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En los últimos días de enero, se tuvo lugar el Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre. Este Foro “alternativo” se ha convertido en el punto de encuentro de la izquierda del aparato del capital, presentado ahora con su maquillaje “altermundista”. Las temáticas que abordaron fueron de toda índole: Luchas “alternativas” democráticas contra el neoliberalismo, por un comercio justo digno e igualitario (sic), por un impuesto de solidaridad contra el hambre y la miseria; por la supresión de paraísos fiscales y la condonación de la deuda externa a los países pobres, el acceso al agua como derecho humano básico y no como mercancía posible de privatizarse, por el fin de la guerra en Irak y la no agresión a Corea del Norte, Irán, Venezuela y Cuba, así como apoyo a Palestina por un Estado autónomo... es decir es una lista de discursos tramposos para hacer creer a los trabajadores que es posible embellecer y hacer humanitario al capitalismo.
“Altermundistas”, Lula y Chávez defensores del Capitalismo
Este Foro resaltó por la presencia de Hugo Chávez, al que la izquierda del capital de todas las regiones del mundo lo viene presentando como el representante de una alternativa a seguir por los trabajadores, animado por esa propaganda, su demagogia patriotera la ha pintado de rojo al invocar una pretendida simpatía con el socialismo. De esta declaración la burguesía saca buen provecho, en tanto la usa para reforzar su presencia ante los trabajadores y fortalecer su capacidad de engaño. Es evidente que la burguesía al poner en la boca de Chávez la palabra socialismo, lo hace para seguir igualando socialismo con los regímenes estalinistas, como el de Cuba, personificado en Fidel Castro, y que nada tienen que ver con el proyecto forjado por Marx, Engels... Así, Chávez era aclamado como el representante del “altermundismo”, y ejemplo claro de que el mundo que pregonan es el de la continuación de la explotación, la miseria y la represión, pero disfrazado con frases “radicales”, mentirosas e hipócritas.
Pero mientras eso sucedía, a Lula, el otrora soñado personaje del movimiento altermundista, le gritaban traidor. Esas expresiones “anti Lula”, aunque expone un cierto desencanto de algunos elementos sumidos en movimientos de este tipo, no es en realidad un proceso de clarificación, es más amargura ciega, la muestra es que lo pintado en las bardas: “con Bush y con Lula otro mundo es imposible” no hace sino continuar, en otro sentido, la mistificación orquestada por la propia burguesía alrededor de Lula, en donde lo presentaban como una alternativa validada para la clase obrera. No ha habido ni el menor asomo del reconocimiento que Lula, lo mismo que Chávez, Castro o López Obrador son un producto natural de la izquierda del capital, son personalidades requeridas por la clase dominante para –según los momentos– contener o desviar el descontento de la clase obrera, o como en el caso de Brasil, hacer pasar medidas económicas que un gobierno de derecha hubiera tenido más conflictos sociales para poder implementarlas.
“Altemundialismo” arma de la burguesía, no del proletariado.
Las loas y cánticos que lanzan hacia el FMS de Porto Alegre los Saramago, los Galeano, los Ramonet, y demás fauna izquierdista (de la denominada “nueva izquierda”, como los estalinistas “arrepentidos” de Italia como Refundazione Comunista y los “Monos Blancos”, intentan colocarse aún más a la izquierda de esta intelectualidad, trotskistas, maoístas o el anarquismo oficial) contra el “neoliberalismo” no son, a fin de cuentas, sino lloriqueos que no buscan destruir el capitalismo sino solo suavizarlo, son gimoteos con los que quiere hacer creer a los trabajadores que el capitalismo, y los ataques contra la clase obrera pueden dar marcha atrás con tan solo “flexibilizar” las políticas neoliberales y aplicar impuestos como el planteado por Tobin. Como podemos apreciar el FMS de Porto Alegre una vez más cumple su función de golpeador de la conciencia obrera. Los argumentos presentados en el FMS, están llenos de una mezcolanza de ideologías interclasistas que lejos de profundizar la reflexión lo único que hacen es oscurecerla. Por ello aún si los problemas planteados son reales, al esconder que el CAPITALISMO es el verdadero enemigo que hay que vencer, y más aún su discurso con el que decreta la muerte de la clase obrera y descubre el “nuevo sujeto del cambio” en la “sociedad civil”, es un claro ataque contra el marxismo y contra el proletariado, son por ello una expresión concreta de la continuación de la campaña sobre la muerte del comunismo.
Esta necesidad de la burguesía de obstaculizar el desarrollo de la conciencia es con mucho un objetivo primordial en un momento en que los trabajadores empiezan a reflexionar sobre su situación de explotados, y comienza a retomar el camino de la lucha (véase Revista Internacional n° 119).
De esta manera, los discursos y actos que se dieron en torno a Porto Alegre no hace sino confirmar aquello que hemos reiterado en torno al llamado “movimiento altermundista”, en particular la necesidad de la denuncia de su esencia burguesa, ante lo que se exige una intervención, en que se defina claramente que: : “...el único mundo hoy posible es el comunismo, y que este solo podrá construirse resueltamente contra la burguesía y todas sus ideologías mistificadoras.” (Revista Internacional 116).
Vania/febrero-2005