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La preocupación real no son los heridos y damnificados: la tragedia de las masas haitianas está en segundo plano. Varios de los países capitalistas que intervienen, principalmente los EEUU, que han llevado a Haití a ser el país mas pobre del hemisferio occidental, ahora explotan los efectos del terremoto del 12 de enero pasado para proseguir su incesante lucha por el control, no sólo de la pequeña y ahora mas hambrienta Haití, sino de la región caribeña.
La masiva intervención de los EEUU a pocos días del terremoto, es la muestra patética del pugilato que tiene lugar en Haití y el Caribe en estos momentos. Los gobernantes de los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América), con Chávez a la cabeza, la califican de "invasión"; aprovechan el sufrimiento de la población haitiana para intentar ganar adeptos dentro y fuera de Haití, explotando el antiamericanismo furibundo que caracteriza a los gobiernos defensores del falso "Socialismo del Siglo XXI"; pero también Francia, Brasil y la propia ONU han protestado la acción yanqui.
El terremoto de Haití no sólo fue una sacudida de la placa tectónica del Caribe, sino que abrió un escenario de mayor inestabilidad geopolítica en la región.
¿A qué obedece la inmediata reacción de los EEUU?
Dos días después del terremoto, Obama declara: "Al pueblo de Haití, le decimos con claridad y convicción, no serán abandonados, no serán olvidados", ofrece una ayuda de 100 millones de dólares y todo el poder de su país para respaldar a los haitianos. El 16 de enero, a sólo 4 días del terremoto, la Secretaria de Estado Hillary Clinton aterriza en el aeropuerto Toussaint L'Ouverture de Puerto Príncipe en un avión militar repleto de alimentos y medicamentos, donde firma un "acuerdo de cooperación" con el presidente de Haití René Preval. El 18 de enero EEUU inicia una operación con un despliegue militar que movilizó buques, portaaviones, helicópteros y cerca de 10 mil soldados de sus fuerzas del Comando Sur, Guantánamo (Cuba), Aruba y Curazao, que representa la más importante intervención del imperialismo norteamericano en su "patio trasero" después de la invasión a Panamá en 1989; realmente se trata de una masiva intervención militar, camuflada de ayuda humanitaria. De inmediato asumen el control del aeropuerto, puertos, comunicaciones, de los alrededores del palacio de gobierno, instalaciones estratégicas de la capital Puerto Príncipe y de otras ciudades haitianas. Tal fue el despliegue de fuerzas militares, que muchos pobladores protestaron la presencia de los soldados norteamericanos, diciendo que habían llegado armados hasta los dientes, cuando lo que necesitaban era alimentos y asistencia médica.
Para dar un carácter más "humanitario" a la intervención, junto a las fuerzas militares, enviaron el buque hospital USNS Comfort con capacidad de mil camas; mientras que a lo interno de EEUU, los expresidentes Clinton y Bush simulaban el abrazo entre demócratas y republicanos, promoviendo ayudas y colectas para ganar el apoyo de la población americana a la intervención en Haití.
Esta acelerada y desproporcionada acción de fuerza de EEUU, estuvo dirigida a intentar detener a otros países como Francia, Cuba, Nicaragua, Brasil y Venezuela, entre otros, en su intención de aprovechar la situación de fragilidad del Estado haitiano para ganar espacios geopolíticos en el Caribe. Haití tiene un posicionamiento geopolítico privilegiado en la región: está situado al lado de Cuba, en el propio centro del Caribe y frente a las costa norte de América del Sur; por ello los EEUU actuaron con premura; de no haberlo hecho, la situación se podría revertir en contra de sus intereses en Haití y en la región: el caos reinante, la falta de alimentos y servicios, es una situación propicia para desatar protestas contra el gobierno de Preval, exacerbando las tendencias antiamericanas de las fuerzas a favor del expresidente Jean Bertrand Aristide que han proseguido su actividad desde que éste fue expulsado del país en el 2004, precisamente mediante una acción de los EEUU; fuerzas apoyadas de manera abierta por Cuba, Venezuela y otros países. Una situación incontrolable en Haití desestabilizaría de inmediato a República Dominicana (con quien comparte Haití la isla La Española) y la región del Caribe.
Pero también esta acción de la administración Obama tiene objetivos geopolíticos más ambiciosos: intentar reafirmar ante las burguesías de la región y del mundo que los EEUU sí tienen los medios y están dispuestos a defender sus intereses, sobre todo en su "patio trasero", con la intención de fortalecer la política exterior americana en la región que quedó bastante debilitada después de la administración Bush. Con el aval de Preval y teniendo la justificación de la "emergencia humanitaria", las fuerzas americanas apartaron de un manotazo a las fuerzas de la ONU de la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) comandadas por Brasil, de por sí debilitadas por el terremoto. Al controlar los accesos y las comunicaciones, todos los gobiernos y organizaciones que quieran llegar a Haití tienen que pasar por el "filtro" de los americanos. Por eso, los gobiernos de Francia y Brasil mostraron su malestar, pues varios de sus vuelos fueron desviados a aeropuertos de República Dominicana por los controladores aéreos americanos; inclusive algunos vuelos de Brasil tuvieron que ser desviados a Boa Vista, ciudad al norte de ese país.
Guardando las proporciones, la intervención de EEUU en Haití está en línea con la intervención de este país en Honduras, que dio un frenazo al avance de las fuerzas antiamericanas en Centroamérica mediante el golpe de Estado contra Zelaya; con la diferencia que aquella requirió un juego diplomático mas fino para involucrar a otros países de la región mientras el gobierno de Obama maduraba las condiciones para intervenir de manera mas decidida. La intervención en Haití no permitía demora, así que la "urgencia humanitaria" le vino como anillo al dedo a los EEUU para intentar frenar las tendencias antiamericanas.
Sin embargo, la intervención americana de ninguna manera representa mayor estabilidad para Haití ni la región. A nivel interno, las fuerzas opositoras haitianas aguzan y canalizan las genuinas protestas de la población contra el gobierno de Preval, lo que acentuará la ingobernabilidad, que no podrá ser garantizada por las fuerzas americanas y de la ONU. Por otra parte, el establecimiento de la presencia militar de EEUU en Haití por tiempo indefinido, junto con el fortalecimiento de su intervención en Colombia y Centroamérica, no será aceptado de manera pasiva por otras burguesías, de dentro y fuera de la región: las acciones de los países del ALBA, de Brasil y su influencia en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que hace pocos días convocó una reunión extraordinaria para coordinar la ayuda a Haití, a la que fue invitado Preval, muestran una acción mas intensa de las facciones burguesas antiamericanas de la región.
La intervención de EEUU en Honduras acabó con la corta luna de miel que intentó Obama con los gobiernos de la región durante la V Cumbre de las Américas celebrada en Abril de 2009 en Trinidad y Tobago, donde mostró la "apertura" de la nueva administración, e incluso llegó a cordializar con Chávez, el paladín del antiamericanismo. La aceleración de las confrontaciones entre los países de la región en búsqueda de mayores espacios geoestratégicos, y la respuesta de EEUU que intenta mantener su hegemonía en su "patio trasero", son una fuente constante de inestabilidad e ingobernabilidad en la región, que no puede detener ninguna burguesía en su lucha de todos contra todos; clara manifestación de la descomposición que domina las relaciones internacionales entre los Estados burgueses. De igual manera, los efectos de la crisis capitalista en la región (que se expresa en la fuerte disminución de remesas provenientes principalmente de EEUU y Europa) serán una fuente de malestar social que indudablemente intentarán utilizar las facciones burguesas que pugnan por el poder.
Derroche de cinismo e hipocresía de la burguesía de las grandes potencias...[1]
Para no quedar tan mal parado ante la abrumadora acción americana, el presidente de Francia, Nicolás Zarkozy, promovió una reunión el 25 de enero en Montreal para coordinar la ayuda a Haití. Los EEUU le tomaron la palabra, ya que es una manera de compartir los gastos de la costosa movilización en Haití: así, la Hillary Clinton participa en la reunión, junto con los cancilleres de Canadá, Francia y Brasil, así como representantes de España, Japón, Argentina, Chile, Costa Rica, México, Perú, República Dominicana y Uruguay.
La reunión termina con una declaración que no puede ser más cínica e hipócrita: "los haitianos son dueños de su destino", se reafirma la "soberanía haitiana", se establece como estrategia garantizar un "desarrollo sustentable" a Haití y reconstruirla en un período de 10 años. Pocos días antes, el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, había llamado a la comunidad internacional a lanzar "una especie de plan Marshall" para Haití. Precisamente, las potencias capitalistas que a lo largo de dos siglos han hecho de Haití el país mas pobre del hemisferio occidental, una muestra de la africanización a pocos kilómetros del país con la mayor economía del mundo, ahora se desgarran las vestiduras y proponen su "reconstrucción" en 10 años. Pura farsa e hipocresía!! De seguro se reconstruirán las edificaciones e instituciones del Estado, parte de la vialidad, hospitales, algunas viviendas, etc.; pero la masa de haitianos que viven en la miseria no sólo se mantendrá sino que ahora ha crecido; de hecho, los desplazados al interior del país por consecuencia del terremoto ya han comenzando a regresar a Puerto Príncipe, pues allí es donde pueden medio sobrevivir.
La "ayuda" americana[T1] se concentrará en lo mínimo necesario para el mantenimiento de sus intereses económicos y geopolíticos. Si la recuperación de Haití no estaba dentro de las prioridades de las potencias capitalistas antes del terremoto, ahora mucho menos, tomando en cuenta la crisis económica que sacude a la economía mundial que afecta a los países mas desarrollados. Por otra parte, los frentes de intervención que tiene EEUU en el mundo (Irak, Afganistán, etc.) representan una fuerte carga económica, que mas bien está tratando de disminuir; por lo que otro "frente de guerra" en Haití no se podrá mantener a largo plazo.
...y también de las potencias menores
No son sólo los EEUU, Francia, Canadá o España quienes aprovechan la tragedia haitiana para mostrar su "humanitarismo", también lo hacen los países de la región: la UNASUR en su reciente reunión extraordinaria del 9 de febrero en Quito, Ecuador, aprobó una ayuda de 300 millones de dólares para Haití; Brasil y Venezuela, que en nada ocultan sus intenciones de aspirantes a potencias regionales, pretenden ser los lideres de la verdadera "solidaridad" con el pueblo haitiano. Para justificarse ante el proletariado y la población, apelan al aspecto "humanitario", mas no dejan de acusar a EEUU como el responsable de la tragedia haitiana; unos de manera "radical" como es el caso de Chávez y su combo del ALBA; otros, como Brasil, que lo hace de manera más diplomática.
Brasil
Brasil es el más afectado por la intervención "gringa"; desde el 2004 comanda las fuerzas de la MINUSTAH en Haití, lo que le permitió ganar algunos puntos en su aspiración de ser un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y cierto prestigio regional. Pero la intervención de los EEUU después del terremoto ha sido una bofetada contra Brasil y la ONU, ya que dejó al descubierto que las fuerzas de la ONU son incapaces de mantener el orden en Puerto Príncipe. De allí los reclamos del canciller Celso Amorim ante los EEUU debido al desvío de aeronaves brasileñas a República Dominicana, y las aclaratorias pedidas a la ONU sobre cuál va a ser el papel de la MINUSTAH ante la avalancha de las tropas americanas.
Lula y la burguesía brasileña no se quedan de brazos cruzados ante el riesgo de perder su influencia en la región; no quieren ser segundones de los EEUU. Por eso han desfilado por Puerto Príncipe el ministro de la defensa, el canciller Amorin, y está previsto que el propio Lula viajará el 25 de febrero próximo; el parlamento brasileño aprobó un incremento de gastos importantes para la misión brasileña en Haití y se enviaron aviones con asistencia humanitaria, médicos y personal calificado para realizar rescates.
Lula, para justificar la intervención brasileña, desarrolla una campaña "light" contra los americanos. En el reciente Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre acusó a "los países ricos por la miseria de los haitianos" y defendió las fuerzas de paz que comanda Brasil en Haití pues según él intervienen "sin tener ingerencia en la política o practicar la violencia contra el pueblo de aquel país" [2], en alusión poco disimulada contra la acción de los militares americanos.
La oposición brasileña también aprovecha la situación para atacar al gobierno de Lula; de manera hipócrita denuncia una realidad: se dan recursos importantes para ayudar a Haití, pero no se hace lo mismo para ayudar a los damnificados de las recientes lluvias en Río de Janeiro y otras ciudades, que han dejado un saldo de mas de 70 muertos; que son producto de la falta de atención del Estado brasileño a las poblaciones mas pobres del país, a quienes se les ha permitido desarrollar viviendas en lugares de alto riesgo y a las riveras de los ríos. Los izquierdistas, que tampoco quieren perder figuración, se unen a las acciones de estas facciones de la burguesía brasileña, dentro de ellos los trotskistas del PSOL y el PSTU, y arrecian su campaña para pedir el retiro de las tropas brasileñas de Haití las cuales califican de "fuerzas de ocupación".
Venezuela y los países del ALBA
Chávez y los otros gobernantes que comparten la franquicia del "Socialismo del Siglo XXI" han sido los mas ruidosos para denunciar "la invasión" norteamericana en Haití. Desde el inicio de la misma, han desatado una incesante campaña mediática para acusar al "imperio" de la pobreza del pueblo haitiano y decir que la acción de EEUU está dirigida a detener el avance de las "fuerzas progresistas" en la región; incluso, algunos de sus seguidores han intentado "demostrar" que el terremoto en Haití fue provocado por los EEUU para controlar los recursos energéticos de ese país!! [3]
Por otra parte, han sido muy activos al enviar altos funcionarios a Puerto Príncipe, eso sí, acompañados de sus respectivas "donaciones" tal como lo hizo la Hillary Clinton: el vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, el presidente Correa de Ecuador, entre otros, han ido a ver con sus propios ojos el "horror de las masas haitianas", defendiendo sin tapujos sus posturas antiamericanas.
La ayuda "humanitaria" de los países del ALBA no es nueva en Haití: desde 1998 Cuba interviene principalmente con a la presencia de médicos, lo que el Granma y los medios izquierdistas celebran como la gran expresión de solidaridad de la Cuba "revolucionaria" con los pueblos. Que cinismo!! Estos medios callan o minimizan las terribles condiciones de salud que vive la población cubana: recientemente murieron de hambre y frío 26 enfermos psiquiátricos (extraoficialmente se habla de 56) del Hospital Psiquiátrico "Mazorra"; las epidemias de dengue hemorrágico y conjuntivitis hemorrágica son recurrentes y diezman a miles de personas. Los avances en la salud, que servían de vidriera para mostrar las bondades de la "Revolución Cubana", se derrumbaron a partir de 1989 con el derrumbe del bloque ruso. Desde inicios de los 90, la burguesía cubana somete al proletariado y la población cubana a racionamientos de alimentos, servicio eléctrico, suministro agua, etc.
La "ayuda" venezolana a Haití ha sido mas copiosa y diversificada en la medida que el Estado venezolano ha arreciado su intervención geopolítica en la región: dentro del acuerdo de "Petrocaribe" le suministra petróleo y derivados con facilidades de pago; así mismo a través de la llamada "Brigada Internacional Simón Bolívar" de la Fuerza Armada Bolivariana ha construido casas, ha organizado la recolección de basura en Puerto Príncipe, realiza campañas de alfabetización y de salud junto con Cuba, etc.. A través de esta "ayuda", en nombre de la "solidaridad con los pueblos" en pos de "la igualdad y la justicia social", ha crecido de tal manera la deuda del Estado haitiano, que Venezuela ha pasado a ser el principal acreedor bilateral con una deuda de 295 millones de dólares (aproximadamente un 25% de la deuda externa haitiana).
Evidentemente la "ayuda" venezolana no es gratuita; detrás de ésta, tal como lo hacen otras burguesías, se exige la preferencia por la importación de productos venezolanos, pero sobre todo alineamiento con la política y los intereses del proyecto chavista. Cuando por algún motivo un país beneficiado con los acuerdos petroleros tiene desavenencias con el gobierno de Chávez, inmediatamente se echa a la basura el discurso de "solidaridad con los pueblos", se presiona el pago de la deuda e inclusive se amenaza con suspender los suministros de petróleo y derivados. Esto ya ha sucedido con República Dominicana (Venezuela es acreedor del 18% de su deuda externa) y Costa Rica; y es posible que así suceda con Haití: aunque Venezuela ha ofrecido condonar la deuda con ese país, hay que ver si este ofrecimiento llega a cumplirse, dado los acuerdos de Preval con el gobierno americano. Como vemos, el "pichón" de imperialista Chávez no tiene nada que envidiar al "gran imperio" cuando éste elimina las "ayudas" a los países no alineados con su política.
Al igual que las otras burguesías del mundo, la venezolana hace gala del mayor descaro e hipocresía al intentar justificar por razones "humanitarias" su ayuda a Haití. Mientras la propaganda de los medios de comunicación financiados por el chavismo a nivel de la región muestran a Venezuela como un paraíso en vías al "socialismo"; capaz de construir casas, recoger la basura, suministrar plantas eléctricas, servicios médicos, etc., a los pobres de otros países; el proletariado y la población venezolana sufren los embates de la pobreza y el abandono del Estado: un tercio de la población vive hacinada o en "ranchos" (favelas) debido a la escasez de viviendas; la salud pública está en suelo, lo que ha facilitado la emergencia de enfermedades ya controladas o erradicadas en el pasado; para completar, el gobierno ha tenido que recurrir al racionamiento de electricidad, justificado por el fenómeno climático "El Niño", cuando en realidad obedece al abandono de los planes de mantenimiento y ampliación de los sistemas de servicio eléctrico, después de haber sido unos de los mejores de América Latina. Igualmente, los altos índices de criminalidad generan constantes protestas en la población: el macabro saldo del 2009 fue de 16 mil homicidios, lo que acumula más de 100 mil muertos en los 10 años del gobierno "socialista" de Chávez (según las manipuladas cifras oficiales), equivalentes a la mitad de los muertos del terremoto de Haití.
Tan sólo algunos sectores de izquierda e izquierdistas (así como intelectuales que reciben beneficios del chavismo, como István Mészáros y muchos otros) son quienes se creen y repercuten los cuentos de camino del "humanismo" del "socialismo" venezolano que pregona Chávez a través de sus constantes discursos. A éstos hay que recordarles que después de 10 años del deslave de 1999 que afectó a las poblaciones que habitaban las riveras de los ríos que desembocan en la zona del litoral central de Venezuela , que dejó miles de muertos y damnificados, las obras de recuperación no están terminadas (ni se terminarán) y muchos de los damnificados sobreviven en barriadas pobres del interior del país o hacinados con sus familiares, mientras otros aún habitan las ruinas de las casas que quedaron de pie; en esa oportunidad el gobierno del "humanista" Chávez (con un año en el poder) no tuvo que preocuparse por sepultar en fosas comunes los cadáveres de esta catástrofe "natural" pues quedaron tapiados por el lodo!!
Después del terremoto de Haití, científicos venezolanos han alertado que "Venezuela ha sufrido sismos de magnitudes similares y mayores al sismo de Haití, por movimientos de la placa del Caribe" y que "más de la mitad de la población venezolana habita en viviendas autoconstruidas que carecen de capacidades sismorresistentes, similar a la situación de Haití, y más del 70% de la población vive en zonas sísmicas" [4]; situación que es del conocimiento de la burguesía venezolana en su conjunto, tanto oficialista como opositora. De suceder un terremoto similar al de Haití, de seguro se echaran las culpas oficialistas y opositores, o culparan al "imperialismo yanqui", para ocultar el hecho que a la burguesía nada le importa la vida de los proletarios y las masas depauperadas.
¿Cuál futuro para Haití?
Hoy Haití "está de moda"; es la vedette para la burguesía mundial; todos los gobiernos del mundo prometen ayudarla. Las campañas mediáticas que desarrollan cada uno de los Estados que intervienen (exhibiendo alimentos, medicinas, personal, equipos médicos, etc.), lo que hacen es explotar la genuina solidaridad de la población con las masas haitianas desamparadas. De esta manera, la burguesía pretende justificar ante el proletariado y la población los gastos que ocasionan estas "ayudas", que también son necesitadas por las masas empobrecidas de los propios países donantes.
En pocos meses, cuando merme el flujo de alimentos, las masas haitianas continuaran rumiando el hambre que padecen desde hace décadas. Lo del terremoto, los miles de muertos, damnificados, heridos y mutilados pasarán a formar parte de las estadísticas de las catástrofes "naturales" que han sacudido al mundo en los últimos tiempos.
El proletariado mundial no puede olvidarse de los sufrimientos del proletariado y las masas haitianas. Haití es una vidriera que exhibe los sufrimientos a que es capaz de someternos el capitalismo agonizante; es la vidriera "occidental" que nos muestra que el capitalismo no puede ofrecer una vida digna a las masas proletarias y excluidas sociales.
La catástrofe haitiana es la catástrofe del capitalismo. Es un llamado al proletariado a luchar y desarrollar la revolución proletaria para acabar de una vez por todas con la barbarie a que nos somete la burguesía, tanto de derecha como de izquierda.
Internacionalismo
11/02/10
[1] Ver artículo publicado en el site de la CCI "Terremoto en Haití: Los Estados capitalistas son todos unos carroñeros" https://es.internationalism.org/ccionline/2010_haiti
[2] Ver en www.inforel.org el artículo en portugués "Lula confirma viagem ao Haiti" 27/01/2010
[3] Ver varios artículos al respecto en www.aporrea.org
[4] Ver periódico Tal Cual, 22 de enero de 2010
[T1]unasur lo superara