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Hemos mencionado en anteriores publicaciones nuestras que, en algunas ciudades y regiones del mundo[1], algunos compañeros, por lo general jóvenes, indignados por las actuales y futuras condiciones de existencia de la humanidad, se reúnen para intercambiar sus reflexiones formando, a partir de esos encuentros, círculos de discusión. Unas veces, estos compañeros lo que buscan es comprender cómo y por qué la sociedad actual se hunde en la barbarie guerrera y sumerge a partes cada vez mayores de la humanidad en la miseria. Otras veces, estos círculos se forman para sacar lecciones de las luchas en las que sus componentes han tomado parte, para comprender cuales fueron sus limitaciones o las causas de su fracaso. El objetivo es defender y promover, en las próximas luchas y a partir de las lecciones sacadas del debate, la manera de desarrollarlas.
Siguiendo esta segunda vía, un puñado de estudiantes de la facultad de Mirail en Toulouse han formado un círculo de discusión denominándolo "Comité de Réflexion Communiste". En efecto, una parte de estos estudiantes había participado en las luchas que hubo en Francia en noviembre de 2007. Marcados por ese espíritu combativo, se reunieron pensando que tal vez la lucha no había acabado y que era necesario examinar los medios que podrían eventualmente utilizarse para relanzarla. Rápidamente se dieron cuenta de que volver a arrancar la lucha no era, de momento, posible y que el objetivo de las discusiones del Comité debía de ser sobre todo hacer un balance de esta lucha de noviembre para preparar la futura.
En toda esta fase de la vida de este círculo, se plantearon y discutieron una serie de interrogantes. Era evidente para todos -aunque faltaba aun redactar los acontecimientos para que todo el mundo pudiera conocer la realidad de los hechos- que los sindicatos fueron los principales responsables de que la lucha no pudiese desarrollarse. Por eso, el Comité C. de R. se planteó responder a la pregunta ¿por qué el "comité de lucha" de los estudiantes de la universidad se convirtió en el campo de batalla cerrado de toda una serie de sindicatos animados por diferentes grupos políticos; algo que no gustó en absoluto a aquellos que no pertenecían a ninguna de esas organizaciones o sindicatos y que les llevó a desertar de dicho "comité de lucha" y a veces de la lucha misma? ¿Por qué los sindicatos sabotearon la unión entre los estudiantes y los ferroviarios en lucha[2], de la misma manera que impidieron claramente la de los ferroviarios y trabajadores del gas y de la electricidad? Los sindicatos llegaron incluso a condenar a los universitarios, que (formando parte del "comité de lucha") fueron a intervenir a las asambleas generales de ferroviarios, con el pretexto de que: "¡no tenían ningún mandato!". Estos hechos fueron el punto de partida de una de las primeras cuestiones que se planteaba el Comité C. de Reflexión: ¿Por qué los sindicatos hacen tal clase de política?, ¿es que no son competentes para llevar ellos mismos la lucha hacia adelante?, ¿lo que hacen, se debe tal vez a las orientaciones que les dan las organizaciones políticas por las que están infiltrados (la UNEF por el PS, le FSE por el PC, el SUT por la LCR)? En fin, ¿No será que tal política se debe a que la forma sindical de organización y lucha definitivamente no sirve para el actual periodo histórico, como arma de combate de la clase obrera?
La discusión ha llevado también a cuestionar las manifestaciones organizadas por los sindicatos: ¿Hay que participar en estas manifestaciones, a las que muchos miembros del Comité sentían como "procesiones para desahogarse, organizadas por los sindicatos" ya que no veían en ellas ningún medio para hacer retroceder al Estado? Para otros miembros del Comité, estas manifestaciones son convocadas por los sindicatos porque no pueden hacerlo de otra manera y también para impedir que explote la cólera hasta el punto de que no la puedan controlar. Lo que recorre la reflexión es que realmente estas manifestaciones deberían ser momentos durante los cuales los obreros en lucha pueden encontrarse y expresar su solidaridad, incluso contra los sindicatos -que se ve bien que desearían que al final de las manifestaciones todo el mundo volviera a su casa con la idea metida en la cabeza de que "se ha hecho todo lo que se ha podido" y que ya no falta más que sentarse a negociar.
El Comité Comunista de Reflexión ha intentado también responder a las cuestiones que fueron apareciendo en la lucha, planteándose las cuestiones desde otros objetivos: si las secciones sindicales de las diferentes corporaciones no se unieron a los estudiantes ¿no habrá sido porque los miembros de estas corporaciones están en una situación más que confortable para ellos? ¿No serían acaso, las huelgas de los ferroviarios y de los enseñantes, luchas corporativas con las que estos pretenden conservar su estatus, en lugar de expresiones de la lucha de la clase obrera? El C. C. de R. se plantea también: ¿no se debería entender por clase obrera una clase compuesta únicamente de precarios, parados y habitantes de los barrios periféricos -ciudades dormitorio? La discusión habida sobre este tema ha permitido concluir que la denominación "clases medias" es, de hecho, una astucia ideológica de la clase dominante para evitar que gran parte de los proletarios se consideren obreros. Pero la realidad es que cualesquiera que sean los sectores en los que están incluidos o clasificados los obreros (público, privado, talleres, oficinas, parados, pensionistas), es una misma clase obrera la que es explotada y atacada; es la misma clase la que está cada vez más precarizada, la que tiene cada vez más difícil "llegar a fin de mes". El Comité C. de R. ha podido afirmar claramente que no es el bajo salario ni el hecho de que sea o no propietario de la vivienda en la que habita, lo que permite calificar a cualquier ser humano de proletario sino el de que no posee otra cosa para vender -para adquirir otras mercancías- que su fuerza de trabajo (manual o intelectual). Sobre esta base, la discusión nos ha permitido establecer que los habitantes de los barrios periféricos, a quienes el capitalismo ha marginado, son tan proletarios como la mayoría de los miembros de las pretendidas "clases medias". Que la atroz miseria y la marginación a que les ha empujado el capitalismo les empuje a su vez a lanzarse a revueltas aisladas -y desgraciadamente suicidas- no cambia nada esta realidad; lo que significa, que el porvenir de sus lucha no pasa por esos motines sino por la lucha solidaria con los demás proletarios.
El haber visto a los sindicatos empeñados en frenar y sabotear -tal es su función- el desarrollo de la lucha ha llevado al Comité C. de R. a preguntarse: ¿por qué la asamblea general no fue capaz de oponerse a su política? Sus miembros han aportado todo tipo de respuestas: para algunos, es necesario que una minoría dirija la asamblea general a fin de que ésta pueda darse los medios para desarrollar la lucha; para otros, la toma de decisiones por una minoría, que desplaza a la asamblea general, no puede en ningún caso reforzar la lucha. Como para toda lucha obrera, son los mismos obreros, y sólo ellos, quienes pueden y deben desarrollarla y tomar decisiones; en este marco, las minorías, que tienen una mejor comprensión de cuales son las medidas a emprender para desarrollar la lucha, deben hacer todo lo posible para convencer a los obreros reunidos en asamblea general, de que deben orientarla de manera que permitan desarrollar ambas mejor, la asamblea y la lucha. Esta discusión permitió debatir sobre la forma en que evoluciona la conciencia de los obreros y estudiantes, tanto individual como colectivamente.
Todas estas cuestiones son el fundamento de las diferencias de apreciación real entre los miembros del Comité, el cual ha decidido leer y discutir algunos antiguos textos del movimiento obrero que son muy clarificadores. Intentando responder las cuestioes surgidas en la lucha, el Comité ha decidido leer y discutir el libro de Rosa Luxemburgo "Huelga de masas, Partido y Sindicatos" que permite comprender la evolución de los sindicatos y ver cuál es el papel de los comunistas en la lucha. Después de discutir este libro, el comité discute ahora la obra de León Trotsky "Balance y perspectivas".
En fin, el Comité ha decidido no limitarse a estos temas y pasar a discutir otras cuestiones que se refieren a lo que todos entendemos como especialmente necesario hoy: el cambio de sociedad. En este sentido el Comité ha decidido examinar, por ejemplo, la realidad y las consecuencias de la política que lleva a cabo el Sr. Hugo Chávez en Venezuela.
Lo hemos dicho con anterioridad: este Comité no está aislado; hay, en buen número de países, obreros y estudiantes que elaboran también respuestas a sus reflexiones. Ciertamente, como se puede apreciar, en estos debates no siempre se termina con un acuerdo entre los componentes del Comité. Con todo y con eso la CCI saluda y anima la creación y el desarrollo de estos grupos, y lo hace porque mediante tales discusiones es cómo las cuestiones fundamentales sobre las causas del estado catastrófico del mundo actual, las medidas que hay que tomar para desarrollar la lucha y la perspectiva futura del comunismo, se van clarificando. Es por el estado de ánimo que recorre estos círculos de discusión por lo que la CCI participa, siempre que puede en estos debates. Estas agrupaciones forman parte de hecho indudable: la clase obrera está forjando las armas para los inevitables combates que están por llegar.
Paul (28.03.08)
[1] Leer especialmente nuestros artículos sobre los Círculos de discusión en Midlands (G.B.) y en Bruselas ("Grupo de discusión de Midlands en Gran Bretaña: un lugar de clarificación de la conciencia de clase" y "Discusión: entre el sueño y los hechos -sobre la identidad y el Estado").
[2] Los miembros de este Círculo de discusión en Toulouse habían denunciado por escrito, en el fuego de la lucha, este sabotaje de la unidad por parte de los sindicatos estudiantiles y ferroviarios; testimonios que nosotros publicamos en nuestro sitio Web con el título: "Cómo pudren la lucha y la reflexión los sindicatos de estudiantes y de obreros (testimonios en la lucha)".