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Reforma Laboral
Más explotación, menos sueldo
Todos los partidos, sindicatos y los medios de comunicación nos bombardean con la propuesta de "Reforma laboral", unos dicen que le "falta" otros que le "sobra" pero invariablemente todos coinciden en una cosa: la necesidad de su adopción para que "México sea más competitivo en el mundo globalizado". Es nuestro deber denunciar este ataque contra la clase trabajadora donde izquierda y derecha, sindicatos de todo pelaje y "autoridades" están todos coludidos para hacernos aceptar esta propuesta que sólo nos traerá mayor miseria y explotación.
El capital adecua las leyes en su beneficio
Nos quieren presentar esta reforma como un asunto de la "derecha", como una maldad del "neoliberalismo" (dictado desde el FMI o la OCDE) o simplemente como una nueva torpeza de Felipe Calderón. Nada de eso es cierto, en todo el mundo, todas las burguesías nacionales están haciendo lo mismo, en todos lados hay un ataque a las condiciones laborales, hay disminución de pensiones, aumento en los años de cotización (Francia, España, etc.), se flexibiliza en todos lados los horarios y las contrataciones, pulula el trabajo precario, el pago por horas está ya instalado en varios países, recientemente estas medidas han estado incluso acompañadas con reducciones en los salarios (como en Irlanda y Grecia). Por mucho que digan que las reformas laborales son para apoyar el empleo, lo cierto es que son adecuaciones que un capitalismo en crisis debe hacer, no es opcional, competir en el mercado mundial implica en permanencia ser cada vez más competitivo y eso significa pagar menos salarios y prestaciones para que las mercancías producidas sean más baratas y el capitalista pueda competir en mejores condiciones contra los demás capitalistas. La crisis mundial que dura ya más de 40 años ha obligado a que cada capital nacional imponga esas medidas para tratar de enfrentar la crisis, en México desde finales de los 80 se empezó a proponer una reforma en este sentido, con Miguel de la Madrid empezó a notarse un cambio en la actitud del Estado hacia la seguridad social y laboral, Salinas de Gortari en el marco del TLC formula una propuesta para cambiar la Ley Federal del Trabajo, cuestión que quedó congelada en 1991; es el gobierno de Zedillo el que reforma la ley del IMSS (1995) y aprueba la ley de Sistemas de ahorro para el retiro (1996). El sexenio de Fox no lo asumió y hoy de nuevo la burguesía retoma el tema de la reforma laboral que en ningún caso beneficiará a los trabajadores.
Cabe preguntarse por qué la Reforma laboral lleva cocinándose más de una década y a pesar de ser una necesidad para el capital, está todavía en ciernes. La respuesta está en las mismas dificultades de la burguesía, una clase dividida y enfrentada. En México el sistema político de partido único por casi 80 años, el corporativismo sindical y la rigidez del sistema están cobrando aún facturas, hay una fracción sindical muy ligada a los privilegios del pasado (descuentos sindicales por nómina, los contratos colectivos obliga a cuotas sindicales, etc.) que se resiste a las modalidades de la nueva Reforma que introduce los contratos individuales y, donde haya sindicatos, les pedirá "libertad sindical", es decir, libre filiación con lo cual una parte de profesionales sindicaleros verán afectados sus cotos de poder. Esto no significa un ataque al sindicato como lo pretende la UNT y el SME, se trata de flexibilizar el aparato sindical, darle más credibilidad y atacar los viejos cacicazgos sindicales que poco ayudan al control de los trabajadores. En este contexto hay que explicarse la razón del aparente postergamiento del voto a esta reforma laboral que, al parecer, está siendo suspendida, de momento, por los cálculos políticos y pragmáticos de los grupos en pugna. Éstos están valorando la conveniencia de aplicar estas medidas cuando menos hasta después de las elecciones estatales de mediados de este año y tal vez hasta la segunda mitad del 2012. Esperan para ello que se elija al nuevo presidente del país, ya que ningún partido quiere desprestigiarse asumiendo los costos políticos de esta medida en estos meses que están dedicados a captar la mayor parte de votos.
Un ataque a nuestras condiciones de vida
La nueva Reforma Laboral que seguramente se aprobará es un ataque en regla contra el conjunto de la clase obrera. Se beneficia solamente a los patrones con la tan llevada y traída "flexibilización laboral" que no es otra cosa que la expresión jurídica de la lucha del capital contra el trabajo donde el Estado no es neutral sino que siempre está del lado de los capitalistas y la democracia es justamente el rostro de la dictadura del capital. A los discursos de hacer una "México más competitivo" debe agregarse la idea de que esto se hará a costillas de los trabajadores, sobre su miseria, sobre sus familias excluidas del bienestar. Veamos algunos ejemplos de los contenidos de la Reforma Laboral:
- "flexibilidad numérica", este principio plantea que cada empresa podrá ajustar el número de trabajadores de acuerdo "al mercado", los contratos serán indeterminados, habrá periodo de prueba de 30 días donde el capitalista decidirá si el obrero es o no productivo, la capacitación puede durar hasta 3 meses sin responsabilidad para el patrón de indemnizar en caso de despido. Un capitalista no tendrá límites en hacer contratos de 30 días cada mes y cambiar a sus trabajadores sin importar nada. Estos trabajadores contarán en las estadísticas alegres de la burguesía ¡porque ya no serán desempleados! Para los obreros que accedan a un contrato mensual se verán cada mes enfrentados a la angustia de la incertidumbre, ellos y sus familias.
- "flexibilidad funcional", este tratado aborda la posibilidad de aprobar jornadas de trabajo discontinuas, cambios en los días de descanso, las necesidades de producción pueden obligar a un obrero a trabajar más días y a quedarse horas "extras" que ya no serán pagadas como horas fuera de la jornada, ahora se podrá contratar por horas semanales o mensuales y el patrón decidirá cuántas trabajas hoy y cuantas mañana o si se requiere laborar el fin de semana, claro, sin rebasar las horas estipuladas por el contrato. Se podrán pues ampliar las jornadas laborales a más de 8 horas diarias sin que se paguen "horas extras". Organizar la vida familiar de un obrero será casi imposible ya que estaremos sujetos a las "exigencias del mercado".
- "flexibilidad salarial", antes se decía que "por ley no se puede bajar el salario"... ¡se acabó! La Reforma propone que si a una empresa le va mal puede bajar salarios, pero si le va bien nada la obliga a compartir sus ganancias con sus explotados. ¡No podía ser de otro modo!
- Se eliminará el escalafón "ciego" donde la antigüedad era fundamental, ahora se privilegiará la productividad y la "multihabilidad", es decir, los salarios dependerán de la capacidad individual del trabajador para producir más y con calidad, y desde luego, con actitud sumisa ya que cualquier rebeldía será castigada con despido en condiciones legales completamente desfavorables.
A esto hay que agregar que en México al igual que en Europa, asistimos al desmantelamiento de las prestaciones sociales, la seguridad social se ha transformado en régimen de aportaciones individuales administrado por los bancos, es decir, el Estado se lava las manos y ahora es el trabajador el que debe financiar su propio retiro (reformas a las leyes del ISSTE y del IMSS). La vida de las familias proletarias se ha degradado dramáticamente. Esta nueva Reforma va a ser un acelerón en esa tendencia, trabajaremos más, ganaremos menos y en condiciones laborales peores para todos.
Izquierda y sindicatos, lobos vestidos de ovejas
La Unión Nacional de Trabajadores (UNT), dirigida por un diputado federal del PRD (Hernández Juárez), ha dicho que la Reforma Laboral pretende acabar con los sindicatos, con las conquistas históricas de los trabajadores, sin embargo, su "indignación" es light y es naturalmente una defensa de esa reforma pero desde un punto de vista más "social", para "construir una aproximación que conjugue las exigencias económicas y productivas el país en el marco de la globalización, con sus exigencias sociales" (UNT, junio de 2002). Este sindicato radical no se opone a la Reforma sólo quiere una "convergencia de enfoques": "La disyuntiva no es la productividad y la ganancia de la empresa versus los derechos de los trabajadores, la alternativa es construir fórmulas y modelos de relaciones obrero-patronales, jurídicamente expresados, en los que la elevación de la productividad se constituya también en instrumento de equidad para los trabajadores y para el desarrollo productivo del país" (ídem). Esta es la postura de un sindicato dirigido por la izquierda, es decir, son exactamente igual a sus congéneres llamados de derecha, todos son iguales, todos engañan a los trabajadores, la diferencia es que éstos lo hacen con un lenguaje obrero y bajo un supuesto interés de defender a los trabajadores.
El Partido del Trabajo (PT) ya presentó una versión "social" de la Reforma Laboral por conducto de López Obrador, la izquierda pretende enarbolar una reforma laboral "progresista", es decir, que tome en cuenta el aspecto social y sindical; el PRD dice que la reforma priísta es "una traición a la clase trabajadora", con esta postura el PRD sigue envenenado a la clase obrera metiendo el mensaje de que la izquierda es "la buena" y que los otros son "traidores". Se trata de un reparto de tareas de todas las fuerzas del capital, sus partidos de izquierda y derecha, sus sindicatos oficiales e independientes, todos asumen la parte de la tarea que les toca: unos proponen la Reforma, otros vociferan contra ella para aparentar que se oponen, pero todos pretenden un "desarrollo productivo del país", ninguno cuestionará la necesidad de superar la explotación asalariada, todos nos prometerán un futuro radiante con los necesarios sacrificios presentes. En un reciente comunicado del PRD donde se "rechaza" la Reforma Laboral" se afirma que ésta "fue pactada con algunos empresarios privilegiados y con sus representaciones de sindicatos charros y entreguistas" (Comunicado del PRD, DF 5-04-11). La vieja visión destilada por la izquierda que nos quiere hacer creer que dentro del Estado, en los partidos y en los sindicatos habría una división entre "buenos y malos", "honestos y deshonestos", etc. Esta visión sigue atando a los trabajadores al carro de la burguesía ya que tendríamos que apoyar a un bando en contra de otro, sin embargo, todas las fuerzas políticas están al servicio del capital sean éstas de derecha o izquierda.
La izquierda nos conducirá seguramente al atascadero legal de los "amparos", de la defensa de la Constitución y su artículo 123 en los tribunales; nos llamarán a movilizarnos para protestar contra los priístas "traidores" y trampas por el estilo. La defensa de nuestras condiciones de vida pasa por la lucha contra estas modificaciones laborales que nos perjudican a todos, ese combate lo tenemos que asumir juntos, si aceptamos hoy esto, estaremos preparando el terreno para nuevos ataques contra todos los trabajadores.
Marsan/10-04-11