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La Reforma Laboral aprobada el pasado 22 de Junio por el parlamento español, supone un mazazo a las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera. Una puñalada más que añadir al descomunal número de parados (casi CINCO millones), a los recortes salariales por doquier - como el del 5% de media en las nóminas de los empleados públicos - a la congelación de las pensiones,... Supone, también, el siniestro toque de una nueva carga anti-obrera que se barrunta en el horizonte: el retraso de la edad de jubilación a los 67 años y el recorte de las pensiones vía la ampliación del período de cálculo de ellas, el tajo a prestaciones y subsidios sociales, y un terrorífico etcétera.
A lo largo de los meses que Gobierno, Patronal y Sindicatos han estado "mareando la perdiz" con las negociaciones de, una u otra, Reforma laboral, nos han estado machacando de que constituía una necesidad perentoria para eliminar las "rigideces" del mercado laboral que impedían, según ellos, la lucha contra el desempleo, achacando además esta falta de flexibilidad, a la defensa de los intereses de casta de los trabajadores con contratos fijos que, egoístas ellos, se negarían a renunciar a sus altas (¿?) indemnizaciones por despido. Pero esto no son más que patrañas. En cuanto a lo primero las propias estadísticas oficiales de la burguesía española así lo atestiguan: en el año 2009 se realizaron en España 13 millones de contratos, el 68% de ellos de menos de 1 mes. ¿Dónde está la rigidez? Y sin embargo el número de parados se incremento en más de 1 millón de personas. Respecto a lo de la "dualidad" (una palabra muy en boga) del mercado laboral, es innegable la alta tasa de temporalidad, que ha llegado a superar el 33% de la población activa1. Lo que es rotundamente falso e insidioso es inculpar de ello a los trabajadores "fijos", cuando la causa, como mostraremos más adelante, es precisamente la sucesión de reformas laborales, que desde hace más de 30 años, la burguesía viene lanzando contra los trabajadores en España.
"Reforma" sobre "reforma" : Más paro, más precariedad y más explotación
Digamos, de entrada, que fueron las grandes luchas masivas de los años 72-76 las que forzaron a la patronal y a sus gobiernos (franquistas y de la UCD) a hacer concesiones en materia de indemnizaciones por despido improcedente (Ley de Relaciones Laborales de 1976).
Pero como sucede en la etapa de la crisis histórica del capitalismo, las mejoras conquistadas por los trabajadores son inmediatamente atacadas por las exigencias de la explotación capitalista. Por ello, cuando el impacto de las mistificaciones democráticas y sindicales fue agotando esa formidable oleada de combatividad obrera, la burguesía española pasó al contra-ataque, primero con los Pactos de la Moncloa de 1977 y los topes salariales de Abril Martorell en 1979, y luego con el Acuerdo de Bases, el Estatuto de los Trabajadores y el Acuerdo Marco en 19802. Con esta batería de medidas, se establecía por ejemplo, la existencia de "causas objetivas" para los despidos (bajas laborales prolongadas3, " inadaptación" del empleado al puesto de trabajo, causas tecnológicas,...), así como los primeros pasos para el desarrollo de la eventualidad laboral (aunque entonces sólo afecta al 4% de los trabajadores). En aquel momento sin embargo la principal prioridad de la burguesía es liquidar las concesiones (p. ej. las subidas salariales iguales para todos y no porcentuales) a las que le habían forzado las huelgas del 75 y 76. Además en esa legislación se introduce por primera vez la indexación de las subidas salariales con las previsiones de IPC del Gobierno (y no con la inflación real del año anterior como se había reivindicado hasta ese momento), y sobre todo se establecen por vez primera las famosas "cláusulas de descuelgue" de los convenios, por las que los trabajadores de las empresas pequeñas y medianas pierden la "protección" de los compañeros de las empresas más grandes, y que permiten a la Patronal que, una vez diluida la fuerza que da la lucha común, apliquen las condiciones que les convengan. Y hoy UGT, que aplaudió el Estatuto de los Trabajadores y aprobó el Acuerdo Marco tiene la desfachatez de protestar por el "atentado" a la negociación colectiva que supone la Reforma Laboral de ZP.
El siguiente bajonazo ya no se concentrará tanto en los salarios (que desde entonces no han recuperado verdaderamente capacidad adquisitiva) sino las pensiones y la eventualidad laboral. Respecto a la primera recordemos la Reforma de la Seguridad Social de 1985 que recortó las pensiones de jubilación mediante la ampliación del período de cálculo de ésta (una más de las ideas de Felipe González que hoy copia ZP). En cuanto a la segunda conviene recordar que en aquellos momentos se está produciendo en todo el mundo una plaga de desmantelamiento de empresas, so capa de "reconversión industrial", que en España supone 1 MILLÓN DE DESPIDOS, llevando la tasa de paro a una cota superior al 20%. Con el Acuerdo Económico y Social (1984) y la Reforma del Estatuto de los Trabajadores (1985), el gobierno "socialista" ponía a la patronal en bandeja de plata ¡hasta 16 modalidades de contratación! con las que procede a la sustitución de empleo fijo por contratos temporales4. En otro ejercicio de brutal cinismo Felipe González prometió entonces que «los empleos temporales de hoy serán los fijos de mañana» (reconocía Antonio Gutiérrez entonces capitoste de CCOO y hoy apoltronado del PSOE en su reciente artículo de El País del 22/06). Lo cierto es que la tasa de eventualidad pasó en los 3 años siguientes del 13 al 30% de la población activa.
Tras los activos, los parados; tras los parados jóvenes a los que se encadenaba de por vida a la precariedad, a los desempleados de larga duración. El incesante ataque de los explotadores a las condiciones de vida y trabajo del proletariado ha ido poniendo el punto de mira sucesivamente en un sector obrero tras otro. Al Plan de Empleo Juvenil de 1988, le sucedió el Decretazo promulgado en Abril de 1992 por el gobierno PSOE que suponía un criminal recorte de los subsidios de paro tanto en cuantía como en duración de las prestaciones. Con el 33% de los trabajadores encadenados a una inacabable sucesión de contratos temporales, el Gobierno elevaba de 6 meses a 1 año el período mínimo de cotización para poder tener derecho a la prestación de desempleo.
Y a éste le siguió la Reforma Laboral del año 1994. Entonces la burguesía siguió un guión similar al empleado con la que están a punto de implantar en 2010. Durante meses Sindicatos, Patronal y Gobierno marearon la perdiz de unas inacabables negociaciones que al final "fracasaron", lo que obligó a Felipe González a promulgar en solitario una ampliación del arsenal anti-obrero de la burguesía (sobre todo de las causas objetivas de despido y del las "cláusulas de descuelgue" de los convenios). Al mismo tiempo instauraba nuevos tormentos para los asalariado: el llamado "contrato de aprendizaje" (rebautizado por los trabajadores como "contrato basura"), y la legalización de las ETT's (también conocida como "chupasangres").
Envalentonado por el ejemplo de su predecesor, el gobierno de Aznar procedió a idéntica sistemática estrenándose con un bloqueo del salario de los funcionarios (1996), para proseguir al año siguiente con una "nueva" (¿y van...?) Reforma Laboral, apellidada en esta ocasión Acuerdo para la Estabilidad en el Empleo y la Negociación Colectiva, que amén de permitir a los patronos la movilidad geográfica de sus empleados, u organizar a su antojo la jornada laboral mediante la introducción del cómputo anual de las horas de trabajo, se concentraba sobre todo en la ampliación de las causas objetivas de despido como vía para abaratarlo, que como hemos visto ha sido siempre (desde el Estatuto de los Trabajadores) y va a ser ahora en la reforma ZP, la vía elegida por la burguesía para abaratara el despido5. ¿Por qué entonces lo que entonces les pareció a los Sindicatos de lo más plausible, procediendo a firmarlo entusiásticamente, les suena hoy a "intolerable recorte de derechos laborales"?. La explicación no está en que, como quieren hacernos creer los propios sindicatos, el gobierno ha dado "un giro copernicano". Lo que ha cambiado es sin duda, la situación de hartazgo e indignación de los explotados ante la avalancha de ataques y la propia complicidad sindical, aunque esto será materia de otro artículo de nuestras publicaciones.
La Reforma laboral de ZP,... llueve sobre mojado
Y ahora, poniendo una vez la coartada de la lucha contra el desempleo y la precariedad, aprietan el culo - hasta el extremo de que sus señorías están dispuesta a "trabajar" en Agosto - para aprobar una nueva "reforma laboral", que viene a ser más de lo mismo, puesto que, como todas las reformas anteriores, no va crear empleo sino simplificar y abaratar su destrucción, y no va a erradicar la plaga de la eventualidad sino a generalizarla. Así por ejemplo, y presuponiendo que la redacción definitiva conserve lo esencial de lo aprobado el 22 de junio,...
- Se van a a incluir entre las causas objetivas de despido (que darán lugar a indemnizaciones de 20 días por año trabajado con el tope de 12 mensualidades) que «de los resultados de las empresas se desprenda una situación económica negativa».
- Se amplían las causas para la utilización de "clausulas de descuelgue" por empresas en "dificultades" (¿?).
- Se universaliza para los nuevos contratos de todos los obreros la indemnización de 33 días por año trabajador en los casos de despido improcedente.
- Hasta 2012 se financian hasta 8 días de esa indemnizaciones con cargo al FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), que, en teoría, se compone de cotizaciones patronales, pero que habida cuenta de la situación deficitaria que ya presenta a día de hoy (es incapaz de pagar más de la mitad de lo que debe), es fácil prever que será asumido por el Estado, en una nueva e indecente demostración de transvase de plusvalía a favor de los empresarios, lo que en el eufemístico y zapateril lenguaje se define como "socialización de las indemnizaciones".
- Se faculta a las empresas a aplicar el llamado "modelo alemán", es decir la sustitución de despidos por reducciones desde el 10% hasta el 70% de la jornada laboral, cubriéndose la diferencia salarial del trabajador con cargo a.... ¡sus subsidio de desempleo!.
Lo que la burguesía española necesita, con la urgencia que la plantea la agravación de la crisis capitalista mundial y su posición de especial debilidad ante ella6, es descargar un nuevo y criminal hachazo a lo que ella llama "costes laborales" que son en realidad nuestras vidas, nuestras condiciones de trabajo,... Sabe pertinentemente, por mucho que trate de colarnos discursos esperanzadores, que se avecinan nuevos planes de despidos masivos, recortes tremebundos de prestaciones sociales, etc,... y necesita acerar su arsenal chantajista e intimidador. Al día siguiente de aprobada la Reforma laboral 2010, el propio gobierno así lo aplicaba con los trabajadores de una empresa pública como es la agencia oficial de noticias (EFE), que se negaron a aceptar una reducción de salarios del 8% y que por ello sufrieron 29 despidos por "causas objetivas". Habría que preguntarse por ejemplo que futuro les espera, con esta nueva ley, a los miles de trabajadores que llevan dos años en Expedientes de Regulación de Empleo como en el sector del automóvil, y que se enfrentan ahora a una nueva caída de los pedidos,...
Es normal que esta nueva Reforma Laboral llene a los trabajadores de preocupación e indignación. Para muchas familias obreras con los jóvenes en paro o con empleos precarios, y los mayores con pensiones insuficientes, los 45 días por año trabajado a los que hasta ahora tenían derecho los trabajadores de la generación que hoy tiene 45-55 años de edad, constituía una especie de colchón de seguridad que ahora ha desaparecido llenándoles de inquietud. Además si en el pasado la burguesía trataba de espaciar los ataques de forma que no todos los sectores de la clase obrera se vieran concernidos simultáneamente, ahora, debido precisamente a la reducción del margen de maniobra que provoca la agravación de la crisis capitalista mundial, se percibe muy bien como todos los sectores obreros (activos, parados y pensionistas; funcionarios y empleados del sector privado,...); y todas las condiciones del trabajo asalariado (la contratación y el despido, el salario, la jornada laboral,...) están siendo atacados a muerte. Aquí y en todo el mundo. En Gran Bretaña por ejemplo, hace ya unos meses que el anterior gobierno laboralista (contando con la anuencia de 5 de los 6 sindicatos del sector público) redujo el tope de las indemnizaciones por despido para los trabajadores públicos de seis años y medio a dos años. Ahora el nuevo gobierno "conservador" pretende introducir una legislación de emergencia para abaratar las rescisiones de contratos mientras amenaza con más de 600 mil despidos de empleados públicos.
Ahora de nuevo, para debilitar nuestra respuesta quieren hacernos creer que efectivamente se trata de un mal trago, de una situación de emergencia derivada de una crisis que igual que ha venido se irá, y que podremos de nuevo volver a "disfrutar" de la prosperidad capitalista,... pero como hemos podido ver con el histórico de las sucesivas reformas laborales acaecidas en España, los ataques anti- obreros no aparecen y desaparecen sino que se implantan y se quedan, ahondando cada vez más la precariedad y la miseria en el seno de los trabajadores, como corresponde a una situación de crisis sin salida del sistema capitalista que condiuce a la humanidad a su aniquilamiento.
La verdadera alternativa a ese negro futuro no pasa por mantener el capitalismo en su versión aparentemente "humana", con otro mercado laboral organizado por consenso entre Patronal, Gobierno y Sindicatos, como defienden estos últimos. Precisamente ese mismo histórico pone de manifiesto la complicidad sindical con los sucesivos planes anti obreros de la burguesía, bien refrendándoles abiertamente; bien, como analizaremos más extensamente en un posterior artículo de esta publicación, "oponiéndoles" pataletas estériles como las huelgas generales de 1985, 1988, 1994 y 2002. No. La única plataforma a la que los obreros pueden agarrarse para tratar de resistir el vendaval de los ataques anti obreros es la lucha, la solidaridad con todos los focos que expresen una resistencia a la lógica criminal de la explotación, la creación de lugares -reuniones, asambleas, manifestaciones, etc,.. - donde analizar juntos la gravedad de los ataques que nos afectan a todos, donde la respirar la fuerza que da la unidad y la solidaridad de clase. La preparación de esos combates no pasa por esperar pasivamente a las convocatorias sindicales, sino juntarnos, organizarnos, promover iniciativas que vayan impulsando en el seno de la clase obrera las repuestas masivas a los ataques generalizados contra ella.
Valerio, 16 de Julio de 2010.
1 Aunque el brutal aumento del paro que en los dos primeros años de la crisis se ha cebado más en los empleos precarios ha reducido actualmente esa tasa al 25%.
2 Faltos de espacio remitimos a los lectores interesados a que nos soliciten los nº de AP en los que denunciamos los ataques anti-obreros y las patrañas ideológicas de la burguesía que los acompañaron
3 También es de esa época la disposición que reduce el salario en caso de enfermedad.
4 Este reemplazo de un tipo de contrato por otro viene también determinado por la creciente debilidad del capital español respecto a sus competidores. Liquidado prácticamente el "sueño industrial" del franquismo, el capital español se deshace de sus posiciones en astilleros, siderurgia, etc. y se concentra en sectores como el turístico que le permiten el uso de mano de obra poco cualificada, con una rotación muy alta, como antes veíamos con las estadísticas sobre contratos temporales, etc.
5 En la editorial del nº 133 de Acción Proletaria en que denunciábamos esta estratagema, recogíamos lo que El País había publicado el 1 de Marzo de 1997: "Un documento interno de la CEOE reconoce claramente el objetivo de abaratar el despido. La reforma pues, debe centrase en conseguir que en la práctica el coste del despido se vea reducido mediante una regulación adecuada del denominado despido objetivo y, por tanto, que en el futuro la mayor parte de los despidos pueda canalizarse al amparo de esta modalidad de extinción"
6 Excede de las pretensiones de este artículo explicar ese curso histórico de la crisis capitalista mundial, así como de las particularidades de sus repercusiones en España. Animamos a los lectores interesados en conocer nuestros análisis sobre ello a consultar los artículos del anterior número de AP: La crisis no se va sino que continua más grave, y también Plan de austeridad del Gobierno Zapatero: El peor ataque a los trabajadores desde que se instauró la democracia