Submitted by CCI Online on
El pasado 18-03-09 se celebró en la fábrica de automóviles SEAT de Barcelona, propiedad de la multinacional Volkswagen, un referéndum convocado por la mayoría de la representación sindical con el objeto de que los trabajadores "decidieran" si aceptaban o no una congelación salarial de de dos años, es decir hasta el año 2011; a cambio, por parte de la empresa, se proponía un compromiso difuso y que en realidad a nada la obligaba, según reconocía el mismo Presidente del Comité de Empresa[1] (de la U.G.T.), a fabricar el modelo Audi Q3 a fin de aumentar la carga de trabajo y mantener los empleos. Hasta aquí el fondo del problema a decidir, según los llamados "representantes legales" de los trabajadores. Pero veamos más de cerca los hechos y lo que significan.
Los datos del referéndum[2]
La plantilla de la empresa es de 13.337 trabajadores, el voto a favor del SI ha sido de 5.499 (41'23%); la abstención se cifra en el 37%; en contra, es decir NO, el 18'9%; nulos y blancos 2%.
La representación sindical está repartida entre U.G.T., que tiene la mayoría con 21 delegados, y CC.OO y CGT que suman 24[3].
La composición del Comité Intercentros, tras las últimas elecciones sindicales de 2007, es: U.G.T. 6, CC.OO 4, C.G.T. 3
Examen del resultado
A la vista de los resultados se puede comprobar que, aproximadamente, el 59% de la plantilla se ha decidido por la abstención o ha votado no, correspondiendo el voto negativo (18%) al electorado sindical de C.G.T. y en menor medida a CC.OO. Así las cosas, hay que resaltar que el referéndum no ha conseguido el voto positivo de la mitad de los trabajadores, sino la mayoría sobre la participación habida. Desde el punto de vista rigurosamente electoral, el referéndum ha sido un sonoro fracaso teniendo presente que la UGT y más de la mitad de CC.OO, con el apoyo de la empresa, propiciaban abiertamente el sí[4].
Balance
En primer lugar están las posiciones que han mantenido los sindicatos frente al referéndum, tanto ante el procedimiento decisorio como en lo se refiere al contenido: UGT lo tenía claro desde el principio, ha propiciado el referéndum con el beneplácito de la empresa, aceptado la congelación salarial hasta el 2011, de acuerdo con las directrices de la patronal española CEOE, a cambio de que no se produzcan regulaciones de empleo, es decir despidos, y un ambiguo compromiso de la empresa de producir en la factoría de Martorell el modelo Q3 del Audi. CC.OO manifestó que defendía la misma postura que UGT, pero con el matiz de que proponía la recuperación IPC real en 2011, algo que la dirección de SEAT rechazó de plano; desde este sindicato se dijo también que aunque no estaban de acuerdo con el referéndum propugnado por UGT, ellos participarían y se vincularán al resultado. ¿Cuál es la posición de CGT que se reivindica, frente a los otros, como el verdadero sindicato de clase? Este sindicato, en su toma de posición sobre el referéndum, no lo rechaza frontalmente, sino que se opone a la forma de su convocatoria aludiendo a que han existido reuniones secretas (cosa que es verdad) entre el Gobierno catalán (representado por la consejera de trabajo Sra. Mar Serna), UGT, CC.OO y la dirección de SEAT; no se opone a que se consulte a los trabajadores siempre que antes haya un preacuerdo con la empresa, cosa que no ha sucedido; también muestra su acuerdo con la reclamación de CC.OO de que en 2011 se recupere el I.P.C. (el coste de la vida). En concreto, la tabla reivindicativa de CGT "en un esfuerzo de acercamiento a los demás sindicatos" se concreta en:
-"Recuperación del IPC real en 2011 en tablas o en una paga consolidada para el futuro, como salida unitaria que desbloqueará la división entre UGT y CC.OO."
-"Incremento del 2% en tablas para los oficiales auxiliares en 2009 y 2010."
-"Reducción de los 5 días a todo el personal objeto de la congelación salarial, y no solo a los que adeudan 35 días en su bolsa colectiva."
Siempre según CGT: "Estas propuestas no las quisieron tener en cuenta las direcciones de ambos sindicatos y votaron poner a consulta la propuesta de UGT". Lo que, en consecuencia, viene a decir es que si tales propuestas se hubiesen aceptado la CGT habría participado en el referéndum sobre la congelación salarial.
En segundo lugar, puede verse que cada sindicato asumió el papel que tiene que desempeñar ante los trabajadores y, básicamente, a pesar de que a veces da la sensación de que hay entre ellos enfrentamientos de calado, la sangre sindical nunca llega al rio. Las coincidencias fundamentales entre ellos diluyen cualquier discrepancia de fondo a pesar de las apariencias y a la hora de afrontar reivindicaciones el sindicalismo se encuentra impotente. ¿Por qué?: Primero, porque la lucha sindical está sujeta a la legalidad del capital y ésta no es posible romperla desde dentro; así, a título de ejemplo, cosas esenciales como la representación de los trabajadores se encuentra regulada de forma muy rigurosa por la normativa estatal; el proceso electoral, mediante el que se eligen los delegados sindicales, se verifica cada cuatro años y los elegidos no pueden ser revocados por los electores hasta las siguientes elecciones; además, la afiliación obrera ronda el exiguo porcentaje del 9%; ciertas huelgas fijan unos servicios mínimos que neutralizan la capacidad de presión de los trabajadores; las luchas por la extensión de las huelgas y en solidaridad con otros compañeros no están permitidas, sino que deben circunscribirse al ámbito de la empresa y del convenio en cuestión, etc. Ya solo con estos ejemplos vemos como las luchas por mejores condiciones de vida de la clase obrera es inviable en el marco de esos límites. Ahora bien, ¿quiere eso decir que la lucha reivindicativa, si no hubiese esos límites legales, podría ser viable sindicalmente? La respuesta a esta pregunta sobrepasa lo que estamos comentando, pero haremos una breve reflexión para que pueda servir para el debate.
Desde hace mucho tiempo, a lo largo del siglo XX, las Constituciones burguesas de los países con mayores concentraciones proletarias, incluyeron el sindicato como uno de los derechos fundamentales, al igual que los llamados derechos de reunión, asociación, etc. La importancia del sindicalismo, como representante de la "parte social" y como instrumento para legitimar los ataques a las condiciones de vida a los trabajadores a favor del capital y evitar así la intervención directa de estos, es tan importante para el Estado capitalista que hasta las dictaduras más violentas mantuvieron, transformaron o crearon sindicatos a su medida: Rusia, España, China, Argentina, etc. La visión que va tenerse de los sindicatos ya no será como antes, que eran verdaderas organizaciones reivindicativas y "escuelas de comunismo", la tendencia será a convertirlos en interlocutores sociales entre el capital y el trabajo, con la tutela del Estado y considerarlos como los legítimos negociadores dentro de un sistema dentro del que cada una de las partes, capitalistas y obreros, tienen su lugar y pueden defender sus intereses, criminalizando, el movimiento de lucha autónomo al margen de los sindicatos. Y precisamente ahí está la trampa en la que caen muchos obreros honestos que se afilian y trabajan en el sindicalismo, creerse la mistificación de que los intereses de los trabajadores son compatibles con el interés de la economía nacional y de la empresa, cuando precisamente son intereses que se oponen frontalmente el uno con el otro: el interés del obrero supone la negación del capitalista y viceversa. "La clave para que la lucha reivindicativa de los trabajadores defienda seriamente sus intereses más elementales es romper con todo planteamiento de defensa de la economía nacional y de salvación de la empresa"[5].
En este contexto general es donde tienen lugar las "negociaciones obrero-patronal", donde la "defensa" de los intereses de los trabajadores ya nace muerta y donde se teatraliza con golpes de efectos la supuesta negociación, que de haberla al final siempre se traduce en retrocesos. SEAT no es una excepción sino un ejemplo puro de lo que decimos: Aquí ha intervenido el sindicalismo con sus diferentes perfiles y matices pero ninguno, por lo que hemos visto y leído, cuestiona "que sean compatibles intereses de los obreros e interés de la empresa", están convencidos de ello y por eso actúan así. Al igual que sus socios en el Gobierno, los dirigentes sindicales de UGT y de CC.OO, la dirección de SEAT y el Gobierno catalán han mantenido reuniones secretas en Barcelona, y lo más normal es que de estas reuniones salgan acuerdos también secretos y ya sabemos, cuándo hay acuerdos de esta clase, quien gana y quien pierde.
Con la celebración del referéndum se ha intentado, todavía no podemos decir que lo hayan conseguido, salvar la cara de los sindicatos evitando el mayor descrédito que hubiera significado la firma de la congelación salarial directamente por los sindicatos; además, cuando las cosas se pongan feas y los trabajadores les increpen o les pidan cuentas siempre podrán contestar que han ido tan lejos como permitían las circunstancias y hasta donde los trabajadores han podido, que ellos no pueden ir más allá de donde los trabajadores quieren ir, y que por eso votaron un referéndum democrático, pero poniendo especial cuidado, todos los sindicatos, en no denunciar que la política sindical misma forma parte del Estado y aquí se encuentra su límite.
S. 30-03-09
[1] "...aunque puede salir que SI y que luego la empresa no conceda la fabricación del Q3, incluso que salga que NO y sea concedido".
[2] Parte de los datos están sacados de la web de CGT
[3] Esta representación se refiere al centro de Martorell que es donde se ubica la producción
[4] Según una reseña de la web kaosenlared, algunos trabajadores se presentaron frente a la urna con una pinza en la nariz.
[5] Acción Proletaria Nº 203, septiembre - noviembre 2008. "¿La lucha reivindicativa de los obreros, tiene que ser necesariamente sindical?"