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Revolución Mundial nº 91, Marzo-Abril 2006

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La “sexta declaración y la “otra campaña”: Marcos llama a la organización… para la apuntalar al capital

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La 6ª declaración del EZLN y su “otra campaña”, se presenta como una alternativa política para los trabajadores. Su crítica a los partidos de la burguesía, incluyendo ahora al PRD, así como su lenguaje sentimentaloide y pretendidamente radical, los hace parecer diferentes al resto del aparato de izquierda del capital. Es sobre todo su llamado a formar una organización que hace pensar a muchos trabajadores, sobre todo a las jóvenes generaciones, que la declaración de la guerrilla de nuevo cuño y su recorrido por el país, “escuchando” las demandas, terminará creando un proyecto capaz de aglutinar y enfrentar al capital, sin embargo el proyecto que llama a crear, de concretarse, no será diferente al que levantara el FZLN, es decir un proyecto patriotero que se convertirá en otra camisa de fuerza con la que busca someter la potencialidad revolucionaria del proletariado.

 

La clase obrera es la única clase revolucionaria

La campaña de Marcos, pretende hacer creer que el EZLN ha dado un “giro” radical, y ahora se atreven hablar del obrero y de la explotación a que son sometidos. Si antes en su discurso, que presumía ser incluyente aceptaba que buscaba “… un mundo donde quepan todos los mundos…” (27-07-96), ahora cambian el tono para parecer radicales y le agregan la exclusión de los ricos. Si apenas en 1994 llamaban a votar, a respaldar al PRD y a Cuahutémoc Cárdenas, ahora critican las elecciones y amenazan al PRD con “destrozarlo”… A medida que pasa el tiempo el EZLN irá acondicionando su maquillaje, no obstante lo que no cambia es el proyecto claramente burgués, con el que pretende entrampar a los trabajadores.

Hay una insistencia continua del EZLN con la que busca reforzar el trabajo de la burguesía y ampliar la confusión en las filas de los trabajadores, esta insistencia es que el proletariado ha dejado ser la única clase capaz de eliminar el capitalismo. Ello se deduce de su descripción social a partir del concepto “sociedad civil” en la que caben todos, por lo que insiste en construir una organización interclasista en la que el proletariado quede atrapado en la defensa de un proyecto que no busca ya destruir al sistema sino tan sólo renovarlo, a través de la defensa de la economía nacional (es decir, de los proyectos de la burguesía mexicana) y con la construcción de nuevas leyes.

Esta actitud chauvinista, enfocada en la defensa de la nación ha estado presente desde sus orígenes, la misma concepción de la “liberación nacional” nos habla de ello, y nos es nada raro que las FLN, origen del EZLN tuviera como consigna básica “Vivir por la Patria o morir por la libertad”. Pero si esto puede parecer simples anécdotas secundarias, veamos los que dicen en su declaración sobre el significado de la organización a la que llaman a formar. Por medio de la 6ª declaración, convocan a formar un “programa nacional de lucha”, que tenga como objetivo “… un compromiso claro de defensa conjunta y coordinada de la soberanía nacional, con la oposición intransigente a los intentos de privatización de la energía eléctrica, el petróleo, el agua y los recursos naturales.”

Como se ve, repiten bajo un tono más radicaliode las ideas del “Plan La realidad–Tijuana” (9-08-03), y como antes, ahora estos argumentos son aplaudidos por el sindicato y el aparato de izquierda del capital porque saben bien que son carnadas atractivas para desviar el coraje y combatividad de los trabajadores, y encerrarlos en la búsqueda vana de políticas económicas “alternativas” de defensa de la “soberanía” (lo que implica la protección del capital nacional), impidiendo así tomen como centro de su combate la defensa de sus condiciones de vida, lo cual en su esencia misma lleva la critica radical al sistema de explotación. No es extraño que sean los sindicatos y los izquierdistas los que buscan encuadrar a los trabajadores en el proyecto claramente burgués al que convoca Marcos.

Desde antes de formada la organización que el neo-zapatismo invoca, ya está adelantada la amenaza de atar a los trabajadores a las consignas de la burguesía, y someterlos a una estructura interclasista en la que su PROYECTO HISTÓRICO, no tiene cabida, en tanto está sometida su fuerza como clase al degradar su actuación a la de “ciudadanos”. Es la formación de una endeble amalgama de clases en la que pretende meter a los trabajadores, dejándolos aislados, su llamado lo confirma: “Invitamos a los indígenas, obreros, campesinos, maestros, estudiantes, amas de casa, colonos, pequeños propietarios, pequeños comerciantes, micro empresarios, jubilados, discapacitados, religiosos y religiosas, científicos, artistas, intelectuales, jóvenes, mujeres, ancianos, homosexuales y lesbianas, niños y niñas, para que, de manera individual o colectiva participen directamente con los zapatistas en esta CAMPAÑA NACIONAL para la construcción de otra forma de hacer política, de un programa de lucha nacional y de izquierda, y por una nueva Constitución.”

De forma que aunque ahora el EZLN diga que se trata de formar una organización anticapitalista, no tienen más proyecto que el atacar la conciencia proletaria.

Es cierto que el capitalismo con sus existencia comprime no sólo a los asalariados, también se ven sometidos estamentos y clases medias, entre ellas los campesinos y la pequeñaburguesía, no obstante el proletariado, por el lugar que ocupa en el modo de producción, por ser la única clase que está despojada y no contar con ninguna atadura orgánica hacia algún tipo de propiedad, es la ÚNICA CLASE explotada y revolucionaria al mismo tiempo que no puede diluirse en una masa interclasista. El resto de clases y estamentos, aunque son víctimas del capitalismo mantienen la mirada pegada al pasado para criticarlo, por lo que viven añorando formas anticuadas de producción. Si los asalariados pierden la autonomía de su combate, son aislados e impedidos para desarrollar las únicas armas con las que cuenta para enfrentar al capital su CONCIENCIA y ORGANIZACIÓN.

 

La organización de los proletarios para afirmar su fuerza y autonomía, no para atarla a la burguesía

La conciencia proletaria, es la claridad de la clase sobre su papel histórico y de que el capitalismo no le puede ofrecer sino explotación, miseria y guerra, y esta conciencia toma forma viva en su organización. Por eso la organización de la clase obrera no es impuesta ni inventada por alguna minoría ilustrada, es producto de la misma lucha de clases y, por supuesto, de la reflexión. Por ello, es fundamental para el proceso de desarrollo de toma de conciencia de la clase obrera, reflexionar que su organización debe responder a sus necesidades históricas, debe reflexionar que el sindicato, desde las primeras décadas del siglo XX ha dejado de ser un instrumento de combate obrero y hoy no es más que un engranaje del capital, de la misma forma debe reflexionar que los partidos de la burguesía y sus procesos electorales son sólo medios por los cuales la burguesía busca perpetuar su orden, pero ante las circunstancias actuales, se vuelve imperativo que los trabajadores reflexionen sobre lo ajeno que son a sus intereses el involucrarse en la defensa de la soberanía y de la patria y de lo peligroso que es perderse en organizaciones interclasistas. La clase obrera no tiene patria, y no tiene ningún interés en formar un frente con sectores de la burguesía y de la pequeñaburguesía para defender la nación. Ante la agudización de la crisis y la aceleración del golpeo a las condiciones de vida, la clase obrera debe responder con la movilización, pero para que esta se convierta en una expresión verdadera deberá romper con las imposiciones del sindicato, tomar en manos el movimiento impulsando Asambleas Generales masivas que alimenten la reflexión colectiva y que impidan a los agentes de la burguesía infiltrados en la trinchera proletaria desviar el descontento hacia la defensa de empresas estatales o de la patria. Los trabajadores deben recoger las experiencias del pasado y sobre todo recuperar el arsenal teórico del marxismo, al que el EZLN y sus corifeos no han dejado de afirmar que se trata de vejestorios. Los trabajadores necesitan organizarse pero no para afirmar el poder de la burguesía como lo quiere el EZLN.

Tatlin/6-02-06

 

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Zapatismo [2]

De última hora. Sobre los Mineros de Coahuila. Explotación, miseria y muerte: el verdadero rostro del capitalismo

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La muerte de los 65 trabajadores de la mina Pasta de Concha en Coahuila, México, pone, más que nunca al descubierto, que el lujo y riqueza de la clase dominante surge de la explotación bárbara a la que son sometidos miles y miles de trabajadores. La muerte de estos obreros no es una anécdota para llenar las amarillistas páginas de la prensa burguesa, llenar horas en los telediarios, o un momento “oportuno” para que los personeros del capital hipócritamente se lamenten de los sucesos, es una lección que el conjunto de los trabajadores no pueden olvidar: la muerte de estos camaradas no fue un simple “accidente”, su muerte, como los cientos de accidentes que se viven en minas y fábricas cada día, o la miseria espantosa a la que son sometidos los trabajadores y sus familias, es la cuota que el capitalismo exige para seguir viviendo.

Con gran espanto la misma prensa de la burguesía señala las extenuantes condiciones en que los mineros llevan a cabo sus jornadas, respirando minerales que les acaban en unos cuantos años los pulmones y recibiendo cada semana apenas 600 pesos (equivalente a cerca de 60 dólares), pero esto no es una condición específica de estas minas, la totalidad de la clase obrera sabe de la dureza de la explotación a que cada día es sometido y la miseria asfixiante a la que es obligada a soportar.

Esta dolorosa experiencia manifestó al mismo tiempo la actitud solidaria de sus hermanos de clase, que no dudaron en ir al auxilio de sus compañeros. Decenas de trabajadores que laboran en minas cercanas pese a salir de agotadoras jornadas estuvieron presentes participando en el rescate. Y mientras la clase trabajadora externaba su solidaridad, los representantes del capital hacían gala de hipocresía: la patronal, miembros del “Grupo México” lo mismo que los funcionarios de la secretaría del trabajo, se empeñaban en difundir la “seguridad” de la mina, culpando a los obreros del accidente; el sindicato, representado por el cacique y capo Napoleón Gómez ha fingido una preocupación y muestra una aparente enojo, sin embargo todo mundo sabe que gobierno, la patronal y el sindicato son los que definen mediante acuerdos las condiciones en que ha de llevarse a cabo la explotación en cada lugar de trabajo. Los representantes del gobierno, en particular Vicente Fox (a la par que el obispo de Piedras Negras) ofrecen sus inútiles y falsos rezos, que muy pronto muestran que lo hacen como acto demagógico con el que pretenden ganar simpatías, ya que apenas se empieza a exponer el descontento de los trabajadores y de los familiares de los mineros atrapados en los socavones, el ejército es llamado para asegurar el control de una posible manifestación.

Lejos de las lágrimas de cocodrilo de la burguesía y del uso que el sindicato quiere hacer de la tragedia, con el fin de esconder que es un instrumento más del capital, la muerte de los 65 trabajadores debe ser reconocida como una experiencia más que obliga al proletariado, no sólo de México sino del mundo, a la reflexión de la necesidad de la eliminación del sistema capitalista mediante la Revolución Comunista Mundial. Fue el sistema quien mató a estos compañeros, y cotidianamente vive arrancando la sangre, el sudor y las fuerzas de los trabajadores del mundo.

RM/25-02-06

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Lucha de clases [3]

Elecciones 2006 (IV): El “voto del mal menor”, otra ideología de la impotencia contra el proletariado

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El más reciente escándalo golpea de nuevo al PRI, el gobernador de Puebla es pillado por los servicios de inteligencia del Estado en pláticas telefónicas al más puro estilo de la mafia. A una voz, diversos sectores de la burguesía se han rasgado las vestiduras como si este comportamiento fuera ajeno al perfil de moral de su clase y, además, horrorizada condena el uso faccioso que se hizo de las instituciones estatales como si tampoco fuera una realidad que su aparato de gobierno es el órgano de su dictadura como clase, aparentando que es posible esperar un funcionamiento imparcial de su parte. Ahora, que la poca pulcritud mostrada por los actores de este nuevo desaguisado saque a la luz este accionar que es moneda corriente en los círculos de poder de los capitalistas, les preocupa y tratan por todos los medios de echarle tierra con el consabido cuento del saneamiento institucional. Los trabajadores nada tienen que hacer tratando de “democratizarlo” o “sanearlo” como demandan todo tipo de líderes de opinión. Ya hemos evidenciado en innumerables ocasiones cómo los escándalos políticos, de corrupción, etc., son un poderoso método de golpeteo dentro de las pugnas que enfrentan regularmente a las fracciones de la burguesía sobre todo en su carrera desenfrenada por el control estatal nacional. Que siempre haya material de sobra que prueban la práctica marrullera y facciosa de la clase dominante efectivamente nos demuestra, si acaso había dudas, que la clase capitalista se revuelca cotidianamente en la inmundicia y que, se hunde cada vez más en un torbellino de descomposición sin freno.

Para el proletariado sería un suicidio tratar de encontrar a un personaje o un partido “menos” corrupto y “menos malo” para centrar sus esperanzas. Fuera de este grotesco espectáculo lo que interesa destacar es que esta agravación de la disputa hace salir a la luz la suciedad que hay tras de las relaciones de la burguesía, estos escándalos abarca lo mismo al PRI, PAN o el PRD.

 

La polarización de la elección

En RM90 concluíamos que el PRI no convenía a los intereses globales de la burguesía nacional por lo que era notorio que la clase dominante no muestra querer aceptar a Madrazo para la presidencia, y su decisión se mueve entre Obrador y Calderón. Sin embargo, como lo mostramos, las cosas no son tan fáciles y hace falta que la relación de fuerzas entre las diferentes fracciones en pugna se incline hacia un lado u otro para poder estar en condiciones de perfilar una orientación más definida. El PRI, el cual ya no cuenta con un candidato viable y parece que al grito de sálvese quien pueda un gran número de priístas se apresuran a abandonarlo. Para el PAN las presiones indirectas por las acciones de corrupción de los hijos de Marta de Fox, hacen que sus posibilidades para ser elegido por la burguesía como el partido que la cohesione y sirva como pantalla del cambio democrático, se hace cada vez más complicado. En este escenario, habiendo ya pasado lo más fuerte del escándalo de corrupción alrededor de López Obrador, éste aparece como el puntero en la contienda, sobre todo por la promoción que ha estado recibiendo de parte de importantes sectores de la clase en el poder, y está menos dañado en su fachada que los otros dos candidatos importantes. Sin embargo, a cuatro meses de la elección hay un escenario marcado por la agudización de los conflictos, la burguesía todavía no logra el consenso mínimo tan anhelado y es de esperarse que en medio de la descomposición generalizada del capitalismo sus mecanismos de control estatal de estos procesos cada vez le resulten más caóticos.

 

¿Y los partidos pequeños?

La participación de partidos como el Alternativa Socialdemócrata y Campesina y el de Nueva Alianza (aparte de Convergencia, el Partido Verde y el PT que formaron alianzas) aún si se presenta como un ejemplo de la pluralidad democrática, lo cierto es que son indicadores de las dificultades que tiene la burguesía en México para integrar un sistema de partidos compacto y sólido. Los hemos visto accionar para apuntalar a los tres partidos más grandes que existen (PRI-PAN-PRD), funcionando precisamente como contrapesos que las diversas fracciones de la burguesía requieren en un momento dado para tratar de forzar la relación de fuerzas en su favor. El caso de Nueva Alianza es emblemático pues aparece en medio de las pugnas dentro del PRI, impulsado por la cacique sindical Elba Esther Gordillo, para debilitar a la fracción de Madrazo y buscar nuevos acomodos dentro de la estructura estatal. Así aún cuando estas estructuras no son reconocidas como opciones reales de la burguesía para encumbrarlos como equipos de gobierno, son instrumentos necesarios para entrampar en la confusión de la democracia a una masa mayor de trabajadores y fortalecer las estructuras de dominio.

Los trabajadores, por su parte, no deben caer en la trampa del discurso de estos partidos pequeños que se presentan como alternativa ante la corrupción de los grandes, la esencia de estos es la misma que la del PAN, PRI y PRD, todos son enemigos de los trabajadores. Los espectáculos de corrupción y de vendetas, que han dado también estos nuevos partidos, prueban que es toda la burguesía la que funciona de esa manera, aparte del hecho evidente de que todos los personajes que participan en esos partidos son en realidad cartuchos reciclados provenientes de otros o pertenecen en efecto a grupos de poder desde siempre ligados al Estado. Sin embargo, lo que interesa subrayar es la evidencia de que al igual que los partidos grandes, su función es extender la ilusión entre los trabajadores de que la participación electoral es la única alternativa para solucionar las condiciones de explotación cada vez más insoportables. Tampoco ellos son opciones para los explotados pues son organismos creados desde el Estado burgués para fortalecer el dominio del capital.

 

El voto del mal menor y el chantaje contra el abstencionismo

La burguesía tiene muchas dificultades para gestionar de la mejor manera este proceso lo cual se manifiesta en la pérdida gradual de la credibilidad que había ganado con el IFE en las elecciones del 2000, cuando logró sustituir el tradicional sistema de fraude por uno de elecciones limpias, apuntándose un éxito rotundo al nivel de su campaña democrática contra la clase obrera; ante esto, ha estado preparando durante meses su circo electoral principalmente alrededor de dos ganchos ideológicos que debemos denunciar. Por un lado, ante el desencanto de los trabajadores por las elecciones producto (entre otras cosas por los escándalos políticos) se les convoca a votar de todos modos pues sería la única manera de cambiar el estado de cosas y además como un chantaje del estilo de “si no votas no te quejes”, una campaña asumida ya por varios sectores de la burguesía con la que insiste en que no importa que esté sucediendo en las condiciones de vida de trabajo de los trabajadores, de todas maneras hay que votar para tener derecho a reclamar o bien, en las próximas elecciones, imponer un “castigo” no votando por ellos. Por otro lado, se usa el recurso del voto del mal menor, lo que significa que la burguesía puede reconocer que todos los partidos tienen errores y  todos los candidatos tienen historia de corrupción, sin embargo, no hay de otra, hay que votar y hay que hacerlo por el menos malo. Los trabajadores que han votado saben muy bien que de nada ha servido su voto para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. En las pasadas elecciones federales, por ejemplo, el voto útil que fomentó la burguesía para lograr una votación histórica, derivó en las condiciones actuales: varios escalones abajo en la degradación de las condiciones de vida obrera.

Ante estos llamados al voto para que los trabajadores decidan quién ha de conducir su explotación a nivel nacional, hay que recordar que “En el capitalismo decadente, las elecciones son una máscara. Todo llamamiento a participar en el circo parlamentario no hace sino reforzar la mentira de presentar las elecciones como si fueran, para los explotados, una verdadera posibilidad de escoger (…) La burguesía esconde que su juego democrático electoral le sirve para hacer una alternancia en el gobierno para garantizar la salud de sus mecanismos de gobierno como clase, pues los partidos sólo son la expresión orgánica del control estatal de la burguesía, los cuales se reparten las tareas para encuadrar a los trabajadores usando diferentes ideologías y mecanismos de control. (Ver RM 88, sep-oct 2005). Ya en otras ocasiones lo hemos evidenciado ¿por qué la burguesía y sus representantes en los partidos políticos, en los sindicatos, tiene el mayor interés en que los trabajadores voten? La respuesta es muy sencilla, trabajan como siempre para fomentar la mistificación de que las elecciones son mecanismos de cambio a su favor. La clase obrera está de nuevo ante la mayor mascarada de la dictadura del capital, es su deber reflexionar mínimamente sobre las motivaciones de esta campaña y las implicaciones contra ella misma.

RR/Febrero-2006

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Elecciones [4]

La política de los “frentes”: armas de la burguesía contra el proletariado

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El ambiente electoral que hoy recorre el continente americano y el descontento social genuino que brota de la miseria engendrada por la quiebra del capitalismo son un terreno fértil para la promoción de toda clase de “alianzas” y “frentes” por parte de la izquierda y extrema izquierda del capital. Estas propuestas “tácticas” son un verdadero terreno minado para el proletariado, detrás de las  frases “radicales” que acompañan al “frentismo” está una trampa, la trampa del interclasismo, de la disolución del proletariado y del aniquilamiento de su independencia política.

 

El “frente único”, un frente antiproletario

Desde sus orígenes esta táctica fue la expresión primero de la deriva oportunista de la Internacional Comunista ante el retroceso de la revolución mundial y, después, ha sido sólo una utilización de la burguesía de ese error para justificar toda clase de “frentes populares”, “anti-fascistas”, “anti-imperialistas”, “contra el neoliberalismo”, etc.

Ante las condiciones cada vez más desfavorables para la revolución mundial, el Tercero y Cuarto congresos de la Internacional Comunista (IC) empezaron a resbalar por la peligrosa pendiente de la política del “frente único”, ello significaba que el proletariado y sus minorías comunistas deberían aliarse con la socialdemocracia (que se había pasado al campo burgués al apoyar los créditos de guerra): “Bajo ciertas circunstancias los comunistas deben declararse dispuestos a formar un gobierno con los partidos y las organizaciones obreras no comunistas” (Resolución sobre táctica de la IC, IV Congreso, 1922). En la historia del movimiento obrero el “frente único” se ha siempre caracterizado como un frente con fracciones burguesas. Lo que para la IC fue un terrible error oportunista que abrió de par en par las puertas a la contrarrevolución, se ha convertido en una grosera política burguesa en manos de trotskistas, maoístas y guevaristas que se “reivindican” de los “aportes” de la IC. Evidentemente que esas expresiones de la extrema izquierda del capital hacen omisión malintencionada de todas las críticas y las lecciones que las izquierdas salidas de la degeneración de la IC hicieron a esa desastrosa política de los bolcheviques. Todo el izquierdismo hoy nos quiere hacer creer que las alianzas con el enemigo serían inevitables, incluso serían el preludio de una etapa en vísperas a la revolución comunista.

Los pretextos que hoy esgrimen los izquierdistas no difieren mucho a las confusiones de la IC y es justamente por ello que la burguesía los puede utilizar dándoles un “barniz proletario”:

* “No aislarse de las masas”. El reflujo de la primera oleada internacional provocó, necesariamente, un regreso de la influencia de la ideología burguesa  a través de la socialdemocracia. Un argumento sería “ir a las masas”, “no abandonar a los obreros”. La IC proponía la “unidad” con los mismos gobiernos que masacraron al proletariado en Berlín y que se había pasado con armas y equipo a la defensa del capital. Lo que se imponía en cambio era el establecimiento de una clara ruptura con los partidos que ya no pertenecían al campo proletario y sacar las lecciones de esa traición. Si las masas “seguían” a esos gobiernos era porque las condiciones habían cambiado y sólo un nuevo giro en la situación mundial podría regresar la influencia dominante de las posiciones revolucionarias en las masas. La responsabilidad de los revolucionarios no es “seguir a las masas” sino luchar contra todas las mistificaciones como única manera para contribuir a una toma de conciencia. El “frente único” aceleró la degeneración de los partidos que lo adoptaron y esta teorización se pagó a un precio demasiado alto por el proletariado, no sólo a nivel de masacres sino también al precio de trabar el resurgimiento del desarrollo de una toma de conciencia al instalar una no delimitación de los enemigos.

 

* “El enemigo principal”. Ya es un viejo lugar común escuchar que es el “imperialismo” el enemigo a vencer, que las “políticas neoliberales” serían el objetivo central en “la coyuntura actual”, etc. Esta política reveló su naturaleza abiertamente antiobrera en la II Guerra Mundial. Bajo el pretexto del “fascismo como enemigo principal” el trotskismo condujo al proletariado a su encuadramiento rumbo a la carnicería mundial en el marco de los “frente antifascistas”. Por un lado, esta política ata al proletariado a “su” burguesía nacional, a la democracia que tendrá que destruir y la conduce inevitablemente a defender una campo imperialista (fascismo –Países del Eje- o los “democráticos” aliados comandados por los EUA). Por otro lado, esta “táctica” esconde una de las consecuencias políticas más importantes que se abrieron con la decadencia del capitalismo: la época de los enemigos comunes se terminó desde la I Guerra mundial, el proletariado y la burguesía encarnan desde entonces la alternativa histórica de la humanidad (comunismo o barbarie) y, entre estas dos alternativa no hay alianza posible en la época en que la revolución proletaria mundial se ha puesto a la orden del día.

Decir ahora que ciertas regiones del planeta serían “semicoloniales” y que, por tanto, el proletariado de esas regiones podría aliarse con “fracciones progresistas” de la burguesía para después poder luchar por el comunismo es una aberración histórica que esconde una descarada política contra la clase obrera. La decadencia del capitalismo es un proceso histórico mundial y nada tiene que ver con visiones absolutistas que pretenden ver esta manifestación hasta en la última aldea africana. La I Guerra Mundial ha sido la manifestación más evidente de esta decadencia. Desde entonces todo lo que conduzca a la toma de conciencia de la necesidad de una revolución mundial para acabar con el capitalismo va en un sentido proletario. Las “alianzas”, los “frentes” que esconden esa posibilidad se sitúan en un sentido contrario.

 

¿Rechazar los “frentes” y las “alianzas” es sectarismo?

Los “frentes” están de moda. Toda la izquierda del capital y sus izquierdistas agitan el estandarte de los “frentes”. Los hay para toda ocasión y con las más variadas cubiertas “teóricas”, desde  “evitar que llegue la derecha al poder”, para enfrentar al “imperialismo americano”y hasta los que se inclinan por “oponerse al neoliberalismo” o refundar una “verdadera izquierda”. La “Sexta Declaración de la Selva Lacandona” llama a conformar un “Frente Nacional” donde “se integren los miserables y explotados de este país (los de abajo)” y cuya meta sería luchar por “una nueva Constitución”; de forma similar la tradición estalinista-maoísta propone la “alianza” de clases (“... incluida la pequeña y mediana burguesía” como lo dice el PCM mlm) mediante un Frente Único de Masas, aunque maquillan su objetivo con lenguaje radicaloide de poner al proletariado como dirección de tal frente. De manera que dichos “Frentes” no son sino argumentos engañosos destinados a golpear la conciencia de los trabajadores, enfrascándolos en la defensa de la nación (o de la economía), ya sea desde el llamado a la “liberación nacional”, o mediante engañifas como el “combate” a la globalización, contra el neoliberalismo, o en apoyo a fuerzas imperialistas, como al Estado cubano o venezolano.

Como es evidente, estas “tácticas” no van en un sentido proletario, todas, sin excepción, navegan en el marco estrecho de la nación capitalista y pretenden ahogar a la clase obrera en medio del interclasismo, que termina perdiendo a los trabajadores en una “ciudadanía” amorfa. La independencia de clase del proletariado es una condición necesaria para poder llevar a acabo su proyecto histórico, ninguna otra clase de la sociedad tiene la conciencia clara de la necesidad de abolir las relaciones capitalistas de producción y de instaurar el comunismo a nivel mundial. Diluir su fuerza en medio de las “masas” es completamente contrarrevolucionario. Esto no significa, de ningún modo, “aislar” a la clase obrera del resto de capas no explotadoras y de los marginados del planeta, todo lo contrario, la suerte de esos millones de desamparados depende de las capacidades revolucionarias del proletariado. En la medida en que la clase obrera avance su programa comunista, en la medida en que plantee una perspectiva de transformación al conjunto de la sociedad, sólo en esa medida las capas no explotadoras encontrarán un programa con el cual identificarse. Esas masas excluidas por el capitalismo no constituyen una clase revolucionaria, pero serán capaces de apoyar al proletariado cuando identifiquen que la emancipación que propone la clase obrera es la emancipación de todos[1] [5].

Las acusaciones de “sectarios” que la izquierda del capital y allegados, e inclusive algunos “ingenuos de buena voluntad”, esgrimen contra todos aquellos que como la CCI denunciamos el carácter contrarrevolucionario del “frentismo” no tienen fundamento. En cambio, introducen una serie de confusiones que sólo conducen a llevar agua al molino del “frentismo”.

 

* El sectarismo fue una expresión de la inmadurez del movimiento obrero. “La primera etapa de la lucha del proletariado contra la burguesía se desarrolló bajo el signo del movimiento sectario. Este tiene su razón de ser en una época en que el proletariado no está aún suficientemente desarrollado para actuar como clase” (Marx y Engels, “Las pretendidas escisiones de la Internacional”). En política las palabras no tienen el sentido que cada quien quiera, sino el que la historia les ha dado. Los “sectarios” que nos oponemos a los “frentes” no negamos las necesidades de una lucha unida, pero el concepto de unidad para el proletariado esta ligado indisolublemente al mantenimiento de su independencia de clase y la responsabilidad de los revolucionarios no es alimentar las ilusiones y la colaboración con los “falsos amigos”. Al contrario, el desarrollo de la conciencia avanza a través de la destrucción de mitos y del reconocimiento pleno del enemigo y sus trampas.

Embarcarse en la construcción de “frentes amplios”, cualesquiera que sean las intenciones, no contribuye a avanzar en la organización y en la conciencia para derribar al capitalismo, al contrario, son trabas ya que introducen confusión sobre las formas de organización del proletariado y conducen a éste a sacrificar su independencia.

Dan. Feb/2005



[1] [6] Por ejemplo, las ilusiones en la propiedad de la tierra no permite a los campesinos arruinados desarrollar una conciencia de acabar definitivamente con la propiedad privada.

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El "Frente Unido" [7]

América Latina. Gobiernos de derecha o de izquierda: enemigos de la clase obrera

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Con la llegada al poder de Evo Morales en Bolivia y Michelle Bachelet en Chile, en enero y febrero, respectivamente, los ideólogos de la burguesía vuelven a la carga regando el veneno ideológico según el cual las elecciones democráticas han abierto las posibilidades de mejora para los desprotegidos en algunos países de América Latina pues están venciendo candidatos pertenecientes a partidos de Izquierda o a coaliciones de centro-izquierda. Personajes como Carlos Fuentes, presentan a la llegada de Morales a la presidencia como un hecho positivo que fortalece la democracia, dado que antes: “La izquierda no tenía más recurso que la insurrección armada.” (Reforma, 1-02-06)

Primero fue Hugo Chávez en Venezuela, luego le siguieron Lula, en Brasil, Lucio Gutiérrez en Ecuador, Kirchner en Argentina, Tavaré Vázques en Uruguay y Toledo en Perú. ¿Será que la democracia está dando por fin sus frutos? ¿Los votos de los desposeídos por fin han logrado el triunfo en las elecciones y ahora tienen a partidos que representarán sus intereses? ¿En realidad se estará haciendo realidad el sueño bolivariano de una América unida? ¿Será capaz esta América, o por lo menos parte de ella, de contrarrestar al imperialismo de los EUA y mejorar así la situación de los países pobres? Deberíamos preguntarnos por qué la propia burguesía saluda los triunfos de los partidos de “izquierda” en América Latina como lo hizo en el Foro Parlamentario Mundial: “Reivindicamos la poderosa presencia de los movimientos populares, uno de los sujetos importantes en la construcción de alternativas que impugnan fuertemente al modelo capitalista en su fase de globalización neoliberal. Presencia en la que destacan los movimientos sociales, los pueblos y comunidades indígenas y originarios. En especial destacamos la victoria de los sectores populares en Bolivia y la elección a la presidencia de su líder indígena Evo Morales...” (Declaración Final del FPM , 16 de feb 2006).

 

Los partidos de derecha o izquierda tienen el mismo objetivo: la perpetuación de la explotación

Para quienes tienen ilusiones en la democracia, son las cualidades del candidato lo que determinará su política. Por ello los medios de difusión burgueses exaltan la extracción social de los presidentes, su lenguaje “revolucionario” y especialmente el que un indígena llegara al poder, con ello dan garantía de que en su gobierno defenderán a los explotados oponiéndose a los intereses de la burguesía.

Sin embargo, hay que tenerlo muy claro, no es el origen, el partido al que pertenezcan, ni siquiera sus intenciones u origen étnico lo que determina el tipo de política que aplicará, son las necesidades del sistema capitalista lo que define la actuación de los gobiernos, por eso es que hoy ya no es posible diferencia entre los programas de los partidos de derecha y de izquierda.

La decadencia del sistema capitalista ha hecho que las estructuras parlamentarias y por tanto los procesos electorales no sean sino circos que la clase dominante usa para hacer caer a los trabajadores en la trampa de la democracia. Por eso los partidos de izquierda que participan en estos, haciéndose pasar como “defensores” de los explotados, no hacen sino reforzar las cadenas de opresión, son en realidad agentes del capital infiltrados en las filas de los trabajadores. Al conservar el nombre y el lenguaje obrero o “revolucionario”, lo hacen para mantener a los explotados sumidos en la ilusión de que su voto a un candidato “que luche por ellos” puede hacerlos ganar y mejorar.

En RM 86 (mayo-junio 2005) decíamos que la llegada de gobiernos de izquierda en América Latina, reflejaba en rigor “... una debilidad del aparato político, que desesperadamente busca unificar a la burguesía y fortalecer el control de los asalariados ante una posible respuesta dada a la agudización de la crisis.” Siguiendo esa idea es que podemos entender que la presencia de estos gobiernos de izquierda, que renuevan el discurso populista, se debe fundamentalmente a:

* La necesidad de las burguesías nacionales de enfrentar los efectos de la crisis económica que son lanzados primeramente hacia los países periféricos.

* La debilidad y descomposición política de las burguesías en los países “tercermundistas”.

* Los imperativos imperialistas de cada burguesía nacional.

* La urgencia de poner (o adelantar) un freno al descontento social.

Por eso las elecciones y el posterior griterío por los “triunfos de los oprimidos”, son circos para desviar la combatividad y la conciencia de la clase.

En el caso particular de AL, el ascenso de gobierno de izquierda, ha permitido hace creíble a la democracia, la cual había perdido crédito ante la agravación de las condiciones de vida de la gran mayoría de la población. Por eso, aunque estos “nuevos” gobiernos son expresión de la debilidad de la burguesía para unificarse y presentar un candidato que logre imponer la disciplina entre las diferentes fracciones, también son una gran oportunidad para fortalecer su dominio ideológico. Por ejemplo, con Evo Morales, la burguesía logró lo que en Bolivia no ocurría desde hace 40 años: el respaldo mayoritario de 54 por ciento en las votaciones, situación similar se presento en Brasil, con Lula, en Argentina con Kirchner, o como lo espera en México con López Obrador.

“El mecanismo en general es el mismo: ofrecer a los trabajadores la ilusión de que la izquierda va a ‘cambiar las cosas’, y que basta con atarse a la cola de un ‘Mesías’, para solucionar los problemas sociales. Las campañas electorales buscan que los trabajadores sepulten sus métodos de lucha, las huelgas y las asambleas autónomas para refugiarse en los ‘canales de la democracia’ y de sus elecciones, retrasando así su identificación como clase para perderse en los laberintos del ‘ciudadano votante… La experiencia de Lula debe ser reflexionada por el conjunto de la clase obrera. La ilusión que los trabajadores tuvieron en Lula, dio margen de maniobra a la burguesía en términos económicos y políticos para hacer pasar las medidas más duras. Pero este accionar no es una ‘traición”, es la continuidad de la política antiobrera que destilaba con sus invocaciones a la democracia y sus seducciones para entrampar a los trabajadores en las urnas’”. (RM 86).

 

“Anti-imperialismo”, Nacionalismo y latinoamericanismo: veneno para los trabajadores

Otro mito que trae aparejada la subida al poder de los candidatos socialistas es que la economía podría mejorar a través de la protección de la “soberanía nacional” lograda por medio de las nacionalizaciones o el enfrentamiento al “imperialismo yanki”. En esta mentira Hugo Chávez se lleva las palmas y de pasada resana la imagen descascarada de la ‘revolución’ cubana al aliarse con Fidel castro en esta empresa.[1] [8] El ‘anti-imperialismo’ es una trampa tan efectiva como el ‘nacionalismo’ que la izquierda del capital e izquierdistas usan para encadenar al proletariado en la defensa de sus propios explotadores.

La administración Bush define a Chávez y Castro como “fuerzas negativas en la región”, pero no es porque sean fuerzas peligrosos en si mismo, sino porque son cabezas de playa usadas por fuerzas imperialistas opositoras en lo comercial y político del Tío Sam. Y la llegada de la izquierda al gobierno de AL no implicará forzosamente el fortalecimiento de esas cabezas de playa “anti-yanki”, aunque en el discurso lo promuevan en los hechos su alineación política no tiene porque cambiar, el ejemplo más claro es Lula[2] [9].

Cuando un gobierno o grupo de gobiernos (como los reunidos en el Foro Parlamentario Mundial) vocifera en contra un imperialismo, o es porque o está alineado con el grupo enemigo o es porque utilizan esos cacareos sólo como un recurso electoral (como lo hizo Evo Morales).[3] [10]

La fórmula “antimperialista” proclamada por el aparato de izquierda del capital, bien puede resumirse así: los explotados tienen que soportar la enfermedad, la miseria y el hambre para que a los “pobres” burgueses de “su patria” no les vaya tan mal. Y para poder hacer tragar a los trabajadores el veneno nacionalista, la burguesía lo hace pasar a escondidas mediante el empuje a protestas en contra del neoliberalismo, y en la promoción del populismo-nacionalista, que usa medidas como las nacionalizaciones, el cooperativismo, la cogestión o la autogestión, y que hace pasar como remedios que favorecen a los trabajadores, aunque en realidad no hacen sino fortalecer el capitalismo de Estado, procurando así “salvar” un poco la economía.[4] [11]

Todo lo anterior muestra que la propaganda burguesa sobre “el avance de la izquierda en América Latina” es veneno del más puro que pretende apartar al proletariado de su verdadero combate. Ni la derecha ni la izquierda de la burguesía tienen la capacidad de mejorar el estado de la economía; por el contrario, con cualquier partido en el poder aumentarán las penurias para el conjunto de los explotados en los cuales la burguesía carga el peso de la crisis. De frente a los intentos de las fuerzas burguesas que pretenden que los proletarios tomen partido por una u otra fracción de sus explotadores, debemos reafirmar el único camino que lleva a la verdadera emancipación del proletariado: el desarrollo de la lucha de la clase trabajadora por aumento salarial y contra los despidos.

Héctor / febrero - 2006.



[1] [12] “Es evidente que la burguesía al poner en la boca de Chávez la palabra socialismo, lo hace para seguir igualando el socialismo con los regímenes estalinistas, como el de Cuba, personificado en Fidel Castro, y que nada tienen que ver con el proyecto forjado por Marx, Engels…” (RM 85).

[2] [13] “El jefe del Pentágono estadounidense, Donald Rumsfeld, en respuesta a una pregunta sobre la existencia de un giro hacia la izquierda en los gobiernos de Latinoamérica y la posibilidad de que se incremente el antiamericanismo en la región, Rumsfeld señaló que la mayoría de los países latinoamericanos, a excepción de Cuba, están avanzando hacia la democracia”. (EFE, 18 de febrero de 2006).

[3] [14] “Evo Morales invitó a George Bush a Bolivia para conversar “de cerca”, a fin de establecer un diálogo fructífero de cooperación. También  le pidió que amplíe la ley estadounidense de preferencias arancelarias para los países andinos que beneficia a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, y expira en diciembre de este año. De igual manera declara que no expulsará a la DEA de Bolivia (AP, 2 de febrero de 2006) Por otra parte sigue utilizando su verborrea antiimperialista para tratar de conservar su imagen. Acerca de un supuesto eje del mal integrado por Cuba, Venezuela y Bolivia, dijo: ‘¿Qué eje del mal?, Bolivia no pertenece a un eje del mal, pero construye un eje por la humanidad desde Latinoamérica para liberar a los países de la región… no estamos en tiempo en que los pueblos levantan armas de guerra contra el imperio, sino lamento mucho, que es el imperio (que) levanta armas de guerra contra los pueblos’” (16-02-06).

[4] [15] La información que las agencias noticiosas dan sobre sus primeras actuaciones como presidente muestra claramente a que aún cuando se presente como un representante de los explotados, lo es de la burguesía: “El presidente Evo Morales sumó el apoyo de los empresarios de Santa Cruz, que hasta antes de su victoria electoral eran sus severos críticos…. Morales se reunió el jueves con líderes de la influyente Cámara de Industrias, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco), la Asociación de Bancos Privados y de las industrias del Azúcar y la Construcción de Santa Cruz, a los que prometió apoyo…. Auguró una nueva era de relaciones entre los capitalistas de Santa Cruz y el gobierno de La Paz”. (AFP Y DPA 4 de febrero de 2006)

 

Geografía: 

  • América central y Sudamérica [16]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El engaño del parlamentarismo [17]
  • Los falsos "partidos obreros" [18]

El documental 'Fahrenheit 9/11' oscurece la realidad de la guerra en Irak

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La película de Michael Moore, Fahrenheit 9/11, laureada por el Festival de Cine de Cannes, más por su política que por su arte, ha estado llenando las salas cinematográficas en todo el país durante este verano. Dentro de los EUA la controversia alrededor de esta película refleja la gravedad de las divisiones dentro de la burguesía estadounidense sobre la conducción de la guerra en Irak. Walt Disney Co., productor de la película, originalmente decidió no permitir el lanzamiento de la película por temor a ofender a la administración Bush debido a su incisivo ataque político a tal administración. El exgobernador de Nueva York Mario Cuomo, un prominente demócrata liberal, quien se desempeñó como abogado representando a Moore en sus esfuerzos por conseguir el lanzamiento de la película, dijo que estaba luchando por que esta película estuviera en los cines en toda la nación porque cree que se trata de una película que todo estadounidense debe ver, por tener un mensaje vital para la democracia estadounidense. The New York Post, el periódico conservador, controlado por la Murdoch’s News Corp, (asociación noticiosa de Murdoch) denunció la película como propaganda grosera.

Ciertamente es propaganda, como lo son las noticias regularmente publicadas y transmitidas todos los días en los medios masivos de comunicación, ya sea en el New York Post o en el prestigioso New York Times. En la carrera a la invasión de Irak, todas estas publicaciones y redes de transmisión fueron abrumadoramente pro- guerra en su cobertura de la política de la administración Bush. Hoy, por supuesto, existen serios desacuerdos dentro de la clase gobernante estadounidense, no sobre la necesidad de invadir Irak, sino principalmente sobre la eficacia de la conducción de la guerra en Irak llevada acabo por la administración Bush, considerando que el gobierno ha hecho un gran desastre de la invasión y ha hecho por lo tanto las cosas más difíciles para el imperialismo estadounidense en sus esfuerzos por dominar el mundo y movilizar a la población estadounidense para futuras acciones militares. Esto es un serio desacuerdo, pero es una disputa táctica sobre la implementación del acuerdo de la orientación de conjunto de la política imperialista: hacer lo que sea necesario para mantener el estatus de EU como la única superpotencia del mundo y prevenir el surgimiento de cualquier bloque rival potencial.

En el alboroto generado por Fahrenheit 9/11 lo que los comentaristas dicen depende de a qué facción de la burguesía él y su organización de medios de comunicación se adhieren: tanto si respaldan las políticas de la administración Bush, como si piensan que el gobierno ha hecho un desastre que tiene que ser corregido. Sin embargo, una cosa está clara, Fahrenheit 9/11 no es ni anti- guerra, ni anti- imperialista. Es sólo anti- Bush. Moore hace un trabajo excelente en el golpeteo a Bush. La película tiene como protagonista una colección de fuertes imágenes sobre el horror de la guerra, y sobre la estúpida ineptitud de Bush y su gobierno, que depende en exceso de escenas vergonzosas originalmente hechas no para ser vistas por el público. Por ejemplo, Paul Wolfowitz, el arquitecto de la estrategia imperialista en Irak, es reducido a un payaso en una escena en la que usa su propia saliva para acicalar su pelo antes de salir en una entrevista de la TV, pasando su peine a través de su boca. Moore aprovecha los defectos reconocidos de Bush como orador para retratarlo como estúpido. En una escena, Bush no puede recordar el viejo aforismo "si me engañan una vez la culpa suya, si me engañan dos veces la culpa es mía", y se sale por la tangente haciendo el ridículo. En un nivel político más serio, otra escena “pinta” a Bush hablando ante una audiencia de recaudación de fondos de partidarios adinerados diciendo algo como, “Ustedes son los que tienen y tienen mucho. Algunos los llaman la élite. Yo los llamo mi base.” Bonita cursilería.

La película incluye imágenes fuertes, como la entrevista a una madre oriunda de Flint, Michigan, que antes apoyaba la guerra, y que ahora después de la muerte de su hijo se opone a ella, u otra imagen donde Moore pide a miembros del Congreso que ofrezcan enviar a sus niños para combatir en Irak y consigue como respuesta solamente las miradas furiosas de la incredulidad.

Y mientras la película critica duramente la campaña de propaganda de Bush que justifica la guerra -que ya ha sido desacreditada ampliamente en los medios masivos de comunicación- definitivamente no es antiguerra. Moore por ejemplo respalda claramente el imperialismo estadounidense en la invasión y ocupación de Afganistán, y de hecho critica a Bush por no ser suficientemente belicoso en aquella ocasión. Ridiculiza a la administración Bush por haber tenido relaciones diplomáticas con el régimen del Talibán antes de la invasión, e incluso por tener un representante de viajes del Talibán en el Estado natal de Bush, Texas. Moore ataca a Bush por no invadir Afganistán más rápidamente. Se queja de que el presidente esperó dos meses para atacar -dando a Bin Laden “dos meses de ventaja”. MooreTambién critica al presidente por tener tan pocas tropas en Afganistán.

El fracaso en Irak es cargado a los defectos personales y la codicia de George W. Bush. Moore ofrece preferentemente un argumento economista algo vulgar y grosero considerando que la familia de Bush tiene relaciones empresariales con la familia real saudita y esto está controlando la política exterior estadounidense en la administración en curso. Moore hace hincapié en que la mayoría de los terroristas del 9/11 eran saudíes, como lo es Bin Laden. Mientras que casi llama a la guerra contra la familia real saudita, prácticamente denuncia a Bush de traición por ocupar la tarde visitando al embajador saudita en los EUA, el 13 de septiembre de 2001, y de proteger los intereses sauditas en los EUA. Él realmente juega un papel extremadamente nacionalista con relación a los saudíes, lamentando que muchos de ellos tengan inversiones en los EU.

Este “análisis”, que Moore ha afirmado es “muy fidedigno” en las entrevistas de la televisión sobre la película es la típica propaganda capitalista de culpar a individuos y sus políticas como causantes de los males sociales en vez de culpar al sistema capitalista mismo. Moore oscurece totalmente la realidad de que son el capitalismo estadounidense y sus intereses imperialista los responsables de la guerra en Irak. El verdadero argumento dentro de la clase gobernante hoy no es si los EUA debieron haber invadido Irak, sino sobre la manera más apropiada de haber preparado tal invasión -qué justificaciones ideológicas pudieron haber sido usadas (armas de destrucción masiva y vínculos con Al Qaeda contra la violación de los derechos humanos), que tan duro debieron haber trabajado los EUA para presionar y obtener el apoyo internacional a la invasión, y que tácticas y doctrinas militares debieron haber sido usadas en la invasión y la ocupación (la doctrina de Rumsfeld de los huesos descarnados de la fuerza militar usando armas inteligentes contra la doctrina de la “fuerza omnipotente”, usada exitosamente en la primera guerra de Irak en 1991).

Desde una perspectiva proletaria revolucionaria, el aspecto más peligroso de Fahrenheit 9/11 no es solamente el que oscurece la naturaleza de clase de la política imperialista estadounidense, sino que está siendo usada por el capitalismo para reavivar la mistificación electoral, la cual sufrió un serio golpe en el desastre de la discutible elección del año 2000. En el análisis final esta película aspira a atrapar personas para votar en contra de Bush, para restituir la confianza en el sistema electoral, que ha resultado gravemente debilitado hace cuatro años. La película oculta el hecho de que la guerra imperialista es la política de todas las principales fracciones de la burguesía -después de todo fue el demócrata Clinton quien continuó los bombardeos contra Irak durante los 90, y envió tropas a Haití y a Kosovo. No importa quién gane la elección en noviembre, el imperialismo estadounidense continuará con la guerra alrededor del mundo. La única manera de terminar la guerra es destruyendo al capitalismo. Uno puede ir a ver Fahrenheit 9/11 si quiere reírse de Bush y ver un poco de propaganda política burguesa ingeniosa, pero ni por un minuto piense que irá a ver alguna clase de propuesta política cinematográfica antiimperialista y antiguerra, con un análisis convincente de los eventos. Esta película es la propaganda de campaña del Partido Demócrata y una apología del capitalismo, un intento de atraer a los ciudadanos alienados y descontentos tras el marco político capitalista establecido.

CCI / 29 de julio de 2004

Noticias y actualidad: 

  • Irak [19]

Correo del Lector. Organización y conciencia, únicas armas del proletariado para enfrentar al capital

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Hemos recibido un texto del Comité de Análisis e Ideología (CAIA), titulado Organización, estrategia y clase (parte I). Hay una serie de los planteamientos que compartimos, no obstante exponen algunas imprecisiones y ambigüedades. Presentaremos el texto con algunos extractos, marcando las dificultades, señalando que esto es siempre siguiendo la tradición proletaria de animar la reflexión.

 

¿Los trabajadores necesitamos construir un nuevo partido?

Para responderse esta pregunta los compañeros inician explicando el descrédito existente de los partidos políticos, no obstante olvidan referir la naturaleza de clase de estos partidos. Este olvido inicial, aunque no desvalida su reflexión sobre la necesidad de la organización, les impide que avanzar con claridad en su propuesta.

Es relevante el deslinde que CAIA hace sobre los argumentos de los gobiernos de izquierda y el “altermundismo” tan alabado, este último, en las hojas de Trinchera (boletín en el que colaboran), así dicen de ellos: “... en sus discursos no es raro encontrar una constante defensa de la no-organización de clase, y la desmovilización disfrazada de organización ‘horizontal’, ‘en redes’, ‘autónoma’, ‘autogestiva’... Por su parte, a nivel mundial, el altermundismo tampoco presenta ninguna alternativa para los trabajadores: negación de todo lo que signifique revolución, organización política o lucha de clases...”

Planteado ese marco, van a explicar lo que es la organización que la clase trabajadora requiere: “Una organización en la que participemos sin subordinarnos a ninguna facción del capital, y sin subordinarnos a ninguna burocracia (...) Para que nuestra organización sea verdaderamente clasista, debe ser centralizada. Y con ello nos referimos de ninguna manera a una organización autoritaria o burocrática, ese tipo de mitos solo caben en las cabezas del reformismo y el anarquismo pequeñoburgués.”

Avanzan planteando aspectos concretos del programa de clase, defendiendo el carácter contrarrevolucionario del nacionalismo: “Defender la Nación y actuar como pueblo es lo que los explotadores esperan que nosotros hagamos eternamente.

Defender los intereses de NUESTRA CLASE es lo que ellos más temen que hagamos. (...) Todos los oprimidos tenemos derecho a defender también nuestra cultura, pero ello no significa que debamos aliarnos con el que nos explota...”

Marcan, completando la idea, el carácter INTERNACIONAL e INTERNACIONALISTA de la lucha proletaria: “El capitalismo es un sistema mundial. No se le puede ‘abolir’ en un territorio o país, sólo mundialmente, necesitamos  pues la organización mundial de los trabajadores contra el capitalismo.”

Y no dejan de rechazar las formas de lucha falsas para el proletariado: “Los trabajadores no necesitamos del parlamento, porque tampoco necesitamos del Estado (...) No necesitamos tampoco de elecciones ni de votos (...) Tampoco podemos pensar en que con pequeños grupos armados vamos a cambiar el sistema.”

Hasta aquí, aun cuando se presentan breves extractos, es notoria la defensa clara que hacen de la necesidad que hay para la clase obrera de definir su autonomía de frente a la clase dominante tanto en el terreno del programa como en el de la organización.

 

El proletariado, basado en su experiencia del pasado construye el futuro

No obstante hay en el texto del CAIA afirmaciones confusas que conducen incluso a una contradicción en lo avanzado. Tomemos los más importantes: El CAIA, basado en la recuperación histórica de las experiencias proletarias, deduce la necesidad y posibilidad de su organización, y toma como ejemplo a la AIT y al Partido Bolchevique, es obvio que de estas experiencias recobra los principios internacionalistas, la crítica radical del sistema, y el reconocimiento de que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de ella misma, sin embargo, este avance lo contradicen cuando colocan al lado de estas experiencias a la guerrilla mexicana: el PDLP de Lucio Cabañas y a la ACNR de Genaro Vázquez, a las que presentan como “organizaciones políticas de vanguardia y/o revolucionarias, de los trabajadores del campo y la ciudad.” Apuntemos brevemente algunos aspectos [1] [20].

Apegados a los hechos, se puede afirmar que la guerrilla tanto de Lucio como de Genaro son expresiones desesperadas y pequeñoburguesas, que se encuentran al margen de la clase obrera, no son producto de su esfuerzo, por el contrario son negación de ésta, en tanto se presentan como instrumentos armados que pretenden suplir el accionar de los trabajadores, por ello, encarnan la desesperación y la desconfianza en las potencialidades de la clase. Baste recordar que tanto Cabañas como Genaro habían promovido la participación electoral, y hasta que, según lo afirmaban ellos mismos, se cerraron los “causes legales” se decidieron a tomar las armas y remontarse a la sierra, desde donde pretendían crear un “foco” de subversión. Al analizar el accionar de otras guerrillas CAIA mismo parece percibir que hay un problema en esas estructuras, pero no va a la esencia del fenómeno, se queda tan sólo en suponer procesos de degeneración o traición de los grupos, sin ver que el problema está en su naturaleza y el tipo de programa que defiende. Así cuando habla de otros grupos guerrilleros dice: “... los movimientos guerrilleros de izquierda se corrompieron al llegar al poder o simplemente firmaron su rendición en términos de ‘acuerdos de paz y reconciliación’, que no significaron ningún cambio en las condiciones de vida de millones de personas...” Renglones abajo dice más todavía cuando se refiere a las FARC y el ELN: “Y pese a la mayor o menor porción de territorio que han ocupado, se han visto durante años obligados a buscar recurrentemente al dialogo de su contraparte.”

De manera que aún cuando en estos grupos guerrilleros no hay nada del internacionalismo que CAIA defiende y en cambio mucho de nacionalismo, no deja de reivindicarlos. Si vemos con mayor precisión, las estructuras guerrilleras que CAIA supone expresiones orgánicas del proletariado, niegan en realidad el accionar masivo y consciente de la clase obrera.

La ACNR se definía así. “Somos una organización guerrillera que está actuando a nivel nacional, realizando expropiaciones en los bancos (...) nuestras acciones están planeadas en diversos niveles, tendiendo a organizar a las masas...” (01-1972) Cabañas por su parte, cuando define su proyecto “socialista” y habla del “nuevo ejército” que surgirá dice que este será: “auténticamente patriótico y no patriotero, defensor de los derechos del pueblo, de la patria proletaria y de la soberanía nacional” (09-1972, en ambas citas los subrayados son nuestros).

De manera que vemos inicialmente una reflexión sobre los principios de clase, pero cuando se trata de concretar en el análisis se queda corto, esa misma incomprensión es la que luego le dificulta reconocer lo que representa la “otra campaña”.

 

El partido proletario no es el conjunto de la clase, pero es producto de ella

Los camaradas señalan: “... a lo largo de la historia, se ha malentendido muchas veces la idea de organizar un partido, interpretándolo como crear una burocracia ajena a los trabajadores (...) <no obstante> la vanguardia y el resto de la clase forman una unidad indisoluble y actúan de manera recíprocamente complementaria...” es decir, reconocen que la organización revolucionaria y la clase no son diferentes, sino son una unidad, como lo afirman, siguiendo a Marx, “... en cierta forma es <la parte> más avanzada...”

Este reconocimiento es fundamental, y lo complementan señalando el tipo de trabajo de esta estructura: “el único papel de las organizaciones de vanguardia puede ser el de defender el programa y promover la autoorganización de la clase, no dirigirla.”

Esta afirmación aunque en lo general compartimos, debemos precisar que guarda algo de consejista[2] [21], en tanto supone que la dirección del movimiento implica una sustitución, o una imposición de lineamientos a una masa ciega,, pero si tomamos la experiencia de la revolución de 1917, es fácil entender lo que significa el concepto de dirección desde una perspectiva proletaria. La clase obrera no delega su labor histórica en el Partido, lo crea para poder cumplirla, la vanguardia no es una minoría ilustrada y conspirativa es sólo la parte más clara de un todo.

Recordemos, por ejemplo, que no fue el Partido Bolchevique el que creó los Soviets, y sin embargo cumplió su papel de vanguardia, haciendo de esas organizaciones, con su trabajo de propaganda y agitación, un cuerpo de combate capaz de asumir decisiones transformadoras. De forma que, hablar de dirección no implica sustitución, es la práctica del Partido: convencer de la justeza del programa comunista, extender la conciencia y dar dirección al combate. Quien sino los Bolcheviques al hacer la lectura de los momentos de lucha, lograron definir las orientaciones que condujeran a la revolución.

 

La “otra campaña”: ¿alternativa de clase?

Hay por último un aspecto en el que vale solo marcar los puntos para el desarrollo de la reflexión, dado que hay aspectos que en este mismo número tocamos (sobre los frentes y la “6ª”).

El CAIA afirma que con la “otra campaña”: “se posibilita que avancemos en la definición y construcción de una nueva organización anticapitalista al lado de todos los oprimidos, para abrir un amplio Frente de lucha que pueda derivar en un verdadero Movimiento Político Revolucionario.”

Ante esta afirmación que contradice mucho de lo que inicialmente plantea, preguntamos ¿la clase obrera encuentra independencia organizativa y programática junto a un grupo como el EZLN que mantiene alianzas con representantes de la burguesía, como por ejemplo la Sra. Mitterrand? ¿Se debe empujar, para no parecer “sectario”, a los trabajadores a la cola de un grupo que promovió el voto hace 12 años y levantó una corrosiva campaña nacionalista de adoración de los “símbolos patrios” y el respeto a la constitución? ¿Porqué sumarse a un proyecto interclasista, en vez de abocarse a construir el proyecto de clase, que debe pasar también por la denuncia abierta de los que, como dicen ustedes, “aparentan apartarse de la suciedad del engaño electorero y buscan ponerse publicitariamente ‘a la izquierda’ de este...”?

Las generaciones jóvenes del proletariado para enfrentar la luminaria publicitaria del EZLN no tienen otro camino que el de la reflexión, recobrar el arsenal teórico del marxismo y las experiencias de los combates pasados, es la forma de enfrentar los cantos de sirena del capital y su aparato de izquierda, solo así estará preparando verdaderamente la Revolución Comunista Mundial.

Tatlin/2-02-06

 



[1] [22]  Para ampliar sobre el significado de la guerrilla recomendamos leer RM 19 (1994).

 

[2] [23] Todavía en 1979, cuando escribimos el folleto “Organización y conciencia de clase”, manteníamos ciertas concesiones al consejismo, rechazando por ello el concepto de dirección, no obstante al hacer la diferencia con el sustitucionismo, nos permite afirmar más claramente el papel de la vanguardia proletaria.

 

Situación nacional: 

  • Mexico [1]

Vida de la CCI: 

  • Cartas de los lectores [24]

La victoria electoral de Hamas no lo es para los oprimidos

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La sorpresiva victoria de Hamas en las elecciones palestinas -logrando 76 de los 132 escaños y relegando a Al Fatah a la sombra- es otra demostración de que las grandes potencias imperialistas cada vez están teniendo más dificultades para controlar el creciente caos en la situación internacional. A pesar de estar con el Movimiento Cambio y Reforma, habiendo sido prohibido como organización terrorista, denunciado para el asesinato de más de 400 israelíes en aproximadamente 60 bombazos suicidas, y amenazado por EU e Israel, Hamas es ahora la fuerza dominante en la Autoridad Palestina (AP) con posibilidades de integrar su brazo armado a las fuerzas palestinas.

Esto fue algo inesperado. El Ministro de Relaciones Exteriores de Israel dijo que: "Las elecciones deberían dar el poder y la fuerza para desmantelar las organizaciones terrorista y no crear una situación donde estas organizaciones se sienten en el parlamento y luego hagan parte de la autoridad ejecutiva" (Guardian 26/2/6). Hasta ahora las negociaciones son acerca de cómo Hamas puede transformarse en un partido político respetable, de la misma manera que otros partidos israelíes y palestinos que tuvieron su origen en grupos terroristas.

Aunque la victoria de Hamas fue una conmoción, los comentaristas políticos rápidamente adquirieron la sabiduría de la visión retrospectiva para explicar lo ocurrido. Las encuestas de opinión pública mostraban que había una preocupación abrumadora sobre la corrupción en Al Fatah, la OLP y la AP. Al Fatah fue dividido, desacreditado y señalado como responsable de años de desastre económico, particularmente del extendido desempleo, y la OLP fue conocida para su represión. Hamas, Al contrario, siempre se enfocó en la corrupción del Al Fatah, manteniendo el cese al fuego durante un año, propuso políticas de reforma en la salud y educación, empujando a sus concejos donde tenía ya una reputación para mejorar caminos y servicios municipales. Emplearon a un experto para asesorarlos y presentar la mejor imagen pública.

Ninguna liberación, ninguna independencia, ningunas ganancias

Hamas no solamente tuvo la victoria en las urnas electorales. Tenía animadores izquierdistas y nacionalistas entusiastas en todo el mundo. En Gran Bretaña por ejemplo el Partido Obrero Socialista declaró "Hace una semana, los palestinos dieron una fuerte bofetada a Bush y Rice al votar por Hamas" (Socialist Worker 4/2/6). Informaba que: "Los militaristas de Hamas son vistos como inmunes a la corrupción" y el movimiento, después del éxito en las elecciones locales, "Ganó reputación por su trabajo en la educación, salud y bienestar social. Hamas controlaba municipalidades consideradas como modelos de eficiencia.” En cuanto a los bombazos suicidas, solo son detalles de una “resistencia feroz”.

Es cierto que el imperialismo americano se está tomando su tiempo para dar su mejor respuesta a la victoria de Hamas, pero ésta no significa una bofetada. Pero, para la población explotada y oprimida de Gaza y Cisjordania, el haber cambiado sus ilusiones en la vieja guardia corrupta de Al Fatah, por las fuerzas primerizas y eficientes de Hamas, trabajando bajo la consigna nacionalista, no es ninguna ganancia. El SWP señala que EU. "Estaba inyectando dinero a la Autoridad Palestina en un esfuerzo desesperado por salvar a Al Fatah". Aún con la derrota de Al Fatah, EU empezó a "llamar a los Estados árabes a continuar financiando a la Autoridad Palestina–Hamas, aunque Washington está amenazando con cortar esta ayuda… la petición al mundo árabe es porque no quiere que Cisjordania y Gaza desciendan al caos a consecuencia de la suspensión de esta ayuda" (Guardian 31/1/6). Así que, a pesar de todas las condenas a Hamas, EU en realidad ve un papel esencial para los terroristas, como una fuerza que puede imponer el orden capitalista en las áreas donde tiene influencia.

También están en el centro las declaraciones de Hamas de ser una fuerza para la liberación. El mismo día que EU fue informado de apurar a los Estados árabes a financiar a la AP, el jefe del buró político de Hamas escribió un "Mensaje a las naciones árabes y musulmanas… esperamos que sigan y compensen a los palestinos por cualquier suspensión de ayuda” (Guardian 31/1/6). Aquì no existe ninguna diferencia de la opinión entre una gran potencia y una que apenas emerge. Por supuesto Hamas hace la misma declaración que cualquier otra fuerza burguesa, que son "Inmunes al soborno, a la intimidación y al chantaje" y su actividad es la misma que otros proyectos capitalistas que han empleado las mentiras de la liberación nacional. "Hemos visto cómo otras naciones continuaron con su lucha en su búsqueda para la libertad y la justicia hasta consumarla, incluyendo a los pueblos de Vietnam y Sudáfrica. Nosotros no somos diferentes."

Los ejemplos son instructivos. Vietnam del Norte fue apoyado por el imperialismo ruso, el Sur por EU. Más de dos millones de personas se murieron. Vietnam del Norte ganó porque EU suspendió su apoyo al sur, en tanto que el paso de China del bloque  ruso al estadounidense constituía un mejor premio que el de cualquier Vietnam. ¿Las ganancias para los vietnamitas? Nada. Y las cosas empeoraron aún más con el derrumbe del bloque ruso. En cuanto a Sudáfrica, la facción arcaica de la clase dirigente que todavía estaba ligada al apartheid fue removida de su posición dominante y el Estado capitalista sudafricano comenzó a operar con algunos cambios de personal en su aparato político. Esto ha trajo ningún beneficio al pobre y explotado. Así que Hamas reemplaza a Al Fatah. No habrá ninguna mejora en la vida de quienes votaron por un cambio de caras en el parlamento palestino.

Caos en aumento

El SWP dice "Nadie sabe lo que ocurrirá como consecuencia de la victoria de Hamas”. Piensan que es un paso positivo, pero no tienen idea de a dónde lleva. Otras voces sugieren otros escenarios.

Por ejemplo, una carta escrita a The Guardian (30/1/6) pregunta "¿Usted piensa que los jefes israelíes están lamentando ayudar a Hamas en sus primeros días? Este primer apoyo israelí a Hamas en 1980s fue para debilitar a la OLP y Al Fatah. Podría haber tomado 20 años pero indudablemente ha funcionado hoy." Esto es porque "Con una Autoridad Palestina dirigida por Hamas, el gobierno israelí es liberado de toda presión y continuará actuando como guste". El autor de la carta es del Consejo para el intercambio árabe-británico, pero eso no invalida su punto de vista. Es útil recordar el papel de Israel en la formación de Hamas y el derecho de enfatizar la forma en que socavó a la OLP. Sin embargo, mientras que el gobierno israelí insistirá en que no puede hablar con terroristas o con quienes no reconocen el derecho de Israel a existir, la Autoridad Palestina aún tendrá un papel que desempeñar. Sin ello habría un conflicto directo entre el estado israelí y la población palestina.

Las tensiones en Oriente no serán reducirán. En realidad se están intensificando. La guerra en Irak indica lo que va a continuar por años. Las amenazas de EU contra Irán aumentan. La sucesión de Sharon es poco clara. Siria mantiene su interés ante todo lo que ocurre en Israel / Palestina. Lo único claro sobre el avance de Hamas es que añadirá más inestabilidad en la zona. Ya sea que se convierta en un partido convencional o use si nueva posición como trampolín para la confrontación militar, lo cual solamente llevará a exacerbar los conflictos en la zona. Ésto no se debe atribuir a la ineptitud de israelíes y palestinos, árabes y judíos para convivir, sino a la persistente intervención de las grandes potencias en la zona. Los nombres podrían Los nombres pueden cambiar, pero el capitalismo lleva a la agudización de los conflictos imperialistas.

Car. 4 de febrero, 2006.

Noticias y actualidad: 

  • Israel/Palestina [25]

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