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¿La crisis actual de los astilleros es un resultado de la política del anterior gobierno PP?
Un participante en el Foro atribuye la responsabilidad de la actual crisis a « ese tipo siniestro, prototipo de numerario del Opus Dei, que cuando era presidente del gobierno, llamaba a las familias a tener más hijos: Aznar».
Aznar y sus ministros eran servidores del Capital y como tales atacaban a muerte a los trabajadores pues el Capital no tiene otra política posible. Zapatero está haciendo lo mismo. Pero ¡no olvidemos! ¿Quién inició la política de reconversiones y despidos en el sector naval y en otros muchos sectores? Pues el Gobierno de Felipe González ilustre predecesor de ZP. Las reconversiones y otras “políticas industriales” del gobierno “socialista” entre 1982 y 1996 SUPUSIERON LA PERDIDA DE UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO.
El siniestro señor del bigote no hizo otra cosa que continuar la senda del dicharachero González pero el angelical Zapatero está demostrando que va a dejar corto a sus dos predecesores.
El Gobierno es el seguro servidor del Capital. Su política no es producto de una ideología sino de las necesidades del capital. Es el capital quien “orientando” el voto de los “ciudadanos” elige el gobierno más apropiado para sus necesidades en cada fase de la evolución de su crisis histórica.
¿Es ley de vida que cuando una empresa o un sector estén en crisis los trabajadores debamos aceptarlo e irnos a buscarnos la vida en otra parte?
Esto es lo que plantea un participante en el Foro: « las empresas, como todo, nacen, crecen, y mueren. La defensa a ultranza del puesto de trabajo va en contra de esa ley de vida y no creo que siempre esté relacionado con las contradicciones del sistema capitalista».
Como le responde otro compañero eso no es “ley de vida” sino la ley de la jungla del capitalismo. El ser humano no es competitivo y depredador por naturaleza. Durante la época más larga de la historia de la humanidad esta vivió en lo que se llamó el comunismo primitivo: pequeñas tribus donde los individuos cooperaban solidariamente entre ellos para su reproducción. Se calcula que este régimen social sobrevivió más de 50.000 años. Es evidente que se disolvió y que ello era inevitable dando lugar a las sociedades de clase: esclavismo, feudalismo y capitalismo, aproximadamente unos 8.000 años en la historia de la humanidad. Sin embargo, con el capitalismo la humanidad ha llegado a una contradicción que solo puede ser resuelta con la instauración de la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, el auténtico comunismo. Con el capitalismo se está produciendo algo que en épocas anteriores de la historia de la humanidad habría parecido absurdo: la gente muere de hambre, se va al paro, padece miseria etc., no por SUBPRODUCCION, es decir, por penuria de medios de vida y producción, sino A CAUSA DE LA SOBREPRODUCCION, es decir, por exceso de medios de vida y producción. La lucha del proletariado, aboliendo la competencia en su seno y desarrollando la solidaridad y la unidad, es la que permitirá llegar a esa nueva sociedad.
¿Los trabajadores de astilleros luchan por defender unas condiciones de privilegio: trabajadores estatales, mantenidos con el déficit estatal pagado por todos…?
La respuesta es negativa. Los obreros de astilleros se defienden contra el despido y el ataque a sus condiciones de vida. Por tanto, están defendiendo los intereses de toda la clase obrera. Si les echan a la calle o si les bajan los salarios (o las dos cosas a la vez) el resultado se hará sentir sobre todos los trabajadores de forma directa o indirecta, más pronto o más tarde. Cuando en un sector obrero se imponen los despidos, las bajas de salarios o los aumento de horario o ritmos, eso tiene una repercusión general en toda la economía bajo la forma de más precariedad, peores salarios, más despidos…, es decir, el empeoramiento general de las condiciones de vida de toda la clase obrera.
Cada obrero no elige la empresa que le va a explotar sino que son las leyes ciegas que mueven el capitalismo las que hacen que tal obrero sea de astilleros y otro repartidor de pizzas precario, parado etc. Los obreros son explotados por el capitalismo en su conjunto. Ser funcionario o ser empleado público no es un privilegio sino una forma determinada de explotación.
¿De donde ha nacido la precariedad? ¿De la mala voluntad de los obreros del sector público? ¡En absoluto! Ha nacido de las leyes y necesidades del Capital. Está de moda la ideología según la cual los obreros precarios o los de pequeñas empresas culpan de sus males a sus compañeros “privilegiados” de empresas públicas, funcionarios etc. La raíz del mal está en la crisis del capitalismo y en la política correspondiente que realizan su Estado. Hemos de dirigir nuestra indignación contra esa clase social y no contra los que son nuestros hermanos con los que debemos construir nuestra UNIDAD DE CLASE para que todos tengamos fuerza.
¿Son los mineros, los siderúrgicos o los obreros de astilleros “jubilados o prejubilados de lujo”?
La crisis ha ido agravándose durante los últimos 30 años. En los años 80 ello obligó al capital y su estado a cerrar numerosas empresas. Ante las luchas obreras, el Estado, con la complicidad clara de los sindicatos, desarrolló una “medida social y no traumática”: prejubilar o jubilar a los obreros mayores de 50 años e incluso menos. La realidad ha demostrado que eso no era tan privilegiado como lo pintan: en la práctica los “privilegiados” que tienen esa situación apenas tienen unos 600 € mensuales y la pensión puede ser incluso peor.
Pero el problema es más grave y profundo: como consecuencia de los despidos que enmascaraban esas jubilaciones o prejubilaciones no traumáticas (¿) el resultado es que globalmente el empleo ha disminuido o bien se ha precarizado. Por tanto, para la clase obrera en su conjunto eso ha significado un deterioro de sus condiciones de vida. Por ejemplo, los hijos de esos jubilados o prejubilados “de lujo” tienen que vivir en casa de sus padres pues la vivienda es inaccesible y si tienen trabajo es precario.
Las jubilaciones y la prejubilaciones son una medida cínica de Estado y Sindicatos para imponer el hundimiento en la crisis del capital a los trabajadores. Como dice muy bien un compañero en el Foro: «no me parece que las prejubilaciones sean precisamente una defensa del puesto de trabajo, sino una compra de la paz social como bien has dicho, que significan pan para hoy y hambre para mañana, porque se asegura el futuro del trabajador que accede a ellas pero significa dejar en un hilo el futuro de l@s hij@s (condenad@s a un trabajo de mierda) y un retroceso para el movimiento obrero (…)La filosofía de "el/la que venga atrás, que arree". Si permitimos cosas como esa, adiós definitivamente al movimiento obrero».
Ahora esa supuesta bicoca ya no la ofrecen o la ofrecen en condiciones mucho peores que antes. ¡No caigamos en esas trampas!
Como decía un compañero en el Foro: «Los trabajadores lo que quieren no es ser prejubilados, sino mantener sus empleos. Las prejubilaciones son estrategias de los sindicatos oficiales y del Estado para llegar a la consecución de sus fines: cerrar determinado tipo de empresas, privatizar otras».
Jubilados, prejubilados, activos fijos, activos precarios, desempleados, emigrantes: TODOS SOMOS CLASE OBRERA. No nos veamos unos a otros como “privilegiados”. ¡Rompamos con las divisiones que no nacen de nuestro ser de clase sino de las maniobras de división del Capital, el Estado y los Sindicatos!
¿El cierre de los astilleros es debido a la competencia desleal de los coreanos?
Es un factor a tener en cuenta. En el capitalismo hay una concurrencia feroz entre capitales nacionales y entre los diferentes capitalistas individuales.
Ahora bien, la solución no es que los obreros nos sometamos a las leyes de la competencia capitalista sino que luchemos contra ellas. El primer paso es abolir la competencia en nuestras propias filas. Hemos de construir nuestra unidad y solidaridad rompiendo las barreras de la empresa, la región, la nacionalidad (catalana, vasca etc.) y la nación (española, coreana, USA).
Sí planteamos las cosas en términos de salvar la empresa, salvar el sector, salvar la región, salvar la nación, entonces nos sometemos a los intereses de los capitalistas y somos esclavos de ellos y, en consecuencia, somos juguetes de la competencia feroz que libran entre ellos.
¿Cómo se puede hacer viable la empresa, el sector, la región o la nación? Pues solo existe un medio bajo el capitalismo: MEDIANTE EL SACRIFICIO DE LOS TRABAJADORES. Bajarse el salario para hacer más competitiva la empresa, admitir despidos para hacer más competitiva la empresa, trabajar más horas para hacer más competitiva la empresa.
Como muy bien dice un compañero en el Foro: «¿defender la "viabilidad de la empresa", su "competitividad", su "buena gestión", protestar por la "competencia desleal" forma parte de las reivindicaciones obreras o de las patronales????».
Debemos rechazar este planteamiento que nos hace solidarios con los que nos explotan e insolidarios con los demás trabajadores. Nuestra lucha debe ser por defender nuestros intereses de clase: nuestras condiciones de vida, ningún despido, ninguna rebaja de salarios, ningún aumento de ritmos…
La competencia, esa ley de la selva del capitalismo, está hundiendo a la humanidad en guerras, crisis, despidos, desempleo, precariedad. Pero la competencia no resuelve nada sino que agrava la crisis del capitalismo y, por tanto, agrava los sufrimientos, la miseria y la sobreexplotación.
Como dice otro compañero: « La crisis de los Astilleros españoles es un producto necesario del sistema capitalista. Cuando se produce una crisis, los capitalistas siempre intentan que los que paguen los platos rotos, sufran la reconversión y soporten el peso de esa crisis seamos los trabajadores, ya sea en nuestra faceta de consumidores o de productores (precios y salarios). Y nos piden "moderación" y llaman a sus "brazos largos", sindicalistas profesionales y políticos, a que capeen el temporal y les hagan el trabajo sucio. En último extremo, mano dura, y si tiene que morir algún currito o quedarse sin un ojo, que sea por bien del país».
La solución para el proletariado y la humanidad es abolir el capitalismo y por tanto abolir sus abortos siniestros: la competencia y la guerra. En su lugar establecer la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL de los hombres libres e iguales que trabajan de manera consciente y colectiva para si mismos y para el progreso de la humanidad.
¿Se podría solucionar lo de astilleros renunciando los capitalistas a una parte de sus beneficios de tal forma que se repartieran de forma solidaria los efectos de la crisis entre capitalistas y obreros?
Esto es lo que plantea un compañero en el Foro con muy buena voluntad: « ¿Que el sector naval español no es productivo? ¿Que el Estado sufre mucho para amortiguar sus pérdidas? ¿Que hay que hacer muchos ajustes para que sea competitivo? ¡De acuerdo! Pero que a los trabajadores no nos hagan pagar el pato. Es su problema ¡que lo solucionen ellos y que sean ellos los que se aprieten el cinturón! De los "intereses comunes" entre capitalistas y currelas solo se acuerdan este hatajo de criminales cuando de socializar pérdidas se trata, nunca cuando llega el reparto de beneficios»
El problema es que ESO NO ES POSIBLE. ES UNA UTOPIA. El capitalismo está hecho para el beneficio de los capitalistas individual o colectivamente. En el capitalismo jamás será posible un reparto justo de las cargas de la crisis. En épocas de vacas gordas el capitalismo suelta algunas migajas a los obreros y en muchas ocasiones no las suelta voluntariamente sino como resultado de fuertes luchas. Cuando el capital entra en la crisis, como la época actual que dura más de 30 años, entonces sólo tiene una solución posible: atacar a muerte las condiciones de vida de los obreros y de toda la población laboriosa. NO HAY OTRA SOLUCION BAJO EL CAPITALISMO. Lo contrario sería pedirle que dejara de ser capitalismo y fuera otra cosa.
Hay que orientar las luchas obreras en la defensa intransigente de sus intereses de clase y aprender de sus derrotas y fallos para orientarse hacia la UNICA SOLUCION POSIBLE que es DESTRUIR EL CAPITALISMO Y LEVANTAR DE FORMA UNIDA Y SOLIDARIA LA COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, EL COMUNISMO.
¿Se ha vuelto el capital apátrida y se ha impuesto al Estado – nación y con ello deslocaliza y lleva las industrias adonde le da la gana dejando a obreros como los de astilleros en la calle porque aquí cuesta mucho más producir un barco que en Corea?
Tal es la cuestión que plantea un compañero cuando dice: « El Capital ha proclamado su autonomía sobre el Estado-Nación, y sus decisiones sobre la oferta y la demanda, mano de obra barata etc etc escapan sobre los gobiernos y su soberanía: no tienen competencia para favorecer a la competitividad de las empresas, para su promoción. De esta manera si en Corea del Sur se fabrican barcos más baratos, las cargas de trabajo se harán allí y no en Sestao o en Puerto Real».
La máxima unidad a la que puede llegar el capital es la NACION. La nación es la finca privada del conjunto de los capitalistas. El Estado nacional gestiona los intereses del capital en su conjunto.
Todo eso que hablan de multinacionales, trasnacionales, especuladores internacionales etc., es un cuento. Las grandes empresas dependen de su Estado nacional que es quien les asegura a menudo hasta el 50% de sus ventas y quien a través de gestiones diplomáticas etc., les aseguran sus intereses en el extranjero. El capitalismo en el siglo XX ha tendido al capitalismo de Estado que puede tener dos formas: capitalismo fuertemente estatizado (los regímenes mal llamados “comunistas” o “socialistas”) o combinación entre la burguesía privada clásica y la burocracia estatal que es lo que predomina en los llamados países “democráticos” o “neoliberales”.
El capital deslocaliza ciertas partes de sus procesos de producción buscando la reducción de costes apretado por el peso de la crisis. La deslocalización no es el producto de un capital “apátrida” que se opondría al Estado nación sino una política consciente del capital nacional y de su Estado para aligerar costes.
Los obreros y la población laboriosa no podemos caer en la trampa de elegir entre el Estado Nación y el capital “apátrida” pues entonces caeremos en manos del Capital a través del supuesto manto protector del Estado nacional democrático. La nación y el estado como emanaciones que son del capitalismo son nuestros peores enemigos.
¿Tenemos fuerza contra el capital encerrando la lucha en cortes de carretera, barricadas para enfrentarnos con la policía, cortando vías férreas etc.?
Un compañero del Foro pone en duda la eficacia de tales métodos de lucha: «Que no por mucho fuego y espectáculo la lucha es más radical. Sin principios, y dejándose manejar por los traidores de siempre, el fuego vale para calentarle los pies al capital y que pase mejor el invierno».
Pensamos que tiene toda la razón y un debate debe ser abierto sobre la validez de tales métodos de lucha.
Radical quiere decir ir a las raíces no organizar un ruido o un escándalo muy grande. Los obreros debemos buscar en la lucha la forma de establecer una relación de fuerzas que nos sea favorable contra el capital.
La fuerza de los obreros es forjar su unidad de clase. Extender la lucha, hacer que otros sectores obreros se incorporen a la lucha. En astilleros hay que ganar a los compañeros de subcontratas, los precarios, los de las empresas auxiliares y a todos los trabajadores sin distinción de sector, de raza, de origen, de ciudad, de región…. Si afirmamos la unidad y la solidaridad de clase entonces el capital tiembla pues ve como los hombres y mujeres que hacen funcionar la máquina de su explotación se rebelan, se unen, piensan, se organizan, son solidarios… En esas condiciones su dominación empieza a estar amenazada.
Pero que se quemen cuatro neumáticos en una autopista o se levanten cuatro traviesas en una vía de tren no hace ningún daño al capital. Los obreros están aislados, son cercados por la policía, están lejos totalmente del resto de la clase. No se afirma la solidaridad y la unidad sino un enfrentamiento desesperado y condenado a la derrota.
Cada uno en su casa y el Capital en la de todos (a través del Estado y sus omnipresentes medios de ¿comunicación?, sus sindicatos etc.). Eso es lo que hay que romper buscando y logrando la UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD OBRERAS.
¿Solidaridad obrera o solidaridad ciudadana?
Un compañero pide como arma de lucha algo muy importante: LA SOLIDARIDAD OBRERA.
Pero ¿cómo deforman y desvirtúan los Sindicatos la búsqueda de la solidaridad? Ellos proponen la Solidaridad Ciudadana. Eso es una estafa pues consiste en pedir apoyo a alcaldes, autoridades, empresarios, Gremios de comerciantes etc. Es decir, pedir ayuda a los que viven y medran a costa de nuestros sufrimientos, de nuestra explotación… HACER QUE LA VICTIMA PIDA AYUDA AL VERDUGO. (O, al menos, a los cómplices de los verdugos).
Con la historia de la “solidaridad ciudadana” los obreros son disueltos en una masa interclasista, dejan de ser obreros para convertirse en “ciudadanos”… ¡futuros parados!
Solidaridad obrera quiere decir otra cosa: es buscar el apoyo de los desempleados, de los obreros de otros centros de trabajo, de la población trabajadora. Es ir en delegaciones o en manifestaciones a recorrer polígonos industriales, barriadas obreras, centros de trabajo, institutos de enseñanza etc., gritando como se decía en las grandes huelgas de 1976: SOMOS OBREROS ¡UNETE!
Solidaridad obrera es hacer valer nuestra fuerza de clase unida, colectiva, productora asociada de la mayoría de las riquezas sociales. Pero solidaridad obrera es igualmente afirmar un principio de solidaridad humana y social, base de una futura sociedad frente a esta sociedad basada en la competencia, él todos contra todos y la insolidaridad más brutal (escondida con las hipocresías de la “solidaridad ciudadana” o la “solidaridad humanitaria”).
Como decía un compañero en un Foro «Con los obreros de Astilleros ¡Solidaridad de clase! ¿Que es eso de "solidaridad ciudadana"? Manifestarse con los politicastros, los obispos,... como en Ferrol?».
Corriente Comunista Internacional. 12-10-04