XVIIIº congreso internacional de la CCI

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XVIIIº congreso internacional de la CCI

A finales del mes de mayo, la CCI celebró su decimoctavo congreso internacional. Como siempre hemos hecho hasta ahora, y como es tradición en el movimiento obrero, ofrecemos a los lectores de nuestra prensa las enseñanzas principales de este congreso porque no son algo que pertenece a nuestra organización sino que interesa a toda la clase obrera, de la que la CCI forma parte.

En la Resolución sobre las actividades de la CCI adoptada por el congreso, se dice:
"La aceleración de la situación histórica, inédita en la historia del movimiento obrero, se caracteriza por la conjunción de estas dos dimensiones:
-   la extensión de la crisis económica más grave de la existencia del capitalismo, combinada con la exacerbación de tensiones interimperialistas y de un avance lento pero progresivo en profundidad y en extensión de la maduración en la clase obrera, iniciado en  2003;
-   y el desarrollo de un medio internacionalista, particularmente perceptible en los países de la periferia del capitalismo.
Esa aceleración realza aun más la responsabilidad política de la CCI, planteándole exigencias más elevadas en términos de análisis teórico-político y de intervención en la lucha de clases, y hacia los elementos en búsqueda
(...)".

El balance que se puede hacer del XVIIIº congreso internacional de nuestra organización debe pues basarse en su capacidad para hacer frente a esas responsabilidades.

Para una organización comunista verdadera y seria, siempre es delicado declarar alto y claro que tal o cual de sus acciones fue un éxito. Y eso por varias razones.

En primer lugar, porque la capacidad de una organización que lucha por la revolución comunista para estar a la altura de sus responsabilidades no se juzga a corto sino a largo plazo, puesto que su papel, si se afianza permanentemente en la realidad histórica de su época, no consiste, la mayor parte del tiempo, en influir en la realidad inmediata, al menos a gran escala, sino a preparar los acontecimientos futuros.

En segundo lugar, porque para les miembros de una organización siempre existe el peligro "de adornar las cosas", mostrar una indulgencia excesiva ante las debilidades de un colectivo a cuya vida entregan  sus esfuerzos y que tienen permanentemente el deber de defender contra los ataques de todos los partidarios de la sociedad capitalista, reconocidos u ocultos. A la historia le sobran ejemplos de militantes convencidos y entregados a la causa del comunismo, que por "patriotismo de partido" no fueron capaces de identificar las debilidades, las derivas, cuando no la traición de su organización. Aún hoy, entre los elementos que defienden una perspectiva comunista, sigue habiendo quienes consideran que su grupo, cuyos efectivos pueden a menudo contarse con los dedos de una mano, es el único "Partido comunista internacional" al cual se unirán las masas proletarias un día en el futuro y que, refractarios a cualquier crítica o a cualquier debate, considera a los demás grupos del medio proletario como falsarios.

Conscientes de ese peligro de hacerse ilusiones, y con la prudencia necesaria que se deriva de ello, no tememos afirmar que el XVIIIº congreso de la CCI se puso a la altura de las exigencias enunciadas más arriba y creó las condiciones para que podamos proseguir por esta dirección.

No podemos aquí dar cuenta de todos los elementos que pueden cimentar esa afirmación. Sólo destacaremos los más importantes:
-  el que el congreso haya comenzado sus trabajos por la ratificación de la integración de dos nuevas secciones territoriales, en Filipinas y Turquía;
-  la presencia en el congreso de cuatro grupos del medio proletario;
-  el planteamiento de apertura de nuestra organización hacia el exterior ilustrada, en particular, por esa presencia;
-  su voluntad de analizar con lucidez las dificultades y debilidades que ha de superar nuestra organización;
-  el ambiente fraterno y entusiasta que animó el congreso.

La integración de dos nuevas secciones territoriales

Nuestra prensa ya dio cuenta de la integración de las nuevas secciones de la CCI en Filipinas y Turquía (la responsabilidad del Congreso era validar la decisión de integración que había sido adoptada por el órgano central de nuestra organización a principios de 2009) ([1]). Como lo escribíamos en aquella ocasión: "La integración de estas dos nuevas secciones en nuestra organización amplía considerablemente su extensión geográfica". Precisábamos también los dos hechos siguientes que se refieren a esas integraciones:
-  no se debieron a un "reclutamiento" de prisa y corriendo (a la manera trotskista e incluso, desgraciadamente, la de algunos grupos del campo proletario) sino que eran el resultado, como es la práctica en la CCI, de todo un trabajo de debates profundos durante varios años con los compañeros de EKS en Turquía y de Internasyonalismo en Filipinas, trabajo del que ya hemos hablado en nuestra prensa;
-  han aportado un desmentido total a las acusaciones "de eurocentrismo" que a menudo se han emitido contra nuestra organización.

La integración de dos nuevas secciones no es un hecho frecuente en nuestra organización. La última integración remonta a 1995 con la sección suiza. O sea que la entrada de esas dos secciones (que venía después de la constitución de un núcleo en Brasil, en 2007) fue vivida por el conjunto de los militantes de la CCI como un acontecimiento muy importante y muy positivo. Esas integraciones confirman tanto el análisis que nuestra organización ha hecho durante años sobre el nuevo potencial de desarrollo de la conciencia de clase contenido en la situación histórica actual, como la validez de la política hacia los grupos y elementos que se orientan hacia posiciones revolucionarias. Y tanto más porque estaban presentes en el congreso las delegaciones de cuatro grupos del medio internacionalista.

La presencia de los grupos internacionalistas

En el balance que sacamos del congreso anterior de la CCI, destacamos toda la importancia que había dado a ese congreso la presencia, por primera vez desde hacía décadas, de cuatro grupos del medio internacionalista procedentes de Brasil, Corea, Filipinas y Turquía. Esta vez estaban también presentes cuatro grupos de dicho medio. Pero no fue en nada una especie de "inmovilidad", puesto que dos de los grupos presentes en el último congreso se han convertido desde entonces en secciones de la CCI y que tuvimos la satisfacción de acoger dos nuevos grupos: un segundo grupo venido de Corea y un grupo basado en Centroamérica (Nicaragua y Costa Rica), la LECO (Liga por la Emancipación de la Clase Obrera) que había participado en "el Encuentro de comunistas internacionalistas" ([2]) de América latina en la primavera pasada con el impulso de la CCI y de OPOP, el grupo internacionalista de Brasil con el que nuestra organización mantiene relaciones fraternas y positivas desde hace varios años. Este grupo estuvo una vez más presente en nuestro congreso. Se invitó a otros grupos que habían participado también en ese "Encuentro" pero no pudieron mandar una delegación debido a que Europa se está convirtiendo cada vez más en un baluarte contra las personas que no han nacido en el "club" tan cerrado de los "países ricos".

La presencia de los grupos del medio internacionalista fue algo muy importante para el éxito del congreso y, en particular, en los debates. Estos camaradas mostraron todos plenamente su amistad hacia los militantes de nuestra organización, plantearon preguntas, en particular sobre la crisis económica y la lucha de clases, en términos a los que no estamos acostumbrados en nuestros debates internos, lo que estimuló la reflexión del conjunto de nuestra organización.

Y, en fin, la presencia de estos camaradas ha sido también una confirmación más de la voluntad de apertura de la CCI, un objetivo planteado desde hace varios años, una apertura hacia los demás grupos proletarios y también hacia los elementos que se acercan a las posiciones comunistas. Ante personas exteriores a nuestra organización, es no es muy fácil hacer lo que denunciábamos antes, o sea dárselas de lo que no somos, "contarse maravillas" o pretender contárselas a los demás.

Expresión de la apertura han sido también nuestras inquietudes y reflexiones, especialmente hacia la investigación y los descubrimientos en el ámbito científico ([3]), que se plasmaron en la invitación de un miembro del mundo científico a una sesión del congreso.

La invitación de un científico

Para celebrar a nuestra manera "el año Darwin" y manifestar el desarrollo en nuestra organización del interés por las cuestiones científicas, pedimos a un investigador especializado en el tema de la evolución del lenguaje (autor, en particular, de Aux origines du langage ("Hacia el origen del lenguaje") que hiciera una presentación ante el congreso de sus trabajos, basados evidentemente en los métodos darwinianos. Las reflexiones originales de Jean-Louis Dessalles ([4]) sobre el lenguaje, su papel en el desarrollo de los vínculos sociales y de la solidaridad en la especie humana, tienen una relación con las reflexiones y debates que se han desarrollado, y siguen desarrollándose en nuestra organización sobre la ética y la cultura del debate. A la exposición del investigador le siguió un debate que tuvimos que limitar en el tiempo debido a las dificultades del orden del día, pero que habría podido seguir durante horas por lo mucho que los temas abordados apasionaron a la mayoría de los participantes en el congreso.

Queremos aquí agradecer a Jean-Louis Dessalles que aceptara, aun no compartiendo nuestras ideas políticas, dedicar parte de su tiempo para enriquecer la reflexión en nuestra organización. También queremos agradecerle el tono amistoso de las respuestas que hizo a las preguntas y objeciones de los militantes de la CCI.

El debate sobre la situación internacional

Los trabajos del congreso abordaron los puntos clásicos propios de un congreso internacional:
-  el análisis de la situación internacional;
-  las actividades y la vida de nuestra organización.

La Resolución sobre la situación internacional, que también publicamos en este número de la Revista, es como una síntesis de los debates del congreso  sobre el mundo actual. Es evidente que no puede tratar todos los aspectos abordados en dichos debates (ni en los informes preparatorios). Tiene tres objetivos principales:
-  incluir las verdaderas causas de lo que se está jugando con la agravación actual y sin precedentes de la crisis económica del sistema capitalista contra todas las mentiras que los partidarios de este sistema no cesan de propalar;
-  sobre los conflictos imperialistas: entender el impacto que podrá tener la subida al poder de la primera potencia mundial del demócrata Barack Obama, que se presenta como portador de un nuevo "reparto de cartas" en dichos conflictos y de la esperanza de que se atenúen;
-  sacar las perspectivas para la lucha de clases, especialmente sobre las condiciones creadas por los brutales ataques que ha comenzado a sufrir el proletariado a causa de la violencia de la crisis económica.

Sobre el primer aspecto (la comprensión de lo qué es lo que está en juego con la crisis actual del capitalismo), es importante destacar los siguientes aspectos:
"...la crisis actual es la más grave qua haya conocido el sistema desde la Gran Depresión que empezó en 1929. (...) No es pues la crisis financiera lo que ha originado la recesión actual. Muy al contrario, lo que hace la crisis financiera es ilustrar que la huida hacia adelante en el endeudamiento, que permitió superar la sobreproducción, no puede proseguir eternamente. (...) En realidad, aunque el sistema capitalista no vaya a derrumbarse como un castillo de naipes (...) la perspectiva es la de un hundimiento creciente en su atolladero histórico, es decir la vuelta a una escala cada vez mayor de las convulsiones que hoy le afectan".

El congreso no pudo, obviamente, dar respuestas definitivas a todas las cuestiones planteadas por la crisis actual del capitalismo. Por un lado, porque cada día aporta nuevas repercusiones, obligando a los revolucionarios a dedicar una atención constante y permanente a la evolución de la situación y a proseguir el debate a partir de esos nuevos elementos. Por un lado, porque nuestra organización no es homogénea sobre varios aspectos del análisis de la crisis del capitalismo. No es ni mucho menos, a nuestro parecer, una prueba de debilidad de la CCI. Durante toda la historia del movimiento obrero, los debates no han cesado, en el marco del marxismo, sobre el tema de las crisis del sistema capitalista. La CCI ha comenzado ya a publicar algunos aspectos de sus debates internos sobre este tema ([5]), pues tales debates no son la "propiedad privada" de nuestra organización sino que pertenecen al conjunto de la clase obrera. Y estamos determinados a proseguir por ese camino.

Por otro lado, la Resolución sobre las perspectivas de actividad de nuestra organización, adoptada por el congreso, pide explícitamente que se desarrollen los debates sobre otros aspectos del análisis de la crisis actual para que la CCI esté lo mejor armada posible para responder claramente a las cuestiones que se plantean a la clase obrera y a quienes están decididos a comprometerse en la lucha para echar abajo el capitalismo.

Por lo que se refiere al "nuevo reparto de cartas" tras la elección de Obama, la Resolución responde muy claramente que:
"la perspectiva para el planeta tras la elección de Obama a la cabeza de la primera potencia mundial no es muy diferente de la situación que ha prevalecido hasta ahora: continuación de los enfrentamientos entre potencias de primero o segundo plano, continuación de la barbarie bélica con consecuencias cada vez más trágicas (hambrunas, epidemias, desplazamientos masivos) para las poblaciones que viven en las zonas disputadas".

Por fin, por lo que se refiere a la perspectiva de la lucha de clases, la Resolución, como los debates, intenta evaluar el impacto de la agravación brutal de la crisis capitalista:
"La agravación considerable de la crisis económica del capitalismo hoy, es, claro está, un factor de la primera importancia en el desarrollo de las luchas obreras. (...) Así van madurando las condiciones para que la idea de la necesidad de echar abajo este sistema pueda desarrollarse significativamente en el mismo corazón del capitalismo. Pero para ser capaz de orientarse hacia una perspectiva revolucionaria, no le basta a la clase obrera percibir que el sistema capitalista está en un callejón sin salida, que tendría que dejar paso a otra sociedad. También tiene que tener la convicción de que esa perspectiva es posible y que tiene la capacidad de realizarla. (...) Para que la posibilidad de la revolución comunista pueda ganar un terreno significativo en la clase obrera, es necesario que ésta pueda recobrar la confianza en sus propias fuerzas, y eso pasa por el desarrollo de sus luchas masivas. El enorme ataque que está sufriendo ya a escala internacional debería ser la base objetiva para esas luchas. Sin embargo, la forma principal que está tomando hoy ese ataque, los despidos masivos, no favorece, en un primer tiempo, la emergencia de tales movimientos. (...) Por eso, si en el periodo venidero no asistiéramos a una respuesta de envergadura frente a los ataques, no habría por ello que considerar que la clase ha renunciado a luchar por la defensa de sus intereses. Será posteriormente (...), cuando podrán desarrollarse mejor combates obreros de gran amplitud".

Los debates sobre las actividades y la vida de la CCI

Se presentó un informe para hacer un balance de las principales posiciones en los debates de fondo que se están desarrollando en la CCI. Durante los dos últimos años, hemos dedicado una parte importante de dichos debates a la cuestión económica, cuyas divergencias ya hemos mencionado en este artículo.

Otro aspecto de nuestros debates se dedicó a la cuestión de la naturaleza humana, dando lugar a un debate animado, alimentado por muchas contribuciones valiosas. Este debate, que dista mucho de estar acabado, expresa una convergencia global con los textos de orientación publicados en la Revista internacional, "La confianza y la solidaridad en la lucha del proletariado" (n° 111), "Marxismo y ética" (n° 127) y "La cultura del debate, un arma de la lucha de clases" (n° 131), pero sigue habiendo muchos interrogantes o reservas que se plantean sobre tal o cual aspecto. En cuanto estén suficientemente elaboradas para poder ser publicadas hacia el exterior, la CCI, conforme con la tradición del movimiento obrero, no dejará de hacerlo. Indiquemos por fin la aparición reciente de un desacuerdo profundo con los tres textos citados anteriormente ("reciente" con respecto a la publicación ya antigua de algunos de ellos); esa posición, defendida por un camarada de la sección de Bélgica-Holanda que se ha salido recientemente de la organización, los considera no marxistas, (véase mas abajo). 

En lo que se refiere a las actividades y vida de la CCI, el congreso sacó un balance positivo para el período precedente, incluso si subsisten debilidades que deben superarse:
"El balance de actividades de los dos años pasados demuestra la vitalidad política de la CCI, su capacidad para comprender la situación histórica, para abrirse hacia fuera, ser un factor activo en el desarrollo de la conciencia de clase, su voluntad de implicarse en las iniciativas de trabajo común con otras fuerzas revolucionarias. (...) En el aspecto de la vida interna de la organización, el balance de actividades también es positivo, a pesar de dificultades reales que siguen existiendo sobre todo en el tejido organizativo y, en cierta medida, en lo que a la centralización se refiere" (Resolución sobre las actividades de la CCI).

El congreso dedicó, efectivamente, parte de sus debates a examinar las debilidades organizativas que subsisten en la CCI. De hecho, no son para nada algo "específico", sino que son propias de cualquier organización del movimiento obrero permanentemente sometida al peso de  la ideología burguesa ambiente. La verdadera fuerza de dichas organizaciones, como así fue con el Partido bolchevique, siempre consistió en estar en condiciones de enfrentarlas con lucidez para poder combatirlas. Ese mismo espíritu animó los debates del congreso sobre esta cuestión.

Uno de los puntos que se discutió es, en particular, el de las debilidades que afectaron a nuestra sección en Bélgica-Holanda, de la que dimitieron algunos militantes recientemente, en particular a raíz de acusaciones emitidas por el camarada M. Desde hace algún tiempo, éste acusaba a nuestra organización, y especialmente a la comisión permanente de su órgano central, de dar la espalda a la cultura del debate sobre la que el congreso precedente había discutido ampliamente ([6]), considerándola como una necesidad para la capacidad de las organizaciones revolucionarias de ponerse a la altura de sus responsabilidades. El camarada M., que defendía una posición minoritaria sobre el análisis de la crisis capitalista, se consideraba víctima "de ostracismo" y consideraba que se desprestigiaba a sus posiciones de forma deliberada para que la CCI no pudiera discutirlas. Ante tales acusaciones, el órgano central de la CCI decidió constituir una comisión especial cuyos tres miembros fueron designados por el propio camarada M. y que, tras varios meses de trabajo, de conversaciones y de examen de centenares de páginas de documentos, llegó a concluir que no tenían el menor fundamento. El congreso no pudo sino lamentar que ni el camarada M. ni parte de los camaradas que lo siguieron, hayan esperado a que esa comisión entregara sus conclusiones antes de decidir irse de la CCI.

En realidad, el congreso pudo constatar, en particular en la discusión que dedicó a sus debates internos, que existe hoy en nuestra organización una verdadera preocupación para hacer progresar la cultura del debate. Y esto no sólo lo pudieron comprobar los militantes de la CCI: los delegados de las organizaciones invitadas llegaron a las mismas conclusiones de los trabajos del congreso:
"La cultura del debate de la CCI, de los camaradas de la CCI, es impresionante. Cuando vuelva a Corea, compartiré mi experiencia con mis camaradas" (uno de los grupos venidos de Corea).

"Es [el congreso] un buena ocasión para clarificar mis posiciones; en muchas discusiones, encontré una verdadera cultura del debate. Creo que debo hacer lo máximo por desarrollar las relaciones entre [mi grupo] y la CCI y tengo la intención de hacerlo. Espero que podamos trabajar juntos un día por una sociedad comunista" (el otro grupo de Corea) ([7]).

La CCI no practica la cultura del debate cada dos años en su congreso internacional sino que, como lo atestigua la intervención de la delegación de OPOP en el debate sobre la crisis económica, forma parte de la relación permanente entre nuestras organizaciones. Esta relación es capaz de reforzarse a pesar de divergencias sobre distintos temas, entre ellos el análisis de la crisis económica:
"Quiero, en nombre de OPOP, saludar la importancia de este congreso. Para OPOP, la CCI es una organización hermana, como eran hermanos el partido de Lenin y el de Rosa Luxemburg. Es decir que había entre uno y otro divergencias, en toda una serie de enfoques, de opiniones y por lo tanto de concepciones teóricas, pero había sobre todo una unidad programática en lo que se refiere a la necesidad del derrocamiento revolucionario de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado, de la expropiación inmediata de la burguesía y del capital".

La otra dificultad observada en la Resolución de actividades se refiere a la cuestión de la centralización. Para superar esas dificultades el congreso puso también a su orden del día el debate de un texto más general relativo a la cuestión de la centralización. Este debate, si ya fue útil para reafirmar y precisar las concepciones comunistas sobre esta cuestión para la "vieja guardia" de nuestra organización, se reveló particularmente importante para los nuevos compañeros y las nuevas secciones que han integrado recientemente la CCI.

En efecto, una de las características significativas del XVIIIº congreso de la CCI ha sido la presencia, que los "antiguos" constataron con agradable sorpresa, de un número relativamente elevado de "caras nuevas" entre las cuales la joven generación estaba especialmente presente.

El entusiasmo por el futuro

Esta presencia importante de jóvenes participantes en el congreso fue un factor importante del dinamismo y de entusiasmo que impregnó sus trabajos. Contrariamente a los medios de comunicación burgueses, la CCI no cultiva lo que podría llamarse "juvenilismo", pero la entrada de una nueva generación de militantes en nuestra organización - y que también es el rasgo de los demás grupos participantes si se considera la juventud de la mayoría de sus delegados, es de la mayor importancia para la perspectiva de la revolución proletaria. Por un lado, como los icebergs, forma la "punta emergente" de un profundo proceso de toma de conciencia en la clase obrera mundial. Por otro, crea las condiciones de un relevo de las fuerzas comunistas. Como dice la Resolución sobre la situación internacional adoptada por el congreso, "El camino que conduce a los combates revolucionarios y al derrocamiento del capitalismo es todavía largo y difícil (...) pero en nada puede ser un factor de desánimo para los revolucionarios, de parálisis de su compromiso en la lucha proletaria. ¡Muy al contrario!".

Aunque los "viejos" militantes de la CCI conservan toda su convicción y su compromiso, es a esa nueva generación a la que le corresponderá aportar una contribución decisiva a los combates revolucionarios futuros del proletariado. Y de ahora en adelante, el espíritu fraterno, la voluntad de unión, así como la de pelear contra las trampas de la burguesía, el sentido de la responsabilidad, todas las cualidades ampliamente compartidas por los elementos de esta nueva generación presentes en el congreso - militantes de la CCI o de los grupos invitados - son el mejor augurio para su capacidad de ponerse a la altura de su responsabilidad. Eso es lo que expresó, entre otras cosas, la intervención del joven delegado de la LECO sobre el Encuentro internacionalista que se celebró en América Latina en la primavera pasada:
"El debate que comenzamos a desarrollar reúne a grupos e individuos que buscan una unidad sobre bases proletarias y requieren espacios de debate internacionalista, necesita este contacto con los delegados de la Izquierda comunista. La radicalización de la juventud y minorías en América Latina, en Asia, permitirá que este polo de referencia esté identificado por más grupos aún que crecen numérica y políticamente. Esto nos da armas para intervenir, para enfrentar las trampas que proponen el izquierdismo, el "socialismo del siglo XXI", el sandinismo, etc. La posición alcanzada en el Encuentro latino ya es un arma proletaria. Saludo las intervenciones de los camaradas, que expresan un verdadero internacionalismo, una preocupación para esta proyección política y numérica de la Izquierda comunista a nivel mundial".

CCI (12 de Julio de 2009)

 


 

[1]) Véase en Acción Proletaria nº 206, 2009, "¡Salud a las nuevas secciones de la CCI en Turquía y Filipinas!".

[2]) Sobre este encuentro, véase Acción Proletaria nº 207, 2009, "Encuentro de comunistas internacionalistas en Latinoamérica".

[3]) Como ya lo ilustramos en los distintos artículos que publicamos recientemente sobre Darwin y el darwinismo.

[4]) El lector que quiera hacerse una idea de esas reflexiones puede consultar  la página WEB de J-L Dessalles: https://perso.telecom-paristech.fr/~jld/

[5]) Ver, en particular, en esta Revista, el artículo de debate: "En defensa de la tesis del capitalismo de Estado keynesiano-fordista".

[6]) Véase a este respecto "17o congreso de la CCI: un refuerzo internacional del campo proletario"  y nuestro texto de orientación "La cultura del debate: un arma de la lucha de clase" (Revista internacional nos 130 y 131).

[7]) Esta impresión sobre la calidad de la cultura del debate que se manifestó en el congreso también fue señalada por el científico al que invitamos. Nos ha mandado un mensaje: "Gracias una vez más por la excelente relación mutua que tuve con la "comunidad Marx". De verdad que pasé un muy buen rato con ustedes".

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