Movimiento de estudiantes en Francia: la nueva generación proletaria se incorpora a la lucha

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En todo el mundo los medios de información masiva de la burguesía, haciendo gala de su sumisión a la clase explotadora, han firmado una santa alianza, olvidando convenientemente sus rivalidades empresariales, nacionales e ideológicas, para ocultar a los oídos y a los ojos de la clase trabajadora el importante movimiento que están llevado a cabo las jóvenes futuras generaciones de la clase trabajadora. Las asambleas generales, manifestaciones y muestras de solidaridad que los estudiantes en Francia han desarrollado desde febrero hasta estos días son de tal magnitud y significación para la clase obrera que han sido ocultadas totalmente en un esfuerzo por evitar que la clase revolucionaria se apropie de las lecciones que esas movilizaciones dejan y que avance en la toma de conciencia del futuro de miseria y muerte que el capitalismo depara para la humanidad y de la necesidad y el camino que hay que seguir para derrocarlo. La CCI, a la luz de su participación, análisis y reconocimiento de la importancia de este movimiento en los últimos 15 años, ha elaborado unas tesis (fechadas el 3 de abril de 2006) las cuales presentamos con grandes extractos, aunque serán publicadas en su versión completa en La Revista Internacional 125.

 

Naturaleza proletaria de las movilizaciones estudiantiles

 

Las movilizaciones que en Francia se han desarrollado, aunque en su forma son expresiones estudiantiles, en su esencia representa una lucha proletaria, los estudiantes han sabido reconocerse como trabajadores potenciales, dejando de lado sus problemas de orden “estudiantil” para centrar la lucha en contra del CPE, esto se explica porque «… durante las últimas décadas, con la evolución de la economía capitalista que ha hecho un llamado creciente a mano de obra más formada y calificada, una fuerte proporción de estudiantes …( que incluyen Institutos Universitarios y de Tecnología…) va a unirse, al fin de sus estudios, a las filas de la clase obrera…»; además, «paralelamente a ese fenómeno, el origen social de los estudiantes ha conocido una evolución significativa, con un aumento importante de estudiantes de origen obrero…lo que induce la existencia de una proporción muy elevada (del orden del 50%) de estudiantes que son obligados a trabajar para seguir sus estudios o adquirir un mínimo de autonomía con respecto a sus familias…»

Pero este movimiento no es un asunto aislado, es producto de la agudización de los ataques del capital contra el conjunto de la clase trabajadora, estos ataques son los que han obligado a los trabajadores a exponer su fuerza, por eso, «El movimiento actual en Francia, no puede explicarse por simples consideraciones particulares (los “errores” del gobierno de Villepin) o nacionales. De hecho, constituye una confirmación patente de lo que la CCI ha puesto en evidencia desde 2003: una tendencia a la recuperación de las luchas de la clase obrera internacional y a un desarrollo de la conciencia en su seno:

“Las movilizaciones a gran escala de la primavera de 2003 en Francia y en Austria representan un cambio en la lucha de clases desde 1989. Son un primer paso significativo en la recuperación de la combatividad obrera tras el más largo periodo de reflujo desde 1968” (Revista Internacional 117, Informe sobre la lucha de clases).

“…Las luchas de 2003-2005 han presentado las características siguientes:

- han implicado sectores significativos de la clase obrera en países en el corazón del capitalismo mundial…

- manifiestan un interés por cuestiones más explícitamente políticas;…

- la cuestión de la solidaridad de clase ha sido puesta de manera más amplia y más´

 explícita...

- han sido acompañadas por el surgimiento de una nueva generación de elementos en búsqueda de claridad

 política…

(Revista Internacional 122, Resolución sobre la situación internacional del 16 Congreso de la CCI).”».

 (Tesis 8)

 

Asambleas generales soberanas: órganos fundamentales en la lucha proletaria

 

Desde el inicio este movimiento se ha caracterizado no sólo por sus reivindicaciones colocadas claramente dentro del terreno de la clase trabajadora, de la misma forma su organización expresa una clara orientación proletaria: «El carácter profundamente proletario del movimiento está ilustrado igualmente en las formas de lucha que se ha dado, principalmente el de las asambleas generales soberanas, en las que se manifiesta una vida real que no tiene nada que ver con las caricaturas de “asambleas generales” (AGs) convocadas habitualmente por los sindicatos en las empresas…El que el conjunto de las asambleas tomara a su cargo el desarrollo de su propia vida se ha traducido principalmente por el hecho de que la presencia en las tribunas encargadas de organizar los debates ha tendido a reducirse en beneficio de los elementos que no tenían afiliación o experiencia particular antes del movimiento. De igual manera, en las asambleas mejor organizadas se ha podido ver la renovación cotidiana de los equipos (de 3 miembros en general) encargados de organizar y anima la vida de las asambleas…Uno de los elemento importantes de esta evolución ha sido la participación de delegaciones de estudiantes de una universidad a las AGs de otras universidades, que además de permitir el refuerzo del sentimiento de fuerza y solidaridad entre las diferentes AGs, ha permitido a aquellas que estaban en retraso, inspirarse en los avances de las que estaban al día. Esta es una de las características importantes de la dinámica de las asambleas obreras en los movimientos de clase mediante la cual han alcanzado un nivel importante de conciencia y organización» (Tesis 2)

 

La lucha se extiende sin importar los sectores y la diferencia generacional

 

La cuestión de la solidaridad que el proletariado expresa en su lucha, implica la ruptura sectorial al que la sociedad burguesa somete, expandiendo la discusión y reflexión de forma verdaderamente colectiva sin importar el sector en el que se labora, e incluso sin importar la generación a la que se pertenece, esto permite una transmisión de experiencias que sin duda fortalece el combate. Esto ha sido una de las cuestiones clave de este movimiento: «Una de las principales manifestaciones del carácter proletario de las asambleas que se han tenido en las universidades…es el hecho que, muy rápidamente su apertura al exterior no se ha limitado únicamente a los estudiantes de otras universidades, sino que se ha extendido igualmente a la participación de personas que no eran estudiantes. En un primer momento, las AGs han llamado al personal de las universidades (profesores, técnicos o  administrativos…) a participar al mismo tiempo que los llamaban a unirse a la lucha, pero han llegado mucho más lejos que eso. En particular, trabajadores o jubilados, padres o abuelos de los estudiantes y desempleados en lucha, han tenido en general un recibimiento muy caluroso y atento de parte de las asambleas, desde el momento en que inscriben su toma de palabra en el sentido del reforzamiento y la extensión del movimiento, principalmente en dirección de los asalariados.» (Tesis 3).

 

Mayo 1968 y primavera 2006, momentos de combate proletario

 

Sin duda al igual que las movilizaciones de 1968, las que han tenido lugar en este año son experiencias de las que el proletariado a nivel internacional debe sacar las lecciones, en primer término reconociendo las semejanzas y diferencias que el momento histórico le imprime: «La comparación entre la movilización de estudiantes hoy en Francia y los acontecimientos de Mayo del 68 permiten desprender cierto número de características importantes del movimiento actual… La primera diferencia, y que es fundamental, consiste en el hecho que Mayo del 68 se situaba al principio de la crisis abierta de la economía capitalista mundial mientras que esta ya ha durado hasta hoy 40 años… Esto quiere decir que el número de desempleados en Francia hoy es 10 veces más elevado que el de Mayo del 68 y este desempleo masivo (del orden de 10% de la población activa, según cifras oficiales) dura ya varias décadas…»

 (Tesis 10).

De manera que aún cuando las movilizaciones actuales no alcanzaron la dimensión de 1968, bien podemos reconocer un avance cualitativo: «El mundo de ahora es muy diferente al de 1968 y la situación actual de los jóvenes estudiantes tiene poco que ver con los de los ‘sesenta’:

- no es simplemente la inquietud hacia una desvalorización del futuro estatus lo que experimentan la mayor parte de los estudiantes de hoy. La mitad de ellos ya son proletarios que trabajan para poder pagarse los estudios y no se hacen ilusiones sobre situaciones sociales maravillosas que les esperan al final de estos. Saben sobre todo que su título les dará el ‘derecho’ de unirse a la condición proletaria bajo una de sus formas más dramáticas, el desempleo y la pobreza, el envío de centenas de solicitudes de trabajo sin respuesta y las filas de espera en las agencias de empleo…

- en ese sentido, la solidaridad que sienten actualmente los estudiantes hacia los trabajadores revela, en primer lugar, la conciencia, en la mayor parte de entre ellos, que pertenecen a un mismo mundo, el de los explotados en lucha contra un mismo enemigo, los explotadores. Ésta está muy lejos de la actitud de esencia pequeño burguesa de los estudiantes de 1968 en dirección a la clase obrera…» (Tesis 11)

 

Violencia minoritaria y ciega: expresión desesperada de clases sin futuro

 

La profundidad de este movimiento se encuentra en las cuestiones fundamentales que pugnan por la anulación del CPE, la preocupación por el porvenir de trabajo eventual e inestable y de desempleo que el capitalismo en crisis reserva a las jóvenes generaciones y que marca la derrota histórica de este sistema. Pero más aún esta profundidad se expresa por los métodos y la organización de la lucha (asambleas generales vivas, abiertas y disciplinadas) y la preocupación por la reflexión y la toma a cargo colectiva de la conducción del movimiento. Por ello este movimiento recogió importantes experiencias de combates pasados, es de destacar el reconocimiento que hacen (aunque de forma embrionaria) a la huelga de masas, tal como se expresó principalmente en agostó de 1980 en Polonia. De la misma forma la seriedad y claridad del movimiento se expresó en su voluntad por rechazar las provocaciones que desviaran sus objetivos y los alejara de los métodos clasistas de lucha: «La profundidad del movimiento de estudiantes se expresa igualmente en su capacidad de no caer en la provocación de la violencia que la burguesía les ha tendido en varios momentos incluso utilizando y manipulando a los ‘vándalos’: ocupación policial de la Sorbona, trampas al final de la manifestación del 16 de marzo, bloqueo policiaco al final de las del 18 de marzo, violencia de los ‘vándalos’ contra los manifestantes del 23 de marzo. Aún cuando una pequeña minoría de estudiantes, principalmente los influenciados por las ideologías anarquistas, se han dejado llevar por los enfrentamientos con las fuerzas de la policía, la gran mayoría de entre ellos ha tenido el coraje de no dejar podrir el movimiento en los repetidos enfrentamientos con las fuerzas de represión. En ese sentido, el movimiento actual de estudiantes ha hecho prueba de mayor madurez respecto al de

 68…». (Tesis 14).

 

¿Es el movimiento estudiantil la continuación de las revueltas en los barrios periféricos de Francia?

 

La prensa burguesa ha intentado colocar en el mismo cajón a la revuelta de jóvenes de la periferia, con quema de autos y enfrentamientos con la policía, con las manifestaciones de que se han presentado en esta primavera, sin embargo el movimiento de los estudiantes no se ha caracterizado por la violencia ciega, sino por los objetivos claramente de naturaleza proletaria, lo mismo que sus métodos de combate: «Es justamente la cuestión de la violencia lo que constituye uno de los elementos esenciales que permiten señalar la diferencia fundamental entre las revueltas en los barrios obreros del otoño de 2005 y el movimiento de los estudiantes de la primavera del 2006. En la base de los dos movimientos está, evidentemente una causa común: la crisis insuperable del modo de producción capitalista, el porvenir del desempleo o de un trabajo eventual e inestable que reserva a los hijos de la clase obrera. Sin embargo las revueltas en los barrios, que expresan fundamentalmente una desesperación completa de frente a esta situación, no pueden en ninguna manera ser considerados como una forma de lucha de la clase. En particular, los componentes esenciales de los movimientos proletarios, la solidaridad, la organización, la toma a cargo colectiva y la conciencia de la lucha, estaban totalmente ausentes en esas revueltas

 (Tesis 15).

 

La nueva generación proletaria presente en la lucha

 

Por más que la burguesía y sus “intelectuales” insista que la clase obrera no existe, el paso de la historia muestra que es la única fuerza social capaz de transformar radicalmente este “reino de la necesidad”, y la fuerza de la nueva generación del proletariado han mostrado su potencialidad en estas movilizaciones: «Como se ha visto, el movimiento actual de estudiantes en Francia constituye una expresión de primer plano de la nueva vitalidad del proletariado mundial desde hace tres años, una nueva vitalidad y una capacidad acrecentada de toma de conciencia. La burguesía hará evidentemente todo lo posible para infligir a este movimiento la más aguda de las derrotas (…). Sin embargo, cualquiera que sean las maniobras de la burguesía, esta clase no podrá suprimir toda la experiencia acumulada durante semanas por decenas de miles de futuros trabajadores, su despertar a la política y su toma de conciencia. Esto es un verdadero tesoro para las luchas futuras del proletariado, un elemento de primer orden de su capacidad de proseguir el camino hacia la revolución comunista. Les toca a los revolucionarios participar plenamente sacando todo el provecho a las lecciones de esta experiencia.

 empleándolas en los futuros combates.».

 (Tesis 18).

 

RM/abril-2006.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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