Chile: La Ley de Usurpación y la larga problemática de la vivienda dentro del capitalismo

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El problema de la vivienda se está agravando en todo el mundo, tanto en los países centrales donde se supone que “se vive mejor” como en los países hoy llamados “emergentes” eufemismo con el que se han sustituido otros términos como “subdesarrollo”, “tercer mundo”, para esconder la terrible miseria que en ellos sufren los trabajadores.

En grandes metrópolis que nos presentan como el escaparate del lujo cada vez es mayor la legión de los “sin techo”, homeless palabra en inglés que refleja los miles que en Nueva York, Londres o París duermen en la calle.

En el famoso Silicon Valley, centro mundial de la tecnología, hay muchos trabajadores que viven en furgonetas o autocaravanas, el sueldo no les da, ni siquiera para una vivienda de una sola habitación.

En toda Europa abundan los jóvenes que bien siguen en casa de sus padres o tienen que conformarse con una habitación en un piso compartido, se multiplica el fenómeno de las “camas calientes”, pisos donde una familia duerme ocho horas y tiene que ceder la habitación a otra las ocho horas siguientes, la cual, a su vez, la pasa a una tercera.

En América del Sur, muchos trabajadores, sobre todo los recién llegados a las grandes ciudades, no pueden pagarse una vivienda mínimamente decente y tienen que recurrir a las “tomas de terreno” donde con materiales precarios irse construyendo una infravivienda. El Estado capitalista, defensor de la propiedad privada, sea cual sea el color del gobierno -derecha o izquierda, popular o populista- utiliza la represión contra estas tentativas. Lo vimos con Evo Morales en Bolivia, un defensor del “socialismo”, quien frente a una ocupación en Oruro empleó “la bala y el ejército en defensa de la ley y la propiedad privada1 y ahora lo vemos con el gobierno Boric en Chile.

 

El martes 25 de abril del 2023, una Comisión del Senado despacha a Sala Proyecto modificaciones a la Ley de Usurpaciones, que endurece las penas contras las ocupaciones de terreno. Según relata Diario Bio Bio (2023) “En medio de un tenso debate, la Comisión de Seguridad Pública del Senado despachó a Sala el proyecto de Ley de Usurpaciones que modifica el Código Penal y crea penas privativas de libertad para quienes cometan el delito de usurpación de terrenos. Asimismo, se pretende ampliar el periodo de flagrancia y facilitar la detención de los diferentes ocupantes. Lo anterior no incluye a quienes estén inscritos en el Registro Nacional de Campamentos de Chile.” Este proyecto, que tiene su origen en los buitres de la derecha política en Chile, es una declaración de guerra contra las familias obreras que no pueden pagar un arriendo y que se ven obligadas a tomar terrenos de forma ilegal para no dormir en la calle.

Pese a que esta iniciativa fue propuesta por senadores de la derecha política, el gobierno izquierdista de Boric no se ha quedado atrás en la labor de atacar y desalojar a los proletarios que actualmente hacen uso de tomas de terreno. Una nota del Diario Antofagasta TV (2023) dice “Este jueves a las 8:00 de la mañana, la Delegación Presidencial Regional (DPR) de Antofagasta por medio de su Coordinación Territorial comenzaron con el desalojo de ocho hectáreas ubicadas en el sector conocido como Altos Costa Laguna o Bahía Méndez. El lugar había sido intervenido el pasado 5 de abril, culminando de esta manera el desalojo de 100 ocupaciones irregulares en un terreno de aproximadamente 22 hectáreas. A un mes de ese operativo, volvieron a detectar el levantamiento de viviendas y loteo de terrenos.” Acá vemos un ejemplo clásico de como la izquierda y derecha del capital se reparten las faenas para atacar a la clase obrera, mientras la derecha tiene un discurso mucho más agresivo y prepotente, la izquierda ataca de forma más disimulada y sofisticada, pero ambas atacan a los obreros y sirven al Capital.

Según información del Ministerio de Bienes Nacionales, en Chile existen alrededor de 20 000 tomas de terreno. Es en el norte del país, específicamente en las regiones de Antofagasta y Atacama, donde se concentra la mayor cantidad de tomas de terreno y se registran casi 14 000 del número total a nivel nacional. La crisis migratoria también forma parte de los datos, pues con el incontrolable ingreso de migrantes, se catastran casi 6000 familias extranjeras habitando en estos macro campamentos.” (Tiempo Real, 2022)

La burguesía y sus medios de prensa tratan de justificar este atentado contra el proletariado, bajo los pretextos de que las “tomas de terreno” son fuentes de delincuencia e inseguridad, además de que hay mafias criminales detrás de esto que operan y venden los terrenos de forma irregular para posteriormente ganar dinero (“loteos brujos”). ¡ES VERDAD! La tasa de criminalidad en estos lugares es altísima, y también existen mafias criminales que lotean terrenos para luego regateárselas a las hambrientas familias obreras que buscan un lugar donde vivir.

Pero ¿Cuál es la causa de la criminalidad? ¿Qué son esas mafias? ¿de quién es la culpa?

Hemos de ir a la raíz, y la raíz no está en los obreros que lo único que quieren es un lugar donde vivir. La raíz está en el decadente capitalismo que pudre las bases de toda la sociedad y donde se da cada vez más “el aumento constante de la criminalidad, de la inseguridad, de la violencia urbana, en la que se han ido metiendo cada día más y más niños, los cuales acaban también siendo víctimas de la prostitución”, todo ello “hoy, a una escala desconocida en la historia, invadiendo por todos sus poros a la sociedad humana, expresando no sólo la dislocación de la sociedad burguesa, sino y sobre todo la destrucción de todo principio de vida colectiva en el seno de una sociedad sin el menor proyecto, la menor perspectiva, incluso a corto plazo, incluso la más ilusoria2

¿Es culpa del proletario el hecho de que existan mafias de delincuentes que ganan dinero a costa de sus necesidades y sufrimientos? No señores, aquí el único culpable de todo es el capital, que a través del estado y sus medios de prensa buscan echarles la culpa a los trabajadores por no tener un lugar donde vivir.

Es necesario comprender que mafias y Estado están conchabadas, colaboran bajo mano para sus turbios negocios, se protegen mutuamente en un auténtico sindicato del crimen, pues como dicen las antes mencionadas Tesis sobre la Descomposición los partidos, las empresas, las instituciones del Estado están corroídas por “la increíble corrupción que está aumentando, prosperando en los aparatos políticos, la oleada de escándalos en la mayoría de los países, como en Japón, donde resulta cada día más difícil distinguir aparato de gobierno y hampa gansteril, o en España, en donde está en entredicho el mismísimo brazo derecho del jefe de gobierno socialista, en Bélgica, en Italia y en Francia, en donde los diputados han decidido amnistiarse a sí mismos de sus mangoneos y bajezas”.

Debemos aclarar algo muy importante, y es el hecho de que las tomas de terreno no son suficientes para la clase obrera, y no se pueden conformar con esta. Igual que, por ejemplo, las ollas comunes3, las tomas de terreno no hacen más que adaptarse a la pobreza y el hambre capitalista, es un “pan para hoy y hambre para mañana”, es una respuesta a situaciones desesperadas de miseria, pero que no contienen los medios para superarla y erradicarla, esto solo se puede superar por la Revolución Proletaria Mundial que será el resultado de la lucha masiva del proletariado en los distintos países y de su unificación internacional.

A diferencia de la extrema izquierda del capital, que pone a las tomas y ocupaciones de terreno sobre un pedestal, haciéndolas ver como algo “muy combativo”, la clase obrera debe comprender que las tomas de terreno además de no ser más que una adaptación al capitalismo moribundo, contienen el peligro de una lucha interclasista popular donde la clase obrera se diluya en “el pueblo” y la “ciudadanía”. Lo que necesita nuestra clase es el desarrollo de su lucha en su terreno de clase unificando sus diferentes reivindicaciones, entre las cuales está la lucha sobre el problema de la vivienda4, la lucha contra la inflación, contra el incremento de la explotación y de la jornada de trabajo, e, igualmente, por una vivienda digna, forman el haz inseparable de reivindicaciones de clase, en torno a las cuales debe desarrollarse la unidad, la solidaridad y la autoorganización de nuestra clase.

Rodrix

Informaciones en:

1 Ver Evo al desnudo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

2 TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION: La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

3 Ver Comedores populares: ¿Lucha contra el hambre o adaptación al hambre? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

4 Ver Debate sobre el problema de la vivienda | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

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