razones por las cuales la burguesía está interesada en esconder o deformar este gran acontecimiento. Las intervenciones señalaron diversas maneras en que la revolución es desvirtuada: la burguesía quiere hacernos creer que la Revolución de Octubre dio origen al estalinismo y por ello hay que condenarla y evitar otra revolución comunista, mientras que en realidad el estalinismo surge como consecuencia de la derrota de la revolución. Por otra parte, los anarquistas afirman que España del 36 fue más importante que Octubre del 17 y los modernistas dicen que es el 68. Ante estos intentos de deformar lo que realmente significó la Revolución rusa, varias intervenciones subrayaron la importancia de que los trabajadores se apropien del método marxista para analizar los hechos; que conozcan bien tanto los aciertos como los errores, las condiciones históricas de la oleada revolucionaria que fue inaugurada por esta revolución puesto que constituye un faro para la revolución del futuro; enfatizaron que no se trata de hacer una apología, sino de extraer sus enseñanzas para aplicarlas en la transformación revolucionaria de la sociedad. Se dijo que la revolución de 1917 demostró, entre otras cosas, que la clase trabajadora es capaz de organizarse, tomar el poder político y poner fin a la guerra imperialista; además, que la revolución fue vencida porque no logró extenderse a partir de la derrota de la revolución alemana. De allí se expresó la necesidad de un amplio desarrollo de la conciencia para el triunfo revolucionario. No es suficiente con que estén dadas las condiciones objetivas marcadas por la decadencia del capitalismo, es necesario el desarrollo del factor subjetivo, la extensión de la conciencia a la que los contactos y simpatizantes expresaron sus deseos de contribuir.
¿Por qué fue derrotada la Revolución de 1917?
Una nueva participante planteó dos preguntas que sintetizan preocupaciones fundamentales de las minorías avanzadas. ¿Por qué fue derrotada la Revolución de 1917?, ¿Estamos en un periodo revolucionario? Las respuestas de los asistentes profundizaron brevemente sobre las condiciones para la revolución proletaria, sus características y las causas de la derrota. Enfatizaron que la revolución proletaria tiene que darse necesariamente a escala mundial, que el socialismo no puede triunfar en un solo país porque no puede sobrevivir aislado rodeado por relaciones capitalistas y por ello una cuestión clave que se planteó a la Revolución de Octubre fue su extensión a nivel planetario. La imposibilidad de esta extensión marcó la derrota de la oleada revolucionaria y ésta es una experiencia que hay que rescatar: la necesidad de la extensión de la revolución, «todo intento aislado será derrotado». Las intervenciones explicaron que a pesar de que los obreros lograron tomar el poder en Rusia, su aislamiento derivó en la degeneración del partido, la pérdida del poder de los soviets de obreros y la contrarrevolución estalinista. Algunas intervenciones aclararon que las lecciones de la revolución rusa no son sólo en negativo, además de la organización de los trabajadores en consejos obreros, también hay que destacar la función que tuvo el partido bolchevique en la preparación de la toma del poder y el papel que tuvo su periódico Iskra en el desarrollo y extensión de la conciencia proletaria.
Otro nuevo asistente presentó argumentos para tratar de demostrar que la revolución no había sido derrotada y que había triunfado el socialismo en algunos países; prueba de ello eran una serie de cambios sociales como la disminución del racismo y de la discriminación de la mujer en algunos países y mejoras en el plano económico: «se lograron más reformas que en todo el mundo capitalista pero con el proceso de contrarrevolución el Estado de bienestar retrocedió...». Las respuestas a este cuestionamiento tomaron dos vertientes: la primera, tratando de mostrar que los soviets no pueden mantener el poder político en un país, rodeado de relaciones capitalistas pues estos «no encuentran ya una perspectiva», lo que es utilizado por la burguesía para hacernos creer que el proletariado no debe tomar el poder porque ‘el poder corrompe' y ‘porque toda dictadura es mala' dándonos el ejemplo falso del derrumbe de los regimenes estalinistas, cuando en realidad la caída del bloque ‘socialista' es la caída de regimenes capitalistas por el peso de la crisis.
La otra vertiente presentó las interpretaciones que dieron diferentes corrientes políticas a la derrota de la revolución: la de los mencheviques, la del estalinismo y la del trotskismo. «No se puede hablar de que en Rusia existía un ‘Estado obrero degenerado', como afirmaba Trotski, ni se puede decir que existe socialismo donde los obreros siguen siendo explotados...la revolución está en la vida de los órganos de la clase». La derrota de la revolución significó la vuelta del capitalismo a la Rusia ‘soviética', «para liberar al hombre se tiene que liberar la producción, en la URSS el trabajo no es liberado, es estatizado y finalmente se tiene el capital como forma de dominio».
¿En qué periodo se encuentra la clase trabajadora?
La revolución de octubre del 17 fue la respuesta del proletariado a la primera guerra mundial. Después de la confusión en el seno de la clase obrera por la traición de la Socialdemocracia, la situación de derrota de la clase obrera mundial se concretizó en que la burguesía la enroló para la guerra imperialista. Por el contrario, aun cuando en los años 80, la burguesía de las principales potencias militares estaba integrada en dos grandes bloques militares, la lucha internacional de la clase obrera, representó un poderoso freno a la tendencia ciega de una tercera guerra mundial. Las diferentes oleadas de lucha de la clase obrera mostraron que ésta no estaba derrotada ni lista para comprometerse en el sacrificio supremo de una nueva carnicería imperialista. El período actual no se puede definir como prerrevolucionario, como el que había por ejemplo en julio del 17, cuando la clase obrera en Rusia estaba organizada en consejos obreros y después de jornadas de lucha masiva contra las inclemencias de la guerra imperialista. Sin embargo, las huelgas en varios países en los últimos años, y particularmente, la lucha de los estudiantes en Francia la primavera de 2006, muestran que la clase obrera está inmersa en una dinámica hacia la huelga de masas, hacia un nuevo asalto al capitalismo mundial. Una dinámica que si bien puede durar varios años, es desde ya una respuesta de la clase obrera a la situación de crisis y miseria cada vez más cruda que el capitalismo carga sobre la espalda de los trabajadores. El desarrollo de un medio político proletario con nuevos grupos y elementos que se adhieren a la Izquierda Comunista en gran cantidad de países es otra parte muy importante de este proceso.
Nosotros podemos añadir en este espacio que el ánimo de encuentro solidario y clarificación de minorías de la clase que están surgiendo en todos los rincones del mundo, como lo constató esta reunión pública, es un signo inequívoco de que la clase trabajadora se encamina a cumplir su tarea histórica.
Revolución Mundial / Diciembre de 2007.