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El 23 de diciembre, los obreros de SEAT tanto del turno de la mañana como del turno de la tarde han parado espontáneamente en solidaridad con 660 compañeros a quienes ese mismo día la empresa les entregaba la carta de despido.
Ha sido el principio de una respuesta a un criminal atentado contra sus condiciones de vida. Un atentado perpetrado con total premeditación y alevosía por parte del Triángulo Infernal formado por Patronal, Generalitat y Sindicatos. Un atentado que va más allá de los 660 despidos, pues a estos se suman los despidos disciplinarios de los trabajadores que participaron en las acciones de principios de Diciembre, así como los despidos encubiertos de 296 bajas “voluntarias”, los planes de intensificación de la explotación aumentando la producción, cobrándoles a los trabajadores su “deuda de horas”,… En definitiva, un ataque brutal que abre la puerta a nuevos ataques. No en vano el presidente de la compañía ha anunciado con descaro y provocativamente que « las medidas contempladas en el acuerdo no absorben todo el excedente de personal».
Los compañeros de SEAT y todos los trabajadores NECESITAMOS LUCHAR pero para poder luchar con fuerza hemos de sacar lecciones lo más rápidamente posible de la estrategia de manipulación y desmovilización que PATRONAL, GOBERNANTES y SINDICATOS han perpetrado contra los trabajadores.
Una estrategia calculada para la desmovilización de los trabajadores
Desde que a mediados de Agosto la empresa anunciara la “necesidad” de llevar a cabo una reducción de plantilla, “canjeable” eso sí por una reducción salarial del 10%, los empresarios, así como quienes se dicen nuestros “representantes”, o sea los Sindicatos y el Gobierno de “izquierdas” de la Generalitat, se han repartido los papeles para impedir que una verdadera lucha obrera pudiera impedir su aplicación.
Durante más de dos meses, desde Agosto hasta principios de Noviembre, los representantes sindicales se dedicaron a tratar de anestesiar la inquietud que cundía en los trabajadores ante la amenaza de los despidos, al indicar que estos no estarían justificados, puesto que “la empresa tenía beneficios”, la crisis de SEAT sería “coyuntural” o debida a una “mala política comercial”. Con semejantes falsedades - que denunciamos en nuestra hoja «SEAT: Salvar la empresa significa despidos y contratos basura. La respuesta es la lucha obrera»- hacían bajar la guardia de los trabajadores, haciéndoles creer que se trataba de una bravata de una insaciable Patronal, a la que los estudios económicos de los sindicatos o las presiones del Gobierno “progresista” y de “izquierdas” de la Generalitat acabarían por pararle los pies. La propia Patronal contribuyó a hacer efectivo este engaño, jugando al escondite durante semanas hasta que el 7 de Noviembre anunció el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) para 1346 trabajadores.
Ese día los Sindicatos tenían previsto un paro parcial, que los trabajadores desbordan a través de manifestaciones que en la Zona Franca y en Martorell, cortan las carreteras. Ante tal situación la Plataforma Unitaria (donde participan UGT, CCOO y la CGT) convocan un paro de un día para el 10 de Noviembre, y una manifestación para “exigir” a la Generalitat que «se implique en el conflicto a favor de los trabajadores»(¿?). Los 3 sindicatos quieren con esta “acción” «que confiemos nuestra suerte a quienes son nuestros verdugos, a los maestros de las buenas palabras y la puñalada trapera. El Estado no es el representante del pueblo sino el defensor incondicional de los intereses del capital nacional. Todas las autoridades –desde el presidente del gobierno hasta el último alcalde- están ahí para velar por su defensa», como denunciamos en la hoja antes citada.
Tras esta patochada, los 3 sindicatos dieron largas al asunto y no volvieron a convocar nada ¡hasta el uno de diciembre!, es decir, 3 semanas en las que los trabajadores fueron mantenidos en la pasividad y a la expectativa, mareados por interminables “negociaciones” y después con la “mediación” del Señor Rañé, conseller de Trabajo. Una táctica en la que, como denunciamos en la hoja, « entre “presión” y “petición”, los obreros somos paseados y engañados».
La Plataforma Unitaria de los 3 sindicatos se comprometió a “volver a la carga” tras la semana del “puente” (del 5 al 10 de Diciembre). ¡Pero se trató de una mentira más! Aduciendo los límites legales que imponía el ERE, las presiones de la Generalitat que amenazaba con un laudo,… “olvidaron” las movilizaciones y el 15 de diciembre, CCOO y UGT (CGT se había descolgado el 13) firmaron los 660 despidos.
Pero lo peor estaba por venir: durante una semana entera mantuvieron el silencio sobre quienes serían las víctimas, dejando para el último día antes de vacaciones el “gordo” de las cartas de despidos que, en el colmo del cinismo y la humillación, trataban a los afectados de poco menos que “vagos y maleantes”. Ha sido una maniobra vil y cobarde que los pone en evidencia (¿no decían que habían firmado el “mejor acuerdo posible”?) pero también demuestra que NOS TEMEN pues sí se hubieran sentido seguros los habrían anunciado enseguida y no habrían multiplicado los vigilantes privados que custodiaban fuertemente las sedes de UGT y CCOO.
CGT se presenta como el “sindicato bueno” que está junto a los trabajadores. Es cierto que 145 de sus afiliados están entre los despedidos. Pero el sufrimiento de estos compañeros y la solidaridad con ellos, no puede tapar que no ha sido una alternativa a CCOO-UGT y, por el contrario, les ha ido a la zaga. ¿Por qué participó de la farsa de “negociación” y “lucha” de la Plataforma Unitaria de la que sólo se descolgó en la tardía fecha del 13 de diciembre? ¿Porqué cuando CCOO y UGT firmaron, la única “movilización” que convocó fue una concentración fuera de la factoría, de la que muy pocos trabajadores se enteraron, y a la que solo acudieron 200 personas? ¿Porqué la mañana del 23 ante los paros espontáneos « la CGT decidió limitar la protesta a unas horas» (Recopilación de Kaosenlared, 24-12-05) cuando era el momento de poner toda la carne en el asador y había fuerzas como se demostró con el turno de tarde que reunido en asamblea decidió parar toda la jornada? ¿Por qué toda su alternativa se reduce a “revisar caso por caso cada uno de los despidos y si es preciso recurrir ante los tribunales”?.
La lucha tiene que ser llevada por la ASAMBLEA DE TRABAJADORES
Hasta el 23, los trabajadores han sido víctimas de una DESMOVILIZACION, de una ESTRATEGIA PARA IMPEDIR SU RESPUESTA. Los Sindicatos no nos la juegan únicamente cuando firman los despidos, nos la juegan previamente cuando organizan sus “Planes de Lucha”. Su acción contra los obreros se concreta en 3 facetas íntimamente relacionadas:
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sus pactos y acuerdos con la Patronal y el Gobierno
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sus planes de “lucha” que son en realidad estrategias contra la lucha
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su defensa incondicional del Interés de la Empresa y de la Economía Nacional que pretenden hacer coincidir con el de los trabajadores cuando en realidad son DIAMETRALMENTE.
Por eso la principal lección de la lucha de SEAT que empieza a ser sacada en la práctica por los obreros mismos con LOs paros espontáneos y las asambleas del 23 es que NO SE PUEDE CONFIAR LA LUCHA A LOS SINDICATOS.
El 23, los despedidos en lugar de marcharse a casa a rumiar en soledad la angustiosa perspectiva que supone el desempleo se han dirigido hacia sus compañeros y estos, en lugar del dejarse llevar por el falso alivio del “a mí no me ha tocado” o por la respuesta individualista de que “cada uno se las apañe como pueda”, han manifestado la solidaridad de la LUCHA. Ese terreno de la solidaridad, de la respuesta común de despedidos y de los que aún conservan el puesto de trabajo, de parados y activos, de precarios y fijos,… es la base de una respuesta efectiva a los inhumanos planes de los capitalistas
El año 2006 empieza con el drama de los 660 despidos de SEAT pero ¿alguien se cree que esos despidos serán los últimos? Todos sabemos que no. Que la puñalada de los despidos, que el crimen de los accidentes laborales, que la angustia de no poder pagar una vivienda digna, que las amenazas a las pensiones, que la “reforma” laboral que cocinan el trío infernal Gobierno – Patronal – Sindicatos, van a ser la fuente de nuevos sufrimientos. Que en el sector del automóvil, que en todos los países, van a continuar los ataques a las condiciones de vida obreras, que los males de la guerra, el hambre, la barbarie, que acompañan al capitalismo, como la guadaña acompaña a la muerte, van a continuar.
Por eso, hay que lanzarse a la lucha. Pero para que la lucha sea eficaz y sea fuerte es necesario que se desarrolle LA SOLIDARIDAD DE CLASE y esté ORGANIZADA Y CONTROLADA POR LOS OBREROS MISMOS.
Solidaridad de clase
El problema de SEAT no se reduce a los 660 despedidos es un problema de TODA LA PLANTILLA. Pero el problema no es solo de los obreros de SEAT sino de TODOS LOS TRABAJADORES, tanto funcionarios con “puesto asegurado” (¿hasta cuando?) como de la empresa privada, tanto sin papeles como con papeles, tanto de empresas con beneficios como de empresas con pérdidas. ¡Todos estamos o estaremos en la misma situación que los compañeros de SEAT!
Nuestra fuerza es la SOLIDARIDAD DE CLASE, luchar unidos. Una lucha limitada a SEAT y encerrada en SEAT sería una lucha perdida.
¿Pero en qué consiste la solidaridad? ¿Consiste en boicotear la compra de coches de la marca (¿es que acaso las otras marcas no despiden?)? ¿Consiste en acampadas a las puertas de la fábrica por parte de los despedidos? ¿Consiste en “declaraciones” de “apoyo” del “sector crítico” de CCOO o de EUA –que apoya indirectamente el Tripartito, partícipe de la canallada de SEAT? ¿Consiste en “actos ciudadanos” en barrios?
Esa “solidaridad” es tan falsa como falsos han sido los “planes de lucha” de la Plataforma Unitaria de SEAT ¡La única solidaridad efectiva es UNIRSE A LA LUCHA! Fundirse obreros de los diferentes sectores, de los diferentes barrios, en una MISMA LUCHA rompiendo esas barreras que tanto nos debilitan: la empresa, el sector, la nacionalidad, la raza, mediante la fuerza directa de delegaciones, asambleas y manifestaciones conjuntas.
Asambleas soberanas
La experiencia de SEAT es clara: ya sabemos lo que pasa cuando dejamos que sindicatos, comités de empresa o “plataformas unitarias” jueguen con nuestros destinos. La dirección de la lucha debe estar de principio a fin en las manos de los propios trabajadores. Son ellos quienes deben calibrar la fuerza con la que cuentan, las reivindicaciones a plantear, las posibilidades de extender la lucha. Su respuesta no puede ser marcada por las provocaciones de la empresa o por los “planes de lucha” de sus cómplices sindicales, sino por la decisión colectiva de los trabajadores organizados en Asambleas y Comités Elegidos y Revocables. Las negociaciones con la Patronal o con los Gobiernos han de hacerse a la vista de todos, como sucedió en Vitoria en 1976 en España o en Polonia en 1980. Han de ser las propias Asambleas las que asuman la búsqueda de la solidaridad, organizando delegaciones y manifestaciones.
Los tiempos de la resignación, la pasividad y la desorientación deben acabar. El margen de maniobra que durante años esa situación le proporcionó al Capital empieza a menguar. Es la hora de la lucha. La voz de la clase obrera debe hacerse oír cada vez con más fuerza.
Corriente Comunista Internacional 27-12-05