IIª Guerra mundial

La lucha de clases contra la guerra imperialista - Las luchas obreras en Italia 1943

La lucha de clases contra la guerra imperialista

Las luchas obreras en Italia 1943

En la historia del movimiento obrero y en la lucha de clases, la guerra imperialista siempre ha sido una cuestión fundamental. No es por casualidad. En la guerra se concentra toda la barbarie de esta sociedad. Y con la decadencia histórica del capitalismo, la guerra es la demostración de la incapacidad del sistema de ofrecer a la humanidad la menor posibilidad de desarrollo, llegando incluso a poner en peligro su supervivencia misma. Al ser una expresión de lo más patente de la barbarie que puede llegar a engendrar el sistema capitalista, la guerra también es un factor poderoso en la toma de conciencia y la movilización de la clase obrera. De esto hemos tenido durante este siglo manifestaciones de primera importancia con las dos guerras mundiales. La respuesta del proletariado a la Primera Guerra mundial es bastante conocida. Lo son mucho menos, en cambio, las expresiones de la lucha de clases que también hubo durante la Segunda Guerra mundial, especialmente en Italia. Cuando de ellas hablan los historiadores y otros propagandistas lo hacen para intentar demostrar que las huelgas de 1943 en Italia habrían sido los inicios de la resistencia «antifascista». Este año de 1993, en el 50 aniversario de esos acontecimientos, los sindicatos italianos no han perdido la ocasión, en medio de sus celebraciones nacionalistas y patrioteras,  de sacar de nuevo a relucir esa mentira. Escribimos este artículo para rechazar esas mentiras y reafirmar la capacidad de la clase para responder a la guerra imperialista en su propio terreno.

Las conmemoraciones de 1944 (II) - 50 años de mentiras imperialistas

En la primera parte de este artículo poníamos de relieve la ignominia de las conmemoraciones del desembarco de 1944, el cual no representó, ni mucho menos, la más mínima liberación «social» para el proletariado, sino que supuso, en el último año de guerra, una espantosa sangría y miseria y terror durante los años de reconstrucción. Todos los adversarios capitalistas fueron los responsables de una guerra que terminó con un nuevo reparto del mundo entre las grandes potencias.

Editorial - Guerra y mentiras de la « democracia »

Editorial

Guerra y mentiras de la « democracia »

En este año en que la burguesía va a celebrar con gran alharaca propagandística el cincuentenario del final de la IIa Guerra mundial, las guerras se desencadenan por el mundo entero hasta las puertas de la Europa más desarrollada  con el conflicto abierto ya desde hace casi cuatro años en la antigua Yugoslavia. La «paz» no ha venido a la cita tras la desaparición del bloque del Este y de la URSS como tampoco vino después de la derrota de Alemania y Japón frente a los Aliados. La «nueva era de paz» prometida hace cinco años por los vencedores de la «guerra fría» es tan poco real como la que prometieron los vencedores de la IIa Guerra mundial. Ha sido peor todavía, pues la existencia de dos bloques imperialistas logró, en cierto modo, mantener una «disciplina» en la situación internacional después de la IIa Guerra mundial y durante los años de «reconstrucción», lo que predomina hoy en las relaciones internacionales es el caos general.

50 años después - Hiroshima y Nagasaki o las mentiras de la burguesía

50 años después

Hiroshima y Nagasaki o las mentiras de la burguesía

Con el cincuentenario de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, la burguesía ha alcanzado una nueva cumbre de cinismo y de ignominia. El no va más de la barbarie no fue cometido por un dictador o un loco sanguinario, sino por la tan virtuosa democracia americana. Para justificar tan monstruoso crimen, toda la burguesía mundial ha repetido la innoble patraña ya usada en la época de los esos siniestros acontecimientos: la bomba se habría utilizado para abreviar y limitar los sufrimientos causados por la continuación de la guerra con Japón. La burguesía estadounidense ha llevado su cinismo hasta el extremo de editar un sello postal de aniversario en el cual reza: «Las bombas atómicas aceleraron el final de la guerra. Agosto de 1945». Aunque en Japón este aniversario haya sido, claro está, una ocasión suplementaria para expresar la oposición a su ex padrino americano, el Primer ministro ha aportado sin embargo su valioso grano de arena a esa mentira de la bomba necesaria para que triunfaran la paz y la democracia, presentado, por vez primera, las excusas de Japón por todos los crímenes cometidos durante la IIª Guerra mundial. Y es así como vencedores y vencidos se encuentran unidos para desarrollar una campaña repugnante para con ella justificar uno de los mayores crímenes de la historia.

Campañas contra el "negacionismo" - El antifascismo justifica la barbarie

Entre las armas que despliega la burguesía actualmente contra el desarrollo de los combates y de la conciencia de la clase obrera, la burguesía de algunos países, especialmente en Francia, está usando el tema del «negacionismo». Se llama «negacionismo» a las «teorías» de una serie de ensayistas que ponen en cuestión la existencia de las cámaras de gas en los campos de concentración nazis. Volveremos sobre este tema más en detalle en nuestro próximo número de la Revista internacional.

Berlín, 1948 - En 1948, el puente aéreo de Berlín oculta los crímenes del imperialismo «aliado»

En varias ocasiones hemos denunciado en nuestra prensa las matanzas de las «grandes democracias» y hemos puesto de relieve la responsabilidad tanto de los «aliados» como la de los «nazis» en el holocausto (Revista internacional, nos 66 y 89).

Nazismo y Democracia: todos culpables de la masacre de los judíos

Hace 60 años tuvo lugar la revuelta del ghetto de Varsovia; e, ironía de la historia, hace exactamente 100 años, en 1843, Karl Marx publicaba La cuestión judía, texto que marcaba significativamente la evolución de Marx, de la democracia radical al comunismo. Volveremos sobre este texto en otro artículo; aquí baste decir que Marx, aún apoyando la abolición de todas las trabas feudales impuestas a los judíos en su participación en la sociedad civil, señalaba los límites inherentes a una emancipación únicamente “política” fundada en el ciudadano atomizado, y mostraba que la verdadera libertad no podía cumplirse más que a nivel social, por la creación de una comunidad unificada que supere las relaciones mercantiles, origen subyacente de la división de los hombres en diferentes unidades en competencia.

La co-responsabilidad de los aliados y los nazis en el holocausto

La conmemoración del aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwtitz, con su cortejo de imágenes y testimonios que reviven los horrores bien reales del fascismo, es una nueva ocasión para que la burguesía oculte la responsabilidad del “otro campo”, el democrático, en las atrocidades de la segunda guerra mundial. Es una manera e lavar la cara al capitalismo dando a entender que existiría una capitalismo bueno o "menos malo"

Desembarco en Normandía 1944: matanzas y manipulaciones capitalistas

La clase dominante no repara en gastos cuando se trata de organizar espectáculos que hagan aceptar su suerte a los explotados y oprimidos. Ya en la Roma antigua, los emperadores sabían que a la plebe había que proporcionarle pan y circo (“panem et circenses”) para que aceptara su sino. Y cuando escaseaba el pan, se añadía más circo. En el mundo cristiano, los oropeles de la misa tenían básicamente el mismo objetivo. Pero también entonces, como con los juegos circenses, no se trataba únicamente de proporcionar a los oprimidos una pequeña dosis de diversión para que se olvidaran de su triste situación. También se trataba de cantar alabanzas de la omnipotencia y gran bondad de las autoridades del momento.

60º aniversario de la liberación de los campos de concentración...Barbarie capitalista y manipulaciones ideológicas

El año 2005 es rico en aniversarios macabros. La burguesía acaba de celebrar uno de ellos, la liberación de los campos de concentración nazis en enero de 1945, con un fasto que ha superado el de las ceremonias del cincuentenario. No es de extrañar, desde luego, pues la exhibición de los crímenes monstruosos del adversario que salió derrotado de la Segunda Guerra mundial es el medio más seguro para absolver a los Aliados de sus propios crímenes contra la humanidad, cometidos durante la guerra misma y desde entonces, y presentar los valores democráticos como garantías de la civilización frente a la barbarie...

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