DAGONGMEI- DETRÁS DEL MILAGRO ECONÓMICO CHINO

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Pung Nai es profesora del Centro de Investigación Social de la Universidad de Pekín y de la Universidad Politécnica de Hong Kong. Actualmente está de gira por cinco países europeos para presentar el libro "Dagongmei-mujeres obreras cuentan su historia desde las fábricas chinas" que ha publicado junto con su colega Li Wanwei del Instituto de Relaciones Industriales en Hong Kong[1]. El motivo de esta serie de charlas es la presentación del libro en alemán.

El 10 de octubre de 2008 Pung Ngai presentó su libro en Colonia. Dada la importancia del crecimiento del poder económico y militar chino las últimas décadas, y las cuestiones planteadas en relación al futuro de este "milagro económico" a la luz de las presentes dificultades del capitalismo mundial, no fue sorprendente que hubiera una gran asistencia.

El tema del estudio de Pung Ngai es la movilidad de la fuerza de trabajo dentro de China -la proletarización de 120 millones de campesinos durante los últimos 25 años-, en particular las condiciones de las "Dagongmei", literalmente las "hermanas trabajadoras". Pun Ngai y Li Wanwei presentan una serie de entrevistas con jóvenes mujeres obreras que han ido de zonas rurales a la ciudad industrial de Censen en el sudeste chino, una de las primeras zonas económicas especiales creadas por el Gobierno chino para atraer capital extranjero. En su presentación, Pun Ngai dio ejemplos a partir de la experiencia personal de esas trabajadoras.

Pero, sobre todo, la autora incidió en situar esta experiencia en un contexto más global, para "darle sentido" a estos procesos que, sin lugar a dudas, tienen una importancia mundial. Se señalaron 2 argumentos principales que están en el centro de su análisis de esos procesos en China.

Producción y reproducción de la fuerza de trabajo

Lo primero es la separación entre la esfera de la producción, que tiene lugar en las ciudades, y la esfera de la reproducción, en zonas rurales. Una gran parte de la fuerza de trabajo para las fábricas del "mercado mundial" se obtiene en el interior. Los costes de reproducción de esta fuerza de trabajo son soportados por las familias campesinas mismas, gracias a unas diminutas parcelas de tierra para la subsistencia. Esto explica en gran parte porqué los salarios en China pueden ser mucho más bajos que en los países capitalistas más avanzados de Occidente (donde los salarios tienen que cubrir no sólo los costes de reproducción de los trabajadores mismos, sino también de sus hijos, la futura generación de proletarios).

Sin embargo, como se señaló en la posterior discusión, este "secreto" del desarrollo capitalista no es específicamente chino, sino que proporciona las bases para desarrollos similares en cualquier parte de Asia o en otros continentes. Muchos de los que vinieron a esta charla buscaban una respuesta a la cuestión de porqué China parece haber tenido más éxito en este desarrollo que la mayoría de sus rivales.

Capitalismo de dormitorio

Aquí, la segunda idea principal señalada por Pun Ngai es de gran importancia. Esta es lo que ella llama el sistema dormitorio. En la China maoísta (como en la Rusia estalinista, podríamos añadir[2]) la libre circulación de la fuerza de trabajo dentro del país no estaba permitida. En particular, la población entera fue registrada para ser bien urbana bien rural. Un campesino necesitaba permiso para trasladarse a la ciudad y viceversa. Con las "reformas" económicas desde Deng en adelante, esta restricción de movimiento de la fuerza de trabajo se mantuvo. A primera vista esto es sorprendente, en vista de la necesidad del capital de libertad de movimiento de la fuerza de trabajo para crecer. Pero el mantenimiento de estas restricciones convierten a los inmigrantes en las ciudades "ilegales" en "su propio" país, sin derecho a seguros, sanidad ni educación. Ni tampoco tienen la oportunidad de formar vecindarios, comunidades o redes sociales con otros obreros inmigrantes en los centros urbanos. Están obligados a dormir en dormitorios propiedad de sus jefes, en los que están constantemente bajo control. Como Pun Ngai señaló, no pueden rechazar vender sus cuerpos sin riesgo a ser desalojados y enviados de vuelta a sus pueblos. Están en todo momento a disposición de la producción "express" que el mercado mundial requiere. Además, como víctimas de este sistema, ellos mismos dicen que son "desechables instantáneamente", "tirados a la calle", y enviados al interior tan pronto como no se les requiere o cuando su salud ha sido destrozada.

Chicas de 16 años aplicando pegamento tóxico con las manos descubiertas

Pun Ngai comparó este proceso de proletarización con el del primer país industrializado, Gran Bretaña, tal y como describió Friedrich Engels en su famoso estudio sobre las condiciones de la clase obrera en Inglaterra[3]. Aún señalando la existencia de un número de similitudes, también subrayó dos diferencias. En Inglaterra el punto de partida para el desarrollo del capitalismo moderno fue la violenta separación de los productores de sus medios de producción, de los campesinos de su tierra. En China, las reformas agrarias maoístas dejaron al campesinado con una diminuta parcela de tierra, suficiente para evitar el hambre, pero no para vivir decentemente. Por esta razón la emigración desde el interior es "voluntaria", oficialmente tiene lugar infringiendo la ley. Además, mujeres jóvenes en particular están motivadas por factores culturales (como fue señalado durante la discusión) en huir del mundo atrasado y patriarcal de sus aldeas y pueblos. En segundo lugar, como ya se ha señalado, hay una particularidad (Pun Ngai lo llamó un proceso incompleto) de esta proletarización, que es que a los obreros se les mantiene bajo la amenaza de ser deportados al interior. Ella señaló los traumas causados por la inseguridad de este "en tierra de nadie", que a largo plazo es insoportable.

En respuesta a esta cuestión, señaló que el Gobierno chino está actualmente considerando la posibilidad de una reforma agraria que facilite la adquisición de tierra privada. Pero el significado de esta "reforma" no permitiría al campesinado incrementar sus parcelas, que haría la subsistencia más viable, y por tanto poner freno a la emigración desde zonas rurales. Lo que se planea es esencialmente el impulsar la construcción de grandes urbanizaciones privadas, que avivarían las llamas de la emigración y proporcionaría nueva mano de obra barata a las ciudades.

Una nueva generación de trabajadores

Con respecto a los efectos de estos procesos históricos en la clase obrera, la autora distinguió entre la primera y la segunda generación de emigrantes. La primera generación todavía tuvo la esperanza de ahorrar dinero y volver a casa. Los hombres podían esperar modernizar sus parcelas de tierra, las mujeres montar pequeñas tiendas. Pero para la vasta mayoría esos sueños nunca se cumplieron, y muchos de aquellos que lo intentaron acabaron arruinados. A la primera generación esta experiencia la traumatizó, marcada por la desesperación y la interiorización de su ira.

Opuesto a esto, la motivación de la nueva generación es el "no arrepentimiento" de dejar sus pueblos. Están determinados a no volver nunca. La energía de estos trabajadores se dirige hacia el futuro y hacia fuera, expresándose así misma en acciones colectivas. Según las cifras oficiales, entre 1993 y 2005 el número de "incidentes colectivos" registrados por año se incrementó de 10.000 a 87.000. Protestas y peticiones se dirigen no sólo hacia los empresarios sino también hacia la administración estatal y el aparato de los sindicatos oficiales. Pung Ngai informó de discusiones donde minorías militantes de obreros decían: "¡Debemos buscar un gran ideal! ¡Necesitamos nuevos valores internos!"

Estas ideas, se dijo, se están extendiendo actualmente. También se informó de que las mujeres obreras en particular están en algunos casos empezando a transformar los dormitorios en lugares de contacto, cuestionamiento de la realidad y organización entre trabajadores. Los participantes también plantearon cuestiones más políticas. Alguien quería saber cuándo la autora pensaba que China se volvería una democracia. Ella contestó que eso no era realmente lo que le preocupaba, y que la democracia era algo que necesita definición. Su interés es el desarrollo de lo que ella llamó democracia de base en la clase obrera. En respuesta a la cuestión de si los trabajadores hoy aluden positivamente a lo que un asistente llamó "socialismo" de Mao, y si han aprendido algo positivo de esta educación "socialista" para su lucha actual, ella dijo que los obreros a veces usan citas de Mao para justificar legalmente sus reivindicaciones hacia el Estado. Sobre los intentos de estimular sentimientos patrióticos acerca de "la grandeza de China" (por ejemplo con ocasión de los Juegos Olímpicos) entre los trabajadores dijo que estos son promovidos tanto por Occidente (a través de su discurso agresivo) como por los dirigentes chinos mismos, y como un factor negativo contra la clase obrera.

Por supuesto todo el mundo quería saber cómo Pun Ngai esperaba que la actual crisis financiera mundial afectaría a China. Dijo que era probable que cause un gran desempleo y pobreza creciente, dada la dependencia del país de las exportaciones. Después de varios años de salarios crecientes, con la presión de la militancia obrera, sería probable que disminuyera el "poder negociador" de muchos sectores de la clase obrera.

Se plantearon tantas cuestiones que al final desafortunadamente no hubo tiempo para la discusión general prevista. Sin embargo se señaló que el sistema de hacer a la fuerza de trabajo ilegal pero tolerada, y por tanto especialmente barata y flexible, no es específicamente de China, sino que está creciendo en todo el mundo, incluyendo Europa y Estados Unidos. La particularidad de China es la escala con que este arma se emplea. Los dormitorios albergan regularmente entre 5.000 y 10.000 trabajadores por unidad. Las aglomeraciones de estos barracones en muchos casos cubren áreas tan grandes como ciudades europeas medias.

En conclusión podemos decir sin temor a equivocarnos que los que vinieron a la charla fueron profundamente influenciados por la presencia, combatividad y claridad de análisis de un representante de la clase obrera de China[4].

El capitalismo significa economía mundial. A través de una interconexión mundial y del desarrollo de la lucha de clase, el capitalismo, contra su propia voluntad, está creando las condiciones para la unificación de sus propios enterradores.



[1] En 1995 Pun Ngai ya publicó en inglés un libro llamado "Made in China". Li Wanwei ha publicado una tesis sobre "Las dinámicas de reestructuración y recolocación: el caso de la industria textil en Hong Kong".Ambas mujeres están involucradas en la "Red de Mujeres Trabajadoras Chinas" (www.cwwn.org)

[2] En la Sudáfrica del apartheid se adoptó un sistema no muy distinto, los "Bantustanes"

[3] Se trata de La situación de la clase obrera en Inglaterra que se puede encontrar en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/index.htm

[4] Se debe decir que, como resultado de la apertura de China al mercado mundial, intelectuales de izquierda están empezando a estar más al corriente de una mayor gama de literatura marxista, tales como las obras de Rosa Luxemburg

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