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Hace ya algunos meses recibimos en la dirección Internet de nuestra sección en Francia (Révolution internationale) dos mensajes sobre Che Guevara de un compañero que firma E.K. Publicamos aquí la carta que le enviamos a principios de abril, completando nuestra respuesta a unas serie de temas que habíamos dejado en suspenso. Publicamos esta correspondencia, pues como dice el propio EK, estamos inmersos en «en la conmemoración de los 40 años de su muerte en combate» y para nosotros, CCI, no se trata de meternos en la ronda de esas celebraciones, sino, al contrario, intentar comprender si Che Guevara fue realmente un revolucionario y si la clase obrera y las generaciones jóvenes deben o no reivindicarse de su acción y ejemplo.
Algunos extractos del mensaje de EK
Para el compañero EK, Che Guevara fue un auténtico combatiente por la causa de los pueblos oprimidos. Para él, en efecto, «el internacionalismo del Che es indudable. Es el modelo de combatiente internacional y de la solidaridad entre los pueblos». Y habría sido uno de los pocos revolucionarios en atreverse a criticar el régimen de la URSS: «Durante el seminario de solidaridad afro-asiática, el Che critica sin ambages las posiciones conservadoras y explotadoras de la URSS». Y EK expone en esa primera carta su visión del proletariado y del papel de los revolucionarios: «En cuanto al agente histórico de la transformación social, me parece que no hay razones para reducir el concepto de proletariado a los obreros únicamente, negación absoluta de la condición humana. (...) La tarea de los intelectuales es introducir en el proletariado la conciencia de su situación con medios eminentemente políticos».
Tras nuestra respuesta, el compañero E.K nos mandó muy rápidamente un segundo mensaje en el que, de entrada, se desmarca de quienes transforman al Che en icono, haciendo camisetas y carteles con su efigie: «La tendencia a hacer un mito del Che mediante la mediatización de su imagen significa ocultar su vida y su obra». Pero, sobre todo, EK reafirma que «al buscar objetivos distintos, el Che acabará, como es muy lógico, separándose del modelo social-imperialista de la URSS. La CIA y el KGB cooperarán incluso para quitárselo de encima en su intentona revolucionaria en Bolivia». Y EK concluye: «Ernesto Che Guevara pagó con su vida su integridad intelectual. Rendirle homenaje es leer sus textos; perpetuar su memoria es continuar la lucha; rendirle justicia es apoyar sus valores. En vísperas de las celebraciones de los 40 años de su muerte en combate, ha llegado la hora de volver a dar fuerza a su pensamiento y vida a sus ideas».
Nuestra respuesta a EK
Te agradecemos tu mensaje de abril. Te pedimos disculpas por el retraso de este complemento a la respuesta. Queremos hacer aquí una crítica de lo que nos has escrito, que, por muy ruda que parezca, no significa, ni mucho menos, un rechazo, sino al contrario: seguimos dispuestos a contestar a tus preguntas y opiniones. Vamos a contestar a lo que tú dices sobre Che Guevara, analizando lo más seria y sinceramente lo que de verdad fueron, como tú dices, "sus valores", "sus ideas" y "su lucha".
¿Es Che Guevara un ejemplo para la juventud revolucionaria de hoy?
Este mes de octubre se celebra, pues, el 40 aniversario de la muerte de Che Guevara, asesinado por el ejército boliviano, bajo la dirección de la CIA norteamericana.
Desde 1967, "el Che" se ha convertido en el símbolo, por decirlo así, de la eterna "juventud revolucionaria romántica": muerto joven, con las armas en la mano, en lucha contra el imperialismo americano, gran "defensor de las masas pobres de Latinoamérica"...todo el mundo tiene en mente esa imagen mítica del Che con una estrella en la boina y mirar lejano y triste.
Sus famosas Notas de viaje han contribuido en gran medida a popularizar la historia de este rebelde, hijo de buena familia argentina un tanto bohemia, que se lanza a un viaje en moto por los caminos de la América del Sur de entonces, poniendo sus conocimientos médicos al servicio de los pobres... Vive en Guatemala en un momento (1956) en que los Estados Unidos urden el enésimo golpe de Estado contra un gobierno que no les conviene. Este control permanente sobre los países de Latinoamérica por parte de EE.UU va alimentar en Guevara durante toda su vida un odio inexpiable hacia ese país. Se unirá después en México al grupo cubano de Castro, refugiado en ese país tras un intento abortado de derrocamiento del dictador cubano, Batista, apoyado durante mucho tiempo por Estados Unidos[1]. Tras una serie de peripecias, el grupo se instala en la Sierra Maestra de Cuba hasta la derrota de Batista, a principios de 1959. El núcleo ideológico de ese grupo era el nacionalismo. El "marxismo" no fue más que un envoltorio de circunstancias a una "resistencia antiyanqui" exacerbada, por mucho que algunos de sus elementos, el propio Guevara entre ellos, se consideraran "marxistas". El Partido comunista cubano, que anteriormente, por cierto, había apoyado a Batista, mandó a uno de sus dirigentes, Carlos Rafael Rodríguez, junto a Castro en 1958, unos meses antes de la victoria castrista.
Esa guerrilla no es ni mucho menos la expresión de no se sabe qué revuelta campesina, y menos todavía de la clase obrera. Fue la expresión militar de una fracción de la burguesía cubana que quiere echar abajo a la fracción en el poder para ocupar su puesto. No hubo ningún "levantamiento popular" en la toma del poder de la guerrilla castrista. Aparece, como tantas veces ha ocurrido en Latinoamérica, como un recambio de una camarilla militar por otra formación armada, en el que las capas explotadas y pobres de la población de la isla, alistadas o no por los combatientes de la guerrilla, no desempeñan ningún papel relevante sino es el de lanzar vítores a los nuevos dueños del poder. Ante una resistencia más bien débil por parte de la soldadesca de Batista, Guevara aparece como el intrépido guerrillero cuya determinación y carisma creciente podrían llegar incluso a hacerle sombra a su jefe Fidel. Tras la victoria sobre Batista, Fidel Castro va a encargar al Che de instaurar unos "tribunales revolucionarios", una mascarada sangrienta en la mejor tradición de los ajustes de cuentas entre fracciones de las diferentes burguesías nacionales, en particular en Latinoamérica. Che Guevara se toma muy en serio su papel, por convicción y con celo, instalando una justicia "revolucionaria" en la que, para desahogo colectivo, se juzga a los esbirros torturadores del régimen de Batista, pero tampoco se andan con miramientos, y una simple denuncia puede costar el fusilamiento. Y Guevara lo reivindicará sin remilgos más tarde en la ONU, donde, contestando a los representantes latinoamericanos, los típicos prohombres "democráticos", "perturbados" por unos métodos de sobra conocidos por ellos, declara: "Fusilamos, estamos fusilando y seguiremos fusilando mientras sea necesario". O sea, mientras "sea necesario": hasta que la gente se entere de quién manda; primero liquidar a los antiguos dueños y, sobre todo, crear las condiciones idóneas para aplastar la menor resistencia que venga "de abajo". Esas declaraciones no tienen nada que ver con una defensa más o menos torpe, de una justicia revolucionaria. Esas palabras corresponden, repitámoslo, a los métodos típicos de una fracción de la burguesía que desaloja a otra por la fuerza de las armas.
Puede entonces uno identificarse con el "héroe" austero de la Sierra Maestra, con el "guerrillero heroico" que morirá unos años más tarde en la sierra boliviana, pero en el mundo real, le otorgaron el papel de ejecutor de las sucias tareas en la instauración de un régimen que de comunista sólo tiene el nombre.
Che Guevara: ¿internacionalista?
EK, tú nos dices: «el internacionalismo del Che es indudable» y «Durante el seminario de solidaridad afro-asiática, el Che critica sin ambages las posiciones conservadoras y explotadoras de la URSS» y que «acabará, como es muy lógico, separándose del modelo social-imperialista de la URSS».
El régimen nacionalista de Castro pronto se enfundó el calificativo de "comunista", lo cual significa sencillamente que se integró ... en el campo imperialista regido por la URSS. El que Cuba esté sólo a unas cuantas millas de las costas de EE.UU iba a inquietar evidentemente al amo del bloque occidental. El proceso de estalinización de la isla, con una presencia de personal civil y, sobre todo, militar y de los servicios secretos de los países del bloque del Este, culminará en 1962 en el momento de "la crisis de los misiles".
En ese proceso, Che Guevara, ahora ministro de Industria (1960-61), para soldar la nueva alianza con el "campo socialista", es enviado por Castro a una gira por los países de ese campo. De vuelta a Cuba, en la televisión, se dedica a presentar programas propagandísticos en el "año de la educación" con discursos de lo más ditirámbico sobre la URSS: «ese país que tan profundamente ama la paz», «donde impera la libertad de pensamiento», «madre de la libertad»... Y elogia «la extraordinaria» Corea del Norte y luego la China de Mao donde «todos están llenos de entusiasmo, todos hacen horas extraordinarias» y así para todos los países del Este: «las realizaciones de los países socialistas son extraordinarias. No hay comparación posible entre sus sistemas de vida, sus sistemas de desarrollo y los de los países capitalistas». ¡Un verdadero viajante de comercio del modelo estalinista! Más lejos, hablaremos del "desamor" de Guevara hacia la URSS. Pero contrariamente a lo que tú afirmas, el Che nunca expresó la menor duda de principio sobre el sistema estalinista. Para él, la URSS y su bloque eran el campo «socialista, progresista» y su propia lucha se integraba plenamente en la del bloque ruso contra el bloque occidental. La consigna lanzada por Guevara de «Crear uno, dos, varios Vietnam», no es una consigna "internacionalista", sino una consigna nacionalista y favorable al bloque del Este. El único criterio verdadero de esa consigna no es el cambio social, ni mucho menos, sino el odio al jefe del otro bloque, los Estados Unidos.
En efecto, tras la IIª Guerra mundial, el mundo se encontró dividido en dos bloques antagónicos, uno regido por EE.UU. y el otro por la URSS. La "liberación nacional" se confirmó entonces como una mistificación ideológica perfecta para justificar el alistamiento militar de la población. En esas guerras, ni la clase obrera ni las demás clases explotadas tenían nada que ganar, sirven de masa de maniobra para las diferentes fracciones de la clase dominante y de sus padrinos imperialistas. El reparto del mundo entre dos bloques tras los acuerdos de Yalta implicaba que cualquier salida de un bloque sólo podría hacerse cayendo en el bloque adverso. Y precisamente no hay mejor ejemplo que el de Cuba: este país pasó de la dictadura corrupta de Batista, sometida directamente a Washington, sus servicios secretos y todo tipo de mafias, al control por el bloque estalinista. ¡La historia de Cuba es un concentrado de la historia trágica de las "luchas de liberación nacional" durante más de medio siglo!
Así pues, ante todo, antes de decir cuándo y cómo Guevara se habría "desviado" más o menos de la URSS, hay que dejar las cosas claras sobre la naturaleza de la URSS y de su bloque. Tras la defensa de un Che Guevara revolucionario está la idea de que la URSS, poco o mucho, a pesar de sus defectos y demás... era el «bloque socialista, progresista». Ésa es la mayor mentira del siglo XX. Hubo, sí, una revolución proletaria en Rusia, pero fue derrotada. La forma estalinista de la contrarrevolución se dio una consigna: la «construcción del socialismo en un solo país», una consigna que se ubica en el extremo opuesto al marxismo. Para el marxismo, «los proletarios no tienen patria»[2]. Fue este internacionalismo auténtico la brújula de la oleada revolucionaria mundial que se inició en 1917 y la de todos los revolucionarios de entonces, desde Lenin y los bolcheviques hasta Rosa Luxemburgo y los espartaquistas[3]. La adopción de esa aberración "teórica" de una "patria socialista" que defender se remató con el recurso sistemático a un método burgués: el terror y el capitalismo de Estado, una de las expresiones más totalitarias y feroces de la explotación capitalista.
El Che ¿"se desvió del modelo social-imperialista de la URSS"?
El origen de las críticas del Che a la URSS fue la frustración provocada por "la crisis de los misiles", en 1962. Para la URSS, apoderarse de Cuba fue una ocasión que no podía desperdiciar. Por fin, podía pagarle con la misma moneda a Estados Unidos, país que la amenazaba directamente a sus puertas desde países vecinos como Turquía. La URSS empieza a instalar rampas de lanzamiento de misiles nucleares a unas cuantas millas de las costas norteamericanas. Estados Unidos, mediante un cerco total a la isla, obliga a los buques rusos a dar media vuelta. Kruschev, que era el jefe del Kremlin entonces, se vio finalmente obligado a retirar sus misiles. Hay que decir que durante aquellos días de octubre de 1962, los enfrentamientos imperialistas entre quienes pretendían ser los adalides del "mundo libre" y quienes pretendían ser el "mundo socialista progresista" pusieron a la humanidad entera al borde del abismo. Krushev fue considerado por los dirigentes castristas como un "mariquita" que no tenía "los huevos" de atacar a Estados Unidos. En un ataque de histeria patriotera en el que el slogan castrista de "Patria o muerte" cobra su sentido más siniestro, los dirigentes cubanos están dispuestos a sacrificar a su pueblo (ellos dirán que es el pueblo que está listo para el sacrificio) en el altar de la guerra atómica. En ese delirio perverso, Guevara está, evidentemente, en primera fila. Escribe: «Tienen razón [los países de la OEA [4] de tener miedo de la ‘subversión cubana'], pues es el ejemplo de un pueblo dispuesto a inmolarse bajo las armas atómicas para que sus cenizas sirvan de cemento a las nuevas sociedades y que, cuando se concluyó un acuerdo sobre la retirada de los misiles sin que se le hubiera consultado, no deja escapar un suspiro de alivio, no acoge la tregua con reconocimiento. Se echa a la calle para [...] afirmar [...] su decisión de luchar, incluso él solo, contra todos los peligros y contra la propia amenaza atómica del imperialismo yanqui»[5]. Ese "héroe" ha decidido que el pueblo cubano estaba dispuesto a inmolarse por la patria ... así, la base de la "decepción", de la crítica respecto a la URSS no fue la pérdida de la fe en las virtudes del "comunismo soviético" (o sea, el capitalismo estalinista), sino, al contrario, la decepción viene de que ese sistema no iba hasta el final de su lógica guerrera de enfrentamiento, no tenía "los huevos" de ir hasta el paroxismo caliente de la "guerra fría". Y el discurso de Argel de Che Guevara en el que tú te basas para afirmar que el Che «se separó del modelo social-imperialista de la URSS» no cambia nada en realidad a la raíz estalinista de las posiciones de Guevara. ¡Al contrario!. En ese famoso discurso, el Che crítica, sí, el "mercantilismo"[6] en las relaciones entre los países del bloque de la URSS, pero sigue llamándolos socialistas y "pueblos amigos": «Los países socialistas son, en cierto modo, cómplices de la explotación capitalista [...]. Tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores del Oeste.» Detrás de su apariencia radical, esa crítica es una crítica desde dentro del sistema estalinista. Más todavía, es la crítica de un responsable que participó con todas sus fuerza en la instauración del sistema de capitalismo de Estado en Cuba. Y desde luego, nunca usó expresiones tales como "social-imperialismo". Después, por lo demás, nunca volverá a hacer la menor crítica oficial a la URSS.
Cierto, Che Guevara, en el momento en que fue asesinado por la CIA y el ejército boliviano en 1967, fue víctima no sólo del imperialismo americano, sino, sin duda, también de la nueva orientación política del Kremlin, llamada "coexistencia pacífica" con el bloque occidental. No vamos a tratar aquí sobre las razones que llevaron a la dirección de la URSS y de su bloque a dar ese "giro". Pero ese cambio no tiene nada que ver con no se sabe qué "traición" hacia los pueblos que querían liberarse del imperialismo, ni hacia el proletariado. La política de la clase dominante estalinista cambiaba de rumbo en función de sus intereses como clase dominante y, precisamente, la crisis de los misiles fue la demostración para los dirigentes del imperialismo estalinista de que no disponían de los medios para desafiar al jefe del otro bloque ante sus propias narices y que deberían ser prudentes en Latinoamérica.
Eso es lo que Guevara y una fracción de dirigentes cubanos no quieren entender, hasta el punto de acabar siendo molestos no sólo para la URSS, sino incluso para sus propios amigos de la isla. A partir de entonces, el destino de Che Guevara quedó sellado: tras la desastrosa aventura en el Congo[7], acabará encontrándose solo en Bolivia, con un puñado de compañeros de armas, abandonado por el PC boliviano, el cual, finalmente, tras muchos rodeos, acabará adoptando la nueva línea de Moscú. Para las fracciones más "moscovitas", los defensores de la táctica del "foco" guerrillero eran una cuerda de pequeñoburgueses con ganas de aventuras, "aislados de las masas". Y para las facciones de los PC favorables a la lucha armada, con sus apoyos críticos de todo tipo, los "dirigentes" de los PC eran unos "revolucionarios de salón", unos burócratas aburguesados y demás... también ellos "aislados de las masas". Para nosotros, que nos reivindicamos de la Izquierda Comunista, no son ambas sino dos formas de la misma contrarrevolución, dos variantes de la misma gran mentira del siglo, la patraña de presentar la contrarrevolución estalinista como la continuadora de la revolución de Octubre y la URSS y sus clónicos como comunista.
¿Qué visión tenía Che Guevara de la clase obrera?
Para ti, EK, la tarea de los intelectuales sería «introducir en el proletariado la conciencia de su situación ...». Pareces en esto adoptar la visión de Che Guevara sobre "la élite revolucionaría". Pero detrás de esa posición del Che hay, en realidad, un profundo desprecio por la clase obrera. ¿Qué es lo que hay detrás de sus lirismos sobre "el hombre nuevo en la revolución cubana"?
La unidad proletaria revolucionaria tiene una base práctica muy concreta: la solidaridad de clase. Es esta solidaridad espontánea, hecha de ayuda mutua y fraternidad, lo que inspira la generosidad, la entrega, las cualidades del proletariado revolucionario. Pero esa "entrega" en boca de Guevara, suena, en el mejor de los casos, como un llamamiento casi místico al martirio supremo (hay que reconocerle que siempre estuvo listo para el sacrificio, y dispuesto sin duda a convertirse en una "ceniza" mártir por la causa imperialista que defendía, junto con todo el pueblo cubano "voluntario", en el momento de la crisis de los misiles)... Detrás de su propio comportamiento "ejemplar" está esa visión del "sacrificio" o del "heroísmo" (del mismo estilo que todos los idealismos patrioteros exaltados por el estalinismo, en la Resistencia francesa por ejemplo) que debería imponerse desde arriba, por las necesidades del Estado y bajo el mando de un "líder máximo". Esa visión contiene ese desprecio del intelectual pequeñoburgués hacia "la masa proletaria" a la que se mira desde arriba, a la que hay que "educar" para que acabe entendiendo lo grandioso de la revolución y sus ventajas. «Este ente multifacético [la masa], escribe con condescendencia Guevara, no (...) actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.» (...) «Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya» (El socialismo y el hombre en Cuba, 1965).
De hecho, cuando nos dices «que no hay razón para reducir el concepto de proletariado a los obreros únicamente», tu razonamiento se arraiga sin duda y, quizás, involuntariamente, en esa visión despectiva de la clase obrera[8]. De hecho, una de las características comunes de esos avatares del estalinismo (desde el maoísmo al castrismo), es su desconfianza y su desprecio por la clase obrera, haciendo de un mítico campesinado pobre el "agente de la revolución" dirigido por unos intelectuales poseedores de la conciencia que "introducen" en el cerebro de las masas. En el mejor de los casos, la clase obrera era para esos neoestalinistas, una masa de maniobra que les servía de referencia histórica, un comparsa de su revolución. No hay en ningún escrito de esos "revolucionarios", y menos todavía en su práctica, la menor referencia a la clase obrera organizada como tal y a las organizaciones del poder de clase, los soviets. Esos clónicos del estalinismo ya no necesitan disfrazar su ideología capitalista de Estado y hablar de consejos obreros u otras expresiones de la vida proletaria durante la oleada revolucionaria de 1917-1927. Ya solo queda el Estado, dirigido por gente "ilustrada" y, abajo, las masas, a las cuales se les deja, a veces, dar pruebas de "iniciativa", encuadrada en "comités de defensa de la revolución" y demás organismos de vigilancia social.
Y en Cuba, uno de los primeros órganos de encuadramiento y dirección de la clase obrera fueron, una vez más y sin sorpresa, los sindicatos. Los sindicatos cubanos (CTC) eran ya unos sindicatos, al modo americano, perfectamente integrados en el "capitalismo liberal" y sus corruptelas. Y van a ser rápidamente transformados por la dirección cubana, en 1960, en sindicatos al gusto estalinista, según el modelo estatal. Entre las primeras decisiones de los sindicatos del régimen castrista estará la de alinear los salarios por abajo y hacer respetar la prohibición de las huelgas en las empresas. Y también se justificará ese ataque contra la clase obrera con la ideología antiyanqui y de "defensa del pueblo cubano". Aprovechando en 1960 una huelga contra la baja de salarios de obreros de empresas pertenecientes a capital estadounidense, los dirigentes castristas estigmatizan esa huelga de "privilegiados" para declarar la "huelga a la huelga" en palabras del nuevo dirigente castrista de la CTC.
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En estas semanas nos han llenado las pantallas con las controversias sobre la vida y milagros del Che. Por un lado, en la línea de los propagandistas de la "muerte del comunismo", las fracciones derechistas o centristas de la burguesía van a aprovechar la ocasión para recalentar su bazofia con la ayuda servil de algún que otro historiador arrepentido, listos ahora a denunciar el papel "antidemocrático" del Che, su papel de ejecutante en jefe responsable de los tribunales "revolucionarios" al principio de la era castrista, despotricando unos y otros en las pantallas sobre si las ejecuciones fueron "excesivas", si hubo o no un "baño de sangre", si fue una justicia "arbitraria" o, al contrario, "moderada". Para nosotros, como decíamos antes, sencillamente desempeñó el papel necesario para instaurar un nuevo régimen tan burgués, capitalista y represivo como el precedente. Y, por el otro lado, nos sirven mentiras o medias verdades en su honra. No hay más que ver cómo la Liga Comunista Revolucionaria, en Francia, en su voluntad de ocupar el sillón del moribundo Partido Comunista Francés y ser el primer partido "anticapitalista" de Francia, ha vuelto a sacar al Che, explotando a mansalva su imagen "joven y rebelde"[9].
Estimado compañero EK, la realidad es ésa: detrás de la camiseta con la efigie del Che, hay, sin duda, un corazón generoso y sincero de personas que quieren combatir contra las injusticias y las atrocidades de este mundo capitalista. Y, precisamente, si tanto ponen algunos por delante al Che es precisamente para esterilizar el entusiasmo que acompaña la pasión revolucionaria. Pero el Che no es sino una de las figuras de la larga cohorte de dirigentes nacionalistas y estalinistas, sin duda más atractiva que las demás, pero representativa, sin embargo, de ese avatar tropical de la contrarrevolución que es el castrismo.
A pesar de todas nuestras divergencias, compañero EK, la discusión sigue abierta....
Corriente comunista internacional
[1] El éxito de la operación del derrocamiento de Batista por Castro y Guevara se benefició, de hecho, del apoyo de EEUU y de la comprensión de una parte de la derecha, a quienes había empezado a molestarles seriamente el nivel de corrupción del régimen. El gobierno estadounidense decidió el embargo de armas hacia Cuba, lo cual privó definitivamente de medios a Batista para luchar contra la guerrilla. Será al cabo de unos meses de ejercicio del nuevo poder castrista cuando las relaciones entre EEUU y Cuba acabarán deteriorándose y, ante la amenaza de intervención de aquel país, el régimen castrista empezaría a integrarse en el bloque ruso.
[2] Cita muy conocida del Manifiesto Comunista de 1848, redactado por Marx y Engels.
[3] Hemos escrito mucho sobre Octubre de 1917. Pueden leerse los textos recientes: el artículo "Octubre del 17: La mayor experiencia revolucionaria de la clase obrera" (Revista internacional n°131, 2007); el folleto: Octubre de 1917, inicio de la revolución mundial. Las masas obreras se apoderan de su propio destino; el texto de presentación de nuestras reuniones públicas "Hace 90 años la revolución de Octubre de 1917", en https://es.internationalism.org. y el artículo "El estalinismo es el enterrador de la Revolución rusa" (Revolution Internationale n°383, octubre de 2007, en francés)
[4] Organización de Estados Americanos, organismo continental, en realidad al servicio de EE.UU, y del que fue excluida la Cuba castrista.
[5] Escrito en el momento de la "crisis de los misiles", se publicará más tarde, en 1968, en una revista del ejército cubano. Reproducido en la biografía del Che de Pierre Kalfon (y traducido del francés por nosotros).
[7] En 1965, quizás para poner en práctica la consigna de "Dos, tres Vietnam...", un puñado de cubanos se planta en el este de la República del Congo (ex Zaire) para organizar un "foco antiimperialista", todo organizado por los servicios secretos cubanos con el acuerdo de la URSS (quizás, también, para quitárselo de encima...). Desde el principio la aventura congoleña aparece como un desastre anunciado: Guevara se encuentra bajo las órdenes políticas de una banda de dirigentes congoleños (entre ellos Kabila, futuro presidente-dictador de Zaire en los años 1990), unos aventureros que se pegan la gran vida gracias a los subsidios soviéticos y chinos. La población, por su parte, que por lo visto iba a recibir con los brazos abiertos a sus "liberadores", se queda más bien pasmada a la vista de esa gente salida de no se sabe dónde. Fue una anticipación de lo que iba a ocurrir en Bolivia al año siguiente. Hay que decir que más tarde, por cuenta del imperialismo ruso, miles de cubanos siguieron sirviendo de "instructores militares" (y de carne de cañón) en varias "guerras de liberación nacional" en tierras africanas ((Guinea-Bissau, Mozambique, Angola,...) hasta el desmoronamiento de la URSS y de su bloque a principios de los años 90.
[8] No podemos desarrollar aquí qué es el proletariado o clase obrera, dos expresiones equivalentes para nosotros. Digamos, eso sí que nuestra visión de la clase obrera no tiene nada que ver con la sociología ni con esas imágenes de estampa realista del obrero en mono y alpargatas.
[9] El líder de la LCR, Olivier Besancenot, afirmó durante la campaña electoral francesa que su partido se identifica mucho más hoy con el Che que con Trotski, aún cuando desde su nacimiento esa organización legitimaba, fraudulentamente, su pertenencia a la clase obrera, reivindicándose ante todo de aquél gran militante bolchevique. A Marx le gustaba subrayar las ironías de la historia. Y es hoy una de las más mordientes el comprobar que esta nueva propaganda de la LCR, en su afán de parecer joven y estar en la onda para atraerse a la nuevas generaciones de la clase obrera, se reivindica de un heredero, en fin de cuentas, de la camada estalinista y de su ideología, esa misma jauría que asesinó hace más de sesenta años a un revolucionario que por muchas incomprensiones que tuviera, lo era de verdad, un tal... León Trotski...