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En números anteriores de Internacionalismo, hemos abordado algunos aspectos relacionados con el proyecto burgués que se adelanta en Venezuela bajo el nombre de "socialismo siglo XXI" [1]. En este artículo continuaremos desarrollando una crítica marxista, esta vez, al pretendido carácter "revolucionario" y "liberador" de la educación bolivariana, no para diferenciarla de otras versiones educativas anteriormente desarrolladas por la clase dominante, ni para seguir el juego a la burguesía en su conjunto, en términos de enfrentar una educación democrática vs una educación "socialista", sino como un factor de primer orden para toda burguesía, incluyendo a la chavista, en el sentido de convertirla en un vehículo efectivo para la transmisión de su ideología. Además de impulsar el nacionalismo y el patriotismo como nociones que acompañan a todas las ideologías burguesas, en el chavismo éstos se complementan con el bolivarianismo, en el marco de un populismo de izquierda, para confundir al proletariado y hacer que acepte la explotación y la pauperización que progresivamente ha venido sufriendo.
La visión marxista sobre la educación burguesa
La diatriba que ha provocado entre el oficialismo y la oposición la aprobación de la nueva "Ley Orgánica de Educación" (LOE) ha proporcionado una vez más el escenario para la polarización, es decir: existe una educación "buena", "para el pueblo", frente a otra capitalista, burguesa que está reservada a los ricos, que reproduce el egoísmo. Esta situación está expresada en las palabras de Adán Chávez (ex ministro de Educación) refiriéndose a los señalamientos de la oposición con respecto a la (LOE): "Sin duda, es el típico planteamiento individualista, egoísta, exclusivista, de los oligarcas, de los que piensan que la educación es un mecanismo para el ‘ascenso social', donde tienen mayor oportunidad los que cuentan con mayores recursos, es decir, la minoría conservadora que quisiera continuar excluyendo a las masas populares del sistema educativo." [2]. Es la misma engañifa, que persigue sembrar en el sector de los docentes una división entre aquellos "traidores a la patria, egoístas, pitiyanquis", frente a otros "humanistas", bolivarianos, "solidarios", imitando el mismo esquema ya aplicado en otros sectores de trabajadores, oponiendo por ejemplo, una "aristocracia obrera" (como ha ocurrido con los trabajadores petroleros de PDVSA y de las empresas básicas de Guayana) contra una clase obrera patriótica, nacionalista, "socialista". Es esta estrategia la que le ha permitido al gobierno dividir a los trabajadores, llevarlos al terreno de las ilusiones democráticas, atacar despiadadamente sus condiciones de vida, sembrar el sectarismo y el fanatismo, que han resultado altamente nocivos a la toma de consciencia por parte del proletariado.
Desde el punto de vista marxista, no tiene ningún sentido ponerse a escoger entre una educación "buena" o "mala", "democrática" vs una "comunista", tal como lo hace el oficialismo y la oposición. La educación no forma parte de una esfera abstracta, imparcial, natural; constituye un mecanismo a través del cual las distintas clases dominantes que han desfilado por la historia, han proyectado hacia la sociedad sus respectivas ideologías[3]. En este sentido, es también la correa de transmisión por excelencia de los valores y la ética burguesa, en tanto sus fundamentos están expresados en nociones como: el nacionalismo, la competencia entre naciones, el patriotismo, la división de la sociedad en clases, la identidad nacional, el mercado, la formación del ciudadano, el trabajo productivo, entre otras, las cuales conforman la ideología con la cual la burguesía desplaza a las corrientes conservadoras del cristianismo feudal durante el período ascendente del capitalismo, creando la ilusión y la esperanza en las diferentes capas explotadas de que sólo en el capitalismo y en el marco de sus instituciones podrían incluirse en la marcha del "progreso" y el "desarrollo" económico y social. La educación se concibe así, como una vía para la formación de la ciudadanía y la instrucción, como medio para formar mano de obra adaptada a las necesidades del sistema capitalista.
Con la entrada del capitalismo en su fase de decadencia[4], tanto la idea de "ascenso social" como la del "desarrollo material y humano" como consecuencia de la ampliación del derecho a la educación, se vuelven cada vez más una ilusión, además de entrañar un carácter hipócrita por parte de las distintas burguesías. Y esto es así, debido a que la decadencia significa un período histórico marcado no precisamente por un desarrollo de las fuerzas productivas, sino en la utilización de todos los adelantos científico-tecnológicos para desarrollar una destrucción sistemática a través de guerras mundiales y locales, producto de la competencia capitalista y necesidades geoestratégicas. Por otro lado, la educación se convierte en el punto de apoyo de un capitalismo de Estado cada vez más atroz, que conoce su cenit en los regímenes totalitarios europeos. La utilización del sistema educativo para introducir ideologías que van desde el nazi fascismo hasta aquellas del estalinismo o el maoísmo, por hablar sólo de Europa y Asia, acompañó el despliegue de una irracionalidad no conocida en la historia humana, producto de la agudización de las contradicciones del sistema .
El nacionalismo exacerbado alrededor de la defensa incondicional de la patria, es la correa de enganche que ideológicamente ha utilizado la burguesía para llevar al proletariado a destruirse mutuamente en la arena de las guerras imperialistas. Aunado a esto, la permanencia y profundización de la crisis económica mundial ha significado un incremento progresivo del desempleo y la vida precaria que viven millones de seres humanos en el mundo, independientemente del nivel de instrucción alcanzado por los individuos. Es así, que la educación burguesa no puede ser un factor de "desarrollo" del individuo, ya que ella constituye un reflejo de un sistema que traba el desarrollo de las fuerzas productivas, poniéndole un freno al potencial creador productivo humano. Esto no significa que el proletariado deba renunciar a la educación o instrucción; lo que no debe es hacerse ilusiones en torno a que el acceso a la educación le abrirá automáticamente las puertas de la "libertad y la igualdad", el "ascenso social" que pregona la burguesía. Un proletariado ignorante no podrá hacer la revolución; su naturaleza de clase lo lleva no sólo a liberar a la humanidad de la explotación inmediata del capital, sino impulsar y aprovechar los conocimientos científico/tecnológicos, utilizándolos en función del bienestar social humano.
El carácter "liberador" o "promotor de consciencia" a través de la educación "socialista" y bolivariana
El planteamiento de una "educación liberadora" toma fuerza en el contexto del mundo bipolar. Las diferentes expresiones de la izquierda del capital, desarrollaron la idea según la cual los individuos serían más "libres" en la medida en que se emancipaban de una "mentalidad neocolonial", lo que se lograría rompiendo con el dominio ideológico y económico de las grandes metrópolis capitalistas, especialmente de los EEUU, pero también de las antaño potencias europeas. Sin embargo, estas naciones recién "emancipadas" del imperialismo europeo, pasaron a ser consortes del imperialismo ruso o americano[5]; ello no impidió que se desarrollaran ideologías de corte nacionalista, algunas de ellas claramente influenciadas por el estalinismo o el maoísmo, dando lugar al panarabismo, panafricanismo, entre otras. En América, esta idea de "liberación", se establecía al calor del guevarismo, o de su homólogo, el castrismo, pero también bajo la influencia del bolivarianismo[6]. En este sentido, la educación se situaba como el factor clave de esa "desideologización" europea y norteamericana, llamada además al rescate de elementos autóctonos, raíces ancestrales, etc.
El chavismo ha reeditado esta visión, adornándola con planteamientos en torno a la negritud, el indigenismo, los oprimidos, etc. Tal como lo expresa Adán Chávez en el artículo anteriormente citado, con relación a la nueva LOE: "Se resalta acá la formación de los nuevos (as) ciudadanos (as) para la solidaridad, la participación activa y consciente, con una visión indigenista, afrodescendiente y universal", pero en un nuevo contexto, el de la descomposición (que hemos definido como una situación de impasse histórico, debido a que ninguna de las dos clases fundamentales, la burguesía y el proletariado, han podido imponer su salida, o la guerra imperialista mundial o la revolución comunista respectivamente). Este período, que se abre a finales del los 80´s y de cual la caída del bloque soviético constituye un hito histórico fundamental, obliga a esta nueva burguesía en el poder a una recomposición ideológica, frente a una sociedad cada vez más empobrecida, con grandes masas de población marginada, las cuales tiene que soportar una explotación y una pauperización cada vez más acentuada. En este sentido, la burguesía chavista en el poder produce estos refritos ideológicos, que persiguen recrear el "éxito" de las campañas de alfabetización y del sistema educativo cubano (herencia a su vez del estalinismo de los países del exbloque del Este), proclamando una "educación para el pueblo".
La versión educativa del chavismo, echa mano del guevarismo y el "hombre nuevo". Ernesto "Che" Guevara, era portador de una serie de ideas según las cuales, la lucha revolucionaria consistía en una serie de "actos heróicos" llevados a cabo por individuos "desinteresados" que, agrupados en movimientos guerrilleros, interpretaban "los deseos y las aspiraciones del pueblo", para llevarlos directamente al camino que conduciría al "socialismo"[7]. Tales ideas, cargadas del voluntarismo y la impaciencia de una pequeña burguesía que terminó convirtiéndose en asesina y garante de la super explotación en los regímenes "socialistas", tipo Cuba, son las que nos quiere vender el chavismo como "revolucionarias" al punto de llamar "Che Guevara" a una de sus misiones educativas .La idea del "socialismo en un solo país", herencia del estalinismo, fue el modelo a "exportar" por el "Che" a través del foquismo, convirtiéndose en consorte del imperialismo soviético (verdadero "paraíso" de la explotación de la clase obrera) a la vez que potenciaba las aspiraciones imperialistas cubanas en África y en Sur América.
El planteamiento que encierran las misiones educativas[8], puestas en marcha por el chavismo, alimenta las ilusiones de la población, sobre todo de las masas depauperadas, a través de una demagogia y un populismo que encierra hipócritamente la idea de que se pondría en manos de "los excluidos" una educación que sí les daría la palabra, otorgando oportunidades por igual, convirtiéndolos en artífices directos de la creación de una nación "dueña de sí misma", lo cual sólo lograran liberándose de la "dominación ideológica imperialista". Sin embargo, esta tarea "revolucionaria" no podría realizarse sin la acción de una élite y un líder, cuya tarea sería impulsar desde el Estado la formación de "cuadros" que llevarán la "consciencia" a las masas, de lo cual se desprende que la "transformación revolucionaria" dependerá de la rapidez que dicha elite le imprima. Nada más contrarrevolucionario. Ello significaría para los trabajadores quedar de manos atadas, renunciar a su carácter revolucionario, someterse a una ideología que va contra el desarrollo de la conciencia de clase.
En la realidad, las llamadas "misiones educativas" no han significado más que un reparto de migajas por parte del Estado, obligando con esto a amplios sectores de la población a enrolarse en cualquiera de los aparatos de control ideológico del Estado, lo que le ha proporcionado entre otras cosas al chavismo, un número considerable de votos en alrededor de 10 elecciones, desmovilizando a los trabajadores al engancharlos en la trampa de la "democracia para el pueblo". Las diferentes misiones y organizaciones creadas por el chavismo en los sectores de salud, educación, etc., han servido para chantajear a los trabajadores públicos que desde años laboran en esos sectores, amenazándoles con quietarles su empleo ante cualquier tentativa de lucha frente al empobrecimiento creciente. En fin de cuentas, ha sido un mecanismo polarizador, que ha permitido al gobierno ir desmantelando algunos "beneficios", como las contrataciones colectivas, generalizando el trabajo precario no sólo en educación, a la vez que crea un sentimiento de desmoralización en el ámbito de aquellos docentes y trabajadores educativos que rechazan los ataques a sus condiciones de vida.
La verdadera liberación de la explotación humana por el capitalismo, está en manos de la clase obrera mundial
La liberación de la explotación capitalista no es consecuencia de la liberación del dominio de tal o cual potencia. El proletariado tiene en sus manos las armas para derribar al capitalismo, esto es, su capacidad de actuar como una clase mundial, capaz de generar organizaciones que expresen su identidad de clase, pero también, la capacidad de desarrollar una consciencia de clase. Sólo el proletariado tiene en sus manos la posibilidad real de romper con la alienación que engendran las relaciones capitalistas de producción, con lo cual el hombre podrá recuperar su naturaleza humana, como ser social y creativo, que ha sido vaciada de su contenido por las relaciones burguesas de producción.
Aunque Marx o Engels, no establecieron un modelo de "educación socialista", es una trampa pensar que la educación burguesa podría ser una herramienta para que la humanidad se libere de la explotación y las calamidades sociales. Para Marx y Engels, el comunismo no era el resultado de la implantación de un modelo ideal de sociedad, diseñado por algún "iluminado". Este era el resultado de un movimiento real, la lucha del proletariado, capaz de abolir la propiedad (privada o estatal) sobre los medios de producción. Este hecho, sería el punto de partida para que la humanidad pudiera arribar a un Estado en que ya no sería esclava de la necesidad ni sufriría la penuria. En textos como "Principios del comunismo" de Engels, pueden encontrase con relación a la educación, pasajes como éste: "La educación dará a los jóvenes la posibilidad de asimilar rápidamente en la práctica todo el sistema de producción y les permitirá pasar sucesivamente de una rama de la producción a otra, según sean las necesidades de la sociedad o sus propias inclinaciones. Por consiguiente, la educación los liberará de ese carácter unilateral que la división actual del trabajo impone a cada individuo. Así, la sociedad organizada sobre bases comunistas dará a sus miembros la posibilidad de emplear en todos los aspectos sus facultades desarrolladas universalmente. Pero, con ello desaparecerán inevitablemente las diversas clases. Por tanto, de una parte, la sociedad organizada sobre bases comunistas es incompatible con la existencia de clases y, de la otra, la propia construcción de esa sociedad brinda los medios para suprimir las diferencias de clase." De este se desprende una condición imprescindible para que la educación pueda transformarse en un vehículo para el desarrollo de las potencialidades humanas: la desaparición de la sociedad dividida en clases, lo cual sólo puede ser posible una vez que el proletariado ha derribado el poder de la burguesía y le ha arrebatado el control de los medios de producción, con lo cual la posibilidad de desarrollar el "reino de la abundancia" descansa sobre bases objetivas materiales.
A. 11-02-10
[1] Ver los siguientes artículos en nuestra prensa escrita o en nuestro sitio web www.internationalism.org: "Referendum del 15 de agosto: Los trabajadores no deben escoger entre el verdugo Chávez y los verdugos de la oposición" Internacionalismo N° 53, octubre 2004, "El socialismo chavista: nueva forma de redistribución de la miseria, Internacionalismo N° 54, mayo 2005, ´Indigenismo y "socialismo siglo XXI': sólo la lucha del proletariado podrá liberar a la humanidad de la barbarie del capital, Internacionalismo N° 55, octubre 2005, "Una ideología al servicio de la burguesía: el pretendido carácter "marxista" del socialismo siglo XXI".
[2] Chávez, Adam (diciembre, 2008) Ley para la Educación Liberadora. Revista Cuadernos y Caminos, N°2.
[3] Utilizamos el término ideología, basándonos en lo expresado en nuestro folleto Organización comunista y Conciencia de clase, con relación al sistema de ideas que históricamente va construyendo la burguesía para afirmarse como clase política y económicamente dominante: "La clase dominante justifica así y declara inamovible la nueva división de la sociedad en clases. Se oculta la realidad de la explotación, los intereses particulares de una minoría explotadora son presentados como los intereses de todos y la condición del progreso. La división del trabajo en manual e intelectual determina entonces la creación de una capa especializada en mantener y exponer esas ideas de la clase dominante". p.9 Nada que ver con los términos "ideologizar" e "ideologización" que utilizan las facciones del chavismo y la oposición para atacarse mutuamente.
[4] Concebimos la decadencia capitalista como un período en el que el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad es trabado históricamente por las relaciones de producción, se habría agotado para el capitalismo la posibilidad de encontrar, en términos globales, nuevos mercados capaces de dar salida a sus mercancías; este hecho se hizo patente con la I guerra mundial la cual expresó la lucha entre las principales potencias para producir un nuevo reparto de mercados, apoyadas en la fuerza de las armas, destruyendo sistemáticamente un porcentaje importante de las fuerzas productivas ya creadas. En adelante, la profundización de la crisis económica y la agudización de la competencia, llevará a las diferentes burguesías del mundo a aplicar permanentemente reducciones de costos de producción, entre ellos fundamentalmente el salario.
[5] En nuestro folleto Nación o Clase establecemos algunos argumentos que pudiéramos correlacionar con la situación actual: "Esto no quiere decir que las burguesías locales sean siempre puros títeres en manos de las grandes potencias. Las burguesías locales tienen también intereses particulares y tales intereses son también imperialistas. Además de ser agentes de los grandes imperialismos, aceptando su influencia , armas y ‘ayudas', las burguesías locales necesitan crearse su pequeña parcela imperialista para dar salida a sus propios intereses expansionistas. En la época del capitalismo decadente toda nación es siempre imperialista."
[6] En Venezuela y de forma similar en el resto de Sur América, aparece a principios del siglo XIX en el marco de las guerras de emancipación hispanoamericana la ideología independentista, según la cual la fundación de las nacientes repúblicas, necesitarían el desarrollo de una ética y una moral inspirada en el pensamiento ilustrado europeo, cuestión que contribuiría a romper con la mentalidad colonial española y con las instituciones que le eran naturales, fundada en la religión católica, lo que haría a los hombres "libres e iguales", siguiendo la proclama de la Revolución francesa. En este sentido, la llamada "educación republicana" estaría en el centro de ese cambio de mentalidad. Esta idea fue cultivada posteriormente y devino en lo que se ha llamado "bolivarianismo", cambiando con el pasar del tiempo el objeto del cual habría que "liberarse", en este caso del imperialismo americano. Chávez ha utilizado la figura y las ideas de Simón Bolívar como "fuente de inspiración moral" frente a la "oligarquía corrupta", argumento que lo catapulto como candidato y posterior presidente de la República.
[7] El «foquismo» es la más pura expresión de ese voluntarismo, donde las condiciones históricas y la comprensión de éstas son suplidas por el deseo y el «heroísmo» de una minoría. Las condiciones subjetivas (la conciencia de la necesidad de la revolución), según el manual guevarista, «se crean mediante la lucha armada que va haciendo más clara la necesidad del cambio (y permite preverlo) y de la derrota del ejército por las fuerzas populares y su posterior aniquilamiento», el «foco insurreccional» crea las condiciones. Este simplismo hace eco en la impaciencia pequeño burguesa y en el activismo sin principios que se comen las uñas por «entrar en acción», por «hacer algo», no les importa si ese «algo» ¡va en sentido contrario a sus deseos! Correo del lector: Guevarismo, una ideología contrarrevolucionaria. Revolución Mundial (noviembre-diciembre 2005).
[8] Con relación a las misiones educativas (Misión Robinson I y II, Misión Ribas, Misión Che Guevara), José Luís Farías, ex presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, ha señalado con base a las estadísticas del Ministerio del Poder Popular para la Educación, el "fracaso del sistema escolar para captar la demanda de estudiantes y la caída brutal de las matrículas de las misiones educativas", agregando de seguido que: "el gobierno cometió un fraude a la nación y a los pobres de forma espantosa. Se está jugando con la ilusión de la gente. Se evidencia que son sólo anuncios y no realidades." Muestra también las siguientes cifras: "Se estimaron 104 simoncitos, pero sólo construyeron 7. Planificaron 3 escuelas indígenas y no levantaron ninguna. Se prometieron 291 nuevas aulas de preescolar, pero sólo rehabilitaron 119, se anunciaron 446 nuevos planteles y sólo aparecen 25." Matrícula Oficial descendió el año pasado en 2.536.897 alumnos. El Universal, sección Nacional y Política, 14 de marzo de 2008.