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Revolucion Mundial nº 83, Noviembre-Diciembre 2004

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Ante el creciente ataque a las condiciones de vida, la lucha masiva y conciente de los trabajadores

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Como ya viene sucediendo en regiones del mundo, los trabajadores, por lo dramático de los ataques de la burguesía, empieza a tomar conciencia del significado de la crisis capitalista, y de la urgente necesidad por dar una respuesta, porque ante la agravación de los ataques, la clase trabajadora no tiene más camino que el de la lucha.

Detrás de las cuentas alegres de la burguesía, una realidad de ataques a los trabajadores

Es claro que de frente a la agravación de la crisis la burguesía no cuenta sino con discursos y falsas promesas. Todavía resuenan aquellas promesas sobre el “combate a la pobreza”, del “bienestar para tu familia”, “crecimiento anual en 7%” etc. ... Pero es mayor explotación, miseria y desempleo lo que se haya detrás de los optimistas discursos, es la crisis de un sistema basado en la explotación del trabajo asalariado, que busca desesperadamente proteger la ganancia capitalista, y el mecanismo que actualmente repite, lo mismo en Francia, Alemania, España, Brasil o México, es la reducción de los servicios médicos, de pensión y jubilación. El aumento de la cotización, la reducción de los servicios médicos para los trabajadores y sus familias, y el aumento de la edad para obtener la jubilación, son los elementos que forman el esquema con el que la burguesía responde a la crisis, y si ya con ello logra un abaratamiento de la fuerza de trabajo y una aceleración en los niveles de explotación, se preparan otras medidas que permitan cargar aún más la crisis sobre la espalda de los trabajadores, esa medida, ya anunciada, es el establecimiento del pago por hora (y no por jornada).

Es esa la estrategia de la burguesía en México y en el resto del planeta, por eso como decíamos en RM 82: “Toda la burguesía, aunque use diversos tonos para describirlo, mantiene acuerdo en que la crisis que azota al sistema capitalista requiere del uso de mecanismos que permitan un ‘respiro’ de la economía; y la salida que la clase dominante encuentra (en México como en el resto del planeta) es la disminución, e incluso la eliminación, de los servicios que se presentan como parte del salario...”.

Y a pesar de que el FMI en agosto ha declarado “El crecimiento económico en América Latina se ha recuperado tras la profunda recesión del 2001-2002” y señale a Brasil y México como ejemplo, la realidad muestra que la crisis se acentúa, y las señales son diversas: la industria automotriz muestra una “desaceleración”, reduciendo su actividad y su nivel de exportación (que han caído en lo que va del año 7.6% respecto al año pasado). Los niveles de desempleo se aceleran, y a pesar de los discursos alentadores, en agosto de este año la tasa de “desempleo abierto” se ubicó en los 4.35%, el nivel más alto en los últimos 7 años” ([1] [1]). Incluso en regiones como el DF, en las que se presumen “las grandes obras” el desempleo (según el mismo INEGI) se incrementa por encima de la media nacional (es decir a 5.8%). Por otra parte, el gobierno anuncia amplios niveles de deuda interna usada para el apuntalamiento de la ganancia capitalista (ya sea apuntalando el FOBAPROA o apoyando a industrias como AHMSA)... por eso ante tal realidad, el recurso del que echa mano, son los planes que permitan acentuar la explotación del trabajo, que es a fin de cuentas de donde surge la ganancia capitalista.

El centro de los argumentos usados por la clase dominante para hacer que los trabajadores se traguen estos planes y acepten que ellos son los culpables de la crisis, es que hay un sistema de “seguridad social injusto”, con una mala distribución de recursos, en tanto que las generaciones de jóvenes trabajadores tienen que cotizar más para mantener a los jubilados y pensionados, sin embargo presentan como un aspecto “natural y justo” la existencia de clases sociales y el hecho de que una clase (la burguesía) viva de la explotación del trabajo asalariado, y se presenta como algo natural e irremediable el que los asalariados después de entregar toda una vida al trabajo se enfrenten a un retiro en el que se acentúe las condiciones de miseria y de hambre.

Es necesario precisar, que los comunistas, a diferencia de lo que hace la izquierda del capital y el izquierdismo (léase PRD y demás grupos estalinistas, maoístas o trotskistas), no pretendemos encontrar una solución en el “Estado Benefactor” keynesiano, pretendemos señalar que la crisis que azota al sistema tiende a degradar más las condiciones de vida de la clase obrera y plasma en toda su magnitud el significado de la explotación y por ende, la necesidad de terminar con este sistema.

La derrota en el IMSS prepara ataque a otros sectores

El ataque que en contra de los trabajadores del IMSS se ha asestado con la modificación de sus condiciones de pensión y jubilación, es en realidad un ataque contra toda la clase trabajadora. El montaje diseñado por el sindicato, la patronal y el gobierno para golpear a los trabajadores del IMSS (que denunciamos en RM 82), encuentra su culminación con la “amenaza” de huelga que el SNTSS presentó, como un truco para hacerse pasar como radical, y luego decir que el 3% de aumento salarial y 1% en prestaciones, es lo mejor y más responsable. Es decir, el “sindicato radical” no fue más allá de lo que burguesía esta dando en otros sectores, lo que expresa en la realidad una caída del salario real. Este sindicato, como todos los sindicatos, buscan hacer que el golpe asestado no tenga posibilidades de ser revertido y más aún, que la desmoralización se extienda hacia el resto de la clase obrera y facilite el camino a la generalización del ataque ya anunciando, con la “nueva ley del ISSSTE”. Hoy, que se ha redondeado la derrota de los trabajadores del IMSS, un mensaje de desmoralización y de impotencia se introduce en las cabezas de millones de trabajadores: “si los del IMSS no pudieron, ¡nosotros menos!”…¡Eso es justamente lo que la burguesía quiere que los trabajadores piensen!, ¡Eso es precisamente el veneno que se cocinó a través de la derrota del IMSS!

Ante ese mensaje lanzado por sindicatos, partidos y gobierno, los trabajadores deben sacar la verdadera lección: dejar la lucha en manos del sindicato, sea cual sea su forma y lenguaje, es abandonar la lucha en manos del enemigo, una tal situación sólo puede conducir a una derrota.

Los ataques contra la clase se van a seguir generalizando, la crisis económica no detendrá su curso. Sólo la lucha obrera, fuera de los sindicatos, permitirá allanar un camino que abra nuevos horizontes para una sociedad hundida en la ciénega de la miseria y la explotación.

RM, octubre-2004

1 [2]El concepto usado por INEGI, en realidad no expresa el verdadero problema, no sólo porque el concepto mismo esta cargado de mistificaciones, sino además porque en su contabilidad concibe a los trabajadores “activos” a los que “trabajaron al menos una hora o un día”, lo que esconde los verdaderos niveles de la degradación de la vida de los trabajadores que se ven obligados a cumplir labores en condiciones precarias y con ingresos ínfimos.

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Lucha de clases [4]

Los 20 puntos de proyecto alternativo de nación de AMLO: Una búsqueda desesperada por unir a la burguesía

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Eso se evidenció de nuevo, el 29 de agosto en la manifestación que AMLO organizó contra su desafuero y donde dio a conocer su “proyecto alternativo de nación” el cual resume en 20 puntos una supuesta propuesta de “cambio”, que en realidad es el maquillaje de la política económica, al aplicarle conceptos como la distribución y la equidad, que en el marco capitalista no significa otra cosa sino el mejoramiento de los instrumentos de explotación. Hemos visto que el discurso de la izquierda ya no es contra el TLC, la globalización, EUA y el FOBAPROA, ahora se trata de conducir a un nuevo “pacto nacional”, unificando a la burguesía. Es, en suma la renovación del viejo discurso del priísmo. Es decir, se trata pura y llanamente de un proyecto burgués con tintes nacionalistas que pretende adecuar a la estructura política, tan resquebrajada, a las necesidades de la acumulación, y por supuesto ajustar al Estado para gestionar la explotación de los trabajadores y controlar el subsecuente descontento social producto de la aceleración de la crisis.

Una semana antes, en un acto del gobierno del DF, la fracción burguesa que está tras López Obrador logró reunir a representantes de primer orden de varios grupos de la burguesía: ahí estaban los magnates de la TV y las radiodifusoras, además de políticos importantes (como De la Fuente que junto con Muñoz Ledo, plantean el mismo esquema de unidad de la burguesía) y hasta el Cardenal Rivera jefe de la iglesia católica. ¿Los capitalistas apoyando al “candidato de los pobres”? Este fue, sin duda, un ejercicio de búsqueda de acuerdos que demandan ya una certidumbre al futuro de sus negocios y de la estabilidad económica y política de la nación que regentean. Luego, ocho días después, la ceremonia del zócalo fue un posicionamiento claro de que es necesario un gran pacto nacional entre los diversos grupos de la clase dominante para avanzar en los proyectos que están pendientes al nivel económico y político; por eso AMLO se encargó de espantar algunos fantasmas abrazando hasta la globalización a la que antes criticaba tan ácidamente, aclarando que el asunto Fobaproa es cuestión de separar las deudas buenas y las “malas” (en las que hubo fraude); hasta se pronunció también contra las llamadas “pensiones de privilegio”.

Este es el significado del acto político que desafía fuertemente a la administración federal y a algunos otros grupos representados en el PRI los cuales buscan a toda costa obstruir su carrera a la presidencia con el argumento de que será un obstáculo para concretar las llamadas reformas estructurales. Pero, como ya lo decíamos en otra ocasión “Estos grupos al parecer no consideran que el PRD (...) pudiera representar un obstáculo ideológico para realizar las medidas que la actual administración federal no ha logrado, pues piensan que esto bien podría realizarse bajo la cobertura ideológica de ‘medicina amarga pero necesaria obligada por el desastre que dejaron los gobiernos anteriores’ (al estilo de Lula en Brasil)” (RM 81, julio-agosto de 04). Y, además, tiene de su lado otra ventaja, la gran popularidad y una habilidad jamás menospreciada por la burguesía para garantizar la estabilidad social y este fue al final de cuentas el ofrecimiento mayor, oculto en el mensaje de AMLO.

La burguesía continúa indecisa sobre quién será su candidato

Aunque la propuesta de AMLO es llamativa para la burguesía, y es respaldada por muchas fracciones del capital, aunque no existe un acuerdo y siguen sumidas en la disputa, esto que es un fenómeno típico de la descomposición de la sociedad capitalista, se torna en un lastre para la misma burguesía, pero no deja de tener efectos de contagio contra la clase obrera, a la que empuja a tomar partido por algunas de las pandillas. Es evidente que la burguesía está dividida sobre el Peje, por ejemplo, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ha declarado que no le espanta la posibilidad de que AMLO llegue a la Presidencia; la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio se pronuncia a favor de su proyecto económico, lo mismo pasa con la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes que han visto con no muy malos ojos las mismas propuestas, inclusive hay sectores dentro del mismo PRI como Miguel Alemán que de forma muy indirecta han declarado su apoyo al nuevo “caudillo”. No obstante la burguesía no llegará fácilmente a un acuerdo, y no se descarta que se repitan los escenarios en los que están presentes ajusticiamientos y detenciones.

Un ejemplo de esta tendencia lo presentan las votaciones de Veracruz y Oaxaca. La Jornada, diario de la burguesía “liberal” tituló a su editorial del martes 7 de septiembre “Veracruz: descomposición y augurio” para referirse a la extensión y profundización de los conflictos interburgueses en el país. Efectivamente en Veracruz volvieron a escena las tendencias profundas de la descomposición capitalista pues como se dio recientemente en Oaxaca, también en este estado los alineamientos de partidos habidos disputaron las cuotas de poder sin importarles ni siquiera guardar las apariencias tan necesarias para salvaguardar precisamente el aspecto de la mistificación democrática vital para el sistema capitalista... los ejemplos se multiplican: los casos de las esposas de gobernadores (del PAN en Nayarit, del PRD en Tlaxcala) y de presidentes municipales (del PRI en Chiapas) que sin ningún reparo en el daño que provocan a la máscara democrática de la burguesía avanzan desordenadamente con la única perspectiva de que sus interese inmediatos. Esta situación presenta un problema grave para la burguesía pues el desprestigio directo de su sistema electoral y democrático está poniéndose en cuestión. Es claro que la burguesía no puede arriesgarse a un resultado mediocre en este sentido sobre todo después del éxito de las elecciones del 2000 que le redituaron después de muchas décadas pingües beneficios en cuanto a una votación histórica, una esperanza de los trabajadores en el “cambio”, una disposición social al sacrificio con tal de salir de la crisis, por eso no podemos dejar de esperar que pese a sus diferencias tome en consideración que requiere establecer un acuerdo de unidad (aunque sabemos que la crisis y la descomposición misma lo romperá rápidamente).

¿Qué se perfila?

En la situación actual la burguesía no está evidentemente del todo desguarnecida pues, como ya lo hemos dicho con respecto a los efectos de la descomposición general de la sociedad capitalista, cuenta con una capacidad enorme para volver contra el proletariado los efectos perniciosos de esta descomposición: presentando los conflictos como una competencia de partidos real, las disputas entre caciques regionales como una rémora del pasado que la democracia es capaz de superar y, en fin, aprovechando la polarización causada por sus propias dificultades alrededor de AMLO para exacerbar los ánimos de los trabajadores llevándolos peligrosamente a la defensa de una opción burguesa contra otra y en particular a la defensa de López Obrador contra su “desafuero”, es decir, “al mismo tiempo que gestiona sus propios conflictos internos la burguesía aprovecha para desplegar toda una campaña de revitalización de sus procesos electorales”  (RM 81).

Ningún apoyo a la burguesía

La burguesía siempre ha sido capaz de disfrazar a sus políticos como “defensores de obreros” para engañar a los trabajadores; en este caso, el personaje AMLO viste este ropaje y está llamando a defender su “proyecto de nación” para minar el camino que la clase obrera con muchas dificultades está retomando, el de su toma de conciencia.

RR/ octubre-2004

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Conflictos interburgueses [5]

Estados Unidos. ¡No a la elecciones capitalistas, si a la lucha de clases!

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Diariamente estamos siendo bombardeados con la propaganda de lo absolutamente importante que es la elección este año por parte de los medios de comunicación burgueses, de los políticos, líderes laborales, clérigos, academias, líderes de derechos civiles, estrellas de rock, estrellas de cine y líderes del movimiento pacifista, es decir, de todas las instituciones que sostienen al estado capitalista. Nos dicen que es la elección más crucial de nuestra vida, que el futuro de la humanidad pende en la balanza. Pero todo esto no tiene sentido. Las diferencias entre Bush y Kerry son mínimas, se limitan a cuestiones secundarias de estilo, diferentes enfoques a la implementación de los mismos objetivos. Ellos comparten el mismo compromiso para mantener la hegemonía imperialista, el mismo objetivo estratégico de prevenir la emergencia de cualquier país que pueda poner en cuestión la dominación de EU como única superpotencia mundial. Ambos apoyan la guerra en Irak. Ambos buscan avivar la fiebre patriótica de tal manera que nos puedan hundir aún en más guerras en los años que vienen. Ambos prometen reforzar las fuerzas armadas y así acelerar la militarización de la sociedad americana. Ambos apoyan el incremento de la represión, Bush a través del Patriot Act de EU y Kerry a través de su promesa inmediata de cumplir las recomendaciones de la Comisión 9/11, la cual incluye el establecimiento de una red nacional de espionaje que minimizará todo lo hecho por el FBI. Ambos defienden el capitalismo y la implacable explotación de la clase obrera en EU y alrededor del mundo.

Seguro, parecen tener divergencias fuertes sobre cuestiones sociales secundarias como el aborto, la ecología, pero estas son cuestiones candentes que la clase capitalista no planea resolver de una forma u otra. Ellos usan cínicamente estas controversias para avivar las emociones políticas y distraer la atención de los problemas fundamentales de la crisis capitalista y la lucha de clases. Estas divergencias son más para el show que otra cosa.

Hoy, las elecciones han perdido todo significado excepto como mistificación, como un medio para confundir, engañar y manipular la conciencia de la clase obrera. La democracia burguesa es de hecho la forma más sofisticada y perniciosa de dictadura de clase que el mundo haya visto, la dictadura de clase del capitalismo. En el periodo de desarrollo del capitalismo cuando las elecciones tenían un contenido real, la burguesía se resistía a la expansión del sufragio con uñas y dientes. Hoy, cuando las elecciones no tienen otro papel que el de mistificación ideológica se extiende el derecho al sufragio, haciendo cada vez más fácil registrar el voto porque quieren atraer cada vez a más gente hacia esta farsa.

Para la clase obrera, no tiene significado participar en la elección del político capitalista que estará a la cabeza de la dictadura de clase de la burguesía. Para la clase obrera, es la lucha de clases, la defensa sin compromiso de los intereses de la clase obrera, esto es lo único que tiene sentido. En esta lucha, que inevitablemente coloca a la clase obrera en confrontación con el Estado, que siembre las semillas de la lucha revolucionaria que es capaz de destruir el estado capitalista y su horrible sistema económico, y hacer posible la creación de una comunidad social verdaderamente humana, dirigida y controlada por la clase obrera, organizada en consejos obreros. En tal sociedad el principio guía será el cumplimiento de las necesidades sociales, no la explotación del trabajo y obligados por las ganancia. Cualquiera que gane en noviembre, la orientación fundamental del Estado americano será la misma guerra imperialista hacia el exterior y de austeridad en el interior.

Internationalism/ 17 de agosto, 2004.

Geografía: 

  • Estados Unidos [6]

Debate proletario: Saludos al foro de discusión internacionalista de Rusia

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La terrible derrota de la revolución de octubre impuesta por la contrarrevolución estalinista diezmó las fuerzas revolucionarias del proletariado y ha sido seguida por la larga noche de la contrarrevolución y por la guerra más sangrienta que la humanidad jamás haya conocido, dejando dispersos y terriblemente debilitados los pequeños grupos que quedaron fieles a los principios del internacionalismo proletario. La situación en la cual se encuentran las minorías revolucionarias emergentes y los elementos en búsqueda es por tanto doblemente difícil hoy. Estos deben luchar no solamente por desarrollar las ideas y una intervención, para comprender la situación actual y encontrar un eco en el seno de la clase obrera, pero deben también combatir el terrible aislamiento y la dispersión de las fuerzas revolucionarias en el mundo. La CCI siempre ha defendido el principio fundamental según el cual la futura unidad mundial de los revolucionarios proletarios no podrá forjarse jamás sin que los grupos existentes en la hora actual sean capaces de debatir en un espíritu abierto y fraternal, de las cuestiones que les dividen y les unen. Tal debate es necesario, no solamente para la clarificación vital de los principios que fundan la acción de la clase obrera, sino también para romper el aislamiento que predomina a fin de instaurar un clima de confianza entre estos grupos y ayudarles así a comprender lo que significa trabajar juntos a escala internacional en tanto que combatientes de una clase. Es por estas razones que hemos decidido participar en el Foro de discusión internacionalista puesto en marcha conjuntamente con los grupos de Rusia y que se reagrupa por el momento alrededor de un sitio internet.

El objetivo de este foro no es en ningún caso el de crear una organización política artificial o dar lugar a un terreno de reclutamiento sin principios. Al contrario, como lo plantea el llamado inaugural del foro: “Su objetivo es emprender una discusión sistemática en vistas de la clarificación de cuestiones que son cruciales para el movimiento obrero y que continuarán estando en las futuras confrontaciones de clases: el internacionalismo, las razones de la derrota de la oleada revolucionaria mundial, la degeneración de la Revolución rusa, el capitalismo de Estado, las luchas de liberación nacional, el papel de los sindicatos, etc. El objetivo es poner orden y hacer públicas las contribuciones sobre estas cuestiones que ponen por delante los diferentes enfoques que ya han existido en el movimiento obrero, así como los puntos de vista diferentes, divergencias o cuestionamientos que pueden existir entre los participantes al foro. El foro es un lugar abierto a la discusión y a la confrontación y a la contribución de las ideas políticas, con el único objetivo de la clarificación a través del debate político, siguiendo el método proletario que excluye toda actitud en contradicción con el objetivo desinteresado de la emancipación de la clase obrera. En particular, el foro no es un “terreno de caza” para el reclutamiento sin principios como se practica habitualmente entre las organizaciones situadas en la extrema izquierda del aparato político de la burguesía (trotskistas, etc)”.

Tal foro únicamente puede estar basado sobre principios que le distinguen claramente del ala izquierda del capitalismo. En este periodo caracterizado por guerras imperialistas generalizadas, hemos considerado que la cuestión del internacionalismo es decisiva para separar a los que buscan trabajar por la emancipación revolucionaria de la clase obrera de los que no buscan más que reforzar la empresa del Estado burgués y de su aparato de control y de mistificación. Por estas razones, la participación en un sitio depende de ciertos criterios políticos que vayan en este sentido. Como se presenta hoy, el foro de discusión no nace sin tener sus primeras dudas. No sabemos con anticipación si será un éxito –no hay garantías en la política revolucionaria. Pero estamos convencidos de que es solamente con esfuerzos pacientes, no espectaculares, que podemos ayudar a poner en marcha el trabajo de base en vistas a la unidad política y organizacional del futuro de la clase obrera, unidad que será un arma vital para la destrucción del capitalismo y establecimiento de la sociedad comunista.

CCI

Vida de la CCI: 

  • Correspondencia con otros grupos [7]

Historia del Movimiento obrero: 

  • 1917 - la revolución rusa [8]

A 20 años, las lecciones de los mineros británicos son todavía vigentes

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El contexto histórico

“Desde mediados de 1983 la tendencia a la reanudación de las luchas proletarias, cuyas perspectivas ya hemos anunciado después de dos años de confusión y parálisis que siguió a la derrota parcial del proletariado mundial en Polonia, ha llegado a resurgir en Bélgica, Holanda, Alemania, Gran Bretaña, Francia, EUA, Suecia, España, Italia etc., huelgas que han explotado contra las draconianas medidas de austeridad impuestas por la burguesía afectando a todos los países en el corazón del mundo industrializado donde históricamente el destino de la humanidad será decidido” (Revista Internacional n° 37, 1986).

Ya antes, el 5° congreso de la CCI a finales de 1983, identificaba:

a) una extensión simultanea de las luchas nacional e internacionalmente, b) una tendencia a las luchas espontáneas, con la capacidad de desbordar a los sindicatos, c) un crecimiento en la confianza del proletariado para defenderse contra los ataques.

La burguesía respondió a esa situación de una manera completamente calculada alistando el puño de hierro de la represión, pero más importante que eso fue el desarrollo de la maquinaria democrática del Estado. Hubo una clara estrategia política para confrontar a los trabajadores, los partidos de izquierda fueron removidos de los equipos gobernantes para que pudiesen colocarse como “oponentes” a las medidas de austeridad. Esto fue complementado con el desarrollo del sindicalismo radical, el cual usó una retórica radical contra las cúpulas sindicales “denunciándolas” para poder mantener la lucha dentro de los marcos sindicales y evitar que estos fueran desbordados.

La fase inicial de la huelga minera y la respuesta del Estado

La huelga fue entonces una manifestación y confirmación de una oleada de luchas a escala internacional (la tercera desde 1968), su dinámica comenzó con el paro en los campos carboníferos de Yorkshire enfrentando a la estructura sindical: “(se formaron )los piquetes mineros en Yorkshire... (enseguida) también se formaron delegaciones a los ferrocarriles, la industria del acero y la energía. En las primeras semanas hubo una clara tendencia hacia la autoorganización y la extensión de la lucha. Este momento inicial se construyó sobre lecciones de huelgas no autorizadas por el sindicato (huelgas salvajes) de los años previos, actuando por su propia cuenta, de manera masiva fuera y contra las directivas sindicales. Presentando aún confusiones y debilidades tales como las divisiones impuestas por los sindicatos fue, sin embargo, una de las más importantes lecciones de toda la huelga” (World Revolution n° 173).

El Estado británico desarrolló un plan para contener esta situación: “un comité especial fue formado por el gobierno conservador, una fuerza policiaca nacional extrajo las bases de planes antihuelga de los años previos del gobierno laborista y éste fue formado para coordinar la represión; nuevas leyes fueron promulgadas y, mucho más importante, para copar la huelga el gobierno pactó con los sindicatos del acero, de energía, portuarios y de ferrocarriles para mantener a “sus” obreros bajo control... (y) Arthur Scargill, quien dos años antes había necesitado una escolta policiaca para protegerse de la ira de los mineros, hoy fue pulido y presentado como la cabeza radical del NUM.

La huelga fue hecha oficialmente (por el NUM) para que éste pudiera controlarla mucho mejor a nivel local dentro del corporativismo sindical encuadrando la lucha sólo en una industria, presentando a los mineros como un “caso especial” en defensa del NUM o de un “Plan del Carbón”. De esta manera, este corporativismo llegó a ser la cachiporra ideológica que permitió los macanazos policiacos (ibid). Los sindicatos utilizaron una división entre los diferentes campos mineros para mantenerlos aislados y movilizarlos en el bloqueo físico del deposito de Orgreave donde se enfrentaban a la policía, llegando a ser este acto un “ritual” de todos los días. Todo esto fue en detrimento del intento de extensión de la lucha a otros sectores de la clase obrera.

El intento de extensión de la lucha

No obstante, a pesar de las maniobras sindicales, la mayor oportunidad para extender la huelga más allá de la estructura sindical se presentó al inicio, antes de que el sindicato impusiera su dominio: “al principio de la huelga los piquetes fueron el poder..., los conductores de trenes se negaron a cruzar las líneas de los piquetes y detuvieron los embarques de carbón. Muchas de las iniciativas de los trabajadores fueron más allá de las instrucciones del sindicato. En esta confrontación hubo ya un fuerte potencial para generalizar la lucha y esto es lo que los sindicatos han intentado ocultar todo el tiempo” (WR n° 70).

“Como la lucha fue en el verano, su ejemplo atrajo el apoyo de otros trabajadores, y desempleados impidiendo a la burguesía lanzar al ejército contra los mineros... En julio y en agosto el potencial para la extensión fue otra vez mostrado por la huelga de 25 mil trabajadores de los muelles. Esto fue una clara expresión de lo que significa la solidaridad activa: No la defensa del sindicato (NUM) o la defensa de la empresa (British Coal Ltd), sino la defensa de nuestros propios intereses, la defensa de los intereses de nuestra clase.(ibid. WR 173). Al final los sindicatos lograron aislar a los mineros, retomaron el control y alargaron la huelga más allá del tiempo en que pudo haberse extendido a otros sectores, esto fue un aspecto clave para la derrota. Sin embargo, no debemos llegar a la conclusión de que esta derrota sería inevitable.

El fin de la huelga de los mineros no es el fin de la lucha de clases

El resultado de la huelga fue la pérdida del 10% de la industria del carbón y la virtual desaparición de un sector de la clase obrera el cual siempre había sido una figura clave en los principales combates del siglo XX en Gran Bretaña ( 1911, 1921, 1926, 1972, 1974, 1984-85). Fue sin duda una derrota y la burguesía la tomó para argumentar que la lucha de los trabajadores ha sido una pérdida de tiempo, o que la lucha de la clase es una reliquia del pasado.

Pero no puede ser tal cosa, la clase obrera siempre será forzada a defenderse de la explotación, la prueba de ello es que el fin de la huelga minera no significó el fin de la lucha de clases. Este argumento está basado sobre una estrecha visión nacionalista. La lucha de clases es de naturaleza internacional y a pesar de la derrota de los mineros hubo un número significativo de luchas en el resto de Europa en los siguientes cinco años, (huelga general en Dinamarca, ferrocarrileros en Francia en 1986, trabajadores de la educación en Italia en 1987, trabajadores del sector salud en Francia en 1988). La derrota de los mineros no paralizó la lucha aún en Gran Bretaña: los impresores y trabajadores de BT libraron importantes luchas en 1986, mientras los primeros fueron entrampados hacia una derrota a través de una larga huelga, los segundos mostraron claros signos de querer evitar esta trampa. En 1989 hubo un nuevo empuje hacia la simultaneidad de las luchas con huelgas en el transporte y la salud, con consejos obreros, y una nueva experiencia de actividad solidaria.

Lo que realmente detuvo la ola de luchas internacional, fue un evento de importancia internacional: el colapso del bloque imperialista del Este (a finales de los años 80), y la ofensiva ideológica masiva contra la conciencia de la clase materializada por la campaña alrededor de la “muerte del comunismo”. Esto fue lo que realmente marcó el inicio de un profundo reflujo en la lucha de clases cuyos efectos todavía no han terminado de superarse. Pero un reflujo en la lucha, no es una derrota final, ya en el 2003 hubo un reavivamiento de las luchas a escala internacional, el movimiento masivo en Francia en la primavera contra los ataques a las pensiones, el resurgimiento de movimientos espontáneos tales como el de los trabajadores postales y aeroportuarios en Inglaterra, transportes en Italia. Estas huelgas podrían parecer muy modestas pero son parte de una cadena histórica enlazada con el pasado, no solamente con la huelga minera de 1984-85 y con las oleadas internacionales de luchas iniciadas en Francia en 1968, sino también con los momentos de la historia del movimiento obrero cuando éste ha emergido como candidato para dirigir la sociedad y darle una nueva dirección: Francia 1848 y 1871, Rusia 1917, Alemania 1918...

Esta cadena se conecta hacia el futuro con las luchas que la agravación de la crisis del capitalismo con toda certeza engendrará por todo el planeta; y así igual que todas las derrotas pasadas sufridas por el proletariado, la huelga de los mineros ingleses de 1984-85 dará lecciones para las luchas futuras, en particular la necesidad de la solidaridad activa en toda la clase obrera:

«Enfrentada a la Santa Alianza de los explotadores, la solidaridad obrera es más indispensable que nunca. Pero solidaridad no significa una colecta económica para ayudar a los huelguistas. La duración de la huelga no es su fortaleza, enfrentada a huelgas largas, la burguesía sabe como organizarse. Esto fue justamente lo que fue probado.

La verdadera solidaridad es la extensión de la lucha. Esto es lo único que puede hacer retroceder a la burguesía y que puede amenazar la estabilidad de su poder económico y político. Solamente la extensión de la lucha puede impedir a la burguesía utilizar la represión, tal como lo hemos visto en Polonia en agosto de 1980. Enfrentada al Estado capitalista la combatividad no es suficiente, el combate tiene que ampliarse y extenderse tanto como sea posible. Está claro entonces por qué la burguesía se asustó cuando los estibadores entraron a la lucha en el verano de 1984, en solidaridad con sus hermanos mineros.

Cada vez que se entra a la lucha no hay más opción que extender el movimiento, buscar la solidaridad activa de los trabajadores de otras fábricas, ciudades y regiones. Para hacer esto los trabajadores tendrán que enfrentarse no solamente a sus enemigos declarados, jefes, policía, gobierno; sino también tendrán que descubrir las trampas tendidas por quienes se proclaman sus amigos: los sindicatos y los partidos de izquierda...

En manos de los sindicatos, tras las consignas sindicales, la lucha sólo puede ser conducida a la derrota. Solamente la autoorganización en las asambleas generales, en los comités de huelga elegidos y revocables por estas mismas asambleas los trabajadores pueden extender su lucha y ganar...

Estas son las lecciones a extraer de la huelga de los mineros y yendo hacia adelante en esta dirección es que los obreros de todo el mundo transformarán sus derrotas de hoy en la promesa de victoria del mañana» (texto publicado por la CCI en 1985).

La derrota de la huelga minera no debe ser inútil para la lucha de clases. Es cierto que enfrentados a un sistema en decadencia terminal, incluso el más poderoso movimiento de la clase puede solamente ganar un aplazamiento de los ataques del capitalismo contra los trabajadores. Al final la clase obrera tendrá que asumir una política más ofensiva por la superación revolucionaria del capitalismo mundial. Esto es lo que significa “la victoria del mañana”. Pero la revolución no caerá del cielo, ella debe ser preparada por las luchas de hoy, con todas sus inevitables derrotas y amargas decepciones.

Duffy / Octubre del 2004

Geografía: 

  • Gran Bretaña [9]

Noticias y actualidad: 

  • Lucha de clases [10]

China: ¿Milagro económico o espejismo capitalista?

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El “triunfo de los capitalistas rojos” y el “boom de la economía China”, serían, por tanto, los portadores de una nueva fase de expansión gloriosa del capitalismo.

Un crecimiento insolente

El crecimiento del PIB chino detenta sin duda nuevos récords: 7.8% en 2002, 9.1% en 2003 y pronósticos de crecimiento de dos cifras para 2004. Desde su entrada en la OMC en 2001 cuando el comercio mundial estaba en una baja pronunciada, los intercambios entre China y el resto de Asia tuvieron un fuerte aumento y en 2003, mientras que los intercambios mundiales no aumentaron de 4.5%, Asia vio elevar sus cifras de 10 a 12% con las de China que explotaron literalmente hasta el 40 % en sus importaciones y hasta el 35% en sus exportaciones. Entre 1998 y 2003, las exportaciones han aumentado 122%, la producción de automóviles 172%, la producción de “alta tecnología” 363%. En 2003, China se convirtió en la primera zona de inversiones internacionales con 53.5 mil millones de dólares, adelante aún de los propios Estados Unidos, y reina la especulación financiera más loca de su especie. En dos años, el Imperio del Centro ha adquirido el estatus de locomotora de la economía mundial. Algunos economistas proyectan que habrá sobrepasado a Japón en 15 años y a los Estados Unidos en 45 años. Su PIB equivale desde ahora al de Francia o de Gran Bretaña.

Japón, Estados Unidos y Europa se disputan los productos “made in China” y las nuevas regiones industriales chinas que se reproducen como hongos atraen a las inversiones como imanes. La Unión Europea planea de esta forma reforzar sus relaciones con China y hacer próximamente su primera asociación comercial. La burguesía del otro lado del Atlántico invierte de forma masiva y progresiva en el país aportando un apoyo activo y potente al desarrollo de la economía China tras haberla impulsado fuertemente hasta encontrarse en una situación de competencia desfavorable de frente al Estado Chino. En 2003, como resultado de la invasión del mercado americano por los productos chinos, el déficit comercial americano de frente a Pekín alcanzaba 130 mil millones de dólares.

Construir sobre arena

He aquí una imagen idílica: un crecimiento insolente que juega con las crisis, la de 1997 en el Sudeste Asiático y la del estallido de la burbuja financiera de la “nueva economía” en 2001, fecha de la entrada de China en la OMC.

Esta entrada en la OMC no constituye, de hecho, una verdadera ruptura para la economía China, sino una etapa de su política de liberalización comercial abierta a finales de 1970. Al principio, ésta ha favorecido las industrias exportadoras y ha protegido a otras –del automóvil, alimentaria, de bienes de consumo industrial. Más tarde, en el curso de los diez últimos años, China ha puesto en marcha un régimen arancelario preferencial apuntando al desarrollo de industrias de exportaciones concentradas en el litoral marítimo.

Sin embargo, a pesar de la exhibición de las fortunas que se hacen hoy en el último gran bastión del supuesto “comunismo”, las fuerzas destructoras del capitalismo en crisis están en marcha. Los propios expertos burgueses se hacen claramente la pregunta: “¿Hasta cuándo va a durar esto?” y han llamado a enlentecer las inversiones constatando casi con “alivio” que éstas en capital fijo no han aumentado más que a 18% en ritmo anual en el mes de mayo (contra 43% en el 1er trimestre). La inflación es galopante, signo de este “sobrecalentamiento” que tanto temen los economistas. En abril este último era oficialmente de 3.8% pero en realidad más del 7%, según los analistas que conocen bien el flujo de las estadísticas chinas. En el rubro de los productos alimentarios era de 10%. Pero es el mercado de materias primas con la rapidez y la avidez de la demanda industrial, lo que ha conocido una violenta oscilación y el aumento más brutal jamás visto desde hace treinta años. El acero, el aluminio, el zinc, el algodón y sobre todo el petróleo están a la alza alimentando una burbuja especulativa ya incontrolable y explosiva.

El propio Estado Chino se esfuerza en limitar la progresión del crecimiento y ha intentado reaccionar congelando los créditos y ordenando el bloqueo de los precios de consumo que se contraen actualmente a un ritmo superior a 1% mensual. Está, de esta manera satisfecho de poder limitar el crecimiento a 15.5% para el mes de julio.

Sin embargo, los peligros que acechan son innumerables. La burbuja inmobiliaria continúa por ejemplo causando sudores fríos a las autoridades chinas; el sector bancario está en realidad en estado de semi quiebra con al menos 50% de créditos dudosos. 60% de las inversiones no provienen del ciclo de producción mismo sino de capitales reciclados en Hong Kong o en los paraísos fiscales, es decir, de la propia especulación financiera o del lavado de dinero. Las ganancias astronómicas que se realizan hoy en China no son en realidad más que el resultado de una especulación desenfrenada que atraviesa China y el mundo y no provienen de la venta real de mercancías y de la valorización del capital productivo. Las mercancías que inundan el mercado mundial se van a quedar cada vez más sin compradores, a pesar de los precios bajos a los que son ofrecidos. También, la perspectiva real es la de nuevas agravaciones de la crisis histórica del capitalismo. Lo que pasa en China no tiene nada que ver con un desarrollo de las fuerzas productivas como lo fue en el siglo XIX. Mientras que en este periodo las fases de crecimiento contenían la promesa de un desarrollo siempre más impetuoso de las fuerzas productivas, hoy representan la certeza de contradicciones agravadas por el sistema.

La miseria agravada de la población y de la clase obrera en China

Lo que sufre la población china es sorprendente. El 20% de los más pobres del país reciben menos del 6% del presupuesto, contra más del 8% en India y 9% en Indonesia, país reconocido por su extrema pobreza.

En la famosa Delta de Perles, en la provincia de Guangdong entre Shenzen y Cantón, región de arrozales transformado en diez años en primer centro manufacturero del planeta, los salarios, por tanto considerados entre los mejores de China, ascienden a 100 euros por mes ¡y los obreros no tienen más que 9 días de vacaciones por año!

En lo que respecta al despido, éste se ha hecho masivo en China. Oficialmente, de 4.7%, ha aumentado hasta el 35% en ciertas regiones como el Liaoning. A finales de 2003, se contaban 27 millones de proletarios despedidos por las empresas del Estado que están en quiebra total. Millones de empleos han sido suprimidos en el campo donde las revueltas se multiplican y están sometidos a garrotazos. En resumen, son más de 150 millones de campesinos migrantes que se amontonan en ciudades perdidas próximas a los centros urbanos del Este de China en búsqueda de un trabajo que la mayoría de ellos nunca encontrará.

El sistema educativo se ha dejado totalmente en el abandono y las condiciones sanitarias son terribles. Sin seguro médico, con hospitales que hacen prevalecer el régimen de servicios pagados para poder seguir en actividad, se anuncia una verdadera catástrofe. Las hepatitis B y C afectan a más de 200 millones de Chinos; de uno a dos millones de entre ellos son sero positivos y de aquí a seis años se prevé que lo serán 15 millones. 550 millones de personas están infectadas de tuberculosis con un promedio de 200 000 decesos por año.

A nivel alimentario el caos de la política económica delirante del estado chino hace bajar peligrosamente las reservas de cereal y desorganiza totalmente la agricultura mientras que los campos se secan. La utilización intensiva de pesticidas amenaza 80 millones de hectáreas (más de 130 millones cultivables) con la desertificación. Todo esto no puede más que favorecer futuras penurias con consecuencias catastróficas.

El ambiente está contaminado por la combustión desenfrenada de carbón así como por la construcción de presas gigantescas para responder a una demanda de electricidad cada día creciente. Así, China es desde hoy el segundo productor de gas causante del efecto invernadero en el planeta. La contaminación urbana es una calamidad: 16 ciudades chinas figuran entre las 20 más contaminadas de la Tierra.

También es un verdadero desastre el que se desarrolla en China. Ese desastre no significará un nuevo relanzamiento del sistema hacia un largo periodo de desarrollo de fuerzas productivas, por el contrario, es el anunciador de un nuevo hundimiento económico. Desde la entrada del capitalismo en su crisis abierta, la burguesía nos ha vendido desde el principio el modelo de Brasil y después de Argentina, pero igualmente de los “países industrializados” de Asia, recientemente nos ha hecho mirar el milagro de la “nueva economía” parida por el internet. El derrumbe de los dragones chinos no tardará en mostrar que al reverso de esos milagros está la sombría realidad de un capitalismo en plena quiebra.

ES / 15 de septiembre de 2004.

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