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La agudización de la crisis económica, que degrada cada día más las condiciones de vida de los trabajadores ha engendrado expresiones de descontento real, en RM (ver números 92 y 93) hemos referido las importantes movilizaciones que los trabajadores y estudiantes de Francia enfrentaron en contra del CPE. Aunque no en igual magnitud, pero expresando similar decisión, combatividad y claridad es la que se expone en la huelga de los trabajadores de la metalurgia en España, e incluso en regiones de la periferia como Bangladesh, aunque con mayores dificultades, no dejan de presentarse experiencias importantes de lucha. En México también el descontento toma lugar y ya ha buscado expresarse como en el caso de los mineros, principalmente en Michoacán, y por los profesores de educación básica en Oaxaca. El coraje expuesto ha dejado ver su decisión y su fuerza potencial, no obstante la clase dominante ha tomado la delantera y ha logrado meter en verdaderas TRAMPAS a las movilizaciones, esterilizando la combatividad, confundiendo y retardando la reflexión y la verdadera toma de conciencia.
Represión gubernamental, ataques económicos, trampas sindicales y del izquierdismo... el único camino es la reflexión y el combate masivo y consciente de los trabajadores
El descontento minero, alentado por la muerte de 65 de sus compañeros en la mina Pasta de Conchos –provocada por las condiciones peligrosas a las que son obligados a laborar– así como por lo ínfimos salarios que reciben, terminó esterilizado cuando los trabajadores son sometidos por la maniobra encabezada por el sindicato, pero sostenida por la patronal y el gobierno, desviando el descontento a la defensa del cacique Gómez Urrutia, que se encuentra en conflicto con el gobierno federal (1). La maniobra se llevó a niveles tales, que empujaron a los trabajadores de SICARTSA a enfrentarse con policías y marinos, siendo asesinados 2 mineros (ver Suplemento a RM 92).
De igual forma, la combatividad que los profesores de Oaxaca expresaban y manifestaban colocando por enfrente sus exigencias salariales (derivada de la zonificación), ha quedado sometida y escondida al ser atados los trabajadores a una movilización interclasista encabezada por la “Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca” (APPO), en la que a pesar de su pretendida radicalidad y autonomía, no tiene una orientación de clase.
La APPO, al ser una estructura interclasista, pero además dominada por estructuras sindicales e izquierdistas (en donde conviven estalinistas, como el FRP, y una diversidad de grupos seguidores de la “6ª declaración” del EZLN), sofoca las fuerzas de trabajadores al someterlos a una movilización sin objetivos políticos coherentes, pero además son atados al accionar desesperado de las clases sin futuro: la desesperación y el voluntarismo, que, por añadidura, aísla, desmoraliza y ayuda a crear un ambiente adecuado para la provocación. Esta actitud se revela de forma más clara en el desgaste a que se sometió a los maestros. Primero el sindicato (SNTE) los mantiene en un aislamiento mediante el “plantón”, el gobierno (el 14-07-06) secunda el accionar al lanzar las hordas policiales sobre ellos, y aunque los trabajadores logran repeler la agresión, sus reivindicaciones de salario, que expone su condición de clase y su crítica directa al sistema de explotación, queda anulada, desviando el descontento hacia el “mejoramiento” del orden democrático de Oaxaca, pidiendo así la destitución del gobernador Ulises Ruíz, para, como lo señala públicamente la APPO, avanzar en la búsqueda de “la nueva constituyente y la nueva constitución democrática y popular de Oaxaca.” (La Jornada, 24-08-06).
Ante esto los trabajadores requieren reflexionar si el cambio de un funcionario por otro modifica en algo su condición de explotado, y, si es posible que un sistema que se basa en la explotación y la opresión puede engendrar (y acatar) leyes que beneficien a los trabajadores.
Ese desvío de la lucha y la pretendida radicalidad que se ha presentado en Oaxaca, es aprovechado por la burguesía para ocuparlo también como arena de combate y usar la manifestación masiva y las respuestas desesperadas presentes como medios de presión en beneficio de algún sector de la clase dominante. Aún si desde el SNTE se exponen las diferencias entre sectores de la burguesía (por ejemplo la que representa Esther Gordillo) con la apertura y agudización del conflicto las diferentes pandillas buscan afectar o presionar, ya sea atizando mediante provocaciones, o simplemente dejando que se prolongue. Es fundamental tener en cuenta la actitud que las diversas fracciones burguesas han tomado a lo largo de este tiempo. Algunos personajes y grupos de la clase dominante, aún cuando se encuentran distanciados políticamente, ya han cerrado filas en torno al gobernador oaxaqueño, como es el caso del candidato presidencial del PAN, Felipe Calderón... Es indicativo de estas rupturas y alianzas la actitud del gobierno federal, por una parte es notorio que ha dejado crecer el conflicto, pero además busca aislar a Ulises Ruíz, recordemos por ejemplo que el vocero de Fox acusó veladamente al gobierno de Ulises Ruíz de usar grupos paramilitares. Mientras Ruíz negaba ser responsable de los grupos de choque que pretendía recuperar la estación de radio que está en manos de la APPO, el gobierno de Fox lo señalaba.
En todo este conflicto la burguesía no ha dudado en dejar de ocultar su rostro sanguinario, asesinando, torturando y encarcelando, no obstante se ha cuidado de mantener bajo control a este movimiento, y aunque resultara disminuida la fuerza de algún sector burgués, el sistema en su conjunto se fortalece, en tanto logra que la clase trabajadora profundice su confusión. No debe dejar de considerarse que aún cuando la APPO no representa intereses de clase, levanta simpatía en los trabajadores en tanto que, en lo aparente, aparece como una agrupación crítica al poder... pero es esa simpatía es la que a fin de cuentas el aparato de izquierda del capital aprovecha para rematar la trampa, dado que lo que ya se llama “insurrección popular pacífica” es colocada como ejemplo a seguir y si ya era justamente un ejemplo en negativo, ahora se busca extenderlo (como se hizo en Michoacán) con lo cual se profundiza la confusión, en tanto se empuja a engordar la campaña de defensa de la democracia, ya que ahora mediante ese “ejemplo” se promueve el fortalecimiento de la propuesta de López Obrador para realizar una “convención nacional democrática”, el 16 de septiembre. Se adelantan con esto para demoler todo descontento y alentar las ilusiones en la democracia y en la posibilidad de un embellecimiento del capitalismo mediante “un nuevo constituyente que acuerde el proyecto de país al que todos aspiramos.” (Desplegado de la “Asamblea Popular del Pueblo de Michoacán”, La Jornada, 20-08-06)...
La penuria a la que son sometidos los trabajadores no puede ser solucionadas con el simple cambio de un funcionario, de las leyes, o de la ampliación de la democracia, por el contrario, son instrumentos a los que la clase dominante puede echar mano para atrapar a los trabajadores y hacer creer que el capitalismo le puede ofrecer una vida mejor.
Cloe/25-08-06
Notas:
1. El pleito de Gómez Urrutia (“Napito”) contra la secretaría del trabajo en realidad no es sino la parte más visible de un enfrentamiento más al interno de la burguesía, detrás de ello se encuentra la pelea de grupos empresariales mineros enfrentados, donde se mezclan las razones de alianzas políticas y disputas comerciales. Por ello no es raro que mientras unos grupos empresariales apoyan abiertamente al grupo sindical de “Napito”, otros sean los promotores y subsidiarios del grupo sindical que impulsa el gobierno federal.