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Publicamos a continuación dos contribuciones de una compañera (que firma MIU MIU) sobre la crisis actual del capitalismo, en respuesta a sendos artículos nuestros[1]. Primero hacemos una corta introducción y al final haremos un comentario en respuesta a una pregunta formulada por la compañera.
Las reflexiones de la compañera van en el mismo sentido que nuestro combate y nuestra visión:
- análisis de la actual crisis como manifestación de la crisis histórica insoluble del capitalismo: «Es importante que no caigamos en la trampa burguesa de pensar que ante la perspectiva difícil que se abre para la clase, lo mejor sería un "mejoramiento" de la economía capitalista mundial, cosa que en principio es imposible y aunque lo fuera, en unos años las contradicciones insolubles del capitalismo nos volvería a poner en la situación actual, eso si el desastre ecológico ocasionado por el capitalismo nos permitiera seguir en este planeta».
- Denuncia de dicotomía tramposa en la que quieren envolvernos desde todos los partidos y organizaciones que defienden el orden (¡más bien desorden!) capitalista consistente en dar vueltas alrededor del círculo infernal neoliberalismo o el pretendido "socialismo" de la intervención estatal: «ahora podría darse un vuelco a nivel de discurso por parte de las burguesías de todos los estados para hacernos tragar la crisis de buena gana, pues ahora, el Estado estaría con nosotros, el Estado nos garantizaría que se hará cargo de todo y que volverán los tiempos dorados del keynesianismo, puesto que ahora sí, el Estado volverá a ser "fuerte" y protegerá a sus respectivos pueblos de la "sinrazón neoliberal". Y aquí compañeros, quiero decir una cosa: ESO ES IMPOSIBLE, no hay modo de que el capitalismo vuelva a ser lo que fue durante la segunda posguerra puesto que la historia avanza inexorable y su sentencia está ya dada, el capitalismo, como toda formación social anterior, perecerá bajo el peso de sus propias contradicciones».
- Defensa firme del papel crucial de la lucha de la clase obrera para liberarnos y contribuir a liberar a la humanidad entera de las cadenas del capitalismo que nos llevan al desastre en medio de sufrimientos infinitos: «La ÚNICA salida es la REVOLUCIÓN MUNDIAL, aquella que nos toca desarrollar, la que será producto de las masas conscientes y organizadas. Trabajemos por ella, nuestra tarea del día es clarificar el papel importantísimo de la clase trabajadora, exponer una y otra vez lo que esta crisis significa, los medio para resolverla en beneficio de todos y conseguir las condiciones subjetivas para alcanzar el fin histórico que nos está reservado, la revolución que nos llevará al comunismo».
- Rechazo de todo fatalismo pues una revolución proletaria no es inexorable e inevitable sino que solo puede surgir del esfuerzo de conciencia y lucha de millones de proletarios en todo el mundo que a su vez ganan el apoyo y la movilización de todos los desheredados del planeta: «el capitalismo de hoy está condenado y agonizante (lo que no niega que en su agonía y muerte, nos arrastre a todos, es decir, no hay fatalidad alguna en el fin del capitalismo, que es irrefutable, y el triunfo o siquiera la realidad, de la revolución; es un asunto de consciencia el que nos separa del desastre y exterminio mundiales o del inicio de la verdadera historia humana, del comunismo o de la barbarie».
- Finalmente, para alcanzar esa perspectiva defiende la necesidad de que haya, junto a las luchas de nuestra clase, el desarrollo de un debate abierto y fraternal base firme de la conciencia imprescindible para el avance de la lucha: «Y si bien nada asegura que las difíciles condiciones materiales de la clase obrera sean suficientes para desencadenar la revolución, sí es cierto que hoy más que nunca todos nos preguntamos "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?". Preguntas cuya única respuesta pueden ser la reflexión colectiva y la apropiación consciente de un proyecto histórico: la revolución mundial, que sacará no sólo a la clase obrera, sino a toda la humanidad, de este terrible orden de cosas tan injusto y tan podrido»
Nos alegra mucho que una compañera -a la que desgraciadamente no conocemos- haya llegado por sus propios criterios y reflexión a unas conclusiones afines a las nuestras. Nosotros no defendemos una "doctrina particular" que habría salido de nuestras elucubraciones, defendemos posiciones que tratan de partir de la experiencia histórica y mundial del proletariado que intentan responder a la experiencia viva de la gran mayoría. «No nos enfrentamos al mundo doctrinalmente, esgrimiendo un nuevo principio y exclamando: "He aquí la verdad, arrodíllate ante ella". Brindamos al mundo, deducidos de los principios del mundo, nuevos principios. No le decimos: "déjate de tus luchas, es tiempo perdido, nosotros te daremos la bandera de la verdad". Nos limitamos a demostrarle aquello por lo que verdaderamente lucha» [2].
Estamos convencidos en que a través de un debate lo más amplio posible y firmemente vinculado a las luchas e iniciativas de nuestra clase, se irá desarrollando la conciencia, la solidaridad y la fuerza del proletariado que le permitirán lanzarse -en un determinado momento de maduración de su conciencia y su fuerza- a la enorme tarea de la revolución mundial.
El centro de nuestra actividad es animar y hacer vivir ese debate y esa lucha, para ello estamos abiertos a la colaboración y acción común con otros muchos compañeros y compañeras que -como dice la compañera- se preguntan sencillamente "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?".
Las dos contribuciones
SE ACELERA LA CRISIS Y EL PROCESO REVOLUCIONARIO TAMBIEN
Submitted by Miu Miu (no verificado) on Octubre 7, 2008 - 5:39am.
Estoy de acuerdo con este análisis sobre la crisis y sólo quiero comentar que a pesar de lo difícil que será para la clase enfrentar en el día a día el encarecimiento de la vida y las terribles condiciones que se vienen, esto no debe dejar lugar a la desmoralización, sino al combate revolucionario, único medio de salir de este atolladero.
Es importante que no caigamos en la trampa burguesa de pensar que ante la perspectiva difícil que se abre para la clase, lo mejor sería un "mejoramiento" de la economía capitalista mundial, cosa que en principio es imposible y aunque lo fuera, en unos años las contradicciones insolubles del capitalismo nos volvería a poner en la situación actual, eso si el desastre ecológico ocasionado por el capitalismo nos permitiera seguir en este planeta.
Hay que ser claros en que el capitalismo es un sistema condenado por la historia y que esta crisis, como todas las otras, incluso las "clásicas" no son producto de la divina providencia, sino expresiones claras del desarrollo de las contradicciones del capitalismo como modo de producción, unas en su fase de expansión y otras, éstas, en su fase de claro quiebre...
Y si bien nada asegura que las difíciles condiciones materiales de la clase obrera sean suficientes para desencadenar la revolución, sí es cierto que hoy más que nunca todos nos preguntamos "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?". Preguntas cuya única respuesta pueden ser la reflexión colectiva y la apropiación consciente de un proyecto histórico: la revolución mundial, que sacará no sólo a la clase obrera, sino a toda la humanidad, de este terrible orden de cosas tan injusto y tan podrido.
Respondernos por qué ésa es la única salida, es el trabajo que nos toca hacer al interior de nuestra clase pues sólo de esta manera podremos asumir nuestro papel como clase llamada a terminar con el capitalismo. Y respondiendo por qué, respondemos cómo y quién... de forma tal que podremos evadir las trampas burguesas que nos ponen enfrente: defensa de la economía nacional, defensa de un bloque imperialista en vez de otro, etcétera; mentiras todas encaminadas a desviar nuestra lucha que es contra todo capital y no contra tal o cual imperialismo o tal o cual modelo económico capitalista.
Exponer el fin y los medios es la finalidad del marxismo, nosotros, la clase trabajadora, somos los únicos que podemos poner en marcha los medios y conseguir el fin.
¡Sin miedo compañeros, no tenemos nada que perder salvo nuestra miseria cada vez creciente!
¿REGRESO AL KEYNESIANISMO O QUIEBRA SIN REMEDIO?
Submitted by Miu Miu (que es ella y no él) (no verificado) on Octubre 13, 2008 - 6:55pm.
Creo que es claro que la burguesía mundial tiene muy poco margen de maniobra y que justo su reacción va en el sentido de nacionalizar bancos, rescatar con recursos estatales otros y demás medidas que podríamos denominar keynesianas... y aunque es claro que no seguirán con su discurso neoliberal por un rato, también lo es que no les resolverán gran cosa las medidas neokeynesianas que llevan a cabo.
Opino que la gestión de la crisis es el pan de todos los días de la burguesía mundial desde que la crisis es abierta, hace al menos 4 décadas, y en este asunto han sido medidas estatales (tal vez no propiamente keynesianas, si consideramos que el keynesianismo y el fordismo fueron características de un periodo de crecimiento económico dirigido pro el estado, con consecuencias materiales directas sobre el nivel de vida de algunos sectores de la población, cosa hoy absolutamente imposible, salvo la necesidad de la intervención estatal) las que ha utilizado el capital para por un lado hacer que las pérdidas ocasionadas por la crisis sean menos duras para ellos y por otro, conseguir que el peso asesino de la crisis caiga sobre la gran masa de explotados y que éstos nos quedemos de brazos cruzados.
Entonces, creo que no es sorprendente que ahora, justo con esta crisis financiera, el Estado se ocupe de los "asuntos económicos", puesto que si ponemos atención a los hechos de la realidad, a pesar del discurso "desregulador", de "libre mercado", etc, etc. es el Estado capitalista, que sólo sabe intervenir, el que mueve los hilos de la economía y en general, de toda la vida social. En éstas últimas décadas, además de reprimir, violentar y mantener a toda costa el imperio mundial del capital, el Estado no hace más que intervenir.
Es decir, a pesar de que el Estado ha sido el principal actor de la economía, aunque la burguesía pretenda que no, ahora podría darse un vuelco a nivel de discurso por parte de las burguesías de todos los estados para hacernos tragar la crisis de buena gana, pues ahora, el Estado estaría con nosotros, el Estado nos garantizaría que se hará cargo de todo y que volverán los tiempos dorados del keynesianismo, puesto que ahora sí, el Estado volverá a ser "fuerte" y protegerá a sus respectivos pueblos de la "sinrazón neoliberal". Y aquí compañeros, quiero decir una cosa: ESO ES IMPOSIBLE, no hay modo de que el capitalismo vuelva a ser lo que fue durante la segunda posguerra puesto que la historia avanza inexorable y su sentencia está ya dada, el capitalismo, como toda formación social anterior, perecerá bajo el peso de sus propias contradicciones, el capitalismo de hoy está condenado y agonizante (lo que no niega que en su agonía y muerte, nos arrastre a todos, es decir, no hay fatalidad alguna en el fin del capitalismo, que es irrefutable, y el triunfo o siquiera la realidad, de la revolución; es un asunto de consciencia el que nos separa del desastre y exterminio mundiales o del inicio de la verdadera historia humana, del comunismo o de la barbarie. La crisis expresa sólo la realidad de las condiciones materiales para la revolución, pero la realización de ésta sólo estará dada por nuestro actuar consciente, es decir, estará dado por el desarrollo de nuestra consciencia de clase. La quiebra del capitalismo es inexorable, de eso no hay duda; cosa distinta es la revolución, que no es un asunto inexorable, sino fundamentalmente producto consciente de la humanidad y he ahí el problema, o hacemos la revolución o nos vamos todos a la mierda, arrastrados por el derrumbe del capitalismo).
Sin embargo, hay que mantenernos atentos pues una posible estrategia del capital es la de regresar al discurso del estado benefactor y con esa mentira, entramparnos en la defensa de nuestras economías nacionales y no dejarnos entender que éste no es un asunto del fracaso de modelos, de políticas económicas o de individuos ineptos, sino que es un asunto material, que se trata de una condena histórica sobre un modo de producción y que somos nosotros, la clase obrera internacional, los únicos que podremos sacar a la humanidad de este atolladero.
La ÚNICA salida es la REVOLUCIÓN MUNDIAL, aquella que nos toca desarrollar, la que será producto de las masas conscientes y organizadas.
Trabajemos por ella, nuestra tarea del día es clarificar el papel importantísimo de la clase trabajadora, exponer una y otra vez lo que esta crisis significa, los medio para resolverla en beneficio de todos y conseguir las condiciones subjetivas para alcanzar el fin histórico que nos está reservado, la revolución que nos llevará al comunismo.
Tengo una duda: si desde principios del siglo XX los revolucionarios cayeron en cuenta de que se entraba en la época de "las guerras y las revoluciones" y fue precisamente una guerra, la primera guerra mundial, la solución que vieron las distintas burguesías nacionales para no dejar que sea la crisis misma la que generara las condiciones para la revolución y tuvo que ser ésta producto de una reacción ante la guerra, ahora, aunque no estamos bajo amenaza abierta de guerra y la clase trabajadora no se encuentre derrotada, ¿es posible que se abra la posibilidad de guerra como salida del capital a esta crisis?
Saludos y a seguir discutiendo.
Nuestra respuesta
Estimada compañera:
El tema que planteas tiene mucha envergadura y no podemos responderlo de manera detallada y profunda. Más bien pensamos aquí proporcionar algunos elementos para un debate contigo y con todo aquel que esté interesado[3].
Rosa Luxemburgo en su importante obra La Acumulación de Capital, pensaba que el militarismo y la guerra eran una manera que tenía el capitalismo de poder proseguir la acumulación: «El militarismo es también, en lo puramente económico, para el capital, un medio de primer orden para realizar la realización de la plusvalía, esto es, un campo de acumulación»[4]
Aunque compartimos muchos de los análisis de Rosa Luxemburgo, en esta cuestión no estamos de acuerdo con ella[5]. Pensamos que la guerra no constituye un medio que tenga el capitalismo de salir -aunque sea momentáneamente- de la crisis profunda que lo corroe, sino una consecuencia de ella que no hace sino profundizar aún más dicha crisis, agudizando sus contradicciones y sus tendencias a la destrucción.
Para nosotros es válida la aportación de nuestros predecesores de la Izquierda Comunista de Francia que en 1944 escribían: «¿Qué es la guerra imperialista mundial? Es la lucha por medios violentos, a la que se ven obligados a librarse los diferentes grupos capitalistas, no para la conquista de nuevos mercados y fuentes de materias primas, sino para el reparto de los ya existentes, un reparto en beneficio de unos y en detrimento de otros. El curso de la guerra se abre, y tiene sus raíces, en la crisis económica general y permanente que estalla, marcando por ello el fin de las posibilidades de desarrollo al cual ha llegado el régimen capitalista (...) La ausencia de una clase revolucionaria que presente la posibilidad histórica de engendrar y presidir la instauración de un sistema económico en correspondencia con la necesidad histórica, conduce la sociedad y su civilización a un atolladero, donde el desplome, el hundimiento interno, son inevitables. Marx dio como ejemplo de ese atolladero histórico las civilizaciones de Grecia y de Roma en la antigüedad. Engels, aplicando esta tesis a la sociedad burguesa, llega a la conclusión de que la ausencia o la incapacidad del proletariado llamado a resolver, superándolas, las contradicciones antitéticas que surgen en la sociedad capitalista, sólo puede tener como desembocadura la vuelta a la barbarie»[6]
Desde nuestro punto de vista, la primera guerra mundial no fue una "solución" que el capitalismo mundial encontró para evitar el estallido de una crisis económica. La primera guerra mundial surgió más bien como consecuencia de un engranaje de tensiones imperialistas que progresivamente se fueron haciendo más y más incontrolables hasta el extremo de desbordar a las propias burguesías. El capitalismo estaba llegando a una saturación relativa de sus mercados -se puede decir que desde principios de siglo el mercado mundial estaba ya formado[7]- y ello espoleaba tensiones crecientes por la dominación estratégica del mundo. El imperialismo alemán -el último llegado al reparto colonial y con un vigoroso desarrollo industrial- se veía asfixiado por todos los lados[8] y desarrolló un programa naval enormemente ambicioso y una política de expansión imperialista que provocó la respuesta de Gran Bretaña y Francia -imperialismos ya "acomodados" que por supuesto no podían tolerar la escalada de su rival-. Básicamente esas fueron las causas de la terrible conflagración que una vez desatada superó todas las previsiones y llevó a destrucciones y enfrentamientos jamás vistos en la historia anterior. Rosa Luxemburgo, en su obra La Crisis de la Socialdemocracia llega a la conclusión que «Todos estos factores demuestran, antes de que se llegue a la victoria o derrota, cuál será el resultado de la guerra: la ruina económica de todas las naciones participantes y, en medida creciente, de las naciones formalmente neutrales, fenómenos no observados en las guerras anteriores de la era moderna. Cada mes de guerra que transcurre confirma y fortalece este efecto y quita así, por adelantado, los frutos que se espera dará la victoria militar»[9], lo cual, según nuestra interpretación, abunda en la naturaleza totalmente irracional y auto-destructiva que conlleva la guerra imperialista generalizada. Es importante comprender a este respecto que no es lo mismo el Capital Global que el Capital Nacional, de la misma manera que no es lo mismo el Capital Nacional que cada capital particular.
Sometido a una situación histórica de tendencia a la saturación y la exacerbación de las contradicciones, cada Capital Nacional se ve obligado a fiar todas sus esperanzas de solución de las contradicciones que el capitalismo mundial en su conjunto descarga sobre sus espaldas en la guerra contra los demás capitales nacionales, ello trae como consecuencia un engranaje que lleva a la destrucción general del Capital Global.
Esto no es sino la expresión de una de las contradicciones clave del capitalismo: la que opone la naturaleza social y mundial de su tendencia de producción al carácter privado y nacional de su apropiación y organización, contradicción que en el siglo XX -época de decadencia del capitalismo- ha llegado a la máxima expresión.
Bueno, compañera, hasta aquí algunos elementos de reflexión para el debate.
CCI 15-10-08
[1] ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? https://es.internationalism.org/node/2380 , ¿Vamos a volver a vivir un crack como el de 1929? /cci-online/200810/2379/vamos-a-volver-a-vivir-un-crack-como-el-de-1929
[2] Marx, Anales Franco alemanes, citado por Franz Mehring en su biografía de Marx, página 72 de la edición española
[3] Algunos textos donde hemos desarrollado nuestra posición sobre la cuestión: Las verdaderas causas de la segunda guerra mundial https://es.internationalism.org/node/2137 ; "Polémica con “Programme communiste” sobre la guerra imperialista - Negar la noción de decadencia equivale a desmovilizar al proletariado frente a la guerra" ; XIIIº Congreso de la CCI - Resolución sobre la situación internacional /revista-internacional/200612/1167/xiii-congreso-de-la-cci-resolucion-sobre-la-situacion-internaciona ; "Respuesta al BIPR (I) - La naturaleza de la guerra imperialista" ; Crisis y militarismo /revista-internacional/200608/1060/crisis-y-militarismo
[4] Página 352 de la edición española, Capítulo XXXII, El militarismo como campo de la acumulación del capital.
[5] Sin embargo, dentro de nuestra organización hay un debate que hemos hecho público pues hay diferentes posturas y concretamente hay compañeros que piensan que la guerra permite a través de la reconstrucción posterior un relanzamiento aunque sea parcial de la economía capitalista. Ver Debate interno en la CCI: las causas de la prosperidad tras la 2ª Guerra Mundial, /revista-internacional/200806/2280/debate-interno-en-la-cci-las-causas-del-periodo-de-prosperidad-con
[6] («El renegado Vercesi», mayo 1944, en el Boletín internacional de la Fracción italiana de la Izquierda comunista, nº 5). Este boletín solo está disponible en francés.
[7] Ello significaba que toda la economía mundial funcionaba según las leyes capitalistas, sin embargo, no quería decir ni mucho menos que en cada país -incluso en países importante- no hubiera territorios extra capitalistas o áreas aún insuficientemente integradas en la producción capitalista.
[8] Rosa Luxemburgo en su obra La Crisis de la Socialdemocracia hace la reflexión según la cual el principal motivo de asfixia del imperialismo alemán no era tanto económico -sus negocios prosperaban a un ritmo creciente en el mismo año de la guerra- sino que era fundamentalmente estratégico y militar. Sus rivales -principalmente Gran Bretaña- tenían ocupados los enclaves esenciales y copaban las rutas terrestres y marítimas más importantes.
[9] Obras Escogidas tomo II edición española página 133