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“La otra campaña” complemento de las campañas electorales
La 6ª-D, y los posteriores comentarios de Marcos, hacen aparentar que ha habido un giro del EZLN, ya que ahora se lanza contra los procesos electorales y declara la guerra al PRD y a López Obrador, sin embargo esos argumentos que la prensa del capital, lo mismo que su aparato de izquierda presentan como “radicales”, no son sino frases huecas y engañosas.
La pretendida denuncia a tales procesos electorales y grupos, no proviene de una reflexión y una denuncia de lo que representan, sino que la repulsión que dice tener hoy Marcos contra los principales partidos existentes (PAN PRI, PRD), es porque descubrieron en “abril del 2001” que “los políticos no tenían nada de decencia...” Es hasta 2001 que se dan cuenta que el PRI, PAN y PRD mentían y por eso, nos dicen: “… ya no hicimos ningún contacto con los poderes federales, porque entendimos que el diálogo y la negociación habían fracasado por causa de esos partidos políticos.”. De manera que no es que consideren que el sistema capitalista con sus instituciones (como los partidos) y sus instrumentos (como los procesos electorales) son elementos que el capital usa para reforzar su sistema, sino que son los partidos, y por tanto los procesos electorales en que estos participan, los que no sirven, es decir que bastaría con poner otros partidos y entonces el instrumento de dominación burgués podría cambiar su esencia… ¿O que tiene que decir el EZLN de la participación del grupo de los “monos blancos” en las elecciones para diputados de hace algunos años en Italia, apoyados por el maquillado partido estalinista “Refundazione Communista”? ¿O que tiene que objetar contra el parlamento europeo al que Elorreaga (ver Reforma, 29-09-1999, p. 14) amenazaba con asistir para “denunciar” al gobierno mexicano?... El mismo EZLN en su segunda declaración (junio 1994) hacía apología de la democracia y las elecciones: “Ahora la posibilidad de tránsito pacífico a la democracia y a la libertad se enfrenta a una nueva prueba: el proceso electoral de agosto de 1994. La CND [Convención Nacional Democrática] debe exigir la realización de elecciones libres y democráticas…” Es esta actitud aparentemente radical y de denuncia a los procesos electorales y al PRD lo que ha animado a sectores de trabajadores para pensar que ahora el EZLN ayudará en el proceso de toma de conciencia, sin embargo su anti electoralismo planteado como una desilusión (ellos se dicen traicionados por el PRD y engañados por el PRI y PAN al no firmar los acuerdos de San Andrés), no hace sino reforzar la idea que el aparato de dominio de la burguesía pude ser utilizado o reformado y entonces servir a los intereses de los explotados.
De manera que el papel que el EZLN tiene al promover “la otra campaña” es el de reforzar la idea de que la democracia es el único camino que se tiene ante el capitalismo... Si bien las criticas del EZLN en contra del PRD y López Obrador lo hace aparecer como un grupo radical, de “la mera izquierda”, dice Marcos, intentando mostrar que hay una diferencia entre el PRD y el EZLN, podemos afirmar que aunque por su forma son diferentes, su esencia mistificadora y defensora del sistema los hace ser instrumentos ajenos al proletariado estructurados orgánicamente al capital, por eso aunque sus discursos difieren en la forma, ambos como los “altermundistas”, sostienen que “otro mundo es posible” pero se esfuerza por convencer que ese otro mundo es el capitalismo con rostro humano…
Sabemos que muchos trabajadores, sobre todo las jóvenes generaciones se ven tocados por este aparente radicalismo del EZLN, y la denuncia del carácter mistificador que lleva la 6ª-D aparece como un acto de soberbia o de sectarismo, sin embargo es obligación de los revolucionarios presentar los argumentos y denunciar a los que presentándose como sus aliados y amigos no hacen sino engordar las viejas estructuras del capital y detener el proceso de clarificación, reflexión y toma de conciencia.
La “sexta declaración” en defensa del capitalismo
Junto al discurso aparentemente anti electoral del EZLN, está su promoción al nacionalismo y a la defensa de la economía capitalista. Pretendiendo criticar al Tratado de Libre Comercio (TLC), terminan defendiendo la economía nacional y a las empresas mexicanas, en tanto concluyen que el problema no es el capitalismo, sino la intromisión del gran capital extranjero, por eso dicen: “… hacen leyes como las del Tratado de Libre Comercio, que pasan a dejar en la miseria a muchos mexicanos, tanto campesinos y pequeños productores, porque son ‘comidos’ por las grandes empresas agroindustriales, tanto como los obreros y pequeños empresarios, porque no pueden competir con las grandes trasnacionales…”. Y si el TLC efectivamente fue construido, en el plano económico y político, para fortalecer a los EUA en la lucha imperialista mundial, no por ello hace que los trabajadores tengan que igualar su condición de oprimido con los capitalistas nacionales que han sido conducidos a la quiebra.
De la misma manera su “gran proyecto radical” sostiene que las empresas en manos del Estado son una forma diferente de propiedad que los trabajadores tendrían que defender, de manera que sin ningún rubor llaman a organizarse para la “… defensa conjunta y coordinada de la soberanía nacional, con oposición intransigente a los intentos de privatización de la energía eléctrica, el petróleo, el agua y los recursos naturales.” De frente a este patrioterismo y los cantos del EZLN alabando a la propiedad estatizada, vale recordar la denuncia que alzó el Grupo de Trabajadores Marxistas [1] contra el discurso venenoso de L. Cárdenas y sus políticas estatizadoras: “...La tarea del proletariado mexicano no es sacrificarse para que la industria petrolera y los ferrocarriles sean lucrativos para los capitalistas... sino conquistarlas, quitarlas a la burguesía por medio de la revolución proletaria...” (Comunismo, 1938). De manera que hoy como ayer llamar a la defensa de las industrias estatales no significa otra cosa sino la defensa del capitalismo.
No sólo lo dicho sobre la defensa que hace el EZLN del marco legal construido por la burguesía para sostener su poder, ilustra el carácter burgués del EZLN, también su critica al “nuevo modelo” económico, añorando las viejas políticas promotoras del “intevencionismo estatal” de corte keynesiano, usadas hasta mediados de los 70: “... el neoliberalismo cambió a la clase política de México, o sea a los políticos, porque los hizo como que son empleados de una tienda, que tienen que hacer todo lo posible por vender todo y bien barato.” Enseguida continuando con su tradición de defensa a la Constitución[2] , agregan: “Ya ven que cambiaron las leyes para quitar el artículo 27 de la Constitución y se pudieran vender las tierras ejidales y comunales... Y también dijeron que van a privatizar, o sea a vender a los extranjeros, las empresas que tenía el Estado para apoyar el bienestar del pueblo. Que porque no funcionan bien... Pero, en lugar de mejorar, los derechos sociales que se conquistaron en la revolución de 1910 son ahora como para dar lástima...”
Las campañas electorales, lo mismo que esa “otra campaña” son terrenos ajenos al proletariado, su proceso de reflexión y el fortalecimiento de su conciencia, exige reconocer que el verdadero terreno de combate está en la defensa de sus condiciones de vida, pero al mismo tiempo debe ubicar a los farsantes que presentándose como amigos complementan el trabajo destructor de la burguesía. En adelante, los comunistas deberán llevar un seguimiento cuidadoso sobre esta campaña del EZLN pues se perfila desde hoy como el catalizador de la reactivación del izquierdismo y el fortalecimiento de la izquierda de la burguesía en general, una necesidad que tiene el capital actualmente frente al desgaste alarmante de su aparato estatal de izquierda ante los ojos de los trabajadores.
Tatlin/14-08-2005
[1]El GTM, grupo de la Izquierda Comunista que estuvo activo en México durante los años 30. Para ver más sobre éste, recomendamos nuestro libro “La Izquierda Comunista de Italia”
[2]Recuérdese que en 1994 el EZLN validaba jurídicamente su alzamiento en un artículo de la misma constitución que la burguesía ha usado para justificar su dominio.