Ante todo queremos agradecer, profundamente, la colaboración que nos han prestado los compañeros de TEKEL para elaborar nuestros artículos. Si no hubiéramos podido contar con sus experiencias, con sus vivencias, con sus temores y aciertos, nos habría sido imposible hacer de esa experiencia un ejemplo vivo, una referencia activa, para el desarrollo de la lucha de toda nuestra clase a nivel internacional. Lo que a continuación exponemos forma parte viva de la historia de la lucha de nuestra clase y, por ello, invitamos a todos nuestros lectores a leerlo con suma atención y pasión.
En la lucha de los trabajadores de TEKEL ha habido siempre un esfuerzo permanente para intentar organizar la lucha por sí mismos. Desde el principio de la lucha hasta el 20 de Enero de 2010, hubo cinco tentativas de formar un Comité de Lucha que representara a todos los obreros y, más tarde (como veremos a lo largo del artículo) se intento muchas veces más. Desde el principio existió una coordinación entre los trabajadores de TEKEL de diferentes ciudades que debatieron como hacer avanzar la lucha. Sin embargo, en todo ese período, no se consiguió crear un Comité que fuera reconocido por los trabajadores. ¿Por qué sucedió esto?.
Uno de los primeros problemas que debemos destacar para explicar los motivos de esta situación es, la carencia de una comunicación real entre los trabajadores. Los trabajadores estaban juntos, y hablando constantemente. Pero aún no habían sido capaces de establecer un órgano propio, una asamblea de masas, que permitiera que hablaran y reflexionaran todos juntos de una manera organizada. El desarrollo de la lucha les obligo a elegir delegaciones de las diferentes ciudades donde TEKEL tiene factorías, pero estas delegaciones tuvieron muchos problemas para hacer vivir un verdadero órgano de debate y coordinación de su lucha. Se podría decir que esta separación bloqueó la comunicación. Además, existía un problema general aún más importante: los trabajadores, en su mayor parte, no quisieron y no supieron establecer una alternativa a las acciones de los sindicatos, y en muchos casos vacilaron enormemente a la hora de hacerlo. Muchos sindicalistas fueron respetados por la única razón de que eran sindicalistas. Sus palabras fueron aceptadas antes que las de los trabajadores decididos y militantes. Este condujo a un problema muy serio ya que los trabajadores no supieron darse los medios para llevar adelante sus propias decisiones. La dependencia psicológica de los trabajadores en los funcionarios sindicales dificulto la aparición de los comités de los trabajadores al margen de los sindicatos.
Un obrero de TEKEL de la ciudad de Adıyaman nos confirmó esta observación: "...Si hubiéramos discutido en las tiendas de campaña (se refiere a las tiendas en las que acamparon en Ankara, que estaban separadas por ciudades de origen) y cada tienda hubiera enviado una delegación, se habría formado un comité espontáneamente. Nadie se habría opuesto a ello. Habría sido imposible. Tratamos de plantear esta cuestión, pero lo hicimos un poco desde la distancia, como gente que pensaba que era necesario agruparse. La carencia de comunicación fue un problema grande, deberíamos haber tenido una tienda de campaña de comunicaciones cuando nos establecimos en las tiendas. Creo que si hubiéramos hecho esto, el Comité habría sido construido a su alrededor."
Los trabajadores en general expresaron abiertamente su falta de confianza hacia los sindicatos que actúan en TEKEL, pero sus vacilaciones impidieron que surgiera una alternativa a la acción de estos. Esta situación que parece contradictoria, muestra que el sindicalismo todavía tiene una influencia muy importante entre los trabajadores. Los trabajadores, aunque no confíen en los sindicatos, todavía siguen agarrándose a ellos y siguen pensando que pueden hacer oír su voz a través de ellos.
En cuanto a los funcionarios sindicales, como cabía esperar, estaban molestos por la simple mención de la palabra comité. Eran muy conscientes de que sí nacía ese Comité perderían el control de la lucha y, la masa de trabajadores ya no estaría en sus manos. En esos momentos, este problema no se planteaba conscientemente para el conjunto de trabajadores de TEKEL. A pesar de ello, las tentativas de formar el Comité siguen planteándose pese a los problemas que encuentran los obreros y mal que les pese a los funcionarios sindicales.
Para comprender mejor esta situación y los problemas que plantean situaciones similares al conjunto de nuestra clase, debemos volver atrás, a los acontecimientos acaecidos, el 14 de Enero, cuando casi todos los trabajadores de la empresa de cada ciudad donde TEKEL tiene una fábrica y sus familias se reunieron en Ankara para realizar una concentración de tres días. Por las noches hacían hogueras para calentarse. Durante el tercer día, llovió a mares. Los trabajadores pusieron techos de nylon en las calles sonde estaban durmiendo. Así es como iba surgiendo una pequeña ciudad hecha de tiendas de campaña obreras en el centro de Ankara. La creación de este espacio fue absolutamente espontánea, como otros muchos aspectos de la lucha. En ese contexto, los trabajadores intentaron establecer sus posiciones de lucha frente a la sede central de los sindicatos montando una tienda allí. Era una de las demandas que se desarrolló con los esfuerzos iniciales para formar un comité, pero los sindicatos evitaron que ocurriera en ese momento. Después se levantaron tiendas de campaña aquí y allá, porque las condiciones climáticas lo hacían necesario. El nylon que se puso para cubrir las calles daba el aspecto de una tienda de campaña y así al poco tiempo los obreros que llegaban de diferentes ciudades levantaban sus tiendas. Tras la creación de hecho de esa situación, los sindicatos no tuvieron más remedio que dar su apoyo a la iniciativa de los trabajadores de TEKEL. La razón por la que las tiendas estaban separadas según las ciudades de las que venían los obreros fue que querían prevenir la infiltración de policías o provocadores y también evitar la dispersión haciendo que los de cada ciudad se controlaran entre ellos. Debido al frío hubieron de traerse más techos de nylon. Como las hogueras que se hacían producían mucho hollín y humo, los trabajadores trajeron estufas. Así iba surgiendo una ciudad de campaña viva y respirando en el centro de Ankara.
Pocos días después de plantar el campamento, el 17 de Enero, hubo una manifestación masiva de todos los obreros de TEKEL y de otros muchos trabajadores que les apoyaban. Conscientes de que sólo podrían conseguir sus objetivos extendiendo la lucha presionaron a los sindicatos para la convocatoria de una huelga general. Tras la intervención del dirigente sindical Mustafa Kumlu, que no mencionó la huelga general ante los más de cien mil manifestantes, los obreros subieron a la tribuna desde la que se dirigía a la manifestación y más tarde intentaron ocupar la sede central de los sindicatos. Eso llevó a Mustafa Türkel, el portavoz de Tek-Gida Is, el sindicato de Tekel, a distanciarse de Kumlu y a quejarse de lo aislados que están en la Turk-Is [1](confederación sindical) y de que no habían recibido apoyo de otros sindicatos afiliados a ella ni de otras confederaciones.
Acto seguido, obreros de TEKEL proponen iniciar una huelga de hambre de tres días. Y depués seguiría otra indefinida. A pesar de que muchos pensaban que la huelga de hambre era la última opción, consideraban que al menos sus cadáveres valdían más que sus vidas, que la paga que sus familias recibirán si muriesen, sería mayor que los salarios a los que les quieren condenar. Esta opción no fue una idea extrema desarrollada por una sola persona. Era la probable respuesta que recibiría de los obreros quien estuviera preocupado por la huelga de hambre. Al mismo tiempo, un gran número de obrero de TEKEL comprendía los motivos de esta decisión, pero no creían que fuera el camino adecuado para desarrollar la lucha. Ocurrió que, el 19 de Enero comenzó una huelga de hambre con un número limitado de participantes, 140.
En los días siguientes, varios sindicatos (TurK-Is y las confederaciones de sindicatos izquierdistas, KESK y DISk) anunciaron su plan conjunto de acción. Se tomó la decisión de comenzar el trabajo una hora más tarde el 22 y se organizó un plan de visitas de apoyo y protestas. El día 21, Turk-Is, KESK, DISk así como otras confederaciones más de derechas como Kamu-Sen, Memur-Sen y Hak-Is, anunciaron que si el Gobierno no solucionaba el problema laboral el día 26, utilizarían "el poder de la producción" y organizarían una huelga de solidaridad. El primer ministro Erdogan invitó al portavoz del sindicato Turk-Is, Kumlu, a una reunión ese mismo día. Después de la reunión, el Gobierno encargó que Mehmet Simsek, el Ministro de Hacienda, preparara una propuesta de solución. Este representante gubernamental había declarado que "...si nuestro gobierno ha cometido un error, es el de ser demasiado compasivo con los trabajadores que perderán sus empleos debido a la privatización". Ahora decía que, después de gestar una nueva solución, quería reunirse de nuevo con la delegación de Turk-Is. Las negociaciones duraron cinco días y el 26 llega la respuesta del Gobierno. No va a ceder, ni a dar marcha atrás a sus planes. No obstante, el Gobierno propone mantener las negociaciones hasta el 1 de Febrero. Desde todos los puntos de vista esta era una política de diversión. El Gobierno no cambio el fondo de su propuesta, el conocido como el plan 4-C[2] pero lo maquilló con algunas mejoras: compensación mínima por los días de trabajo aumentados y derecho a 22 días de vacaciones. . Los trabajadores respondieron diciendo "....no aceptamos la propuesta del 4-C ni siquiera después de ser maquillado....".
El 2 de Febrero comenzaron de nuevo las huelgas de hambre. Las seis confederaciones sindicales, Türk-Is, Hak-Is, DISK, Memur-Sen, Kamu-Sen and KESK, se unieron de nuevo y decretaron "...una huelga general en la cual utilizaremos el poder que viene de la producción..". Esta decisión, por supuesto, no fue tomada por su propia iniciativa y voluntad; la presión de los trabajadores no les dejaba otra alternativa. Los trabajadores habían manifestado claramente su voluntad de tomar este camino de la extensión de la lucha durante la manifestación del 17 de Enero. Los sindicatos lo sabían perfectamente al ver su sede central ocupada por los obreros , que obligaron a los dirigentes sindicales a adoptar un discurso muy crítico contra los planes del Gobierno. La decisión de los sindicatos fue, claramente, el resultado de la presión que vino de la base, de los trabajadores. A pesar de sus esfuerzos para desgastar y dividir a los obreros, las confederaciones sindicales tuvieron que declarar la huelga general.
El Gobierno, por boca del primer ministro Erdogan declaró: "las manifestaciones de los trabajadores han excedido su objetivo., Hemos hecho todo lo posible por llegar a un acuerdo. Esta situación se ha convertido en una campaña abierta contra el Gobierno, más que en acciones para pedir más derechos laborales. Somos responsables, somos los responsables de proteger el dinero de los huérfanos recién nacidos y de mantener los gastos de forma responsable. Los trabajadores de TEKEL han cobrado lo previsto, y los finiquitos están ahora en sus cuentas bancarias. Deben ponerse a trabajar inmediatamente bajo las condiciones del decreto, el 4-C que el Gobierno ha acordado." Esta declaración era, en realidad, una amenaza velada de despido para todos aquellos que no cumplieran con los planes del Gobierno. No dudó tampoco en lanzar abiertamente amenazas. Tras declarar ilegal la manifestación ante la sede de Turk-Is y definir los hechos como una ocupación, dijo: "vamos a poner a prueba nuestra paciencia hasta fin de mes.... Después tomaremos todas las medidas legales necesarias (...) Porque estos acontecimientos se han convertido en un abuso abierto por parte de grupos ideológicos y extremistas. Mirad sus banderas. Mirad sus lemas. Usan un tono desvergonzado e impúdico que apunta mí y mi partido. Los trabajadores están siendo utilizados... ". El gobernador de Ankara, Kemal el Onal, decidió subirse al tren de esta política tras estas declaraciones y lanzó otra amenaza: justo antes de la acción de solidaridad general con los trabajadores TEKEL, declaró que sería ilegal la participación de los obreros del sector público en esta acción y que se abrirían cargos contra todos los que participaran.
Por otra parte, que los sindicatos hubieran convocado una huelga general no significaba que no trataran por todos los medios de vaciarla de contenido y boicotearla, de ponerle el máximo de impedimentos. Muchos sindicatos progubernamentales de la confederación Turk-Is se opusieron a la decisión de la huelga general. Las confederaciones progubernamentales Memur-Sen y Hak-Is decidieron en el último momento no participar. Por lo que respecta a Turk-Is en general, decidió participar sólo en la manifestación en Ankara pero enviando exclusivamente una representación de funcionarios y líderes sindicales. De esta forma se bloqueó la voluntad de participar de las bases y se impidió que confluyeran obreros de diferentes sectores y ciudades. Ese día en la manifestación habían quizás 30 o 40 mil personas, pero podrían haber sido más de 100.000. Los sindicatos se esforzaron por limitar el número de manifestantes y sectores en lucha. Pese a ello, la participación de trabajadores TEKEL fue de aproximadamente el 90 % de los 10.857 empleados y también hubo manifestaciones de apoyo ese mismo día en otras ciudades. Los sindicatos consiguieron su objetivo: aquello no fue una huelga general, fue demasiado limitada, demasiado insuficiente.
La fuerza de la huelga general viene de la amenaza de detener la vida misma usando el potencial que tiene la paralización de la producción en todas partes por los huelguistas. Sin embargo, para cualquiera que no estuviera advertido por los sindicatos de la huelga del 4 de Febrero era imposible darse cuenta de que realmente había una huelga en marcha. Esto fue al menos parcialmente admitido por algunos voceros sindicales. El Sami Evren, el portavoz de KESK, dijo "...el movimiento iniciado por los trabajadores TEKEL ha desencadenado una gran solidaridad en toda Turquía. Ha desencadenado un movimiento social. Ese es el éxito del movimiento, aunque han habido fracasos por cuanto se refiere a la utilización del potencial de paralización de la producción de la huelga en muchos sitios, hay que reconocerlo". El portavoz de DISk, Suleyman Celebi, afirmó "...en 81 ciudades han habido acciones huelguísticas de solidaridad. Si bien es cierto que en Estambul y Ankara han estado por debajo de lo previsto, no se puede decir que esto haya afectado el éxito general de la acción de solidaridad".
El mismo día, el Gobierno tomó algunas contra-medidas. La nueva ley de empleo "del personal temporal", la famosa 4-C, fue publicada en el Periódico Oficial del Estado. El número de empleados temporales con esa modalidad fue establecido en 36.215 para el año 2010. TEKEL fue incluido en la ley. Esta ley no sólo abolió el derecho de los trabajadores para cobrar el seguro de desempleo durante ocho meses, también incluía clausulas que obligan a los obreros a trabajar con salarios muy bajos bajo amenaza de desempleo.
El 16 de Febrero, el sindicato Tek Gida-Is presentó recurso contra el límite de tiempo de un mes para la solicitud del famosos 4-C. Se dijo que, si la ley fuera anulada por esta demanda, los trabajadores TEKEL podrían conseguir su prestación por desempleo durante ocho meses, que es el doble del salario mínimo, y podrían solicitar 4-C al final de este período. La dirección principal de los sindicatos, que hasta el 4 de Febrero insistía en la convocatoria de una huelga general, ahora lo posponía todo a la decisión de los tribunales.
Lo que mantuvo el ánimo de los obreros hasta el 4 de Febrero era el esfuerzo de presionar a las confederaciones sindicales para que convocaran la huelga general, para extender la lucha. El hecho de que sus expectativas no se vieran cumplidas, de que no hubiera una verdadera huelga general, cambió el curso de la lucha. Desde ese momento, toda la atención estuvo centrada en las decisiones judiciales sobre el recurso al decreto del Gobierno. Cuando la lucha se debilita este tipo de situaciones ocupa el primer plano. El ejemplo con TEKEL no fue una excepción. La acción de los sindicatos para hacer fracasar las tentativas de extender las luchas, así como de preparar la trampa del recurso legal no debe ser subestimada. Para expresarlo sin rodeos, los trabajadores se habían convertido en un problema para los sindicatos. Lo mejor entonces era enviarlos a casa, emprender la vía legar y abrir un tiempo de espera; y en ese sentido trabajaban. Enredarse en una disyuntiva legal sobre la decisión judicial y las consecuencias que ella tendría para sus empleos, para sus prestaciones y para su futuro era un terreno minado que los llevaba a la división y al cada uno para sí. Los sindicatos se dividieron entre partidarios y detractores de la aplicación del decreto y, la división estaba ya servida al 100 %. Por supuesto, los sindicatos no se atrevían a plantear abiertamente esta trampa ante las asambleas de trabajadores puesto que sabían que esto aumentaría su malestar y descontento. Simplemente dejaron cundir la confusión y el desanimo organizando, de nuevo, un golpe político a la lucha y a los sectores obreros más combativos.
La cuestión que dominó los días siguientes fue si el finiquito que los trabajadores habían recibido del Gobiernos en sus cuentas bancarias había sido usado o no. El Primer ministro, Erdogan dijo: " Los trabajadores ya consiguieron su compensación y es todo lo que vamos a dar..." . Los trabajadores más conscientes habían decidido no utilizar esas migajas que les había pagado el Gobierno para que ese uso no se volviera en su contra. Sin embargo, las deudas que acumulaban muchos de ellos hicieron que los bancos realizaran deducciones automáticas, lo que de hecho hizo que utilizaran contra su voluntad ese dinero. Es más, el Gobierno para que esta jugada política no fracasara, indicó por orden del Ministerio de Hacienda a la Administración General Bancaria Vakif que abriera una nueva cuenta a muchos trabajadores de TEKEL donde ingresar la susodicha compensación. El banco, sin informar a los trabajadores hizo cambios en las cuentas y transfirió la compensación a aquella nueva cuenta. Así, no podía escapar nadie de la trampa de haber usado ya los fondos y, por tanto estar en una posición de debilidad "moral" para reclamar nada. Después de hacerse público este asunto, los sindicatos dieron una nueva vuelta de tuerca legal a la dinámica de la lucha e interpusieron una nueva demanda sobre esta cuestión.
Al mismo tiempo que ocurría esto, la huelga de hambre que aún mantenían algunos trabajadores concluyo oficialmente el día 5 de Febrero. Sin embargo, ese mismo día 100 trabajadores de TEKEL decidieron prolongar esta acción de forma indefinida. El presidente del sindicato Tek Gida-IS, Mustafa Turkel, anunció que en cualquier caso las huelgas de hambre acabarían el 11 de Febrero. Ante la resistencia de algunos trabajadores a acabar con esta medida, el líder sindical visitó a 16 trabajadores que siguieron la huelga de hambre a pesar de la decisión de los sindicatos de pararla. Ante ellos volvió a insistir en que lo dejaran pero no lo consiguió. Uno de estos trabajadores habló con él líder sindical de la situación y le manifestó que por decisión personal seguiría hasta el final. Este obrero fue interpelado por otro trabajador de TEKEL que se había caracterizado por defender las propuestas de los sindicatos. En esta conversación se produjo una agresión hacia el huelguista de hambre por parte del otro trabajador. No podemos afirmar, porque no tenemos todos los elementos de lo que allí aconteció, que este ataque fue una provocación deliberada para doblegar en otro terreno la resistencia de los obreros más combativos. No obstante, por el contexto en el que se desarrollaron cada compañero podrá hacerse una idea de lo que el hecho puede representar. En cualquier caso, que este ataque fuera obra o no de una orden sindical lo que nos interesa destacar es el hecho de que los sindicatos, también en este terreno hicieron todo lo posible por quebrar y deshacer la resistencia de los trabajadores a los planes del Gobierno. Esto viene a demostrar, una vez más que, los sindicatos tienen intereses contrarios y distintos a los de los trabajadores y, esto significaría que el intentó de avalar sus intereses, sea consciente o no, solo sirve para dividir y derrotar a los trabajadores. Este ejemplo muestra abiertamente que mientras la cuestión principal para los trabajadores que luchaban era la pregunta de ¿cómo podemos ganar la lucha, como podemos extenderla y hacerla más fuerte?, los sindicatos persiguen intereses completamente ajenos a estos objetivos y actúan a las órdenes y objetivos que marcan el Gobierno y sus planes políticos. Esta situación, lejos de ser sorprendente, es un ejemplo más de la naturaleza contrarrevolucionaria de los sindicatos en nuestra época.
En cualquier caso, después de este acontecimiento, las negociaciones con el Gobierno de Erdogan siguieron. Como resultado de que no se alcanzara un acuerdo en las negociaciones, HaK-Is se negó a seguir actuando junto a las otras confederaciones. El 12 de Febrero, Turk-Is, Kamu-Sen, KESK y DISK se unieron de nuevo. En esta reunión, se decidió seguir las negociaciones con el Gobierno, presentar una demanda para anular el 4-C, y que las organizaciones locales de las distintas confederaciones fueran a Ankara y se quedaran con los obreros de Tekel ante la sede de Turk-Is la noche del 20 de Febrero. El 16 de Febrero, las confederaciones anunciaron su plan de acción conjunto: el 18 de Febrero, habían de poner se pancartas que dijeran "la lucha de los trabajadores TEKEL es nuestra lucha" y "No al trabajo no regulado e inseguro" en todas las sedes sindicales de las cuatro confederaciones, el 19 de Febrero, debían haber sentadas y anuncios de prensa en todas las ciudades y el día 20 habría una manifestación de solidaridad en Ankara. Aquellos que vinieran de otras ciudades se debían agrupar en la plaza Kolej, y marchar hasta la plaza Sakarya donde permanecerían con los trabajadores de TEKEL durante toda la noche.
Los trabajadores de TEKEL de Adana hicieron un llamamiento a la participación en la manifestación del 20 de Febrero, enfatizando la importancia de la extensión de la lucha: "...queremos que todos los que estén en contra de esta ley en Turquía apoyen nuestro movimiento. Esta situación ya no es solo un problema nuestro. Este es un problema de la mayoría, de todos los oprimidos. Esperamos ganar esta lucha. Hemos encendido un fuego, y habrá que continuar a partir de aquí. Lo que está en juego es nuestro futuro, el futuro de nuestros niños y el de toda la clase obrera en Turquía. Hemos llegado hasta aquí pero es algo que todos juntos debemos terminar. No nos marcharemos de aquí sin conseguir lo que merecemos, pero los otros trabajadores tienen que despertarse y apoyarnos, con sus familias, niños con todo, cada uno".
El 11 de Febrero, el sindicato Tek Gida-Is declaró el final de la huelga de hambre, pero 16 trabajadores la mantienen. El 12 de Febrero, un trabajador fue hospitalizado, y cinco más se sumaron a ella. Cuando decidieron terminar con ella declararon que habían terminado la huelga de hambre por ellos mismos y que, no vacilarían en comenzar otra vez si lo juzgaban necesario.
Hubo manifestación de solidaridad finalmente el 20 de Febrero, con la participación de los sindicatos, partidos políticos y organizaciones de masas. Los trabajadores de la compañía de logística BALNAK que habían perdido su trabajo en el mismo momento que empezó la lucha de TEKEL estuvieron presentes. Como se había previsto todos se concentraron en la plazao Kolej por la mañana y marcharon hacia la plaza Sakarya. Esta última se encontraba repleta de manifestantes haciendo que cambiara por completo su fisonomía habitual. Los trabajadores de TEKEL estaban todavía en sus tiendas de campaña, mientras los manifestantes estaban en la plaza. Estaban muy próximos pero persistió la separación. Por la noche, la gente estaba cansada, y las calles estaban repletas de manifestantes durmiendo sobre pedazos de cartón. Al día siguiente, todos los allí presente se juntaron y la manifestación acabó con la lectura de un comunicado. Después, todos los participantes volvieron a sus lugares de origen. Esta manifestación fue muy importante en aquellos momentos ya que dio un soplo de aire fresco y ayudó a reforzar la moral a los trabajadores de TEKEL que se vieron apoyados por una manifestación de solidaridad de clase. Sin embargo, debido a la decisión de los sindicatos de enviar sólo a representantes y funcionarios de otras ciudades y sectores, el número real de trabajadores de otros sectores que participaron fue bajo, sin embargo la mayor parte de trabajadores TEKEL que no estaban aún en Ankara sí que participaron en la manifestación.
El 23 de Febrero, las cuatro confederaciones que dicen apoyar la lucha se reúnen otra vez y llegan al acuerdo de organizar otra huelga general el 26 de Mayo en caso de que el Gobierno no retirara sus medidas. La programación de una huelga general tres meses más tarde fue una burla para todos los trabajadores. La decisión estaba en Internet antes de que fuera anunciada oficialmente. Los obreros que se enteraron no daban crédito a la noticia y comenzaron a intercambiar informaciones entre ellos. Nadie quiso creer las noticias. Los representantes sindicales de sector no habían sido informados de la decisión, y decían que las noticias eran falsas. Es más se enfadaban, cuando se les planteaba la cuestión. Esta situación provocó que los trabajadores comenzaran a corear consignas contra los sindicatos artífices del acuerdo, Turk-Is y su líder Kumlu. En estos momentos críticos, el presidente de Tek Gida-Is, Turkel, mostró su verdadera naturaleza abiertamente. No lo quedó más remedio que decir en público '....Si seguís gritando Kumlu dimite, entonces yo dimitiré también....'. ¡Los trabajadores siguieron gritando esta consigna porque era lo que querían y no se volvieron atrás!. Mustafa Turkel, presidente de Tek Gida-Es, dimitió de su puesto de Secretario General de la confederación Turk-Is el 24 de Febrero.
El sindicalista anuncio que haría públicos los motivos de su dimisión el 2 de Marzo. En esta fecha los trabajadores de TEKEL tenían el límite para solicitar el famosos 4-C, según el Gobierno y, por tanto, era también la fecha en la que el Gobierno había amenazado con atacar a los trabajadores obligándolos a desmantelar la acampada. Turkel, no dio ninguna explicación sobre los motivos de su dimisión a los trabajadores. Al no dar ninguna explicación quería minar la lucha de los trabajadores TEKEL en lucha desde hacía más de dos meses. ¿Por qué alguien que dimitió rechaza explicar los motivos de tal decisión? ¿Qué podía significar esto, desaparecer en una atmósfera en la cual el Gobierno amenazaba a los trabajadores tanto con el desempleo como con un ataque para desalojarlos de Ankara?. Esta situación incierta condujo a confusiones sobre los verdaderos motivos de la dimisión. Podía haber dimitido porque los trabajadores habían pedido la dimisión de Kumlu, o bien porque no tenía ningún apoyo dentro de la confederación sindical Turk-Is. Los trabajadores consideraban ambas posibilidades. Un trabajador de TEKEL de Adıyaman evaluaba la situación del siguiente modo: " ...Esto puede ser interpretado de dos modos. Si creemos lo que dice la prensa el presidente de Tek Gida- dimitió como una reacción contra los trabajadores, pienso que nos equivocaríamos. Él no se puede permitir tal lujo. Nadie tiene el derecho de sabotear este proceso. Hemos estado luchando durante 71 días. Seguramente habrán de entre 12 mil trabajadores quienes no puedan controlar sus nervios, y que reaccionen mal. Por otra parte, Turkel dimitió de su posición del Secretario General de Turk-Is, , no de su posición de presidente de Tek Gida-Is. Pienso que esta dimisión también puede ser una reacción contra las decisiones tomadas por las confederaciones ayer. Si este fuera el caso, si esto es una reacción contra las decisiones de Turk-Is o las otras confederaciones como diciendo: ‘nos estáis dejando solos', entonces abrazaríamos a nuestro presidente de todo corazón. No quiero pensar que dimitió como una reacción contra los trabajadores, como dice la prensa. Quiero pensar que fue una reacción contra la burocracia de Turk-Is y su apoyo a las medidas del Gobierno ....No pienso que las reacciones mostradas contra él por unos compañeros representen el sentimiento general. Él no hubiera dimitido por la consiga de "Turke dimisión" que gritaban unos cuantosl. Deben de haber otros motivos....Desde el principio nuestra reacción fue contra Kumlu, por su relación cercana con el Gobierno y su falta de sinceridad. Pero creímos en Turkel. Seguimos esperando las explicaciones del presidente.... ".
Un trabajador de TEKEL de Estambul evaluó la situación así: ".... Somos una familia. Puede haber discusiones entre nosotros. Si él ha dimitido debido a las reacciones de trabajadores, se equivoca. Si lo hace porque está en contra de las decisiones de la confederación Turk-Is tendría razón. Pero si lo ha hecho por la reacción de los trabajadores, se trata de una excusa para salir corriendo. No puede abandonar a los trabajadores y escaparse. Aunque la lucha seguirá sin tener en cuenta si él está o no. Realmente, nos ha estado amenazando cada día durante 71 días, como un marido amenaza a una esposa. Pero permanecimos pacientes y unidos. No está bien decir "ya no juego" como un niño. Como trabajadores todo lo que queremos es que los sindicatos hagan su trabajo y que no nos reprendan. Para nosotros ha sido muy natural reaccionar contra las decisiones de las confederaciones, y pienso realmente que esto incluyó a todos los trabajadores. Se nos convocaba a reuniones por la mañana y después se nos decia que Turkel tenía una reunión urgente, y que las asambleas debían ser pospuestas hasta la tarde. Poco después su dimisión fue anunciada. No sabemos que ha pasado realmente". Turkel había dicho antes que él estaba contra la reacción que los trabajadores habían tenido contra Kumlu, y que él dimitiría si se repitiera. Los sindicalistas pensaron que la dimisión de Türkel era debida a la reacción de trabajadores. A consecuencia de esto, Mustafa Akyurek, el Secretario General para la Educación de Tek Gida-IS declaró que los rumores de que la decisión de Turkel fue por sus desacuerdos con Turk-Is eran falsos y que la decisión de dimitir fue tomada debido a las reacciones que había recibido de los trabajadores de TEKEL. Parece evidente que las verdaderas razones de la dimisión se encuentran en el rechazo de los trabajadores a aceptar sumisamente las medidas planteadas por el Gobierno y secundadas por los sindicatos.
El 23 de Febrero, trece mineros murieron en Balikesir debido a una explosión de grisú. Este era el tercer asesinato en el lugar de trabajo que había pasado debido a condiciones inseguras desde 2006. Poco antes de este hecho otros diecisiete trabajadores habían muerto por las mismas razones. Los trabajadores de TEKEL tuvieron conocimiento de este hecho y, como no podía ser de otra forma, sintieron un gran dolor. Sus hermanos de clase difuntos habían sufrido las consecuencias de tener que trabajar en condiciones cada vez más penosas. Ahora, el Gobierno quería conducirlos a ellos a la misma situación. Era imposible no sentir cólera, rabia y dolor ante esta situación. Un trabajador de Adiyaman nos explico lo que muchos trabajadores sentían: " .....sabemos que estos muertos son nuestros difuntos, debemos mostrarles nuestra solidaridad. Todos y cada uno de nosotros. Preparamos pancartas, cintas negras, e hicimos un comunicado de prensa. Era muy importante para la solidaridad de nuestra clase.....". Los mineros muertos fueron homenajeados durante las concentraciones regulares de la mañana y la tarde. Se guardó un minuto de silencio en honor a los mineros difuntos. La consigna "viva la solidaridad de clase" se hizo muy presente entre todos los trabajadores.
Las malas noticias nunca llega solas y en la mañana del 25 de Febrero, los trabajadores se despertaron con otra. Un compañero de TEKEL, Hamdullah Uysal, había muerto en Ankara en un accidente de tráfico.
Hamdullah Uysal, nacido en Amasya, había estado trabajando como obrero de TEKEL Samsun. Tenía 39 años y, tenía dos niños, uno de ellos discapacitado. Había participado en las huelgas de hambre. Los trabajadores de TEKEL sufrieron otras pérdidas durante la lucha, unos tenían a madres o padres, y unos tenían a niños que fallecieron, pero esta era la primera vez que un trabajador de TEKEL había fallecido durante la lucha. Hamdullah Uysal era un trabajador militante que había estado implicado en la lucha desde el principio. Había estado en Ankara desde el principio y había vuelto a su casa sólo dos veces. Los trabajadores lo consideraron como un mártir de la guerra de clases. Uysal había sido golpeado por un jeep conducido por un chofer borracho a las 5:30 de la mañana, mientras se dirigía a la oración matinal. Había cólera hacia aquella persona y la clase que representaba. Los trabajadores se referían al asesino como "un tipo rico con un jeep".
Como los trabajadores vieron a Uysal como un mártir de la lucha, decidieron celebrar el entierro en la "ciudad de las tiendas de campaña", realizar una ceremonia de despedida y después enviar los restos mortales a su casa. Se dirigieron a la esposa de Uysal que dijo: " La calle de enfrente de la sede de Turk-Is ha sido como su casa, vivía en la tienda de campaña allí mismo, él hubiera querido la ceremonia que proponéis". Entre 400 y500 trabajadores se dirigieron a la Oficina Forense en Kecioren, donde reposaba el cuerpo de Uysal. Se decidió enviar esta delegación aunque todos los trabajadores quisieran haber estado presentes en el acto de recogida del cadáver. No pudo ser ya que la mayoría debía defender su lugar de lucha ante las amenazas del Gobierno de destrozar el lugar de concentración. Los trabajadores temían que el Gobierno atacara y derribara las tiendas de campaña tan pronto como abandonaran la plaza de Sakarya. Así unos tuvieron que quedarse y esperar frente al local de los sindicatos esperando que el cuerpo del compañero llegara al lugar de su concentración. .
Los trabajadores de TEKEL que fueron a la Oficina Forense intentaron recoger el cuerpo. Tuvieron que esperar durante horas, y les dijeron que el hermano y el tío de Uysal vendrían para recoger su cuerpo. Al final, un pariente de Uysal que también era trabajador de TEKEL reclamó el cuerpo pero tampoco le fue dado. Finalmente apareció un "tío" que dijo que era el marido de tía de Uysal. La Oficina Forense declaró que se le entregaría el cuerpo. Los trabajadores que sabían que los cuerpos sólo pueden entregarse a parientes de primer grado, recelaron de esta "solución" y del pariente en cuestión. De hecho, sospechaban que el supuesto "tío" fuera un policía secreto y así lo vocearon. Sus sospechas fueron confirmadas cuando este "tío" finalmente tuvo que confesar que, en efecto era un policía. Los trabajadores comenzaron a presionar para conseguir el cuerpo. La policía, de nuevo, no lo permitió. Esperaron durante horas e intentaron llamar a la Familia de Uysal en vano. Finalmente la familia Hamdullah Uysal llegó y la Policía de Ankara y el Gobernador los pusieron inmediatamente bajo presión. La Policía de Ankara los paró en el camino y trató de obligar a la familia a firmar un documento para que aceptaran que se llevarían el cuerpo a casa y que no habría ceremonia en Ankara. Las presiones siguieron en la Oficina Forense. Finalmente la familia tuvo que aceptar bajo presión llevar a su casa el cuerpo y no realizar la ceremonia en Ankara. Mientras tanto, dijeron a los trabajadores que esperaban delante de la Oficina Forense que les darían el cuerpo. Así los trabajadores entraron en la ambulancia que supuestamente llevaba el cuerpo de Uysal. Sin embargo un grupo de obreros se dio cuenta de que la ambulancia iba por otro camino del que debiera e inmediatamente lo cloquearon. Otros compañeros les siguieron y finalmente una masa de trabajadores impidió que la ambulancia se moviera. La policía trató de abrir camino entre los obreros, separando a los que estaban delante y detrás de la ambulancia y luego atacó a los de delante para abrir el paso. Los obreros de atrás trataron de ayudar a los de delante, pero la policía les lanzó gas lacrimógeno y los dispersó, formando una barrera en la retaguardia que permitió despejar el paso a la ambulancia atacando ferozmente a los obreros.
Mientras tanto, los trabajadores que habían estado esperando ante la sede sindical de Turk-Is intentaron ir a la calle de Pachá Mithat, donde murió su compañero, para llevar ramos de flores en homenaje, pero la policía lo evitó de nuevo con el uso de la fuerza,. Al mismo tiempo, las "fuerzas del orden" dispersaron a los trabajadores que estaban en la plaza de Sakarya para evitar que contactaran con los que se habían desplazado a la Oficina Forense. Ante la barricada de la policía en la calle de Pachá Mithat, los trabajadores gritaron "Tenéis miedo de nuestros muertos". También se gritaron consignas como "Tayip (Erdogan, primer ministro) asesino" "AKP -partido en el gobierno- asesino tendrás las respuesta de los trabajadores". A pesar de todos los esfuerzos de la policía, un grupo de trabajadores logró dejar flores en el lugar donde Hamdullah Uysal fue asesinado.
Los trabajadores que volvían de la Oficina Forense fueron directamente a la calle de Pachá Mithat. La Policía formó otra barricada con el fin de impedir a los trabajadores cruzar la calle en masa. Los trabajadores lograron abrirse camino a través de la barricada y comenzaron a sentarse en la calle. Se mantuvieron durante 20-25 minutos gritando lemas en memoria de Uysal Hamdullah. La policía rodeó a los trabajadores durante este acto. Finalmente los trabajadores terminaron la sentada y volvieron a la acampada.
El sindicato no tomó partido por los trabajadores en todo este episodio. Estaba ausente cuando la policía atacó a los obreros en la Oficina Forense. Y cuando los obreros frente a la sede de Turk-Is quisieron ir a ayudar a sus compañeros, los sindicalistas solo trataron de calmarlos y hacer que volvieran a subtiendas.
Fue difícil que todos los trabajadores se unieran a este acto ya que ,--de un lado la policía intentaba separarlos por la fuerza y, por otra parte, los sindicalistas trataban de que no salieran de sus tiendas de campaña. La muerte de Hamdullah Uysal mostró una vez más como se asustan las "fuerzas del orden "ante la determinación de los trabajadores. La Policía y el Gobernador habían intentado para impedir a los trabajadores ofrecer su adiós a su compañero pero al final su esfuerzo fue en vano. Los trabajadores lograron abrirse camino ante la barricada policial y realizaron una sentada en la calle donde Uysal murió, bloqueando todo el tráfico durante 25 minutos. En esas circunstancias era, quizás, el mejor adiós que los trabajadores de TEKEL pudieron ofrecer a su compañero de lucha.
La muerte de Uysal afectó a los trabajadores TEKEL enormemente, pero al mismo tiempo también ayudó a los que estaban todavía en sus ciudades lejos de Ankara a que entendieran lo seria que era su lucha. Una de las cosas que Hamdullah Uysal había legado a sus compañeros era su llamamiento a la extensión de la lucha al resto de la clase: ".... todo lo ganado en este combate será una brújula para toda la clase obrera, para los movimientos de clase de hoy y de mañana. Luchar con nosotros es luchar por el futuro....". Tal era su visión de los objetivos de la lucha de los obreros de TEKEL.
Al día siguiente, 25 trabajadores de TEKEL fueron a la sede del AKP en Ankara. Los trabajadores de TEKEL que entraron en el edificio querían poner una pancarta con una foto de Uysal Hamdullah. La autoridad se negó a aceptarlo y los obreros fueron atacados por la policía y la seguridad privada. Los compañeros que estaban fuera intentaron ayudarlos pero la policía cargo con la brutalidad de la que ha hecho gala siempre. Muchos trabajadores resultaron heridos en este ataque. Diecinueve de entre ellos fueron detenidos. Se corearon otra vez consignas como "AKP criminal, Tayyip asesino" y los trabajadores explicaron cómo y porque el Gobierno era responsable de la muerte de Hamdullah Uysal. Los obreros intentaron detener los vehículos en los que sus compañeros iban detenidos al grito de "TEKEL está en todas partes, lucha en todas partes", "la represión no puede intimidarnos". Sin embargo, lamentablemente no lograron impedir que sus compañeros fueran llevados a comisaria.
Tras la noticia del arresto un grupo de trabajadoras de la tienda de campaña de Izmir se dirigió a la oficina central de la policía. Cual no fue su sorpresa al enterarse de que no se había registrado ningún formulario de detención, por ¡ obras en el edificio ¡ (sic ¡!!!). Los trabajadores presionaron para que los sindicatos mandaran a sus abogados. Pero los hechos habían acontecido al margen de la iniciativa de los sindicatos, que querían distanciarse todo lo que pudieran; sin embargo debido a la presión de los trabajadores, finalmente tuvieron que acudir a la sede policial con sus abogados. Al día siguiente, los trabajadores esperaron delante del juzgado desde las 10:00 a las 21:00 hasta que sus compañeros fueron liberados. Estuvieron detenidos aproximadamente 40 horas. 15 trabajadores fueron liberados esa tarde. Cuatro, que fueron acusados "de ataque a la propiedad pública y desobediencia a la autoridad policíal", fueron juzgados, pero liberados la misma noche. Todos juntos volvieron a la acampada con sus compañeros de trabajo y los simpatizantes con el movimiento que habían estado esperándolos.
El 1 de Marzo, el tribunal dictó sentencia a favor del recurso contra el período de un mes para la aplicación del plan 4-c a los trabajadores TEKEL. Los trabajadores celebraron la decisión. Sin embargo, los trabajadores más conscientes recibieron con recelo esta sentencia y trataron de advertir a sus compañeros de que esto sería una victoria insignificante, que no duraría más allá de una semana. Desgraciadamente, sus advertencias no fueron tomadas en cuenta. Este sentimiento de falsa victoria entrañaba el riesgo de romper la unidad de los trabajadores.
El 2 de Marzo, Mustafa Turkel anunció que las manifestaciones y concentraciones en Ankara debían de acabar. Pidió la retirada de las tiendas de campaña antes del 1 de Abril. Estas propuestas dividieron a los trabajadores. Muchos obreros se manifestaron en el sentido de afirmar que "..las tiendas de campaña son nuestro honor. No le dejaremos tocar nuestro honor". Otros afirmaban que "Turkel es nuestro honor". Los que se opusieron a la decisión de los sindicatos fueron presionados y estaba claro que querían dejarlos en minoría. Para escenificarlo claramente, algunas tiendas de campaña fueron desmontadas antes de que el discurso de Turkel acabara. No se permitió que los obreros pudieran organizar asambleas y tener un debate general y abierto sobre la propuesta sindical. Sin embargo, a pesar de toda esa presión, los trabajadores que se oponían a la propuesta sindical hablaron entre ellos y decidieron actuar con una estrategia. El sindicato trataba de presionarlos con el abandono del lugar el día 1 de Abril para asilarlos del resto de sus compañeros.
Los trabajadores más militantes y combativos no cayeron en la trampa de los sindicatos y para no ser expulsados o no comprendidos por el resto de obreros, dejaron de resistirse abiertamente a los objetivos de los sindicatos. Los que se oponían a abandonar el campamemto eran mayoría en las tiendas de Adiyaman, Izmir, Estambul y Diyarbakir. Pero eran muy conscientes de que los sindicatos hacía más de 20 días que trabajaban en el subsuelo y en la sombra para hacer que el campamento fuera desmantelado.. El día que los trabajadores esperaban delante del juzgado a sus compañeros de trabajo detenidos, los sindicatos habían realizado reuniones de ramo, y habían propuesto por todas partes la idea de desmantelar el campamento. Todo este trabajo había dado resultado cuando la decisión fue finalmente anunciada por el líder sindical: la mayoría la apoyó. Uno de los trabajadores a los que preguntamos por esta situación queriendo saber si esperaban un ataque policial para expulsarlos de Ankara nos dijo: "... no habrá ninguna necesidad de un ataque de la policía ya que los sindicatos tienen todo esto bajo control..." . Era una demostración más de la estrecha colaboración de los sindicatos con el Gobierno para hacer frente a esta lucha. La división había ganado la batalla a la lucha por la unidad y un trabajador lo resumía diciendo que ".. los sindicatos al comienzo siembran la confusión y al final también..".
La lucha de los trabajadores de TEKEL ha sido un movimiento que ha puesto fin al amargo silencio que ha protagonizado la clase obrera en Turquía desde medidos de los años 1990. La lucha de estos compañeros ha planteado algunas cosas novedosas para el desarrollo de las luchas en este país. La formación de un campamento de tiendas de campaña, en el que los trabajadores luchan y viven 24 horas es algo completamente nuevo. Como señalamos al principio del artículo, esto ha tenido aspectos positivos. Permitió a trabajadores desarrollar el autocontrol de sus acciones en gran medida. Pero, por otra parte, esto también tenía efectos negativos: el aislamiento se ha impuesto a pesar de la proximidad. El problema de la carencia de comunicación y de debate en un problema a abordar para el futuro. No obstante, tanto con sus aspectos positivos como con los negativos, las tiendas de campaña de TEKEL eran una expresión de la lucha, y se han convertido en un símbolo de ella.
Los militantes más conscientes de TEKEL en diferentes ciudades han decidido, a pesar de que la lucha por el momento ha acabado, mantenerse en contacto y continuar con la lucha en el futuro. Han decidido coordinar las posibles acciones que tengan que realizarse en el mes de Abril y seguir apoyando el desarrollo de la unidad y la conciencia en las luchas de toda la clase obrera en Turquía.
Sude, 31 de mayo de 2010.
Artículo adaptado de World Revolution (ver CCI On Line en inglés), publicación en Gran Bretaña de la CCI.
[1] Para aclararse en la sopa de letras turcas de los diferentes sindicatos y confederaciones, aquí una tentativa de situar quien es quien:
Sindicato del metal- DISK
Sindicato del transporte- Turk-Is
Banca- Turk-Is
Servicios Públicos- DISK
Marina mercante -Turk-Is
TES-Is-sindicato de trabajadores del gas, el agua y la energía- Turk-Is
PETROL-Is- petróleo y químicas- Turk-Is
Sindicato de trabajadores del sector público- KESK
TeK-Gida-Is- alimentación, tabaco y alcohol- Turk-Is
METAL-IS obreros del metal Turk-Is
ferrocarriles -Turk-Is
HAK-Is agrupa trabajadores del sector sanitario, agricultura...
[2] ¿"Cuál es el contenido del plan 4-C ? Esta práctica era según el Gobierno 'una bendición' propuesta por el Estado Turco cuando el número de trabajadores que debían perder sus empleos debido a las privatizaciones aumentó. Este plan incluye, aparte de una reducción del salario muy importante, la posibilidad de que trabajadores públicos sean cambiados de sector dentro del Estado en condiciones horribles. La política 4-C da a los patronos gubernamentales un poder absoluto sobre los trabajadores. Así, el salario que determina el Estado y que significa ya un recorte de la paga, es meramente un "precio máximo" que puede ser, puede ser reducido por los gerentes de compañías estatales arbitrariamente. También la reglamentación del horario de trabajo es completamente abolida para aquellos que deben trabajar en las condiciones de 4-C y, los jefes de las compañías estatales tienen el derecho de hacer que los trabajadores sigan trabajando tanto como haga falta hasta que "terminen la tarea que se les ha asignado". Los trabajadores no consiguen ningún dinero a cambio de este trabajo "suplementario" después de las horas de trabajo regulares o durante vacaciones. Bajo esta política, los jefes tienen el poder de despedir a los trabajadores arbitrariamente, sin tener obligación de pagarles ningún tipo de compensación. Además, el periodo de trabajo al año se fija entre tres y 10 meses (con horarios como ya se ha dicho), y el tiempo que no hay trabajo, los obreros no cobran nada. A pesar de esto, los trabajadores tienen prohibido encontrar un segundo trabajo aunque no tengan empleo en un cierto período. Los pagos de la seguridad social a los trabajadores no se realizan bajo las normas de la política 4-C, y todos loas prestaciones para la salud desaparecen. Ver para más detalles :
http: // en.internationalism.org/icconline/2010/01/tekel-turkey
Compartimos la profunda indignación que se expresa en el texto ante la enormidad del desastre y el cinismo de la burguesía mundial. La evaluación final es que se derramaron 500 millones de barriles de petróleo, es decir, estamos ante el mayor derrame de petróleo en la historia y cuyas consecuencia han sido minimizadas por todos los medios de comunicación. Estamos ante una catástrofe ambiental indecible, esto es un claro ejemplo de cómo del capitalismo nos hunde en la barbarie y la destrucción...Sin embargo, esta noticia aparece junto a "otras" como si un resultado de una partido de fútbol tuviera el mismo nivel de importancia que esta tragedia colosal. Así es como los medios de la burguesía ocultan la barbarie a la que nos lleva este sistema de explotación del trabajo asalariado donde se produce para la ganancia y no para satisfacer necesidades humanas, idea que el texto desarrolla con justeza y que compartimos completamente.
En su afán de ganancia, el capitalismo "ahorra" en aquello que es "prescindible". Para nadie es un secreto que el mantenimiento y la seguridad son renglones que la crisis arrincona en un mínimo o simplemente los anula. Ejemplos de ello se multiplican sin cesar: accidentes laborales, aéreos, inundaciones de ciudades, etc. Es muy probable que la causa de este derrame se encuentre en esos "ahorros" de capitalismo en seguridad y mantenimiento. Este derrame no es una cuestión de "mala suerte" sino una clara expresión de que la supervivencia del capitalismo nos lleva en línea directa a la aniquilación del planeta y de la humanidad. Esa verdad es ocultada y la destitución de algún jefe servirá de "chivo espiratorio" y se culpará a individuos y así se esconderá la realidad; la realidad de un sistema en decadencia y descomposición que arrastra a la humanidad en su hundimiento. Desempleo, guerra y destrucción del medio ambiente, tres problemas que nos presentan siempre sin conexión pero que tienen la misma raíz: la supervivencia de este sistema decadente.
Es verdad que tenemos desacuerdos sobre las causas de la guerra en Irak, que el compañero atribuye a la lucha por el control del petróleo; podemos también diferir sobre cómo será la llamada la sociedad futura ("comunismo anarquista" o comunidad humana...). Sin embargo, lo central es la denuncia sin concesiones del capitalismo en su conjunto y la necesidad de luchar juntos para acabar con este sistema de explotación que nos conduce a la destrucción pura y simple. Este texto es un esfuerzo que se inscribe en ese sentido y por lo cual apoyamos, publicamos y compartimos plenamente.
RM (CCI)
El 20 de abril del 2010 una explosión sacudió las entrañas de la tierra, un accidente de magnitudes sin precedentes se vislumbraba, la plataforma petrolera perteneciente a la British Petroleum ubicada en el Golfo de México explotaba derramando miles de litros del líquido se calculan 1,000 barriles del crudo por día, las pérdidas son desastrosas, miles de millones de dólares, hay trabajadores muertos, miles de plantas y animales mueren, es una desastre ecológica, el crudo avanza como una mancha voráz a través de los mares aniquilando todo lo que a su marcha se atraviese, desde las costas de Lousiana hasta el sur de Florida es conocida la imagen de las aves y demás animales cubiertos por petróleo, es una desastre ecológica, es un ecocidio!!!
Pero sin embargo todo esto es natural. No mal interpretemos, no es que así deban de suceder las cosas basándonos en el orden natural de la tierra, sino todo lo contrario, la muerte y destrucción de nosotros y nuestro entorno es natural bajo el Capitalismo.
La dictadura del lucro a la que se ve sometido el curso de la humanidad y de la tierra, tiene consecuencias desastrosas, la necesidad de la burguesía capitalista de incrementar sus ganancias, implica la explotación desenfrenada e irracional de los recursos naturales y de los seres humanos y, el petróleo, el llamado oro negro, es uno de los negocios más redituables para los bolsillos de las burguesías nacionales e internacionales.
La Invasión y guerra de Irak demuestra precisamente la destrucción que el sistema capitalista necesita para generar ganancia al puñado de personas que se encuentran en la cima de la sociedad de clases. Para el capitalismo la muerte siempre se traduce en dinero, sin embargo se pueden dar tropiezos en la carrera por el poder, y hoy las pérdidas son desastrosas no solo para el presidente de la British Petroleum, Carl-Henric Svanger y su camarilla sino para la humanidad en general.
Según el diario estadounidense New York Times la plataforma Deep Water Horizon de la British Petroleum testificó el 20 de julio que tenía una fuga en un dispositivo de seguridad días antes de la explosión en la plataforma, sin embargo la extracción continuó . Es claro, ¡¡lucro ante todo!! No nos asustemos, así son las cosas, así es el capitalismo y no solamente lo decimos nosotros, sino los mismos gestores de este irracional sistema de muerte (que siempre acabaran maquillando), cuando el mismo consejero delegado de la British Petroleum Tony Hayward que ya ha sido removido de su cargo fue acusado por el Congreso de los Estados Unidos por dirigir una empresa en la que prima la rentabilidad sobre la seguridad, tomando ahora las riendas el mismísimo presidente de la BP, que llega como salvador del desastre del cual es responsable pero mostrando su compromiso como empresa responsable, convirtiendo esta cuestión en un mero asunto de reputación .
Sin embargo, a pesar de todo el gobierno de Barak Obama aprobó recientemente la apertura de nuevas perforaciones, para explotar nuevos pozos de petróleo submarinos.
Está claro, la única forma de acabar con esta atroz destrucción es acabar con el capitalismo, mediante una Revolución Social Comunista y libertaria, que no deje de lado la perspectiva ecológica, construyendo una comunidad humana en la que el rumbo del mundo no gire en torno a las necesidades del mercado y la ganancia sino más bien las necesidades de la Humanidad apegadas al mismo curso de la naturaleza.
No queda de otra: ¡¡Luchemos por la Anarquía o marchemos hacia la Barbarie!!
Contra todo este sistema, de opresión, explotación, dominación y destrucción desenfrenada, ¡¡Muerte al Estado y al Capitalismo!!
Por la libertad y unidad del Humano con su Tierra Natural, en un mundo sin clases sociales ¡¡Que viva el Comunismo Anarquista!!
Queremos saludar y dar nuestro apoyo a la lucha que los trabajadores en Panamá han desarrollado recientemente. La unidad de distintos sectores evidenció que los trabajadores reconocen que su fuerza está en la unidad, esta lucha es un esfuerzo de la clase por liberarse de los esquemas de lucha que estimulan los sindicatos y las organizaciones de la izquierda del capital. Los sindicatos jugaron su papel negociando su ganancia, como es su razón de ser actualmente, y la clase fue la que puso las víctimas. Pero esto no significa que se derrotó al proletariado, este recoge estas experiencias internacionalmente para saber enfrentar cada vez de una forma más certera a la burguesía y sus agentes. La unidad en la lucha que han demostrado los trabajadores en Panamá se acompaña de distintas luchas recientes donde la solidaridad vuelve a resurgir al lado de la lucha de clase. Luego de un largo período donde la atomización ha reinado. Aun son intentos aislados, pero no por eso menos importantes en señalar el camino de las luchas que están por venir.
Así ampliando las luchas estas pueden dar pasos adelante para la clase, llevándola a disntintos sectores así como en Panamá trabajadores bananeros y estudiantes, así trabajadores de todos los sectores y de todos los países levantamos una misma lucha, con un interés común.
El sector de los obreros de las bananeras es duramente golpeado por las condiciones más asquerosas de explotación capitalista. Acá en Costa Rica son sometidos a todo tipo de pesticidas aun a sustancias ilegales para los cultivos, además de que trabajan con exposición a diversos riesgos laborales como picaduras de serpientes, etc. Similar a las condiciones de los obreros de la piña. El ataque a las condiciones de vida que lleva a delante la burguesía en Panamá es el mismo que lleva la burguesía adelante en todas partes del mundo, agudizado cada vez más por la crisis; ante esto los obreros de las bananeras han dado una lucha valerosa para toda la clase.
Los sindicatos y organizaciones de izquierda comprometidas por todos lados con el parlamentarismo y la democracia capitalista, ha terminado por enterrar cuanta lucha intente desarrollar la clase. Así cuando no hay movimiento llaman a huelga y movilizaciones para poder protagonizar el descontento general, y al cabo que las luchas tienden a salirse de sus sectores, tanto sindicatos como grupos del izquierdismo llaman a la calma, a las salidas democráticas y pacíficas, es decir al terreno de la burguesía, al de los representantes que ganan su tajada.
En Costa Rica ha sucedido así como en Panamá la negociación en el 2000 del cese de las luchas contra el "combo eléctrico" se dio una vez que los dirigentes de los sindicatos y grupos de izquierda, entraron a la comisión negociadora. Así evitando el desarrollo de mecanismos autónomos de lucha por la misma clase, y despejando el camino para la policía y su represión. Una lucha que inicialmente los sindicalistas querían conducir por sus intereses, fue presionada por la clase cuando esta salió a las calles demandando mucho más, llamando a hermanar todas las luchas. Muchos trabajadores se movilizaban con independencia del sindicato, los barrios, se autoorganizaban y enfrentaban a la policía. Es decir los sindicatos tuvieron que correr para controlar las huelgas y llevar a la calma de la democracia al país nuevamente e intentar borrar de la conciencia a los cientos de miles de trabajadores y explotados que apoyaron estas luchas, el logro que significó el que se expandiera tanto el movimiento de protesta, por encima de los intereses sectoriales.
Hoy todos aquellos dirigentes que ayudaron a la negociación de las luchas en una comisión y llamaron a la paz y a la democracia, hoy participan en las elecciones burguesas y de puestos parlamentarios y sindicales, aspirando a sobrervivir de la misma clase, como capa parácita. La misma historia se ha repetido con los intentos de la clase por dar luchas que auténticamente defiendan intereses de clase, así fue con Mayo del 68. Por eso debemos hermanar nuestras luchas, fuera de las fronteras para que puedan desarrollarse, para que puedan los obreros debatir y adquirir las experiencias del conjunto de la clase.
Enr.
LECO 7/8/10
Publicamos un comentario escrito por los compañeros de CREE (Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil) sobre la huelga del metro de Madrid de finales de junio, en respuesta a los recortes salariales generalizados e impuestos, sin distinción de color político, por las distintas administraciones gubernamentales, en este caso por la Comunidad de Madrid.
Queremos, en primer lugar, saludar este escrito ya que pone en el centro de la lucha la actividad de los propios trabajadores, el esfuerzo de estos por tomarla a cargo, tener confianza en sus fuerzas, e intentar superar la forma de "lucha" sindical, sea esta más o menos radical, porque siempre quedará enredada en la legalidad burguesa.
Esta toma de posición de CREE sobre la huelga del metro, pensamos que debe servir para que otros compañeros y colectivos proletarios puedan también debatir sobre esta cuestión, en el camino de la preparación de nuevas luchas, de la búsqueda de la confianza en nuestras propias fuerzas; debate al que desde ahora mismo incitamos. Solo dos precisiones que también puede servir para estimular la discusión:
1) La fuerza de una lucha no reside necesariamente en la radicalidad de la huelga en tanto que paralización de la producción o los servicios, sino en la capacidad para buscar forjar la unidad de clase con la extensión y la solidaridad, y desarrollar una correlación de fuerzas frente al Estado burgués. En el periodo actual, con el acumulo de stocks invendibles, la detención de la producción en tal o cual fábrica no significa una amenaza para la burguesía y sobre todo no se acompaña de la solidaridad y la unidad de clase con la que estaban concebidas las huelgas en el s. XIX. En las huelgas de los servicios, como hemos visto en el Metro de Madrid, la paralización total del servicio se ha vuelto contra los trabajadores, en la medida en que la lucha ha quedado aislada. Si en esta huelga, el desbordamiento de los servicios mínimos expresaba la voluntad y la tentativa de romper la cárcel en la que la normativa legal y sindical tratan de encerrar y aislar las luchas, para buscar una lucha efectiva, que tenga la fuerza de imponer las reivindicaciones, finalmente la fijación en la consigna de no respetar los servicios mínimos, de la huelga total (en el aislamiento), no ha sido la fuerza de la lucha, sino su debilidad, el flanco por donde la propaganda de la burguesía ha enfrentado al resto de trabajadores y a la población con los obreros del Metro para dejarlos aislados.
2) La otra cosa que queremos precisar es lo que los compañeros del CREE llaman el Frente único proletario. Aunque entendemos que con esto, los compañeros del CREE llaman a la unidad de la clase, nuestro punto de vista es que el concepto de "frente único" hace referencia a una unidad que se construye a partir de las organizaciones, en este caso de los sindicatos; es decir, hace referencia a la unidad sindical. Pero la unidad de la clase obrera en lucha es un producto de su solidaridad, de su naturaleza de clase, de que no existen en su seno intereses divergentes; mientras que la unidad sindical es producto del contubernio y la negociación para el reparto de privilegios y prebendas, para la distribución de "puestos", etc y a menudo con el objeto de engañar a la clase e impedir precisamente que construya su verdadera unidad en las asambleas abiertas y en los órganos, revocables en todo momento que de ellas surgen.
CCI - 16 de agosto de 2010
Las arcas griegas recibieron hace unos meses una nada despreciable suma de miles de millones de euros por parte del FMI y con la ayuda del BCE para paliar la crisis fiscal que ese país contrajo durante los periodos de auge económico. No era el país más poderoso, ni el más rico, ni siquiera el más noticiable de todos los países que conforman la Unión Europea; pero estaba al borde de la bancarrota y había que salvarlo a coste de lo que fuese para impedir que el Euro entrara en coma profundo. A partir de este momento, como castillo de naipes construido con manos temblorosas, el resto de países comenzaron a caer. Las alarmas saltaron en Hungría, al parecer, fueron sofocadas. El Estado español lleva meses en el punto de mira de los especuladores, que ya intentaron un asalto. Italia no revierte su situación de hiperendeudamiento. Estamos en ese nuevo periodo de la crisis marcado por la deuda fiscal de los distintos Estados, acuciados por el pago de créditos emitidos a muchos años vista y que parecía que nunca vencerían. El Estado capitalista anda escaso de recursos, y ahora es la clase trabajadora (por aquello de que "la culpa es de todos") la que actúa como aval de sus deudas. Las distintas políticas de austeridad que se están desarrollando a lo largo y ancho del planeta, atiende, precisamente, a esta lógica.
24 de junio en Francia. Más de dos millones de personas salen a las calles a protestar contra las reformas iniciadas por el Ejecutivo de Sarkozy, enmarcadas en su particular Plan de Austeridad. 25 de junio, Italia. Cientos de miles de personas se movilizan contra los recortes planteados en el gasto público, la congelación salarial y la reforma de las pensiones. 29 de junio, Grecia. Enésima Huelga General que se inicia el mismo día en el que comienzan las negociaciones en el Parlamento sobre la necesidad de implementar nuevas medidas que permitan al país cumplir con las condiciones del crédito de rescate otorgado meses atrás por el FMI. Ese mismo día, en una Asamblea resolutiva, los trabajadores del Metro de Madrid deciden convocar una Huelga total en la que no se aceptan los servicios mínimos impuestos por la Comunidad de Madrid.
Saltando por encima del Convenio Colectivo que se extiende hasta 2012 y de la mismísma legalidad burguesa, el Ejecutivo madrileño, decide establecer el recorte salarial del 5% a los trabajadores de Metro, justo en la línea de las medidas que se habían imprimido a los salarios de todos los funcionarios desde el Gobierno Zapatero (he aquí la "diferencia" entre la "izquierda" y la derecha que muchos promulgan). Con independencia del mayor o menor recorte salarial impuesto, las luchas surgieron como respuesta, precisamente, a la ruptura unilateral de lo estipulado en el Convenio Colectivo, lo cual suponía romper con la negociación tradicional de las condiciones de trabajo de manera colectiva y fomentar la negociación caso a caso. Cuando se decidió convocar una huelga en protesta, la Comunidad pretendió virtualizar las protestas obligando a los huelguistas a obedecer unas exigencias laborales que alcanzaban el 50% del total del servicio de Metro. Los trabajadores, en un acto de coraje desconocido, tomaron la decisión en Asamblea de no respetar los servicios mínimos. Los días 29 y 30 de junio Madrid estuvo sin Metro. Y aunque el Ministerio del Interior puso en jaque a miles de policías, los piquetes lograron culminar con éxito su ejercicio de presión frente a las trampas de la patronal y la Comunidad de Madrid y ningún tren recorrió el camino que tenía fijado.
Como sea que hoy en día no somos capaces de acercarnos a la realidad si no es mediante los medios de (in)comunicación, millones de personas en todo el Estado español sintieron como una agresión lo que era un acto de legítima defensa de la clase obrera frente a una nuevo "decretazo" que minaba sus históricas conquistas. Los mass media, en canto unánime de la vileza que movía a esos "privilegiados" del Metro, no dudaron en criminalizar las reivindicaciones de todas las maneras que les fue posible. En primer lugar, ignoraron la necesidad de profundizar en las causas del conflicto social para dar al público una visión más completa y compleja de la situación. Las carreras de los usuarios del Metro en busca de nuevos medios de transporte con los que desplazarse eran más importantes que las Asambleas obreras. Las voces de los usuarios descontentos eran más importantes que las voces de los trabajadores descontentos que veían pisoteados sus derechos. No era cuestión de un Convenio Colectivo que cierta "lideresa" se pasaba por el forro, sino de un 5% de reducción de salario que situaba a los trabajadores del Metro de Madrid como unos auténticos desconsiderados que pataleaban pese a su condición de privilegiados. No se dudó en identificar a los trabajadores de una empresa privada con el funcionariado público. Se repitió hasta el hartazgo que eran funcionarios a los que se había aplicado la misma medida que al resto, por lo que su lucha era totalmente injustificada. Lo mismo daba que aquello fuera una vil mentira, todo consistía en impedir que el ejemplo se extendiera. Así obran los estandartes de la Sociedad de la (des)Información.
En segundo lugar, no dudaron en fabricar una imagen de la Huelga como absolutamente incontrolada, usando el adjetivo de "salvaje". A poco que alguien de las redacciones se hubiese informado, se sabría que por "salvaje" se entiende toda aquella huelga convocada por los trabajadores sin contar con (y casi siempre frente a) los sindicatos. Una Huelga no es salvaje porque no tenga servicios mínimos. Una Huelga no puede ser huelga si existen servicios mínimos, sino una simple patraña.
La campaña de acoso y derribo pertrechada tanto por los medios de comunicación como por las distintas organizaciones y partidos políticos burgueses sembró la desazón en los trabajadores en Huelga, que tuvieron que someterse a la presión ejercida por los aparatos gubernamentales y mediáticos. Así se explica que las movilizaciones ulteriores hayan respetado los servicios mínimos abusivos. Con ello se logró forzar a la patronal a sentarse en la mesa de diálogo el 10 de julio. A día de hoy no se han logrado acuerdos y 2000 expedientes disciplinarios por el incumplimiento de los servicios mínimos durante el 29 y el 30 de junio siguen sobre la mesa. Del 5% de recorte se ha pasado a un 1,5%; pero los trabajadores expedientados seguirán expedientados y el Convenio Colectivo será cosa del pasado.
La Huelga de los trabajadores del Metro de Madrid es un ejemplo. Un ejemplo para los trabajadores de todo el Estado español. La conciencia de unión y solidaridad de clase fue más fuerte que las siglas de los sindicatos, que se vieron arrastrados a crear organismos de lucha colectivos pese a la confluencia de tendencias casi antagónicas. Se recuperó el método por excelencia de organización obrera, las Asambleas resolutivas, germen de los futuros Consejos obreros; donde los trabajadores se expresaban y decidían, organismos de verdadera democracia obrera. Aparte, se confrontó de manera directa el recorte de los derechos de Huelga de los obreros, saltando por encima de los servicios mínimos como legítima expresión de la naturaleza de la huelga: la condición previa de la reivindicación consiste en lograr que la paralización de tu actividad tenga repercusión suficiente.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que la solidaridad de la clase obrera, condición sine qua non para llevar a buen puerto las reivindicaciones obreras y confrontar el aislamiento al que no someten las fuerzas burguesas fue débil e insuficiente (que no minoritaria). No sólo por el bombardeo ideológico al que se nos sometió; sino también porque el aspecto propagandístico fue descuidado por los trabajadores del Metro de Madrid y la actividad de los piquetes informativos no encontró lugar más allá del subsuelo. La imperiosa necesidad de salir a la calle y combatir las calumnias que circulaban estuvo en este conflicto más a la orden del día que nunca, pero fue desatendida y, debido a ello, no se pudo lograr un verdadero apoyo de amplias capas de trabajadores. De haber logrado taimar esta deficiencia, quizás a día de hoy podríamos estar hablando de una mesa de negociaciones favorable a los trabajadores o incluso de algo mucho mayor.
Justo por esto mismo, porque el apoyo no fue resuelto y las huelgas en solidaridad no se sucedieron, los obreros del Metro no tardaron en sentirse culpables y verdaderos criminales y muy pronto se doblegaron a los servicios mínimos impuestos, que sirven sólo para ahogar las protestas y dejarlas sin repercusión alguna. Con ello la movilización perdió fuerza y no se logró avanzar en el camino de la recuperación de las condiciones iniciales del Convenio Colectivo. El Vamos a reventar Madrid se quedó en nada, pero no debemos desanimarnos. Madrid es sólo un pequeño paso en la recuperación de las mejores tradiciones de la lucha obrera en este nuevo periodo de relanzamiento de la combatividad proletaria. El Frente único proletario defendido por el CREE ha encontrado expresión en esta lucha sin necesidad de hacer propaganda del mismo. Eso nos incita a seguir trabajando puesto que vamos en el buen camino. Desde aquí, nuestro apoyo a los trabajadores madrileños del Metro, que nos han dado una primera e importante lección de cómo la clase obrera llegará un día a enfrentarse al orden social burgués impuesto.
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