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Mientras la Izquierda y la extrema izquierda del Capital redoblan sus esfuerzos para que elijamos campo entre los contendientes burgueses y nos encerremos en una visión nacionalista (apoyar la "resistencia palestina") o democrática (presionar para que la ONU y las "grandes democracias" hagan "entrar en razón" a Israel y Estados Unidos), esta vez se han multiplicado las posturas que defienden OTRA VISION, la visión internacionalista que denuncia la guerra como producto del capitalismo en su conjunto, que rechaza elegir campo entre los verdugos imperialista y que propone la única salida posible: la lucha solidaria de todos los trabajadores del mundo.
La masacre en Palestina sigue cobrando vidas: La única alternativa es la solidaridad internacionalista de los trabajadores por encima de las fronteras nacionales para enfrentar unidos los crímenes perpetrados por el capital.
La ciudad de Gaza, en Palestina, es hoy un horrendo escenario donde la guerra provoca día con día más y más victimas mortales, las cuales ya se cuentan por centenares (casi 800 muertes hasta el día de hoy) y miles de heridos. El Estado de Israel ha atacado indiscriminadamente desde el pasado 27 de diciembre a la población palestina; el pretexto para llevar adelante esta asesina ofensiva contra la población civil ha sido el ataque realizado por Hamas (grupo político-militar fundamentalista islámico que gobierna Palestina desde el 2006) con misiles caseros a ciudades israelíes.
Ambos gobiernos, el de Israel y el de Palestina, representan los respectivos intereses de los explotadores de cada uno de sus bandos, por lo que tomar un lado en esta guerra es tomar lado por uno de los bandos capitalistas que en función de defender sus intereses burgueses atacan indiscriminadamente a la población civil de ambos lados de la frontera. Estos dos gobiernos (como todos los gobiernos en general) son ajenos a los intereses de los proletarios de la región y del mundo, y al mismo tiempo que condenamos los crímenes contra la población civil provocados por el gobierno de Israel de un lado y por Hamas del otro, declaramos que la única salida que podrían encontrar en estos momentos los explotados palestinos, que están siendo cruelmente masacrados, es llamar a la confraternización con los proletarios de Israel, sus hermanos de clase y sus mejores aliados en estos duros momentos, para luchar unidos contra ambos gobiernos.
Todas las organizaciones izquierdistas del mundo que se oponen a la agresión de Israel en Gaza nos hablan de apoyar la "resistencia palestina", una falsa y peligrosa consigna que mezcla a los explotadores con los explotados palestinos, y que impide que el proletariado de Palestina se reconozca como clase y que los proletarios del resto del mundo, en lugar de solidarizarnos con nuestros hermanos explotados de esa región, brindemos nuestro apoyo a todo el "pueblo palestino", incluidas las reaccionarias y explotadoras organizaciones Palestinas como Hamas (que ha reprimido a los trabajadores palestinos que se han ido a huelga acusándolos de "traición a los intereses nacionales"), la OLP, entres otras, que siempre han tenido como objetivo la creación de un Estado palestino independiente, es decir, una nueva nación capitalista, una "propia" prisión nacional de los proletarios palestinos.
La única resistencia que podemos apoyar y defender es la que den los explotados de Palestina frente al Estado de Israel y frente a sus propios gobernantes que les explotan y les reprimen. Esta resistencia sólo puede representar los verdaderos intereses de los explotados si mantiene integra su autonomía de clase frente a las organizaciones burguesas de todo pelaje (Hamas, Yihad Islámica, OLP, FDLP, etc.) y sí adquiere un carácter internacionalista, llamando a los proletarios del otro lado de la frontera (y a los del mundo) a luchar de manera unida contra todas las barbaries perpetradas por el capitalismo. Quienes llaman a levantar una "resistencia nacional" en Palestina no hacen sino repetir el repugnante discurso de los reaccionarios gobernantes palestinos, que para encuadrar y someter a la clase obrera de Palestina le llaman a luchar por la "defensa nacional" frente al supuesto "enemigo común".
Otras de las confusiones promovidas por los izquierdistas es repetir una y otra vez que Israel es un "Estado asesino", mientras llaman a la "comunidad internacional", incluidos otros países y organismos capitalistas como la ONU a que frenen la criminal masacre en Gaza. Es cierto, el de Israel es un Estado asesino (y debemos de condenar los crímenes que comete y ha cometido contra la población), pero asesinos son todos y cada uno de los Estados del mundo, que existen para legalizar y mantener, mediante las leyes y mediante la violencia abierta, la explotación de una clase sobre otra, así que la única posición clara es afirmar que mientras existan los Estados (todos) existirán las guerras, la explotación y la miseria, y que hacer diferencias entre Estados "asesinos" y "no asesinos", como entre Estados "democráticos" y "totalitarios" es una falsa ilusión reaccionaria para los explotados de todo el mundo, para quienes su enemigo no es uno u otro Estado en particular, sino todos ellos.
Además de lo anterior, hay quienes hablan de luchar por una "Palestina Libre", esa consigna no significa más que el apoyo a la creación de un Estado-nación palestino, una falsa alternativa para los explotados. El proletariado es una clase mundial, no tiene nación, por tanto, su lucha no tiene, ni puede tener, un carácter nacional. El carácter de la lucha de la clase trabajadora es internacional, por la destrucción mundial del capitalismo y por la creación de una sociedad sin clases y sin fronteras.
Es necesario, además, que entendamos que la guerra es indispensable para el propio funcionamiento del capitalismo, pues ésta sirve para "resolver" las rivalidades político-económicas de las diferentes burguesías nacionales representadas por cada uno de los Estados del mundo, por tanto, para librarnos de las guerras, es preciso que nos deshagamos del capitalismo, para lograrlo se requiere de la lucha, la solidaridad y la organización de la clase trabajadora mundial, que tiene, gracias a su poder social, su número y su capacidad de organización, la fuerza para terminar con un sistema explotador y asesino como lo es éste en el que vivimos actualmente y construir una nueva sociedad, en la que la barbarie de la guerra no esté nunca más presente.
Grupo Socialista Libertario.
09/01/2009